La Virgen María en el arte:Nuestra Madre María es uno de los temas representado con mayor frecuencia en el arte, pasando por diversos estilos o escuelas.
Por ejemplo, de la Escuela Florentina se destaca la
"Madonna Pisa", que corresponde a la iconografía bizantina, que en manos italianas va a convertirse de ícono en plasticidad. Corresponde a la primera mitad del siglo XIII.
"La Virgen en Magestad" de Cimabue,
Éste marca el arranque eficaz de la escuela florentina del Protorrenacimiento que tendrá en Giotto su genial definidor. De ahi la tradición literaria de que éste fué discípulo de aquél. El tema de la Madonna en trono, rodeada de ángeles, dispuestos simétricamente tiene en esta obra de los Uffizi, única segura mano de Cimabue, una cumbre. Debe corresponder al período 1280-85. Nótense los profetas en la base.
"Madonna en Gloria" de Giotto
¡Qué cambio respecto a la tabla anterior! Las sutiles rigideces, bizantinas han desaparecido y surge ahora un mundo corpóreo de natural plasticidad nueva. Debió de concluirse esta pintura hacia 1310, es decir, unos veinticinco años mas tarde que la anterior. Giotto, pintor de frescors, nos muestra aquí la misma continuidad estilística sobre tabla.
"La Anunciación" de Simone Martini.
Toda la sutileza de la escuela de Siena y toda la delicadeza formal e intelectual de Simone Martini, su principal representante, se muestra en esta bellísima pintura, firmada y fechable alrededor de 1330. Los ojos alargados y el especial rictus de María son prototípicos de Martini.
"La Adoración de los Magos" de G. Da Fabriano
Obra firmada y fechada en 1423, nos informa sobre el sentimiento italiano ante el estilo gótico internacional. El lujo es típico del estilo; pero en las figuras del segundo término aflora una concepción nueva del volúmen, hermanada a la de Masaccio.
"La Virgen con el Niño y Santa Ana" de Masaccio - Masolino
Obra fundamental, realizada hacia el 1420, y en la que Masolino ha de tener una participación muy secundaria. Masaccio, que tendría en este momento unos diecinueve años, nos deja ya adivinar aquí -en la sólida concepcion de los tres personajes principales- toda su genialidad de apertura a nuevos conceptos pictóricos.
"La Virgen con el Niño y Santos" D. Veneziano
Fué Veneziano el maestro de Piero della Francesca, y en sus inicios tuvo contactos con el gótico internacional. El amplio juego arquitectónico de la tabla, manifiesta la preocupación del autor por la perspectiva, en las bóvedas, de las aristas a las veneras. Un mundo estilístico nuevo ha nacido ya, Veneziano es un pintor renacentista.
"La Coronación de la Virgen" Fra Angelico
Pese a las discusiones en torno a su autenticidad -existe una moderna tendencia a aumentar el número de obras atribuidas al discípulo de Angélico, Zanobi Strozzi- debe considerarse plenamente obra del maestro, y fechable alrededor del 1435. El Louvre posee un cuadro mayor y muy análogo del monje-pintor dominicano.
Fra Angélico transparentaba su alma en la pintura. Sus obras son una manifestación de espiritual sinceridad. El suave pero finísimo dibujo y la brillante delicadeza del colorido nos transportan a un misticismo sin retórica. Hay sencillez, además: y elegancia. Y una especial síntesis entre pureza y hermosura.
"Virgen con el Niño y dos ángeles" Fra Filippo Lippi
Dentro de la prodigiosa pléyade de pintores florentinos Fra Pilippo Lippi marca la evolución que va entre Fra Angélico y Botticelli. Dentro de su finura, típica de todo lo toscano, hay en esta tabla un concepto distinto de "gracia", desde la Virgen al gracioso ángel que sostiene al Niño Jesús.
"La Anunciación" de Sandro Botticelli
Boticelli es la sensibilidad al servicio de una técnica profundamente representativa de un memento florentino, el último tercio del siglo XV. Un poco antes 1490, precisamente debió pintarse esta obra, en la que el incurvamiento sensitivo de María es típicamente botticelliano.
"La Virgen escribiendo el "Magníficat"" de Sandro Botticelli
Las obras de formato circular son conocidas con el nombre de "tondos" y plantean siempre un problema composicional que Botticelli ha resuelto maravillosamente en este caso con su peculiar juego de líneas. Debe ser obra pintada hacia 1481 tras su estancia en Roma.
