Paz y bien

Un espacio para compartir experiencias, opiniones y consejos acerca de la vida matrimonial y familiar: relaciones conyugales, fidelidad, comunicación en la pareja, paternidad responsable, la educación de los hijos, el enriquecimiento mutuo en la convivencia y las amenazas y riesgos a las que se enfrenta la familia, como institución, en nuestros días. No es un lugar de consultoría matrimonial, sino un lugar para compartir temas y opiniones de manera pública

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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Jue Sep 15, 2011 10:45 pm

Paz y bien.

Gracias, Enrique por tus palabras. Me hicieron reflexionar. Ya no soy la misma que entró a los foros. Ya no soy tan temperamental. Tengo miedo, es la verdad.

Sé que no voy a ser yo la que cambie a mi esposo, será Dios cuando El quiera. Pero ¿quiero realmente que cambie?
No lo sé.
A los santos no les va muy bien, ¿verdad?
No me da miedo sufrir. O mejor dicho, no me gusta sufrir. Acepto el sufrimiento porque viene de Dios.
Sin embargo, he leido la vida de muchos santos. Llevaba un tema sobre ellos y cuando veo que muchas mujeres han perdido a sus esposos me da miedo.

Santa Mónica perdió a su esposo cuando éste se convirtió y yo no quiero perder al mío.
No quiero ser viuda, no quiero vivir sin mi esposo, no quiero que mis hijos se queden sin padre.
Lo necesitan. Son hombres y necesitan de su padre.

Llevan mejor relación con su papá que conmigo y no quiero que lo pierdan. Esa es la verdad.

Yo no entro mucho en la relación padres-hijos. En mi casa es padre-hijos.
He sido la que los cuida, la que les sirve, pero no soy la que recibe las caricias. Y éso duele.

Será que éso he sembrado. Agradezco a Dios el tener los hijos que tengo, el esposo que tengo.
Me duele mucho haber caido en depresión porque mis hijos sufrieron por ello y se abrió una brecha entre nosotros.

Por mis hijos entré a éstos foros. Buscaba una manera de ayudarlos a regresar a la Iglesia, de ir a misa.
Y me resentí tremendamente con las personas que asisten al templo cercano a mi casa.

Cuando sufrií la depresión, corrí a la iglesia. Mis hijos empezaron a ir conmigo y mi esposo. A mí me daba por llorar y mi esposo se enojaba por éso. Decía que la gente iba a decir que me pegaba.Asi que dejé de asistir.

Las lágrimas acuden a mí aunque yo no quiera. Trato de detenerlas, pero no hay misa a la que asista en la que no llore. A mi esposo no le gusta que vean que lloro.
Cuando nos cambiamos de casa, fuí a la capilla cercana, llevé a uno de mis hijos; el otro nunca podía porque siempre le salía un compromiso de su escuela o del trabajo. Por debajo del agua, las personas no nos aceptaban.
Seguí yendo durante 5 años. Pero en cuanto iban mis hijos se ponían en contra.

Así que dejé de ir. Oigo misa por internet. Comulgo cuando puedo, pero mis hijos no van y mi esposo menos. Es mi culpa el que no acudan porque no los lleve de niños. Cuando mis hijos fueron a prepararse para la Primera Comunión le decía a mi esposo que fuéramos a misa y no quería. Le insistía y no quería.
Yo le tenía miedo a mi esposo. No quería que se enojara. Al prinicipio de nuestro matrimonio fué muy violento. Golpeaba la pared, rompió vidrios, manejaba muy rápido el carro y me asusté.

Se quedó grabado el miedo en mí. Su papá también fué igual con mi suegra. Fuí cobarde y no llevaba a mis hijos a misa.
El catecismo lo daban en una casa cercana no en el templo. Latió siempre dentro de mí el deseo de acudir a misa, pero le tenía miedo a mi esposo.

He tratado de corregir mi error, pero sólo he logrado que mis hijos se aparten más de mí. Así que dejo en manos de Dios el que mis hijos sean llamados cuando El así lo quiera y como El lo quiera.
Mi esposo es reacio a ir a misa tal vez porque su abuelita lo llevaba a fuerzas. Sus papás no lo hacían, los míos tampoco.
Sin embargo a mí me nacía el ir. Fuí cobarde y estoy pagando el precio de ello.

Tengo 30 años de casada, he tratado de llevar el matrimonio como Dios me ha dado a entender, tratando de no jalar demasiado a mi esposo como para que se violente conmigo y tratando de no soltar tanto como para que se desbalague.

Pero ésa no debe ser mi función como esposa. Eso le corresponde a él. Y no lo hace porque su papá tampoco llevó las riendas en su casa.
Ya no puedo jalar más.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Vie Sep 16, 2011 10:40 am

Paz y bien.

Quise mucho a mi mamá cuando vivió. Hace ya 9 años que falleció. Ella era muy linda, cuidó de mí desde los 9 meses. Para mí el saber que estaba, bastaba para que todo fuera mejor, para tener fortaleza.

Recuerdo que muchas veces cuando necesitaba ayuda, bastaba con decir "Mamá" y todo, todo era distinto.
En mis terrores de niña, cuando sentía que me perseguían sólo bastaba decir "Mamá" y todo se limpiaba.

Traté de ser buena para que ella no se enojara, yo sabía que le gustaba. A mí me agradaba ver que sonriera con mis piruetas y con mis buenas calificaciones en la escuela, con que fuera buena con mi hermana y con los demás.
A mi mamá le gustaba que fuera obediente, que fuera amable.

Me quiso mucho y yo a ella. Cometió muchos errores en su vida, sufrió mucho por ellos.
Era mi abuelita en realidad, pero me adoptó como hija suya, a mi hermana y a mí-

Ahora que no está, he vuelto a la iglesia a hincarme ante la Virgen, a la que visitaba yo cuando niña. Recuerdo que me gustaba ir a misa a ver a la Virgen y llevarle flores. Recuerdo que me daba miedo ver a Jesús cuando en semana santa lo exponían cubierto de sangre. Mi mamá me decía que lo besara y a mí me daba miedo hacerlo.

Era la únnica época en que no me gustaba ir a la iglesia. Ahora sé porqué. Mi mamá no alcanzaba a ver a un Cristo resucitado, sólo veía a un Cristo muerto.

Creo que para ella que amó tanto a mi abuelito, el papá de mi papá fué terrible ver a su esposo muerto cuando tenían a mi papá de meses de nacido; fué terrible quedarse viuda a los 22 años. Creo que cuando me pedía besar a Cristo muerto, lleno de sangre, me pedía en realidad besar a mi abuelo muerto de una manera injusta.

Por analogía he llegado a medio vislumbrar los dolores de la Virgen María. Mi mamá fué pecadora como yo, la Virgen no pecó y si mi mamá era tan buena, hacía tanto bien, perdonaba, nos cuidaba. ¿Qué no hará la Virgen?

Y por analogía he llegado tambi◙n a darme cuenta que yo la he ofendido mucho, que yo clavé en ella las 7 espadas que atraviesan su corazón.
A mi mamá que me quería tanto, que me educó lo mejor que pudo, que confiaba en mí, le fallé. Y nunca le pedí perdón por ello.
Quise ser buena, no ofenderla, pero fallé. Y cuando fallé no le pedí perdón.

Si éso hice con mi mamá, peor lo hice con la Virgen.
Para mí la Virgen, Jesús no existían como tales. Para mí sólo existía mi mamá. Nadie más. En ella confiaba

Yo no sabía a quien ella le pedía, yo no sabía de dónde sacaba ella para darme, para cuidarme. Sólo sabía que ella estaba. Y con éso bastaba.

La ví orar desde siempre, la ví poner bálsamo y agua bendita por toda la casa para protegernos, me enseñó a rezar a San Jorge bendito cuando me daban miedo los perros. Me enseñó muchas cosas.

Y yo deseaba ser buena para ella que lo era tanto.

Ahora sé que descansa en paz y sé que me dejó encargada con quien ella amaba y a quien le pedía.

"Toda tuya, María"
Perdón por mis ofensas a tí y a tu Hijo.
Pongo en tus manos a mis hijos, Señora. Cuida de ellos como has cuidado de mí.
Yo no sé ya cómo hacerlo.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Vie Sep 16, 2011 11:05 am

Paz y bien.

Cuando caí en depresión tan profunda, lo hice por muchas causas, entre ellas el ya no confiar en los niños.
Vivía cuidando un terreno de una prima. Viviamos en un cerro. Arriba de nuestra casa viven unas personas que no profesan la fé católica, tenían unos niños.

Cuando yo llegué, me puse a trabajar y después me regresé a mi casa a cuidar de ella de mis hijos. Me puse como en el D.F. a coser ropa ajena, fuí a la escuela a ayudar como siempre lo hice.
Pues ahí conocí a muchos niños. Sus papás se encelaron yo creo o no sé qué haya pasado.

Algunos niños empezaron a ir a mi casa y sus papás les decían que no lo hicieran. Los niños de la casa de arriba, me arrojaban piedras todo el día en el techo. Me alteraban los nervios.

Fuí con sus papás a decirle lo que hacían y fué peor. Seguían echándome piedras.
Yo no sabía que había otras sectas cristianas. Estos eran protestantes y me atacaron en lo que más me duele: los niños.

Los volvieron contra mí que sólo deseaba ayudar.
Ahora ya no le hablo a ningún niño que no sea de mi familia. Tengo muchas vecinas y a ninguno de sus hijos le hablo si su mamá no me lo permite.
Incluso muchas madres católicas impiden que sus hijos me hablen. Yo no le hablo a ningún niño que no sea de mi familia. Sólo a ellos les tengo confianza.

Dios perdone a ésas madres que son tan egoístas con sus hijos, que les impiden conocer a otras personas.
Las perdono de corazón a pesar de que ellas han incitado a sus hijos a atacar a los míos.

Las perdono porque ellas en mucho, fueron las causantes de que cayera en depresión.
Cuando los niños se vuelven malos y no respetan ni a sus mayores, entonces ya no hay nada que hacer.

Y son malos porque sus madres así los educan: "Ay de aquél que mal encauce a un niîo, porque de ellos es el Reino de los cielos".
Y a los niños en la actualidad los mal encauzan sus padres, muchos maestros, las religiones protestantes.
Uno de mis propios primos me gritó que no les hablara a sus hijos. Y eran unos niños.
Si sus padres no lo desean, yo no les hablo.
Si sus padres no les enseñan a saludar a otros, yo no puedo acercarme a ningún niño. A pesar de que los quiero, a pesar de que desde niña he cuidado niños. Si sus padres no los acercan a quienes los amamos, no se puede hacer nada por ellos. "Pedid y se os dará".

