“Ella nos abre el camino hacia el Reino”
Haz tu amor a la Virgen más vivo, más sobrenatural. –No vayas a Santa María sólo a pedir. ¡Ve también a dar!: a darle afecto; a darle amor para su Hijo divino; a manifestarle ese cariño con obras de servicio al tratar a los demás, que son también hijos suyos. (Forja, 137)
Volvemos de nuevo a la experiencia de cada día, al trato con nuestras madres en la tierra. Por encima de todo, ¿qué desean, de sus hijos, que son carne de su carne y sangre de su sangre? Su mayor ilusión es tenerlos cerca. Cuando los hijos crecen y no es posible que continúen a su lado, aguardan con impaciencia sus noticias, les emociona todo lo que les ocurre: desde una ligera enfermedad hasta los sucesos más importantes.
Mirad: para nuestra Madre Santa María jamás dejamos de ser pequeños, porque Ella nos abre el camino hacia el Reino de los Cielos, que será dado a los que se hacen niños (Cfr. Mt XIX, 14). De Nuestra Señora no debemos apartarnos nunca. ¿Cómo la honraremos? Tratándola, hablándole, manifestándole nuestro cariño, ponderando en nuestro corazón las escenas de su vida en la tierra, contándole nuestras luchas, nuestros éxitos y nuestro fracasos. (Amigos de Dios, 289-290)