Sesión 10. Curso Santuarios Marianos. 5 marzo 2012

Con este curso, se pretende realizar un viaje virtual por los santuarios marianos más importantes del catolicismo en base a un itinerario espiritual caracterizado por la devoción a María, así como conocer los diversos aspectos culturales, tradicionales y religiosos de la devoción a la Virgen.

Fecha de inicio del curso: 2 de enero de 2012

Fecha de finalización del curso: 2 de abril de 2012

Periodicidad de envió de las lecciones: semanal

Moderadores: Catholic.net, Gustavo d Apice, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor J Julio Villarreal M » Dom Mar 04, 2012 7:33 pm

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“Notre Dame des Miracles”, Saint-Omer, Francia.


Imagen


“Nuestra Señora de los Milagros”

La ciudad de Saint-Omer, en el departamento de Pas-de-Calais, se encuentra en una ladera en el borde de las marismas del río Aa. En el siglo VII monjes benedictinos vienen a convertir a la población local al cristianismo. El Obispo de la Catedral de Omer estaba en Thérouanne. No podía hablar flamenco por lo que trajo dos monjes con él, Bertin y Mommolin. Ellos fundaron un monasterio cerca del río, llamado “La abadía de Saint Bertin”.

Omer más tarde construyó una capilla y un colegio para los monjes a aproximadamente 1 km más arriba de la pendiente, por encima de los pantanos. Esta fue reconstruida en gran escala a partir del siglo XIII como una de las iglesias góticas más bellas del norte de Francia.

El Obispo de Omer 4º sucesor del obispo de Thérouanne fue Erkembode, anteriormente abad de San Bertin. Su diócesis llegaba hasta Ypres (ahora en Bélgica) en el río Somme. Caminó constantemente, en busca de tierra que podía comprar a dar a los pobres. Murió en 723, casi paralizado. Su tumba fue trasladada de la primera iglesia al coro de la catedral nueva.
Debido a que caminaba largas distancias para ayudar a otras personas, St. Erkembode es el santo patrón de los niños que tienen dificultades para caminar.

Los peregrinos acuden a rezar ante su tumba, y dejan los zapatos viejos como símbolo de su larga caminata para pedir ayuda al hombre que caminaba mucho por otras personas.

Imagen: Desde el siglo X, se erigió una estatua en la Grand Place du Marché, antes de que se construyera el santuario. Un grabado de 1641 sigue siendo el ejemplo más antiguo de esta estatua.

La ilustración de Guillermo de Tielt tiene muchas diferencias con la estatua actual:
• El niño Jesús estaba alzado por María, pero ahora él está sentado;
• La corona es diferente;
• Sonrisa, tan hermosa, hoy es muy pálido;
• La ropa es diferente.

Datada en el siglo XIII, según el padre de Bello, es una estatua de madera dorada, que está sentada como una reina. Sostiene al Niño Jesús que nos ofrece el Libro de los Evangelios, un gesto que parece decir “Id a predicar la Palabra”

La catedral se comenzó a construir en el siglo XIII y finalizó en el siglo XVI. Tiene en su interior valiosas obras de arte y una rica historia.

La estatua perteneció a un santuario que estaba siendo demolida. El 23 de junio de 1785 se hizo su transferencia en procesión desde la plaza de la Catedral, con la población, y los clérigos bajo la presidencia del abad de Saint-Bertin, que sustituye al obispo. Inicialmente fue colocada bajo un dosel, y cuando se había trasladado a su altar, fue reemplazado por otro. El capítulo decidió ponerla en el altar de la capilla central del transepto sur.

El 30 de septiembre de 1790 la catedral fue cerrada como todas las iglesias por orden de los revolucionarios. La gente que no podía ver a la Virgen protestó. Se hizo una propuesta para permitir el acceso a la capilla de la Virgen desde el exterior, lo que permitía dejar la sede sellada. Fue aceptada el 5 de enero de 1791 y el 10 de enero se procedió a la apertura del corredor. Una novedad para honrar a la Virgen.
Sin embargo, 24 de septiembre 1793 la catedral fue convertida en una tienda de productos de la campaña y forraje. De nuevo, la estatua fue aislada de la gente, pero fue bueno porque todo fue bien conservado, como la catedral.

Tras el decreto del 30 de mayo de 1795, la Iglesia de St. Denis, fue elegida como lugar de culto. Los feligreses de este distrito pidieron que la estatua de la Virgen les fuera confiada. Pero el Consejo se negó a considerar esta solicitud. Dos veces reiteran su petición, y, finalmente, alcanzaron el éxito. Así pues, la estatua cambió la Catedral por la Iglesia de St. Denis. Los fieles estaban satisfechos y se reconstituyó el gran guardarropas de la Virgen y el Niño.

Esta situación duró hasta 1802, cuando la catedral recuperó sus derechos. Pero los feligreses de Saint-Denis no querían devolver la estatua. Fue sacada en secreto, en una camilla, debajo de la ropa y el 3 de marzo 1803 al mediodía la estatua de Nuestra Señora de los Milagros regresó a su querida catedral. Ella siguió estando entronizada en el altar de 1606 hasta 1875 cuando fue coronada.

Dos coronas fueron realizadas para adornar la estatua. Fueron bendecidas por el Papa Pío IX en el Vaticano. No fue hasta el 18 de julio 1875 que las coronas se colocan sobre las cabezas de la Virgen María y la del Niño Jesús.

La Catedral de Saint-Omer es un ejemplo espectacular de arquitectura gótica de la Edad Media. Su historia se remonta a más de un milenio, cuando iglesias, abadías y monasterios se construyeron en toda Francia. La estructura de Notre-Dame-des-Miracles ha sobrevivido 800 años de guerras y revoluciones.

De estilo gótico, ella es también un monumento histórico desde 1840. Está dedicada a Nuestra Señora de los Milagros. Con 11 otras iglesias, la catedral de Notre Dame forma la parroquia de San Benito en Morinie.

En la catedral, se comenzó a reconstruir el coro, la girola y capillas radiales, y en 1263 se construyó el crucero. El trabajo progresó lentamente desde el siglo XIII al XVI. Luego la iglesia se convirtió en Colegiata.

El crucero del transepto sur se alargó en 1375 – 1379 y luego emprendió la reconstrucción de la nave. La construcción de las capillas laterales de la nave data de los años 1386 a 1403. Los más antiguos se construyeron en el sur. La nave se completó en 1473, y sus bóvedas en 1506.
De 1449 a 1472, Jean de Meldre, el maestro de obra, procedió a estirar el transepto norte. En ese momento la torre al oeste que había quedado romana fue consolidada y mejorada. Desde 1473 y hasta 1521, se emprendió la construcción de la torre oeste alrededor de la torre románica. Así pues, rehabilitada una decoración inspirada en la abadía de Saint-Bertin (construida entre 1431 y 1500). Las esculturas de la portada occidental se llevaron a cabo desde 1511 hasta 1515, por los escultores Jean y Josee Van der Poele. La aguja sobre la Cruz data de 1486.

En 1553, la ciudad Thérouanne, que fue el obispado de Artois, fue totalmente arrasado por las tropas de Carlos V durante una disputa con el rey de Francia Enrique II. Sal fue simbólicamente derramada en el piso de la ciudad. Thérouanne y perdió así la sede del obispado de Artois. Fue transferido a Saint-Omer, y Notre Dame se convirtió en Catedral en 1561.
En 1606, la torre de la cruz fue destruida por un huracán. En 1610, se realiza el reloj solar de la portada meridional, y en 1628, se procedió a renovar la capilla axial.

El siglo XVIII trajo un pocos adornos: la silla grande, instalada en 1714 de la iglesia de los dominicos de Saint-Omer, fue creada por el escultor Danvin; luego en 1717, se instaló la caja del órgano de los hermanos Piette, una escultura en madera notable. El trono episcopal es de 1753.
En 1792, la Catedral, cerrada al culto, y convertida en almacén de forraje. A diferencia de muchas otras iglesias, Nuestra Señora no sufrió el vandalismo de los revolucionarios. Cuándo Concordato de 1801, la Diócesis de Saint-Omer fue finalmente suprimida en favor de la diócesis de Arras.

La catedral alberga el Cenotafio de St Omery la tumba de San Erkembode. También otras obras de valor, una tabla de Rubens representa el descenso de la cruz, el mausoleo de Eustache de Croy (1540) del escultor Jacques Du Broeuq (1540), y un astrolabio del reloj des 1558, aún en su estado original. Sus dimensiones son:
• Longitud: 103 metros
• Anchura en el crucero: 53 metros
• Altura de la torre oeste: 50 metros
• Ancho de la nave: 30 m
• Altura de la Bóveda: 23 metros
Dentro de la catedral hay un fino órgano del siglo XVIII – cuyo exterior de roble danés decorado en estilo barroco del siglo 14th/15th. El casco fue construido por artesanos locales, los hermanos Piette y restaurado en el siglo XIX Todavía funciona hoy en día.

Hay un reloj astrológico (1558) – que data de cuando la ciudad estaba en Flandes español.
Cuando se instala por primera vez en 1558, este reloj “milagroso”, también atrajo a los peregrinos. Su mecanismo de hierro forjado, no sólo señala el tiempo, sino que también muestra el movimiento del sol y las estrellas en el cielo de Saint Omer, y los signos del zodíaco. Este reloj fue muy raro: los otros dos conocidos estan en Praga y Lyon. El reloj fue usado para hacer predicciones astrológicas para Carlos V que consultaba al Profesor Gemma Frisius, de la Universidad de Louvaina (en la actual Bélgica). Frisius fue profesor de medicina, matemático y autor de un tratado de astronomía.
El reloj parecía muy especial en el siglo XVI. Era un momento en que Copérnico y Galileo cuestionaron la creencia arraigada de que la Tierra era el centro del universo, y que el sol y las estrellas giraban alrededor de la Tierra.

A partir de ese período hay tumbas muy bien decoradas. Después que la ciudad se convirtió en francesa, hay un descenso de la cruz que puede ser de Rubens.

Festividad: 03 de marzo-


J. J. V. M.
“Nuestra Señora de los Milagros, acompáñanos en nuestro caminar”.
J. J. V. M.
"Qué el Espíritu Santo nos ilumine el camino y la Santísima Virgen María nos cubra y proteja con su manto".
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J Julio Villarreal M
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Pachelli 1991 » Dom Mar 04, 2012 7:34 pm

Ruta mariana


Mapa con la localización de los cuatro santuarios.
La Ruta Mariana es un itinerario de interés cultural y religioso que une a los siguientes santuarios: Santuario del Pilar, Santuario de Torreciudad, Santuario de Montserrat y Santuario de Lourdes, un itinerario de fe guiado por la espiritualidad y devoción mariana, poseedor de una gran riqueza turística, patrimonial, rural, gastronómica y natural.
Se desarrolla por las comunidades autónomas de Aragón y Cataluña en España y por las regiones de Aquitania y Mediodía-Pirineos en Francia. Se trata pues de un itinerario plural y multicultural con importantes atractivos y una variada oferta complementaria, donde cada santuario posee unas cualidades y características propias.
Actualmente es uno de los destinos de peregrinación mariana más visitado y reconocido en España y Francia, así como en otros países de Europa (Italia, Portugal, Alemania, Polonia, etc.) y en el centro y sur de América.
Esta ruta, que cada año aumenta su número de visitantes, acoge anualmente entre sus cuatro santuarios alrededor de 12 millones de peregrinos, lo cual refleja el gran atractivo e importancia que posee tanto para peregrinos como para turistas.
Los santuarios anteriormente mencionados (El Pilar, Torreciudad, Montserrat y Lourdes) se han unido para fundar la Asociación para la Promoción de la Ruta Mariana cuyo objetivo es la promoción tanto de los propios santuarios, de la devoción mariana y de las bondades y riquezas del territorio en el que se encuentra. La asociación ha creado una página web destinada a posibles peregrinos y visitantes en la que se puede encontrar tanto información religiosa como un amplio contenido turístico de cada una de las zonas por las que transcurre la ruta [1]
La Ruta Mariana siempre ha estado ahí desde los mismos orígenes de los santuarios. La devoción que procesan los fieles y peregrinos por la Santísima Virgen es un hecho tan antiguo como cierto.
Desde hace siglos, millones de personas peregrinan a los santuarios para venerar y dar gracias a la Virgen, para demostrar su fe y su amor.
De manera individual, en familia, en grupo, en romería o en peregrinación, cualquier manera es bienvenida para acercarse a uno de estos destinos marianos y rendir homenaje y adoración a la Sagrada Imagen.
Hoy en día, los santuarios continúan con esa labor evangelizadora de fomentar y divulgar la devoción mariana, coordinando las acciones y actividades pastorales y poniendo al alcance de todas las personas los servicios del centro.
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Pachelli 1991
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Pachelli 1991 » Dom Mar 04, 2012 7:35 pm

Nuestra Señora de Lourdes


Imagen de Ntra. Sra. de Lourdes en la gruta de Massabielle.
La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las 18 apariciones de la Virgen María que, de acuerdo al testimonio de santa Bernadette Soubirous (1844-1879), sucedieron en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos.
Ya en vida de Bernadette, multitud de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como vehículo de la gracia de Dios, y el papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette.
Bernadette Soubirous fue declarada santa por Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes ha sido motivo de gran veneración, y su santuario es uno de los más visitados del mundo.
La Iglesia Católica invoca a Nuestra Señora de Lourdes como patrona de los enfermos.
Contenido [ocultar]
1 Apariciones
2 Aprobación eclesiástica
2.1 Naturaleza de la aprobación
2.2 Consecuencias de la aprobación
3 Advocación
4 Patronazgo de los enfermos: los hechos extraordinarios de Lourdes
5 La conversión de un premio Nobel: el caso de Alexis Carrel y de Marie Bailly
5.1 Breve referencia acerca del Dr. Alexis Carrel
5.2 El "Dossier 54" o "Caso Bailly"
5.3 La inquietud de pensamiento y la conversión de Carrel
5.4 La Iglesia Católica y la no certificación de la curación como milagro
6 Un renacimiento espiritual
7 Nuestra Señora de Lourdes y la "unidad de los cristianos"
8 Véase también
9 Referencias
10 Bibliografía adicional
11 Enlaces externos
[editar]Apariciones

Bernadette Soubirous, una pobre y analfabeta adolescente de catorce años, aseguró haber visto en 18 ocasiones a la Virgen María en una gruta del paraje de Massabielle, al occidente de Lourdes entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858.1
En la tercera aparición, la niña habló con la Señora en gascón, dialecto occitano que se usa en la zona, la cual se dirigió a ella usando el "usted" (voi) de cortesía y pidiéndole: "¿Me haría usted el favor de venir aquí durante quince días?" (Boulet aoue era gracia de bié aci penden quinze dias?). Bernadette le prometió que lo haría. A su vez, la Señora le anunció que no le prometía hacerla feliz en este mundo, sino en el otro.1 2
En sucesivas apariciones, el mensaje fue tomando cuerpo:1 2
Invitación a la Penitencia y a la oración por los pecadores (21 de febrero).
Invitación a vivir una pobreza más evangélica.
Solicitud de que se hicieran procesiones a la gruta y le fuera erigida allí una capilla (2 de marzo).
El 25 de febrero, según testificó Bernadette, la Virgen le dijo que fuera a tomar agua de la fuente y que comiera de las plantas que crecían libremente allí. Ella interpretó que debía ir a tomar agua del cercano río Gave y hacia allá se dirigió. Pero la Señora le enseñó con el dedo que escarbara en el suelo. Al excavar en el fango e intentar beber, Bernadette ensució su rostro, y sus gestos y apariencia fueron motivo de escepticismo por parte de muchas de las de las 350 personas presentes, ya que el manantial no se manifestó de inmediato. Sin embargo, poco después surgió una fuente de agua1 2 que, hasta el día de hoy, es meta de peregrinaciones por parte de muchos católicos y que ha sido testigo de numerosos milagros.3 El manantial que brotó aquel 25 de febrero de 1858 produce cien mil litros de agua por día, de forma continua desde aquella fecha hasta nuestros días.
Ante la reiterada petición de Bernardette de que revelara su nombre, el 25 de marzo de 1858 (en su decimosexta aparición) la Señora le dijo : "Que soy era Immaculada Councepciou" ("Yo soy la Inmaculada Concepción").1 2 El dogma católico de la Inmaculada Concepción de la Virgen María había sido solemnemente proclamado el 8 de diciembre de 1854, tres años antes. La expresión resultaba ajena al vocabulario de Bernadette y, en principio, fue motivo de desconcierto, tanto en el propio Padre Peyramale -párroco de Lourdes- como en otras autoridades eclesiásticas y civiles. Sin embargo, Bernadette Soubirous mantuvo una consistente actitud de calma durante todos los incisivos interrogatorios que se le hicieron, sin cambiar su historia ni su actitud, ni pretender tener un conocimiento más allá de lo dicho respecto de las visiones descritas.
[editar]Aprobación eclesiástica



Bernadette y la aparición de la Virgen María. Bonneval.
El último interrogatorio ante la comisión eclesiástica, presidida por el obispo de Tarbes, Laurence, fue el 1 de diciembre de 1860. El anciano obispo terminó emocionado, al repetir Bernardita el gesto y las palabras que la Virgen hiciera el 25 de marzo de 1858: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
El 18 de enero de 1862, el anciano obispo de Tarbes publicó la carta pastoral con la cual declaró que "la Inmaculada Madre de Dios se ha aparecido verdaderamente a Bernardita".2 En ese mismo año, el papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes. Desde entonces los diversos pontífices han apoyado de varias formas la devoción y la peregrinación al santuario. El papa Pío X extendió la celebración de la memoria a toda la Iglesia. El papa Pío XI ratificó definitivamente la celebración de Nuestra Señora de Lourdes al beatificar a Bernadette Soubirous el 6 de junio de 1925, y canonizarla en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción del Año Santo de la Redención, el 8 de diciembre de 1933. En 1937, el mismo Pío XI nombró a Eugenio Pacelli como Delegado Papal para visitar y venerar personalmente a la Virgen en Lourdes. El 8 de septiembre de 1953, en conmemoración del centenario del dogma de la Inmaculada Concepción, el papa Pío XII, decretó en su Carta Encíclica Fulgens Corona la celebración de un Año Mariano (el primero en la historia de la Iglesia Católica) en todo el mundo, mientras describía los sucesos de Lourdes con las siguientes palabras:
"Y parece como si la Virgen Santísima hubiera querido confirmar de una manera prodigiosa el dictamen que el Vicario de su divino Hijo en la tierra, con el aplauso de toda la Iglesia, había pronunciado. Pues no habían pasado aún cuatro años cuando cerca de un pueblo de Francia, en las estribaciones de los Pirineos, la Santísima Virgen, vestida de blanco, cubierta con cándido manto y ceñida su cintura de faja azul, se apareció con aspecto juvenil y afable en la cueva de Massabielle a una niña inocente y sencilla, a la que, como insistiera en saber el nombre de quien se le había dignado aparecer, ella, con una suave sonrisa y alzando los ojos al cielo, respondió: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Bien entendieron esto, como era natural, los fieles, que en muchedumbres casi innumerables, acudiendo de todas las partes en piadosas peregrinaciones a la gruta de Lourdes, reavivaron su fe, estimularon su piedad y se esforzaron por ajustar su vida a los preceptos de Cristo (...)"
Pío XII, Carta encíclica Fulgens Corona, N° 3-4
[editar]Naturaleza de la aprobación
Las apariciones fueron revelaciones privadas y no públicas, por lo cual la Iglesia Católica no las considera artículos de fe -no incorporaron material nuevo como objeto de fe de la Iglesia Católica, ni se requiere de sus fieles que crean en ellas-. En la fe de la Iglesia Católica, Dios elige a quién curar y por qué medios, pues "vuestros pensamientos no son los míos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice el Señor" (Isaías 55, 8). En el decir de Blaise Pascal, "Dios tiene sus razones que nuestra razón no conoce".
[editar]Consecuencias de la aprobación


Estatuillas que representan la aparición de María a Bernadette en una cueva de Lourdes
Por otra parte, las autoridades de la Iglesia Católica han expresado explícitamente su devoción a Nuestra Señora de Lourdes de distintas formas. El 25 de marzo de 1958, centenario de aquella aparición en la que la "Señora" se presentó con las palabras "Yo soy la Inmaculada Concepción", el cardenal Angelo G. Roncalli, luego papa y beato Juan XXIII, consagró la gran Basílica subterránea de San Pío X. En la clausura del centenario de las apariciones de Lourdes, lo expresó así: "La Iglesia, por la voz de sus papas, no cesa de recomendar a los católicos que presten atención al mensaje de Lourdes".
El calendario litúrgico católico celebra la "Festividad de Nuestra Señora de Lourdes" el día de la primera aparición, es decir, el 11 de febrero. En 1992, el papa Juan Pablo II instituyó la celebración de la "Jornada Mundial del Enfermo" a realizarse el 11 de febrero de cada año, en memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes.
En 1983 y 2004, Juan Pablo II en persona visitó Lourdes, al igual que lo haría su sucesor Benedicto XVI el 15 de septiembre de 2008, en conmemoración del 150 aniversario de las apariciones de 1858.4
Hoy, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es uno de los sitios principales de peregrinaje católico en el mundo. Con una población de aproximadamente 15.000 habitantes, Lourdes recibe actualmente la visita de unos 6.000.000 de peregrinos por año.
[editar]Advocación

La imagen de la Virgen de Lourdes que los fieles católicos veneran sigue en general la descripción que Bernadette hiciera de la Señora:
Joven.
Vestida de blanco con una cinta de color azul a la cintura.
Con las manos juntas en actitud orante.
Con un rosario colgándole del brazo.
Con una rosa dorada en cada pie.
[editar]Patronazgo de los enfermos: los hechos extraordinarios de Lourdes

La Iglesia Católica siempre consideró a la Virgen María como una figura íntimamente próxima a todo sufrimiento humano, desde aquel momento descrito por el Evangelio según San Juan:
"Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa"
Juan 19, 25-27
A partir de los hechos testimoniados por Bernadette Soubirous, la Iglesia Católica consideró a la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Lourdes, la patrona de los enfermos.
Es importante señalar que tanto las apariciones de Lourdes como la existencia de hechos "no explicables científicamente por las leyes naturales" no constituyen artículos de fe -éstos últimos incluidos en el "Credo"-.
"Le Bureau des Constatations Médicales" y de "Le Comité Médical International" de Lourdes, que rigen el análisis científico de las curaciones producidas en Lourdes, lo hacen de forma sumamente estricta. De los aproximadamente 7000 expedientes de curación registrados desde las apariciones, sólo 67 casos han sido reconocidos por la Iglesia como milagros en un siglo y medio. "La Iglesia siempre ha sido muy cuidadosa acerca de las curaciones", dijo el facultativo francés Patrick Theillier, director de la oficina médica. "Prefiere no reconocer un milagro verdadero a proclamar uno donde no existe".5 En efecto, tal es el grado de rigor manifestado en este tema que la curación de Marie Bailly, aquejada de peritonitis tuberculosa en último estadio (el famoso "Dossier 54" de los Archivos de "Le Bureau des Constatations Médicales" de Lourdes), y testimoniada por el mismísimo -y por entonces escéptico- Dr. Alexis Carrel6 (Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912), no se encuentra incluida entre los casos considerados "milagrosos" por la Iglesia Católica, simplemente por una constatación insuficiente del estado psíquico de la paciente previo a su curación (ver detalles más adelante).


