¿como se ora en silencio?

Espiritualidad (Vida y escritos de Santos) Se publicarán vidas y obras de santos para el diálogo y sobre todo para el aprendizaje espiritual en nuestro camino a la santidad. Leemos las Sagradas Escrituras a través de los santos, contamos con la santidad de estos hombres como autoridad. ¡Qué poco que se leen las obras de los santos! Este foro será una gran oportunidad para estimular la lectura de los escritos de los hombres más grandes que han vivido en este destierro

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¿como se ora en silencio?

Notapor jose_ignacio » Dom Feb 19, 2012 12:34 am

Hola, solo eso quiero saber, ¿como se ora en silencio? ¿que hay que hacer? mirar algo, pensar en Jesus, como oro en silencio, pues siempre estoy hablando yo y pocas veces lo escucho, quiero saber como se ora en silencio

Dios les bendiga
O Buen Jesus ten Misericordia de nosotros, por que tu nos creaste tu nos redimiste con tu Sangre Preciosisima
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Dom Feb 19, 2012 1:37 pm

jose_ignacio escribió:siempre estoy hablando yo y pocas veces lo escucho


Y yo te pregunto ¿pretendes que Dios te hable sensiblemente o en espíritu?
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor jose_ignacio » Dom Feb 19, 2012 11:49 pm

Rafael de Maria escribió:
jose_ignacio escribió:siempre estoy hablando yo y pocas veces lo escucho


Y yo te pregunto ¿pretendes que Dios te hable sensiblemente o en espíritu?


Mientras sea una certeza, de que esta hablando, de que es su voz, que no son mis pensamientos, no se reconocer el Espiritu lo admito, estamos en un mundo de sensaciones, y yo no me veo ajeno a eso, es muyyy dificil abstraerse de ello.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Lun Feb 20, 2012 7:38 am

Te falta fe. Hay que orar con fe, es lo primero a pedirle al Señor. El don de la fe. Entonces reconocerás su voz.

Los siguientes textos te pueden servir de ayuda:

CATECISMO ROMANO

[Capítulo 7] Preparación que debe hacerse para orar

Dos obstáculos principales impiden que la oración sea fructuosa: el obrar mal aunque se pida bien, y el estar distraído mientras se habla con Dios. Por eso, es menester preparar el alma para la oración (Eclo. 18 23.); y esta preparación se hace por las siguientes disposiciones:
1º Ante todo por un espíritu humilde y obediente, que reconoce sus pecados y se arrepiente de ellos (Sal. 101 18; Eclo. 35 21.), como lo muestra el ejemplo del publicano (Lc. 18 13.) y de la pecadora arrepentida (Lc. 7 37-38.); pues el que a Dios se acerca con pecados es indigno, no sólo de alcanzar algo de Dios, sino incluso de ponerse en su presencia para orar. [2] 2º En segundo lugar, por la mansedumbre y misericordia, evitando: los homicidios y modos violentos con el prójimo (Is. 1 15.), la ira y la disensión (I Tim. 2 8.), el no perdonar las injurias (Mc. 11 25; Mt. 6 11.), la dureza de corazón y aspereza con los pobres (Prov. 21 13.), la soberbia (I Ped. 5 5.), y el menosprecio de la palabra de Dios (Prov. 28.); pues todos esos pecados impiden sobremanera que Dios acceda a lo que pedimos en la oración.
[3] 3º En tercer lugar, por la fe (Rom. 10 14.), sin la cual no podemos conocer el poder eterno de Dios, ni su misericordia, ni tener por lo tanto la confianza necesaria para orar (Mt. 21 22.). Al contrario, si tenemos la fe y la esperanza cierta de alcanzar lo que pedimos, lo conseguiremos de Dios (Sant. 1 6.).

[6] Por eso hay que pedir a Dios que aumente nuestra fe (Lc. 17 5; Mc. 9 23.), y nosotros, por nuestra parte, hemos de hacer todo lo posible para conformar a la voluntad de Dios todos nuestros pensamientos, obras y oraciones (Jn. 15 7.). [4-5] Los motivos de esta fe son: • la misma bondad de Dios hacia nosotros, manifestada al mandarnos que lo llamemos Padre (Mt. 23 9.); • el gran número de personas que por la oración obtuvieron beneficios de Dios; • la intercesión de Cristo nuestro Señor (I Jn. 2 1-2; Rom. 8 34; I Tim. 2 5; Heb. 2 17.); • el mismo Espíritu Santo, que es el que nos mueve a orar y ayuda a nuestra flaqueza (Rom. 8 15; Gal. 4 6.).

[Capítulo 8] Modo requerido para orar

Muchas veces no conseguimos lo que pedimos porque pedimos mal (Sant. 4 3.). Por lo tanto, importa saber el modo correcto para orar bien. [1-5]

1º Débese orar en espíritu y en verdad (Jn. 4 23.), esto es, con el afecto íntimo y ardiente del alma. Y aunque este modo de orar no excluye la oración vocal, ha de darse preferencia a la oración nacida de un espíritu fervoroso, la íntima nacida del corazón, aunque no se exprese con palabras (I Rey. 1 10, 13, 27.). Se ha de observar aquí: • que la oración vocal es útil para excitar los afectos del que ora; • que la oración vocal es más necesaria en la oración pública que en la oración privada; • que en la oración vocal deben huirse dos excesos: — la locuacidad o vano sonido de palabras propio de los infieles, que no hay que confundir con las oraciones largas de un espíritu fervoroso, y que nuestro Señor mismo practicó (Lc. 6 12; Mt. 26 41, 42, 44.); — y la hipocresía o deseo de ser visto por los hombres (Mt. 6 5-6.). [6]

Débese orar con perseverancia, sin desfallecer al ver que no alcanzamos al punto lo que pedimos. Nuestro Señor, en el Evangelio, manifestó repetidas veces que desea esta nuestra perseverancia en la oración, si queremos ser escuchados (Lc. 18 1-3; I Tes. 5 17.).

