La Congregación religiosa y la compañía de negocios.

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La Congregación religiosa y la compañía de negocios.

Notapor gache » Mar Nov 15, 2011 12:00 pm

Queridas Religiosas
Les comparto este artículo de Germán Sánchez

La Congregación religiosa y la compañía de negocios.
La Congregación religiosa y la compañía de negocios.
LA CONGREGACIÓN RELIGIOSA Y LA COMPAÑÍA DE NEGOCIOS.
UNA PARÁBOLA DE NUESTROS TIEMPOS.


Asistiendo como experto a una reunión de preparación a un capítulo provincial, me tocó participar a un curioso debate, que quisiera poner a la consideración de los lectores, a manera de parábola o cuento de nuestros tiempos.

El capítulo provincial debería desarrollarse dentro de unos meses y el objetivo era el de tratar de poner en práctica algunas normas emanadas por el precedente capítulo general, en especial sobre las pesantes normas y procesos que amenazaban a la congregación con sofocar el carisma. El debate comenzó precisamente cuando una hermana hacía emerger la curiosa situación que para realizar un viaje de apostolado a un país vecino, distante dos horas en avión, debía pedir permiso a más de cinco instancias. Otras muchas hermanas se adherían a este lamento, argumentando que muchas veces la burocracia en los permisos era a veces interminable e insoportable.

Todas estaban de acuerdo en que algo debería de hacerse, hasta que una de ellas, la tesorera regional expresó su descontento diciendo que lo mismo sucedía en cualquier empresa o compañía de negocios y que por lo tanto no había necesidad alguna de lamentarse si bien era cierto que algunos procesos podrían de alguna manera volverse a revisar, pero que de ninguna manera se verían disminuidas las instancias que deberían tener conocimiento de ese viaje. Las razones que establecía la religiosa eran siempre las mismas que una empresa. Así como en un negocio o compañía, todas las instancias deberían controlar el trabajo de sus empleados, así también la provincia en conexión con la congregación tenía todo el derecho de conocer los movimientos de las hermanas.

Ninguna objeción después de la intervención de la tesorera general. NInguna posibilidad de objeción. Parecería que la situación había quedado zanjada. Pero, por curioso que fuera, precisamente esta anécdota debería dar origen a una profunda reflexión en la provincia. ¿Es o debe asemejarse la congregación a una compañía de negocios? Si bien la pregunta podría parecer meramente retórica y la respuesta fuera obvia, resulta que no lo es. En nuestros tiempos de exagerado eficientismo, en dónde el hombre parece valer tanto en cuanto rinde para la compañía, las congregaciones religiosas pueden correr el mismo riesgo. Se busca la eficiencia del apostolado olvidándose que la persona es para el apostolado y no el apostolado debe ser para la persona. Se corre el riesgo de valorar a las personas por lo que pueden aportar a la congregación y no por lo que ellas son, por su carácter de personas consagradas. Se debe poner por tanto el acento en las necesidades de las personas consagradas y no en las necesidades o prioridades de la congregación.

Es un tema que sin el debido pensamiento sereno, calmo, desapasionado, pone en riesgo la verdadera espiritualidad de las congregaciones. Cuando los intereses de la congregación prevalecen sobre los intereses particulares, podemos decir que ha llegado el final del espíritu de la congregación y que ha comenzado una etapa que bien podemos definir como comunismo religioso. No importan las personas, importa el partido que en este caso es la congregación religiosa o la provincia. Asemejar la congregación religiosa a una compañía de negocios podría parecer inocuo o banal y sin embargo es de una importancia capital para el futuro de la vida consagrada. Las personas consagradas no son piezas de un gran mecanismo que se llama apostolado, carisma o espíritu y a la cual se debe sacrificar todo, incluso el pensamiento, el juicio o el bienestar de las personas consagradas. Los apostolados no deben ser expresión de un eficientismo en dónde todo se mide por números, sino la expresión de un carisma que busca vivir y hacer vivir la experiencia del Espíritu que dio origen a la congregación y que a lo largo de los años se ha tratado de transmitir a las distintas generaciones.

No se trata de satanizar a la eficiencia administrativa de las compañías, pero no podemos hacer una trasposición directa e indiscriminada a las congregaciones religiosas. Muchas de ellas han hecho y estando haciendo esfuerzos enormes para que a través de la psicología o de las ciencias administrativas que manejan el liderazgo de las personas, los superiores aprenden las mejores maneras para llevar adelante sus comunidades. No ponen a la psicología y a las ciencias administrativas por delante de las personas consagradas, sino que utilizan los aportes de estas ciencias para mejor ayudar a las personas consagradas a cumplir con su cometido de seguidores más cercanos de Cristo a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia.

Esperamos que esta anécdota quede siempre como anécdota y las congregaciones religiosas sean cada día más reflejo del misterio de Cristo que pobre, casto y obediente nos enseñó el camino para llegar al Padre.


Para ir al artículo:
[url]http://www.es.catholic.net/religiosas/805/2782/articulo.php?id=52311
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Dios las bendiga
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gache
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