Confio en los jóvenes mucho más, porque ellos ya tienen el uso de razón para decidir por ellos mismos, no por influencia de sus padres.

En sus manos jóvenes, está el mundo. En sus manos jóvenes está el poder cambiar éste mundo.

Los niños deben ser cuidados, ellos confian en sus padres, en sus maestros, en la sociedad. No tienen el criterio para decidir por sí mismos.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Lun Sep 19, 2011 8:47 pm

Paz y bien.

Hasta hoy no recordé que mi hijo fué despedido del trabajo que tenía y en donde laboró por 3 años los sábados y domingos. Fué un trabajo que le sirvió mucho, aprendió, le ayudó a ayudarse en sus estudios.

Todo termina y ése trabajo terminó, gracias a Dios.
Cambió el dueño y trajo a un nuevo trabajador. Y realmente era ya algo que le quedaba chico a mi hijo, había momentos en que no podía cumplir como al principio. Está estudiando ya los últimos semestres de la carrera y necesita empezar a buscar en lo suyo.
Estudia inglés los sábados porque se les exige conocer un idioma adicional al español, las prácticas que tiene ya no le permiten tener un horario fijo. Asi que bendito sea Dios por ello.

Agradezco mucho a quien confió en él para tener ése trabajo por tanto tiempo. Anteriormente, mi hijo mayor laboró ahí también.
Ví a mi hijo un poco preocupado, le dije orara a Dios pidiendo algo para él.
Ahora consiguió un trabajo pequeño y está laborando en ello.

Mi hijo no es muy dado a comentar sus asuntos, por lo menos conmigo. Tiene más comunicación con mi marido y yo lo entiendo porque es hombre. Mi hijo mayor también confiía más en su padre que en mí y yo lo veo bien.
Lo único que no me agrada es que sea grosero conmigo.

Eso es lo que yo le pido a Dios que convierta en mi hijo. Sin embargo, es algo que me corresponde hacer. Debo ser yo el instrumento de Dios para que mi hijo cambie ésa manera de ser.

Sin embargo, mi esposo también debe cambiar su manera de ser y éso si lo veo más difícil.
Mi esposo me dice que no le diga nada a mi hijo, aunque me falte al respeto. Es más, cuando mi hijo me falta al respeto, mi esposo inmediatamente le sigue la corriente.
Parece que mi hijio es el padre y no mi esposo.
Esto ha sido así desde niño y por mucho que oro, por mucho que trato, es algo que no he podido evitar.

Yo pido a Dios por su conversión. Trato de ser una buena esposa, trato de ver por su familia, por mis hijos, por mi casa.
Y ése creo ha sido el problema siempre.

La idea de lo que es una buena esposa, creo que no es la misma que tiene mi marido.
Para mí, el estar en el hogar es muy importante. El lo aceptó casi a regañadientes, siempre me incitó a trabajar fuera de casa, para ayudar en la economía.

Aprendí a laborar en casa y cuidar de mis hijos. Pero él tal vez por ser el mayor, se ocupaba de su familia y de ayudar económicamente a su familia. Llegó a violentarse conmigo por no darle dinero a uno de sus hermanos.

Ahora ya no me duele nada de éso porque ya lo he perdonado, pero ha dejado secuelas en mis hijos. Y mi esposo no cambia, sigue tratando de chantajearme para que haga lo que él desea y como él desea. Y usa a mi hijo en mi contra.

Hace poco mi suegro estuvo enfermo, le pusieron una válvula en el corazón. Creo que éso le afecta a mi esposo, yo he orado por su papá porque lo quiero asi como a su familia, por ser familia de él.
No sé si la presión que sintió por ésa situación es lo que hace que mi marido reaccione así conmigo, pero no está bien.

Sigo orando por su conversión. Ha sido educado de ésa manera, pero yo creo que Dios todo lo puede cambiar. Si me ha cambiado a mí, puede cambiar a muchos.

Mis hijos quieren mucho a la familia de mi esposo porque convivimos más con ellos. Su vida no siempre ha sido correcta, pero éso mis hijos no lo saben. Los admiran como personas y éso me pone en conflicto porque para recuperarlos, tal vez deba contarles sobre la vida de la familia de mi marido.
Sucede que tienen dinero que no fué conseguido de buena manera y ahora mis hijos los admiran.

Sinceramente no sé cómo manejar ésta situación. No acostumbro contar a mis hijos sobre otras personas, mucho menos sobre su familia a la que quieren tanto y a la que admiran.

Creo que no debo hacerlo porque son su familia; asi como no les hablo mal de su papá. Ellos vieron su mala época, la vivieron y la sufrieron.

Yo les digo que respeten a su padre, pero su padre no cambia su manera de ser. Y a la que no respetan es a mí.

Alguien puede orientarme sobre qué hacer?
Me doy cuenta que mis hijos no me respetan porque les pido respeten a un padre que no quiere cambiar su manera de ser. Un padre que me falta al respeto, un padre que me ataca.

He querido evitar un rompimiento entre mis hijos y mi marido. He querido conservar a nuestra familia unida y sigo deseandolo. Es por éso que oro a Dios por la conversión de mi marido.
Ayer regresé a misa, invité a mi marido y no quiso ir. Fué mi cumpleaños y le dije que me acompañara a dar gracias a Dios por ello y no quiso hacerlo. Hace dos semanas fué cumpleaños de él y olvidé festejarlo en la mañana como siempre lo hago.
Me lo recordaron sus familiares y corregí el error, el primero que olvido en 30 años de matrimonio. Estaba preocupada por la situación económica, por la violencia en la región donde viven sus familiares.
Invité a mis hijos a comer con él como acostumbro hacerlo en los cumpleaños, hice de comer algo que le agrade como acostumbro hacerlo.
Pero mi esposo no perdona un sólo error. Se los cobra a su manera.
Eso es lo que he vivido en mi matrimonio durante 30 años.
Ha ido siendo menos, gracias a Dios.
El orar me ha ayudado mucho y no pienso dejarlo. Asi como no pienso dejar de ir a misa.

Algunas veces he dejado de hacerlo, porque mi esposo siente que debo ir a vengarme allá. El no perdona los desaires que le hacen.
Y una señora en la comunidad le hizo un desaire, dándose valor porque estaba en grupo. Y mi esposo no lo perdona.

Asistí pidiendo a Dios una solución. Y me la dió en el Evangelio que habla de que un patrón contrató a unos y les prometió un denario, después llamó a otros y les prometió pagarles lo justo y llamó a otros y prometió pagarles lo justo.
Al térmiono del día le dijo a su ayudante, que pagara a la gente un denario a cada uno.
Unos protestaron porque trabajaron todo el día bajo el sol y los últimos sólo unas horas.
Y el patrón les dijo que él podía hacer con su dinero lo que quisiera y que no ljuzgaran por ser bueno.

Eso me hizo ver algo simple: he estado asistiendo a una capilla que antes era la más cercana a mi casa. Ahora se está haciendo una en mi propio barrio. Es la última capilla en la Parroquia. Y es ahí a donde debo acudir.
"Vino nuevo en odres nuevos".

Alejarme de ésas personas aunque sean de una comunidad católica, creo es lo más acertado.
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Re: Paz y bien

Notapor VictorSL » Mar Sep 20, 2011 11:32 am

scarlett* escribió:Paz y bien.
Mis hijos quieren mucho a la familia de mi esposo porque convivimos más con ellos. Su vida no siempre ha sido correcta, pero éso mis hijos no lo saben. Los admiran como personas y éso me pone en conflicto porque para recuperarlos, tal vez deba contarles sobre la vida de la familia de mi marido.
Sucede que tienen dinero que no fué conseguido de buena manera y ahora mis hijos los admiran.

Sinceramente no sé cómo manejar ésta situación. No acostumbro contar a mis hijos sobre otras personas, mucho menos sobre su familia a la que quieren tanto y a la que admiran.

Creo que no debo hacerlo porque son su familia; asi como no les hablo mal de su papá. Ellos vieron su mala época, la vivieron y la sufrieron.

Yo les digo que respeten a su padre, pero su padre no cambia su manera de ser. Y a la que no respetan es a mí.

Alguien puede orientarme sobre qué hacer?


Estimada "Scarlett",
En mi opinion, no debes decirles nada a tus hijos acerca de la familia de tu esposo, porque solo te traera mayores resentimientos con tu familia. Recuerda el dicho: " Si no tienes algo bueno que decir de alguien, mejor quedate callado". la verdad siempre sale a relucir.
Yo te aconsejo que busques incansablemente mejorar la comunicacion con tu esposo y evitar las discusiones; trata de convencerlo de asistir a algun Retiro o Congreso para matrimonios.
Recuerda que se consigue mas con miel, que con hiel.

Que Dios te bendiga y te dé la Sabiduria para llevar adelante tu matrimonio.
"el sufrimiento engendra paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo que nos ha sido dado".(Rom 5:3b-5)
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Mar Sep 20, 2011 12:33 pm

VictorSL escribió:
scarlett* escribió:Paz y bien.
Mis hijos quieren mucho a la familia de mi esposo porque convivimos más con ellos. Su vida no siempre ha sido correcta, pero éso mis hijos no lo saben. Los admiran como personas y éso me pone en conflicto porque para recuperarlos, tal vez deba contarles sobre la vida de la familia de mi marido.
Sucede que tienen dinero que no fué conseguido de buena manera y ahora mis hijos los admiran.

Sinceramente no sé cómo manejar ésta situación. No acostumbro contar a mis hijos sobre otras personas, mucho menos sobre su familia a la que quieren tanto y a la que admiran.

Creo que no debo hacerlo porque son su familia; asi como no les hablo mal de su papá. Ellos vieron su mala época, la vivieron y la sufrieron.

Yo les digo que respeten a su padre, pero su padre no cambia su manera de ser. Y a la que no respetan es a mí.

Alguien puede orientarme sobre qué hacer?

Paz y bien.
Estimada "Scarlett",
En mi opinion, no debes decirles nada a tus hijos acerca de la familia de tu esposo, porque solo te traera mayores resentimientos con tu familia. Recuerda el dicho: " Si no tienes algo bueno que decir de alguien, mejor quedate callado". la verdad siempre sale a relucir.
Yo te aconsejo que busques incansablemente mejorar la comunicacion con tu esposo y evitar las discusiones; trata de convencerlo de asistir a algun Retiro o Congreso para matrimonios.
Recuerda que se consigue mas con miel, que con hiel.

Que Dios te bendiga y te dé la Sabiduria para llevar adelante tu matrimonio.

