Hablar de amor a travéz de la red me parece una deformación de la realidad, intraducible en un teclado y detrás de un monitor. El amor no es virtual sino real, es cosa de interactuar personalemente y definir compatibilidad de caracteres en un momento determinante, el hallarse frente a frente, sin embargo no es descabellado el optar por esta vía en la consecución de nuestro fin matrimonial, no es un secreto que allá afuera la posibilidad de encontrar una buena pareja es bastante reducida, incluso en los mismos ambientes parroquiales hay mucho "católico social", con ideas aperturistas al mundo, aquí nos permitimos pasar el colador (para fortuna de varones y desventaja de mujeres) de todos aquellos que vallan participando y poder intimar quizá con quien pueda representar un ser más cercano a lo que buscamos.
No soy ingenuo, distancias, tiempos, trabajos, familias, hay muchas variables que intervienen y hacen pensar con cabeza fría, el que tiene esperanza en esto debe poner los pies en la tierra.
Ahora, luego de esta introducción, traigo un caso que me interesó por tratar de la voluntad en la consumación del amor más allá de la atracción. Una mujer de nombre Sonia plantea al padre la siguiente situación:
Padre: aprovecho la presente, para hacerle una pregunta que desde hace un tiempo está dando vueltas en mi cabeza:
¿Es posible enamorarse por voluntad y decisión o es imposible, siendo el único camino para el enamoramiento la espontánea y casi natural inclinación del corazón por alguien?
Es decir, ¿Se puede un hombre proponer a amar a una mujer o viceversa?
De mi parte a veces pienso que sí y otras que no...
¿Será que el mundo actual es tan sensiblero y hedonista?
No sé. Se lo pregunto por algo que me está pasando a mí misma y me hace dudar dolorosamente.
A mí me está ocurriendo que a mis treinta y un años
siento más con la cabeza y mi corazón está más ecuánime.
http://elblogdelbuenamor.blogspot.com/2 ... ano-1.html
Otra mujer de seudónimo Mariana le responde:
Estimado Padre:
He leído con mucho interés la pregunta de Sonia en el blog del Buen Amor. Quiero pasarle mi experiencia, pero se la mando a Ud. para que se la reenvíe, por pudor personal no la publico en el blog, salvo que Ud. quiera hacerlo con otro nombre si le parece que vale la pena.
Mire, luego de aquel tormentoso noviazgo con X. ¿Lo recuerda? que fue como amor adolescente, con pasión y temblor, la Providencia quiso que un rayo me tirara al suelo a través del dolor, dolor que hoy bendigo tanto. Eso permitió que no quisiera, de ningún modo, volver a enamorarme de ese modo pasional, digamos, donde el sentimiento tiraba más que la cabeza.
Cuando apareció mi actual esposo, sentí tranquilidad, nada de rayos y truenos, solo tranquilidad, tanta que también me preguntaba, como Sonia, si lo quería. Muchas veces dudé, pero todas las veces recurrí a la oración, como enseña San Ignacio, para ver qué me decía el Señor: el silencio de la oración me decía que era la persona para mí, que era la Voluntad de Dios. Por fuera, los sentidos, tiraban hacia aquel primer amor, sensiblemente tiraba para ese lado, pero en la oracion, todo se ordenaba y Dios me mostraba con la certeza de una inmensa Paz que el que es ahora mi esposo, era para mí. De algún modo, la primer decisión fue con la cabeza, fue aceptar sus invitaciones para conocernos de forma racional, si se quiere, porque veía de algún modo que era lo que Dios quería. Estar con él solo me traía tranquilidad. Luego lo fui conociendo y me enomoré, y puedo decir que cuando me casé, dos años después, me enamoré mucho más, y me sigo enamorando cada día de una forma nueva, pareciera que nunca terminaré de conocerlo, lo bueno y lo malo, en su conjunto, es una continua sorpresa que solo me invita a quererlo más.
Las dudas afloraron muchas veces, hasta cerca del casamiento, pero esa Paz y Certeza que veía, y sentía, en la oración, siempre me dieron la respuesta. Cuando la cabeza y los sentidos están heridos, siempre querrán añorar aquello tan sensible que vivieron una vez, sumado al mundo que nos rodea, donde el amor es pasión, también tiran hacia ese lado, el incorrecto. Cuando la cabeza se ubica en el lugar correcto, lo demás se va ordenando, aunque ya está herido de algún modo, y algunas veces nos quiere confundir.
