por eduarod » Dom Sep 07, 2014 1:47 pm
Estimado en Cristo mario_pus:
1. En primer lugar debes tener claro como el agua que el Camino Neocatecumental ES CATÓLICO. NO se trataría, pues, de un "matrimonio mixto" como lo que se podría dar entre un católico y un protestante ni cosa lejanísimamente parecida. Un matrimonio de esa naturaleza sería simplemente el matrimonio entre DOS CATÓLICOS. Punto.
2. El Camino Neocatecumenal es simplemente una forma particular de vivir un carisma particular DENTRO de la Iglesia Católica. Es simplemente un movimiento DENTRO de la Iglesia que cuenta con la aprobación de la misma. Asi pues, si te refieres a este movimiento como si fuera algo distinto o ajeno a la Iglesia Católica, pues no sorprende que no te contesten o te borren los mensajes. Es como si hablaras del Opus Dei o de los jesuitas como algo externo a la Iglesia: simplemente no vendría al caso.
Cristo ES la Iglesia. El Camino Neocatecumenal puede conducir a Cristo tan solo en la medida que nos conduzca A LA IGLESIA. NO PUEDE, por si mismo, acercarnos a Cristo, tan solo nos puede acercar a Cristo a través de acercarnos a LA IGLESIA. En ese sentido -y esto lo deben entender MUY BIEN ambos- el Camino Neocatecumenal SOLO le es útil a una persona si la acerca a la Iglesia. Si uno de los miembros de la pareja se acerca a la Iglesia (y, por consecuencia a Cristo) a través del Camino Neocatecumental y realmente ocurre así, el otro lo debe reconocer y respetar; e igualmente si al otro el Camino Neocatecumental NO le sirve para acercarse a la Iglesia, pero SI TIENE otros medios alternos de acercarse a la Iglesia (que obviamente los hay, y muchísimos, porque el Espíritu Santo sucita multitud de carsimas en la Iglesia para atraernos y atender las necesidades de todos), y realmente se acerca por esos medios alternos, entonces el miembro del Camino Neocatecumenal, de la misma manera que es él mismo (ella, en tu caso) respetado, debe igualmente respetar y aceptar que lo importante está PLENAMENTE cubierto. Y que entonces NO ES, como ya lo dijimos, como si se tuviera un matrimonio mixto en el que el cónyuge protestante está meramente en comunión PARCIAL con la Iglesia, y en cuyo caso ciertamente sería deseable que pudiera llegar a estar en comunión plena. NO, aquí AMBOS están en PLENA comunión con la Iglesia y ESO es lo MÁS importante. Todo lo demás es secundario.
3. Ahora bien, habiendo reconocido y establecido que es un movimiento netamente católico, es preciso a la vez reconocer que es un movimiento bastante sui-generis (de su propio género o "único en su tipo"), que tiene ciertas costumbres, rituales y prácticas MUY particulares. En una parroquia cercana hay una misa para jóvenes que se oficia regularmente los Domingos desde hace mucho tiempo, y durante una época se les ocurrió celebrarla "al modo neo-catecumenal", y pues de plano tuvieron que poner un letrero en la entrada que prácticamente decía "Misa para jóvenes, entre bajo su propio riesgo", porque seguramente tuvieron quejas de más de una persona escandalizada. Es importante que entiendas, sin embargo, que una gran parte de estas prácticas están expresamente aprobadas por la Iglesia (mayormente a modo experimental, pero aprobadas al fin y al cabo), por lo que, por raras y alejadas de la ortodoxia que parezcan esas prácticas, NO se hacen FUERA de la Iglesia NI en CONTRA de su disposiciones, sino CON su aprobación. Tales prácticas han sido aprobadas porque se ha observado que EN VERDAD han servido para atraer a muchos a la Iglesia y a Cristo, y esto es un signo que la Iglesia SIEMPRE toma MUY en cuenta.
4. Por otro lado, he dicho "gran parte de estas prácticas" y NO "todas estas prácticas", porque es verdad que en el Camino Neocatecumenal, como ocurre en prácticamente cualquier otro lugar y obra de la Iglesia, las personas suelen rebasar los límites de lo que les ha sido dado o autorizado. Eso, en sí mismo, obviamente no es ni correcto ni bueno.