"La Adoración de los Magos" Sandro Botticelli
Obra de madurez del pintor, realizada seguramente hacia el 1475 como pórtico a sus obras mas famosas. En los Reyes Magos, y su séquito reprodujo las facciones de vacios Médici y de algunos cortesanos notorios. Incluso en el ángulo derecho se encuentra un autorretrato del pintor, de una extraña prestancia física.
"La Virgen del Jilguero" de Rafael.
Rafael marca la plenitur de los ideales del Renacimiento. Su vida es una contínua sucesión de triunfos: vivió breve pero intensamente. Tras su primer período de aprendizaje, en que Perugino fue su maestro preferido llegó a una Florencia enseñoreada por las figuras de Leonardo y Miguel ´Angel. En Florencia permaneció durante cuatro años, fundamentales para su arte. A este período pertenecen sus famosisimas Madonnas, entre ellas figura esta, bellísima, de los Uffizi, pintada el año 1506 probablemente. Ya ha definido aquí Rafael un tipo de mujer y un tipo de niño.
"La Anunciación" L. Da Vinci
Realmente Da Vinci pintó muy poco, pero su pequeño conjunto de obras le bastan para asegurarle un puesto fundamental entre los grandes maestros de la pintura. El estilo es netamente florentino, en el que comienza a definir ciertas formas que se desarrollaran mas tarde.
"La Sagrada Familia" de Miguel Angel.
Primera pintira autógrafa de Migue Angel. Importantísima, pues en las complicadas actitudes de los personajes aparece potenciado ya el futuro manierismo. La fecha del tondo es de 1504, pintado en conmemoración de una boda patricia florentina. El interesantísimo marco tambien es de la época.
"La Anunciación" de Lorenzo Di Credi
Es la obra mas delicada y equilibrada de toda la produccion de este artista, formado en el taller de Verrocchio. Es pintura juvenil, de hacia 1485, de una serenidad ambiental que contrasta con las actitudes de la Virgen y el arcángel.
"La Virgen del Cuello Largo" de Parmigianino
¡Que extraña sutileza del color! Las raras actitudes y deformaciones corporales de las figuras -han motivado el caracteristico sobrenombre con que se designa a esta Madonna -son típicas del manierismo, del que parmigianino, realmente llamado Francisco Mazzola, es el representante parmesano.
"Virgen en el trono con dos ángles" de Hans Memling
La presente obra nos transporta a la sensibilidad maravillosa y equilibrada de la escuela de Brujas. Pincelada precisa, casi miniaturística, que permite el goce en cada uno de los multiples detalles conque los flamencos cubren los fondos de sus tablas. Paisaje y arquitectura se precisan en un relismo distinto al italiano. La obra puede ser datada alrededor del 1480. Memling era alemán, nacido en Soligenstadt, cerca de Maguncia. Pero su adscripción pictórica es plenamente flamenca, y su establecimiento en Brujas da origen a una importante escuela que llegará hasta el siglo XVI.
La Adoracion de los Magos de Alberto Durero
Durero es la cumbre de la pintura alemana del siglo XVI y el más capacitado entre los pintores germánicos para asimilar las colecciones italianas. Su arte será siempre, sin embargo, esencialmente alemana. La presente obra está datada en 1504, inmediatamente despues de su segundo viaje a Italia.
Los iconos de las fiestas de la Virgen25 de Marzo:
LA ANUNCIACION (que este año pasó al 26 de Marzo, por ser el día 25 Domingo de Cuaresma, que liturgicamente es más importante)
Desde los primeros siglos despues de Cristo, la Anunciación fue celebrada el 25 de marzo, porque circulaba la opinión de que Jesús se habría encarnado coincidiendo con el equinoccio de primavera, tiempo en el que según la tradición fueron creados el mundo y el hombre.
Lo que esta fiesta recuerda y celebra es la anunciación del Ángel a la Virgen María y la posterior encarnación del Hijo de Dios en su vientre, tras la respuesta afirmativa de María a la voluntad divina.
El icono sintetiza las aportaciones de muchas tradiciones que tienen una raíz común en el relato del Evangelio de Lucas, en el que está contenida la esencia del Credo o Símbolo de la fe que confesamos, que Jesucristo bajó del cielo y por obra del Espíritu Santo se encarnó en María la virgen y se hizo hombre.