Muchas gracias, Victor. Tienes razón. Creo que estoy tomando el papel de víctima y de alguna manera, no quiero perder a mis hijos. "El que quiera salvar su vida, la perderá. El que la pierda, la salvará". Gracias de nuevo.

Hoy escuchaba la misa y el sacerdote recordaba a los Mártires coreanos que se celebra hoy su martirio. Y "dioscidentalmente" amanecí recordando a un tío, un tío que ahora lo veo, sufrió martirio por la fé.
Se llamaba Gustavo. Era católico junto con su familia. Dios los bendijo con bienes materiales porque sus negocios prosperaban.
Sucede que se casó con una mujer de fuera del D.F. y su familia se enceló, entre ellos mi bisabuelo que era su tío.
Este tío llevaba la mayordomía de la Parroquia local y cada año participaba en los festejos del Santo Patrono.
Muchos de sus familiares se alejaron de él y de su familia porque no quisieron vivir conforme a la Palabra de Dios.
Supongo que éso lo hizo sufrir mucho, pero lo hizo sufrir mucho más el que sus propios hijos y las personas que él acogió en su casa no dieran testimonio de la Palabra con sus actos, con sus bocas.

Yo no sé lo que haya pensado por supuesto, yo supe de él cuando estaba en una cama inmóvil después de padecer por muchos años en ésa situación. Una persona que vivía cerca de él me decía que era atendido por una enfermera y que no podía moverse, ni hablar, sólo salían lágrimas de sus ojos.

Una de las personas que él acogió en su casa fueron padrinos de mi Primera comunión y nunca me hablaron de él, siendo mi familiar. Sus hijos, menos. Cuando él estaba en cama, sus hijos peleaban por sus posesiones y peleaban con sus familiares para sacarlos del barrio. Hicieron todo lo posible por comprarles sus terrenos, porque mi familia es pobre y "afeaba" el barrio que poco a poco se fué convirtiendo en una zona residencial.

Yo no lo conocí, sólo lo vislumbré en su cama de enfermo y lo ví llorar.
La persona que me habló de él, sentía pena por su sufrimiento, pero se dejaba llevar por su cobardía, ya que si estaba con personas que no eran cercanas a él, hablaba mal de él. Y con sus cercanos, hacía lo contrario.
Le creía a personas cosas que le decían sin que fueran verdad y las repetía como ciertas para quedar bien con ellas.
Su esposa no dejó entrar a la familia a verlo en su lecho. No deseaba que nadie de su familia se acercara a él.
Creía a su hermana lo que le decía. Su hermana (mi madrina) se presentaba ante ella como una buena persona que nos acogía porque recuerdo que sus hijas nos invitaron algunas veces a su casa a jugar. Eran buenas niñas con nosotros y con nuestros primos.
A ellos mi tío les regalaba juguetes, ropa, etc.
Sin embargo, nunca nos llevaron a la casa de mi tío. A mí sinceramente no me importaba porque era niña y no comprendía nada.
Dos tíos míos que se acercaron a él, tampoco nos llevaban con él ni a la Iglesia a la que él tenía fé. Uno de mis tíos incluso daba doctrina y no nos la dió a nosotros sus propios sobrinos.

Todos en los que él confió, le dieron la espalda. Dios los perdone porque no saben lo que hicieron.

Yo recuerdo que mi abuelita (mi mamá de crianza desde los 9 meses de edad) me enviaba con la mamá de mi tío que estaba ya ancianita, me enviaba con un tío hermano de él. Y eran buenos. Y ni a ellos, la esposa de mi tío Gustavo les permitía acercarse.

Me imagino lo que sufrió su madre al ver a su hijo enfermo y sin poder estar con él, porque su propia nuera se lo impedía.

Dios perdone a sus hijos, a su esposa por no saber entender que él deseaba acercar a sus familiares a la Iglesia que él amaba. Su esposo, mi tía llevó a sus hijos por el despilfarro, se casaron por la Iglesia con lujos y pompa.
Sus hijos han sufrido. Sus dos hijas han terminado divorciadas, su hijo mayor quiso quedarse con todo, su otro hijo no podía concebir hijos.

Dios le dé el descanso. Y convierta a su familia hacia lo que él amaba.

Yo asistí a su velorio. Fuí la única de mi familia que fué a orar por él, aún sin conocerlo. Porque a nadie más dejaron entrar o porque sus familares estaban tan resentidos que no tuvieron la compasión suficiente para asistir.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Mié Sep 21, 2011 8:55 pm

Paz y bien.

Nunca se deja de cargar la cruz, aunque con Jesús es mucho más sencillo de hacer. Recuerdo la historia de un hombre que cargaba su cruz y se le hacía pesada. Se volvió al cielo y le dijo a Dios: "dónde has estado que no me ayduas con ésto?" y Jesús le contesta: "Detrás tuyo, sosteniéndo tu cruz".
Al volver la cabeza, ve a Jesús cargando sólo la mayor parte del peso. El hombre cargaba sólo una pequeña parte.

Eso me sucedió hoy. Tengo un perro medio desobediente o mejor dicho, obediente a sus instintos como los animales. Está acostumbrado a que entro al patio trasero y pongo una tabla para que no se salga. Esa tabla la puso mi marido y el perro aunque puede tirarla fácilmente, no lo hace.
Hoy olvidé poner la tabla y el perro se salió por detrás mío mientras lavaba la ropa. Cuando éso sucede, acostumbro dejarlo que camine un poco, sé que sólo lo hace por 5 o 10 minutos y sólo, regresa a la casa. Los vecinos están acostumbrados a verlo de vez en cuando fuera y no les espanta. El perro no los ataca, porque es tranquilo.
Sin embargo, cuando pasa alguien a quien no conoce y si lo enfrentan, el perro se pone en guardia.
Sólo mi hijo lo puede meter tranquilamente.

Me da miedo que venga la perrera y se lleve a mi perro, pero ya se acostumbró a no hacerme caso.

Imagínense el miedo que me da cuando mis hijos no me obedecen a mí, como sucede muchas veces, sobre todo mi hijo el menor.
Ha olvidado pedirme las cosas por favor; ha olvidado hablarme en tono suave; ha olvidado preguntarme si quiero hacer las cosas,

Esto no puedo permitirlo por el simple hecho de que mi hijo ha aprendido a respetar a sus mayores, a honrar a su padre y a su madre. Le he dicho que no debe hacerlo porque es faltar a la Ley de Dios.

Mi esposo lo permite delante mío. El ha permitido que mi hijo mayor se vaya de la casa y viva sólo. Mi hijo mayor también me habla en un tono no adecuado delante de su padre y mi esposo le hace segunda.
Parece que mi hijo manda a mi marido o que mi marido los tiene sujetos y les permite me falten al respeto.

Esto es doloroso porque sé las consecuencias de sus actos. Mi esposo no quiere creer que lo que hacemos, es como un bumerang que se regresa hacia quien lo lanzó.

Voy a encadenar a mi perro para que no vuelva a salirse, porque no quiero que lo agarre la perrera. Lo quiero mucho para permitir que lo lastimen. Sé que es un animal y no entiende, o mejor dicho, no quiere entender.

Con mis hijos las cosas están más difíciles y sólo Dios puede actuar en ellos. Por éso oro tanto por su conversión.
El camino de la desobediencia a los padres no es el mejor para los hijos solteros.

Yo les he dicho que cuando se casen y tengan su propia casa y su propia familia van a entender muchas cosas, mientras deben hacer caso de lo que se les dice.
El problema es que mi esposo dice una cosa y yo les digo lo que la palabra de Dios dice. Ellos prefieren escuchar a mi esposo porque les permite hacer lo que quieren.

Y sinceramente, les digo que no me duele. Ha dejado de dolerme la actitud de mis hijos porque confio en Dios tanto, que sé que va a escuchar mis oraciones porque ama a mis hijos.
Sé que yo no les hablé a mis hijos de Dios cuando niños porque yo misma no sabía de El; sólo les enseñé a orar como me enseñaron a mí. Y la oración es poderosa, pero con el conocimiento es mucho mejor.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Vie Sep 23, 2011 1:49 pm

Paz y bien.

Estoy escuchando acerca de la Virgen María (me cuesta mucho llamarla mamá o madre) acerca del ensimismamiento que muchos obtienen al verla. Voy a ser sincera, a mí me da temor cuando la veo.
Hoy me dí cuenta porqué. Me sucede cada vez que veo la imágen de la Virgen.
Me parece decir: ¿Y tus rosas, Laura?

Esto me sucede cada vez que visito tanto la Basílica de la Virgen de Guadalupe o en la Catedral de Ensenada o en cualquier templo en donde me la encuentro. Es más, me sucede con la imágen que tenenmos en casa a la entrada.
Todos los días me persigno dándole los buenos días. Antes, me persigno ante el Cristo que tenenemos sobre la cabecera de la cama. Y cuando algo me falta, siento temor de mirarla directamente como Juan Diego cuando deseaba ocultarse a ella, dándole vuelta al cerro o yéndose por otro lado.

Hoy orando el Santo Rosario ante el Santísimo sacramento, me quedé por un momento viéndo la custodia y ví a Jesús caminando hacia mí sobre una ostia. Es cuando oro ante el Santísimo que puedo vislumbrar mejor. Hoy ví quien es Jesús y porque no puedo dejar el catolicismo, ni la fé de mis ancestros.
El nos reune a todos mis familiares lejanos y cercanos en un sólo sitio, a pesar de la lejanía.
Yo estoy a muchos kilómetros de mi patria chica, pero si todos asistimos al templo ante el Santísimo, si comulgamos todos de El, entonces estamos unidos en El, dentro de El y con El, compartiendo nuestras alegrías, nuestras necesidades.
Oramos juntos.

A mí me gusta mucho el ritual de la misa porque me parece como si todos unieramos nuestras voces, nuestros cuerpos para dar una misma adoración a Dios al mismo tiempo, como sincronizándonos con El o para El, unidos. Creo que es en lo único que nos reunimos realmente, físicamente.
Todos deseamos ser únicos, distintos a los demás y en la misa todos somos iguales, todos hacemos lo mismo. Todos nos paramos al mismo tiempo, nos sentamos, nos hincamos como hijos de Dios, todos iguales.

Tal vez por éso, muchos no disfrutan de la misa, porque no queremos dejar de ser nosotros para ser de Cristo. En otros lugares, (sin ánimo de criticar, sino de reconocer la belleza de la celebración católica) puede sentarse cada uno como quiera, orar como uno quiera, cada uno con sus propias palabras, se canta, algunos se contorsionan o gritan sus pastores, etc. etc.
La misa es armonía. ¿Qué tiene que ver ésto con las familias católicas? Pues precisamente éso: en Cristo Sacramento todos somos familia.
¿"Quienes son mi madre y mis hermanos? Estos son mi madre y mis hermanos""
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Dom Sep 25, 2011 8:16 pm

Paz y bien.

