Venecia (ITALIA)
Queridos foreros Aangy, Sara Toribio, Josefina S., Merche A., Montse D., Mª Elena Ferrando misionera en África, Arantxa misionera en Chile,Mª Antonia en Roma, Mara B., (que no sé de tu vida hace tiempo), Giuseppina T., Lucy R., norteamericana y cuantos estáis ahora ahí:
He estado leyendo unos documentos a favor de la educación de los jóvenes pobres, que me han llegado de parte de mi amigo Carlos mexicano, que está en ello y he pensado que esa ansia de hacer que el que carece de formación y educación, pueda tener los mismos derechos y dignidad personal que la persona que tiene siempre todo a su alcance, es algo que podemos, quizás, hacer nosotros, en nuestra pequeñez.
Amigos míos internautas podemos desear muchas cosas, buscarlas, ambicionarlas, pero a lo mejor no es lo que nos puede dar felicidad. Quería enviar algún párrafo de lo que leía esta mañana, pero por cuestión técnica no he podido. Sin embargo he pensado que lo esencial sí podía decíroslo.
O sea, si tú, si yo podemos, en alguna ocasión, "echar una mano" para ayudar al que lo necesita ¿nos quedaremos inactivos? Estoy segura que haremos lo que podamos con tal de dar algo más de felicidad a la persona que lo necesite.
Gabriela Mistral decía que el ser más necesitado es el niño, todo niño abandonado, pobre, sin recursos. Ponían su cita también en inglés y la publicaban como "gancho", una personalidad definía también, a su modo, esa necesidad humana, del ser que empieza su vida y la lucha por la misma.
Sobre el trabajo salesiano a favor de los niños y los jóvenes pobres habría mucho que decir.
Pero pensemos ya ahora, hoy, en esto.
Amparo Vicenta Matilde