El icono de la Anunciación se suele colocar ante la puerta del santuario, y además figura entre los iconos de las grandes fiestas. El esquema es sencillo y consiste en el Ángel que da su anuncio a una joven mujer que está hilando la púrpura sentada o de pié. En algunos iconos tiene entre las manos un aguamanil y está junto a una fuente, o lee la Escritura con actitud devota.
La Virgen es representada joven, con un manto marrón bordado en oro y con una túnica azul intenso. El color marrón indica la humildad, la tierra arada que se presta a recibir la semilla con la que fructificar. El azul intenso de la túnica, en cambio, quiere significar el desapego a los valores de este mundo y el ascenso del alma que tiende hacia lo divino. Los cabellos están recogidos en una cofia en la que se entrevé el bordado.
María aparece junto a un trono y sus pies apoyan en un pedestal, porque ha sido colocada por encima de todos los mortales, y aún de los ángeles. La púrpura que hila es la de la vestidura purpúrea del manto del Salvador. Su cabeza está inclinada pues se turba ante las palabras del Ángel.
Desde lo alto viene un rayo a posarse sobre ella; este rayo representa al Espíritu, y aparece a menudo en forma de paloma. No es un rayo de luz, sino de sombra, pues recuerda las palabras del Evangelio: “el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”.
El Ángel empuña con la mano izquierda un largo bastón, símbolo de la autoridad y dignidad del mensajero. La mano derecha y su mirada se extienden hacía María para resaltar la destinataria del anuncio. Los tres dedos abiertos quieren recordar la Trinidad, y que el Cristo es una de las tres personas divinas.
El lugar donde se desarrolla el episodio viene marcada por una sobria sencillez alusiva: el templo y una casa. Todo está sugerido por medio de símbolos. Nunca el lugar encierra el icono, sino más bien lo deja abierto, en un espacio donde siempre lo principal son las personas.
La fiesta de la Anunciación, que es también la de la Encarnación, nos debe llenar de una inmensa alegría. En María el mundo de aquí abajo se toca con el de arriba. Nuestra naturaleza humana se convierte en Templo de Dios gracias al SI de María. El Ángel se hace ministro del milagro: el seno de la Virgen recibe un hijo; el Espíritu Santo es enviado; desde lo alto el Padre expresa su beneplácito ante la respuesta generosa de la Virgen; y así nos llega la salvación. Cristo ha tomado nuestra naturaleza y nos ha elevado hasta Él.
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Para que las obras rusas pudiesen apreciarse en todo su esplendor, hubo que limpiarlos de barnices antiguos y de los retoques que los oscurecían. Su colorido entonces recobró hacia finales del siglo XIX, toda la brillantez original, y todo lo que parecia oscuro y marchito se hizo radiante. Hoy centenares de íconos constituyen el orgullo del Museo Ruso de Leningrado, de la Galería de Tretiakov en Moscú y del Museo artístico e histórico de Novgorod.
Como acontece en toda Europa medieval, las obras importantes estuvieron a cargo de talleres o grupos de artesanos experimentados. Los artistas rusos no fueron en un principio mas que discípulos y auxiliares de los pintores procedentes de Constantinopla. Poco a poco, los pintores locales fueron reemplazando a los griegos, y los talleres se convirtieron de greco-rusos en puramente rusos. Así tomaron una arquitectura y pintura personal.
Los íconos rusos mas antiguos son los de Novgorod, ciudad que obtuvo su independencia en el siglo XII, al debilitarse el estado de Kiev. El arte de Novgorod adquirió sus rasgos peculiares en el siglo XII. En la corte los principes se mostraban enamorados de lo bizantino, y es la tendencia bizantina la que predomina en la pintura de caballete. La gran espiritualidad de los rostros y la dulzura en particular con que estan tratadas luces y sombras, nos acercan a
"La Anunciación" de Ustiug.
El gran ícono de
"La Dormición" ocupa un lugar aparte. Ejecutado a comienzos del slglo XIII, ofrece una analogia evidente con los de estilo bizantino, pero, al mismo tiempo, presente caracteristicas nuevas: los personajes pierden relieve, los colores de las vestiduras se hacen mas vivos y variados, la expresión de los rostros es menos afectada.