Hoy escuché la Palabra de Dios en una capilla cercana a mi casa. Es muy humilde: sillas, una mesa del altar, un crucifijo, la imágen de la Virgen en un cuadro muy sencillo, paredes de madera. Sobre el altar una manta para cubrirlo y es todo.
Sin techo, sin lujos, con la vista del cerro al lado y el cielo enfrente.

Me gusta escuchar misa en lugares donde se mire la naturaleza. He tenido la fortuna de hacerlo en distintas capillas así, como la de un Convento cercano a Amecameca en donde mi mamá nos llevó y subimos un cerro por un camino en forma de espiral hasta llegar al convento. Hermosísimo y la capilla donde se oficia la misa es de lo mejor. Un gran ventanal atrás del altar, el Cristo sobre él y los volcanes como marco es todo el lujo de la capilla.
Es un deleite el escuchar misa ahí, el coro maravilloso. En fin

A mi mamá le gustaba éso de trepar cerros ajjaja porque recuerdo que nos llevaba a la Basílica de Guadalupe y algunas veces nos echamos la Calzada de los Misterios (ahora entiendo porqué se llama así, porque se ora el Rosario caminando sobre ella, con sus 5 estaciones)
Otras veces llegamos en camión, pero la visita a la capilla del cerrito no podía faltar. Llegábamos con la lengua de fuera al lugar en donde la Virgen le dijo a Juan Diego iba a encontrar rosas de castilla que debía llevar al Obispo.

Otras veces íbamos a Chalmita, a visitar al Señor de Chalma. Nos echábamos el bailecito a la entrada y después a pujar subiendo el cerro sobre el que está el antiguo Monasterio para terminar yendo al Balneario (que de paso espero que ya esté más limpio porque estaba medio felloyo) pero el Monasterio es algo hermoso, las misas ahí son preciosas.
El Señor de Chalma es muy milagroso, pero se le debe cumplir decía mi abuelita. Asi que yo no le he hecho ninguna petición, aunque me gustaba visitarlo de vez en cuando con mi mamá y después con mi esposo.

En Amecameca también existe una pequeña capilla en un cerro. Son chorrocientos escalones los que hay que subir para llegar a ella. Es minúscula, parece ser que era de un ermitaño porque se llama La Ermita.

A mí me gustaba mucho ir con mi abuelita adonde ella iba, porque me llevaba a lugares así.

Así que me gusta subir cerros para escuchar la Palabra de Dios y la capilla del barrio donde vivo está a los pies de un monte, pero para llegar es cuesta arriba.
Por 7 años estuve yendo a otra capilla cercana, pero hasta hoy me dí cuenta que ésta está más cerca de mi casa y aquí es donde me toca ir.
La capilla me gusta, el llegar a ella me cuesta mucho porque debo atravezar toda la colonia, yo vivo al principio y la capilla está al final.
Al salir de misa ví el puesto donde venden tamales y otras cosas para ayudar al sostenimiento de ella y como ya no llevaba dinero, fuí a mi casa y le dije a mi esposo que vendían tamales muy buenos (eso pensé al verlos aún sin probarlos) me dió dinero y regresé.
El regreso no fué tan fácil como la ida, porque a la ida me encontré una señora y juntas llegamos, aunque tarde (por éso no comulgué) Me da mucho miedo ir adentro de mi colonia porque hay muchos perros sueltos. La gente no acostumbra tenerlos dentro de sus casas y como no me conocen, pues me da "mellito" entrarle, pero me fuí rezándole a todos los santos.
Llegué, compré mis tamales y quise regresar. Ahi estuvo lo canijo: salió un perro que venía directo a mí y otro que estaba bajo un carro se levantó y me dieron ñañaras. Unas niñas de la capilla pasaron y les dije que las iba a esperar para regresarme con ellas y me quedé parada; gracias a Dios un niño salió de una casa y le grité que me esperara, se detuvo y así salí de ahí.

Para la próxima trataré de llevar el dinero de la limosna y algo para gastar a la salida, me gusta cooperar de ésa manera porque sé que es para la Iglesia y su construcción, sé que las personas lo hacen sin ningún interés mas que el servir a Dios y el mantenimiento de sus templos.
Es el servicio que prestan a Dios através de sus templos.
También trataré de llegar temprano para no perderme la misa desde el inicio y poder comulgar.
Y si me es posible, me le pegaré a alguien que vaya para allá. Entre dos es más difícil tenerle miedo a los perros, no?

Es increíble que le tenga más miedo a los perros que a las personas :oops: O mejor dicho, es mejor éso que temerle a los propios seres humanos a los que Dios dotó de sentimientos generosos.
Creo que cuando les temo más a los animales que a los hombres, les doy un lugar a mis semejantes que no les doy a los animales: la capacidad de raciocinio.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Lun Sep 26, 2011 8:27 pm

Paz y bien.

Vaya!!! Este tema se ha convertido en el "rincón de los recuerdos de laura"

Mis recuerdos son la fuente de la que mana el agua que me ha saciado. Recordaba el tiempo en que por 7 meses estuve en un internado católico cuando tenía 5 años de edad.

Ahí estuvimos mi hermana y yo.Ella 1 año y yo 7 meses, pero la hija de mi mamá estuvo ahí por varios años.
Ella es mayor que nosotras por 10 años. Es la única hija biológica de mi mamá además de sus otros 4 hijos (tuvo otros 2 que murieron antes de que yo naciera y a los que no conocí)

La recordaba tan bonita ella, a mí me parecía alguien especial cuando estábamos en el internado. Siempre estaba junto a otra compañera que yo creo ahora debe ser religiosa porque ya desde niñas tenía fama de ello.
Nunca hasta ahora había entendido a ésta tía mía.

Siempre la ví como alguien apocado, sin carácter. Sin embargo, ahora la veo de una manera distinta: está en un sitio donde no debe estar y nunca ha estado donde debió estar: en la vida religiosa. :roll:

Ese fué creo yo el error más grande que cometió mi mamá por amor a nosotros sus hijos: el querer elegir nuestra vocación.
Yo quise ser maestra desde niña. Prácticamente crecí con un cuaderno y un lápiz en la mano.
Cuando llegó el momento de acudir a la Normal, mi mamá se opuso y me metió a estudiar Trabajo Social :roll:

Creo que con mi tía sucedió lo mismo. Y fracasó tremendamente en su matrimonio. Y sin embargo, no culpa a mi mamá como tampoco lo hago yo. La entendemos porque es nuestra madre y quiso lo mejor para nosotras.

He tratado de no hacer lo mismo con mis hijos, de dejar que sigan su vocación y no interferir en ella. Para mi tía fué menos fácil porque permitió que mi mamá eligiera al esposo con el cual casarse :cry:

En fin. Esa historia no me pertenece, aunque estuve cercana y amo a sus hijos. Respeto su decisión de no meterme con sus hijas, aunque veo que se equivoca algunas veces. Trato de hacerle ver las cosas como yo las veo y que ella tome las decisiones que mejor crea convengan. Aunque la principal que le hago ver es que si ella sufrió mucho por la intervención de mi mamá en su vida, ¿cómo hace lo mismo con sus hijos que ya tienen más de 40 años? :roll:

Me pregunto cómo alguien que vivió por mas de 7 años en un internado católico como ella pueda ser tan falto de fé? ella abandonó por completo a la Iglesia. Ahora incluso asiste a otro templo de los que se llaman "cristianos" y que son en realidad protestantes.

Ese creo yo, fué su error. Nuestro Dios es un Dios celoso. Lo único que nos pide es fidelidad porque El es fiel.
Y mi tía se alejó de El.
"A quien me niegue ante los hombres, yo lo negaré ante mi Padre" dijo Jesús en una de las muchas palabras que pronunció a sus discípulos. Y quien abandona su fé poco a poco se va secando como el sarmiento lejos de la vid.
Y algunos terminan cambiando de iglesia.

"Tanto peca el que mata la vaca, como el que le ata la pata" y es ahí donde debo decir "por mi culpa, por mi culpa".
Soy un poco lenta para entender los mensajes de Dios, por mi costumbre de racionalizar todo. Sólo en la oración he ido encontrando respuestas.

Cuando estaba ella casada con su esposo (falleció de cirrósis alcohólica apenas cumplidos los 30 años) traté de ayudar aunque no supe cómo hacerlo porque soy la más pequeña de todos y siempre pensé que ellos sabían más que yo.

Mi hermana también se separó de su esposo y no supe qué hacer para que no sucediera. Es más, no pensé que yo pudiera hacer algo.
Por ignorancia de la fé no pude ayudarlas adecuadamente. Sabía por instinto que yo influía en ellas, me dí cuenta desde niña. Sólo que las que estuvieron cerca de los sacerdotes y las religiosas fueron ellas, no yo.

Yo estuve sólo 7 meses en el internado católico y ellas mas tiempo, sobre todo mi tía. Sus matrimonios no fueron los mejores.
He llegado a una conclusión:
Lo que no se practica, no sirve.

Yo estuve en un internado normal por varios años, aunque era dirigido por alguien creyente ya que rezábamos en la noche como si fuera un hogar.
El internado en el que estuve era como tener una familia grande y ahí aprendí mucho. La Directora estaba cuando hacíamos la tarea. Lo que aprendíamos en la clase, lo repasábamos en casa.

Eso fué lo que nos faltó para vivir nuestra fé. Nuestra mamá no acudía a misa. De poco sirvió el que estuvieran en un internado católico, si al salir de ahí el fuego se fué apagando.

Mis hijos son universitarios porque yo fuí educada creyendo en la educación y traté de hacerlo como me enseñaron en el internado, aunque tampoco asistí a la iglesia porque no estaba acostumbrada a ello.
El ir a misa es como ir a la escuela y durante la semana, hacer la tarea que ahí nos enseñan.

No importa cuántas veces oiga la misma palabra, siempre la puedo aplicar a mi vida diaria.
Cuando niña fuí a la iglesia y era muy bonito. Poco a poco el fuego se fué apagando y me fuí alejando. Gracias a Dios la familia de mi esposo es muy pachanguera y acostumbran casarse por la iglesia, bautizarse, etc y hacer fiestas por ello. Como son muchos,pues acudiamos a misa seguido.
Es cierto que no es ése el motivo por el que deba uno asistir, pero "peor es chile y agua lejos". La llamita se mantuvo encendida en mí y gracias a ésa pequeña llamita ahi la llevamos en nuestro matrimonio.

