Hermanos, leyendo la vida de San Francisco de Sales, sabemos que tenía un carácter muy muy fuerte... sin embargo, a toda persona que trataba era siempre con toda dulzura y bondad.
¿De dónde sacó la fuerza para cambiar? Sé que del Espíritu Santo... pero por más que le pido y suplico me alcance la intercesión ante el Espíritu de Amor para cambiar mi carácter... nada...
Sencillamente nada...
¡alabado sea Jesucristo!