Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

En el curso está dirigido principalmente a padres de familia, pero podrán participar también, educadores, sacerdotes encargados de la pastoral familiar, párrocos y colaboradores de parroquias, dirigentes de empresas y todo aquél interesado en la formación religiosa de las familias.

Nadie está obligado a creer, pero, para poder decidir, tiene que saber de qué va. La libertad, propia y ajena, merece el mayor aprecio, pero también es verdad que la información facilita la mejor elección: no se puede elegir lo que se desconoce. Conviene, pues, proponer, sin imponer, una serie de datos especialmente útiles a la hora de decidir qué valores inspirarán nuestra vida. La decisión última depende de cada uno, pero antes hay que informarse. De los padres cristianos se espera que sepan dar un testimonio coherente de su fe.

Fecha de inicio del curso: 2 de febrero

Fecha de finalización del curso: 22 de marzo

Periodicidad de envió de las lecciones: uno por semana los jueves

Moderadores: monik, Xavier Villalta, Catholic.net, maría eugenia, Michael Esparza, Moderadores Animadores

Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Hannia » Jue Mar 08, 2012 12:05 am

Os felicito porque habéis respondido muy bien a las dos preguntas del tema 4. La segunda de ellas -acerca de la posibilidad de amar de modo perfecto- revestía una importancia especial. Se trataba de entender que, con la gracia redentora de Cristo, podemos ser realmente santos: basta con quererlo y con procurarse los medios para saber y poder. Es importante, en definitiva, (re-) descubrir que todos los bautizados estamos llamados a la santidad. Ciertamente, en esta vida no podemos igualar la pureza del amor divino, pero nos consuela saber que todos los santos murieron teniendo defectos: el santo no es el que lo hace todo bien, sino el que alcanza una alta calidad de amor, que se demuestra, entre otras cosas, en la facilidad para pedir humildemente perdón por los propios fallos.

Con el tema 5, que estudiáis a continuación, terminaremos la primera parte del curso, dedicada a ilustrar las verdades de la fe.

LAS RAZONES DEL CREYENTE
(Breve introducción a la fe católica)

Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

(La esperanza cristiana)
“Si conocieras el don de Dios” (Jn. 4, 10)


Introducción

En la sesión anterior hicimos hincapié en el aspecto curativo de la gracia redentora de Cristo que se nos comunica a través de los sacramentos. En esta sesión nos detenemos en la esperanza de Vida Eterna del cristiano que se identifica con Cristo muerto y resucitado. Como afirma San Pablo, los cristianos vivimos «Expectantes beatam spem» («con bienaventurada esperanza»)1.

Muchos cristianos cometen el error de creer en el Cielo pero no intentar imaginárselo. Quieren ir al Cielo sólo porque saben que es lo mejor. Quizá por eso, a pesar de haber oído hablar de las promesas de Cristo, se hunden cada vez que la muerte acecha. «La expectativa de la vida perdurable -afirma Julián Marías- es el núcleo esencial de la perspectiva cristiana. Si la relación con Dios se limitara a la vida terrenal, la religión misma perdería su sentido. Es lo más importante, justificación de todo lo demás, orientado hacia esa esperanza. Sin embargo, a lo largo de la historia se ha descuidado algo que siempre he creído decisivo: su imaginación. Si esa vida no es imaginada, no puede ser deseada en concreto, sino de manera abstracta y débil»2.

Cristo nos reveló que tras la muerte viene el Juicio y que, según lo que hayamos elegido, iremos eternamente al Cielo -eventualmente precedido por un estado transitorio de purificación llamado Purgatorio- o al Infierno. Pero antes de considerar esas realidades, preguntémonos si es posible demostrar la inmortalidad del alma.


La inmortalidad del alma a la luz de la razón


La fe nos dice qué sucede exactamente después de la muerte, pero con la sola razón podemos demostrar que no todo termina con la muerte. Ya Platón, hace 24 siglos, demostró que nuestra alma es inmortal: incorruptible e indestructible. San Agustín y Santo Tomás de Aquino recogen sus argumentos y los perfeccionan.