La escena de "La Asunción" está evocada de acuerdo con una versión iconográfica compleja: Cristo, sostiene en brazos a una niña vestida de blanco, símbolo del alma de la Virgen María que va a elevar a los cielos. Los doce apóstoles, descienden de las nubes para inclinarse ante el lecho mortuorio; sobre el fondo de oro se recortan cuatro graciosas siluetas de angeles, que fotan en el aire alrededor de Cristo.
La disposición de los angeles y de los apostoles revelan claramente la preocupacion del pintor por centrar la composición y dotarla de ese caracter decorativo sin perspectiva, que fue comun a todos los maestros de la pintura medieval rusa.
Aparte de las de Kiev y Novgorod, durante el siglo XII aparecen escuelas locales de pintura en Vladimir, Suzdal, Yarosalv y Pskov. A la escuela de Yarosalv -que alcanzó su máximo esplendor hacia el primer tercio del siglo XIII- debemos el magnífico ícono de
"La Virgen Orante". Sobre el pecho de esta Virgen luce un medallón con el busto del Niño Jesús, cuyos brazos se abren en actitud acogedora. Tal esquema iconografico tiene su origen en la célebre imagen de la iglesia de las Blanquernas, en Constantinopla, pero el pintor ruso ha dulcificado sensiblemente la rigidez de ésta. Su estilo tiene audacia y energia. Sobre las vestiduras, las orlas de oro ya no son tenues como hilos de telaraña, sino que ganan en amplitud y crean un efecto decorativo completamente original. Los sombríos colores bizantinos, tienden a desaparecer de la paleta rusa, haciendose cada vez mas vivos y alegres.
La escuela de Novgorod, alcanza su plenitud hacia finales del siglo XIV y durante el siglo XV, épocas en las que produce sus obras más logradas. Las influencias bizantinas han desaparecido. Y un particularismo local viene a sumarse a rasgos nacionales muy acentuados. De carácter netamente democrático, el arte de Novgorod acredita el gusto popular, imaginativo, conciso y expresivo. Los pintores evitan el simbolismo complicado y abstracto que mas tarde predominaría en la pintura de los íconos, desarrollando temas sencillos que no necesitan de exégesis alguna. Las composiciones de los pintores resultan tan claras y despejadas que la intencion se capta facilmente, sin que los episodios secundarios oscurezcan nunca el tema esencial. En la paleta de los pintores de Novgorod se destacan el bermellón ardiente.
Durante los siglos XIV y XV tambien se desarrollaron otras escuelas regionales en Tver, Pskov, Susdal, Rostov y hasta la lejana Kargopol en la reion de Arkangelsk, que produjeron notables íconos.
Por ejemplo el bello ícono de
"La Dormición" se ha atribuido a la
escuela de Tver. Los apóstoles, santos y santas se inclinan ante la Virgen formando una parábola ritmada a la que responde la parabola de los rayos azules que rodean a Cristo. El alma de María está simbolizada por la figura infantil, de vestido inmaculadamente blanco que Cristo tiene en sus brazos. En las nubes, volvemos a encontrar los bustos de los apóstoles que figuraban ya en el ícono de Novgorod del siglo XIII. En el medallón central, la Madre de Dios, antes de subir al cielo, tiende su cinturón rojo al apóstol Santo Tomás, que ha llegado tarde. Este tema, que en el arte italiano se denomina
"Madonna della Cintola", esta tomado de los apócrifos del siglo V. En Rusia aparece representado por primera vez hacia 1313, en pinturas murales del monasterio de Snegotory, cerca de Pskov. El ícono de La Dormición es notable por la complejidad de la composición, asi como por la belleza excepcional del colorido, en el que dominan los azules restallantes que le han valido su nombre de
"Dormición Azul". Hoy sabemos que la delicadeza, un tanto pálida del color, con gran profusión de azules claros y tonos turquesa, es típica de las pinturas de Tver.
En el siglo XIV, comienza la rápida expansión de Moscú, que arrastra a los demás estados rusos a la lucha contra los tártaros. Después de la victoria de Kilinovo, en 1380, los príncipes de Moscú encabezan el movimiento nacional que liberará a Rusia del yugo mongol. Su corte atrae a los pintores y artesanos de otros principados. A Moscú afluyen, además, maestros de los países eslavos meridionales, invadidos por los turvos. Se reanudan las relaciones con Bizancio, rotas desde la invasión tartara. De esta manera, en 1344, el metropolitano Theognosto puede invitar a pintores griegos a que decoren al fresco los muros de su catedral. Antes de 1395 llega a Moscú el célebre Teófanes el Griego o Theófanes de Creta, que ya había trabajado previamente en Novgorod y en Nijni Novgorod.
