Mi novia es catolica pero no es practicante

[reynosodavid92]

Necesito consejo, yo soy católico practicante y con buena formación, hace 3 meses me enamore de una chica y hace como un mes que somos novios. Estábamos hablando y salio el tema de la sexualidad, yo le dije que para un cristiano le dije en resumen que el sexo no es malo es una obra de Dios y todo lo que Dios hace es bueno, le dije que estaba reservado para el matrimonio, yo soy virgen al igual que ella, pero tuvo un novio de tres años y meses ye dijo que con en iba a tener relaciones pero se mudo y termino con el, ella decía que lo amaba, y no lo dudo, pero al parecer ella también quiere ser virgen hasta el matrimonio pero no por que desagrade a Dios sino porque quiere hacerlo "con alguien que la ame". Ella como demasiados jóvenes hoy en día no tiene mucha preparación en la fe.

Lo que pido es consejo, ¿Que deberia hacer? Ademas de orar por ella y por mi. ¿Debería seguir con la relación?
Yo la quiero y es una buena persona.


Como dato extra: ambos tenemos 17 años.

[eduarod]

Estimado en Cristo reynosodavid92:

En realidad aún estás muy joven. Y bueno, pues si, que ella a esa temprana edad ya estuviera pensando en tener relaciones no habla nada bien de su formación; aunque el hecho de que esté dispuesta a esprar al matrimonio, aunque no sea por las razones más correctas, habla a su vez de una buena disposición a hacer las cosas no meramente porque seguir la corriente de lo que se acostumbra en el contexto en el que ella vive, sino tratar de hacer las cosas de mejor manera y con más significado.
Esto último puede ser un fundamento sobre el cual puedes construir, pues es muy posible que ella no entienda ni acepte ahora muchas cosas simplemente porque nadie se las ha explicado convenientemente y, por consiguiente, no las conoce. Pero, por el contrario, si se le proporciona un fundamento adecuado y suficiente, con esa buena disposición es posible que ella entienda y acepte cosas más profundas.
Para eso también ayuda mucho su edad actual, tanto porque normalmente eso significaría que tienen aún varios años por delante para pensar en formalizar la relación a través del Sacramento del Matrimonio, lo que proporciona tiempo suficiente para que le puedas exponer lo que sabes, y juntos puedan estudiar y aprender lo que ni siquiera tú mismo sabes ahora, y que ella a su vez tenga tiempo de "masticar" las cosas y generar una convicción profunda.
Sin embargo, es preciso entender también que en estas cosas los cambios NO pueden estar de modo alguno garantizados, ni son tampoco en modo alguno exigibles, porque dependen completamente de la voluntad de la persona.
Y debes tener muy claro también que el Sagrado Matrimonio es una institución que existe NO primariamente para servir los intereses y necesidades de los cónyuges, sino es una institución en la que ambos cónyuges se entregan el uno al otro mutuamente, no meramente para el beneficio del otro, sino para participar en una misión conjunta al servicio de los demás, muy particularmente al servicio de la vida en la procreación, formación y educación de los hijos. De este modo lo más importante en el noviazgo NO sería meramente explorar si son "compatibles" o meramente si "se entienden". Sino que es un tiempo de preparación conjunta para esa misión, la cual comienza a ejercerse desde el momento en el que se contrae el Sagrado Matrimonio. Eso no quiere decir que todas las parejas estarán en condiciones de buscar activamente el nacimiento de un hijo inmediatamente después de su boda; pueden existir razones legítimas por las cuales una pareja pueda decidir comenzar su misión conjunta proponiendo a la vez a Dios, a través de los medios legítimos que existen para ello, que no consideran que las condiciones sean aún propicias para recibir y educar a un chiquito. Y, sin embargo, debemos recordar que nuestra Fe nos Enseña que eso no es decisión ni única ni primariamente de la pareja, la pareja tan solo hace una propuesta, pues la decisión de otorgar o no el Don de la vida corresponde solo a Dios, por lo cual la pareja DEBE estar preparada y abierta desde el inicio de su misión para cumplir con ella también en esos aspectos si Dios Mismo así lo Dispone.

