por LEANIZ » Mar Ene 10, 2012 9:32 am
Me voy a poner a estudiar la documentación que hini nos está enviando, pero quiero compartir con vosotros mi peregrinación a medjugorje (bosnia-herzegovina) nos pidieron que enviaramos nuestro testimonio escrito para hacer un libro de peregrinos españoles, ahí va con todo mi cariño y humildad:
Es Mayo, y el mes se presenta cargadito de eventos, las próximas elecciones municipales y autonómicas son las protagonistas en las televisiones y en la prensa españolas; la concentración de las víctimas de ETA ayer, bajo la lluvia, soportando dignamente las contrariedades que solo en nuestro país son posibles: que las víctimas en lugar de ser enaltecidas sean objeto de indiferencia y burla. Todo esto está pasando, y las minorías cristianas siguen sufriendo el martirio, la persecución, las torturas en Egipto, Pakistán, China, Indonesia, Irak e Irán, Tierra Santa….etc., ante la pasividad internacional y el silencio burocrático de la ONU y la Comunidad Europea. Y además, terremotos en Japón y ahora en Lorca, signos de que la tierra grita desde sus entrañas su indignación ante tanto desorden humano.
Y nosotros aquí: un grupo de españoles peregrinos que hemos dejado atrás unos días en Medjugorje, una pueblecito perdido y hallado de la mano de Dios, donde María se aparece a gente sencilla, y que llama con maternal ternura a medio mundo a rendirse ante la evidencia de las gotas sinoviales de su Hijo resucitado. Creo que tardaremos tiempo en asimilar lo vivido juntos esos días; la huella de María en nuestros corazones no ha hecho más que empezar a encarnarse en nuestra almas, mientras tanto, cada uno en el tiempo y espacio que Dios le ha regalado, mostrará al mundo su encuentro personal con la Gospa. El ayuno y el rosario ya han empezado a ser hábitos en nuestras vidas, la confesión de nuestros pecados perdonados en la parroquia de Santiago Apóstol de Medjugorje, nos permite descargar nuestras espaldas para cargar con las cruces de otros, de los más cercanos y los más lejanos; la Eucaristía se ha hecho ya profundamente nuestra, como el pan de cada día, la lectura y meditación del Evangelio ocupa el principal rincón de nuestra mesita de noche que nos ilumina la razón y el corazón, para orar como María y actuar como Marta.
Algo ha cambiado en nuestras vidas, la de todos, sin excepción, ya nada es, ni podrá ser igual. El encuentro con la Madre nos ha desarmado las barreras del escepticismo, la indiferencia religiosa, los prejuicios sobre Dios y la Iglesia, nos ha dado una nueva oportunidad en nuestras vidas, de vivir el Cielo en la Tierra.
Ya lo dijo Jesucristo: ¡Sois de este mundo sin ser del mundo!
La Gospa sabe que el mundo necesita testigos de su Amor y de la misericordia de su Hijo. Adelante, tengamos el coraje y la fuerza del Espíritu Santo para ser Testigos de Dios en el mundo. Pentecostés llegará pronto, vivamos la Pascua que queda con la Alegría y la Paz que solo da el Resucitado. Y comprometámonos a Vivir el Evangelio como Seres de la Luz, que ya somos por la Gracia de Dios, abandonando la tiniebla de nuestro pasado y siendo hombres y mujeres nuevos, que han dejado atrás el vino viejo y las vestiduras de antaño.
Madrid, mayo de 2011
Gabriela García de Leániz Caprile