VictorSL escribió:Estimado "Eduardo",
Estoy de acuerdo contigo pero, creo que los Musulmanes tienen una agenda oculta y, no soy el unico que tiene esa impresión suspicaz: te anexo un articulo (nota la fecha del mismo).
Dios te bendiga.
http://www.religionenlibertad.com/artic ... &mes=&ano=
Estimado en Cristo VictorSL:
Insisto en que el Islam es una realidad muy extensa, compleja y variada, la que simplemente NO puede ser juzgada por lo que piensan o hacen unos cuantos grupos fundamentalistas o radicales.
Si, desde luego que en una realidad tan variada y extensa (como igual ocurre entre nosotros, los cristianos) puede uno encontrar no solo uno, sino varios grupos que practiquen el odio y las agendas ocultas; pero juzgar al Islam por eso no sería muy diferente que intentar juzgar la Religión de Cristo por las acciones del Ku-Kux-Klan u organizaciones similares.
Y si, por supuesto que si la experiencia de uno es muy negativa por haber vivido cercanamente la intimidación de ese tipo de grupos, pues puede uno fácilmente creer que "tiene información de primera mano" que "demuestra" que tooooooodos los musulmanes piensan y actúan así en realidad.
Pero recordemos lo que nos dice la sabiduría popular: "una gaviota no hace verano"; y así como hay quien ha tenido malas experiencias con organizaciones fanáticas, y así como sabemos que hay países enteros donde se gobierna bajo interpretaciones radicales de la ley Islámica y se atenta severamente contra los derechos de los cristianos; así también sabemos de muchas experiencias e instancias en el mundo islámico con actitudes mucho muy diferentes. ¿Cómo juzgar entonces?, ¿qué camino tomar? Pues, como en todo lo que concierne a la Fe, lo indicado es seguir aquello que la Santa Iglesia, instituida por Cristo para nuestro bien y nuestra guía, nos indica.
A este respecto creo que es muy pertinente el mensaje dirigido por el Papa Francisco al mundo islámico con ocasión del final del Ramadán (mes sagrado de los musulmanes) en el primer año de su pontificado:
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2013/documents/papa-francesco_20130710_musulmani-ramadan.htmlEn donde el tema central elegido por el Papa es el de proponerse como objetivo común la educación de la juventud en el respeto mutuo de la religión del otro. Y es fácil caer en la tentación de interpretar el mensaje como únicamente dirigido a ellos, como una especie de "pedrada" del tipo "no me estás respetando lo suficiente", sin caer en cuenta de que el significado mayor que tiene ese mensaje para nosotros es el del COMPROMISO que el Papa está haciendo con el mundo musulmán de velar porque NUESTRA juventud sea educada en el respeto de la religión DE ELLOS. No está en nuestra mano dar la respuesta islámica a este mensaje, en particular no está en nuestra mano la respuesta de los grupos fundamentalistas radicales islámicos, que naturalmente se espera sea completamente nula; pero SI está en NUESTRA mano hacer que las palabras de NUESTRO Sumo Pontífice NO SEAN palabras vacías al entrar en contradicción con lo que hacemos, SI está en nuestra mano evitar educar en la falta de respeto de la religión del otro, en la suspicacia y el temor, de los que se derivan el odio y el conflicto. Dice el Santo Padre:
Lo que estamos llamados a respetar en cada persona es ante todo su vida, su integridad física, su dignidad y los derechos que de ella derivan, su reputación, su propiedad, su identidad étnica y cultural, sus ideas y sus decisiones políticas. Estamos por ello llamados a pensar, hablar y escribir del otro de modo respetuoso, no sólo en su presencia, sino siempre y en todo lugar, evitando críticas injustas o difamaciones. Para alcanzar este objetivo, las familias, las escuelas, la enseñanza religiosa y todo tipo de medios de comunicación social tienen un papel que desarrollar.
Refiriéndome ahora al respeto mutuo en las relaciones interreligiosas, especialmente entre cristianos y musulmanes, estamos llamados a respetar la religión del otro, sus enseñanzas, símbolos y valores. Un respeto especial se debe a los líderes religiosos y a los lugares de culto. ¡Cuánto dolor acarrean los ataques a uno u otro de ellos!