Debemos pedir en nombre de Cristo, nuestro abogado, para que nuestras oraciones se revistan de la eficacia de las súplicas de Cristo, que son siempre oídas por el Padre celestial (Jn. 14 13; 16 23-24.). [8] 4º Debemos orar con fervor, y acompañando la oración con la acción de gracias (I Cor. 14 17-18; Ef. 5 19-20; Col. 3 17.). [9] 5º Finalmente, debemos añadir la limosna y el ayuno a la oración: • el ayuno, íntimamente ligado a la oración (Tob. 12 8.), a fin de que nuestro espíritu se vea más despejado para rezar; • y la limosna, para que Dios nos haga como nosotros hacemos al prójimo. Como al pecar ofendemos a Dios, o injuriamos al prójimo, o nos perjudicamos a nosotros mismos, con la oración borramos las ofensas hechas a Dios, con la limosna las injurias hechas al prójimo, y con el ayuno las manchas propias de nuestra vida.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Lun Feb 20, 2012 7:41 am

EL GRAN MEDIO DE LA ORACIÓN - San Alfonso María de Ligorio

HAY QUE ORAR CON HUMILDAD

Escucha el Señor bondadosamente las oraciones de sus siervos, pero sólo de sus siervos sencillos y humildes, como dice el Salmista: Miró el Señor la oración de los humildes. Y añade el apóstol Santiago: Dios resiste a los soberbios y da sus gracias a los humildes. No escucha el Señor las oraciones de los soberbios que sólo confían en sus fuerzas, antes los deja en su propia miseria, y en ese mísero estado, privados de la ayuda de Dios, se pierden sin remedio. Así lo confesaba David con lágrimas amargas: Antes que fuera humillado, caí Pequé porque no era humilde. Lo mismo acaeció al apóstol Pedro el cual, cuando el Señor anunció que aquella misma noche todos sus discípulos le habían de abandonar, él, en vez de confesar su debilidad y pedir fuerzas al Maestro para no serie infiel, confió demasiado en sus propias fuerzas y replicó animoso que, aunque todos le abandonaran, él no le abandonaría. Predícele de nuevo Jesús que aquella misma noche, antes que cantase el gallo, tres veces le había de negar; de nuevo,Pedro fiado en sus bríos naturales contestó orgullosamente: Aunque tenga que morir, yo no te negaré. ¿Qué pasó? Apenas el malhadado puso los pies en la casa del pontífice, le echaron en cara que era discípulo del Nazareno y él por tres veces le negó descaradamente y afirmó con juramento que no conocía a tal hombre. Si Pedro se hubiera humillado y con humildad hubiera pedido a su divino Maestro la gracia de la fortaleza, seguramente no le hubiera negado tan villanamente.

Convenzámonos de que estamos todos suspendidos sobre el profundo abismo de nuestros pecados... por el hilo de la gracia de Dios. Si ese hilo se corta, caeremos ciertamente en ese abismo y cometeremos los más horrendos pecados. Si el Señor no me hubiera socorrido, seguramente sería el infierno mi morada. Eso decía el Salmista y eso podemos repetir nosotros también. Esto mismo quería manifestar San Francisco de Asís cuando de sí mismo decía que era el mayor pecador del mundo. Contradíjole el fraile que le acompañaba: Padre mio, le dijo, eso no es verdad, pues de seguro que hay en el mundo muchos pecadores que han cometido más graves pecados. A lo cual contestó el Santo: Muy verdad es lo que decía; pues si Dios no me tuviera de su mano, hubiera hecho los más horribles pecados que se pueden cometer.

Es verdad de fe que sin la ayuda de la gracia de Dios no puede el hombre hacer obra alguna buena, ni siquiera tener un santo pensamiento. Así lo afirmaba también San Agustín: Sin la gracia de Dios no puede el hombre ni pensar ni hacer cosa buena Y añadía el mismo Santo: Así como el ojo no puede ver sin luz, así el hombre no puede obrar bien sin la gracia. Y antes lo había escrito ya el Apóstol: No somos capaces por nosotros mismos de concebir un buen pensamiento, como propio, sino que nuestra suficiencia y capacidad vienen de Dios. Lo mismo que siglos antes había confesado el rey David, cuando cantaba: Si el Señor no es el que edifica la casa" en vano se fatigan los que la edifican. Vanamente trabaja el hombre en hacerse santo, si Dios no le ayuda con su poderosa mano. Si el Señor no guarda la ciudad, inútilmente se desvela el que la guarda. Si Dios no defiende del pecado el alma, vano empeño sería quererlo hacer ella con sus solas fuerzas. Por eso decía- el mismo real profeta: No confiaré en mi arco. No confío en la fuerza de mis armas, solamente Dios me puede salvar.