La llama en mi tía y mi hermana se fué apagando poco a poco hasta que se apagó por completo. Las familias de sus esposos no eran asiduos a la Iglesia.

Hasta ahora he ido entendiendo todo ésto. Ahora que sus matrimonios fracasaron. Eso me duele. Fué una de las razones por las que entré a éstos foros. Buscando ayuda para mi hermana.
Ahora veo que también mi tía necesita ayuda. Y yo no sé qué hacer. No me gusta verlas separadas de sus hijos como lo están, no me gusta ver a mi hermana con una pareja distinta y su esposo también.
Es más, cuando se separaron yo estuve de acuerdo en ello. Asi de alejada estaba en mi propia fé. :oops:

Oro por ellas para que llegue la Palabra de Dios a sus vidas con una solución si es que la buscan.

Cuando hablo con ellas, dicen que están mejor que antes. Mi hermana dice estar contenta con la pareja que tiene, contenta con tener relación con sus hijos sólo por computadora, verse por la camarita y hablar de vez en cuando por teléfono.

Mi tía es viuda y tiene la facilidad de viajar a ver a sus hijos, pero mi hermana no puede salir de Estados unidos porque es ilegal. Yo he hablado con ella, tratando de hacerle ver que sus hijos la necesitan, pero tiene miedo porque si sale sabe que no puede regresar y ¿qué pasaría con su pareja?

Yo sé cómo católica que debe dejarlo. Punto. Pero una cosa es saberlo yo, decirselo yo y otra que ella lo haga porque se quedaría sóla. No tiene la fé suficiente para hacer algo así.

Sabe que los hijos cuando se casan son algo aparte. Ella debería vivir sóla sin pareja porque vive en adulterio. Se defiende diciendo que su esposo vive también así y es cierto, pero el que otro haga las cosas no quiere decir que yo también las haga.

Mi esposo me dice que no me meta. Yo procuro hacerlo de una manera que no la lastime, pero sé que sólo Dios puede hacer las cosas que El desea y sé que la llamara cuando El quiera hacerlo.
Yo ya fué un instrumento para llevarle su Palabra. No sé qué más hacer. :cry:
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Sab Oct 01, 2011 1:51 pm

Paz y bien.

"El que a dos amos sirve, con alguno de los dos queda mal" reza un dicho y creo que es verdad.
El modo en que cada uno siga ésa vocación o llamada de Dios depende de a lo que ha sido llamado, ¿o no?

Esto a mí me trae algunos conflictos:
Por un lado, éstos foros son para mí mi familia "Estos son mi madre y mis hermanos". Aquí es donde reencontré a Dios, donde me curaron mis heridas y me ayudaron a levantarme. Constantemente me voy porque siento la necesidad de enriquecerme, pero siempre termino regresando porque aquí encuentro lo que necesito.

"al que más se le dió, más se le pide" y yo siento que aquí me ayudaron mucho. Asi que aquí estoy.

Y sin embargo, no dejo de sentir cierta desazón cuando escucho por todos lados que hay que servir en la Parroquia a la que uno pertenece. Yo he tratado de hacerlo y no ha funcionado.
He guardado rencor por mucho tiempo a ésas personas y me ha costado mucha oración el pedir el don de perdonar porque me he sentido herida en mis hijos no en mí.
Cuando entré a los foros, lo hice buscando una manera de acercar a mis hijos a Dios porque estaba yo consciente de que no cumplí con ello de una manera adecuada por conformista, por no molestar a mi esposo o por lo que hay sido.
Acudí a la iglesia porque deseaba servir y al mismo tiempo, que me ayudaran a acercar a mis hjos a Dios aunque yo hubiera sido tan mala como para no hacerlo en el momento adecuado.

Mis hijos hicieron la primera comunión, bautizo, pero ni mi esposo ni yo acostumbrabamos aquello de ir a misa regularmente porque en nuestras familias no se acostumbraba tampoco.
Intenté acercarme a una persona a que me ayudara, le comenté la situación que estaba pasando y me rechazó simplemente. Es una persona muy cercana al altar y creí que era adecuada para que auxiliara. Me equivoqué.
Me sentí juzgada y sentenciada, al igual que por dos de mis vecinas asiduas a la iglesia.

Tardé 5 años en perdonarlas, las buscaba continuamente tratando tal vez de que me ayudaran a acercar a mis hijos y no recibí ninguna respuesta de su parte. Escribiendo ésto entiendo que sólo se lo dije a la primera, a las otras dos no se los dije porque caigo mucho en creer que los demás también son como yo.
Eso me lo ha hecho ver mi esposo continuamente.
Y es que como la primer persona me rechazó, dí por sentado que las otras también lo harían. Y no me atreví a pedirles ayuda con mis hijos porque empezando, no me aceptaban a mí.

El rencor daña más a quien lo siente, gracias a Dios porque si mi rencor hubiera podido dañarlas, les hubiera sacado los ojos. En lugar de ello, traté de ser agradable a ellas para que no me rechazaran y con ello, no rechazaran a mis hjos.
Fallé totalmente. Dios no me llamaba por ése camino y tardé 5 años en darme cuenta.

No ha sido tiempo perdido de ninguna manera porque he estado en éstos foros, he reencontrado a algunos de mis familiares gracias a Dios.

Han sido años fecundos para mí en cuanto a crecimiento. Ahora he cambiado de capilla. No sé qué espera Dios de mí en ella y no quiero crearme expectativas al respecto.

Mis hijos y mi esposo siguen sin acudir a misa y éso ya no me intranquiliza. Sigo orando a Dios y esperando que haga su Voluntad cuando El asi lo quiera.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Dom Oct 02, 2011 11:57 am

Paz y bien

Ufff!!!! Se me acumulan los temas, las ideas sobre lo que quiero comentar aquí.
Sobre el aborto, sobre el uso de la internet.

Empezaré por lo del aborto. Cuando yo entré a éstos foros tenía yo muchas ideas confusas dentro de mí.
Yo tuve un aborto en mi adolescencia y cuando regresé a mi fé no podía yo sentirme culpable y por lo tanto, no podía yo arrepentirme.
Racionalmente lo aceptaba, lo leí, escuché de ello. En éstos foros busqué acerca de ello y no podía arrepentirme. Incluso pregunté alguna vez cómo puedo confesar algo que sé que está mal y no sentirme arrepentida de ello?

Es que cuando lo hice, no estaba yo consciente totalmente. Hace 35 años no era muy común encontrar en mi medio información al respecto. Incluso algunos foristas me señalaron de alguna manera.
Hoy escuchando a un sacerdote en la radio, encontré el porqué no podía sentirme culpable de lo que hice.
Porque no lo fuí. No estaba consciente de lo que realmente hacía.

Lo hice por amor a mi hijo o hija. Nunca tomé ésa decisión por comodidad, para que mi cuerpo no se deformara, ni porque me impidiera seguir mi vida normal, mis estudios o trabajo.
Tampoco lo hice porque no pudiera hacerme cargo como madre soltera de un hijo.
Mucho menos lo hice porque me importara lo que la gente pudiera pensar de mí.

Simplemente lo hice porque no deseaba traer al mundo a un hijo que no era amado por su padre. Acudí a un doctor y él me dijo que antes de 3 meses no era un niño, sino un montón de células nadamás.
En base a ello tomé la mejor decisión que yo creí.

Me sentía más culpable de haber tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio (éso sí lo sabía) Y mucho más de que hubiera sido con un hombre casado (también lo sabía).
Era yo una adolescente y creí en sus palabras: "estoy alejado de mi mujer, ya no nos queremos, en cuanto pueda me divorcio", etc.
El me dió el dinero para practicarme el aborto.

De éso sí me sentía culpable. Eso sí lo sabía y dentro de ése pecado de adulterio (que yo no sabía que así se llamaba) cometí otro peor: el de un asesinato de un ser humano.

Ahora sé todo éso. En ése entonces no lo sabía.

Tal vez es por éso que en mi página trato sobre el matrimonio, sobre los hijos, sobre cuestiones prácticas del matrimonio y el hogar, además de cuestiones sobre la fé.

Si en ése entonces hubiera sabido lo que ahora sé, seguramente hubiera tomado otras muchas decisiones.

Y es ahí en donde creo que hago mi mejor esfuerzo: tal vez alguna chica como era yo en ése tiempo se encuentre en las mismas circunstancias que yo lo estaba.

¿Cómo pude caer en algo que era malo sabiendo que lo era?
Yo sabía que no es bueno desear a la pareja de otro, porque es un mandamiento de Dios, pero no lo tenía consciente.
En nuestro medio es común el divorcio. Yo no sabía de la indisolubilidad del matrimonio ante Dios.
Para mí quien no estaba casado por la Iglesia, no estaba casado de verdad.

De alguna manera tenía muy claro el hecho del matrimonio dentro de la Iglesia. Le daba más importancia incluso que al matrimonio civil. Asi que si no estaba casado por la Iglesia, no estaba casado. Así pensaba yo en ése entonces.

Ahora creo lo contrario. Creo que si alguien no está casado por la Iglesia con su pareja, puede hacerlo y santificar su unión.
Y a éso enfoco mis esfuerzos ahora. Alguna vez estuve a punto de deshacer un matrimonio o una unión mejor dicho sin tener plena conciencia de lo que hacía. Me alegro de no haberlo hecho.

Y es ahí en donde veo que muchas mujeres cometemos muchos errores cuando estamos casadas con un hombre. A éso he enfocado mis baterias: a ayudar a consolidar a las familias, yo que estuve a punto de separar a una.

Sigo después, es hora de ir a misa.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Dom Oct 02, 2011 11:57 am

Paz y bien

Ufff!!!! Se me acumulan los temas, las ideas sobre lo que quiero comentar aquí.
Sobre el aborto, sobre el uso de la internet.

Empezaré por lo del aborto. Cuando yo entré a éstos foros tenía yo muchas ideas confusas dentro de mí.
Yo tuve un aborto en mi adolescencia y cuando regresé a mi fé no podía yo sentirme culpable y por lo tanto, no podía yo arrepentirme.
Racionalmente lo aceptaba, lo leí, escuché de ello. En éstos foros busqué acerca de ello y no podía arrepentirme. Incluso pregunté alguna vez cómo puedo confesar algo que sé que está mal y no sentirme arrepentida de ello?

Es que cuando lo hice, no estaba yo consciente totalmente. Hace 35 años no era muy común encontrar en mi medio información al respecto. Incluso algunos foristas me señalaron de alguna manera.
Hoy escuchando a un sacerdote en la radio, encontré el porqué no podía sentirme culpable de lo que hice.
Porque no lo fuí. No estaba consciente de lo que realmente hacía.