En general, esos argumentos se apoyan en la naturaleza espiritual del alma humana. Si conseguimos mostrar que en el hombre no todo es materia -como sostiene un materialismo-, si el hombre es capaz de trascender la materia por ser mucho más que un simple animal algo más sofisticado, si en la persona humana hay una realidad más anclada en el ser que la materia, concluiremos que el alma es incorruptible, es decir, que el futuro de esta realidad espiritual presente en nosotros no se rige por las leyes de la materia. La materia sufre cambios sustanciales (la madera quemada, por ejemplo, pasa a ser otra cosa: ceniza), mientras que el alma no es una sustancia contingente, sino necesaria. El único devenir posible de una sustancia de naturaleza espiritual es la aniquilación, algo que, en principio, el Dios nunca hace. Al contrario que la materia, el alma es simple: no se puede destruir.
En el hombre conviven realidades corporales (hambre) y espirituales (inteligencia que abstrae y voluntad libre). No somos ni animales ni ángeles, sino una mezcla de ambos. Ambas dimensiones están íntimamente unidas. Por un lado, si te pegan una torta, aparte de dolerte la cara y el corazón, sientes que se atenta contra tu dignidad, o si no duermes lo suficiente, eres incapaz de reflexionar. Por otro lado, si te “duele” el alma, el cuerpo lo exterioriza, por ejemplo con dolor de cabeza. La unidad de la persona humana es impresionante. Como observa Thibon, «la operación más groseramente carnal -por ejemplo el acto de comer- implica un cierto consentimiento y una cierta delectación del espíritu; y, recíprocamente, la más noble actividad espiritual se apoya sobre un mínimo de resonancia sensitiva»3.

Esta perfecta unidad de la persona humana sólo ha sido explicada satisfactoriamente -sin caer en dualismos- por la filosofía aristotelico-tomista. Según ésta, el alma es forma del cuerpo; necesita del cuerpo para expresarse y obtener datos a través de los sentidos, aunque, de por sí, es una sustancia subsistente (capaz de existir con independencia del cuerpo y, por tanto, incorruptible o inmortal).

Algunos expertos en neurología, influidos por prejuicios reduccionistas, afirman que somos animales más evolucionados. Su materialismo no logra explicar la conciencia y pensamiento del ser humano. Se apoyan en una especie de creencia según la cual llegará un día en que sabremos explicarlo todo de modo científico. Ciertamente no conocemos suficientemente el funcionamiento del cerebro, pero nuestros 20.000 millones de neuronas y 1.600 billones de conexiones entre ellas no podrán jamás explicar nuestras habilidades intelectuales y volitivas. Nuestra mente es superior a un ordenador de gran capacidad. También hay expertos en neurofisiología -Wilder Penfield o premios nóbeles como John Eccles y Charles Sherrington- que defienden posiciones no materialistas. Como afirmó Roger Sperry (Nobel de Medicina en 1981 por sus estudios de las funciones especializadas del cerebro humano): «nuestra interpretación de los hechos tiende a devolver a la mente su antigua posición privilegiada sobre la materia, porque muestra que los fenómenos mentales trascienden los de la fisiología y la bioquímica»4.

En filosofía, el camino más sencillo para mostrar la espiritualidad del alma consiste en estudiar sus dos potencias: intelecto y voluntad. En cuanto al intelecto, veamos tres aspectos que serían imposibles si éste fuese meramente material: la capacidad de abstracción, la universalidad de los conceptos que pueden ser abstraídos y la autorreflexión.
Ya la simple capacidad de abstracción presupone espiritualidad. Los animales no trascienden el ámbito de lo particular. Tienen un sentido interno (la estimativa) que les permite sacar lecciones de la experiencia, pero no tienen capacidad de abstracción. Recuerdo una conferencia de Jerôme Lejeune (el que descubrió en Genética el síndrome de Down) en la que preguntaba: «¿Se imaginan ustedes un congreso filosófico de chimpancés intentando dilucidar la esencia del “ser chimpancé”?». Ya lo decía Chesterton: «Hay gente intentando demostrar con su inteligencia que con su inteligencia no se puede demostrar nada». «El conocimiento de la verdad -sintetiza Joseph Pieper-, a pesar de sus condicionamientos orgánicos, es un fenómeno íntima y naturalmente independiente de todo término material. Esto es reconocido, de hecho y por la evidencia de la misma cosa, por todos los hombres, tanto por los que lo saben, como por los que no lo saben, en incluso por aquellos que lo niegan expresa y formalmente»5.


Aparte de inducir conclusiones universales a partir de datos particulares, podemos abstraer un número ilimitado de objetos. Si nuestro intelecto se redujese a las neuronas del cerebro, su capacidad sería necesariamente reducida. En todo disco duro de un ordenador cabe una cantidad limitada de información. Sin embargo, podemos abstraer una infinidad de objetos diversos.

Más llamativa aún es nuestra capacidad de autorreflexión. Puedo ahora pensar sobre mi pensar de mi pensar... Si mi intelecto fuese material no podría volverse de modo inmediato sobre sí mismo. Mis ojos, por ejemplo, al ser materiales, pueden ver cualquier cosa menos a sí mismos de modo directo (en un espejo, sí). La materia siempre está extendida en el espacio: no puede volver sobre sí misma. Sen cambio, el hombre usa su intelecto para discurrir sobre su intelecto...