"La Dormición de la Madre de Dios", ícono de Teofanes el Griego. 1546. Monasterio de Stavronkita.
Luego, pintores locales, lograrán una gran evolución artística, entre los que se destaca el pintor genial, Andrés Rublev (hacia 1360-70 - 1430).
Con Teófanes el Griego, Rublev, es, en efecto, el creador del iconostasio ruso en su forma clásica. Estos dos maestros trabajaron en colaboración en la catedral de la Anunciación de Moscú (1405) aumentando la altura del iconostasio, que realzado de este modo, oculta el altar a las miradas de los fieles. Ahora bien, los iconostasios bizantinos eran relativamente poco elevados, su adorno consistía en una
"Deisis" de bustos y dos filas de íconos llamados "locales" y de "fiestas". En la
catedral de la Anunciación, Teófanes el Griego sustituyó los bustos de personajes sacros por una "Deisis" con las imágenes en pie de La Virgen y El Arcangel San Miguel, llevando así la altura de los iconos a más de dos metros.
Rublev lo imita, y tres años mas tarde, pinta para la
catedral de la Asunción, íconos de más de tres metros de altura.
De esta manera, el iconostasio cobra nueva significación artística. La pantalla primitiva se convierte en un muro, adornado con varias finas de grandes íconos, a las filas de efigies tradicioneales viene a sumarse la de los profetas, la de los patriarcas y otras más. Queda así constituido un conjunto monumental nuevo, sin analogia alguna en Bizancio. El pintor tenía que simplificar las formas, las líneas y las superficies coloreadas con el fin de que resultaran claramente distinguibles a distancia. De esta manera, el iconostasio contribuyó a que se plasmara ese estilo conciso y despejado que caracteriza a los mejores íconos del siglo XV.
Las obras atribuidas a Rublev, poseen una particular luminosidad, así como excepcional riqueza de sentimiento. Rublev, infunde a las figuras que pinta su propio ideal de perfección moral; su pincel crea seres generosos, siempre dispuestos a ayudar al prógimo, y la pureza y la poesía de estas imagenes siguen siendo emocionantes hoy en día. Pero él no fué el uno gran maestro. Numerosos pintores de talento trabajaron en esa época (finales del siglo XIV , comienzos del XV) y no todos pertenecieron a la misma escuela. Sí, los íconos de la escuela de Moscú, como
"La Natividad", reflejan netamente el influjo del maestro.
En el siglo XV, la escuela de Moscú produjo otro maestro fuera de serie: Dionisii (hacia 1440-1508) que continúa la tradicion de Rublev, como puede verse por ejemplo en el hermoso ícono de
"La Ascensión". De éste asoma ya la tendencia que va a desarrollarse a partir de mediados del siglo XV; tratamiento mas profano de los temas religiosos, pasión por el dibujo en sí mismo, efectos cromáticos, delicadezas de miniatura en el modelado de los rostros. Dionisii quiso mantener la espiritualidad y pureza del arte de Rublev. Tambien él gustaba de los colores claros y alegres, de la amplia armonia de lineas. Pero de todos modos, se advierten en su arte rasgos nuevos, los rostros no expresan el mismo vigor de sentimiento, el colorido ha perdido energía y la composicion deja ver cierta complacencia en los motivos ornamentales. Su obra refleja además, la creciente importancia de los cánones y las normas estéticas que anuncian un arte cada vez más convencional. Así se preparan imperceptiblemente las formas artísticas del siglo XV que marcan una nueva época en la pintura rusa.
La gran época del ícono, coincide con la de la reforma de Masaccio en Italia y a de la creacion en los Países Bajos del Retablo de Gante, por los hermanos Van Eyck. Rusia quedó fuera de esa gran corriente del Renacimiento, pese a haberse extendido ésta por la mayoría de los países europeos. El universo creado por los pintores de la antigua Rusia nos revela una gran belleza, que nos atrae a la vez por su riqueza espiritual y por la perfección de sus modos de expresión.
