Hola, chicos del foro:
Como siempre, ando atareada
Ayer leyendo el Evangelio que cada día me va enseñando más, ví a Jesús llevando a sus discípulos a descansar. Las jornadas eran duras seguramente.
Y los lleva atravesando el mar de Galilea hacia la otra orilla, pero... la gente viendo hacia dónde se dirigen, llega hasta ellos. Rodeando, nadando o como cada uno pudo.
Jesús se compadece de ellos y los cura y les enseña.
¿Cuántas veces nos hemos sentido así? Cansados, rendidos, buscando como los toros de lidia las tablas y las personas nos necesitan...y respondemos a pesar de nuestro cansancio.
Muchas veces durante la jornada, siento el cansancio. Y recuerdo las palabras de Cristo: "la mies es mucha y los operarios, pocos. Envía Señor personas a tu viña"
Ayer buscaba yo a alguien que me auxiliara en mi labor, porque ya estoy saturada. Y jajajaj me encontré con gente como yo, saturada de trabajo.
Y recordé las palabras de Jesús: "El que no está conmigo, está contra mí. El que recoge conmigo, desparrama"
Y veo que es cierto. A medida que uno se va adentrando en la Palabra de Dios y haciéndola vida en uno, se termina desparramando. Antes entendía ésto como tirar o desperdiciar. Ahora lo entiendo como el compartir de lo mismo que uno tiene y que ya no cabe en nuestro "contenedor"
Y recordando ésas palabras, he terminado por pedir a Dios fortaleza para seguir con la labor que me ha encomendado (porque si no fuera por El, yo no estaría aquí) Dice también que no pone sobre nuestros hombros, una carga queno podamos llevar.
Antes era igual. Trabajaba mucho, pero sin sentido. Ahora lo hago en el nombre de Jesús y es distinto.
Mi trabajo es más fructífero, me llena espiritualmente, me hace mejor persona.... y lo demás, me es dado por añadidura.
Aún así,muchas veces me siento cansada. O tal vez sea que al tomarme vacaciones, lo hice sin sentido, sólo por descansar.
Después de las vacacioncitas que me tomé, me ha costado volver a tomar el ritmo.
Entonces encontré una imágen que me reconfortó:
Y me puse a pensar en el inmenso amor que Dios me tiene y tiene a los hombres, a pesar de nuestros errores.
Me puse a pensar en que El creó por amor todo un universo, puso en él el firmamento con su sol y estrellas, creó la tierra y puso en ella flores, plantas, rios, aire, animales y finalmente al hombre.
Y lo creó para compartir con El lo creado, para que cuidara como El de su creación.
Y el hombre comió del fruto prohibido y perdió el Paraíso.
Me puse a pensar en cuánto nos ama que dió a su propio hijo por nuestra salvación. Me puse a pensar tantas cosas, el que no debemos pedir a las estrellas que rigan nuestro camino, que no debemos hacer ídolos de ninguna imágen en el cielo ni en la tierra ni debajo de ella porque todo es creado por Dios y a Dios nadie lo conoce en su totalidad.
Llegué a la conclusión como seguramente lo han hecho muchos santos que Dios ama a los animales, a las plantas, a toda su Creación y que no ha de gustarle que por ejemplo la destruyamos y menos sin ninguna finalidad.
Maltratamos todo: plantas, animales y hasta a los que se parecen a nosotros los hombres.
Me puse a pensar en que los animales cumplen una función y por lo tanto, hacen la voluntad de Dios. Las plantas cumplen con una función y por lo tanto, cumplen la voluntad de Dios. Y Jesús nos dijo: "Mis hermanos y mi madre son los que hacen la voluntad de Dios"
En otras partes, nos pone de ejemplo a los animales y las plantas: "Sed mansos como la paloma y astutos como la serpiente"
"Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. "
Nos dice que el Reino de los cielos es como una semilla que crece y se hace un árbol que da casa a los pájaros.
En fin. Cristo nos dice que los animales y las plantas, aún sin tener conciencia de ello, hacen la voluntad de Dios. Nosotros por amor también la hacemos. Y el cuidar de la creación de Dios debe ser parte de ello, puesto que era desde el principio la finalidad de Dios para nosotros: recrearse y compartir su Creación con nosotros.