Silueta del Santuario de Lourdes recortada en el cielo
La persona más joven que se considera recibió esa gracia fue un niño de 2 años: Justin Bouhort, de Lourdes (Francia), que padecía hipotrepsia crónica post infecciosa con retardo del desarrollo motor. El más reciente reconocimiento de un milagro por parte de la Iglesia Católica sobrevino en el año 2005. Asimismo, se reconoció que 6 milagros tuvieron lugar por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes sin que los enfermos viajaran a Lourdes. La mayoría de los milagros se produjeron por contacto con el agua de Lourdes (49 milagros de los 67). Para que una curación se considere "milagrosa" se deben cumplimentar una serie de requisitos, entre los que se cuentan:
Que la dolencia sea incurable, desde un punto de vista científico.
Que se haya puesto de manifiesto la total ineficacia de los medicamentos o protocolos empleados en su tratamiento.
Que la curación haya sobrevenido de forma súbita y no gradual.
Que la curación haya sido absoluta, con efectos duraderos, y no solamente una remisión.
Que la curación no sea el resultado de una interpretación derivada del estado psíquico de la persona.
Algunos de 67 casos de curación considerados "milagrosos" por la Iglesia Católica son los siguientes:7
Jeanne Fretel, de Rennes (Francia). Visitó Lourdes el 10 de mayo de 1948, a los 31 años. Tenía peritonitis tuberculosa, con enflaquecimiento extremo y fiebre. Fue llevada a Lourdes en estado comatoso. Le fue dado un fragmento minúsculo de Eucaristía y despertó. Se informó que fue "inmediata y permanentemente curada" esa noche mientras yacía en su silla de ruedas al lado del manantial. Ella todavía no se había bañado en el manantial, ni bebido de su agua. Su curación fue reconocida oficialmente el 11 de noviembre de 1950.
Hermano Léo Schwager, de Fribourg (Suiza). Visitó Lourdes el 30 de abril de 1952, a la edad de 28 años. Sufría esclerosis múltiple desde los 5 años. Su curación fue reconocida oficialmente el 18 de diciembre de 1960.
Alicia Couteault, de Bouille-Loretz (Francia). Visitó Lourdes el 15 de mayo de 1952, a la edad de 34 años. Sufría esclerosis múltiple desde hacía tres años. Su curación fue reconocida oficialmente el 16 de julio de 1956.
Marie Bigot, de La Richardais (Francia). Visitó Lourdes en dos oportunidades, el 8 de octubre de 1953 y 10 de octubre de 1954, a la edad de 31 y 32 años respectivamente. Padecía de aracnoiditis a nivel de la fosa posterior (causal de su ceguera, sordera y hemiplegia). Su curación fue reconocida oficialmente en Rennes, el 15 de agosto de 1956.
Ginette Nouvel, de Carmaux (Francia). Visitó Lourdes el 21 de septiembre de 1954 a la edad de 26 años. Padecía el Sindrome de Budd-Chiari (trombosis de las ramas principales de las venas suprahepáticas). Su curación fue reconocida el 31 de mayo de 1963 en la diócesis de Albi.
Elisa Aloi, luego Elisa Varcalli, de Patti (Italia). Visitó Lourdes el 5 de junio de 1958, a la edad de 27 años. Padecía tuberculosis osteoarticular y fístulas en diversos sitios del miembro inferior derecho. Su curación fue reconocida el 26 de mayo de 1965 en la diócesis de Messina (Italia).
Juliette Tamburini, de Marsella (Francia). Visitó Lourdes el 17 de julio de 1959, a la edad de 22 años. Padecía osteoperiostitis femoral con fístulas y epistaxis. Su curación fue reconocida el 11 de mayo de 1965 en la diócesis de Marsella.
Vittorio Micheli, de Scurelle (Italia). Visitó Lourdes el 1 de junio de 1963, a la edad de 23 años. Padecía de sarcoma (cáncer) de pelvis. Su tumor canceroso era tan grande y terrible que desencajó su muslo izquierdo, dejando su pierna izquierda paralizada. Después de ser bañado en las aguas del manantial, se liberó del dolor y pudo caminar. La disminución del tamaño del tumor se produjo de inmediato, aunque la verificación final se realizó en febrero de 1964, fecha en la que no sólo el tumor había desaparecido por completo, sino que además se había recalcificado la unión con la cadera, habiendo retornado Vittorio a su vida normal. La curación fue reconocida el 26 de mayo de 1976 en la diócesis de Trento.
Serge Perrin, de Lion d’Angers (Francia). Visitó Lourdes el 1 de mayo de 1970 a la edad de 41 años. Sufría de hemiplejía recurrente del lado derecho, con lesiones oculares, por trombosis bilateral de la arteria carótida. Los síntomas, que incluían dolor de cabeza, deterioro del habla y de la visión, y parálisis parcial del lado derecho, comenzaron sin advertencia previa en febrero de 1964. Durante los siguientes seis años vivió confinado a una silla de ruedas, casi ciego. En 1969 viajó a Lourdes, retornando en el mismo estado alarmante. Durante su peregrinaje a Lourdes en 1970, sintió un calor repentino de pies a cabeza, retornando su visión y su capacidad de caminar sin ayuda alguna. Regresó de Lourdes con la confirmación médica de hallarse curado. Su curación fue reconocida oficialmente el 17 de junio de 1978 en la diócesis de Angers.
Delizia Cirolli, luego Delizia Costa, de Paternò (Sicilia, Italia). Visitó Lourdes el 24 de diciembre de 1976 a la edad de 12 años. Padecía del Sarcoma de Ewing en la rodilla derecha. Los doctores sugirieron la amputación pues el avance de la enfermedad podría resultar fatal, pero sus padres se rehusaron. La madre llevó a la niña a Lourdes. A su retorno a Italia, el tumor evidenció una rápida regresión hasta desaparecer toda evidencia del mismo. El tumor dejó su tibia angulada, requiriéndose una operación correctiva (osteotomía). La niña recomenzó a caminar, comer, y vivir normalmente. Su curación fue reconocida el 28 de junio de 1989 en la diócesis de Catania (Italia). Ella se hizo enfermera.
Jean-Pierre Bély, de La Couronne (France). Visitó Lourdes el 9 de octubre de 1987, a la edad de 51 años. Padecía esclerosis múltiple desde 1972 y su estado se deterioró año tras año. Cuando partió en peregrinación a Lourdes, el 5 de octubre de 1987, había sido reconocido por el sistema sanitario francés con un grado de invalidez total. En Lourdes, después de recibir la unción de los enfermos en la explanada del Santuario, experimentó una profunda paz interior. Repentinamente, recobró la sensibilidad táctil y pudo moverse nuevamente. En el acto, él no se atrevió a ponerse de pie. En la noche siguiente, una voz interior le repitió : «Levántate y anda», lo cual hizo. Como a él mismo le gustaba destacar: «el Señor ha curado primero mi corazón, y luego mi cuerpo». El médico que le atendió, Dr. Patrick Fontanaud, agnóstico, reconoció abiertamente que resulta científicamente inexplicable lo que sucedió. Después de 12 años de investigaciones médicas, su curación fue oficialmente reconocida el 9 de febrero de 1999 en la diócesis de Angoulême. Una comisión canónica declaró que esa curación fue «un signo eficaz de Cristo Salvador, que se consumó por la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes».
Anna Santaniello de Salerno (Italia). Nacida, en 1911, sufría una cardiopatía severa derivada de fiebre reumática aguda, conocida en el ambiente científico como enfermedad de Bouillaud.8 Como consecuencia de su enfermedad, tenía dificultades para hablar, estaba incapacitada para caminar, y presentaba ataques de asma severos, cianosis en el rostro y los labios, y edemas en los miembros inferiores. El 16 de agosto de 1952, a la edad de 41 años, peregrinó a Lourdes con la organización italiana UNITALSI (Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y al Santuario Internacional). Ella hizo el viaje a Lourdes en tren en una camilla. Durante su estancia encontró asilo en Notre-Dame, precursor de la actual Casa de Nuestra Señora, en el Santuario, siendo objeto de vigilancia constante. El 19 de agosto de 1952 fue conducida e introducida a la piscina de Lourdes en camilla, saliendo del agua por sus propios medios. Esa misma tarde, participó de la procesión mariana de las antorchas. El Comité Médico Internacional de Lourdes calificó la curación de la mujer de "extraordinaria" en 1961. El 21 de septiembre de 2005, la curación milagrosa de Anna Santaniello fue reconocida oficialmente por monseñor Gerardo Pierro, arzobispo de la diócesis de Salerno (Italia), cuando ella contaba con 94 años de edad. Anna Santaniello confió más tarde que, estando enferma, no oró para sí misma en la gruta de Lourdes, pero por un joven de veinte años, Nicolino, que había perdido el uso de sus piernas después de un accidente. Permaneció soltera y, en el ejercicio de la profesión de enfermera pediátrica, trató desde su regreso a Italia a cientos de niños desfavorecidos.
Para los creyentes católicos, científicos o no, la atención no se centra en lo sorprendente o extraordinario de los hechos ocurridos, sino en Dios, de cuya autoridad emana el poder para realizarlos.9 Al igual que Jesús en los evangelios, "cuya discreción reduce al mínimo el riesgo de una posible interpretación mágica",10 los creyentes son llamados a vivir estos sucesos de forma sencilla, desconfiando de las grandes palabras.
[editar]La conversión de un premio Nobel: el caso de Alexis Carrel y de Marie Bailly

Una curación extraordinaria es un desafío, pero ciertamente sería desafortunado plantearlo como un "desafío a la ciencia". Es más bien un desafío para el espíritu humano. En Lourdes, la Iglesia Católica considera que, por intercesión de Nuestra Señora, se han producido muchos más cambios de vida que curaciones del cuerpo. Aunque no se trató de una conversión abrupta, sino gradual, la de Alexis Carrel es quizá la más conocida, por tratarse de un científico laureado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912.
No corresponde tratar de dilucidar el misterio que encierra toda conversión, pero sí se puede hacer una aproximación al converso, describir su trayectoria antes y después de su encuentro con el misterio, estudiar el contexto y subrayar lo que tiene de significativo para nuestros días.
[editar]Breve referencia acerca del Dr. Alexis Carrel
Alexis Carrel provenía de una familia católica devota y fue educado por los jesuitas. Sin embargo, al momento de ingresar a la Universidad, ya no practicaba su religión. Él era un estudiante de medicina de segundo año cuando el presidente francés, Marie François Sadi Carnot, fue asesinado por un anarquista en Lyon en 1894. El cuchillo del anarquista había cortado una arteria de primer orden, por lo que el presidente murió luego de dos días de agonía. En esos tiempos, la sutura de un vaso sanguíneo grande todavía era un tema sin solución segura. El joven estudiante de medicina Carrel decidió resolver el problema. Julius H. Comroe, profesor emérito del Cardiovascular Research Institute (University of California at San Francisco) escribió: "Carrel ganó el Premio Nobel en Fisiología y Medicina en 1912, y no lo ganó por alguna investigación oscura y esotérica, sino «en reconocimiento a su trabajo en sutura vascular y en trasplantes de vasos sanguíneos y órganos». Entre 1901 y 1910, Alexis Carrel, utilizando animales de experimento, efectuó todas las acciones y desarrolló todas las técnicas conocidas hoy en cirugía vascular (...)"11
Seis años más tarde de sus inicios, ya médico y asistente en el Departamento de Anatomía, Carrel leyó su trabajo científico publicado en la Sociedad de Medicina de Lyon el 12 de mayo de 1902.12 Ese trabajo científico hizo historia y lo catapultaría a la fama una década después, como Carrel intuía que lo haría. Dos semanas más tarde se encontró en el tren que llevó a Marie Bailly a Lourdes. Lo que pasó desde ese momento durante los siguientes cinco días fue escrito por Carrel después, aunque el manuscrito recién fue publicado en 1948 bajo el título "Le voyage de Lourdes, suivi de fragments de journal et de méditations",6 cuatro años después de su muerte ocurrida en noviembre de 1944. En 1950, fue publicado en una traducción al Inglés como "The Voyage to Lourdes".


Alexis Carrel, premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912
Un colega de Alexis Carrel y ex-compañero de clases le pidió que tomara su lugar como médico a cargo de un tren que trasladaba gente enferma a Lourdes. Carrel estaba interesado en Lourdes, pero no para evaluar la "autenticidad" de los milagros. En esos momentos, el no creía en milagros. Él estaba interesado en justipreciar de forma personal la velocidad con que se producía la curación de diferentes enfermedades o lesiones informadas en Lourdes. Dotado de un fino sentido de observación, sus amigos decían de él que tenía "el ojo en la espalda..."
De entre los enfermos, el Dr. Alexis Carrel fijó su atención en una joven enferma agonizante, Marie Bailly (a quien él llamó con el seudónimo de "Marie Ferrand" en sus escritos -publicados de forma póstuma bajo el título de "Un viaje a Lourdes"-). Marie Bailly estaba afectada por peritonitis tuberculosa en último estadio, una enfermedad ciertamente mortal en esa época. Acerca de la condición de Marie Bailly antes de su curación, Carrel escribió:
"Hay una paciente que está más cerca de la muerte en este momento que cualquiera de los otros. He sido llamado al lado de su cama numerosas veces. Esta desafortunada chica está en las últimas etapas de una peritonitis tuberculosa. Conozco su historia. Toda su familia murió de tuberculosis. Ella ha tenido úlceras tuberculosas, lesiones de los pulmones, y ahora, en estos últimos meses, una peritonitis, diagnosticada tanto por un médico general como por un cirujano reconocido de Burdeos, Bromilloux. Su estado es muy grave, yo tuve que darle morfina en el viaje. Ella puede morir en cualquier momento, justo debajo de mi nariz. Si un caso como el suyo se curara sería realmente un milagro. Nunca dudaría de nuevo... Su condición se deteriora constantemente. Si ella llegara a casa de nuevo con vida, eso de por sí sería un milagro... Ella está condenada. La muerte está muy cerca. Su pulso es muy rápido, de ciento cincuenta pulsaciones por minuto, e irregulares. El corazón está apagándose..."
Alexis Carrel
Retirando los cobertores, el cuerpo de Marie estaba expuesto de nuevo. El abdomen estaba hinchado como antes, pero algo más pronunciado en el lado izquierdo... "Temo que se me muera entre las manos...", habría declarado Carrel. Cuando el tren arribó a Lourdes, la joven Marie Bailly estaba semi-inconciente, pero al llegar ella al Hospital de Lourdes propiamente dicho, ella estaba conciente. Carrel tenía una visión tan pesimista de la condición de la joven que prometió "convertirse en monje" si ella llegaba con vida a la Gruta, situada apenas a 400 metros del hospital. Por insistencia de Marie Bailly, una jarra llena de agua del manantial de Lourdes fue vertida tres veces sobre el abdomen, ciertamente muy hinchado, de la joven. Media hora más tarde, el pulso de la joven comenzó a disminuir y el vientre hasta entonces hinchado se acható. Durante ese tiempo, Marie Bailly permaneció totalmente conciente. Carrel quedó perplejo: el científico que regía su interior se negó a aceptar la posibilidad de un milagro, pero su mente tampoco lograba obtener una conclusión empírica y pragmática.
La curación repentina de Marie Bailly se dio a conocer ampliamente en Lyon, junto con el hecho de que Carrel estuvo presente durante su curación. Un periódico publicó un artículo, implicando que Carrel se negaba a creer en el milagro. En consecuencia, el Dr. Carrel se vio compelido a publicar una respuesta que no agradó a nadie. Él criticó a los creyentes por tomar con demasiada facilidad algo inusual como si se tratara de milagro. Y, por otra parte, reprochó a quienes se negaban a mirar los hechos cada vez que parecía ser un milagro (implicando en gran medida a los miembros de la comunidad médica).
Medio año después el Dr. Carrel tuvo que abandonar la Facultad de Medicina. Primero fue a París, de allí a Montreal, de allí a la Universidad de Chicago, y desde allí, a través de una conferencia en la Universidad Johns Hopkins, el Instituto Rockefeller. El caso de Marie Bailly se convirtió en una gran noticia en Francia recién a partir de 1913, después que Alexis Carrel, con el halo del Premio Nobel de Fisiología/Medicina de 1912, volvió de visita a Francia.
[editar]El "Dossier 54" o "Caso Bailly"
Los detalles más precisos sobre los hechos de importancia que constituyen la columna vertebral del "caso Bailly" se pueden obtener del "Dossier 54", en los archivos de "Le Bureau des Constatations Médicales" (Oficina Médica), organismo que, junto con "Le Comité Médical International", rige el análisis científico de las curaciones producidas en Lourdes. El "Dossier 54" también se encuentra en la introducción redactada por Stanley L. Jaki (ganador del Premio Templeton 1987) en ocasión de una re-edición del libro de Carrel "Un viaje a Lourdes".
Marie Bailly nació en 1878. Tanto su padre, un óptico, como su madre murieron de tuberculosis. De sus cinco hermanos, sólo uno no sufrió esa enfermedad. Ella tenía veinte años cuando se evidenciaron por primera vez los síntomas de la tuberculosis pulmonar. Un año más tarde, se le diagnosticó meningitis tuberculosa, de la que se recuperó repentinamente cuando utilizó agua de Lourdes. Dos años más tarde, en 1901, sufrió peritonitis tuberculosa. Poco después, ella ya no podía retener los alimentos. En marzo de 1902, los médicos en Lyon se negaron a operarla por miedo a que ella muriera en la mesa de operaciones.
El 25 de mayo de 1902, le rogó a sus amigos que la metieran "de contrabando" en un tren que llevaba enfermos a Lourdes. Ella tenía que ser objeto de tránsito ilícito ya que, por regla general, estaba prohibido llevar a gente moribunda en esos trenes. El tren partió de Lyon al mediodía. A las 2 de la mañana siguiente, ella se estaba muriendo. Se llamó a Alexis Carrel. Él le suministró morfina a la luz de una lámpara de kerosene y permaneció con ella. Tres horas más tarde, él diagnosticó ese caso como peritonitis tuberculosa y dijo a media voz que no iba a llegar a Lourdes con vida. El diagnóstico inmediato en ese tiempo dependía en gran medida de un procedimiento de palpación.


