Campeador escribió:Retomo este tema, para ver si me pueden recomendar algún que otro libro espiritual, o algunos textos, para hacer la oración mental, aparte de este de San Francisco de Sales.
¡Gracias!
Estimado hermano en Cristo
Hay muchos libros muy buenos y hay muchos "métodos" para meditar. En cuanto a los métodos, uno de los más usados es el de San Ignacio de Loyola, que trata del ejercicio de las facultades del alma (voluntad, entendimiento y memoria). En esta línea se encuentra San Francisco de Sales. Estas son sus partes (disculpen la extensión):
PREPARACIÓN
Acto de fe en la presencia de Dios y humilde reverencia o acatamiento.
Oración preparatoria general, pidiendo la gracia de hacer bien la meditación.
Primer preludio: composición de lugar (ejercicio de la imaginación).
Segundo preludio: petición de la gracia especial que se quiere sacar de la meditación.
CUERPO DE LA MEDITACIÓN DONDE SE EJERCITAN:
La memoria = recordando el hecho o asunto con sus variadas circunstancias.
2.°El entendimiento, examinando...
1) ¿Qué debo considerar acerca de esta materia?
2) ¿Qué consecuencias debo sacar para mi vida?
3) ¿Qué motivos tengo para ello?
4) ¿Cómo me he conducido hasta hoy en este punto ?
5) ¿Cómo debo portarme en adelante?
6) ¿Qué dificultades tendré que vencer ?
7) ¿Qué medios debo emplear para lograrlo ?
3.° La voluntad...
"1) Excitando a todas las demás potencias a orar.
2) Prorrumpiendo en afectos a todo lo largo de la oración, especialmente al final.
3) Formando propósitos prácticos, concretos, enérgicos, humildes y confiados.
CONCLUSIÓN
Coloquios: con Dios Padre, Jesucristo, la Santísima Virgen y los santos.
Examen...
1) ¿Cómo hice la meditación?
2) ¿A qué se debe el haberla hecho bien o mal?
3) ¿Qué consecuencia práctica he sacado, qué peticiones hice, qué propósitos prácticos, qué luces recibí ?
4) Escoger un pensamiento como «ramillete espiritual» para tenerlo presente durante todo el día.
Luego tenés el modo del seminario de San Sulpicio que a muchos gusta más y está muy difundido. Me da la impresión (es solo una opinión) que éste método no te ata tanto como el anterior. Si lo querés, te lo paso.
Un libro muy bueno que trata sobre la oración es el de San Alfonso María de Ligorio, que si no me equivoco, se llama "Una sola cosa es importante". También en el libro de Fray Royo Marín, "Tratado de la Perfección Cristiana", hay un hermoso capítulo sobre la meditación.
Lo que puedo decirte es que:
_ si bien se sacan cosas buenas de la meditación, el objetivo (final) del cristiano no es meditar sino contemplar: la meditación es un ejercicio que te va a disponer a la contemplación. Esta última es infundida por el Espíritu Santo cuando Él quiera.
_ la meditación no se trata de sentimientos, sino de actos. Tarde o temprano llegan "arideces" como dice San Francisco de Sales, donde no sentimos nada: pero igual hay que meditar.
_ la meditación se trata de afectos más que de lecturas y razonamientos: es decir, que uno busca hacer actos de fe, de esperanza y caridad; uno busca dolerse por sus pecados; dar gloria a Dios; agradecerle; etc.
_ la lectura y el método deben ayudar a los afectos y no comprometerlos.
_ el método no es algo de rigor (no te cortés las alas y dejate si el Esp.Sto. te quiere llevar a algún lugar) pero sí es muy útil.
_ siempre hay que sacar un propósito práctico para cumplir en el día.
_ paciencia y perseverancia: todos los días, y con un tiempo definido, por ejemplo, media hora diaria.
Por último, y nuevamente me disculpo por la extensión, los libro que podés meditar son infinitos: desde la Biblia, hasta los escritos de los doctores de la Iglesia. Algunos muy, muy, muy buenos, son la "Práctica del Amor a Jesucristo", "Meditaciones sobre la Pasión de Jesucristo" y "Preparación para la muerte" de San Alfonso M de L y la "Imitación de Cristo" de Tomás de Kempis. Pero también podés meditar sobre una oración (por ejemplo, el Padrenuestro o el Credo) tomando cada día un fragmento. Podés meditar mirando un crucifijo, o pensando en la belleza de María o en cualquiera de sus virtudes. Etc., etc..
Saludos en María.