El que sinceramente tenga que reconocer que hizo algún bien y que no cayó en más graves pecados, diga con el apóstol San Pablo: Por la gracia de Dios soy lo que soy. Y por esta misma razón debe vivir en santo temor, como quien sabe que a cada paso puede caer. Mire, pues, no caiga el que piense estar firme. Con estas palabras que son del mismo apóstol nos quiso decir que está en gran peligro de caer el que ningún miedo tiene a caer. Y nos da la razón con estas palabras: Porque si alguno piensa ser algo, se engaña a sí mismo, pues verdaderamente de suyo nada es. Sabiamente nos recordaba lo mismo el gran San Agustín, el cual escribió: Dejan muchos de ser firmes, porque presumen de su firmeza.. Nadie será más firme en Dios que aquel que de por sí se crea menos firme. Por tanto si alguno dijere que no tiene temor, señal será que confía en sus fuerzas y buenos propósitos; pero los que tal piensan, andan muy engañados con esta vana confianza de sí mismos, y fiados en sus solas fuerzas no temerán y no temiendo dejarán a Dios y por este camino su ruina es inevitable y segura.

Pongamos también mucho cuidado en no tener vanidad de nosotros mismos, cuando vemos los pecados en que por ventura vienen a caer los demás; por el contrario, tengámonos entonces por grandes pecadores y digamos así al Señor: Señor mío, peor hubiera obrado yo, si Vos no me hubierais sostenido con vuestra gracia. Porque si no nos humillamos, bien pudiera ser que Dios, en castigo de nuestra soberbia, nos dejara caer en más graves y asquerosas culpas. Por esto el Apóstol nos manda que trabajemos en la obra de nuestra salvación. Pero ¿cómo? temiendo y temblando. Y es así, porque aquel que teme caer desconfía de sí mismo y de sus fuerzas y pone toda su confianza en Dios pues que en El confía, a El acude en todos los peligros, le ayuda el Señor y le sacará vencedor de todas las tentaciones.

Por Roma caminaba un día San Felipe Neri y por el camino iba diciendo: Estoy desesperado. Le corrigió un religioso y el Santo le contestó: Padre mío, desesperado estoy de mí mismo... pero confío en Dios.. Eso mismo hemos de hacer nosotros, si de veras queremos salvarnos. Desconfiemos de nuestras humanas fuerzas. Imitemos a San Felipe, el cual apenas despertaba por la mañana decía al Señor: Señor, no dejéis hoy de la mano a Felipe, porque si no, este Felipe os va a hacer alguna trastada,

Concluyamos, pues, con San Agustín que toda la ciencia M cristiano consiste en conocer que el hombre nada es y nada puede. Con esta convicción no dejará de acudir continuamente a Dios con la oración para tener las fuerzas que no tiene y que necesita para vencer las tentaciones y practicar la virtud. Y así obrará bien, con la ayuda de Dios, el cual nunca niega su gracia a aquel que se la pide con humildad. La oración del humilde atraviesa las nubes... y no se retira hasta que la mire benigno el Altísimo. Y aunque el alma sea culpable de los más grandes pecados, no la rechaza el Señor, porque, como dice David: Dios no desprecia un corazón contrito y humillado. Por el contrario: Resiste Dios a los soberbios y a los humildes les da su gracia. Y así como el Señor es severo para los orgullosos y rechaza sus peticiones, así en la misma medida es bondadoso y espléndido con los humildes. El mismo Señor dijo un día a Santa Catalina de Sena: Aprende, hija mía, que el alma que persevera en la oración humilde, alcanza todas las virtudes.

A este propósito parécenos bien apuntar aquí un consejo que en una nota a la carta décimooctava de Santa Teresa trae el piadosísimo Obispo Palafox y que se dirige muy especialmente a las personas que tratan de cosas del espíritu y quieren hacerse santas. Escribe la Santa a su confesor y le da cuenta de los grados de oración sobrenatural con que el Señor la había favorecido. Sobre esto el citado Prelado nos enseña que esas gracias sobrenaturales que se dignó conceder Dios a Santa Teresa y a otros santos no son necesarias para llegar a la santidad, ya que muchas almas llegaron sin ellas a la más alta perfección y otras muchas por el contrario, aunque alguna vez las gozaron, al fin miserablemente se perdieron. De aquí concluye que es tontería y presunción pedir esos dones sobrenaturales, ya que el verdadero camino para llegar a la santidad es ejercitarnos en la virtud y en el amor de Dios, y a esto se llega por medio de la oración y de la correspondencia a las luces y gracias de Dios, que sólo desea vernos santos, como dice el Apóstol: Está es la voluntad de Dios.. vuestra santificación.

Luego pasa a tratar el dicho piadoso escritor de los grados de oración extraordinaria de los cuales la Santa escribía, esto es, de la oración de quietud, del sueño y suspensión de las potencias, de la unión, del éxtasis, del vuelo y de la herida espiritual. Sobre estas cosas escribe discretamente el sabio autor.

En vez de oración de quietud debemos pedir y desear que Dios nos libre de todo afecto y deseo de bienes mundanos que, no tan sólo no dan la paz, sino que por el contrario traen consigo inquietud y aflicción de espíritu, como dijo Salomón: Todo es vanidad y aflicción de espíritu. No hallará jamás verdadera paz el corazón del hombre si no arroja de sí todo aquello que no es del agrado de Dios, para

dejar lugar totalmente al amor divino, el cual debe poseerlo por completo. Mas esto de por sí no puede tenerlo el alma y tendrá que alcanzarlo con continua oración.

En vez del sueño y suspensión de potencias, pidamos a Dios que tengamos el alma dormida y muerta para todas las cosas temporales y muy despierta para meditar la bondad divina y para suspirar por el amor santo y los bienes eternos.

En vez de la unión de las potencias pidamos a Dios la gracia de no pensar, buscar y desear sino lo que sea su divino querer, pues la santidad más alta y la perfección más sublime sólo consisten en la unión de nuestra voluntad con la voluntad divina.

En vez de éxtasis y raptos será mucho mejor que pidamos a Dios que nos arranque del alma el amor desordenado de nosotros mismos y de las criaturas y que nos arrastre detrás de sí,y de su amor.

