Los documentos sobre musica sacra
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LA Iglesia publica documentos donde menciona la música sacra cada cierto tiempo. Los hay de todo tipo: constitución, bula, motu proprio, quirógrafo, instrucción, decreto, en fin...
Lo interesante es que el lenguaje casi nunca -o al menos en lo que he visto- es el lenguaje "técnico" del oficio. Se usan palabras que parecen poco precisas y eso lleva a que podamos estar en desacuerdo en algunos puntos. Por ejemplo, ¿Qué instrumentos son "fragorosos" o "ruidosos"? Si nos vamos a la guitarra, a la percusión menor y al piano hemos visto todo tipo de interpretaciones en este foro. Pareciera que está a la opinión del lector.
Lo más interesante es que esta falta de uso de lenguaje técnico no es atribuible a la ignorancia. La Iglesia cuenta con músicos de todos los niveles de formación y habilidad desde renombrado concertista hasta entusiasta principiante tanto en tiempos completos, tiempos parciales y voluntarios, en cualquier momento y en cualquier parte del mundo... en fin, no falta ni quien escriba en la jerga del oficio ni quien la entienda.
Entonces... ¿por qué esta vaguedad? Mi opinión es que no se desea coartar la creatividad de las personas. Al fin y al cabo si no hay lugar para la experimentación nuestra música litúrgica se quedaría congelada. Al no escribir prohibiciones en estilo "quedan prohibidos TODOS los instrumentos de pulso y púa" nos dan la opción para crear aunque va acompañada de la posibilidad de acertar y de equivocarse.
Tengo la impresión que se nos da una libertad que viene en el mismo paquete que una responsabilidad... normalmente es así en todo. ¿Otras opiniones?
JP
Lo interesante es que el lenguaje casi nunca -o al menos en lo que he visto- es el lenguaje "técnico" del oficio. Se usan palabras que parecen poco precisas y eso lleva a que podamos estar en desacuerdo en algunos puntos. Por ejemplo, ¿Qué instrumentos son "fragorosos" o "ruidosos"? Si nos vamos a la guitarra, a la percusión menor y al piano hemos visto todo tipo de interpretaciones en este foro. Pareciera que está a la opinión del lector.
Lo más interesante es que esta falta de uso de lenguaje técnico no es atribuible a la ignorancia. La Iglesia cuenta con músicos de todos los niveles de formación y habilidad desde renombrado concertista hasta entusiasta principiante tanto en tiempos completos, tiempos parciales y voluntarios, en cualquier momento y en cualquier parte del mundo... en fin, no falta ni quien escriba en la jerga del oficio ni quien la entienda.
Entonces... ¿por qué esta vaguedad? Mi opinión es que no se desea coartar la creatividad de las personas. Al fin y al cabo si no hay lugar para la experimentación nuestra música litúrgica se quedaría congelada. Al no escribir prohibiciones en estilo "quedan prohibidos TODOS los instrumentos de pulso y púa" nos dan la opción para crear aunque va acompañada de la posibilidad de acertar y de equivocarse.
Tengo la impresión que se nos da una libertad que viene en el mismo paquete que una responsabilidad... normalmente es así en todo. ¿Otras opiniones?
JP