Santuario de Nuestra Señora de Lourdes
En Lourdes, Marie Bailly fue examinada por varios médicos. El 27 de mayo, ella insistió en ser llevada a la Gruta, aunque los médicos (entre ellos Carrel) tenían miedo de que muriera en el camino. El "Expediente 54" ("Dossier 54") del Archivo de la Oficina Médica contiene las declaraciones inmediatas realizadas por tres médicos, incluyendo el propio Carrel, y el testimonio de Marie Bailly, que escribió en noviembre y entregó a Carrel, quien lo remitió debidamente a la Oficina Médica de Lourdes. Los aspectos más destacados del testimonio de la propia Marie Bailly son los siguientes.
Al llegar a los baños contiguos a la gruta, no se le permitió la inmersión. Pidió que un poco de agua de los baños se derramara sobre su abdomen. Esto le causó un dolor punzante en todo el cuerpo. Aún así, ella pidió se reiterara. La segunda vez, ella sintió mucho menos dolor. Cuando el agua se vertió sobre su abdomen por tercera vez, le daba una sensación muy agradable.
Mientras tanto Carrel estaba detrás de ella, con un bloc de notas en sus manos. Marcó el momento, el pulso, la expresión facial y otros datos clínicos, como testigo ocular. El abdomen, enormemente hinchado y muy duro, comenzó a aplanarse y, en un plazo de 30 minutos, había desaparecido la hinchazón por completo. No se observó ningún tipo de descarga corporal.
Ella fue llevada primero a la Basílica y, a continuación, a la Oficina Médica, donde fue examinada de nuevo por varios médicos, entre ellos Carrel. Por la noche, ella se sentó en su cama y cenó sin vomitar. A la mañana siguiente, se levantó por sí misma y ya estaba vestida cuando Carrel la volvió a ver.
Carrel no podía dejar de registrar que ella estaba curada. "¿Qué vas a hacer con tu vida ahora?", le preguntó Carrel. "Me uniré a las Hermanas de la Caridad para pasar mi vida cuidando a los enfermos", fue la respuesta de Marie Bailly. Al día siguiente, Marie Bailly se subió al tren por su cuenta y, después de un viaje de 24 horas en duros bancos, llegó renovada a Lyon. Allí tomó el tranvía y se fue a la casa familiar, donde tendría que "probar" que ella era realmente Marie Bailly, la misma que sólo cinco días antes había salido de Lyon en un estado crítico.
Carrel continuó tomando un gran interés en ella. Le pidió a un psiquiatra que la pusiera a prueba cada dos semanas, lo que se realizó durante cuatro meses. Ella fue examinada regularmente en busca de trazas de la tuberculosis. A fines de noviembre, ella fue declarada en buen estado de salud, tanto física como mental. En diciembre, ella entró en el noviciado en París. Sin tener una recaída, ella vivió la vida ardua de una Hermana de la Caridad hasta 1937.
[editar]La inquietud de pensamiento y la conversión de Carrel
Carrel tenía ante sí un problema. Si alguien conocía los hechos del caso era él, quien humanamente sabía lo que pasó con Marie Bailly. Sin embargo, no se atrevía a creer que algo más que simplemente las fuerzas naturales había intervenido en la recuperación repentina de Marie Bailly. Continuó regresando a Lourdes para poder ver otras curaciones repentinas. Él esperaba percibir de esta forma alguna fuerza puramente natural que produjera las llamadas curaciones "milagrosas" y que lo hiciera a través del poder de la oración, al cual él consideraba una fuerza psíquica puramente natural. La prueba de ello está en su famoso libro "L'homme, cet inconnu" ("La Incógnita del Hombre - El Hombre, Ese Desconocido"),13 que apareció publicado por primera vez en francés en 1934, luego en inglés y, posteriormente, en treinta idiomas. Allí se hace referencia, precisamente en este sentido, a varios de los milagros de Lourdes.
Para entonces, habían pasado treinta y dos años desde que Carrel había estado detrás de la camilla de Marie Bailly. En todos esos años, se había entrevistado con sacerdotes una y otra vez. Se reunió con teólogos, o mejor dicho, algunos teólogos lo buscaron a él, con la esperanza de que Carrel les diera una confirmación "científica" de los milagros. Nada de esto parecía haberlo acercado a la fe de su infancia. Entonces, Marie Bailly murió en 1937 a la edad de 58 años.
Al año siguiente, Carrel se topó con un sacerdote, Rector del Seminario Mayor en Rennes, con quien desarrolló rápidamente una relación. El Rector le sugirió ver a un monje trapense, Alexis Presse. El Padre Alexis había pasado una década restaurando y reabriendo abadías en ruinas en toda Francia. En 1939 comenzó a trabajar en una abadía en ruinas en Bouquen, a sólo una hora en automóvil de la residencia de verano de Carrel en Bretaña. Cuando se dirigía con su esposa, Carrel permaneció refunfuñando: "El encuentro con los sacerdotes le hace a uno más daño que bien".
Llegaron. Desde las ruinas vino un monje, el Padre Alexis. Miró a Carrel, quien comenzó a sentir "algo extraño corriendo a través de él". Cuatro años más tarde, en noviembre de 1944, Carrel se moría en París. El mensaje fue enviado al Padre Alexis en Bretaña. El monje abordó un tren militar que transportaba bananas de América a las tropas que seguían combatiendo a los alemanes más allá de París. Llegó justo a tiempo. Carrel pidió los sacramentos antes de morir, el 5 de noviembre de 1944. Eduardo de la Hera hizo una descripción de los conversos que quizá se corresponda con la de Alexis Carrel, un converso de "Nuestra Señora de Lourdes":
"Los conversos son esas personas que, después de haber vivido al margen de toda fe religiosa, un día inolvidable dieron un viraje tan intenso a la trayectoria de su vida que cambiaron de rumbo. Y comenzaron, si se me permite la expresión, a "tomarse en serio a Dios". Dios trastocó sus vidas. En cierto sentido, se las complicó. Alguien pudo ver en ellos a seres sugestionados, alucinados o alienados. Pero no, ellos no se salieron de este mundo: el suyo y el de todos, el único que tenemos. (...) Tampoco se transformaron en fanáticos de lo religioso. Supieron, simplemente, mostrarse coherentes con su verdad y respetuosos con la verdad de los otros."14
Eduardo de la Hera
Esta es la esencia de lo que realmente le sucedió en Lourdes a aquel hombre laureado con el premio Nobel. La totalidad del famoso "Dossier 54" brinda sólo la mitad de la respuesta a la pregunta: ¿Qué ocurrió realmente? La otra mitad no se trata tanto de medicina sino que se enmarca en el plano de la fe católica.
[editar]La Iglesia Católica y la no certificación de la curación como milagro
Por cierto, esta curación no fue reconocida como "milagrosa" por la Iglesia. El caso de Marie Bailly, fue discutido en varias ocasiones en distintos niveles por la Oficina Médica de Lourdes y, finalmente, en París, en su nivel más alto, por el Comité Internacional. Era el año 1964. Se tomó la decisión en contra de la naturaleza milagrosa de la cura. ¿La razón?
Debido a que los primeros médicos que la atendieron no habían considerado la posibilidad de un embarazo psicológico (pseudociesis) –para lo cual se requeriría de más informes psicológicos y psiquiátricos previos a la curación–, el Comité Internacional decidió fallar en contra de la recomendación de considerar a la curación de Marie Bailly para su aprobación eclesiástica como "milagro". Se podría suponer que se trataba de una suposición descabellada. ¿Podrían tantos médicos diagnosticar incorrectamente semejante caso? ¿Podrían todos los médicos equivocarse al momento de palpar la pesada mucosidad del abdomen? Esto, debido a que la peritonitis de Marie Bailly no producía una mucosidad líquida, sino pesada. La palpación puede fácilmente establecer la presencia de esa mucosidad densa y pesada, especialmente cuando se presenta en grandes cantidades. Más aún, ¿a dónde había ido a parar toda esa pesada mucosidad en sólo 30 minutos? Por último, Marie Bailly había superado todas las pruebas psicológicas posteriores a su curación con gran éxito. Ella resultó ser una persona equilibrada, con sentido común y difícilmente impresionable.
Sin embargo, el fallo fue en contra, a fin de excluir la más mínima posibilidad de error en la certificación de ese hecho como "milagroso". Eso, aunque quien firmara en representación de la ciencia médica que se trataba de un hecho inexplicable fuera un Premio Nobel de Fisiología o Medicina.
[editar]Un renacimiento espiritual

En cierto sentido, las contribuciones del Dr. Alexis Carrel en el campo de la medicina no perduraron en el reconocimiento que se les debería, ni siquiera por parte de sus colegas científicos. En el artículo antes mencionado, Julius H. Comroe señaló: "En 1974, antes de iniciar una charla a un grupo de científicos cardiovasculares en su reunión anual, le entregué a cada uno una tarjeta que tenía en la parte superior esta requisitoria: «Sin consultar a nadie, por favor escriba a continuación del nombre de cada persona (mencionada), aquélla que considera fue su mayor contribución a la ciencia biomédica». Seguían cuatro nombres, uno de los cuales era Alexis Carrel. Cuando las respuestas fueron tabuladas, encontré que sólo 7 de los 111 que retornaron sus tarjetas conocían sus grandes contribuciones a la cirujía vascular, 33 sólo conocían sus últimos trabajos sobre cultivos de órganos, y 71 escribieron después del nombre de Carrel: NOADE -nunca oí acerca de él-."11 Sin embargo, el renacimiento espiritual de Alexis Carrel llegó a ser uno de los ejemplos más reconocidos de conversiones en Lourdes.
En su libro póstumo "Viaje a Lourdes", el protagonista lleva el seudónimo de Dr. "Lerrac", que es su apellido al revés, Carrel. Allí, Alexis Carrel escribió:
"Y él se fue a la gruta, a contemplar atentamente la imagen de la Virgen, las muletas que, como exvotos, llenaban las paredes iluminadas por el resplandor de los cirios, cuya incesante humareda había ennegrecido la roca... Lerrac tomó asiento en una silla al lado de un campesino anciano y permaneció inmóvil largo rato con la cabeza entre las manos, mecido por los cánticos nocturnos, mientras del fondo de su alma brotaba esta plegaria:

«Virgen Santa, socorro de los desgraciados que te imploran humildemente, sálvame. Creo en ti, has querido responder a mi duda con un gran milagro. No lo comprendo y dudo todavía. Pero mi gran deseo y el objeto supremo de todas mis aspiraciones es ahora creer, creer apasionada y ciegamente sin discutir ni criticar nunca más. Tu nombre es más bello que el sol de la mañana. Acoge al inquieto pecador, que con el corazón turbado y la frente surcada por las arrugas se agita, corriendo tras las quimeras. Bajo los profundos y duros consejos de mi orgullo intelectual yace, desgraciadamente ahogado todavía, un sueño, el más seductor de todos los sueños: el de creer en ti y amarte como te aman los monjes de alma pura...»

Eran las tres de la madrugada y a Lerrac le pareció que la serenidad que presidía todas las cosas había descendido también a su alma, inundándola de calma y dulzura. Las preocupaciones de la vida cotidiana, las hipótesis, las teorías y las inquietudes intelectuales habían desaparecido de su mente. Tuvo la impresión de que bajo la mano de la Virgen, había alcanzado la certidumbre y hasta creyó sentir su admirable y pacificadora dulzura de una manera tan profunda que, sin la menor inquietud, alejó la amenaza de un retorno a la duda."6
Alexis Carrel
Quizá el número total de curaciones declaradas como milagros sólo sea un dato anecdótico, puesto que la importancia de "Nuestra Señora de Lourdes" viene dada por el renacimiento espiritual de aquellos que a ella acuden.
"Nuestras indagaciones no llegarán nunca a dilucidar el misterio de un renacer espiritual y de los caminos de la gracia. Con todo, puede pretenderse ver cómo se encuadra en su época, cómo la moldea y es moldeado por ella."15
Romano Guardini
[editar]Nuestra Señora de Lourdes y la "unidad de los cristianos"



Rowan Williams.
El 24 de septiembre de 2008, el Arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana Rowan Williams peregrinó al mismísimo Santuario de Nuestra Señora de Lourdes para honrar a la Inmaculada Concepción, predicando ante 20.000 personas en la Eucaristía Internacional.16 En su homilía destacó:
"María se nos presenta aquí como la primera misionera, «el primer mensajero del Evangelio», como la llamó el obispo de Lourdes, Perrier: el primer ser humano que llevó la buena nueva de Jesucristo a otra persona; cosa que hace simplemente llevando a Cristo dentro de sí. Ella nos recuerda que la misión comienza no con la entrega de un mensaje hecho de palabras sino en el camino hacia otra persona con Jesús en el corazón. Ella atestigua la primordial importancia de, sencillamente, llevar a Jesús, incluso antes de que existan las palabras o las acciones para mostrarle y explicarle. (...) Cuando María se le apareció a Bernadette, la primera vez lo hizo como una figura anónima, una hermosa mujer, una «cosa» misteriosa, no identificada aún como la Madre Inmaculada del Señor. Y Bernadette –inculta, carente de instrucción doctrinal– saltó de gozo, reconociendo que allí había vida, que allí estaba la cura. Recordad sus narraciones en las que habla de sus movimientos agraciados y ligeros a las órdenes de la Señora; como si ella, al igual que Juan en el vientre de Isabel, comenzara a bailar siguiendo la música del Verbo Encarnado que lleva su Madre. Sólo poco a poco encontrará Bernadette las palabras para que el mundo sepa; sólo poco a poco, podríamos decir, descubre cómo escuchar a la Señora y referir lo que tiene que decirnos. (...) Los vecinos, los maestros y el clero de la parroquia de Bernadette sabían lo que pensaban que necesitaban saber sobre la Madre de Dios, pero tuvieron que quedar sorprendidos por esta adolescente incapaz de expresarse, inerme e insignificante que había saltado de gozo reconociendo haber encontrado a María como madre, hermana, portadora de su Señor y Redentor. (...) Hoy aquí, con Isabel y Bernadette, decimos con agradecido estupor: «¿Qué he hecho para merecerme que la madre de mi Señor haya venido hasta mí?» Y reconocemos que el deseo de nuestro corazón ha sido satisfecho y lo más profundo de nuestro ser ha sido llevado a una nueva vida."17
Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana
Este hecho fue considerado como muy significativo en orden a la unidad de los cristianos y fue seguido por la visita histórica del Papa Benedicto XVI al primado anglicano el 17 de septiembre de 2010, en ocasión del 50 aniversario del primer encuentro de un Papa y un Arzobispo de Canterbury en los tiempos modernos, el de Juan XXIII y el arzobispo Geoffrey Fisher, en diciembre de 1960.18 A ello a su vez siguió el recibimiento de Benedicto XVI a Rowan Williams en el Vaticano el 18 de noviembre de 2010, poco después de que cinco obispos anglicanos anunciaran su pase a la Iglesia Católica, aprovechando el nuevo ordinariato creado a tal fin por la Santa Sede. En tal ocasión, el Papa Benedicto XVI y Rowan Williams oraron juntos.19 En el sentir de la Iglesia, Nuestra Señora de Lourdes constituye un camino de superación de las divisiones entre los cristianos, en orden al cumplimiento del mandato de Jesús: "Que todos sean uno" (Juan 17, 21).
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Notapor Pachelli 1991 » Dom Mar 04, 2012 7:36 pm

Nuestra Señora de Lourdes


Imagen de Ntra. Sra. de Lourdes en la gruta de Massabielle.
La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las 18 apariciones de la Virgen María que, de acuerdo al testimonio de santa Bernadette Soubirous (1844-1879), sucedieron en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos.
Ya en vida de Bernadette, multitud de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como vehículo de la gracia de Dios, y el papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette.
Bernadette Soubirous fue declarada santa por Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes ha sido motivo de gran veneración, y su santuario es uno de los más visitados del mundo.
La Iglesia Católica invoca a Nuestra Señora de Lourdes como patrona de los enfermos.
Contenido [ocultar]
1 Apariciones
2 Aprobación eclesiástica
2.1 Naturaleza de la aprobación
2.2 Consecuencias de la aprobación
3 Advocación
4 Patronazgo de los enfermos: los hechos extraordinarios de Lourdes
5 La conversión de un premio Nobel: el caso de Alexis Carrel y de Marie Bailly
5.1 Breve referencia acerca del Dr. Alexis Carrel
5.2 El "Dossier 54" o "Caso Bailly"
5.3 La inquietud de pensamiento y la conversión de Carrel
5.4 La Iglesia Católica y la no certificación de la curación como milagro
6 Un renacimiento espiritual
7 Nuestra Señora de Lourdes y la "unidad de los cristianos"
8 Véase también
9 Referencias
10 Bibliografía adicional
11 Enlaces externos
[editar]Apariciones

Bernadette Soubirous, una pobre y analfabeta adolescente de catorce años, aseguró haber visto en 18 ocasiones a la Virgen María en una gruta del paraje de Massabielle, al occidente de Lourdes entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858.1
En la tercera aparición, la niña habló con la Señora en gascón, dialecto occitano que se usa en la zona, la cual se dirigió a ella usando el "usted" (voi) de cortesía y pidiéndole: "¿Me haría usted el favor de venir aquí durante quince días?" (Boulet aoue era gracia de bié aci penden quinze dias?). Bernadette le prometió que lo haría. A su vez, la Señora le anunció que no le prometía hacerla feliz en este mundo, sino en el otro.1 2
En sucesivas apariciones, el mensaje fue tomando cuerpo:1 2
Invitación a la Penitencia y a la oración por los pecadores (21 de febrero).
Invitación a vivir una pobreza más evangélica.
Solicitud de que se hicieran procesiones a la gruta y le fuera erigida allí una capilla (2 de marzo).
El 25 de febrero, según testificó Bernadette, la Virgen le dijo que fuera a tomar agua de la fuente y que comiera de las plantas que crecían libremente allí. Ella interpretó que debía ir a tomar agua del cercano río Gave y hacia allá se dirigió. Pero la Señora le enseñó con el dedo que escarbara en el suelo. Al excavar en el fango e intentar beber, Bernadette ensució su rostro, y sus gestos y apariencia fueron motivo de escepticismo por parte de muchas de las de las 350 personas presentes, ya que el manantial no se manifestó de inmediato. Sin embargo, poco después surgió una fuente de agua1 2 que, hasta el día de hoy, es meta de peregrinaciones por parte de muchos católicos y que ha sido testigo de numerosos milagros.3 El manantial que brotó aquel 25 de febrero de 1858 produce cien mil litros de agua por día, de forma continua desde aquella fecha hasta nuestros días.
Ante la reiterada petición de Bernardette de que revelara su nombre, el 25 de marzo de 1858 (en su decimosexta aparición) la Señora le dijo : "Que soy era Immaculada Councepciou" ("Yo soy la Inmaculada Concepción").1 2 El dogma católico de la Inmaculada Concepción de la Virgen María había sido solemnemente proclamado el 8 de diciembre de 1854, tres años antes. La expresión resultaba ajena al vocabulario de Bernadette y, en principio, fue motivo de desconcierto, tanto en el propio Padre Peyramale -párroco de Lourdes- como en otras autoridades eclesiásticas y civiles. Sin embargo, Bernadette Soubirous mantuvo una consistente actitud de calma durante todos los incisivos interrogatorios que se le hicieron, sin cambiar su historia ni su actitud, ni pretender tener un conocimiento más allá de lo dicho respecto de las visiones descritas.
[editar]Aprobación eclesiástica



Bernadette y la aparición de la Virgen María. Bonneval.
El último interrogatorio ante la comisión eclesiástica, presidida por el obispo de Tarbes, Laurence, fue el 1 de diciembre de 1860. El anciano obispo terminó emocionado, al repetir Bernardita el gesto y las palabras que la Virgen hiciera el 25 de marzo de 1858: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
El 18 de enero de 1862, el anciano obispo de Tarbes publicó la carta pastoral con la cual declaró que "la Inmaculada Madre de Dios se ha aparecido verdaderamente a Bernardita".2 En ese mismo año, el papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes. Desde entonces los diversos pontífices han apoyado de varias formas la devoción y la peregrinación al santuario. El papa Pío X extendió la celebración de la memoria a toda la Iglesia. El papa Pío XI ratificó definitivamente la celebración de Nuestra Señora de Lourdes al beatificar a Bernadette Soubirous el 6 de junio de 1925, y canonizarla en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción del Año Santo de la Redención, el 8 de diciembre de 1933. En 1937, el mismo Pío XI nombró a Eugenio Pacelli como Delegado Papal para visitar y venerar personalmente a la Virgen en Lourdes. El 8 de septiembre de 1953, en conmemoración del centenario del dogma de la Inmaculada Concepción, el papa Pío XII, decretó en su Carta Encíclica Fulgens Corona la celebración de un Año Mariano (el primero en la historia de la Iglesia Católica) en todo el mundo, mientras describía los sucesos de Lourdes con las siguientes palabras:
"Y parece como si la Virgen Santísima hubiera querido confirmar de una manera prodigiosa el dictamen que el Vicario de su divino Hijo en la tierra, con el aplauso de toda la Iglesia, había pronunciado. Pues no habían pasado aún cuatro años cuando cerca de un pueblo de Francia, en las estribaciones de los Pirineos, la Santísima Virgen, vestida de blanco, cubierta con cándido manto y ceñida su cintura de faja azul, se apareció con aspecto juvenil y afable en la cueva de Massabielle a una niña inocente y sencilla, a la que, como insistiera en saber el nombre de quien se le había dignado aparecer, ella, con una suave sonrisa y alzando los ojos al cielo, respondió: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Bien entendieron esto, como era natural, los fieles, que en muchedumbres casi innumerables, acudiendo de todas las partes en piadosas peregrinaciones a la gruta de Lourdes, reavivaron su fe, estimularon su piedad y se esforzaron por ajustar su vida a los preceptos de Cristo (...)"
Pío XII, Carta encíclica Fulgens Corona, N° 3-4
[editar]Naturaleza de la aprobación
Las apariciones fueron revelaciones privadas y no públicas, por lo cual la Iglesia Católica no las considera artículos de fe -no incorporaron material nuevo como objeto de fe de la Iglesia Católica, ni se requiere de sus fieles que crean en ellas-. En la fe de la Iglesia Católica, Dios elige a quién curar y por qué medios, pues "vuestros pensamientos no son los míos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice el Señor" (Isaías 55, 8). En el decir de Blaise Pascal, "Dios tiene sus razones que nuestra razón no conoce".
[editar]Consecuencias de la aprobación


Estatuillas que representan la aparición de María a Bernadette en una cueva de Lourdes
Por otra parte, las autoridades de la Iglesia Católica han expresado explícitamente su devoción a Nuestra Señora de Lourdes de distintas formas. El 25 de marzo de 1958, centenario de aquella aparición en la que la "Señora" se presentó con las palabras "Yo soy la Inmaculada Concepción", el cardenal Angelo G. Roncalli, luego papa y beato Juan XXIII, consagró la gran Basílica subterránea de San Pío X. En la clausura del centenario de las apariciones de Lourdes, lo expresó así: "La Iglesia, por la voz de sus papas, no cesa de recomendar a los católicos que presten atención al mensaje de Lourdes".
El calendario litúrgico católico celebra la "Festividad de Nuestra Señora de Lourdes" el día de la primera aparición, es decir, el 11 de febrero. En 1992, el papa Juan Pablo II instituyó la celebración de la "Jornada Mundial del Enfermo" a realizarse el 11 de febrero de cada año, en memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes.
En 1983 y 2004, Juan Pablo II en persona visitó Lourdes, al igual que lo haría su sucesor Benedicto XVI el 15 de septiembre de 2008, en conmemoración del 150 aniversario de las apariciones de 1858.4
Hoy, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es uno de los sitios principales de peregrinaje católico en el mundo. Con una población de aproximadamente 15.000 habitantes, Lourdes recibe actualmente la visita de unos 6.000.000 de peregrinos por año.
[editar]Advocación

La imagen de la Virgen de Lourdes que los fieles católicos veneran sigue en general la descripción que Bernadette hiciera de la Señora:
Joven.
Vestida de blanco con una cinta de color azul a la cintura.
Con las manos juntas en actitud orante.
Con un rosario colgándole del brazo.
Con una rosa dorada en cada pie.
[editar]Patronazgo de los enfermos: los hechos extraordinarios de Lourdes

La Iglesia Católica siempre consideró a la Virgen María como una figura íntimamente próxima a todo sufrimiento humano, desde aquel momento descrito por el Evangelio según San Juan:
"Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa"
Juan 19, 25-27
A partir de los hechos testimoniados por Bernadette Soubirous, la Iglesia Católica consideró a la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Lourdes, la patrona de los enfermos.
Es importante señalar que tanto las apariciones de Lourdes como la existencia de hechos "no explicables científicamente por las leyes naturales" no constituyen artículos de fe -éstos últimos incluidos en el "Credo"-.
"Le Bureau des Constatations Médicales" y de "Le Comité Médical International" de Lourdes, que rigen el análisis científico de las curaciones producidas en Lourdes, lo hacen de forma sumamente estricta. De los aproximadamente 7000 expedientes de curación registrados desde las apariciones, sólo 67 casos han sido reconocidos por la Iglesia como milagros en un siglo y medio. "La Iglesia siempre ha sido muy cuidadosa acerca de las curaciones", dijo el facultativo francés Patrick Theillier, director de la oficina médica. "Prefiere no reconocer un milagro verdadero a proclamar uno donde no existe".5 En efecto, tal es el grado de rigor manifestado en este tema que la curación de Marie Bailly, aquejada de peritonitis tuberculosa en último estadio (el famoso "Dossier 54" de los Archivos de "Le Bureau des Constatations Médicales" de Lourdes), y testimoniada por el mismísimo -y por entonces escéptico- Dr. Alexis Carrel6 (Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912), no se encuentra incluida entre los casos considerados "milagrosos" por la Iglesia Católica, simplemente por una constatación insuficiente del estado psíquico de la paciente previo a su curación (ver detalles más adelante).


