pedir perdón?

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcamos su Santa Voluntad. La conciencia moral ordena a la persona, «en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones concretas aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas, es decir, la posibilidad de ver nuestros propios actos en relación con los planes de Dios. Estos foros son un espacio para discutir, aclarar, consultar y aprender a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, guiados por su gracia y para promover una buena formación de la conciencia

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pedir perdón?

Notapor enriman » Dom Dic 06, 2015 2:23 pm

Buenas tardes:

Leyendo en diferentes sitios, entre ellos el Alfa y Omega del Diario Abc, en distintas ocasiones con la idea de la Misericordia que me parece estupenda, se ha reiterado varias veces que se debe pedir perdón al prójimo por herirlo aunque haya dicho o hecho algo correcto. Esto me desestabiliza y ya empiezo a preguntarme si yo soy muy orgulloso, porque una vez se enfadó una persona conmigo por algo que hice bien y que él malinterpretó aunque se lo expliqué y llegó a negarme la palabra. También los demás amigos me dijeron que lo mejor era "darle la razón" para que se quedase tranquilo y hubiera paz. ¿Se debe pedir perdón por hacer algo bien para que haya paz o bien se debe estar firme a costa del enconamiento que se puede producir? Un abrazo en el Señor.
enriman
 
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Re: pedir perdón?

Notapor eduarod » Lun Dic 07, 2015 2:41 pm

Estimado en Cristo enriman:

A veces es más difícil estar en la verdad que profesar el error, y es que estar en la verdad no implica meramente el mérito, reto o simple situación intelectual de pensar algo correcto, sino implica también la RESPONSABILIDAD de usarlo en bien de los demás y transmitirlo de manera apropiada.
Así, y aunque alguien esté en la verdad, puede fácilmente fallarse en eso último: a veces, en lugar de usar en bien de los demás la verdad, aquel que la posee la usa más bien para su propio beneficio, o para llenarse de soberbia, conducirse con algún grado de altanería, y hasta para tratar a los demás con un cierto nivel de menosprecio.
Lo correcto es conducirse con humildad, reconociendo, antes que nada, que si tenemos el don de la verdad eso NO ES en la mayor medida por mérito propio, sino por la Gracia de Dios. Y eso vale incluso si se trata de algo que podemos explorar y conocer con la luz natural de nuestra propia razón, porque de entrado NO tendríamos el don de esa razón si no fuese por la Gracia de Dios.
Es preciso aplicar la humildad también para reconocer los "hombros" sobre los que estamos parados: todo el esfuerzo de todas las generaciones que nos han precedido y que investigaron tantas cosas que a nosotros nos han sido dadas como datos y costumbres ya bien estudiados, comprobados y conocidos.
En fin, la cuestión entonces es reconocer que, si alguien se enfadó con nosotros al haber hecho o dicho algo correcto, es posible que la razón del enfado no haya sido propiamente el haber tenido la razón o haber hecho lo correcto, sino tal vez pudo jugar un papel muy importante en el enojo del prójimo LA MANERA en que hicimos o dijimos las cosas.
No es muy lógico ni correcto entonces pedir perdón por haber hecho algo bien o por haber estado en la verdad, eso no parece poder producir otro resultado que fomentar la mentira o el error.
En cambio, si puede ser no solo viable, sino tal vez necesario, pedir perdón por no haber sabido estar en la verdad, por no hacer o decir las cosas de manera lo suficientemente caritativa o clara, de tal suerte que se incurrió en una ofensa o se propició una mala interpretación de la acción por muy correcta que esta haya podido ser en sí misma.
Vale la pena analizar con seriedad y objetividad si no ha sido este el caso. Por supuesto que podría ocurrir que las cosas se hayan dicho y hecho completamente bien y nuestra contraparte sea la parte orgullosa que se ofende por el simple y solo hecho de que no se admite su conocimiento o capacidad como superiores o infalibles. Vamos, a Jesús Mismo le pasó que se ofendieron y le dieron un bofetón por presuntamente hablar de manera incorrecta al sumo sacerdote.
Pero en general es poco probable que podamos nosotros mismos hablar consistentemente con la Corrección y Verdad con las que Habló Jesús, o que nos encontremos siempre ante personas tan encerradas en su soberbia como los fariseos que condenaron al Señor. Por lo que en verdad vale la pena revisar si no habrá al menos una culpa parcial en nosotros de ese enojo que nuestras palabras o acciones produjeron en el prójimo, y si no será procedente o pertinente entonces pedir una disculpa no por la verdad misma, sino por no haber sabido presentarla, vivirla o decirla de una manera completamente correcta.

En verdad a veces hace más daño el que no sabe transmitir, vivir o enseñar la verdad, que quien está en el error, porque quien está en el error simplemente enseña algo equivocado y ya, lo cual el interlocutor podría reconocer como un error y abandonarlo si alguien llega y le muestra apropiadamente la verdad. En cambio, quien no sabe presentar la verdad, puede no solo no lograr transmitirla, sino PREDISPONER al interlocutor en CONTRA de la verdad; es decir, que la persona identifique equivocadamente la verdad misma con esa mala manera de presentarla, de tal suerte que, aunque luego se le vuelva a exponer la verdad de una mejor manera, ya no la acepte porque ni siquiera se detenga a considerar lo que se le muestra o expone, sino de antemano lo rechace en función del prejuicio que la mala exposición de la verdad originalmente le produjo.
Por el contrario, si el que pudo cometer algún error en la exposición de la verdad, al analizar la forma en que la expuso se da cuenta de que cometió algún error que nubló la claridad de su exposición, y reconociendo esto entonces va y pide perdón por haber cometido ese error, lo que transmitirá es una riqueza enorme, porque en ese mismo hecho de reconocer su error afirmará su actitud de amor y fidelidad a la verdad, lo cual quedará claro que esa persona estima por encima de su propio orgullo y prestigio; eso no solo le ganará el aprecio de sus interlocutores, quienes le percibirán como una persona honesta, y digna de crédito, sino, precisamente por eso, logrará el efecto de PREDISPONER a tales interlocutores A FAVOR de la verdad que esa persona intentó originalmente exponer y que ahora sigue afirmando. Porque llamará la atención el hecho de que la persona fue lo suficientemente humilde para reconocer un error estrictamente personal (que es lo que sería más contrario al orgullo), de modo que quedará claro que, si mantiene la veracidad de aquello que quería exponer originalmente, eso difícilmente será parte de un orgullo al que claramente ya se renunció, sino -pensarán los interlocutores- es más probable que esta persona mantenga la afirmación de esa verdad por la misma honestidad y fidelidad que le llevó a reconocer su propio error; de modo que fácilmente creerán que, detrás de eso que inicialmente les pareció erróneo o incorrecto, puede haber una gran verdad que no han logrado percibir y que vale la pena investigar.

Que Dios te bendiga.
eduarod
 
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Re: pedir perdón?

Notapor enriman » Lun Dic 07, 2015 2:53 pm

Nuevamente Gracias otra vez.
enriman
 
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