Un cordial saludo a todos los hermanos en Cristo.
1. ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
Cristo nos reveló que tras la muerte viene el Juicio y que, según lo que hayamos elegido, iremos eternamente al Cielo eventualmente precedido por un estado transitorio de purificación llamado Purgatorio o al Infierno. Pero antes de considerar esas realidades, preguntémonos si es posible demostrar la inmortalidad del alma.
San Pablo en su carta a los Corintios nos habla que seremos transformados. Porque es necesario que nuestro ser mortal y corruptible se revista de la vida que no conoce la muerte ni la corrupción. Cuando nuestro ser corruptible se revista de su forma inalterable y esta vida mortal sea absorbida por la inmortal, entonces se cumplirá la palabra de la escritura: ¡Qué victoria tan grande! La muerte ha sido devorada. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
2. ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?
*Infierno:»La sagrada Escritura nos presenta el infierno deben interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida sin Dios. El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría. Así resume los datos de, la fe sobre este tema el Catecismo de la Iglesia católica: «Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados.
*Purgatorio: Es como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se realiza en el vínculo esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo presente y quienes ya gozan de la bienaventuranza eterna.
*El «cielo» como plenitud de intimidad con Dios. Como enseña el Catecismo de la Iglesia católica, «esta vida perfecta con la Santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha»
3. ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
La esperanza cristiana se basa en las promesas hechas por el Único que siempre es capaz de cumplir lo prometido. Imaginar el Cielo es un gran incentivo para nuestra esperanza. Vivimos, como reza la liturgia, «esperando la gloriosa venida de Nuestro Señor Jesucristo». Estamos de viaje y es lógico que el pensamiento se nos escape hacia la meta definitiva en la que nos espera la Persona que más y mejor nos ama. Si le queremos con locura, deseamos ardientemente la definitiva unión con Él.
4. ¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿Nos lo podrías contar?
En la revelación de la escritura sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no son una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo. Es preciso mantener siempre cierta sobriedad al describir estas realidades últimas, ya que su representación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje personalista logra reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y paz en que nos situará la comunión definitiva con Dios.
Bendiciones a todos los participantes de este gran foro.