Buenas a todos.
Os traigo a colación un tema al cual le he estado dando vueltas últimamente.
Partiendo de que el mundo de hoy día nos vende una vida llena de cosas que nos alejan de Dios. Puede ser que en un día determinado nos convirtamos en serio a Cristo, y pasemos a intentar hacer su Voluntad. ¿Qué pasa cuándo esto incluye tener que dejar hábitos que ya teníamos y que ahora vemos que no son compatibles con nuestra fe?
P.e., imaginarse que la familia estaba acostumbrada a ir todos los hombres juntos, los hermanos y primos, los fines de semanas a lugares donde las mujeres no solían llevar mucha ropa. Ahora comprende uno que un católico no debe ir a esos sitios. Y tiene que decirles a sus hermanos y primos que a partir de ahora no puede ir. Lo suyo sería que supiera "dar razones de su fe", pero hay veces que sin embargo, comprendemos que lo que quiere Cristo es que no vayamos, aún sin entender el porqué en concreto, o no de la manera que podamos dar ese testimonio. Entonces, lo que nos queda es simplemente decirles que no podemos.
Esto puede traer la situación de enfados entre los hermanos y primos, con sus consiguientes enfados con el resto de la familia. ¿Cómo poder llevar esta situación? ¿No tendremos la tentación de reducir nuestra conciencia, de nublarla para aceptar la invitación y seguir yendo a tales sitios?
En Cristo y María.