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"La Dormición de la Madre de Dios".Texto bíblico: Lucas 1, 46 - 55
El icono de la Asunción de la Virgen María a los cielos no tiene un texto bíblico que refleje en la palabra lo que muestra la imagen. El texto que podría servirnos para orientar nuestra meditación es el cántico de la Virgen, el Magnificat, o algunos de los textos del Cantar de los Cantares, fuente de inspiración del primitivo oficio romano de la Asunción de María.
Sin embargo, la fe de la Iglesia ha expresado desde antiguo esta iconografía como un resumen de las antiguas narraciones del "Tránsito" de la Virgen Maria.
Varios nombres de una misma fiestaEn occidente llamamos a esta fiesta la Asunción, y tiene este nombre una asonancia con el otro nombre: la ascensión del Señor; encontramos una simetría ideal entre el misterio de Cristo que sube a los cielos y el misterio de la virgen que es subida a los cielos. Cristo con su propio poder. La Virgen por la gracia divina. otros la llaman "Transito de la Virgen". En obtiene el título tradicional es el de "Koimesis" que significa "Dormición"
La Asunción de la Virgen es la Pascua de Nuestra Señora, su "Tránsito glorioso", a semejanza de su Hijo Jesucristo. Y en esta palabra "Pascua", ponemos todo el contenido mistérico que nos inspira la participación de María en la Pascua de Jesús, el hecho de que ella es la primicia pascual con Cristo de la nueva humanidad, que su cuerpo, como el de su Hijo, está resucitado y glorioso como promesa de lo que nosotros seremos.
En busca de la imagen primitiva.[/b]
El Icono primitivo de la Dormición de la Virgen es el que ha prevalecido en Oriente, desde los primitivos iconos y mosaicos de esa área, hasta los iconos rusos de los siglos XIV y XV. En occidente aparece en pinturas medievales, en frescos y mosaicos, bajorrelieves y tablas de la mejor imaginería española, hasta que prevalece el tipo Asunción a los cielos casi en una Ascensión de la Virgen, semejante a la Cristo Jesús.
La piedad popular de España e Hispanoamérica ha conservado algo de la iconografía oriental en esas vírgenes dormidas que se llevan en procesión el día de la Asunción, fiesta clásica, si las hay, entre las de la Virgen María, con profundo arraigo popular.
La Asunción de la Virgen María es la gran fiesta mariana de Oriente. Se prepara con una pequeña Cuaresma de la Madre de Dios. Se reza a la Virgen el oficio de la "Paráclisis" con devotas invocaciones. La fiesta cierra simbólicamente el ciclo anual de las fiestas. Por eso la Dormición es el "último de los misterios" y con frecuencia se encuentra entre los ciclos iconográficos del templo como un icono grande que resume la esperanza de los cristianos.
[b]La Asunción de la Virgen en tres tiempos.[/b]
La primera escena común a todos los iconos es la de la Virgen en su Dormición. revestida de su manto púrpura y con las tres estrellas de su triple virginidad, la Virgen descansa sobre un catafalco cuidadosamente adornado. A su alrededor, un mundo de personajes: ángeles que llevan luces e incienso, los apóstoles reunidos junto al féretro, con la mirada dirigida hacia la Virgen, con una expresión velada de melancolía y de esperanza. Ya al lado de los ángeles y de los apóstoles, una representación de padres y obispos de la Iglesia oriental.
Analizando el icono, algunos descubren las figuras de Pedro, Pablo, Juan y Tomás. Y entre los obispos parecen identificarse por sus nombres personajes legendarios como Dionisio el Areopagita, Hieroteo y Timoteo.
En la misma escena otro elemento nos introduce ya en el misterio. En el centro aparece el icono de Cristo resucitado y glorioso. Junto a la línea horizontal, representada por el cuerpo de nuestra señora, la toda santa, por su vestido purpúreo, aparece la verticalidad solemne y majestuosa de Cristo, el Señor. en sus brazos lleva una criatura vestida de blanco. Es una niña envuelta en pañales. Jesús, el Señor, el Hijo de María, acoge el alma de la Virgen; alma de niña, revestida del color blanco de la divinidad.
Merece la pena que nos detengamos a contemplar este detalle, ya que se constata que la imagen de Cristo que lleva a la Virgen en sus brazos como una niña, es exactamente el revés de la imagen de la Virgen Madre de Dios en el que María lleva en sus brazos al Hijo de Dios como un niño.