Silueta del Santuario de Lourdes recortada en el cielo
La persona más joven que se considera recibió esa gracia fue un niño de 2 años: Justin Bouhort, de Lourdes (Francia), que padecía hipotrepsia crónica post infecciosa con retardo del desarrollo motor. El más reciente reconocimiento de un milagro por parte de la Iglesia Católica sobrevino en el año 2005. Asimismo, se reconoció que 6 milagros tuvieron lugar por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes sin que los enfermos viajaran a Lourdes. La mayoría de los milagros se produjeron por contacto con el agua de Lourdes (49 milagros de los 67). Para que una curación se considere "milagrosa" se deben cumplimentar una serie de requisitos, entre los que se cuentan:
Que la dolencia sea incurable, desde un punto de vista científico.
Que se haya puesto de manifiesto la total ineficacia de los medicamentos o protocolos empleados en su tratamiento.
Que la curación haya sobrevenido de forma súbita y no gradual.
Que la curación haya sido absoluta, con efectos duraderos, y no solamente una remisión.
Que la curación no sea el resultado de una interpretación derivada del estado psíquico de la persona.
Algunos de 67 casos de curación considerados "milagrosos" por la Iglesia Católica son los siguientes:7
Jeanne Fretel, de Rennes (Francia). Visitó Lourdes el 10 de mayo de 1948, a los 31 años. Tenía peritonitis tuberculosa, con enflaquecimiento extremo y fiebre. Fue llevada a Lourdes en estado comatoso. Le fue dado un fragmento minúsculo de Eucaristía y despertó. Se informó que fue "inmediata y permanentemente curada" esa noche mientras yacía en su silla de ruedas al lado del manantial. Ella todavía no se había bañado en el manantial, ni bebido de su agua. Su curación fue reconocida oficialmente el 11 de noviembre de 1950.
Hermano Léo Schwager, de Fribourg (Suiza). Visitó Lourdes el 30 de abril de 1952, a la edad de 28 años. Sufría esclerosis múltiple desde los 5 años. Su curación fue reconocida oficialmente el 18 de diciembre de 1960.
Alicia Couteault, de Bouille-Loretz (Francia). Visitó Lourdes el 15 de mayo de 1952, a la edad de 34 años. Sufría esclerosis múltiple desde hacía tres años. Su curación fue reconocida oficialmente el 16 de julio de 1956.
Marie Bigot, de La Richardais (Francia). Visitó Lourdes en dos oportunidades, el 8 de octubre de 1953 y 10 de octubre de 1954, a la edad de 31 y 32 años respectivamente. Padecía de aracnoiditis a nivel de la fosa posterior (causal de su ceguera, sordera y hemiplegia). Su curación fue reconocida oficialmente en Rennes, el 15 de agosto de 1956.
Ginette Nouvel, de Carmaux (Francia). Visitó Lourdes el 21 de septiembre de 1954 a la edad de 26 años. Padecía el Sindrome de Budd-Chiari (trombosis de las ramas principales de las venas suprahepáticas). Su curación fue reconocida el 31 de mayo de 1963 en la diócesis de Albi.
Elisa Aloi, luego Elisa Varcalli, de Patti (Italia). Visitó Lourdes el 5 de junio de 1958, a la edad de 27 años. Padecía tuberculosis osteoarticular y fístulas en diversos sitios del miembro inferior derecho. Su curación fue reconocida el 26 de mayo de 1965 en la diócesis de Messina (Italia).
Juliette Tamburini, de Marsella (Francia). Visitó Lourdes el 17 de julio de 1959, a la edad de 22 años. Padecía osteoperiostitis femoral con fístulas y epistaxis. Su curación fue reconocida el 11 de mayo de 1965 en la diócesis de Marsella.
Vittorio Micheli, de Scurelle (Italia). Visitó Lourdes el 1 de junio de 1963, a la edad de 23 años. Padecía de sarcoma (cáncer) de pelvis. Su tumor canceroso era tan grande y terrible que desencajó su muslo izquierdo, dejando su pierna izquierda paralizada. Después de ser bañado en las aguas del manantial, se liberó del dolor y pudo caminar. La disminución del tamaño del tumor se produjo de inmediato, aunque la verificación final se realizó en febrero de 1964, fecha en la que no sólo el tumor había desaparecido por completo, sino que además se había recalcificado la unión con la cadera, habiendo retornado Vittorio a su vida normal. La curación fue reconocida el 26 de mayo de 1976 en la diócesis de Trento.
Serge Perrin, de Lion d’Angers (Francia). Visitó Lourdes el 1 de mayo de 1970 a la edad de 41 años. Sufría de hemiplejía recurrente del lado derecho, con lesiones oculares, por trombosis bilateral de la arteria carótida. Los síntomas, que incluían dolor de cabeza, deterioro del habla y de la visión, y parálisis parcial del lado derecho, comenzaron sin advertencia previa en febrero de 1964. Durante los siguientes seis años vivió confinado a una silla de ruedas, casi ciego. En 1969 viajó a Lourdes, retornando en el mismo estado alarmante. Durante su peregrinaje a Lourdes en 1970, sintió un calor repentino de pies a cabeza, retornando su visión y su capacidad de caminar sin ayuda alguna. Regresó de Lourdes con la confirmación médica de hallarse curado. Su curación fue reconocida oficialmente el 17 de junio de 1978 en la diócesis de Angers.
Delizia Cirolli, luego Delizia Costa, de Paternò (Sicilia, Italia). Visitó Lourdes el 24 de diciembre de 1976 a la edad de 12 años. Padecía del Sarcoma de Ewing en la rodilla derecha. Los doctores sugirieron la amputación pues el avance de la enfermedad podría resultar fatal, pero sus padres se rehusaron. La madre llevó a la niña a Lourdes. A su retorno a Italia, el tumor evidenció una rápida regresión hasta desaparecer toda evidencia del mismo. El tumor dejó su tibia angulada, requiriéndose una operación correctiva (osteotomía). La niña recomenzó a caminar, comer, y vivir normalmente. Su curación fue reconocida el 28 de junio de 1989 en la diócesis de Catania (Italia). Ella se hizo enfermera.
Jean-Pierre Bély, de La Couronne (France). Visitó Lourdes el 9 de octubre de 1987, a la edad de 51 años. Padecía esclerosis múltiple desde 1972 y su estado se deterioró año tras año. Cuando partió en peregrinación a Lourdes, el 5 de octubre de 1987, había sido reconocido por el sistema sanitario francés con un grado de invalidez total. En Lourdes, después de recibir la unción de los enfermos en la explanada del Santuario, experimentó una profunda paz interior. Repentinamente, recobró la sensibilidad táctil y pudo moverse nuevamente. En el acto, él no se atrevió a ponerse de pie. En la noche siguiente, una voz interior le repitió : «Levántate y anda», lo cual hizo. Como a él mismo le gustaba destacar: «el Señor ha curado primero mi corazón, y luego mi cuerpo». El médico que le atendió, Dr. Patrick Fontanaud, agnóstico, reconoció abiertamente que resulta científicamente inexplicable lo que sucedió. Después de 12 años de investigaciones médicas, su curación fue oficialmente reconocida el 9 de febrero de 1999 en la diócesis de Angoulême. Una comisión canónica declaró que esa curación fue «un signo eficaz de Cristo Salvador, que se consumó por la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes».
Anna Santaniello de Salerno (Italia). Nacida, en 1911, sufría una cardiopatía severa derivada de fiebre reumática aguda, conocida en el ambiente científico como enfermedad de Bouillaud.8 Como consecuencia de su enfermedad, tenía dificultades para hablar, estaba incapacitada para caminar, y presentaba ataques de asma severos, cianosis en el rostro y los labios, y edemas en los miembros inferiores. El 16 de agosto de 1952, a la edad de 41 años, peregrinó a Lourdes con la organización italiana UNITALSI (Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y al Santuario Internacional). Ella hizo el viaje a Lourdes en tren en una camilla. Durante su estancia encontró asilo en Notre-Dame, precursor de la actual Casa de Nuestra Señora, en el Santuario, siendo objeto de vigilancia constante. El 19 de agosto de 1952 fue conducida e introducida a la piscina de Lourdes en camilla, saliendo del agua por sus propios medios. Esa misma tarde, participó de la procesión mariana de las antorchas. El Comité Médico Internacional de Lourdes calificó la curación de la mujer de "extraordinaria" en 1961. El 21 de septiembre de 2005, la curación milagrosa de Anna Santaniello fue reconocida oficialmente por monseñor Gerardo Pierro, arzobispo de la diócesis de Salerno (Italia), cuando ella contaba con 94 años de edad. Anna Santaniello confió más tarde que, estando enferma, no oró para sí misma en la gruta de Lourdes, pero por un joven de veinte años, Nicolino, que había perdido el uso de sus piernas después de un accidente. Permaneció soltera y, en el ejercicio de la profesión de enfermera pediátrica, trató desde su regreso a Italia a cientos de niños desfavorecidos.
Para los creyentes católicos, científicos o no, la atención no se centra en lo sorprendente o extraordinario de los hechos ocurridos, sino en Dios, de cuya autoridad emana el poder para realizarlos.9 Al igual que Jesús en los evangelios, "cuya discreción reduce al mínimo el riesgo de una posible interpretación mágica",10 los creyentes son llamados a vivir estos sucesos de forma sencilla, desconfiando de las grandes palabras.
[editar]La conversión de un premio Nobel: el caso de Alexis Carrel y de Marie Bailly

Una curación extraordinaria es un desafío, pero ciertamente sería desafortunado plantearlo como un "desafío a la ciencia". Es más bien un desafío para el espíritu humano. En Lourdes, la Iglesia Católica considera que, por intercesión de Nuestra Señora, se han producido muchos más cambios de vida que curaciones del cuerpo. Aunque no se trató de una conversión abrupta, sino gradual, la de Alexis Carrel es quizá la más conocida, por tratarse de un científico laureado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912.
No corresponde tratar de dilucidar el misterio que encierra toda conversión, pero sí se puede hacer una aproximación al converso, describir su trayectoria antes y después de su encuentro con el misterio, estudiar el contexto y subrayar lo que tiene de significativo para nuestros días.
[editar]Breve referencia acerca del Dr. Alexis Carrel
Alexis Carrel provenía de una familia católica devota y fue educado por los jesuitas. Sin embargo, al momento de ingresar a la Universidad, ya no practicaba su religión. Él era un estudiante de medicina de segundo año cuando el presidente francés, Marie François Sadi Carnot, fue asesinado por un anarquista en Lyon en 1894. El cuchillo del anarquista había cortado una arteria de primer orden, por lo que el presidente murió luego de dos días de agonía. En esos tiempos, la sutura de un vaso sanguíneo grande todavía era un tema sin solución segura. El joven estudiante de medicina Carrel decidió resolver el problema. Julius H. Comroe, profesor emérito del Cardiovascular Research Institute (University of California at San Francisco) escribió: "Carrel ganó el Premio Nobel en Fisiología y Medicina en 1912, y no lo ganó por alguna investigación oscura y esotérica, sino «en reconocimiento a su trabajo en sutura vascular y en trasplantes de vasos sanguíneos y órganos». Entre 1901 y 1910, Alexis Carrel, utilizando animales de experimento, efectuó todas las acciones y desarrolló todas las técnicas conocidas hoy en cirugía vascular (...)"11
Seis años más tarde de sus inicios, ya médico y asistente en el Departamento de Anatomía, Carrel leyó su trabajo científico publicado en la Sociedad de Medicina de Lyon el 12 de mayo de 1902.12 Ese trabajo científico hizo historia y lo catapultaría a la fama una década después, como Carrel intuía que lo haría. Dos semanas más tarde se encontró en el tren que llevó a Marie Bailly a Lourdes. Lo que pasó desde ese momento durante los siguientes cinco días fue escrito por Carrel después, aunque el manuscrito recién fue publicado en 1948 bajo el título "Le voyage de Lourdes, suivi de fragments de journal et de méditations",6 cuatro años después de su muerte ocurrida en noviembre de 1944. En 1950, fue publicado en una traducción al Inglés como "The Voyage to Lourdes".


Alexis Carrel, premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912
Un colega de Alexis Carrel y ex-compañero de clases le pidió que tomara su lugar como médico a cargo de un tren que trasladaba gente enferma a Lourdes. Carrel estaba interesado en Lourdes, pero no para evaluar la "autenticidad" de los milagros. En esos momentos, el no creía en milagros. Él estaba interesado en justipreciar de forma personal la velocidad con que se producía la curación de diferentes enfermedades o lesiones informadas en Lourdes. Dotado de un fino sentido de observación, sus amigos decían de él que tenía "el ojo en la espalda..."
De entre los enfermos, el Dr. Alexis Carrel fijó su atención en una joven enferma agonizante, Marie Bailly (a quien él llamó con el seudónimo de "Marie Ferrand" en sus escritos -publicados de forma póstuma bajo el título de "Un viaje a Lourdes"-). Marie Bailly estaba afectada por peritonitis tuberculosa en último estadio, una enfermedad ciertamente mortal en esa época. Acerca de la condición de Marie Bailly antes de su curación, Carrel escribió:
"Hay una paciente que está más cerca de la muerte en este momento que cualquiera de los otros. He sido llamado al lado de su cama numerosas veces. Esta desafortunada chica está en las últimas etapas de una peritonitis tuberculosa. Conozco su historia. Toda su familia murió de tuberculosis. Ella ha tenido úlceras tuberculosas, lesiones de los pulmones, y ahora, en estos últimos meses, una peritonitis, diagnosticada tanto por un médico general como por un cirujano reconocido de Burdeos, Bromilloux. Su estado es muy grave, yo tuve que darle morfina en el viaje. Ella puede morir en cualquier momento, justo debajo de mi nariz. Si un caso como el suyo se curara sería realmente un milagro. Nunca dudaría de nuevo... Su condición se deteriora constantemente. Si ella llegara a casa de nuevo con vida, eso de por sí sería un milagro... Ella está condenada. La muerte está muy cerca. Su pulso es muy rápido, de ciento cincuenta pulsaciones por minuto, e irregulares. El corazón está apagándose..."
Alexis Carrel
Retirando los cobertores, el cuerpo de Marie estaba expuesto de nuevo. El abdomen estaba hinchado como antes, pero algo más pronunciado en el lado izquierdo... "Temo que se me muera entre las manos...", habría declarado Carrel. Cuando el tren arribó a Lourdes, la joven Marie Bailly estaba semi-inconciente, pero al llegar ella al Hospital de Lourdes propiamente dicho, ella estaba conciente. Carrel tenía una visión tan pesimista de la condición de la joven que prometió "convertirse en monje" si ella llegaba con vida a la Gruta, situada apenas a 400 metros del hospital. Por insistencia de Marie Bailly, una jarra llena de agua del manantial de Lourdes fue vertida tres veces sobre el abdomen, ciertamente muy hinchado, de la joven. Media hora más tarde, el pulso de la joven comenzó a disminuir y el vientre hasta entonces hinchado se acható. Durante ese tiempo, Marie Bailly permaneció totalmente conciente. Carrel quedó perplejo: el científico que regía su interior se negó a aceptar la posibilidad de un milagro, pero su mente tampoco lograba obtener una conclusión empírica y pragmática.
La curación repentina de Marie Bailly se dio a conocer ampliamente en Lyon, junto con el hecho de que Carrel estuvo presente durante su curación. Un periódico publicó un artículo, implicando que Carrel se negaba a creer en el milagro. En consecuencia, el Dr. Carrel se vio compelido a publicar una respuesta que no agradó a nadie. Él criticó a los creyentes por tomar con demasiada facilidad algo inusual como si se tratara de milagro. Y, por otra parte, reprochó a quienes se negaban a mirar los hechos cada vez que parecía ser un milagro (implicando en gran medida a los miembros de la comunidad médica).
Medio año después el Dr. Carrel tuvo que abandonar la Facultad de Medicina. Primero fue a París, de allí a Montreal, de allí a la Universidad de Chicago, y desde allí, a través de una conferencia en la Universidad Johns Hopkins, el Instituto Rockefeller. El caso de Marie Bailly se convirtió en una gran noticia en Francia recién a partir de 1913, después que Alexis Carrel, con el halo del Premio Nobel de Fisiología/Medicina de 1912, volvió de visita a Francia.
[editar]El "Dossier 54" o "Caso Bailly"
Los detalles más precisos sobre los hechos de importancia que constituyen la columna vertebral del "caso Bailly" se pueden obtener del "Dossier 54", en los archivos de "Le Bureau des Constatations Médicales" (Oficina Médica), organismo que, junto con "Le Comité Médical International", rige el análisis científico de las curaciones producidas en Lourdes. El "Dossier 54" también se encuentra en la introducción redactada por Stanley L. Jaki (ganador del Premio Templeton 1987) en ocasión de una re-edición del libro de Carrel "Un viaje a Lourdes".
Marie Bailly nació en 1878. Tanto su padre, un óptico, como su madre murieron de tuberculosis. De sus cinco hermanos, sólo uno no sufrió esa enfermedad. Ella tenía veinte años cuando se evidenciaron por primera vez los síntomas de la tuberculosis pulmonar. Un año más tarde, se le diagnosticó meningitis tuberculosa, de la que se recuperó repentinamente cuando utilizó agua de Lourdes. Dos años más tarde, en 1901, sufrió peritonitis tuberculosa. Poco después, ella ya no podía retener los alimentos. En marzo de 1902, los médicos en Lyon se negaron a operarla por miedo a que ella muriera en la mesa de operaciones.
El 25 de mayo de 1902, le rogó a sus amigos que la metieran "de contrabando" en un tren que llevaba enfermos a Lourdes. Ella tenía que ser objeto de tránsito ilícito ya que, por regla general, estaba prohibido llevar a gente moribunda en esos trenes. El tren partió de Lyon al mediodía. A las 2 de la mañana siguiente, ella se estaba muriendo. Se llamó a Alexis Carrel. Él le suministró morfina a la luz de una lámpara de kerosene y permaneció con ella. Tres horas más tarde, él diagnosticó ese caso como peritonitis tuberculosa y dijo a media voz que no iba a llegar a Lourdes con vida. El diagnóstico inmediato en ese tiempo dependía en gran medida de un procedimiento de palpación.