Todo esto te lo comento porque no parece que exista motivo suficiente para romper la relación de inmediato, como si ella fuera una persona superficial e inconsciente de la que difícilmente se puede esperar el menor interés por ordenar su vida de manera correcta aún cuando el Evangleio le fuera anunciado de manera apropiada.
No, de lo poco que nos has transmitido parece haber esperanza fundada de que ella puede aprender y aceptar muchas cosas; y, sin embargo, debe quedar claro también que el noviazgo tiene como objetivo esa preparación para la misión conjunta del Sagrado Matrimonio, de modo que, si en el proceso por cualquier motivo NO se logra cumplir con esa preparación, entonces simplemente no sería adecuado ni prudente proseguir a formalizar la unión. Sería como si un ejército se dispone a prepararse para una gran batalla, para lo cual se abre el reclutamiento de nuevos efectivos, se prepara la fabricación de armas adecuadas y se habilitan campos de entrenamiento. Sin embargo, si pese a ello los preparativos resultan insuficientes, si no llega ni de lejos el número de nuevos reclutas que se esperaban, si las armas son de mala calidad y no funcionan bien, si el entrenamiento es ineficaz y los pocos reclutas que hay no son hábiles ni disciplinados; entonces resultaría simplemente imprudente lanzarse a la batalla con tal ejército tan solo para verlo aniquilado y quedar en una posición mucho más desventajosa para cualquier clase de negociación con el enemigo.
Y claro, si con todo y la mala preparación por cualquier motivo se lanza uno a la batalla, pues ya no hay vuelta atrás, ya está uno embarcado y tiene que aceptar las consecuencias de esa decisión.
Igualmente en el Sagrado Matrimonio, si el noviazgo demuestra que la preparación es inadecuada, que los objetivos son distintos y no es razonable pensar en el cumplimiento de esa misión de entrega mutua y servicio, pues entonces evidentemente lo más indicado sería NO tratar de emprenderla. Y si la pareja por cualqueir motivo no atiende a esa realidad y decide comprometerse en el Sacramento, ya tampoco tiene vuelta atrás, están unidos de por vida y la responsabilidad del cumplimiento de su misión la tienen ya.
A lo que voy es que tienes todo un noviazgo por delante para ver si las cosas se van ordenando naturalmente al recto cumplimiento de la misión o no. Si llega el momento en que te das cuenta de que las cosas no van funcionando por el camino correcto, pues ya será momento de terminar con el noviazgo y con todo intento de relación formal. De lo contrario, si ella va entendiendo y aceptando las cosas de manera adecuada, y, sobre todo, si AMBOS comienzan ese proceso de entrega desinteresada en el amor auténtico, cediendo sus intereses egoistas en favor de la Verdad y de la misión conjunta a la que Dios pudiera estarles llamando; pues entonces evidentemente en tal caso su preparación será adecuada y podrán emprender juntos esa misión, uniéndose ante Dios a través del Sacramento del Matrimonio.

Ahora bien, en este proceso de que ella reciba las cosas de manera que las entienda profundamente y las pueda aceptar con plena convicción, es importante que tú mismo vayas mucho más allá de lo que parecen ser tus motivos y convicciones actuales.
Por ejemplo, está bien que entiendas que el sexo no es malo y que, como obra de Dios, es bueno. Pero ¿porqué está reservado al matrimonio? ¿porqué si el sexo es bueno, los novios no pueden unirse y disfrutar de ese sexo bueno desde antes? ¿simplemente porque alguien dice que eso "no agrada" a Dios? ¿quién es ese alguien que dice eso y cómo sabe lo que agrada o no a Dios? pues ¿cómo o porqué podría no agradarle si Él Mismo lo Hizo y lo Hizo bueno? Son preguntas que seguramente pasarán por la mente de tu novia, como pasan por la mente de muchos que dejan las cosas en este nivel, y que, al no encontrar respuestas, llegan a concluir -tan fácil como erroneamente- que todo eso de que "no le agrada" a Dios lo que de hecho Él Hizo bueno y para el bien del ser humano no parece muy convincente, de modo que -concluyen los que así razonan sin conocer algo más profundo que esto- la restricción del uso de la sexualidad al Matrimonio parece más una imposición del hombre que la Voluntad de Dios. De ahí no hay ni siquiera un paso a la convicción de que entonces es perfectamente aceptable ignorar las limitaciones impuestas por el hombre para poder disfrutar de eso que Dios Hizo bueno.
Y la verdad es que, si no ofrecemos un mejor fundamento, tampoco podemos recriminar que la gente llegue a estas falsas conclusiones.