Lo hice por amor a mi hijo o hija. Nunca tomé ésa decisión por comodidad, para que mi cuerpo no se deformara, ni porque me impidiera seguir mi vida normal, mis estudios o trabajo.
Tampoco lo hice porque no pudiera hacerme cargo como madre soltera de un hijo.
Mucho menos lo hice porque me importara lo que la gente pudiera pensar de mí.

Simplemente lo hice porque no deseaba traer al mundo a un hijo que no era amado por su padre. Acudí a un doctor y él me dijo que antes de 3 meses no era un niño, sino un montón de células nadamás.
En base a ello tomé la mejor decisión que yo creí.

Me sentía más culpable de haber tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio (éso sí lo sabía) Y mucho más de que hubiera sido con un hombre casado (también lo sabía).
Era yo una adolescente y creí en sus palabras: "estoy alejado de mi mujer, ya no nos queremos, en cuanto pueda me divorcio", etc.
El me dió el dinero para practicarme el aborto.

De éso sí me sentía culpable. Eso sí lo sabía y dentro de ése pecado de adulterio (que yo no sabía que así se llamaba) cometí otro peor: el de un asesinato de un ser humano.

Ahora sé todo éso. En ése entonces no lo sabía.

Tal vez es por éso que en mi página trato sobre el matrimonio, sobre los hijos, sobre cuestiones prácticas del matrimonio y el hogar, además de cuestiones sobre la fé.

Si en ése entonces hubiera sabido lo que ahora sé, seguramente hubiera tomado otras muchas decisiones.

Y es ahí en donde creo que hago mi mejor esfuerzo: tal vez alguna chica como era yo en ése tiempo se encuentre en las mismas circunstancias que yo lo estaba.

¿Cómo pude caer en algo que era malo sabiendo que lo era?
Yo sabía que no es bueno desear a la pareja de otro, porque es un mandamiento de Dios, pero no lo tenía consciente.
En nuestro medio es común el divorcio. Yo no sabía de la indisolubilidad del matrimonio ante Dios.
Para mí quien no estaba casado por la Iglesia, no estaba casado de verdad.

De alguna manera tenía muy claro el hecho del matrimonio dentro de la Iglesia. Le daba más importancia incluso que al matrimonio civil. Asi que si no estaba casado por la Iglesia, no estaba casado. Así pensaba yo en ése entonces.

Ahora creo lo contrario. Creo que si alguien no está casado por la Iglesia con su pareja, puede hacerlo y santificar su unión.
Y a éso enfoco mis esfuerzos ahora. Alguna vez estuve a punto de deshacer un matrimonio o una unión mejor dicho sin tener plena conciencia de lo que hacía. Me alegro de no haberlo hecho.

Y es ahí en donde veo que muchas mujeres cometemos muchos errores cuando estamos casadas con un hombre. A éso he enfocado mis baterias: a ayudar a consolidar a las familias, yo que estuve a punto de separar a una.

Sigo después, es hora de ir a misa.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Lun Oct 03, 2011 11:42 am

Paz y bien.

Escuchando ayer al sacerdote en la radio, hablaba de Bernard Nathanson llamado "El rey del aborto", un doctor que practicaba abortos con la intención de ayudar a la mujer. Se convirtió al catolicismo por las oraciones de todos aquellos que oraban por él, según su propio testimonio. Aquí puedo ver el poder de la oración.

Yo oro mucho por mis hijos y mi esposo. Todos los días le pido a la Virgen, a Dios que los conduzca por el buen camino, que no permita se alejen de él. Y oro mucho por la persona que me llevó a abortar, por el padre del bebé para que Dios los perdone porque no sabían lo que hacían como yo no lo supe.

Comparto la historia de Bernard Nathanson
¿Qué puede llevar a un poderoso y reconocido médico abortista a convertirse en un fuerte defensor de la vida y abrazar las enseñanzas de Jesucristo?

¿Pudo más el peso de su conciencia por la muerte de 60 mil no nacidos o quizás las muchas oraciones de todos aquellos que rogaron incansablemente por su conversión?

Según Bernard Nathanson, el popular "rey del aborto", su conversión al catolicismo resultaría inconcebible sin las plegarias que muchas personas elevaron a Dios pidiendo por él. "Estoy totalmente convencido de que sus oraciones fueron escuchadas por Él", indicó emocionado Nathanson el día en que el Arzobispo de Nueva York, el fallecido Cardenal O´Connor, lo bautizó".

Hijo de un prestigioso médico judío especializado en ginecología, el Dr. Joey Nathanson, a quien el ambiente escéptico y liberal de la universidad hizo abdicar de su fe, Nathanson creció en un hogar sin fe y sin amor, donde imperaba demasiada malicia, conflictos y odio.

Profesional y personalmente Bernard Nathanson siguió durante buena parte de su vida los pasos de su padre. Estudió medicina en la Universidad de McGill (Montreal), y en 1945 se enamoró de Ruth, una joven y guapa judía con quienes hicieron planes de matrimonio. La joven, sin embargo, quedó embarazada y cuando Bernard le escribió a su padre para consultarle la posibilidad de contraer matrimonio, éste le envió cinco billetes de 100 dólares junto con la recomendación de que eligiese entre abortar o ir a los Estados Unidos para casarse, poniendo en riesgo su brillante carrera como médico que le esperaba.

Bernard puso su carrera por delante y convenció a Ruth de que abortase. No la acompañó a la intervención abortiva y Ruth volvió sola a casa, en un taxi, con una fuerte hemorragia, estando a punto de perder la vida. Al recuperarse -casi milagrosamente- ambos terminaron su relación. "Ese fue el primero de mis 75.000 encuentros con el aborto, me sirvió de excursión iniciadora al satánico mundo del aborto", confesó el Dr. Nathanson.

Luego de graduarse, Bernard inició su residencia en un hospital judío. Después pasó al Hospital de Mujeres de Nueva York donde sufrió personalmente la violencia del antisemitismo, y entró en contacto con el mundo del aborto clandestino. Para entonces ya había contraído matrimonio con una joven judía, tan superficial como él, según confesaría, con la cual permaneció unido cerca de cuatro años y medio. En esas circunstancias Nathanson conoció Larry Lader, un médico a quien sólo le obsesionaba la idea de conseguir que la ley permitiese el aborto libre y barato. Para ello fundó, en 1969, la "Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto", una asociación que intentaba culpabilizar a la Iglesia de cada muerte que se producía en los abortos clandestinos.

Pero fue en 1971 cuando Nathanson se involucró directamente en la práctica de abortos. Las primeras clínicas abortistas de Nueva York comenzaban a explotar el negocio de la muerte programada, y en muchos casos su personal carecía de licencia del Estado o de garantías mínimas de seguridad. Tal fue el caso de la dirigida por el Dr. Harvey. Las autoridades estaban a punto de cerrar esta clínica cuando alguien sugirió que Nathanson podría ocuparse de su dirección y funcionamiento. Se daba la paradoja increíble de que, mientras estuvo al frente de aquella clínica, en aquel lugar existía también un servicio de ginecología y obstetricia: es decir, se atendían partos normales al mismo tiempo que se practicaban abortos.

Por otra parte, Nathanson desarrollaba una intensa actividad, dictando conferencias, celebrando encuentros con políticos y gobernantes de todo el país, presionándoles para lograr que fuese ampliada la ley del aborto.

"Estaba muy ocupado. Apenas veía a mi familia. Tenía un hijo de pocos años y una mujer, pero casi nunca estaba en casa. Lamento amargamente esos años, aunque sólo sea porque he fracasado en ver a mi hijo crecer. También era un paria en la profesión médica. Se me conocía como el rey del aborto", afirmó.

Durante ese periódo, Nathanson realizó más de 60.000 abortos, pero a finales de 1972, agotado, dimitió de su cargo en la clínica.

"He abortado a los hijos no nacidos de amigos, colegas, conocidos e incluso profesores. Llegué incluso a abortar a mi propio hijo", lloró amargamente el médico, quien explicó que a la mitad de la década de los sesenta "dejó encinta a una mujer que lo quería mucho. (.) Ella quería seguir adelante con el embarazo pero él se negó. Puesto que yo era uno de los expertos en el tema, yo mismo realizaría el aborto, le expliqué. Y así lo hice", precisó.

Sin embargo, a partir de ese suceso las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica abortista y pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke´s. La nueva tecnología, el ultrasonido, hacía su aparición en el ámbito médico. El día en que Nathanson pudo observar el corazón del feto en los monitores electrónicos, comenzó a plantearse por vez primera "qué era lo que estábamos haciendo verdaderamente en la clínica".

Decidió reconocer su error. En la revista médica The New England Journal of Medicine, escribió un artículo sobre su experiencia con los ultrasonidos, reconociendo que en el feto existía vida humana. Incluía declaraciones como la siguiente: "el aborto debe verse como la interrupción de un proceso que de otro modo habría producido un ciudadano del mundo. Negar esta realidad es el más craso tipo de evasión moral".

Aquel artículo provocó una fuerte reacción. Nathanson y su familia recibieron incluso amenazas de muerte, pero la evidencia de que no podía continuar practicando abortos se impuso. Había llegado a la conclusión de que no había nunca razón alguna para abortar: el aborto es un crimen.

Poco tiempo después, un nuevo experimento con los ultrasonidos sirvió de material para un documental que llenó de admiración y horror al mundo. Se titulaba "El grito silencioso", y sucedió en 1984 cuando Nathanson le pidió a un amigo suyo -que practicaba quince o quizás veinte abortos al día- que colocase un aparato de ultrasonidos sobre la madre, grabando la intervención.

"Lo hizo -explica Nathanso- y, cuando vio las cintas conmigo, quedó tan afectado que ya nunca más volvió a realizar un aborto. Las cintas eran asombrosas, aunque no de muy buena calidad. Seleccioné la mejor y empecé a proyectarla en mis encuentros provida por todo el país".

Regreso del hijo pródigo

Nathanson había abandonado su antigua profesión de "carnicero humano" pero aún quedaba pendiente el camino de vuelta a Dios. Una primera ayuda le vino de su admirado profesor universitario, el psiquiatra Karl Stern. "Transmitía una serenidad y una seguridad indefinibles. Entonces yo no sabía que en 1943, tras largos años de meditación, lectura y estudio, se había convertido al catolicismo. Stern poseía un secreto que yo había buscado durante toda mi vida: el secreto de la paz de Cristo".