Asi pues, es nuestra responsabilidad como católicos hacer REALIDAD este respeto promovido por el Santo Padre que pueda servir como ejemplo y primer paso para demostrar que el cristianismo más puro, la Iglesia Católica, SI respeta al Islam; de donde se pueda derivar una respuesta acorde de las personas e instituciones buenas dentro de esa realidad variada y compleja que es el Islam.
De ahí que no parece en lo más mínimo apropiado ni acorde con esta guía y lineamiento que nos traza el Santo Padre el estar difundiendo dentro del mundo cristiano un pensamiento tal como el que marca el artículo del enlace que nos has hecho el favor de compartir, mucho menos que esto se publique en un medio de comunicación de filiación supuestamente católica como lo es el blog de religión en libertad, cuando justamente el Papa ha señalado que tales medios tienen un papel que desarrollar en el cumplimiento de ese objetivo que él ha propuesto.
No se trata, por supuesto, de acallar las denuncias respecto a los abusos a los que son sometidos nuestros hermanos cristianos en ciertos lugares y circunstancias, sino ubicar esos abusos en su debida naturaleza y dimensión, en vez de indebida y gratuitamente extrapolar esa deplorable actitud atribuyéndola a la totalidad de las millones de personas que, sin esa clase de mentalidad de odio, mensoprecio e imposición, legítimamente practican su religión.
Por último y como comentario a uno de los puntos que señala el artículo, que es el de que se les llame "infieles" a los católicos en el Corán, o que se recomiende la amistad entre "fieles" y no con los "infieles", pues eso no es sino natural. Y quien se vea escandalizado por ello, haría bien en considerar el texto de la Encíclica Ecclesiam Suam del Siervo de Dios Paulo VI dada en una época tan relativamente cercana como 1964 (las itálicas son originales, el subrayado es de un servidor):
25. He aquí cómo el mismo San Pablo educaba a los cristianos de la primera generación: No os juntéis bajo un mismo yugo con los infieles. Porque ¿qué participación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué comunión entre la luz y las tinieblas?... O ¿qué asociación del creyente con el infiel?(40). La pedagogía cristiana deberá recordar siempre al discípulo de nuestros tiempos esta su privilegiada condición y este consiguiente deber de vivir en el mundo, pero no del mundo, según el deseo mismo de Jesús, que antes citamos con respecto a sus discípulos: No pido que los saques del mundo, sino que los preserves del mal. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo(41). Y la Iglesia hace propio este deseo.
Pero esta diferencia no es separación. Mejor, no es indiferencia, no es temor, no es desprecio. Cuando la Iglesia se distingue de la humanidad, no se opone a ella, antes bien se le une. Como el médico que, conociendo las insidias de una pestilencia procura guardarse a sí y a los otros de tal infección, pero al mismo tiempo se consagra a la curación de los que han sido atacados, así la Iglesia no hace de la misericordia, que la divina bondad le ha concedido, un privilegio exclusivo, no hace de la propia fortuna un motivo para desinteresarse de quien no la ha conseguido, antes bien convierte su salvación en argumento de interés y de amor para todo el que esté junto a ella o a quien ella pueda acercarse con su esfuerzo comunicativo universal.
Vemos, en primer lugar, como el Papa cita a San Pablo refiriéndose a los no creyentes en la Fe de Cristo como "los infieles". Vemos a San Pablo recomendando no estar bajo un mismo yugo con los "infieles", y puntualizando la diferencia entre la luz y la justicia (de Cristo, por supuesto), respecto a la tiniebla y la iniquidad (de los infieles, claro está). Y finalmente vemos como el Papa interpreta esto (que sabemos que en el auténtico cristianismo la interpretación del Magisterio de la Iglesia es la correcta) NO como separación, indiferencia ni menosprecio por el otro, sino al contrario, como inclusión e interés por él, ya que se considera que si la Iglesia está en la plenitud de la Verdad (lo que evidentemente considera la Iglesia de si misma) entonces el verdadero interés por el otro está necesariamente en procurar que él también tenga acceso a esa plenitud de la Verdad a través de su conversión.
No es, pues, sino natural que el Islam, considerándose a si mismo también como la verdad, tenga un pensamiento similar. Un pensamiento en que distinga al "creyente perfecto" (según su propia concepción) del "imperfecto" (es decir, el "infiel"), un pensamiento en el que recomiende al "creyente perfecto" que le es mejor la compañia de otros "creyentes perfectos" para evitarle el riesgo de verse contaminado con las ideas "erradas" del "infiel". Y que a su vez considere que el verdadero amor e interés en favor del "infiel" no estaría en "desentenderse" de él dejándole como está, sino en procurar también hacerle ver lo que en su propio pensamiento considera que es la luz de la verdad para su "propio beneficio".