En vez del vuelo del espíritu pidamos al Señor la gracia de vivir enteramente despegados de este mundo, como las golondrinas, que no se posan sobre la tierra para comer, si no que volando comen. Con lo cual debe entenderse que sólo debemos tomar aquellas cosas materiales que son necesarias para sostenimiento de la vida, pero volando por los aires siempre, es decir, sin detenernos en la tierra para saborear los placeres de este mundo.

En vez del ímpetu del espíritu pidamos al Señor que nos dé aquella energía y aquella fortaleza que nos son necesarias para resistir a los ataques de nuestros enemigos y para vencer las pasiones y abrazarnos con la cruz, aun en medio de las desolaciones y tristezas espirituales.

Y en cuanto a la herida espiritual pensemos que, así como las heridas con sus dolores nos traen a cada paso a la memoria el recuerdo de nuestro mal, así hemos de pedir a Dios que de tal suerte nos hiera con la lanzada de su santo amor, que recordemos continuamente su bondad y el apodo que nos ha tenido, y de esta manera podamos vivir siempre amándolo y complaciéndolo con obras y deseos.

Pues todas estas gracias no se alcanzan sin oración, y con ella se alcanza todo, con tal que sea humilde, confiada y perseverante.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Lun Feb 20, 2012 7:47 am

CAMINO - San Jose María Escrivá

ORACIÓN

La acción nada vale sin la oración: la oración se avalora con el sacrificio.

Primero, oración; después, expiación; en tercer lugar, muy en "tercer lugar", acción.

La oración es el cimiento del edificio espiritual. -La oración es omnipotente.

"Domine, doce nos orare" -¡Señor, enséñanos a orar! -Y el Señor respondió: cuando os
pongáis a orar, habéis de decir: "Pater noster, qui es in coelis..." -Padre nuestro, que estás en los
cielos...¡Cómo no hemos de tener en mucho la oración vocal!

Despacio. -Mira qué dices, quién lo dice y a quién. -Porque ese hablar de prisa, sin lugar para
la consideración, es ruido, golpeteo de latas.
Y te diré con Santa Teresa, que no lo llamo oración, aunque mucho menees los labios.

Tu oración debe ser litúrgica. -Ojalá te aficiones a recitar los salmos, y las oraciones del misal,
en lugar de oraciones privadas o particulares.

"No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios", dijo el
Señor. -¡Pan y palabra!: Hostia y oración.
Si no, no vivirás vida sobrenatural.

Buscas la compañía de amigos que con su conversación y su afecto, con su trato, te hacen más
llevadero el destierro de este mundo..., aunque los amigos a veces traicionan. -No me parece
mal.
Pero... ¿cómo no frecuentas cada día con mayor intensidad la compañía, la conversación con
el Gran Amigo, que nunca traiciona?

"María escogió la mejor parte", se lee en el Santo Evangelio. -Allí está ella, bebiendo las
palabras del Maestro. En aparente inactividad, ora y ama. -Después, acompaña a Jesús en sus
predicaciones por ciudades y aldeas.
Sin oración, ¡qué difícil es acompañarle!

¿Que no sabes orar? -Ponte en la presencia de Dios, y en cuanto comiences a decir: "Señor,
¡que no sé hacer oración!...", está seguro de que has empezado a hacerla.

Me has escrito: "orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?" -¿De qué? De El, de ti: alegrías,
tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y
hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio.
En dos palabras: conocerle y conocerte: "¡tratarse!"

"Et in meditatione mea exardescit ignis" -Y, en mi meditación, se enciende el fuego. -A eso
vas a la oración: a hacerte una hoguera, lumbre viva, que dé calor y luz.
Por eso cuando no sepas ir adelante, cuando sientas que te apagas, si no puedes echar en el
fuego troncos olorosos, echa las ramas y la hojarasca de pequeñas oraciones vocales, de
jaculatorias, que sigan alimentando la hoguera. -Y habrás aprovechado el tiempo.

Te ves tan miserable que te reconoces indigno de que Dios te oiga... Pero, ¿y los méritos de
María? ¿Y las llagas de tu Señor? Y... ¿acaso no eres hijo de Dios?
Además, El te escucha "quoniam bonus..., quoniam in saeculum misericordia ejus": porque es
bueno, porque su misericordia permanece siempre.

Se ha hecho tan pequeño -ya ves: ¡un Niño!- para que te le acerques con confianza.

"In te, Domine, speravi": en ti, Señor, esperé. -Y puse, con los medios humanos, mi oración y
mi cruz. -Y mi esperanza no fue vana, ni jamás lo será: "non confundar in aeternum"!

Habla Jesús: "Así os digo yo: pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá".
Haz oración. ¿En qué negocio humano te pueden dar más seguridades de éxito?

No sabes qué decir al Señor en la oración. No te acuerdas de nada, y, sin embargo, querrías
consultarle muchas cosas. -Mira: toma algunas notas durante el día de las cuestiones que desees
considerar en la presencia de Dios. Y ve con esa nota luego a orar.

Después de la oración del Sacerdote y de las vírgenes consagradas, la oración más grata a
Dios es la de los niños y la de los enfermos.

Cuando vayas a orar, que sea éste un firme propósito: ni más tiempo por consolación, ni
menos por aridez.

No digas a Jesús que quieres consuelo en la oración. -Si te lo da, agradéceselo. -Dile siempre
que quieres perseverancia.

Persevera en la oración. -Persevera, aunque tu labor parezca estéril. -La oración es siempre
fecunda.

