por Ana_Belen » Mié Feb 29, 2012 3:50 pm
Dios te salve, reina y madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra.
Dios te salve, a tí llamamos los desterrados, hijos de Eva,
a tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
y después de este destierro, muestranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Oh clemente, oh, piadosa, oh dulce y Virgen María, ruega por nosotros Santa madre de Dios
para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Allí dónde no hay amor, sembrad amor y recogeréis amor. (San Juan de la Cruz)