Es evidente que ambas partes no pueden estar auténticamente en la razón al procurar actitudes similares respecto a los propios y a los ajenos. O uno tiene la razón o ninguno, pero es imposible que ambos la tengan. Y, desde luego, que ambos mantengan posiciones semejantes respecto a su propia convicción de estar en la verdad, tampoco sirve como argumento para gratuitamente desechar que ninguno pueda realmente estarlo, como infundadamente suponen los indiferentistas y los ateos para justificar sus propias posturas. Ciertamente es perfectamente posible que una de las partes REALMENTE esté en la Verdad; y obviamente los católicos sostenemos con la certeza que Cristo nos da que esos somos nosotros; pero entendemos que ellos piensan que su postura es respladada no solo por la certeza que consideran que Mahoma les da, sino también creen que Jesús igualmente sustentaba su postura, pues se consideran los legítimos seguidores de Jesús, mientras que creen que nosotros hemos seguido una Escritura [la Biblia] que "corrompe" la "verdadera enseñanza" de Jesús.
La Verdad hablará por si misma en el corazón de cada cual en el momento en el que Cristo asi lo disponga, pero nosotros debemos procurar ser instrumentos fieles al servicio del Señor para llevarle ese mensaje a quienes Él Quiera que se lo llevemos nosotros; insisto, cuándo y cómo Él Quiera, y NO cuándo o cómo a nosotros nos parezca importante o pertinente.
Pero, por otra parte, de lo que es más importante ahora que nos percatemos, es de que es tan posible interpretar las enseñanzas del Corán de un modo excluyente y destructivo, o de un modo incluyente y constructivo; como de hecho es igualmente posible interpetar de ambas maneras el mensaje que el Espíritu Santo nos ha dado a través de las cartas de San Pablo. El Magisterio de la Iglesia señala con claridad que la interpretación correcta de San Pablo es la versión constructiva e incluyente, pero grupos de cristianos, sobre todo aquellos que se han separado de la plena comunión eclesial, y que no siguen la Cátedra de San Pedro, bien pueden interpretar de otra manera. Y, respecto al Islam, en esa realidad variada y compleja que hemos señalado, debemos entender que no hay realmente una autoridad definitiva y común que pueda marcar cuál es la línea de interpretación correcta. Y es ahí donde unos interpretan de una forma constructiva e incluyente, y con justicia presentan su religión como una religión de amor y tolerancia; y donde otros interpretan de una manera fanática y fundamentalista, donde transforman el mensaje en un mensaje de odio e imposición, sin dejar por ello de justificarse a si mismos pensando que sus actos, por muy brutales que sean, en realidad son en "beneficio" del "infiel" que así tendrá "mejor oportunidad" de convertirse.
Pero la idea es que, en ese mutuo respeto al que nos ha llamado el Papa Francisco, no nos quedemos nosotros mismos con la interpretación destructiva para de ahí indebidamente justificar una falta de respeto al Islam y a sus autoridades. Sino entendamos que hay muchísimos musulmanes que se apegan a una interpretación constructiva y compatible con una verdadera actitud de amor y respeto al prójimo, y que si estos no suenan tanto o no ocupan tantos titulares; no solo es por eso que decíamos de que tampoco a los propios musulmanes buenos les es tan fácil oponerse a la acción de los violentos; sino es tambiénes porque la acción de los buenos, a veces francamente heroica, no suele ser escandalosa y digna de los titulares, sino es mucho más discreta: si explota un templo, incuestionablemente tendremos un titular, pero si un musulmán pacífico valientemente se opone y evita tal explosión, incluso a riesgo de su propia vida, difícilmente eso generará un titular, se considerara que la vida continua su curso normal y los titulares (y los blogs de religión en libertad) hablarán de la corrupción de los políticos, del futbol o de cualquier otra cosa.
No caigamos, pues, en el sensacionalismo de los medios, sobre todo si eso nos lleva a fortalecer la espiral de desconfianza y odio; sino escuchemos más bien el llamado del Papa Francisco y hagamos realidad esa educación en el respeto mutuo que él ha propuesto.
Que Dios te bendiga.