Santuario de Nuestra Señora de Lourdes
En Lourdes, Marie Bailly fue examinada por varios médicos. El 27 de mayo, ella insistió en ser llevada a la Gruta, aunque los médicos (entre ellos Carrel) tenían miedo de que muriera en el camino. El "Expediente 54" ("Dossier 54") del Archivo de la Oficina Médica contiene las declaraciones inmediatas realizadas por tres médicos, incluyendo el propio Carrel, y el testimonio de Marie Bailly, que escribió en noviembre y entregó a Carrel, quien lo remitió debidamente a la Oficina Médica de Lourdes. Los aspectos más destacados del testimonio de la propia Marie Bailly son los siguientes.
Al llegar a los baños contiguos a la gruta, no se le permitió la inmersión. Pidió que un poco de agua de los baños se derramara sobre su abdomen. Esto le causó un dolor punzante en todo el cuerpo. Aún así, ella pidió se reiterara. La segunda vez, ella sintió mucho menos dolor. Cuando el agua se vertió sobre su abdomen por tercera vez, le daba una sensación muy agradable.
Mientras tanto Carrel estaba detrás de ella, con un bloc de notas en sus manos. Marcó el momento, el pulso, la expresión facial y otros datos clínicos, como testigo ocular. El abdomen, enormemente hinchado y muy duro, comenzó a aplanarse y, en un plazo de 30 minutos, había desaparecido la hinchazón por completo. No se observó ningún tipo de descarga corporal.
Ella fue llevada primero a la Basílica y, a continuación, a la Oficina Médica, donde fue examinada de nuevo por varios médicos, entre ellos Carrel. Por la noche, ella se sentó en su cama y cenó sin vomitar. A la mañana siguiente, se levantó por sí misma y ya estaba vestida cuando Carrel la volvió a ver.
Carrel no podía dejar de registrar que ella estaba curada. "¿Qué vas a hacer con tu vida ahora?", le preguntó Carrel. "Me uniré a las Hermanas de la Caridad para pasar mi vida cuidando a los enfermos", fue la respuesta de Marie Bailly. Al día siguiente, Marie Bailly se subió al tren por su cuenta y, después de un viaje de 24 horas en duros bancos, llegó renovada a Lyon. Allí tomó el tranvía y se fue a la casa familiar, donde tendría que "probar" que ella era realmente Marie Bailly, la misma que sólo cinco días antes había salido de Lyon en un estado crítico.
Carrel continuó tomando un gran interés en ella. Le pidió a un psiquiatra que la pusiera a prueba cada dos semanas, lo que se realizó durante cuatro meses. Ella fue examinada regularmente en busca de trazas de la tuberculosis. A fines de noviembre, ella fue declarada en buen estado de salud, tanto física como mental. En diciembre, ella entró en el noviciado en París. Sin tener una recaída, ella vivió la vida ardua de una Hermana de la Caridad hasta 1937.
[editar]La inquietud de pensamiento y la conversión de Carrel
Carrel tenía ante sí un problema. Si alguien conocía los hechos del caso era él, quien humanamente sabía lo que pasó con Marie Bailly. Sin embargo, no se atrevía a creer que algo más que simplemente las fuerzas naturales había intervenido en la recuperación repentina de Marie Bailly. Continuó regresando a Lourdes para poder ver otras curaciones repentinas. Él esperaba percibir de esta forma alguna fuerza puramente natural que produjera las llamadas curaciones "milagrosas" y que lo hiciera a través del poder de la oración, al cual él consideraba una fuerza psíquica puramente natural. La prueba de ello está en su famoso libro "L'homme, cet inconnu" ("La Incógnita del Hombre - El Hombre, Ese Desconocido"),13 que apareció publicado por primera vez en francés en 1934, luego en inglés y, posteriormente, en treinta idiomas. Allí se hace referencia, precisamente en este sentido, a varios de los milagros de Lourdes.
Para entonces, habían pasado treinta y dos años desde que Carrel había estado detrás de la camilla de Marie Bailly. En todos esos años, se había entrevistado con sacerdotes una y otra vez. Se reunió con teólogos, o mejor dicho, algunos teólogos lo buscaron a él, con la esperanza de que Carrel les diera una confirmación "científica" de los milagros. Nada de esto parecía haberlo acercado a la fe de su infancia. Entonces, Marie Bailly murió en 1937 a la edad de 58 años.
Al año siguiente, Carrel se topó con un sacerdote, Rector del Seminario Mayor en Rennes, con quien desarrolló rápidamente una relación. El Rector le sugirió ver a un monje trapense, Alexis Presse. El Padre Alexis había pasado una década restaurando y reabriendo abadías en ruinas en toda Francia. En 1939 comenzó a trabajar en una abadía en ruinas en Bouquen, a sólo una hora en automóvil de la residencia de verano de Carrel en Bretaña. Cuando se dirigía con su esposa, Carrel permaneció refunfuñando: "El encuentro con los sacerdotes le hace a uno más daño que bien".
Llegaron. Desde las ruinas vino un monje, el Padre Alexis. Miró a Carrel, quien comenzó a sentir "algo extraño corriendo a través de él". Cuatro años más tarde, en noviembre de 1944, Carrel se moría en París. El mensaje fue enviado al Padre Alexis en Bretaña. El monje abordó un tren militar que transportaba bananas de América a las tropas que seguían combatiendo a los alemanes más allá de París. Llegó justo a tiempo. Carrel pidió los sacramentos antes de morir, el 5 de noviembre de 1944. Eduardo de la Hera hizo una descripción de los conversos que quizá se corresponda con la de Alexis Carrel, un converso de "Nuestra Señora de Lourdes":
"Los conversos son esas personas que, después de haber vivido al margen de toda fe religiosa, un día inolvidable dieron un viraje tan intenso a la trayectoria de su vida que cambiaron de rumbo. Y comenzaron, si se me permite la expresión, a "tomarse en serio a Dios". Dios trastocó sus vidas. En cierto sentido, se las complicó. Alguien pudo ver en ellos a seres sugestionados, alucinados o alienados. Pero no, ellos no se salieron de este mundo: el suyo y el de todos, el único que tenemos. (...) Tampoco se transformaron en fanáticos de lo religioso. Supieron, simplemente, mostrarse coherentes con su verdad y respetuosos con la verdad de los otros."14
Eduardo de la Hera
Esta es la esencia de lo que realmente le sucedió en Lourdes a aquel hombre laureado con el premio Nobel. La totalidad del famoso "Dossier 54" brinda sólo la mitad de la respuesta a la pregunta: ¿Qué ocurrió realmente? La otra mitad no se trata tanto de medicina sino que se enmarca en el plano de la fe católica.
[editar]La Iglesia Católica y la no certificación de la curación como milagro
Por cierto, esta curación no fue reconocida como "milagrosa" por la Iglesia. El caso de Marie Bailly, fue discutido en varias ocasiones en distintos niveles por la Oficina Médica de Lourdes y, finalmente, en París, en su nivel más alto, por el Comité Internacional. Era el año 1964. Se tomó la decisión en contra de la naturaleza milagrosa de la cura. ¿La razón?
Debido a que los primeros médicos que la atendieron no habían considerado la posibilidad de un embarazo psicológico (pseudociesis) –para lo cual se requeriría de más informes psicológicos y psiquiátricos previos a la curación–, el Comité Internacional decidió fallar en contra de la recomendación de considerar a la curación de Marie Bailly para su aprobación eclesiástica como "milagro". Se podría suponer que se trataba de una suposición descabellada. ¿Podrían tantos médicos diagnosticar incorrectamente semejante caso? ¿Podrían todos los médicos equivocarse al momento de palpar la pesada mucosidad del abdomen? Esto, debido a que la peritonitis de Marie Bailly no producía una mucosidad líquida, sino pesada. La palpación puede fácilmente establecer la presencia de esa mucosidad densa y pesada, especialmente cuando se presenta en grandes cantidades. Más aún, ¿a dónde había ido a parar toda esa pesada mucosidad en sólo 30 minutos? Por último, Marie Bailly había superado todas las pruebas psicológicas posteriores a su curación con gran éxito. Ella resultó ser una persona equilibrada, con sentido común y difícilmente impresionable.
Sin embargo, el fallo fue en contra, a fin de excluir la más mínima posibilidad de error en la certificación de ese hecho como "milagroso". Eso, aunque quien firmara en representación de la ciencia médica que se trataba de un hecho inexplicable fuera un Premio Nobel de Fisiología o Medicina.
[editar]Un renacimiento espiritual

En cierto sentido, las contribuciones del Dr. Alexis Carrel en el campo de la medicina no perduraron en el reconocimiento que se les debería, ni siquiera por parte de sus colegas científicos. En el artículo antes mencionado, Julius H. Comroe señaló: "En 1974, antes de iniciar una charla a un grupo de científicos cardiovasculares en su reunión anual, le entregué a cada uno una tarjeta que tenía en la parte superior esta requisitoria: «Sin consultar a nadie, por favor escriba a continuación del nombre de cada persona (mencionada), aquélla que considera fue su mayor contribución a la ciencia biomédica». Seguían cuatro nombres, uno de los cuales era Alexis Carrel. Cuando las respuestas fueron tabuladas, encontré que sólo 7 de los 111 que retornaron sus tarjetas conocían sus grandes contribuciones a la cirujía vascular, 33 sólo conocían sus últimos trabajos sobre cultivos de órganos, y 71 escribieron después del nombre de Carrel: NOADE -nunca oí acerca de él-."11 Sin embargo, el renacimiento espiritual de Alexis Carrel llegó a ser uno de los ejemplos más reconocidos de conversiones en Lourdes.
En su libro póstumo "Viaje a Lourdes", el protagonista lleva el seudónimo de Dr. "Lerrac", que es su apellido al revés, Carrel. Allí, Alexis Carrel escribió:
"Y él se fue a la gruta, a contemplar atentamente la imagen de la Virgen, las muletas que, como exvotos, llenaban las paredes iluminadas por el resplandor de los cirios, cuya incesante humareda había ennegrecido la roca... Lerrac tomó asiento en una silla al lado de un campesino anciano y permaneció inmóvil largo rato con la cabeza entre las manos, mecido por los cánticos nocturnos, mientras del fondo de su alma brotaba esta plegaria:

«Virgen Santa, socorro de los desgraciados que te imploran humildemente, sálvame. Creo en ti, has querido responder a mi duda con un gran milagro. No lo comprendo y dudo todavía. Pero mi gran deseo y el objeto supremo de todas mis aspiraciones es ahora creer, creer apasionada y ciegamente sin discutir ni criticar nunca más. Tu nombre es más bello que el sol de la mañana. Acoge al inquieto pecador, que con el corazón turbado y la frente surcada por las arrugas se agita, corriendo tras las quimeras. Bajo los profundos y duros consejos de mi orgullo intelectual yace, desgraciadamente ahogado todavía, un sueño, el más seductor de todos los sueños: el de creer en ti y amarte como te aman los monjes de alma pura...»

Eran las tres de la madrugada y a Lerrac le pareció que la serenidad que presidía todas las cosas había descendido también a su alma, inundándola de calma y dulzura. Las preocupaciones de la vida cotidiana, las hipótesis, las teorías y las inquietudes intelectuales habían desaparecido de su mente. Tuvo la impresión de que bajo la mano de la Virgen, había alcanzado la certidumbre y hasta creyó sentir su admirable y pacificadora dulzura de una manera tan profunda que, sin la menor inquietud, alejó la amenaza de un retorno a la duda."6
Alexis Carrel
Quizá el número total de curaciones declaradas como milagros sólo sea un dato anecdótico, puesto que la importancia de "Nuestra Señora de Lourdes" viene dada por el renacimiento espiritual de aquellos que a ella acuden.
"Nuestras indagaciones no llegarán nunca a dilucidar el misterio de un renacer espiritual y de los caminos de la gracia. Con todo, puede pretenderse ver cómo se encuadra en su época, cómo la moldea y es moldeado por ella."15
Romano Guardini
[editar]Nuestra Señora de Lourdes y la "unidad de los cristianos"



Rowan Williams.
El 24 de septiembre de 2008, el Arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana Rowan Williams peregrinó al mismísimo Santuario de Nuestra Señora de Lourdes para honrar a la Inmaculada Concepción, predicando ante 20.000 personas en la Eucaristía Internacional.16 En su homilía destacó:
"María se nos presenta aquí como la primera misionera, «el primer mensajero del Evangelio», como la llamó el obispo de Lourdes, Perrier: el primer ser humano que llevó la buena nueva de Jesucristo a otra persona; cosa que hace simplemente llevando a Cristo dentro de sí. Ella nos recuerda que la misión comienza no con la entrega de un mensaje hecho de palabras sino en el camino hacia otra persona con Jesús en el corazón. Ella atestigua la primordial importancia de, sencillamente, llevar a Jesús, incluso antes de que existan las palabras o las acciones para mostrarle y explicarle. (...) Cuando María se le apareció a Bernadette, la primera vez lo hizo como una figura anónima, una hermosa mujer, una «cosa» misteriosa, no identificada aún como la Madre Inmaculada del Señor. Y Bernadette –inculta, carente de instrucción doctrinal– saltó de gozo, reconociendo que allí había vida, que allí estaba la cura. Recordad sus narraciones en las que habla de sus movimientos agraciados y ligeros a las órdenes de la Señora; como si ella, al igual que Juan en el vientre de Isabel, comenzara a bailar siguiendo la música del Verbo Encarnado que lleva su Madre. Sólo poco a poco encontrará Bernadette las palabras para que el mundo sepa; sólo poco a poco, podríamos decir, descubre cómo escuchar a la Señora y referir lo que tiene que decirnos. (...) Los vecinos, los maestros y el clero de la parroquia de Bernadette sabían lo que pensaban que necesitaban saber sobre la Madre de Dios, pero tuvieron que quedar sorprendidos por esta adolescente incapaz de expresarse, inerme e insignificante que había saltado de gozo reconociendo haber encontrado a María como madre, hermana, portadora de su Señor y Redentor. (...) Hoy aquí, con Isabel y Bernadette, decimos con agradecido estupor: «¿Qué he hecho para merecerme que la madre de mi Señor haya venido hasta mí?» Y reconocemos que el deseo de nuestro corazón ha sido satisfecho y lo más profundo de nuestro ser ha sido llevado a una nueva vida."17
Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana
Este hecho fue considerado como muy significativo en orden a la unidad de los cristianos y fue seguido por la visita histórica del Papa Benedicto XVI al primado anglicano el 17 de septiembre de 2010, en ocasión del 50 aniversario del primer encuentro de un Papa y un Arzobispo de Canterbury en los tiempos modernos, el de Juan XXIII y el arzobispo Geoffrey Fisher, en diciembre de 1960.18 A ello a su vez siguió el recibimiento de Benedicto XVI a Rowan Williams en el Vaticano el 18 de noviembre de 2010, poco después de que cinco obispos anglicanos anunciaran su pase a la Iglesia Católica, aprovechando el nuevo ordinariato creado a tal fin por la Santa Sede. En tal ocasión, el Papa Benedicto XVI y Rowan Williams oraron juntos.19 En el sentir de la Iglesia, Nuestra Señora de Lourdes constituye un camino de superación de las divisiones entre los cristianos, en orden al cumplimiento del mandato de Jesús: "Que todos sean uno" (Juan 17, 21).
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Notapor Pachelli 1991 » Dom Mar 04, 2012 7:37 pm

Nuestra Señora de Pontmain
Nuestra Señora de Pontmain (o también llamada Nuestra Señora de la Esperanza), es el nombre que se le dio a la Bienaventurada Virgen María durante sus apariciones en Pontmain, Francia el 17 de enero de 1871.
Durante la guerra entre Prusia y Francia, iniciada por Napoleón III en julio de 1870, las cosas no iban muy bien para los franceses, es en esos días de caos y deseperanza que en un pequeño pueblo en Francia llamado Pontmain la bienaventurada Virgen María hizo sus apariciones.
[editar]La aparición

La aparición de Nuestra Señora de la Esperanza se dio en el seno de la familia Barbedette, la primera se dio a un niño de 12 años llamado Eugene Barbedette, el cual una noche durante la guerra, divisó en una casa vecina que las estrellas arriba de esta se comenzaron a derretir, para posteriormente apreciar una Señora hermosa, la descripción de esta Señora según lo señalado por Eugene era un traje azul radiente profundo, cubierto por estrellas de oro. Las mangas eran blancas y hasta las manos, su pelo era cubiero por un velo negro, en su cabeza una corona de oro.
[editar]
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Notapor isadelscj » Lun Mar 05, 2012 1:23 am

Os dejo el enlace del sitio oficial del bello santuario francés de NUESTRA SEÑORA DE ROCAMADOR

http://www.rocamadour.eu/
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Notapor isadelscj » Lun Mar 05, 2012 1:34 am

Os dejo el enlace del sitio oficial del SANTUARIO DE NOTRE DAME DE LAGUET:

http://www.sanctuaire-laghet.cef.fr/san ... cueil.html

Sanctuaire Notre Dame de Laghet
06340 - La Trinité
Francia
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Ronald La Barrera » Lun Mar 05, 2012 5:10 am

LA VIRGEN DE KNOCK
La noche del 21 de Agosto de 1879 fue la noche elegida por la Virgen para hacer su aparición en la iglesia San Juan Bautista de Knock, condado de Mayo en Irlanda.
Quince personas-hombres mujeres y niños-de edades comprendidas entre 6 y 75 años, contemplaron la aparición durante dos horas bajo una lluvia torrencial, al tiempo que rezaban el Santo Rosario. Si bien ellos estaban mojados, el suelo permanecía seco.
La Santísima Virgen Maria, vestida de blanco, con una hermosa rosa dorada sobre su frente y una corona resplandeciente sobre su cabeza, mostraba su primer milagro.
Vino acompañada, San José a su derecha y San Juan Evangelista a su izquierda. Detrás de ellos y sobre un altar se encontraban una cruz, el Cordero y 6 ángeles.
Su venida a este rincón de Irlanda golpeado por la pobreza y el hambre fue un símbolo de esperanza, consuelo y fortaleza en su desdicha para un lugar en donde el desempleo y la emigración eran moneda corriente.
Hoy Knock es un predio sagrado.
Desde que se tuvo conocimiento por primera vez de la aparición, los peregrinos han continuado viniendo al santuario y se han descrito cientos de curaciones entre enfermos e inválidos que realizaron este viaje de esperanza
En 1979, año del centenario, el Papa Juan Pablo II vino como peregrino. La visita del Santo Padre confirmo la condición del Santuario de Knock como uno de los principales santuarios marianos del mundo. Durante su visita, el Santo Padre se reunió con los enfermos y minusválidos en la Basílica de Nuestra Señora Reina de Irlanda, donde habló y bendijo a unas 2500 personas.
Así la fama de Knock, se ha extendido más allá de las costas de Irlanda. En la actualidad atrae a más de un millón de peregrinos al año.
Ronald La Barrera
 
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Notapor J Julio Villarreal M » Lun Mar 05, 2012 10:29 am

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“Nuestra Señora de las Victorias”, Francia.


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“Nuestra Señora de las Victorias”


En la parroquia de Nuestra Señora de las Victorias, en París, el P. Carlos Eléonor des Genettes, por inspiración divina, fundó en 1836 la Archicofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de María, para la conversión de los pecadores, punto de partida de una milagrosa renovación espiritual en su feligresía, dentro de todo un plan divino para promover la devoción al Inmaculado Corazón de María que continuaría desarrollándose a través de los años.

La victoria de la Cristiandad en Lepanto (1571) se debió especialmente a la extraordinaria protección de Nuestra Señora, razón por la cual el Papa San Pío V estableció la fiesta de la Virgen de las Victorias, en honor a la imagen que llevaba don Juan de Austria para inspirar a sus huestes.

En el mes de diciembre de 1629 los Padres Agustinos de París colocaron la piedra fundamental de una iglesia conventual, cuyas obras fueron financiadas por el propio Luis XIII, poniéndola bajo la advocación de Nuestra Señora de las Victorias por los recientes triunfos que habían posibilitado la unidad del reino.

Uno de los hermanos legos del convento, el hermano Fiacre, oraba ante Nuestra Señora por el nacimiento del Delfín heredero al trono, esperado hacía 15 años: Louis Diedonné, futuro Luis XIV. El mismo hermano Fiacre, a su regreso de una peregrinación a Savona (Italia), comenzó a invocar a Nuestra Señora de las Victorias bajo el vocablo "Refugio de los Pecadores".

Una iglesia en París
Pasaron los años y ante la falta de Fe que imperaba en Francia, uno de los hermanos legos del convento comenzó a implorar a la Virgen Santísima por un heredero al trono que siguiera la obra de consolidación del soberano y así fue que el 5 de septiembre de 1638 nació en Saint-Germain-en-Laye Luis XIV, el futuro Rey Sol, ansiosamente esperado desde hacía casi dos décadas.

En los nefastos días de la Revolución Francesa, el templo y el convento contiguo fueron cerrados para ser convertidos en Mercado de Valores, una afrenta propia de los artífices del terror que se apoderó del país en 1789.
Napoleón, en su intento de congraciarse con el pueblo simuló una aproximación a la Iglesia y permitió, entre otras cosas, que en los primeros años del siglo XIX Nuestra Señora de las Victorias fuese elevada a parroquia. Sin embargo, el daño ocasionado por el despótico gobierno de la guillotina era inmenso y los habitantes del vecindario tardaron mucho en demostrar piedad y fervor religioso.

Imagen


Señal del cielo
Con la llegada del P. Carlos Eléonor des Genettes, el 27 de agosto de 1832, todo pareció cambiar.