Tu inteligencia está torpe, inactiva: haces esfuerzos inútiles para coordinar las ideas en la
presencia del Señor: ¡un verdadero atontamiento!
No te esfuerces, ni te preocupes. -Oyeme bien: es la hora del corazón.

Esas palabras, que te han herido en la oración, grábalas en tu memoria y recítalas
pausadamente muchas veces durante el día.

"Pernoctans in oratione Dei" -pasó la noche en oración. -Esto nos dice San Lucas, del Señor.
Tú, ¿cuántas veces has perseverado así? -Entonces...

Si no tratas a Cristo en la oración y en el Pan, ¿cómo le vas a dar a conocer?

Me has escrito, y te entiendo: "Hago todos los días mi «ratito» de oración: ¡si no fuera por
eso!"

¿Santo, sin oración?... -No creo en esa santidad.

Te diré, plagiando la frase de un autor extranjero, que tu vida de apóstol vale lo que vale tu
oración.

Si no eres hombre de oración, no creo en la rectitud de tus intenciones cuando dices que
trabajas por Cristo.

Me has dicho alguna vez que pareces un reloj descompuesto, que suena a destiempo: estás
frío, seco y árido a la hora de tu oración; y, en cambio, cuando menos era de esperar, en la calle,
entre los afanes de cada día, en medio del barullo y alboroto de la ciudad, o en la quietud
laboriosa de tu trabajo profesional, te sorprendes orando... ¿A destiempo? Bueno; pero no
desaproveches esas campanadas de tu reloj. -El espíritu sopla donde quiere.

Me has hecho reír con tu oración... impaciente. -Le decías: "no quiero hacerme viejo, Jesús...
¡Es mucho esperar para verte! Entonces, quizá no tenga el corazón en carne viva, como lo tengo
ahora. Viejo, me parece tarde. Ahora, mi unión sería más gallarda, porque te quiero con Amor
de doncel".

Me gusta que vivas esa "reparación ambiciosa": ¡el mundo!, me has dicho. -Bien. Pero, en
primer término, los de tu familia sobrenatural y de sangre, los del país que es nuestra Patria.

Le decías: "No te fíes de mí... Yo sí que me fío de ti, Jesús... Me abandono en tus brazos: allí
dejo lo que tengo, ¡mis miserias!" -Y me parece buena oración.

La oración del cristiano nunca es monólogo.

"Minutos de silencio". -Dejadlos para los que tienen el corazón seco. Los católicos, hijos de
Dios, hablamos con el Padre nuestro que está en los cielos.

No dejes tu lección espiritual. -La lectura ha hecho muchos santos.

En la lectura -me escribes- formo el depósito de combustible. -Parece un montón inerte, pero
es de allí de donde muchas veces mi memoria saca espontáneamente material, que llena de vida
mi oración y enciende mi hacimiento de gracias después de comulgar.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Lun Feb 20, 2012 7:55 am

Oración para pedir la gracia de la devoción. Tomás de Kempis

Señor Dios mío, Tú eres todos mis bienes. ¿Quién soy yo para que me atreva a
hablarte?
Yo soy un pobrísimo siervecillo tuyo, y gusanillo desechado, mucho más pobre y
despreciable de lo que yo sé y puedo decir.
Pero acuérdate, Señor, que soy nada, nada tengo y nada valgo.
Tú solo eres bueno, justo y santo; Tú lo puedes todo, lo das todo, dejando vacío
solamente al pecador.
Acuérdate de tus misericordias, y llena mi corazón de gracia; pues no quieres que sean
vacías tus obras.
¿Cómo podré sufrirme en esta miserable vida, si no me confortare tu gracia y
misericordia?
No me vuelvas el rostro; no dilates tu visitación; no desvíes tu consuelo, porque no sea
mi alma para Ti como la tierra sin agua.
Señor, enséñame a hacer tu voluntad; enséñame a conversar delante de Ti digna y
humildemente, pues Tú eres mi sabiduría, que en verdad me conoces, y conociste antes
que el mundo se hiciese, y yo naciese en el mundo.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Lun Feb 20, 2012 8:09 am

LA ORACIÓN. Beata María de la Purísima (Destellos de luz)


“La oración es la fuente que alimenta nuestra vida espiritual”.

408. Cuidad mucho vuestra oración que es la fuente que alimenta nuestra vida espiritual y el tiempo fuerte de nuestra unión con el Señor.

409. No olvidéis que “orar es amar y amar es cambiar”, porque la oración nos va transformando dándonos fuerza para vencernos y así hacer en todo momento la voluntad de Dios.

410. Siga trabajando cuanto pueda en la vida interior, en la oración, en la Presencia de Dios durante el día, en vivir con Él en su alma y verle a Él en las niñas y así tratarlas.

411. No me extraña que en la oración se le vengan las niñas, pero aprovéchelo para pedir al Señor le dé lo que necesite para hacer bien a sus almas.

412. En la oración aproveche el tiempo; procure ver las cosas sobrenaturalmente, de otro modo no puede ser feliz en la vida religiosa.

413. Cuanto la vida se hace más difícil, más necesitamos acudir a Él, tener más vida de oración.

414.No lo deje sólo en su alma. Sepa vivir con Él. ¿Cómo? con la oración y la Presencia de Dios durante el día. Haciendo las cosas sólo por Él; es verdad que siempre las hacemos por Él, pero ¿Sólo por Él?, ¿qué le parece?

415. Sea muy constante en la oración que le dará fuerzas para vencerse en todo momento.

416. Procure hacer mucha oración, pidiendo al Señor le dé todo lo que necesita para que, en esta nueva etapa de su vida, dé mucha gloria a Dios y haga mucho bien a todos los que estén a su alrededor.

