Estoy convencido que la familia de Nazaret, que hoy celebra la Iglesia, tiene actualmente en este siglo XXI en el que vivimos y en el que es tan difícil la estabilidad familiar, importantes lecciones que deberíamos tener muy en cuenta.
Jesús por deseo del Padre naciendo, creciendo y viviendo asume la condición humana. Y la mejor manera de hacerlo es ir formándose en el entorno de una familia capaz de garantizar los elementos esenciales; seguridad, sentido de pertenencia y transmisión de los valores significativos de la vida.
De este modo, Jesús asume nuestras características humanas; una familia, un país de origen, una lengua y una tradición cultural y religiosa quedando por este motivo a merced también de los poderes de este mundo.
Como niño, que crecía en edad, sabiduría y gracia, ha encontrado en José y en María unos humildes y sencillos padres que le ofrecen todo el amor del mundo. De igual manera recibe una educación ligada a su modesta cultura pero llena de bondad y de ternura. Ha conocido la obediencia en esta familia que aceptando el consejo del ángel del Señor, abandona Nazaret para huir a Egipto hasta superar la tempestad producida por la orden de Herodes de matar al Niño.
En definitiva, estoy convencido que la familia de Nazaret nos ha regalado muchas consideraciones que a veces a nosotros nos resultan inalcanzables y que nos deben obligar a olvidar dramas familiares cercanos o lejanos. A reactivar el valor y la dignidad de la familia, para que ninguno de los josés y marías de nuestro tiempo se sientan jamás abandonados por ese ángel que se nos puede presentar un día cualquier de nuestra vida en un inesperado sueño.
Y por supuesto, sin olvidar a esas numerosas personas que viven en su piel el drama lacerante de la emigración forzosa.
Familias que abandonando sus hogares y poniendo en peligro sus propias vidas, buscan un futuro incierto en algún lugar del mundo que les permita seguir viviendo, ya que para ellos continúan existiendo personas como Herodes dispuesto a dar fin a sus vidas aunque se encubran de legalidad o de legitimación social.