Al domingo siguiente de asumir como párroco, el sacerdote comprobó asombrado que los concurrentes a Misa solo eran cuatro. Eso y las escasas 720 comuniones que distribuyó ese año, lo llevaron a un estado de desánimo que se extendió por cuatro años y medio en los que, pese a sus esfuerzos por atraer fieles, poco y nada ocurrió.
El 3 de diciembre de 1836, mientras celebraba la Misa, el padre Genettes exclamó de golpe, casi sin proponérselo: “Judica me” (¡Juzgame, oh Señor!) mientras se preguntaba en su interior: “¡¿Acaso existe un sacerdote más fracasado que yo?!”. Al iniciar la Consagración, intentó recogerse por todos los medios pero, todavía turbado, suplicó al Altísimo que lo librara de aquellas distracciones para ofrecer el Santo Sacrificio en estado digno. Y entonces, una voz clara y solemne le respondió: "Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María". Tan fuerte impactaron esas palabras que, profundamente emocionado, el sacerdote cayó de rodillas agradeciendo al cielo. Decidió entonces dar forma a una asociación religiosa a través de la cual trabajaría por la conversión de los pecadores invocando al Inmaculado Corazón de María. Y tal fue su entusiasmo que, en ocho días, tuvo redactados y aprobados los estatutos por el Arzobispo de París.

La conversión tan extraordinaria que hubo en la Parroquia de Nuestra Señora de las Victorias y el rápido crecimiento de la Archicofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de María para la conversión de los pecadores, fue la segunda manifestación mariana después de Rue du Bac (Medalla Milagrosa), en la perspectiva de un plan divino para promover la devoción al Inmaculado Corazón de María que continuaría desarrollándose a través de los años, en particular a partir de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima en 1917.

El milagro de Santa Teresita
En 1883, cuando solo tenía 10 años, Santa Teresita de Lisieux estaba a punto de morir. Su padre, profundamente angustiado, envió una donación a la Virgen de las Victorias para que hicieran una novena de Misas por su salud y cumplida la misma, la niña se curó. Sta. Teresa atribuyó, lo que llamó "el milagro" de su curación.
En nuestro país, la iglesia Nuestra Señora de las Victorias, profanada en junio de 1955, conserva intacto su rico historial y su patrimonio artístico y religioso, destacando las bellas imágenes de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, el Sagrado Corazón de Jesús y Santa Teresita de Lisieux.

Aquí se inauguró la adoración nocturna al Santísimo Sacramento el 6 de diciembre de 1848.
En 1927 Nuestra Señora de las Victorias fue erigida como basílica.


Enlaces de “Notre Dame des Victoires”

http://www.corazones.org/maria/victoria ... senora.htm

http://www.cruzadadelrosario.org.ar/mar ... torias.htm

http://www.cuapa.com/nuestra_senora_de_ ... torias.htm

http://www.notredamedesvictoires.com/in ... pagnol.htm



J. J. V. M.
“Que el manto de “Nuestra Señora de las Victorias” nos llene de amor, salud, seguridad y paz”.
J. J. V. M.
"Qué el Espíritu Santo nos ilumine el camino y la Santísima Virgen María nos cubra y proteja con su manto".
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Mar 05, 2012 11:08 am

Nuestra Señora de PontmainPontmain, Francia

Nuestra Señora de Pontmain, llamada Nuestra Señora de la Esperanza, es el nombre que se le dio a la Bienaventurada Virgen María durante sus apariciones en Pontmain, Francia el 17 de enero de 1871.

En un pequeño pueblo en Francia llamado: Pontmain, Virgen María fue donde se aparecio.

Estaban en guerra entre Prusia y Francia, iniciada por Napoleón III en julio de 1870, las cosas no iban muy bien para los franceses, pidiendo a la Virgen Maria su ayuda.

La aparición de Nuestra Señora de la Esperanzafue en la casa de la familia Barbedette, a un niño de 12 años llamado Eugene Barbedette. Una noche durante la guerra, vió que las estrellas arriba de la casa de una vecina comenzaron a derretir, para posteriormente apreciar una Señora hermosa, la descripción de la Virgen María, era de traje azul radiente profundo, cubierto por estrellas de oro. Las mangas eran blancas y hasta las manos, su pelo era cubiero por un velo negro, en su cabeza una corona de oro.

De alli surgio el Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Christian Bernabe » Lun Mar 05, 2012 11:09 am

NUESTRA SEÑORA DE KERIZINEN

En este lugar de Francia se aparece María el 15 de setiembre de 1938 a Juana Luisa Ramonet, de 28 años. En total, fueron 70 apariciones: 43 de María, 11 de Cristo, 15 de Jesús y María juntos y una de la Sagrada Familia. En 1952 surgió una fuente de agua en el lugar de las apariciones. En cuatro oportunidades, ha habido fenómenos extraordinarios en el sol, vistos por muchísimas personas. También se habla de curaciones milagrosas. María insiste en el rezo del rosario. Dice: “Mis hijos no quieren comprender mis advertencias, pero las horas de los grandes sufrimientos están próximas, si los hombres no vuelven a Dios. Hay en el mundo una batalla espiritual que muchos ignoran. Un ataque satánico de los más terribles asalta a la Iglesia. En un último esfuerzo, unid vuestras plegarias, vuestras penitencias y vuestras lágrimas a mi corazón doloroso, entristecido por la vista de tantas almas que se pierden y del estado de la Iglesia, herida interior y exteriormente.
La Iglesia atraviesa en la actualidad una crisis terrible, pero tened confianza. Lo que parece ser la etapa más sombría de la Iglesia, está a punto de convertirse en su triunfo más destacado. El momento que vais a vivir será uno de los más graves de la historia del mundo y de la Iglesia. Al final, el triunfo de la Iglesia será verdaderamente milagroso. Habrá una nueva generación de santos, humildes, apóstoles celosos y verdaderos ministros de Dios. El triunfo vendrá por medio de mi Corazón Doloroso e Inmaculado y reinará el Corazón de Jesús en el mundo, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor, el vicario de Cristo. Yo deseo ser honrada e invocada con el nombre de Nuestra Señora del Rosario, la señal victoriosa de todas las grandes victorias de la cristiandad. Uníos, hijos míos, de un extremo al otro del mundo por medio de esa arma poderosa y eficaz del santo rosario, por esta bendita cadena, que une la tierra y el cielo, y yo seré para vosotros la Madre de misericordia, la paloma de la reconciliación ante la divina justicia, para poner fin a los males que padece en la actualidad la humanidad... Comprended mis advertencias y mis lágrimas no como una amenaza, sino como una señal de la misericordia de Dios”.
Christian Bernabe
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Christian Bernabe » Lun Mar 05, 2012 11:11 am

Nuestra Señora de Walsingham, la Nazaret de Inglaterra

Aunque el santuario de Nuestra Señora de Walsingham sea de origen medieval, 1997 marca el centenario del retorno de la devoción en ese conocido centro mariano de Walsingham, en Norkfolk, Inglaterra.

El “Nazaret de Inglaterra” es un lugar santo que goza de gran estima entre los cristianos del país.

Según la leyenda, una viuda rica de la nobleza, Lady Richedis, es quien lo construyó.

Un manuscrito del siglo XV relata “la balada de Walsingham” y explica cómo la noble viuda deseaba honrar a Nuestra Señora: María le respondió pidiéndole que construyera una capilla y la condujo “en espíritu” a Nazaret para mostrarle el lugar donde el arcángel Gabriel la había saludado y después la hizo que tomara las medidas de la casa para que pudiera reproducirlas en Walsingham.

La Virgen María le explica también que en ese lugar el pueblo celebraría la Anunciación, fuente de la Redención de la humanidad y que ella encontraría ayuda para todo lo que necesitaría.

Tres veces Lady Richedis tuvo tal visión y escuchó esta petición. Eso confirmó su deseo de hacerle construir una capilla. Sin embargo, las dimensiones relativas a la construcción no le parecían claras ni a ella ni a los constructores. Viendo que estos no avanzabn en los trabajos, Lady Richedis pasó la noche en oración.
Los ángeles terminaron la construcción de la capilla de Walsingham

Sus súplicas recibieron una respuesta inmediata ya que Nuestra Señora hizo que los ángeles terminaran la construcción en el lugar que ella quería, aproximadamente a unos 200 pies de donde los obreros habían comenzado los trabajos.

A través de los años, varios milagros fueron atribuidos a N.S. de Walsingham, incluido el que salva al rey Eduardo I de la caída de una pared de cemento.
En el siglo XIV, la Casa milagrosa de Norfolk fue sustituida por la Casa Santa de Loreto, en Italia, cerca de Ancona. Según una leyenda, la casa natal de la Virgen en Nazaret habría sido transportada por los ángeles de Palestina a Fiume (antes en Yugoslavia). Como no conseguían atraer atención y veneración, los ángeles la transportaron sin éxito a otros dos lugares, cerca de Recanati, en Italia. Finalmente, en 1295, la Casa Santa de María fue llevada a Loreto, cerca del Mar Adriático.

Finalmente, la basílica histórica de Walsingham fue erigida entre el siglo XV y XVI.

Cuando la revuelta protestante se amplificó, el fervor y la devoción a María bajó en Inglaterra. Hasta ese momento Walsingham había sido un lugar de peregrinación popular.

En 1534, el prior y los canónigos de Walsingham firmaron el Acta de Supremacía convirtiéndose así en los primeros a someterse bajo la autoridad de Enrique VIII. Durante los siglos venideros, el santuario se deteriora y su gloria de antaño fue completamente olvidada.

En el siglo XIX, la devoción a Nuestra Señora de Walsingham vuelve a renacer

En el siglo XIX una rica señora inglesa, Charlotte Boyd, comienza la restauración del santuario de la misma manera que antes, en el siglo XVI otra dama rica lo había hecho.

Para los peregrinos que viajan de Londres a Walsingham la última estación es una capilla situada aproximadamente a una milla y conocida como la Slipper Chapel (capilla de la pantufla) porque los peregrinos se quitaban los zapatos antes de caminar la última milla, y llegaban al santuario descalzos.

El pequeño edificio del siglo XIV servía de establo a los animales antes que Charlotte Boyd no hubiese tenido la idea de restaurarlo. Antes que su plan se concretizara, ella se convirtió al catolicismo y hacia 1890 compra la capilla y la regala a la Abadía de Downside.

La Cofradía Nuestra Señora de la Redención tomó a su cargo la restauración de una estatua esculpida de la Virgen con el Niño y fue colocada en su lugar de honor. Esta se encuentra hoy en King’s Lynn.

Hace más de un siglo (el 20 de agosto de 1897) una procesión de peregrinos, que va de King’s Lynn a la “capilla de la pantufla” marca el regreso de la devoción pública en Nuestra Señora de Walsingham.

Sin embargo, durante más de una generación la Iglesia católica muestra poco entusiasmo por el santuario. Se da como razón que durante el siglo XIX muchos católicos de Inglaterra y de Irlanda no apoyaban las tentativas del Cardenal Manning y de otros para promover las devociones públicas, procesiones, etc. Los fieles estaban acostumbrados a ser más reservados en la manifestación de la oración y consideraban tales prácticas como importaciones extranjeras.

Un santuario mariano con vocación ecuménica


La amplitud del proyecto anglicano suscita un despertar de los Católicos y estos multiplican sus esfuerzos para animar la devoción a Nuestra Señora de la Pantufla. Actualmente el santuario católico se ha desarrollado mucho, sobre todo después de la construcción de la capilla de la Reconciliación.

Hoy los dos santuarios con sus hoteles respectivos son muy populares y muy frecuentados.

Antes, anglicanos y católicos no reconocían públicamente su existencia respectiva en Walsingham. Las señales de la vieja ciudad indicaban “Santuario de N.S. de Walsingham., en una dirección y “Santuario de la Redención”, en otra.

Después las cosas cambiaron y hace ya unos quince años, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Inglaterra, celebró la misa en una iglesia de Wembley donde un cuadro de la Virgen Walsingham estaba sobre el altar.

El cuadro fue colocado conjuntamente por el director del santuario católico y la administración del santuario anglicano.

Después de eso, anglicanos y católicos se reconocieron recíprocamente en sus publicaciones y en sus actividades.

Las relaciones ecuménicas, debido un poco a motivos de celos, fueron algo tensos durante un momento , pero ahora se vive un periodo de calma. El actual administrador anglicano, Martin Warner, considera el estado de las cosas actuales como “raíces que se hunden durante el invierno”. Es optimista y cree que se dará un entendimiento cordial entre las iglesias católicas y protestantes.
Algunos católicos ingleses constatan una dificultad en lo que concierne a la doctrina y a la devoción marianas.

Hoy, la Iglesia católica tiene una generación de sacerdotes y de profesores que ha recibido poca formación en mariología y practica sólo una devoción simbólica a Nuestra Señora, sin embargo, se espera que los profesores y sacerdotes yendo a Walsingham o a otros sitios marianos puedan hablar con fervor a los fieles cuyo corazón desborda de fe y de amor por la Madre de Dios.
Numerosas celebraciones han tenido lugar en el santuario de Walsingham. Un nuevo vitral sobre la Anunciación, realizado por Alfred Fisher, ha sigo agregado en la “Capilla de las Pantuflas” . Otro fue ofrecido por la Cofradía de Nuestra Señora de la Redención.
Nuestra Señora del Mar, “Stella Maris”

Para marcar esas donaciones impotartes, un año de liturgias especiales, conciertos, espectáculos fue inaugurado, algunos de tema mariano.
Nuestra Señora de Walsingham es conocida bajo el nombre de “Virgen del Mar”. Una leyenda medieval cuenta que ella socorre a los marinos en peligro. La hostelería de los peregrinos anglicanos lleva el nombre de “Stella Maris”, Estrella del mar. Es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen.

Walsingham que está a algunas millas de la costa de Norkfolk, es un lugar de oración y de sanaciones, representa la salvación ante las tempestades y naufragios, y ofrece las aguas calmas de un puerto tranquilo frente a todas las pruebas.
Christian Bernabe
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Christian Bernabe » Lun Mar 05, 2012 11:21 am

Nuestra Señora de Laus (Francia)

Reconocidas oficialmente las apariciones de Nuestra Señora de Laus

El 4 de mayo, monseñor Jean-Michel di Falco Léandri, obispo de la diócesis de Gap y de Embrun, Francia, reconoció oficialmente el carácter sobrenatural de las apariciones de la Virgen a Benoîte Rencurel, en el Santuario de Laus, en los Altos Alpes

La proclamación del reconocimiento oficial de las apariciones de la Virgen tuvo lugar en una misa presidida por monseñor di Falco Léandri, que ha firmado el decreto de reconocimiento.

Durante la Misa, Mons. di Falco recordó que éstas son las primeras apariciones marianas reconocidas oficialmente en el siglo XXI por el Vaticano y la Iglesia de Francia, en los Altos Alpes. Es la primera vez que un acontecimiento tan singular ocurre desde las apariciones de Lourdes en 1862.

La homilía estuvo a cargo de monseñor Georges Pontier, arzobispo metropolitano de Marsella.

«Desde los primeros meses que siguieron a las apariciones, los peregrinos llegaron en gran número. Pero el reconocimiento no se había hecho», explica monseñor di Falco.

El Santuario se ha desarrollado en torno a la Basílica, edificada en el lugar en el que la Virgen María se apareció a una pastora de 17 años, Benoîte Rencurel, de 1664 a 1718, en una aldea aislada en la falda de la montaña, a 900 metros de altura, según indica el sitio web del Santuario.

Este centro espiritual de la diócesis de Gap se ha convertido con los siglos en una meta de peregrinación más allá incluso de las fronteras francesas.

Durante cuatro meses, cada día, Benoîte llevaba a su rebaño cerca del lugar donde encontró a la «Bella Señora». Esta le reveló: «Soy la Señora María, la Madre de Jesús» y la preparó a convertirse en testigo de la gracia de la conversión.

A partir del otoño, la Virgen María la saluda en la aldea de Laus, frente a Saint-Étienne. Le pide entonces la construcción de una iglesia, con una casa para los sacerdotes. El objetivo de esta iniciativa que tomará cuerpo rápidamente es atraer a los cristianos deseosos de vivir un camino de conversión, especialmente por el sacramento de la confesión. Benoîte se convierte entonces en miembro de la Tercera Orden dominica.

Benoîte, en el siglo de Luis XIV, del jansenismo y de las guerras de religión fue durante 51 años «uno de los resortes más escondidos y más potentes de la historia de Europa», según decía Jean Guitton, escritor y filósofo, dado que ella no sabía leer ni escribir.

Desde los orígenes de las peregrinaciones, las curaciones físicas y morales fueron reconocidas en gran número, especialmente por las unciones del aceite de la lámpara del Santuario aplicadas con fe, según el consejo que la Virgen María misma ofreció a Benoîte.

Ésta murió a los 71 años, reconocida por todos como una santa por el fervor de su oración, su paciencia y su dulzura en la acogida a los peregrinos, y su obediencia a la Iglesia.


El mensaje de la Virgen

Benita Rencurel nació el 16 de septiembre de 1647en Saint-Étienne d´Avançon (Alpes del sur – Francia), su padre falleció cuando tenía 7 años. Nunca aprendió a leer ni escribir y su única instrucción era el sermón de la Misa dominical

Un día de mayo de 1664, Benita, que trabajaba de pastora para unos campesinos vecinos, estaba rezando el Rosario cuando ve a una hermosa Señora sobre un peñasco que lleva de la mano a un niño de belleza singular. "¡Hermosa Señora! –le dice–, ¿Qué estáis haciendo ahí arriba? ¿Queréis comer conmigo? Tengo algo de pan bueno, lo remojaríamos en la fuente". La Señora sonríe ante su sencillez, pero no le dice nada. "¡Hermosa Señora! ¡Podríais darnos por favor a ese niño, que tanto nos alegraría?". La Señora sonríe de nuevo sin responder. Después de permanecer algún tiempo con Benita, toma a su niño en brazos y desaparece en una cueva.

Durante cuatro meses, la Señora se muestra todos los días, conversando con gran familiaridad con la joven, educándola para su futura misión. Benita cuenta sus visiones a la dueña del rebaño, quien en un principio no le cree, pero que una mañana la sigue en secreto hasta el pequeño valle de Fours. Una vez allí, no consigue ver a la Señora, pero oye las palabras que ésta dirige a Benita. La aparición pide a Benita que advierta a su dueña de los peligros que corre su alma: "Tiene una mancha en la conciencia. Que haga penitencia". Afectada por aquello, ésta se corrige, vuelve a frecuentar los sacramentos y vive el resto de sus días muy cristianamente.

El 29 de agosto, Benita pregunta a la visitante cómo se llama, y ella le responde: "Mi nombre es María".

Durante el invierno de 1664-1665, Benita sube hasta Laus muy a menudo, donde ve cada vez a la Virgen, quien le recomienda "rezar continuamente por los pecadores". La noticia de las apariciones se propaga entre los aldeanos, gracias a las veladas de las noches de invierno.

El 18 de septiembre de 1665, cuando Benita tiene dieciocho años, las apariciones y la peregrinación son reconocidas oficialmente por parte de la autoridad diocesana y, a partir del otoño de ese año, empieza la construcción de una iglesia para poder acoger a los peregrinos, que cada vez son más numerosos.

Nuestra Señora se revela en Laus como reconciliadora y refugio de los pecadores, y por eso aporta señales para convencer a éstos de la necesidad de convertirse. La Virgen anuncia entonces a Benita que el aceite de la lámpara de la capilla (que arde ante el Santo Sacramento) obrará curaciones en los enfermos que se lo apliquen, si recurren con fe a su intercesión.

Benita se tomó en serio la misión recibida de la Virgen y se dedica a preparar a los pecadores para que reciban el sacramento de la Penitencia. Por eso anima con frecuencia a los dos sacerdotes adscritos al santuario a recibir a los peregrinos con dulzura, paciencia y caridad, empleando una bondad especial para con los más pecadores a fin de incitarlos al arrepentimiento.

La Virgen le pide a Benita que amoneste a las mujeres y a las muchachas de vida escandalosa, especialmente las que cometen aborto, a los ricos injustos o perversos, a los sacerdotes y religiosos infieles a sus compromisos sagrados.

Entre 1669 y 1679, Benita es bendecida con cinco apariciones de Cristo, que se le revela en un estado de sufrimiento. Un viernes de julio de 1673, Jesús ensangrentado, le dice: "Hija mía, me muestro en este estado para que participes de los dolores de mi Pasión".

Después de más de dos décadas de sufrimientos y constantes apariciones de la Virgen, Benita recibe el la Comunión el día de Navidad de 1718 y tres días más tarde se confiesa y recibe la Unción. Hacia las ocho de la noche, Benita se despide de los que la rodean y, luego, tras besar un crucifijo y con la vista mirando al cielo, fallece en paz.
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Notapor Christian Bernabe » Lun Mar 05, 2012 11:26 am

Nuestra Señora de Puy, Reina de Francia

Según el historiador y canónigo Fayard, un 11 de julio del siglo III, la Virgen se le apareció sobre un dolmen de Puy en Velay a una viuda que sufría de una fuerte fiebre.

La Madre de Dios le pidió a la mujer que fuera al Monte Anís, llamado también roca Corneja, y que se tendiera sobre una losa megalítique. La viuda se levantó de ahí curada. La Virgen le pide, entonces, construir allí una iglesia, que luego se volvió uno de los más antiguos santuarios dedicados a la Madre de Dios.

Después de una segunda intervención milagrosa Virgen María, San Vosy, evangelizador de Velay, hizo construir la primera iglesia, a finales del siglo V. Este santuario será rápidamente muy frecuentado, como lo indica en 591 un texto de Gregorio de Tours. Carlomagno y numerosos reyes de Francia, vendrán a confiarse a la Virgen negra. En 1051, en una Bula, el Papa San León IX escribe: "En este santuario del Monte Anís La Bienaventurada Virgen María recibió un culto especial y filial de honor, veneración y amor de la mayoría del fieles de toda la Galia."
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Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Mar 05, 2012 11:26 am

Nuestra Señora de Walsingham Norfolk, Inglaterra


Nuestra Señora de Walsingham, se festeja en Fiesta: Norfolk, Inglaterra, el 24 de septiembre

El santuario de Nuestra Señora de Walsingham fue fundado en 1061 y destruido durante la Reforma.