417. Piensa que tienes cerca de ti muchas almas a quienes puedes acercar más a Dios, sobre todo con tu oración y sacrificio, y también esforzándote por tenerlas entusiasmadas y deseosas de ser buenas.

418. Él se ha dado todo para s.c. ¿y s.c. está toda entregada a Él? ¿Por qué no? Píenselo… ¿No quiere? Pues, anímese y sepa despreciar las cosas “exteriores” y ahondar cada día más en las únicas que en realidad tienen valor. Para conseguirlo “vigorice” su vida de oración durante todo el día.

419. La oración, me parece que debía s.c. prepararla, aunque después le cuente al Señor sus cosas, y aunque no toque el punto que ha preparado, el solo hecho de prepararla ya prepara su alma y la dispone a entrar en la oración con más facilidad.

420. No deje libre a la loca de la casa; sujétela, domínela, sea señora, deseche pensamientos inútiles que le pueden hacer mucho daño. Piense que el Reino de Dios está en su alma, y goce de Él, de su Amor, de su Amistad.

421. Póngase cada día un campo de apostolado hacia donde oriente su oración, sus sacrificios y vida monótona: misiones, enfermos, moribundos, sacerdotes, etc.

422. Nuestra naturaleza hace su oficio y da la lata, pero hay que domarla con la oración y la mortificación.

423. Que su oración no se limite al tiempo de la capilla. Sea todo el día oración, entusiásmese con la lucha. Luchar por un gran Amor, bien merece la pena; aunque no vea los resultados, siga adelante con constancia.

424. Tenemos que hacer mucha oración, convencidas de la necesidad grande que tenemos del Señor y que todo nos tiene que venir de ahí.

425.Necesitamos estar muy unidas a Él, que nuestra oración sea continua; y es bueno sintamos nuestra debilidad e incapacidad, para que no nos fiemos de nosotras mismas, sino que acudamos continuamente al Señor. Si así lo hacemos no nos puede negar su gracia. Con Él lo podemos todo.

426. No le asuste el salto a una vida de más perfección, piense que con la oración todo lo puede.

427.Alégrese de sentir a veces su miseria, es muy saludable, pues nos hace acudir a Dios y entonces somos fuertes; tiene que acostumbrarse a sentirse muy necesitada de Él y a acudir en cada momento pidiendo su ayuda.

428.Cuando nos fiamos de nosotras mismas entonces es cuando damos los batacazos; por eso tenemos que agradecerle al Señor cuando nos hace sentir nuestra miseria y debilidad. Por un lado nos humilla y por otro nos hace acudir a Él, y Dios nunca deja de ayudarnos si se lo pedimos.

429.La oración es nuestra gran palanca, y más cuando es el Espíritu el que clama en nosotros ¡Abba, Padre!

430.Confíe en Dios y rece, la oración todo lo alcanza. No está sola. Él está a su lado, y oraciones no le faltarán. ¿Lo cree? No sea pesimista “Todo lo puede, en Él que la conforta”.

431.Sea alma de oración, acuda continuamente al Señor, esperándolo todo de Él. Si sabe hacerse pequeña y confiar en Él, hará maravillas.

432.No descuide su oración y vida interior que es lo que le dará fuerza para vivir plenamente su vida religiosa.

433.Haga oración de unión de su voluntad a la de Dios y de ruego. Verá cómo Dios se le hace presente de algún modo; dándole paz, pidiéndole, exigiéndole y llenándola de fortaleza.

434.Él ve su buena voluntad y buen deseo. No deje de trabajar pero con paz, sin inquietud nerviosa, ni excesivo deseo de sentir. Estudie con serenidad su alma por los exámenes. Busque las raíces de los fallos y vea los medios que ha de poner en adelante.

435.Vida de oración, silencio interior, humildad para estar siempre a los pies de todas mis hermanas como Cristo.

436.Tenemos tanta necesidad de Él que no tenemos más remedio que desear el rato de estar con Él. Es a quien únicamente le podemos contar todo, menos mal que su gracia y su fuerza no nos faltan.

437.Pida mucho, hay muchas intenciones importantes por las que tenemos que pedir y ofrecer sacrificios; s.c. aproveche las pequeñas cosas que se le presentan, mírelas como un tesoro y ofrézcalo todo por el Instituto.

438.No te agobies demasiado con pensar te duermes tanto, (en la oración). Eso sí, procura durante el día suplir la hora entera con jaculatorias, actos de amor, etc.… y sobre todo con la presencia de Dios.

439.No descuiden su oración y vida interior; de ahí tiene que salir todo.

440.Haga mucha oración. Trabájese en la humildad, en la generosidad… en la docilidad. Las cosas de Dios van siempre acompañadas de paz, mansedumbre, confianza, abandono en Él.

441. Acérquese al Señor y será iluminada, porque Él es la LUZ.

442.Vamos a pasar el día en oración continua, llenas de fe y confianza, pidiendo al Espíritu Santo, que mora en nosotros, que ore al Padre por nuestro Instituto, para que todo sea para edificación de la Iglesia.

443.Intensifique su recogimiento y oración. Pase algunos ratos en la Capilla pidiendo; es nuestra gran arma la oración.

444.En la oración debemos ser muy sinceras con el Señor, reconociendo ante Él nuestras imperfecciones “presentes” y nuestras “actitudes interiores”, hasta las más recónditas que no sean rectas.

445.En la oración es donde recibimos del Señor la luz para comprender la necesidad que tenemos de ser fieles a nuestra vocación, es donde aprendemos a ver las cosas con espíritu sobrenatural y a cambiar nuestros criterios humanos por criterios de fe.