La crueldad hacia los animales no nos hace como ellos, según muchos aluden. Nos hace peor que ellos porque los animales no cazan sin hambre, pueden estar en un mismo estanque bebiendo tranquilos sin atacarse unos a otros.
El Paraíso debió ser hermoso: con los animales, las plantas y el hombre conviviendo en paz.
Al pecar el hombre, Dios dijo que la tierra estaba maldita por su culpa y por lo tanto, la armonía se perdió. Me imagino a los animales empezando a atacarse unos a otros, al no cumplir el hombre con la voluntad de Dios.
Los animales por ejemplo, al defecar llevan semillas que al crecer llenan la tierra, la abonan. Los cerros y montañas se cubren de verdor, lo que genera oxígeno y alimento para ellos.
¿Porqué el hombre no hace lo mismo si tenemos más que ellos? Nosotros podemos sembrar, cosechar, darle uso a las plantas, para curarnos, para alimentarnos, para cubrirnos.
Usar a los animales como compañia, como ayudantes en nuestra labor como los caballos que nos sirven de transporte, las vacas que nos dan su leche para preparar mantequilla, queso.
¿Porqué nos los comemos?
En un principio, Dios nos dió sólo lo verde para comer o sea las plantas.
Después permitió que comieramos animales, pero no era el plan original. Al pecar el hombre, también los animales empezaron a comerse unos a otros.
Somos los reyes de la creación de Dios. Con nuestras acciones, nuestros "súbditos" hacen lo que nosotros hacemos. El hombre ha enseñado a los animales a comerse unos a otros.
Al no sembrar, al hacerse propietarios de ellos, al meterlos en lugares para aprovecharse de ellos, ha impedido que anden libres abonando la tierra, llevando semillas de un lado a otro para que las plantas crezcan.
El hombre no puede reforestar la tierra sólo. Los animales cumplen con ésa función. Y al encerrarlos para aprovecharnos de ellos, también evitamos la reforestación y provocamos que la tierra no se abone y termina secándose-.
Al matarlos por deporte o por abuso de alimento, también matamos a la tierra, evitamos que las plantas se reproduzcan y terminamos creando desiertos.
Dice la palabra de Dios: “¡No teman, animales del campo! Los pastizales de la estepa han reverdecido, los árboles producen sus frutos, la higuera y la viña dan sus riquezas”. (Joel 2,22). “…rebosan los pastos del desierto y las colinas se ciñen de alegría…” (Sal, 65,13).
Jeremías 9-9: “Yo haré resonar en las montañas llantos y gemidos, y en las praderas del desierto, un canto fúnebre. Porque están abrasadas, nadie transita por ellas, y no se escucha el rumor de los rebaños; desde los pájaros del cielo hasta el ganado todos huyeron, se han ido”.
Todo ésto lo vemos ahora cumplido: vemos el cambio climático, sabemos qué lo causa, vemos y sufrimos las consecuencias de nuestros pecados.
Hemos abusado de la creación de Dios, hemos sometido a los animales a nuestra crueldad.
Ante éste argumento siempre salen muchos diciendo: se preocupan de los animales, cuando matan a los bebés con el aborto. Y es que si somos capaces de matar a nuestros hijos, con mayor razón a los animales... y con ello, nos matamos sólos.
Es tan malo matar a los animales porque es matar a nuestros propios hijos porque ellos cumplen con la voluntad de Dios al abonar la tierra, al reforestarla con sus heces.
Ellos comen es cierto, pero al mismo tiempo reforestan, abonan.
El hombre come, pero ni reforesta ni abona. Sólo usa.
Ese fué tal vez el motivo que llevó a Adán y a Eva a pecar. Poco a poco se fueron olvidando de sus labores, se dedicaron a comer de todo, a poner a los animales a trabajar y ellos a holgazanear.... hasta que terminaron por comer el fruto prohibido y perder el Paraíso.
Asi que aunque me sienta cansada, le pido fortaleza a Dios para seguir con mi labor.
Saludos