El movimiento provida le había proporcionado el primer testimonio vivo de la fe y el amor de Dios. En 1989 asistió a una acción de Operación Rescate en los alrededores de una clínica. El ambiente de los que allí se manifestaban pacíficamente en favor de la vida de los aún no nacidos le había conmovido: estaban serenos, contentos, cantaban, rezaban. Los mismos medios de comunicación que cubrían el suceso y los policías que vigilaban, estaban asombrados de la actitud de esas personas. Nathanson quedó afectado "y, por primera vez en toda mi vida de adulto empecé a considerar seriamente la noción de Dios, un Dios que había permitido que anduviera por todos los proverbiales circuitos del infierno, para enseñarme el camino de la redención y la misericordia a través de su gracia".

"Durante diez años, pasé por un periodo de transición. Sentí que el peso de mis abortos se hacía más gravoso y persistente pues me despertaba cada día a las cuatro o cinco de la mañana, mirando a la oscuridad y esperando (pero sin rezar todavía) que se encendiera un mensaje declarándome inocente frente a un jurado invisible", señala Nathanson.

Pronto, el médico acaba leyendo "Las Confesiones", de San Agustín, libro que calificó como "alimento de primera necesidad", convirtiendose en su libro más leído ya que San Agustín "hablaba del modo más completo de mi tormento existencial; pero yo no tenía una Santa Mónica que me enseñara el camino y estaba acosado por una negra desesperación que no remitía".

En esa situación no faltó la tentación del suicidio, pero, por fortuna, decidió buscar una solución distinta. Los remedios intentados fallaban: alcohol, tranquilizantes, libros de autoestima, consejeros, hasta llegar incluso al psicoanálisis, donde permaneció por cuatro años.

El espíritu que animaba aquella manifestación provida enderezó su búsqueda. Empezó a conversar periódicamente con el Padre John McCloskey; no le resultaba fácil creer, pero lo contrario, permanecer en el agnosticismo, llevaba al abismo. Progresivamente se descubría a sí mismo acompañado de alguien a quien importaban cada uno de los segundos de su existencia. "Ya no estoy solo. Mi destino ha sido dar vueltas por el mundo a la búsqueda de ese Uno sin el cual estoy condenado, pero al que ahora me agarro desesperadamente, intentando no soltarme del borde de su manto".

Finalmente, el 9 de diciembre de 1996, a las 7.30 de un lunes, solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la cripta de la Catedral de S. Patricio de Nueva York, el Dr. Nathanson se convertía en hijo de Dios. Entraba a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, su Iglesia. El Cardenal John O´Connor le administró los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía.

Un testigo expresa así ese momento: "Esta semana experimenté con una evidencia poderosa y fresca que el Salvador que nació hace 2.000 años en un establo continúa transformando el mundo. El pasado lunes fui invitado a un Bautismo. (...) Observé como Nathanson caminaba hacia el altar. ¡Qué momento! Al igual que en el primer siglo... un judío converso caminando en las catacumbas para encontrar a Cristo. Y su madrina era Joan Andrews. Las ironías abundan. Joan es una de las más sobresalientes y conocidas defensoras del movimiento provida... La escena me quemaba por dentro, porque justo encima del Cardenal O´Connor había una Cruz. Miré hacia la Cruz y me di cuenta de nuevo que lo que el Evangelio enseña es la verdad: la victoria está en Cristo".

Las palabras de Bernard Nathanson al final de la ceremonia, fueron escuetas y directas. "No puedo decir lo agradecido que estoy ni la deuda tan impagable que tengo con todos aquellos que han rezado por mí durante todos los años en los que me proclamaba públicamente ateo. Han rezado tozuda y amorosamente por mí. Estoy totalmente convencido de que sus oraciones han sido escuchadas. Lograron lágrimas para mis ojos"
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Mar Oct 04, 2011 9:01 pm

Paz y bien.

Quiero compartir con los miembros de éstos foros mi podcast. Es uno más de los logros que he tenido gracias al Espíritu santo. Es algo sencillo y con una terrible voz :lol: pero con ésa misma voz quiero dar testimonio de lo que he recibido.
http://retazosypuntadas.podomatic.com/

A partir de mi entrada a éstos foros, mi vida cambió totalmente. Dió un giro de 360 grados y regresó al principio de mis tiempos, a mi infancia cuando sentía tan bonito al ir a misa.

Dicen que de grandes males, grandes remedios. La inquietud de hacer algo para trasmitir con mi propia voz algunos comentarios o servir a Dios con mi voz como lo sirvo con mis dedos nació hace mucho, pero hay tantas y tan buenas opciiones en ése sentido que no le encontraba caso a hacerlo. Pero lo mismo sucede con los blogs: existen setecientos y chorrocientos de ellos en la web y todos sirven a Dios, asi que si me decidí a hacer un blog terminé por decidirme a hacer algo con mi voz.

Recuerdo a Francisco Durán que me alentó a realizar mi blog, diciendo que no importaba si se llenaba la internet con muchos, que éso era mejor, para mayor Gloria de Dios. Entonces también que se llene el ciberespacio de voces católicas alabando a Dios :lol:

Lástima que la mí no sea tan agradable como la que escucho en varias estaciones de radio, pero bueno. Terminé convenciéndome que para todo hay gustos. Por ejemplo, personalmente y con el respeto que me merecen algunos acentos y maneras de alabar a Dios simplemente no terminan de convencerme. Existen católicos sumamente expresivos y yo creo que a Dios le agrada su manera porque es suya.
Yo todavía no tengo el oído tan universal como debiera :oops: y aún me cuesta escuchar todos los acentos.

Pensé entonces que para personas que apenas van empezando o que nunca han estado cerca de la fé o han estado alejados de ella como yo, pues menos. Tal vez mi voz sea la adecuada para ellos. No acostumbro hablar de Catecismo, ni de versículos y demás como muchos comunicadores católicos que creo yo, están más enfocados a personas como yo que estamos aprendiendo, no tanto porque no lea la Palabra o libros de santos o el Catecismo, sino porque creo que no sé tanto como aquellos que desde niños manejan la Biblia y el Catecismo. Yo apenas ando por los 5 años. Soy una bebanena, pues jajajja

Mi manera es más simple: llevo a mi vida la Palabra y asi nacen mis comentarios. Y creo que entonces pueden agradarles o serles más fáciles de aceptar a las personas que no tienen ni idea de Catecismo y demás, pero tienen fé.

Me siento aún medio acogotada grabando el podcast. Voy por el segundo día y todavía no me suelto el pelo como en mi blog o en éstos foros, pero si aquí soy nena. en cuestiones de sonido apenas me estoy acostumbrando a los pañales después de estar en el vientre de mi madre bien rico encueradita jajjaja,

Este podcast es un agradecimiento a ustedes foristas, a Catholic.net por existir y a todos aquellos que han estado de una manera alentándome. Gracias sra. Lucrecia. Gracias, Francisco. Gracias Primavera. Gracias Maru.Todos ellos ya no están en los foros; seguramente Dios los tiene en un lugar mejor sirviéndole.

Recuerdo cuando le escribí a la sra. Lucrecia diciéndole que me gustaría ser locutora de la entonces principiante radio que estaba naciendo en Catholic.net "Radio Guadalupe", me dijo que le enviara un mp3 y me quedé de a 6 o sea asi :shock:
Busqué cómo hacer un mp3 y no entendí nada. No era mi tiempo, seguramente porque cuando lo es, las herramientas se me dan sólas, como con éste podcast.

Tengo mucho tiempo de estar inscrita en él, pero no lo entendía. Escuchando a un locutor en Radio Catholic.net al que estoy escuchando en éste momento me surgió de pronto el chispazo. Algo me molestó de su locución y tomé el buscador y me dije: "voy a hacer algo". Busqué y encontré. Todo se dió tan fácil que en un ratito ya tenía hecho mi primer comentario.
Asi que gracias a Radio Catholic.net porque fué la chispa que encendió la mecha.

Es muy sencillo mi podcast, me tiembla la voz. No sé ni de qué hablar, no me fluyen las palabras como debieran, me siento envarada, no es igual a escribir como lo he venido haciendo por 5 años. Pero como dice Eleuterio de "Principio y fin" (otro exforista a quien agradezco también porque él me inscribió y abrió mi primer blog): Todo vuelve a su principio y yo siempre fuí buena para expresarme con la voz.

Espero que mi voz vaya mejorando, me duele la garganta. Llevo mucho tiempo sin usarla y la oigo desconocida, pero bueno.... seguramente Dios la irá moldeando a su gusto como el buen alfarero que es.

Gracias a todos. Ahí tienen mi podcast como agradecimiento a ustedes.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Vie Oct 07, 2011 10:05 pm

Paz y bien.

Hoy es Día de la Virgen del Rosario. Trataré de hacer una pequeña reseña de la relación del rosario.
Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

Desde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos como lo hacen los judíos.
Mas tarde, en muchos de los monasterios se rezan los 150 salmos cada día. Los laicos devotos no podían rezar tanto pero querían según sus posibilidades imitar a los monjes. Ya en el siglo IX había en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las Ave Marias. Los misioneros de Irlanda mas tarde propagaron la costumbre en Europa y hubieron varios desarrollos con el tiempo.

La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.

La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.

Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:

1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado indulgencias.

Dijo Nuestro Señor: "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.

Recomendado por la Virgen en diversas apariciones
A la Virgen María le encanta el rosario. Es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple, que está al alcance de todos; se puede rezar en cualquier parte y a cualquier hora. El rosario honra a Dios y a la Santísima Virgen de un modo especial. La Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se le apareció a Bernardita en Lourdes. Cuando se les apareció a los tres pastorcitos en Fátima, también tenía un rosario. Fue en Fátima donde ella misma se identificó con el título de "La Señora del Rosario".
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Jue Nov 03, 2011 12:20 am

Paz y bien.

Hola a todos:
Después de casi un mes fuera del medio, regreso con mucho gusto. Sucede que de vez en vez no se puede pagar la cuenta del internet y pum... me quedo sin el medio que Dios me dió para comunicar mis ideas.

Me alegra mucho estar de vuelta. Espero que Dios provea para poder pagar la cuenta de éste mes, que ya se vence el 9, pero mientras llega el día...."ä darle, que es mole de olla" :P

Comentando acerca del Día de muertos o la Festividad de Todos santos.

Me tengo que ir porque mi espos va llegando, pero prometo (o amenazo jajaja) con seguir por aquí mañana.

