Mis queridos jóvenes, amigos a quienes con cartas personales me he dirigido durante tiempo. Ayer podía escribir y comunicarme con vosotros, pero sólo hoy lo hago ahora. Acabo de recibir un mensaje donde un grupo de chicos y chicas valientes de verdad se han unido en Hispanoamérica, para defender la vida y otros temas importantes, como el matrimonio de hombre y mujer, alejándose y protestando contra formas que hoy quieren ser protagonistas y van contra las costumbres cristianas y normales de la vida, de nuestras vidas.
En cientos de misivas escritas, pensadas, publicadas con gran alegría interior he querido acercarme a cada uno, en el mundo entero, de habla española, francesa, portuguesa, italiana y mediante colaboraciones de amigos, traduciendo las ideas expresadas también en otros idiomas.
¡Haceos vivos! no os dejéis "comer el coco" como se dice muchas veces. No todos lo sabemos todo, pero sí sabemos que amar, estar, acompañar, animar a los jóvenes, hombres y mujeres, es algo del Evangelio. "Que todos sean uno..." Unidos mediante el conocimiento, la oración, el espíritu de Don Bosco, por ejemplo, en este bicentenario de su muerte. Todo esto puede ayudarnos de veras. Yo lo deseo, no dejéis de participar en los foros.
Os tengo muy presentes, queridos jóvenes, del mundo entero. Rezo, ofrezco, quisiera compartir experiencias con vosotros, de viajes, de misiones por ejemplo en el Norte de África. No me olvidéis en la oración. Confío en vosotros.
Orpam Saretnoc Laverz