por Tadeo » Vie May 13, 2011 3:18 pm
Una canonización o, en este caso, una beatificación, es una excelente excusa para la profusión de panegíricos por parte de aquellos que amamos la Iglesia. No en vano la Iglesia nos propone a Juán Pablo II como ejemplo de virtudes cristianas y nos autoriza a venerarle y convendría recordar que esta beatificación corresponde a la figura de Juán Pablo II y no a su pontificado, salpicado de todos los errores de los que un hombre de la talla del papa Magno ( a mi me gusta llamarlo así) hubiera podido cometer a lo largo de su dilatado y fructífero pontificado. No es el pontificado del beato lo que se juzga con esta canonización aunque ésta no se pueda entender al margen del gobieno del querido pontífice.
Respecto a la pregunta que tan inteligentemente nos hace Hini yo diría que poco más se puede añadir a lo que todos ya sabemos. La historia del pontificado de Juán Pablo II nos ofrece hoy en día los datos suficientes y necesarios para que los historiadores puedan emitir un juicio al respecto. Lo único que nos falta es poner tiempo de por medio para entender desde la distancia y lejos de los apasionamientos de nuestro tiempo la figura de Juán Pablo II como papa y los avatares y circunstancias por las que pasó su pontificado. Hoy nos toca alegrarnos por su beatificación. Es tiempo de alegría, es tiempo de panegíricos y de recordar todas aquellas cosas buenas que nos trajo Juán Pablo II.
Dios quiera que algún día sea elevado a los altares.
"No debemos callar por más tiempo.Hay muchos padres que no pueden dar pan a sus hijos siempre que se lo piden. La mayor parte de los obreros tienen hambre de pan y carecen de muchas cosas necesarias." (Cardenal Tarancón)