El Santuario católico, está al sur de Walsingham, en un caserío llamado Houghton St. Giles. Walsingham está a 5 millas de Fakenham.

Existe otro Santuario que es anglicano, pero del que estamos hablando es el católico

HISTORIA:
Fue fundado en 1061, cuando el noble Richeldis tuvo una visión en la que se le apareció la Virgen María y le pidió que construyera una réplica de su casa en Nazaret. Por lo que es llamado a este Santuario el «Nazaret británico». Desde tiempos medievales se convirtió en lugar de peregrinación, especialmente cuando viajar a Roma o Santiago era casi imposible para la mayoría.

En 1538, el Santuario fue destruido por la "Reforma". La imagen de la Virgen María, fue llevada a Londres con otras imágenes para ser quemada.

El lugar quedó desolado por largo tiempo. En el 1934 se restauró una de las Capillas en el camino de los peregrinos, la «Slipper Chapel» en el Siglo XIV, que había sido usada como establo. En 1934, los obispos católicos ingleses declararon la Capilla Santuario Nacional y se renovaron las peregrinaciones.

El 15 de agosto de 1954, el Delegado Papal, Arzobispo O'Hara coronó la nueva imagen de Nuestra Señora de Walsingham.

En el año 2003 se demostró, después de un censo, que el Santuario de Walsingham es el más visitado de Inglaterra.
[
b]Mucho feligreses en el Santuario, solicitan el Sacramento del Perdón y de la Unción de los Enfermos.
[/b]
La cofradía de Nuestra Señora de Ransom, celebrada el mismo día, 24 de septiembre ya que está asociada a este Santuario.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Notapor Christian Bernabe » Lun Mar 05, 2012 11:31 am

MADRE DE LA ESPERANZA, Madre de la oración.

Pontmain, Francia, 1871

Fiesta: 17 de enero

Antes de las apariciones ya existía la advocación y una Archicofradía de Nuestra Señora de la Esperanza en Saint-Brieuc, Francia, pero fue por las apariciones en Pontmain que alcanzó popularidad.

Mensaje de la Virgen:

"rezad, hijos míos, Dios les escuchará pronto, mi Hijo se deja mover a la compasión"

Gracias a la oración, la Virgen concede la paz.

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Desde el 19 de Julio de 1870, Francia y Prusia (Actual Alemania) entran en guerra. Anteriormente el Kaiser Wilhelm I había hecho la guerra contra Dinamarca (1865) y Austria (1866). El ejército pruso avanzaba, victoria tras victoria. La situación era tan mala que el ejército francés comenzó a reclutar jóvenes sin experiencia militar de la zona cercana a la línea de defensa. Antes que los jóvenes de Pontmain se fuesen, el párroco los confesó, celebró la santa misa y recibieron la comunión.

A mediados de enero del 1871 el ejército pruso dominaba dos terceras partes de Francia y estaba a pocas millas de la villa de Pontmain (unos 500 habitantes). En la zona se desató una epidemia El 17 de enero, a eso de las 12:30, hubo un terremoto en Pontmain. Todo iba mal. La gente escondía sus pertenencias para evitar que cayesen en manos de los prusos. Decían desesperados: "Para qué rezar. Dios no nos oye".

El Padre Guerin, que había sido el párroco por 35 años y había reconstruido la iglesia destruida por la Revolución Francesa, pidió a los niños que oren a la Virgen por protección. Entre esos niños había dos hermanos muy piadosos. Ellos comenzaron el martes, 17 de enero, sirviendo de monaguillos en la Misa, recitando el rosario y haciendo las estaciones de la cruz por las intenciones del hermano mayor que había sido reclutado por el ejército francés. Esa noche misma noche uno de los hermanos, Eugenio Barbadette, de 12 años de edad, salía del establo de su familia cuando vio en el cielo una hermosa señora, en el aire, unos 20 pies por encima de los techos. La señora tenía un vestido azul oscuro cubierto de estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro. Sus brazos extendidos como en la medalla milagrosa pero sin los rayos. Eugenio se quedó mirándola con asombro por unos 15 minutos. Cuando su padre y su hermano de 10 años, José, salieron del establo, Eugenio grito: "¡Miren allí! ¡Encima de la casa! ¿Qué ven?" José describió a la Señora tal cual como lo hizo Eugenio. Pero el padre no la vio y les ordenó con severidad que regresen al establo a preparar el alimento de los caballos. Sin embargo, un poco después, el padre les dijo que salgan y miren de nuevo. Otra vez la vieron. José repetía: "¡Qué bella es!, ¡Qué bella es!" La madre de los niños, Victoria Barbadette, vino entonces y le dijo a José que se callara porque estaba llamando la atención de los vecinos. Sabiendo que los niños eran honestos y no mentían, ella dijo: "Es quizás la Virgen Santísima quien se os aparece. Ya que la ven, recemos cinco padrenuestros y cinco avemarías en su honor".

Después de recitar las oraciones en el establo, para no llamar la atención, la Señora Barbadette preguntó a sus hijos si todavía veían a la Señora. Cuando dijeron que sí, ella fue a buscar sus lentes y regresó con su hermana Louise, pero ninguna de las dos vio a la Señora. Entonces la Sra. Barbadette acusó a sus hijos de mentirosos.

La Sra. Barbadette llamó a las hermanas religiosas y le advirtió a sus hijos: "Las hermanas son mejores que ustedes. Si ustedes ven, ellas ciertamente también verán." La hermana Vitaline no pudo ver a la Virgen pero ella sabía que los niños eran honestos. Entonces fue a la casa de un vecino y le pidió a dos niñas pequeñas, Francoise Richer (11 años) y Jeanne-Marie Lebosse (9) que fueran con ella. Las niñas vieron a la Virgen y la describieron igual que los niños.

Llega entonces la Hermana Marie Edouard y al escuchar lo que decían las niñas, fue a buscar al Padre Guerin y a otro niño, Eugenio Friteau (6 años y medio). Eugenio también vio a la Virgen. Para entonces había unas 50 personas reunidas. Agustín Boitin, un niño de sólo 25 meses quiso alcanzar la Virgen y dijo: "¡El Jesús! ¡El Jesús!" Sólo estos seis niños podían ver a la Virgen. Los adultos no podían ver a la Virgen pero sí las tres estrellas que aparecieron junto a la Virgen.

Un halo se formó alrededor de la Virgen. Cuatro velas aparecieron, 2 a la altura del hombro y dos a la altura de la rodilla. Una pequeña cruz roja, del tamaño de un dedo apareció sobre el corazón de la Virgen.

La Virgen se puso triste porque la gente no creía a los niños y en vez estaban discutiendo. Entonces el padre Guerin les pidió que se callaran y rezaran. Dijo: "Si solo los niños la ven es porque ellos son mas dignos que nosotros" La gente se arrodilló y rezaron el rosario. La expresión de la Virgen demostraba que ella estaba atenta a las oraciones. Gradualmente esto causó que la Virgen apareciera mas alta y bella.

Rezaron el rosario y el Magnificat. Gradualmente apareció bajo los pies de la Virgen un mensaje en letras doradas que los niños deletrearon en voz alta:
"Pero, Recen mis hijos"

La Hermana Marie Edouard entonces dirigió a los presentes en el canto de las letanías de la Santísima Virgen. El mensaje continuó:
"Dios pronto os concederá lo que piden"


Llegó la noticia de que el ejército enemigo estaba en Laval, muy cerca de Pontmain. El mensaje del cielo continuó:
"Mi Hijo se deja conmover"

Cuando los niños anunciaron este mensaje, el Padre Guerin le pidió a todos que cantaran un himno de alabanza. La Hermana Marie Edouard dijo, "¡Madre de Esperanza, tan dulce nombre, protege nuestro país, ruega por nosotros, ruega por nosotros!" Los niños exclamaban: "¡Que bella es!!"

Al final del himno, el mensaje desapareció. La gente entonces cantó un himno de arrepentimiento y reparación a Jesús.

Entonces lo niños exclamaron: "¡Miren, se está poniendo triste otra vez!"

Frente a la Virgen apareció un crucifijo color de sangre. Encima de este, una inscripción en letras mayúsculas y rojas con un fondo blanco: "JESUCRISTO". La Virgen miraba a la Cruz y sus labios temblaban de emoción. José recordó ese momento toda su vida y escribió: "Unos meses mas tarde vi a mi propia madre sobrecogida de dolor por la muerte de mi padre". Uno sabe cuanto esa escena puede afectar el corazón de un niño. Sin embargo, recuerdo que pensé que la angustia de mi madre no era nada en comparación con la de la Virgen María.

Mientras rezaban llegó un carretero con la noticia de que los prusos habían tomado la cercana ciudad de Laval. La gente respondió, "Aun si (los prusos) estuviesen a la entrada del pueblo, ya no debemos temer!"

A las 8:30 p.m., la gente cantó, "Ave, Maris Stella," y el crucifijo desapareció. Ella de nuevo sonrió y dos pequeñas cruces aparecieron sobre sus hombros. Ella bajó sus manos y un velo blanco la fue cubriendo desde los pies hasta la corona. Alrededor de las 8:45 p.m., los niños dijeron: "ha terminado".

Durante el tiempo preciso de la aparición, el general pruso Von Schmidt, que estaba listo para arrasar con el pueblo de Laval en dirección a Pontmain, recibió órdenes del alto mando de no tomar la ciudad. La invasión de la Bretaña nunca se efectuó ya que el 28 de enero, 11 días después de la aparición, se firmó el armisticio entre Francia y Prusia. La intercesión milagrosa de la Madre trajo la paz. Los 38 soldados de Pontmain regresaron sin un rasguño.

Los dos niños, Eugenio, 12, y José, 10, se hicieron sacerdotes; una de las niñas Jean-Mary Lebossé se hizo monja, y la otra, Francisca, maestra. Los niños sufrieron agravios. Jeanne-Marie, el 10 de marzo de 1871 el general Charette fue a verla, desenvainó su espada y, presionándola contra el cuerpo de la niña, le dijo: "Si mientes, hija, te voy a matar. Tu no viste nada". Ella respondió: "Pero no puedo decir que no vi nada". Mas tarde un monseñor amenazó a los videntes y los impresionó haciéndoles creer que eran culpables de un sacrilegio. Pero la Iglesia reconoció la aparición.


Aprobación eclesiástica

En la fiesta de la Purificación, 2 de febrero, 1872, el obispo Wicart de la diócesis de Laval, publicó una carta pastoral otorgando aprobación canónica a la aparición.
El Papa Pío XI concedió la misa y el oficio en honor a Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain.
La Virgen fue coronada solemnemente por el Cardenal Verdier, Arzobispo de París el 24 julio de 1934.
En la actualidad hay una Basílica de Nuestra Señora de la Esperanza en Pontmain.
Esta aparición demuestra el poder de la oración de intercesión hecha con la humildad y sencillez de los niños.
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Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Mar 05, 2012 11:38 am

Nuestra Señora de Laus Francia

Son reconocidas oficialmente las apariciones de Nuestra Señora de Laus, en Fracia.

El 4 de mayo, monseñor Jean-Michel di Falco Léandri, obispo de la diócesis de Gap y de Embrun, Francia, reconoció oficialmente el carácter sobrenatural de las apariciones de la Virgen a Benoîte Rencurel, en el Santuario de Laus, en los Altos Alpes

La proclamación del reconocimiento oficial de las apariciones de la Virgen tuvo lugar en una misa presidida por monseñor di Falco Léandri, que ha firmado el decreto de reconocimiento.

Durante la Misa, Mons. di Falco recordó que éstas son las primeras apariciones marianas reconocidas oficialmente en el siglo XXI por el Vaticano y la Iglesia de Francia, en los Altos Alpes. Es la primera vez que un acontecimiento tan singular ocurre desde las apariciones de Lourdes en 1862.

La homilía estuvo a cargo de monseñor Georges Pontier, arzobispo metropolitano de Marsella.
«Desde los primeros meses que siguieron a las apariciones, los peregrinos llegaron en gran número. Pero el reconocimiento no se había hecho», explica monseñor di Falco.

El Santuario se ha desarrollado en torno a la Basílica, edificada en el lugar en el que la Virgen María se apareció a una pastora de 17 años, Benoîte Rencurel, de 1664 a 1718, en una aldea aislada en la falda de la montaña, a 900 metros de altura, según indica el sitio web del Santuario.

Este centro espiritual de la diócesis de Gap se ha convertido con los siglos en una meta de peregrinación más allá incluso de las fronteras francesas.

Durante cuatro meses, cada día, Benoîte llevaba a su rebaño cerca del lugar donde encontró a la «Bella Señora». Esta le reveló: «Soy la Señora María, la Madre de Jesús» y la preparó a convertirse en testigo de la gracia de la conversión.

A partir del otoño, la Virgen María la saluda en la aldea de Laus, frente a Saint-Étienne. Le pide entonces la construcción de una iglesia, con una casa para los sacerdotes. El objetivo de esta iniciativa que tomará cuerpo rápidamente es atraer a los cristianos deseosos de vivir un camino de conversión, especialmente por el sacramento de la confesión. Benoîte se convierte entonces en miembro de la Tercera Orden dominica.

Benoîte, en el siglo de Luis XIV, del jansenismo y de las guerras de religión fue durante 51 años «uno de los resortes más escondidos y más potentes de la historia de Europa», según decía Jean Guitton, escritor y filósofo, dado que ella no sabía leer ni escribir.

Desde los orígenes de las peregrinaciones, las curaciones físicas y morales fueron reconocidas en gran número, especialmente por las unciones del aceite de la lámpara del Santuario aplicadas con fe, según el consejo que la Virgen María misma ofreció a Benoîte. Murió a los 71 años, reconocida por todos como una santa por el fervor de su oración, su paciencia y su dulzura en la acogida a los peregrinos, y su obediencia a la Iglesia.

El mensaje de la Virgen

Benita Rencurel nació el 16 de septiembre de 1647en Saint-Étienne d´Avançon (Alpes del sur – Francia), su padre falleció cuando tenía 7 años. Nunca aprendió a leer ni escribir y su única instrucción era el sermón de la Misa dominical

En mayo de 1664, Benita, que trabajaba de pastora para unos campesinos vecinos, estaba rezando el Rosario cuando ve a una hermosa Señora sobre un peñasco que lleva de la mano a un niño de belleza singular. "¡Hermosa Señora! –le dice–, ¿Qué estáis haciendo ahí arriba? ¿Queréis comer conmigo? Tengo algo de pan bueno, lo remojaríamos en la fuente". La Señora sonríe ante su sencillez, pero no le dice nada. "¡Hermosa Señora! ¡Podríais darnos por favor a ese niño, que tanto nos alegraría?". La Señora sonríe de nuevo sin responder. Después de permanecer algún tiempo con Benita, toma a su niño en brazos y desaparece en una cueva.

Durante cuatro meses, la Señora se muestra todos los días, conversando con gran familiaridad con la joven, educándola para su futura misión. Benita cuenta sus visiones a la dueña del rebaño, quien en un principio no le cree, pero que una mañana la sigue en secreto hasta el pequeño valle de Fours. Una vez allí, no consigue ver a la Señora, pero oye las palabras que ésta dirige a Benita. La aparición pide a Benita que advierta a su dueña de los peligros que corre su alma: "Tiene una mancha en la conciencia. Que haga penitencia". Afectada por aquello, ésta se corrige, vuelve a frecuentar los sacramentos y vive el resto de sus días muy cristianamente.

El 29 de agosto, Benita pregunta a la visitante cómo se llama, y ella le responde: "Mi nombre es María".

Durante el invierno de 1664-1665, Benita sube hasta Laus muy a menudo, donde ve cada vez a la Virgen, quien le recomienda "rezar continuamente por los pecadores". La noticia de las apariciones se propaga entre los aldeanos, gracias a las veladas de las noches de invierno.

El 18 de septiembre de 1665, cuando Benita tiene dieciocho años, las apariciones y la peregrinación son reconocidas oficialmente por parte de la autoridad diocesana y, a partir del otoño de ese año, empieza la construcción de una iglesia para poder acoger a los peregrinos, que cada vez son más numerosos.

Nuestra Señora se revela en Laus como reconciliadora y refugio de los pecadores, y por eso aporta señales para convencer a éstos de la necesidad de convertirse. La Virgen anuncia entonces a Benita que el aceite de la lámpara de la Capilla, que esta ante el Santo Sacramento, se efectuaban curaciones en los enfermos que se lo apliquen, si recurren con fe a su intercesión.

Benita se tomó en serio la misión recibida de la Virgen y se dedica a preparar a los pecadores para que reciban el sacramento de la Penitencia. Por eso anima con frecuencia a los dos sacerdotes adscritos al santuario a recibir a los peregrinos con dulzura, paciencia y caridad, empleando una bondad especial para con los más pecadores a fin de incitarlos al arrepentimiento.

La Virgen le pide a Benita que amoneste a las mujeres y a las muchachas de vida escandalosa, especialmente las que cometen aborto, a los ricos injustos o perversos, a los sacerdotes y religiosos infieles a sus compromisos sagrados.

Entre 1669 y 1679, Benita es bendecida con cinco apariciones de Cristo, que se le revela en un estado de sufrimiento. Un viernes de julio de 1673, Jesús ensangrentado, le dice: "Hija mía, me muestro en este estado para que participes de los dolores de mi Pasión".

Después de más de dos décadas de sufrimientos y constantes apariciones de la Virgen, Benita recibe el la Comunión el día de Navidad de 1718 y tres días más tarde se confiesa y recibe la Unción. Hacia las ocho de la noche, Benita se despide de los que la rodean y, luego, tras besar un crucifijo y con la vista mirando al cielo, fallece en paz.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Pachelli 1991 » Lun Mar 05, 2012 11:39 am

Nuestra Señora de Knock, Irlanda



El Santuario de Nuestra Señora de Knock en Irlanda prosperó a partir de una milagrosa aparición de la Virgen María que tuvo lugar el 21 de agosto de 1879.

Llovía y cerca de las 8 de la noche algunos vecinos del pueblo de Knock notaron un inusual resplandor alrededor de la iglesia de San Juan Bautista. Varias personas de diferentes edades vieron en la parte trasera de la capilla, en una nube de luz a la Madre de Dios. Estaba acompañada por San José a su derecha y San Juan el Evangelista vestido de obispo a su izquierda. Junto a este se encontraba un altar con una cruz a cuyo pie estaba un cordero rodeado de angeles. Lo mas sorprendente era ver que las imagenes se movian.

Los devotos rezaron el Rosario mientras contemplaban el portento que duro cerca de 2 horas, se encontraban totalmente mojados pero el piso estaba seco.

A partir de esta aparicion se sucitaron varias curaciones de caracter inusitado en el pueblo y en un año ocurrieron centenares de milagros. Pocas semanas despues se abrio una investigacion por parte de la iglesia.

En 1979 el Papa Juan Pablo II peregrinó a Knock con lo que selló definitivamente la aprobación del Vaticano al Santuario Mariano Nacional de Irlanda. También acudió la Madre Teresa de Calcuta en 1993.

Este santuario recibe anualmente la devoción de mas de 1 millón de personas, quienes lo consideran especialmente milagroso para la curación de los enfermos.
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Christian Bernabe » Lun Mar 05, 2012 11:40 am

Apariciones de "Nuestra Señora de la Oración"

(Sainte Marie, Notre-Dame de la Prière)

8-14 de diciembre de 1947, L'Ile-Bouchard, Francia

Videntes: cinco niñas de 7 a 12 años de edad.

Aprobadas por su obispo el 8 de diciembre del 2001

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NUESTRA SEÑORA DE LA ORACION

L'Ile Bouchard, Francia

Primera aparición, 8 diciembre,1947

Jacqueline Aubry, de doce años, su hermana Jeanette, de 7 años y su prima Nicole Robin de 10, iban de regreso a la escuela después de almorzar. Jacqueline les invitó a pasar por la iglesia a rezar. Allí reciben la primera aparición, aproximadamente a la 1PM, en la Fiesta de la Inmaculada Concepción.

Fueron al altar de la Virgen y comenzaron a rezar una década del rosario; pero no estaban aun por la mitad cuando Jacqueline, de repente, vio a una bella señora frente a ella. Estaba vestida de blanco, con las manos juntas en oración y un rosario sobre su mano derecha. A la izquierda, un ángel la contemplaba mientras le presentaba un lirio. Nicole y Jeanette también vieron la aparición.

La Señora les sonrió y Jacqueline pensó que deberían informar a alguien de lo ocurrido. Corrieron y se encontraron con Laura Croizon, de 8 años y su hermana Sergine, de 13 años. Las cinco niñas fueron al altar. Todas veían la aparición, excepto Sergine. Las otras tenían que describirle lo que veían. A la izquierda del altar de la Virgen hay un vitral de la Virgen de Lourdes, mientras que arriba había una estatua de Nuestra Señora de las Victorias (Todo está aun en la iglesia>>). La aparición estaba varios pies sobre la tierra, entre el altar y la ventana.

Las niñas describieron a una hermosa Señora, rodeada de una luz dorada. Llevaba un vestido blanco brillante con bordes dorados, una faja azul, y tenía consigo un rosario blanco. Su velo era blanco de un matiz diferente y le llegaba casi hasta los pies, aunque las niñas podían ver sus llamativos y largos cabellos rubios que le sobresalían frontalmente, en dos partes, y le llegaban hasta las rodillas. Su sonrisa era maravillosa, y ellas pensaban que su edad era aproximadamente 16 o 17 años.