Pero hay que entender también que eso NO hace "malo" al movimiento, sino simplemente es un exceso en el que incurren las personas. Al respecto recordemos simplemente la parábola del trigo y la cizaña.
En el caso del Camino Neocatecumenal, algunas voces demasiado ávidas de mirar la paja en el ojo ajeno (en vez de la VIGA en el propio), han hecho casi un deporte del identificar y criticar CADA exceso o abuso que logran observar en este movimiento, a veces con más y a veces con menos razón. Y se preguntan porqué la Iglesia no actúa con firmeza proscribiendo el movimiento de una buena vez por todas a causa de esos "excesos". Esas voces no entienden que, cuando uno hace un experimento, lo que le interesa ver son los efectos y resultados del mismo, ni entienden que los efectos y resultados REALES de largo plazo que pueda tener una acción NO son necesariamente los PRIMEROS efectos que tal acción sucita o produce. Por el contrario, es muy normal que en un primer momento las acciones significativas produzcan efectos excesivos; los que, posteriormente y en un tiempo mucho más largo del que tomó producir el efecto inmediato, van poco a poco regulándose hasta que se estabiliza el resultado definitivo. Por eso, en general, es una tontería suspender un experimento de manera inmediata tan solo porque el efecto inicial rebasa los límites de lo especificado. Como se dice habitualmente: "hay que dejar que las aguas tomen su nivel". Entonces y solo entonces se podrá evaluar adecuadamente el efecto para asi determinar si es conveniente o no continuar aprobando ese tipo de situaciones. Ahora bien, es claro que en un inicio se marcan plazos para no dejar las cosas abiertas, pero la realidad es mucho más compleja que los plazos que razonablemente se pudieran preveer al inicio. Asi, si pese al vencimiento de los plazos no han cambiado las cosas, lo que eso evidencía es que la Iglesia juzga que el experimento va por un camino que vale la pena seguir evaluando; de lo contrario, si la Iglesia juzgara que el experimento se salió de control y sus efectos fuesen definitivamente negativos, hace mucho que lo habría ya surpimido; pero es evidente que esto último NO ha sucedido, por lo que lo razonable es entender que la Iglesia considera que el experimento no va mal. Insisto, eso no quiere decir que no se cometan abusos que en sí mismos pueden ser graves e intolerables, y que hay que trabajar por "pulir" y suprimir. Pero eso nos lleva de vuelta a la parábola del trigo y la cizaña: no hay que poner el riesgo al trigo en el afán de limpiar la cizaña, sino a veces es preciso dejar que crezcan juntos por un tiempo, y luego, ya que el trigo está firme, hacer la limpieza a fondo.
5. Más allá de excesos y abusos, y de lo que ya hemos establecido claramente respecto a que se trata de un movimiento netamente católico, en el realismo bajo el que es indispensable trabajar cuando se habla de noviazgo y matrimonio, hay que reconocer también dos cosas (cosas que, en general, son aplicables a muchos movimientos dentro de la Iglesia, pero que debido a las particularidades del Camino Neocatecumenal pueden ser aún más :
a) Que sus características particulares no son para todo el mundo, por algo son simplemente experimentales y NO la norma en la Iglesia; y ....
b) que los que suelen ser los últimos en reconocer lo anterior son los miembros del propio movimiento, quienes, precisamente porque a través de esas características particulares llegaron a acercarse a la Iglesia y a Cristo, NO es muy fácil que logren darse cuenta que lo suyo no es sino un nicho especializado y relativamente excepcional en la vida de la Iglesia, y que lo importante NO ES quedarse ahí, sino que ese nicho especializado los lleve a aquello que SI ES parte del núcleo de la vida de la Iglesia y que SI ES para todos. No, por el contrario, precisamente porque ellos conocieron a Cristo a través de las particularidades del movimiento, las que fueron capaces de atraerles a Él por encima de todas la otras obras, normas y movimientos eclesiales, ellos suelen estar convencidos que las particularidades del movimiento son "lo mejor de la Iglesia" y que son algo que todos deberían probar para poder tener una experiencia de acercamiento a Cristo tan completa, buena o profunda como la que ellos han logrado o creen haber logrado a través de dicho movimiento. Y, por supuesto, entonces, si alguien se aproxima al movimiento y no "se convence" de inmediato de sus grandes bondades, no logran percibir que simplemente esa persona necesita un camino diferente de los muchos que tiene la Iglesia; sino se decepcionan pensando que la persona no se lo está tomando en serio o no quiere "abrir su corazón", o no quiere "entregarse a Cristo". Cuando la realidad es que la persona puede tener muy abierto el corazón para entregarse a Cristo, pero NO por ese camino, sino por otro distinto por el que Cristo le llama a participar en Su Iglesia y que es más apropiado para esa persona y para el cumplimiento de la misión particular que Cristo quiere encomendarle.