Saludos. No quise dejar de entrar, aunque sea de carrerita ....
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Lun Nov 28, 2011 8:46 pm

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Paz y bien.
Hola a todos:
De nuevo por éstos foros. Parece que mi regreso ha sido para dar gracias a Dios por su gran Misericordia para conmigo.
No deja de sorprenderme la cantidad de maravillas que hace en mi vida a pesar de mí, como dice un sacerdote al que estimo y al cual llegué a querer en el transcurso de los 7 años que tuve la fortuna de formar parte de su Parroquia.
Las palabras con que quiso que lo recordáramos en la Parroquia que acaba de dejar fueron:"Conmigo, sin mí y a pesar de mí, la Iglesia continúa, la misión sigue"

El P. Marco Antonio fué nuestro Párroco por ése tiempo, su labor por éstos lados fué muy buena y seguramente seguirá haciéndolo bien en su nueva Parroquia. Personalmente, me dejó su ejemplo a seguir de cómo poder vivir en ésta tierra que ha sido tan dura con personas como yo.
Un nuevo párroco ha llegado y no tuve la fortuna de conocerlo aún, puesto que vengo saliendo del hospital en donde me extirparon la vesícula. Después de 51 años, la pobre estaba llena de piedritas de 2 cms. algunas, debido al mal manejo de las emociones que siempre tuve.

Pero ésa pequeña parte que me extirparon, seguramente traerá a mi vida una forma mejor de alimentarme y de ser.

Lo que yo puedo sacar por lo pronto de provecho de ésta experiencia es dar testimonio de la Grandeza de Dios. Su manera de actuar es increíble y cada vez me convenzo más de que Su Palabra es verdad y vida.

Sucede que hace tres fines de semana, empecé a sentir un dolor muy fuerte en la boca del estómago y pensé que era mi gastritis de nuevo atacando. Tuve que ir al médico de urgencia porque me dolía mucho. Me inyectaron y el dolor pasó.
Durante la semana siguiente, me sentí bien y el fin de semana comí una "bomba" :D :oops
Fuimos mi marido y yo a comprar algunas cosas y desayunamos fuera de casa, después me compró unas aceitunas y finalmente en la noche cené un "pastel imposible" o chocoflan con un vaso de leche.
A medianoche estaba de nuevo el dolor insoportable. Fuimos de nuevo al hospital de urgencias, me canalizaron, me pusieron suero sin analgésico y fué todo.
El dolor continuaba y fuimos a un médico cercano, que me recetó medicina para la gastritis. El dolor disminuyó con la inyección, pero regresó más tarde.

Y como siempre, cuando todo falla, volteé los ojos al cielo (adonde debería haber volteado primero :oops: ) y le pregunté a Dios qué me sucedía. Si no era gastritis (y no lo era, puesto que no tenía yo irritación ni ardor ni había diarrea y había estado evacuando normal) y si se me había medicinado para ello, ¿qué era?

Sentía el estómago repleto y ya no tenía nada en él, puesto que no había comido nada en 2 días, sólo líquidos. Así que compre aceite de ricino y tomé una cucharada con jugo de naranja para desalojar el intestino del medicamento que me dieron.
El dolor se intensificó y allá vamos de regreso al hospital. Esta vez me detuvieron, me hicieron análisis y me diagnosticaron piedras en la vesícula y me operaron.

El testimonio que quiero dar y lo que hace de algo tan común como lo que me sucedió es que yo le pedí a Dios y en particular al Beato Juan Pablo II su ayuda para controlar el dolor, para lograr dominar el miedo, para poder permanecer con una actitud adecuada en el hospital a pesar de varios inconvenientes que notaba. Y realmente fué una cirugía exitosa y yo casi no sentí dolor, como no lo siento ahora y no son sólos analgésicos que se me proporcionaron, sino Dios actuando en mí.

A muchas personas en mis condiciones, se les diagnostica a tiempo y son operadas a tiempo, pero otros pueden no serlo y es peor lo que sucede: la hiel de la vesícula, al explotar "ensucia" todos los órganos por dentro y es entonces algo crítico.
Gracias a Dios nada de éso sucedió, a pesar de haber estado dos semanas con la vesícula a punto de explotar. Pocas personas pueden contar lo que yo, se los aseguro.

Me matuve en oración, no tenía el rosario en mis manos, pero mis manos me sirvieron de cuenta para ir orando y en todo momento estuve con un dolor super controlado, a pesar de muchos inconvenientes. La presión se me subió de una manera que nunca había sentido, el azúcar también y a pesar de ello, aquí estoy GRACIAS A DIOS!!!!

Por supuesto que los doctores y enfermeros hacen su labor, los medicamentos también, pero sólo Dios sabe su proceder. "Pide y se te dará" : yo pedí y se me dió.

Pero no todo quedó ahí. Traté de ayudar a otros a controlar el dolor, porque ¿si la Gracia de Dios no es para compartirla entonces para qué es? Es doloroso cuando a nadie se le ocurre agradecerle a uno algún pequeño detalle que se le hace, pero si recuerda uno que a Dios le agrada que se ayude a los que El ama y son sus hijos, pues entonces se toma uno el vasito de vinagre y ya.

Pude ver a una anciana con la cadera rota y ver cómo pueden los familiares deshumanizarse al grado de dejarla sóla o de pagar a una persona para que la cuidara en el hospital, siendo un montón. El dolor de la señora era insoportable si sólo se le tocaba y ninguno de sus familiares quiso lidiar con ello. Ví cómo era tratada y me dieron tantas ganas de llorar por ella y al mismo tiempo, volví a dar gracias a Dios porque mi mamá estuvo cerca de su familia; si no todos iban a verla, por lo menos una de sus nietas estaba con ella en el día. Su fé era muy fuerte y a pesar de ser amputada de una pierna a los 84 años, ella se veía fortalecida.
Y su deceso fué tranquilo. Yo no pude estar en ése proceso con ella, por la distancia en que vivimos, porque tenía yo dos hijos que no podía dejar sólos por su edad, pero siempre me mantuve al pendiente de ella.

Agradecí tanto a Dios que mi mamá tuviera ésa fé y no sufriera tanto y oré por la señora de al lado cuando la llevaron a operar en un grito porque el dolor era insoportable. Oré por ella pensando en que si a nadie de sus familiares se le ocurría hacerlo. No sé el resultado de su operación, pero por lo menos una persona estaba orando por ella.

También me enteré de otra persona que necesita oración: una chica de 22 años con hipertiroidismo. Se llama Rocío Valenzuela. Le prometí a su hermana ponerla en oración.
Tiene una hija que la necesita.
Ví cosas en el hospital que no me hubiera gustado ver. Las costumbres por acá son distintas y con mayor razón dí gracias a Dios porque salí con vida de ahí.

Este es mi testimonio de alabanza a Dios por su Grandeza, su Misericordia.
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Re: Paz y bien

Notapor scarlett* » Sab May 12, 2012 10:54 pm

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Hola de nuevo. Aquí estoy de nuevo. Me alejo como las ovejas que se pierden, pero siempre gracias a Dios hay alguien que me hace volver al redil. Me he dado cuenta que no puedo alejarme demasiado tiempo de éste sitio. En éstos foros me ayudaron a salir de una depresión de mucho tiempo, gracias a sus oraciones y a permitirme escribir en ellos y compartir.

He sido una desagradecida, me he llenado de soberbia ahora lo veo. Dice la Palabra de Dios en Juan 9-3
Jesús respondió: "Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él.

Y yo me enceguecí de nuevo. Anteriormente estuve ciega por ignorancia y ésta vez por todo lo contrario. Así que las obras de Dios se han manifestado en mí. Y ahora vengo a agradecer a unos "ángeles" que no han dejado de revolotear en mi email ni en mi Facebook tratando de quitar telarañas.
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Y ahora estuve a punto de cerrar la puerta definitivamente. Sucede que me llegan al email algunas tentaciones, invitaciones a una página que sé no es lo que debo acceder, pues hay mucho de new age en ella. Estuve a punto hoy de por fin ceder ante la insitencia y no pude hacerlo.
Entre mi obnibulada cabeza recordé que si voy a volver a compartir como he empezado a hacer en otros sitios, debo hacerlo aquí que es el lugar en donde "nací" de nuevo o por lo menos en donde me han ayudado a tomar el camino de regreso a casa.
Trataré de recordar aquello de
[quoteJuan, 15

1. «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.
2. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.
3. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado.
4. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
5. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
6. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
7. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
8. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.
9. Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.

[/quote]
Gracias a Dios por haberme hecho tomar la decisión correcta.

He dejado en éstos ya 8 años dentro de los foros entre mis idas y venidas muchas cosas que me dañaban y aún debo dejar muchas otras que han sustituido lo que he dejado.

Debo dejar de lado a personas que no deseaba alejar de mí. Me he dado cuenta que éso es lo más doloroso, pero también he descubierto que es lo mejor para ellas y para sus hijos.

Del santo Evangelio según Mateo 5,20-26
«Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
«Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano `bobo', será reo ante el Sanedrín; y el que le llame `renegado', será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo


He tenido que denunciar a personas que pasan por respetables y de las que se puede decir "pobrecitas", que llaman a conmiseración pero que en realidad no son mas que lobos envueltos en piel de ovejas por amor a ellos mismos y a sus hijos.

He leido en la palabra de Dios que el que a hierro mata, a hierro muere y que caerán más por la palabra que por la espada y no deseo que sus hijos paguen por algo que ellos no hicieron. Es doloroso hacerlo, porque son personas que quiero, pero debo hacerlo por el bien de ellos mismos, de sus hijos y de todos.

He dejado que mi silencio sea benéfico para ellos. No deseaba cobrar lo que debí cobrar por ser de la familia, porque son familia de mis hijos, pero no puedo permitir que prospere la mentira porque si lo hago, todos sufriremos las consecuencias.

También he decidido pagar una vieja deuda que no he pagado porque a quien debo, amenazó con matarme si me veía. Yo confío en que Dios no va a permitir que su coraje llegue a tanto. Confio en que después de 16 años la vida le haya enseñado a ser tolerante con aquelllos que le prometieron pagar en cuanto pudieran.
Hace mucho hubiera pagado, de no ser porque recordaba sus amenazas. No tengo dinero para hacerlo de un sopetón, pero confio en que Dios le aclare el entendimiento y me permita pagarle aunque sea poco a poco.

Así están las cosas por éstos rumbos. Estoy en un momento en que debo reconciliarme con aquellos que herí y con aquellos que me hirieron sin querer o mejor dicho, por querernos tanto.

Les pido sus oraciones para que todo salga bien.

Los quiero a todos, los viejos y los nuevos porque sé que si estamos aquí es por obra y gracia de Dios.
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Re: Paz y bien

Notapor catzin1 » Sab May 12, 2012 11:02 pm

Dios te bendiga Scarlett, es una alegría volver a leer tus palabras, estamos en oración por tus planes. :D
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