Muchas mujeres dejan pasar al hombre que Dios les ha destinado
porque están esperando ese rayo que las fulmine,
un enamoramiento adolescente,
sin saber que dejan pasar un amor tan cierto y firme,
que es mucho más hermoso,
porque es verdadero.
Siempre les he dicho a mis amigas que elijan de este modo,
no me comprenden en general.
Por eso me dio una gran alegría leer el testimoio de Sonia: creo que está con quien Dios quiere para ella.
Ojalá le sirva, Mariana.
http://elblogdelbuenamor.blogspot.com/2 ... acion.html
He aquí la gran lección de hacer primar la voluntad sobre los afectos, luego más adelante viene la respuesta de Sonia a Mariana y casualmente relacionada con este foro y su feliz desenlace:
La respuesta final de Sonia
Por viajes y otras distintas ocupaciones, Sonia recién se enteró meses después de nuestra respuesta a su pregunta. Le impresionó especialmente la intervención de Mariana (ver el próximo testimonio). Sonia nos hizo llegar este eco final.
¡Padre, me dio mucha alegría ver mi pregunta en el blog!,
De hecho como no encontraba mi nombre no sabía dónde estaba; ahora sé que yo era "Sonia" y bueno, leí todo y como siempre su respuesta me volvió a dar luces y a confirmar lo que ahora siento por él.
Más aún, me llenó de alegría y gratitud el testimonio de Mariana... ¡sinceramente qué alegría! pues pensé que sólo a mí me pasaba y hasta en algún momento creí que era una cosa extraña lo que sentía, sin precedentes... y mire usted, luego cuando me respondió sentí tranquilidad, paz, seguridad.
A estas alturas, le cuento, que me siento felizmente enamorada, muy segura de Manuel y sé -me lo dice la realidad por todos los lados- que es el amor de mi vida. Incluso, en Una historia de Amor de Felicita lo leí... José le describía su amor como algo tranquilo, suave sin aspavientos. (Un poco me recuerda a la llegada del Espíritu Santo, sin rayos ni relámpagos como uno se le esperaba).
Amo a Manuel más allá de lo que yo misma creía y todo lo ha hecho Dios. Ese doloroso tiempo de dudas, que jamás antes había sentido porque jamás antes me había enamorado, pasó poco tiempo después de lo que usted me dijo, en su respuesta.
¡Ahora puedo confirmar que Mariana tiene mucha razón!... y yo, así como ella de su esposo, me enamoro cada vez más de Manuel. ¡Por favor, le da usted muchas gracias de mi parte! Dígale que estoy muy feliz. Iba a escribir un comentario al pie de su testimonio pero pensé que tal vez saldría mi verdadero nombre y me abstuve.
Gracias Padre, por ayudarme tanto.
Manuel estuvo aquí en agosto, no recuerdo si le conté mi historia de amor, y nos pensamos casar pero por motivos circunstanciales todavía el año que viene por lo que le ruego que me ayude a rezar para que todo salga bien. Ahora, estoy haciendo los trámites para viajar al país donde vive él y conocer a su familia.
Conocí a Manuel el siete de febrero de este año. Recibí un correo electrónico suyo donde me contaba que me había visto participar en el foro de solteros de "Catholic.net"... de ahí en adelante conversamos mucho por este medio hasta que vio posible venir a verme en Semana Santa, para vernos y así fue. Luego, debí ir yo en julio pero no pude pero él sí pudo venir por segunda vez y por más tiempo en agosto. Ahora yo antes de fin de año debo ir al país y a la ciudad donde él vive. Es un hombre maravilloso, todo lo que soñé, su aparición en mi vida fue providencial. Lo que sí cuesta mucho... y eso lo vemos pacientemente como una prueba también, es la distancia... y queremos superarla prontamente.
Bueno Padre, lamento haberme extendido. Le doy muchas Gracias por estar siempre ahí, Dios lo bendiga y que todo le salga bien en Paraguay y luego en Argentina.
Con cariño,
Sonia.
Debe esperarse mucha madurez y una correcta comunicación para acoplarse al estilo de vida del otro y viceversa, pero la aventura del amor cristiano santificado por Dios no conoce barreras.