6. Dicho lo anterior, cuando se habla de noviazgo y matrimonio es preciso también tomar en cuenta de que las personas NO PUEDEN YA hablar de caminos completamente independientes y separados. La familia debe formar un camino integral que TODOS sus miembros puedan recorrer juntos. Pero, cuidado, hay que entender muy bien que ese camino NO ES lo que uno de los miembros por separado pudiera haber imaginado o querido para si y para su familia. Y en realidad TAMPOCO ES una concertación, negociación o mezcla de lo que ambos miembros de la pareja pudieran haber querido o imaginado.
NO, las cosas en la Iglesia y en Cristo NO funcionan así.
Cuando dos verdaderos cristianos hablan de noviazgo y matrimonio hablan de un "proyecto común", y, más precisamente, de una misión común, cambio de palabra que ya nos viene indicando que esa labor conjunta NO ES de ellos mismos, sino DE CRISTO. El Sagrado Matrimonio cristiano es una VERDADERA vocación, es decir, NO nos casamos porque nosotros queremos y porque Cristo no nos llamó a la vida religiosa o al sacerdocio o como laicos consagrados; sino los cristianos nos casamos porque CRISTO es El que NOS LLAMA a contraer matrimonio y formar entonces con la persona que hemos elegido una familia que tiene esa MISIÓN que Cristo le llama a CUMPLIR, y que es Cristo mismo Quien la DEFINE.
Por supuesto que muchos de los elementos que cada una de las dos personas han seguido y vivido en ese camino para llegar a Cristo, pueden ser elementos que las preparan para cumplir con esa misión conjunta. Es decir, esa misión conjunta ciertamente suele incluir o requerir de MUCHOS de los elementos que estas personas vivieron en su vida previa, sobre todo en su Vida de Fe.
Pero lo importante es entender que NO todo se puede incluir de manera arbitraria, y que incluso NADA lo debemos incluir por nuestro solo gusto o capricho; sino los novios y esposos cristianos deben estar abiertos a DESCUBRIR en qué consiste concretamente esa misión que Cristo tiene para ellos, y entonces, en función de ello, qué elementos de su vida previa son los que se DEBEN incorporar para ayudar en el cumplimiento de esa nueva misión conjunta que de Cristo reciben.
Asi pues, ni ella decide sola que el matrimonio pertenezca al Camino, ni tú decides solo que no, ni esa decisión es una mera concertación entre ambos, mucho menos esa decisión la toma un familiar o amigo tuyo o suyo. Sino deben ambos, en conjunto y oración, y si es posible bajo la guía de un buen Director Espiritual muy objetivo, discernir y aceptar la Voluntad del Señor por encima de cualquier idea, pretensión, proyecto o ilusión humana, por santa y razonable que nos pudiera parecer o haber parecido. A aceptar la Voluntad del Señor por encima de cualquier ilusión o idea previa de tener al esposo en el movimiento, o de no pertencer al movimiento de la esposa.
Es el Señor, y no ustedes solos, Quien les indicará si su misión debe ser cumplida con TODA la familia DENTRO del movimiento, con PARTE de la familia dentro del movimiento o con TODA la familia FUERA del movimiento.
Y una vez discernida rectamente la Voluntad de Dios, hay que seguirla con docilidad y humildad.
En esto es importantísimo recordar lo que le dice San Juan Bautista a sus discípulos: "Preciso es que Él crezca y yo disminuya". Es decir, jamás debemos confundir el medio por el que Dios nos llevó a Cristo con Cristo mismo, sino que, una vez habiendo encontrado a Cristo, es preciso seguirle hacia dónde y cómo Él nos indique, sin importar si esto significa abandonar el camino previo que cada quien había seguido.
Que Dios les bendiga y les conceda la Luz y la Gracia para tomar decisiones acordes a Su Voluntad.