Un asunto de vida o muerte"Soy Yo el que da la muerte y da la vida", dice el Señor en el salmo responsorial de hoy. En la primera lectura de hoy leemos: "Mira, en las montañas avanza el portador de las buenas nuevas, anunciando la paz!" No hay mayor paz que dejar que Dios este totalmente a cargo de cada una de nuestras decisiones, de nuestra comprensión y nuestra falta de entendimiento, de nuestro descubrimiento de la verdad, y de nuestra vida.
Jesús, que es el portador de buenas noticias, lo explica en la lectura del Evangelio de hoy:Si queremos tener paz y una buena vida, tenemos que dejar de tratar de salvarnos a nosotros mismos y dejar que Dios haga por nosotros.
Somos demasiado inadecuados para asegurar nuestra propia felicidad aquí en la tierra, mucho menos eternamente en el cielo! No entendemos lo que está pasando, aunque lo intentemos, y en nuestros intentos para sentirnos seguro acerca de nuestra visión de la vida, creemos en nuestras propias percepciones limitadas - en detrimento nuestro.
Si pudiéramos ser transportados en la oración, aunque sea por un momento, a la eternidad y ver todo desde la perspectiva del cielo, nos daríamos una bofetada y diriamos: "¡Huh! ¿Cómo es que no me di cuenta antes?"
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