Encomienda

[dixiartemisa]

Señor! Gracias por todas las Bendiciones recibidas a diario y aquellas que están por venir. Hoy encomiendo a ti Señor la vida de la Jefe Jurídica de las Empresas Municipales de C. Te pido Señor que hagas presencia en ella, en su corazón, en su mente, en su alma y su cuerpo entero y permite que tome una sabia decisión respecto al pago a Os Ma Co L, quien lleva casi un año cobrando un servicio prestado con éxito. Acoge también en tu Corazón a Os Ma Co L, para que logre un dialogo fructífero y verdadero con esta Jefe y logre finalmente obtener el pago de sus honorarios. Solo tu Señor sabes que este trámite se ha demorado por actuar con honestidad. Solo tu sabes Señor la necesidad que tenemos por obtener este pronto pago y lograr el cumplimiento de nuestros compromisos con colaboradores y proveedores, quienes también esperan el dinero ansiosamente para cumplir con sus necesidades. En tus manos Señor encomiendo este pronto pago. Decreto que este pago se realizará de manera inmediata gracias a tu Divina Providencia y en el nombre de tu Hijos Jesucristo, quien derramó su sangre para salvación de nuestros pecados, Amén, Amén y Amén.

[elisabeth]

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Señor, rezo un Padrenuestro y un Acordaos por la persona que abrió este tema, por sus intenciones, y también por sus familiares y amigos. Y animo a los que ahora o algún día lleguen a leer este mensaje, a que se unan a mi oración por todo ello.



Pater noster


Pater noster, qui es in cælis.

Sanctificétur nomen tuum.

Advéniat regnum tuum.

Fiat volúntas tua, sicut in cælo et in terra.



Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie.

Et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris.

Et ne nos indúcas in tentatiónem.

Sed líbera nos a malo.


Amen.


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Acordaos



Acordaos ¡Oh piadosísima Virgen María!

que jamás se ha oído decir

que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,

implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro,

haya sido abandonado de Vos.

Animado por esta confianza, a Vos también acudo,

¡oh Virgen, Madre de las vírgenes!,

y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados

me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.

¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis humildes súplicas,

antes bien, dignaos acogedlas y escucharlas favorablemente.


Así sea.



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