por elisabeth » Vie Abr 11, 2014 7:39 pm
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Voy a contaros varias anécdotas de pérdidas de hermanos míos:
A) Mi padre volvía del Congreso Eucarístico de Munich, que fue en el año 1960. Había ido con varios de mis hermanos mayores. Mi madre, con todo el viaje pagado, en el último momento le dio miedo ir ya que estaba embarazada. En aquel entonces, al menos en mi familia, un viaje al extranjero era todo un acontecimiento... Mi madre y el resto de mi muy numerosa familia fuimos a recibirles a la estación del tren. Pues bien, nada más llegar a casa nos llamaron por teléfono desde la estación. ¡¡ Nos habíamos dejado un niño !! Cuando todo el mundo se había ido, el Jefe de tren se encontró con un niño (tenía 5 años) que se había quedado solo en el andén... De hecho, cuando revelamos las fotos (aún las seguimos teniendo en el álbum), nos entró mucha risa porque se nos ve a todos recibiendo con gran alegría a los viajeros, y a mi hermano Luis se le ve muy tranquilamente sentado en un banco del andén, leyendo un tebeo (en las fotos se lee la palabra "TBO"), sin enterarse de nada... En mi casa somos todos muy despistados, pero éste hermano lo es en grado sumo...
B) En el cruce de calles más peligroso de la ciudad de Valencia subimos un día al autobús mi madre, todos mis hermanos (yo tenía 5 años), mi abuelita y una tía-abuela mía. Nada más subir, recorrí todo el bus, y me bajé con las personas que estaban saliendo... Yo iba al cuidado de mi abuelita (mi madre y mi tía iban cogiendo a otros hermanos) y sin darme cuenta, siguiendo a las personas, me bajé del bus. Al ver que faltaba yo, miraron por la ventana de atrás del bus ¡¡ y me vieron sola en la parada del bus... !! Mi madre pidió a gritos al conductor que parara. Bajó ella junto al mayor de mis hermanos, de 9 años, y los dos se echaron a correr a toda mecha hacia mí. Recuerdo (como si fuera ahora) a mi hermano, con pantalón corto hasta debajo de la rodilla, de color gris claro, camisa blanca y corbata a rayas, que volaba al viento... Y mi madre le seguía corriendo, pero de una manera muy difícil, pues llevaba un vestido (gris con un pequeño estampado), de manga tres cuartos, y cuya falda era muy estrecha, y no podía correr tan deprisa como mi hermano...
Después del incidente, me dijeron que habían pasado un miedo enorme pensando que pudiera yo salir de la parada del bus, ya que estaba rodeada de coches por los cuatro costados... Yo les dije que en ningún momento se me ocurrió moverme de allí. Eso sí, hasta que no vi a lo lejos a mi madre y a mi hermano corriendo hacia mí, no paré de repetir por dentro una y otra vez la dirección (calle y piso) de mi casa, por si alguien me la preguntaba. Mis padres nos hacían que, desde muy chiquititos, y por seguridad, aprendiéramos de memoria la dirección de nuestra casa. En la parada del bus habían unos padres con dos hijos, como de mi edad, mirándome muy fijamente. Me extrañó mucho que en ese rato no me llegaran a decir ni a preguntar nada... Y encima ¡¡ con las ganas que tenía yo de decirles la dirección de mi casa... !!
C) Llevando yo un año viviendo en Barcelona, y teniendo 16 años, me fui un día de primavera al zoo con seis hermanos más pequeños que yo, y un amigo alemán cuatro años mayor que yo. En un momento dado, me di cuenta que había perdido a mi hermano Fernando, de seis años. El tiempo que pasé buscándole por todas partes y por todos los altavoces posibles nunca he recordado cuánto pudo ser, pero lo que sí recuerdo es que sufrí lo indecible, y que ese tiempo de búsqueda se me hizo eterno. Y con lo rezadora que soy yo, no paré de rezar... Al final lo encontré llorando solito en un sitio super peligroso: muy cerca de unos enormes elefantes... Nunca comprendí cómo pudo llegar hasta allí. Puedo aseguraros que mi amigo alemán es el amigo más guapo que he tenido en mi vida (je, jeeee...), y entra dentro de lo posible que ese día me despistara yo un poco enseñándole el zoo de Barcelona...
D) Estando yo con mi familia en la playa, se perdió mi hermano José, de dos años y medio. Prefiero no recordar el mal rato que pasamos buscándolo por todas partes... Como era un niño tremendamente travieso (todos mis hermanos lo han sido) yo pensaba que podría estar ahogado... Pues bien, ¡¡ lo encontramos a un kilómetro de la playa !! Fue una de las alegrías más grandes que he tenido en toda mi vida. Recuerdo que mi madre me dijo que, si hubiera muerto mi hermano, a pesar de que ella es animosa al máximo, no hubiera levantado cabeza en toda su vida...
E) Mi hermano Ignacio, teniendo 15 años, desapareció un día de casa. Esa tarde-noche mis hermanos mayores y yo dábamos una fiesta de 60 y pico amigos en mi casa. Resulta que mi hermano (15 meses menor que yo) fue a Misa de 8 de la tarde, y a la salida se enteró de que un grupo de chicos salían andando esa noche para Montserrat (que está a 40 kms. de Barcelona) porque era 26 de Abril, víspera de la Festividad de la Virgen de Montserrat, Patrona de Barcelona. Y mi hermano se unió a ellos... Cuando llegaron a Montserrat, mi hermano vio que un chico hablaba desde un teléfono público (entonces no existían los móviles), y como mi hermano no llevaba dinero, le pidió a ese chico que por favor llamara por teléfono a sus padres (o sea, a mis padres) diciéndoles que estaba en Montserrat. Pero ese chico no llamó a mi familia. Y por más que mis padres hablaron con la Policía ¡¡ no supimos nada de mi hermano hasta el día siguiente por la tarde-noche !! Puedo aseguraros que éste ha sido uno de los sustos más grandes que ha habido en mi familia.
F) Otro día nos llamaron de una fábrica de hielos diciendo: "Oiga ¿han perdido ustedes un niño?" Mi madre dijo: "no lo sé, pero por favor ¡¡ agárrelo bien !!, pues seguramente es algún hijo mío". Nos empezó a contar, y faltaba uno de 3 años. Había ido andando desde mi casa (vivíamos en un chalet) hasta esa fábrica. Los empleados vieron a un niño muy pequeño ¡¡ andando por medio de la calle !! Lo cogieron enseguida (no hicieron como aquellos señores de la parada del autobús que os he contado antes...). Como el crío tenía el pelo muy rubio (en mi familia hay bastantes que somos rubios) y como sabían que en mi casa habían muchos niños, lo primero que hicieron fue llamar a mi familia. Tenían nuestro teléfono porque les comprábamos hielos para las bebidas y para hacer helados.
Os contaría más pérdidas de hermanos, pero temo cansaros con tantas anécdotas de un tirón... A lo mejor otro día os cuento más.
¡¡ Que disfrutéis del fin de semana !!
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