446. En la oración es donde nos conocemos tal como somos en la presencia de Dios y donde recibimos la fortaleza para luchar contra nuestro egoísmo y amor propio.

447. Si la oración no se traduce en virtudes, raramente es verdadera. El auténtico fruto de la oración es ir aceptando la voluntad del Señor en cada acontecimiento pequeño o grande de nuestra vida.

448.Si pensáramos en las cosas de arriba nuestra oración sería continua.

449. En la vigilancia y en la oración es donde encontraremos siempre la fuerza para cumplir la voluntad de Dios, y pasar con mérito la prueba de la Cuaresma de esta vida en la que siempre tendremos dificultades.

450. Convencidas de que solas no podemos nada, hagamos de la oración nuestra fuerza en la lucha de cada día.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor jose_ignacio » Lun Feb 20, 2012 10:44 am

Gracias Rafael, por tu tiempo, creo que en parte ha sido contestada la pregunta, lo demas lo dejo a la Misericordia de Dios

Dios te bendiga
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor jose_ignacio » Lun Feb 20, 2012 11:33 am

"Siga trabajando cuanto pueda en la vida interior, en la oración, en la Presencia de Dios durante el día, en vivir con Él en su alma y verle a Él en las niñas y así tratarlas."

¿Que es esto?, me ha espantado un poco, yo vivo con mis sobrinas y las cuido en las tardes y les enseño disciplina y paso muchas rabias con ellas, no es mi voluntad las circunstancias de la vida me pusieron aqui, ni siquiera es de mi bondad que lo hago estoy aqui por que la Vida me puso aca, por que estoy preparando mi examen, y no puedo trabajar al menos por estos meses hasta que me titule, son todas niñas y a veces, ay Dios mio... no las soporto, superan mi paciencia, por eso esto me espanta un poco.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Lun Feb 20, 2012 1:00 pm

Mira por donde, la providencia te dispuso estos escritos. Son pensamientos, cartas, o máximas de esta beata española, sucesora de la fundadora de las hermanas de la Cruz (Santa Ángela de la Cruz). Se dirige especialmente a las niñas por, evidentemente, los colegios femeninos que tienen bajo su encomienda.

jose_ignacio escribió: ni siquiera es de mi bondad que lo hago estoy aqui por que la Vida me puso aca.


Magnífica prueba y ocasión para dar testimonio de amor al Señor. Si no oras no tendrás fuerzas para vencer ese pequeño espanto, como tu dices. Para ver al Señor en el prójimo es indispensable ver la cruz. Si amamos al Señor, amamos la curz, en verdad y obras.

San Agustín dijo "Cuando se ama no se sufre y si se sufre hasta se ama el mismo sufrimiento".
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Rafael de Maria » Dom Mar 04, 2012 4:08 pm

Jesucristo enseña a santa Brigida cómo debe orar, y le describe tres clases de hombres que le
sirven en este mundo.


Yo soy tu Dios, que siendo verdadero Dios y verdadero hombre en una persona, fuí crucificado, y cada día estoy en las manos de los sacerdotes. Todas cuantas veces me hicieses oración la acabarás diciendo que se haga mi voluntad y no la tuya; porque cuando ruegas por los condenados, no te oigo, ni cuando pides lo que es contra tu salvación. Y así, conviene que subordines tu voluntad a la mía, porque sé y alcanzo todas las cosas y te daré lo que te conviene. Hay muchos que hacen oración, mas no con intención recta, y así no merecen ser oídos; porque te hago saber que hay tres clases diferentes de personas que me sirven:

Los primeros, son los que creen que soy Dios, dador de todas las cosas y omnipotente. Estos me sirven porque les de haciendas y honras, pero las cosas del cielo no las aprecian nada y a cambio de tener lo que en este mundo desean, perderían con gusto el cielo. A estos tales todo les sucede próspero en el mundo según desean, y de esta suerte perdiendo los bienes eternos, les renumero en bienes temporales todo lo bueno que hicieron por mí, pagandoles hasta el último cuadrante y hasta el último punto.

Hay otros que creen que soy Dios omnipotente y Juez riguroso, y estos me sirven de puro miedo de la pena, pero no por amor que tengan a la gloria y si no fuera por el temor que tienen, estos tales no me servirían.

Hay otros, en cambio, que creen que soy Creador de todas las cosas y verdadero Dios, justo y misericordioso; y estos me sirven, no por miedo de la pena, sino por amor y caridad, y querrían pasar y sufrir penas infinitas, si les fuera posible, más bien que ofenderme una sola vez. Estos merecen ser oídos en sus oraciones, porque siempre conforman su voluntad con la mía. Los primeros tendrán un eterno castigo, y no verán mi rostro; los segundos, aunque no tendrán tan gran castigo, no verán mi cara, si no enmendaren aquel puro temor, y exclusivo de otro mejor motivo, con la penitencia.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Betsy Maria » Mar Mar 06, 2012 5:56 pm

yo cierro los ojos, y repaso atentamente cada segundo del dia desde que me despierto hasta que me voy a descansar, ya en la noche; y voy reflexionando sobre mis acciones, palabras, personas de ese dia y siento como el Señor me indica en que momento lo deje actuar a ÉL, y en que momento no, haciendo sólo mi voluntad, que debo mejorar, al final solo me queda agradecer porque siento que ha acompañado mi reflexión y asi esa reflexión se vuelve oración. es decir, me presento a Dios con lo que soy y lo que viví, él hace el resto. :D
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor Caminanta » Mar Abr 17, 2012 5:48 pm

Hola Jose Ignacio,
A la hora de orar en silencio, se trata de acallar la mente, abrir espacio, silencio interior. Ayuda observar la propia respiración, simplemente eso. Si cruza un pensamiento, con naturalidad se observa, y se vuelve a la respiración. Con la práctica, es espacio abierto entre pensamiento y pensamiento, se hace mayor y más estable.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor clauabru » Mié Abr 18, 2012 11:50 am

Cuidado con las "técnicas de respiración" y otras yerbas similares...