La Virgen Madre que lleva a Cristo en sus brazos como un niño, la Theotókos, es la tierra que acoge el cielo, la Madre que da su carne y su sangre al Hijo de Dios, la humanidad que recibe en la tierra la divinidad.
Pero Cristo, que en el icono de la Dormición acoge en sus brazos a la Virgen como una niña, es el cielo que acoge a la tierra, el Hijo que hace a la Madre partícipe de su gloria, la divinidad que recibe en el cielo la humanidad.
Se ha cumplido el misterio. Dios se hace hombre para que el hombre sea Dios. El cielo ha bajado a la tierra para que ésta suba al cielo. La Encarnación es el principio de la Salvación. La Ascensión de Jesús y su lógica continuación en la Asunción de la Virgen es el cumplimiento de las promesas, la profecía de la salvación realizada.
Hay todavía iconos que se complacen en alargar la escena de la Dormición de la Virgen y de su acogida en el abrazo del Hijo, con lo que podríamos llamar el triunfo y glorificación de nuestra Señora. En medio de grupos de ángeles, como en coros, se ve a la Virgen elevada al cielo en un círculo de gloria. El círculo es en todo semejante al de la Ascensión del Señor. Se ve a María llevada por los ángeles en volandas. El vestido de la Virgen es blanco, como aparece también en algunos iconos el vestido de Jesús. con esta escena se traza un paralelismo entre la Ascensión y la Asunción, entre la gloria del Hijo y la Gloria de la Madre, designados a veces con el mismo nombre griego "analepsis".
A estos tres tiempos, que se pueden contemplar en los iconos más complejos de la tradición eslava, se puede añadir ese episodio que es característico de la iconografía occidental en mosaicos de las basílicas romanas medievales. En el ábside de Santa María la Mayor y en el de la basílica de Santa María in Trastevere, con otras variantes en diversas iconografías de la Asunción, encontramos la apoteosis final de la coronación de la Virgen María.
Cristo junto a la virgen, el Rey y la Reina juntos, aparecen en un círculo de gloria. Los dos cuerpos glorificados. Los dos rostros que se miran y nos miran. El Hijo pone delicadamente sobre la cabeza de la Madre la corona de gloria. Es como la imitación de lo que el Padre ha hecho con el Hijo al hacerlo Señor y Rey. Ahora, imitando el gesto, el Hijo corona a la Madre como Reina en una participación total en la gloria de Cristo.
[b]María icono de la Iglesia.María es el icono de la iglesia. A su alrededor, en el símbolo de la iglesia madre de Sión (el lugar de la dormición de la Virgen en Jerusalén) se concentra la iglesia apostólica, la misma que encontramos en los iconos de la Ascensión y de Pentecostés, con las nuevas generaciones de pastores y discípulos del Señor. Los ángeles, (Iglesia del Cielo) están presentes. María es el icono, la figura femenina de esta Iglesia, llamada también a una dormición, a un tránsito glorioso que no deja de ser un paso por la muerte. Acogida en el cielo como criatura, glorificada en María, la Iglesia se contempla en la Virgen. Ella, la Virgen, es ya lo que seremos. Icono escatológico de la iglesia, certeza de su glorificación, parte del Cuerpo místico de Jesús reintegrado ya en la gloria. Morada de Dios y Jerusalén celestial, Mujer nueva; es la Esposa recibida por el Esposo en la gloria. Maria es la Iglesia glorificada.
La dimensión antropológica de la Asunción es evidente y llena de esperanza. El cuerpo yerto de la Virgen, suavemente orientado hacia lo alto, no habla de la verdad de una muerte real pero abierta a la vida, por lo tanto de una dormición. la Virgen, acogida por Jesús como niña, es el símbolo de la humanidad nueva, de la nueva creación, esperanza de una pascua del universo, de los cielos nuevos y de la tierra nueva. maría es tierra pascual, paraíso glorificado, carne transformada, inmortalidad prometida a todos los que en Cristo se dejarán transformar en humanidad nueva ya aquí en la tierra.
Sobre los íconos de la Virgen María:
http://youtu.be/2Fq6BTHLn2ILa Virgen en el arte:
http://youtu.be/m3qYzvEmAdIQue María, la llena de gracia, ruegue a su Hijo por nosotros.