El ángel, rodeado de una intensa luz blanca, se encontraba inclinado sobre su rodilla derecha en profunda contemplación, y llevaba una túnica blanca-rosada, también con bordes dorados. Al igual que la Señora, el ángel tenía ojos azules y cabellos rubios. En la mano derecha sostenía el tallo de un lirio, mientras tenía la mano izquierda colocada sobre su corazón. El ángel tenía alas blancas, también con ribetes dorados, cuyas plumas brillaban y se movían ligeramente con una "brisa" que las niñas no podían percibir. Las dos figuras se encontraban en una gruta rocosa.

La Señora se encontraba de pie sobre un bloque rectangular de piedra, decorado con una guirnalda que tenía cinco rosas de color rosado, y debajo de dicha guirnalda se encontraban las siguientes palabras inscriptas en letras doradas, de aproximadamente tres pulgadas de alto: "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Esta es la invocación famosa de la Medalla Milagrosa en la aparición de Rue du Bac.

Una vez que las niñas hubieran explicado todo esto a Sergine, la Señora desapareció, y todos salieron de la iglesia. Jacqueline y Jeanette fueron apresuradamente a su casa a contarle a su madre lo que había pasado, pero ella no les creyó. Al volver al colegio, la noticia se difundió rápidamente, ya que Jacqueline volvió a relatar con entusiasmo a una de las hermanas, la Hna. Marie del Niño Jesús, que ella había visto a una bella Señora en la Iglesia, pero se preguntaba quién podría ser - ¿sería la Santísima Virgen? La Hermana creyó instantáneamente, pero temió una reacción general negativa.

El cura párroco, Fray Clovis Ségelle, y la directora, la Hna. Saint-Léon de la Cruz, acudieron al patio del colegio en ese momento, y no se sorprendieron con estos informes. Fray Ségelle manifestó que Jacqueline debió haber visto doble a través de los gruesos cristales de sus anteojos. Debido a su escasa visión y a una conjuntivitis crónica, Jacqueline tenía que usar anteojos y secarse continuamente los ojos.

Jacqueline manifestó que las otras niñas también habían visto a la Señora, y por lo tanto Fray Ségelle y la Hna. Saint-Léon decidieron cuestionarlas por separado. Cada una expuso el mismo relato, y de regreso al colegio, Jacqueline habló una vez más con la directora, quien la despidió bruscamente, y al mismo tiempo le insinuó que ella hubiera permanecido en la iglesia si la Señora era realmente tan bella como decía. Jacqueline no perdió tiempo en buscar a las otras niñas y conducirlas de vuelta al altar de la Virgen, donde fueron gratamente sorprendidas al ser recibidas por la sonriente Señora.

No obstante, cuando se arrodillaron ante ella, su expresión se volvió extremadamente triste cuando pronunció lentamente sus primeras palabras "Digan a los niños pequeños que recen por Francia, ya que su necesidad es grande." Jacqueline, aún sin estar segura de quien era la Señora, susurró a Jeanette y a Laura pidiéndoles que preguntaran a la Señora si ella era su "Maman du Ciel", (Madre del Cielo). Así lo hicieron, y la respuesta fue "¡Pero por supuesto yo soy vuestra Madre del Cielo!" Jacqueline preguntó luego acerca del ángel. La Señora lo miró, y el ángel se volvió a las niñas y les dijo: "Yo soy el ángel Gabriel."


La Virgen besa las manos de las niñas

María se volvió luego a las niñas y les pidió sus manos para besarlas, inclinándose para alcanzar las manos de Jacqueline y Nicole. Pero las otras dos niñas eran mucho más pequeñas y no podían alcanzar la altura suficiente. Jacqueline las tomó, una después de la otra, y las levantó como si no tuvieran prácticamente ningún peso.

Las cuatro niñas dieron fe de la solidez y el calor de la mano de María y del contacto de sus labios. Antes de desaparecer en una nube de polvo plateado, ella les pidió que volvieran esa tarde a las cinco y al día siguiente a la una. Luego de que las niñas salieran de la iglesia, se dieron cuenta de que tenían un óvalo blanco brillante sobre los dedos, pero antes de que volvieran al colegio, estos rastros, que habían logrado mostrar a una mujer local, habían desaparecido.

Jacqueline y Nicole hablaron acerca de lo que había pasado, y después de clases las separaron y les pidieron que escribieran los relatos de sus experiencias, que coincidían. Cuando las niñas volvieron a sus casas, advirtieron que sus padres no estaban dispuestos a creerles, y solo Jacqueline pudo volver a la iglesia, para el rosario y la Bendición del Santísimo Sacramento en honor a la fiesta de la Inmaculada Concepción.

María se apareció y la llamó, pero mientras Jacqueline deliberaba si acudir o no a su encuentro, volviéndose hacia la Hna. Saint-Léon para obtener su permiso, asumiendo que ella también podía ver la aparición, la campana sonó para la Bendición, y cuando ella volvió a mirarla, la aparición se había desvanecido. Pero cuando el Santísimo Sacramento había vuelto al tabernáculo, María se apareció nuevamente.

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Al día siguiente, el martes 9 de Diciembre,

a la una de la tarde, las cuatro niñas se reunieron en la iglesia, y por lo tanto se estableció el esquema general para los eventos de la semana. Ellas se arrodillaron junto al altar de la Virgen y comenzaron a rezar el Ave María, cuando repentinamente una esfera dorada brillante, de aproximadamente tres pies de ancho, provino de la pared y se desplegó como una cortina rectangular de luz plateada, sobre la cual la gruta rocosa sobresalió en relieve.

Los largos y dorados cabellos de María, que tanto habían impresionado a las niñas el primer día, estaban en ese momento escondidos bajo su velo. El ángel estaba arrodillado del otro lado, aunque las palabras escritas sobre las rocas habían cambiado. Ahora decían: "Je suis I’Immaculeéé Conception", (Yo soy la Inmaculada Concepción). Nuevamente, se les presentaron importantes palabras de una aparición mariana previa, esta vez la de Lourdes.

Las niñas también pudieron ver partes de una palabra escrita en letras doradas sobre el pecho de María: "Ma ... cat", pero no comprendían lo que ellas significaban; sus manos tapaban la parte del medio de lo que sería revelado después como, "Magnificat", el nombre tradicional dado al cántico de alabanza de María expresado durante la Visitación a Isabel, (Lc 1,46-55), que tuvo lugar poco después de la Anunciación.

La Sra. Trinson, quien era propietaria de una tienda de zapatos de la ciudad, se juntó luego con las niñas. La Virgen María, con una expresión seria, mostró a las niñas la cruz dorada de su rosario, y les pidió que la besaran. Jacqueline y Nicole se levantaron para hacer esto, y la Sra. Trinson se sorprendió al ver a Jacqueline repetir su hazaña del día anterior, levantando a las dos niñas más pequeñas como si fueran muñecas, tan livianas como una pluma, a fin de que ellas también pudieran besar la cruz dorada. El metal era frío a sus labios y las niñas pudieron percibir en la Virgen María una sensación de pesar.

La Virgen hizo luego una hermosa, pero muy lenta, señal de la cruz. Le llevó dos minutos completarla, y las niñas imitaron sus movimientos; la Sra. Trinson observaba todo con gran asombro. Al término de eso, María manifestó a las niñas que les comunicaría un secreto que podrían revelar en tres días, y con gran énfasis mencionó: "Recen por Francia, que en estos días se encuentra en gran peligro". Luego, Ella pidió que el sacerdote acudiera a ese lugar a las dos de la tarde, con las niñas y una multitud, de tal modo a que todos pudieran rezar. Ella también pidió una gruta, y que su imagen y la del ángel estuvieran colocadas en ella, prometiendo bendecirles cuando así lo hicieran. Luego de eso, la aparición se desvaneció.

Fray Ségelle, no obstante, rehusó ir a las dos, y por lo tanto Jacqueline, Jeanette y Laura, con aproximadamente otros veinte niños, y treinta adultos, se reunieron en la iglesia. Luego de que hubieran rezado diez Ave Marías, la Virgen y el ángel se aparecieron como antes, proveniendo de un círculo dorado. Ella pidió himnos y oraciones, antes de decirles que volvieran cada día a la una de la tarde, hasta que todo hubiera terminado. A las cinco y treinta, Fray Ségelle informó al arzobispo acerca de los eventos del día. Ese mismo día, para sorpresa general, los comunistas decidieron cancelar su huelga general.


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En el tercer día, el miércoles 10 de Diciembre,

ciento cincuenta personas esperaron en la iglesia la siguiente aparición de María. De pronto, la Virgen se hizo presente, y de nuevo solicitó una versión cantada del Ave María, antes de pedir a las niñas que le besaran la mano. La multitud, al igual que la Sra. Trinson, se sorprendió al ver a la frágil Jacqueline repetir su hazaña de levantar a las dos niñas más pequeñas.


Curación milagrosa de la vista

La madre de Jacqueline le dijo a su hija que pidiera un milagro de tal modo a que todos pudieran creer, a lo cual María respondió: "No he venido aquí a hacer milagros, sino a decirles que recen por Francia. No obstante, mañana tú verás claramente y no necesitarás más usar anteojos".

Luego, María dijo a las niñas que les iba a contar un secreto, y que debían prometer no revelarlo. Ellas accedieron a esto, y, luego del secreto, la Virgen les pidió que regresaran al día siguiente a la misma hora, antes de desaparecer en la esfera dorada. Esta aparición había durado aproximadamente un cuarto de hora. Como en el caso de otras apariciones auténticas, las niñas no pudieron ser persuadidas, de ninguna manera, a revelar el secreto.

Naturalmente, la gente deseaba saber cual había sido la respuesta al pedido de un milagro, y las niñas comentaron que María había dicho que a partir del día siguiente, Jacqueline vería claramente y no necesitaría usar anteojos. A las cinco de la tarde, Fray Ségelle entrevistó a Jacqueline, y menospreció la idea de que sus ojos, que realmente se encontraban en una condición terrible, pudieran mejorar de un día para otro.

Los padres de Jacqueline se encontraban en un dilema; ellos eran católicos no practicantes y su padre estaba enfadado por ciertos comentarios con respecto a su hija. Pero la transparente sinceridad de su hija mayor lo había impactado profundamente. Tendrían que esperar y ver lo que ocurría a la mañana siguiente.


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Cuarto día

Jueves 11 de diciembre. Cuando Jacqueline se despertó, pudo abrir los ojos sin ninguna dificultad y tenía una visión normal. Llamó a sus padres con gozo, quienes se sobrecogieron de alegría al ver que los ojos de su hija fueron curados tan milagrosamente. Su padre acudió rápidamente a buscar al Fray Ségelle, quien exclamó al ver a Jacqueline: "¡Entonces es verdad que Ella ha descendido y ha estado entre nosotros!" El padre contactó inmediatamente con el arzobispo y se le pidió que estuviera presente en la siguiente aparición.

Hacia la una de la tarde la difusión de este milagro había garantizado una iglesia repleta. La Virgen María apareció y pidió que cantaran el Ave María, entonces preguntó: "¿Rezan por los pecadores?" Ellas respondieron que sí lo hacían, y les pidió que rezaran todos juntos diez Ave Marías, pero ella solamente rezaba la primera parte de cada oración, el mensaje del ángel Gabriel, y no la segunda parte.

Jacqueline le pidió que sanara a la gente por quien las niñas habían pedido, a lo cual la Virgen respondió que ella prometía que habría "felicidad en las familias". Antes de irse la Virgen preguntó de nuevo acerca de la gruta. Después de esto, las niñas fueron cuestionadas por separado en la sacristía.

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El quinto día

El viernes 12 de Diciembre, trescientas personas se encontraban en la iglesia para el encuentro de la una de la tarde. Cuando María apareció, las niñas pudieron ver algo nuevo: la Señora llevaba puesta una "corona" hecha de doce rayos brillantes, cada uno de aproximadamente un pie de largo, dos azules y angostos en el centro y cinco más anchos a cada lado, de color rojo, amarillo, verde, rosado y rojo-marrón.

Esta vez, la Virgen tenía las manos colocadas más abajo, por lo tanto se podía leer la palabra "Magnificat". Las niñas pensaban que la corona se asemejaba a un arco iris. Luego, Ella les pidió que cantaran el Ave María, antes de pedirles que rezaran, como en el día anterior, diez Ave Marías. Luego de esto, ella dijo: ¿"Rezan por los pecadores?" a lo cual respondieron "Si, Señora", y luego ella continuó: "Bien, sobre todo recen mucho por los pecadores". Jacqueline le pidió un milagro, pero María repitió su afirmación previa de que Ella no había venido para hacer milagros, sino para pedir oraciones por Francia. Luego de rezar otra decena del rosario, desapareció y de nuevo se les hizo preguntas a las niñas acerca de lo que habían visto y oído.



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El sexto día

El sábado 13 de diciembre, quinientas personas se encontraban en la iglesia a la una de la tarde, cuando la Virgen se apareció de nuevo, pero esta vez sin la corona. María pidió nuevamente oraciones, invocaciones e himnos, mientras Jacqueline repetía su pedido de un milagro, para escuchar la respuesta, "Más adelante". Luego, después de más oraciones e invocaciones, la Virgen les dijo que Ella se aparecería al día siguiente por última vez. De nuevo, las niñas fueron interrogadas posteriormente.

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Séptimo y último día de las apariciones,

El domingo 14 de diciembre, L’lle Bouchard estaba repleta de peregrinos y en la iglesia de St. Gilles, una multitud de la rebasaba, habiendo aún más personas en su exterior. Mientras esperaban a las niñas, la gente rezaba el rosario – muchos no habían rezado en años.

Una vez más, María y el ángel visitaron a las niñas en una aparición que duró aproximadamente media hora. De nuevo la Virgen pidió oraciones e himnos, luego de los cuales Jacqueline leyó algunos mensajes que se le había dado, incluyendo uno de la Hna. Marie que decía: "¿qué debemos hacer para consolar a nuestro Señor por el sufrimiento que los pecadores le producen?" La respuesta fue: "Recen y hagan sacrificios". Luego de más oraciones e invocaciones, María pidió que la gente cantara el Magnificat, y Fray Ségelle les hizo participar a todos en esto. Luego, Ella volvió a enfatizar la necesidad de rezar por los pecadores.


El rayo de luz milagrosa

Dándose cuenta de que la aparición pronto se terminaría, Jacqueline le pidió a la Virgen que diera alguna prueba de su presencia, a lo cual María respondió con una sonrisa: "Antes de partir, enviaré un rayo brillante de luz solar". Luego, comenzó a bendecir a la multitud. En ese momento un misterioso rayo de luz solar penetró a través de la ventana suroeste del coro, iluminando el punto preciso de la aparición. El rayo creció en intensidad cubriendo un área mayor y forzando a aquellos que se encontraban cerca del altar de la Virgen a cubrirse los ojos. Los afectados también mencionaron el calor de este rayo. Las niñas estaban de espaldas a la luz, pero los afectados estaban colocados de tal forma en que podían ver sus rostros, y las flores que sostenían, se veían iluminadas suavemente por centelleos y luces de colores, como si se hubieran producido por una reflexión proveniente del interior de la gruta.

Este rayo de luz solar era inexplicable en términos naturales, ya que la luz solar normal no se expande como un abanico a partir de un único punto -para que esto ocurriera, el sol hubiera tenido que estar situado virtualmente fuera de la ventana. Además, este rayo, dado su punto de entrada, debió haber sido bloqueado por algunos de los pilares ubicados en la zona del coro. Asimismo, pruebas posteriores demostrarían que era físicamente imposible que un rayo normal de luz solar hubiera iluminado esa parte de la iglesia en el día invernal en cuestión, y por lo tanto nos encontramos en presencia de un milagro.

Al terminar el fenómeno, Fray Ségelle dio a los presentes, varios de los cuales se encontraban llorando, la Bendición con el Santísimo Sacramento, y una vez más las niñas fueron minuciosamente examinadas. Ellas afrontaron muchos más cuestionamientos durante los meses siguientes por parte de los curiosos, y muchas otras pruebas hasta que tuvo que intervenir la policía, pero ellas permanecieron fieles a su testimonio.



Reconocimiento eclesiástico


El obispo autorizó la construcción de una gruta, luego del pedido de la Virgen, y también permitió peregrinaciones a la iglesia. El culto de Notre-Dame de la Prière, "Nuestra Señora de la Oración", ha sido reconocido, y dicho reconocimiento fue reafirmado en Noviembre de 1988 por Monseñor Honoré, arzobispo de Tours, en una carta publicada en el boletín de la parroquia de L’lle Bouchard.

Sucesivos arzobispos de Tours han permitido la habilitación de una gruta, la colocación de ciertas imágenes de María y el ángel en la iglesia de San Gilles, y la autorización de las crecientes peregrinaciones a L’lle Bouchard. Asimismo, el teólogo francés Fray Vernet, publicó un extenso estudio favorable a las apariciones en 1992.

Lamentablemente, luego de retirarse Fray Ségelle, hasta la primavera de 1998, una serie de sacerdotes que no favorecían a las apariciones estuvieron a cargo de la parroquia, y esto retrasó la aprobación oficial.

El 8 de diciembre del 2001 el Arzobispo de Tours, André Vingt-Trois, dio su aprobación oficial a las apariciones.
Christian Bernabe
 
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Re: Sesión 10. Actividad virtual: Francia, Reino Unido e Irlanda

Notapor Christian Bernabe » Lun Mar 05, 2012 11:45 am

María Madre de Misericordia

Pellevoisin, Francia, 1876

Vidente: Estelle Faguete. Su curación fue declarada milagrosa por el obispo de Bourges en 1983

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En Febrero del 1876, Estelle Faguette, una joven de 32 años, sirvienta doméstica, estaba muy enferma en cama, en un pequeño pueblo de Francia llamado Pellevoisin (diócesis de Bourges). Cuando la enfermedad comenzó, Estelle le preguntó a Dios por que la había permitido ya que ella era el único sostén de sus padres y de una sobrina huérfana. Sin embargo, con el avance de la enfermedad, ella se entregó a la voluntad de Dios, ofreciéndolo todo en expiación por sus pecados.



Curación milagrosa

Estelle le escribió a la Virgen pidiéndole que obtenga de su Hijo su curación. La noche del 14 de Febrero de 1876, se le apareció un demonio al pie de la cama. Enseguida después Estelle vio a la Virgen María al otro lado de la cama. La Virgen expulsó al demonio. Nuestra Señora entonces miró a Estelle y le dijo: "No temas, tu sabes que eres mi hija". Estelle recordó que ella había sido consagrada como hija de María a los 14 años. La Virgen le dijo: "coraje y paciencia. Mi Hijo va a cuidarte especialmente. Vas a sufrir cinco días en honor a las cinco llagas de mi Hijo. Para el sábado vas a estar viva o muerta. Si mi hijo te permite vivir quiero que proclames mi gloria." Estelle le preguntó como lo haría pues ella no es nada especial.

La próxima noche, la Virgen se apareció a Estelle para informarle que iba a vivir. Pero Nuestra Señora amonestó a Estelle por sus pecados del pasado. Aunque Estelle no había vivido una vida mundana, ella se arrepintió profundamente de sus pecados. Las siguientes noches, la Virgen continuó aparenciéndose a Estelle junto a su cama. Le dijo: "Yo soy toda misericordiosa". Tras la quinta aparición, el 19 de febrero, Estelle quedó sanada. Le preguntó a la Virgen si debería cambiar su estado de vida. La Virgen respondió: Uno se puede salvar en todos los estados. Donde estás puedes hacer mucho bien y puedes propagar mi gloria.



Conversión de los pecadores

En julio a diciembre del mismo año, la Virgen visitó a Estelle diez veces mas (un total de 15 veces). María Inmaculada le dijo en julio: “Yo he venido especialmente para la conversión de los pecadores".


Escapulario del sagrado Corazón, Pellevoisin

El 9 de septiembre la Virgen hizo otra visita y le mostró un escapulario blanco del Sagrado Corazón que llevaba puesto y le dijo: "Yo amo esta devoción"

Una semana después, Nuestra Señora visitó a Estelle y le dijo: "Que oren y que tengan confianza en mi", y profetizó que "Francia sufrirá".

En noviembre, Nuestra Señora una vez mas vino a visitar a Estelle. La Virgen le dijo: "Yo escojo a los pequeños y débiles para mi gloria".

En la fiesta de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre de 1876, la Virgen hizo su décimo quinta visita y última visita visible a Estelle. La Virgen le dijo que vaya al obispo, le enseñe el escapulario del Sagrado Corazón y le pida que ayude a propagarlo. La Virgen añadió: "Mira las gracias que yo otorgo sobre aquellos que lo usan con confianza, y quienes ayudan a propagarlo" Mientras la Virgen hablaba, extendió sus manos y de ellas cayeron gotas de lluvia. En cada gota Estelle leyó los nombres de diferentes gracias, como "piedad", "salvación", "confianza", "conversión", "salud". La Virgen explicó: "estas gracias son de mi Hijo; yo las tomo de su corazón; El no me puede rehusar nada". Un poco mas tarde María se fue.

En 1877 el cuarto donde Estelle fue curada se convirtió en una capilla de peregrinación.
Estelle Faguette continuó su vida humilde en Pellevoisin hasta su muerte en 1929, a los 86 años de edad.


Otros mensajes

La Virgen le dijo: "Si quieres servirme, se sencilla, que tus palabras concuerden con tus actos" La Virgen le dijo que estaba muy preocupada porque la gente descuidaban a su Hijo en la oración y en el Santísimo Sacramento.
Christian Bernabe
 
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