Ahora bien, es importante subrayar que la unión durante el noviazgo naturalmente tiende a progresar, sobre todo si el noviazgo camina de manera apropiada. No es entonces sino natural y esperable que las personas que cada vez se unen más en todos los aspectos de su ser (han compartido más experiencias, ven las cosas de manera similar, se entienden cada vez mejor, etc.) tiendan naturalmente también a profundizar y acrecentar cada vez más esa misma unión en todos los aspectos de su vida y de su persona. En otras palabras la "necesidad" de unirse físicamente irá creciendo de manera sustancial conforme el noviazgo vaya funcionando bien. Y, si las respuestas a las preguntas que hemos señalado y otras similares no se tiene, la "presión" que esa "necesidad" de unirse generará será tan grande que fácilmente romperá la debil barrera de una serie de principios que no están bien y profundamente fundamentados. Viene a ser como la semilla que cayó en tierra poco profunda de la Parábola del Sembrador, la cual no pudo generar raíces sólidas en el corazón de las personas.
Por eso es importante preparar una tierra mucho mejor que esa. Y eso comienza por entender que el sexo es algo mucho mayor a algo simplemente "bueno" o "no malo". Sino hay que entender que, por medio de la sexualidad humana, el ser humano es la ÚNICA creatura que puede constituirse en co-creadora con Dios. Por consiguiente, la sexualidad humana NO ES algo simplemente bueno, sino es un bien altísimo, es, de hecho profundamente sagrada; porque por medio de ella Dios y los hombres, trabajando en conjunto, pueden dar vida a un nuevo ser humano, quien, de suyo, es un BIEN INFINITO Y ETERNO. Por consiguiente, la unión sexual de la pareja humana NO invlucra ÚNICAMENTE a las personas humanas que participan en ella, sino invlucra de manera DIRECTA también a Dios. La comparación que suelo usar para ayudar a entender lo importante que es respetar este recto orden en el uso de la sexualidad, es la de lo inapropiado que resultaría usar el Cáliz Sagrado que sirve durante la Santa Misa para Consagrar el vino de modo que se convierta en la Sangre del Señor, como si de un vaso ordinario se tratase del cual se puede beber cualquier cosa en cualquier momento; resulta claro lo inapropiado que sería que lo usáramos para beber una cerveza o un refresco (soda) con los amigos; o como si usáramos un templo que es un recinto expresamente dedicado y consagrado para el Culto Divino como un casino o para otra actividad completamente ajena e inadecuada en tal recinto. Beber una cerveza con los amigos no es malo, pero usar un Cáliz Sagrado para ello se constituye en una falta de respeto en contra de lo mucho mayor y más sagrado para lo que ese Cáliz es utilizado. De la misma manera disfrutar otros bienes y placeres que Dios ha puesto en el mundo y en nuestra vida con una recta moderación no es malo; pero en el caso de la sexualidad hay que entender que NO estamos hablando de un bien cualquiera, sino de ese medio tan especial en el que Dios y los hombres trabajan juntos para un fin altísimo, de ahí que todo lo relacionado a la sexualidad merezca tanto respeto y cuidado. Solo entendiendo esto es posible entender la integridad de la Doctrina Católica respecto a la sexualidad, la cual realmente NO se puede entender plenamente tan solo en ese simple contexto de considerar la sexualidad humana como un bien Creado por Dios, pero ignorando el caracter sagrado que tiene por ser ese medio de colaboración estrecha entre Dios y los hombres.

