De la imitación de Cristo.
Jesucristo:
1. Hijo, ahora te enseñaré el camino de la paz y de la verdadera libertad.
Discípulo:
Haz, Señor, lo que dices porque escucharlo es muy agradable para mí.
Jesucristo:
Procura, hijo, hacer antes la voluntad ajena que la propia.
Elige siempre tener menos y no más.
Busca siempre el último lugar, y estar sometido a otros.
Escoge y siempre reza para que la voluntad de Dios se cumpla íntegramente en Ti. Así se ingresa en los términos de la paz y la quietud.
Discípulo:
2. Señor, tu sermón es corto pero contiene mucha perfección. Lacónico en las palabras pero lleno de sentido y abundante fruto.
Si yo pudiera cumplirlo fielmente no debería brotar en mí con tanta facilidad el desconcierto.
Porque cada vez que me siento inquieto y deprimido descubro que me he apartado de ésta enseñanza.
Pero Tú que todo lo puedes y siempre buscas mi provecho otórgame mayores gracias para que pueda cumplir tu doctrina y conseguir mi salvación.