Catecismo de la Iglesia Católica escribió:2726 En el combate de la oración, tenemos que hacer frente en nosotros mismos y en torno a nosotros a conceptos erróneos sobre la oración. Unos ven en ella una simple operación psicológica, otros un esfuerzo de concentración para llegar a un vacío mental. Otros la reducen a actitudes y palabras rituales. En el inconsciente de muchos cristianos, orar es una ocupación incompatible con todo lo que tienen que hacer: no tienen tiempo. Hay quienes buscan a Dios por medio de la oración, pero se desalientan pronto porque ignoran que la oración viene también del Espíritu Santo y no solamente de ellos.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor tralalá » Sab Jun 30, 2012 1:24 pm

Oración rezada por el Beato Santiago Alberione.

Jesús Maestro;
tú que has dicho: “Donde están
dos o tres reunidos en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos”,
quédate con nosotros,
que estamos reunidos
para meditar y comulgar con tu Palabra.

Tú eres el Maestro y la Verdad:
Ilumínanos para que comprendamos mejor
las Sagradas Escrituras.

Tú eres el Guía y el Camino:
haz que seamos dóciles a tu seguimiento.

Tú eres la Vida:
haz que nuestros corazones
sean la buena tierra
donde la semilla de tu Palabra
produzca frutos abundantes
de santidad y apostolado.

Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida,
ten piedad de nosotros.
Amén.

Beato Santiago Alberione
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
amor a Jesús, María y José.
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Acompáñennos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor canpat1 » Vie Jul 20, 2012 11:22 am

yo de vdd que tengo la duda sobre orar... muchos me dicen que es hablar con Dios con tus propias palabras como si le contaras tus cosas a un amigo... otros me dicen que yo diga las oraciones que me han enseñado en especial el padre nuestro... y yo no se a quien hacerle caso, si hacerloe en voz alta o hacerlo en mi mente

que alguien me saque de la duda :(
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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor clauabru » Vie Jul 20, 2012 2:40 pm

canpat1 escribió:yo de vdd que tengo la duda sobre orar... muchos me dicen que es hablar con Dios con tus propias palabras como si le contaras tus cosas a un amigo... otros me dicen que yo diga las oraciones que me han enseñado en especial el padre nuestro... y yo no se a quien hacerle caso, si hacerloe en voz alta o hacerlo en mi mente

que alguien me saque de la duda :(


Saludos, espero que este texto te sea de ayuda con tus dudas:

El cristiano y la oración

La oración es hablar con Dios; conversar con nuestro Padre del Cielo, con Jesús, con el Espíritu Santo; conversar con nuestra Madre la Virgen María, con el ángel custodio con los santos.

En este diálogo lo más natural es que digamos alabanzas, demos gracias, pidamos perdón o imploremos lo que necesitamos.

Para un cristiano orar es un deber. Si lo consideramos bien; ¡qué tal suerte la nuestra: poder hablar con Dios o con la Virgen, con la sencillez y confianza de un hijo con su papá, con su mamá! Porque esto son para nosotros; y sabemos que nos aman y que todo lo pueden.

Dios escucha siempre nuestras oraciones; lo dice la Biblia: "Me invocarán, y yo les escucharé" (Jer 29,12); "Pidan y recibirán" (Jn 16,24).

¿Qué es orar?

Orar es dialogar con Dios, nuestro Padre celestial, para escucharle, alabarlo, darle gracias y pedirle aquello que nos conviene.

¿Tenemos obligación de orar a Dios?

Si, tenemos obligación de orar a Dios; pero no sólo obligación, sino necesidad, porque Dios es nuestro Señor y nuestro Padre, porque Jesucristo nos lo manda y porque la oración es el medio ordinario de alcanzar la gracia y los demás beneficios de Dios. San Alfonso María de Ligorio enseñaba claramente: "el que no reza, no se salva".

¿Dios escucha siempre nuestras oraciones?

Sí, Dios escucha siempre nuestras oraciones y nos concede lo que es más conveniente para nuestra salvación.

¿De cuántas maneras puede ser la oración?

La oración puede ser mental y vocal; o sea, hecha sólo con la mente o hecha con palabras dichas con atención.

¿Debemos orar a la Santísima Virgen María?

Sí, debemos orar a la Santísima Virgen María porque es la Madre de Dios y es Madre nuestra que intercede por nosotros y a la que nada negará Jesús cuando le hable de nosotros. La historia de la Iglesia está marcada por la experiencia de que María Santísima nuestra Madre escucha siempre a sus hijos. Como bien dice una antigua oración cristiana: "jamás se ha oído decir que alguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio, haya sido abandonado de ti".

¿Hemos de orar también al ángel custodio y a los santos?

Si, hemos de orar al ángel custodio porque está a nuestro lado siempre para ayudarnos, y a los santos porque interceden por nosotros ante Dios.

http://www.aciprensa.com/Catecismo/oravidxtiana.htm

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Re: ¿como se ora en silencio?

Notapor canpat1 » Vie Jul 20, 2012 2:49 pm

gracias por tu comentario por cierto muy acertado... realmente me sirvio mucho ahora ya podre orar sin sentirme culpable de que si lo hago bien o lo hago mal

Dios te bendiga mucho :)
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