Ahora bien, eso no significa que sea únicamente legítimo tener relaciones con el fin expreso de buscar de manera activa la concepción y el nacimiento de un hijo. La sola unión de los cónyuges en presencia de Dios es un fin que sirve para fortalecer esa entrega y unión que a su vez es el fundamento del que los esposos parten para el cumplimiento de su misión al servicio de la vida. Por eso se dice que el Sagrado Matrimonio tiene no solo el fin Procreador, sino también el fin Unititvo. Sin embargo, sería contradictorio que uno se prepare al cumplimiento de una misión de una manera tal que se oponga radicalmente a los objetivos de esa misma misión. Por ejemplo, si un rescatista se prepara para salvar vidas, no es razonable que se prepare para hacerlo poniendo en peligro la vida de personas reales que pueden morir si no las atiende bien; sino lo lógico es que también intente proteger la vida ya desde su entrenamiento. De la misma manera, si los esposos se unen para fortalecer su capacidad de servir a Dios en la transmisión y cuidado de la vida, no es lógico ni correcto que lo hagan intentando hacer a un lado las Decisiones de Dios e intentando obstruir radicalmente cualquier posibilidad de servir a la vida en ese acto concreto. Por eso se dice que el fin PRIMARIO del Matrimonio es el Procreador, porque en realidad TODO lo que hacen los esposos, incluyendo su unión misma, lo hacen en virtud del cumplimiento de esa misión de servicio que Dios les ha encomendado y de la que hemos venido hablando. De ahí que NO se puede hablar de un recto cumplimiento del fin Unitivo que haga completamente a un lado el fin Procreador.

Evidentemente estás lejos de tener que tomar en cuenta estas consideraciones en detalle, pero lo menciono para que entiendas y puedas transmitir las razones de fondo por las cuales la sexualidad humana simplemente NO puede desligarse de la transmisión de la vida y por las cuales, por consiguiente, no puede ejercerse de manera activa sino en el contexto propicio para recibir, educar y formar a esa vida, contexto que no es sino la sociedad indisoluble y estable que forman los esposos en el Sagrado Matrimonio para poder cumplir en conjunto esa misión en la que el amor de entrega mutua de los esposos en unión y estrecha colaboración con Dios mismo se pone incondicionalmente al servicio de la vida.

Desde luego que todas estas cosas no las va a entender tu novia en un día, ni, por lo mismo, resultaría prudente exponerle todo esto de un solo golpe. Sino que hay que ir madurando gradualmente las ideas, construyendo poco a poco a partir de donde se encuentra ahora y avanzando conforme ella vaya pudiendo entender y aceptar las cosas.

Que Dios te bendiga en la alegría del Nacimiento del Redentor.

[enrique_ellena]

Después de la larga exposición e Eduarod, t e daré mi opinión Tu tarea de cristiano convertido y maduro n la fe debe ser nivelar tus conocimientos con los de ella, para eso el dialogo no saturarte sino simple libre y oportuno, luego acercándole lecturas formativas donde se fundamentan la razones por la que la iglesia sostiene la necesidad de la castidad hasta el matrimonio y además poder ir explicando esos temas de manera profundas y apoyados en la doctrina de la iglesia. Encontraras en CIC hermosas explicaciones y hay lecturas inclusive en internet en las paginas católica que podrían ir consolidando ese conocimiento de una manera formativa y amplia donde la conciencia que va asumiendo esa educación y formación va a su vez fortaleciéndose ante el deseo desordenado.
En síntesis tu tarea es ayudar a su formación cristiana y a equilibrada, vuestras buenas intenciones que a la vez te permitirán ir conociendo en profundidad sus principios más importantes y la verdad de su pasado hasta el fondo de su corazón.