Buenas noches hermanos.
De acuerdo al evangelio de este día, les comparto un poco de lo mucho que dijo el Obispo de mi ciudad, y me pareció que aplicaría en este tema.
"Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada" (San Juan 15,1-8)
"Permanecer", lo recalcó mucho Monseñor Rogelio, me llamó la atención lo que dijo, que no tenemos estabilidad de carácter, un día decidimos algo, al otro cambiamos; estamos fluctuando constantemente, y esto ocurre en nuestras afectividades, con la familia, los amigos, las relaciones de noviazgo; un día queremos a alguien, otro día a otra persona.
Un día decidimos algo, al otro ya nos arrepentimos; esto no debe ser así.
Jesús, siempre fué un SI, lo sostuvo con todas sus consecuencias, Él es el AMÉN, "la vida sólo existe permaneciendo"
Jesús nos recuerda "permanecer", "aguantar" ser capaces de sobrellevar la vida, y permanecer firmes contra viento y marea.
Esta es la ley del verdadero afecto y del verdadero amor; nuestra Madre con su fiat, ha dado el ejemplo de seguir, a pesar de que no fué fácil para ella.
Son tres condiciones que deben regir nuestra vida, fidelidad, constancia y permanencia. Y debe aplicar tanto en nuestra vida espiritual (siempre ser fieles al Señor, a pesar de las adversidades) y afectiva (familia, amigos, amor humano) como -él decía-, en el ministerio que ellos llevan a cabo.
Mi obispo es muy sabio, así que quise colocarlo aquí, espero en el Señor que nos sea útil; en lo personal, lo aplico a mis amistades. Pidámosle al Señor su Gracia para que nos ayude a "permanecer" en el verdadero amor hacia Él, y en la verdadera amistad. Amén.