Otro tanto podría decirse sobre la voluntad. Sabemos por experiencia que, a pesar de las circunstancias, la última decisión siempre es nuestra. Si el hombre, a pesar de sus condicionamientos, es libre, podemos trascender la materia. No me imagino a un animal haciendo una huelga de hambre. Un animal se conduce siempre por sus instintos. Si está hambriento y, fuera de peligro, ve comida, siempre va a por ella. En cambio, un hombre firmemente decidido, es capaz de no apartar la mano del fuego, por mucho que todas sus neuronas estén transmitiendo órdenes a los músculos para retirar la mano.

Muchos autores que han pretendido negar la libertad humana como modo de evitar la responsabilidad personal. Contrariamente a lo que decía, por ejemplo, Skinner, fundador del conductismo, la experiencia muestra que el hombre es su último determinante: que nuestra libertad es limitada pero real. En una novela, una catedrática de biología dice a propósito de su novio: «En ocasiones, justifica a los demás casi hasta el punto de negar que son responsables de sus actos. Yo creo en el libre albedrío y no niego la influencia de la genética y del entorno (¿cómo podría un biólogo negar eso?, y estoy segura de que estamos programados biológicamente para hacer muchas de las cosas que hacemos. Sin embargo, aun dentro de esos límites, creo que podemos elegir. La idea de que el destino nos dirige, y de que somos incapaces de oponer resistencia o alterar nuestro rumbo, me suena a excusa»6.

El hombre es capaz de actuar de modo contrario a todas las expectativas lógicas. Una prueba fáctica de la existencia de la libertad es la conversión personas depravadas. Frankl cuenta al respecto7 el caso del Doctor J., destacado miembro de las SS. Fue llamado “el asesino de masas de Steinhof” (un hospital psiquiátrico de Viena), porque no paró hasta llevar a las cámaras de gas a todos los enfermos psiquiátricos de ese hospital vienés. Años después, Frankl se enteró de que había muerto como un santo. Alguien que había coincidido con ese alemán durante años de cautiverio en Rusia le contó a Frankl que el Doctor J. había sido su mejor amigo. La poca comida que les daban la repartía entre sus compañeros de prisión. Se desvivía por todos.

Aparte de la filosofía y de la Revelación, ¿existen más fuentes para saber algo sobre la vida en el “Más allá”? Existen testimonios serios acerca de difuntos a quienes Dios permite comunicarse de forma objetiva con personas vivas8. Que cada uno juzgue por sí mismo.


El infierno

La razón nos dice que, tras la muerte, el cuerpo, siguiendo las leyes de la naturaleza material, se corrompe, pero que el alma, al ser de naturaleza incorruptible, sigue subsistiendo. ¿Pero a dónde va? Con total seguridad eso sólo se puede saber por la fe. Veamos lo que dice la Revelación a propósito de las realidades últimas. Lo haremos con palabras de Juan Pablo II. Empezamos con el infierno:




El infierno como rechazo definitivo de Dios
Alocución del Miércoles 28 de julio de 1999


1. Dios es Padre infinitamente bueno y misericordioso. Pero, por desgracia, el hombre, llamado a responderle en la libertad, puede elegir rechazar definitivamente su amor y su perdón, renunciando así para siempre a la comunión gozosa con él. Precisamente esta trágica situación es lo que señala la doctrina cristiana cuando habla de condenación o infierno. No se trata de un castigo de Dios infligido desde el exterior, sino del desarrollo de premisas ya puestas por el hombre en esta vida. La misma dimensión de infelicidad que conlleva esta oscura condición puede intuirse, en cierto modo, a la luz de algunas experiencias nuestras terribles, que convierten la vida, como se suele decir, en «un infierno». Con todo, en sentido teológico, el infierno es algo muy diferente: es la última consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida.


2. Para describir esta realidad, [...] el Nuevo Testamento anuncia que Cristo, con su resurrección, ha vencido la muerte y ha extendido su poder liberador también en el reino de los muertos.
Sin embargo, la redención sigue siendo un ofrecimiento de salvación que corresponde al hombre acoger con libertad. Por eso, cada uno será juzgado «de acuerdo con sus obras» (Ap 20,
13). Recurriendo a imágenes, el Nuevo Testamento presenta el lugar destinado a los obradores de iniquidad como un horno ardiente, donde «será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt 13, 42; cf. 25, 30. 41) o como la gehenna de «fuego que no se apaga» (Mc 9, 43). Todo ello es expresado, con forma de narración, en la parábola del rico epulón, en la que se precisa que el infierno es el lugar de pena definitiva, sin posibilidad de retorno o de mitigación del dolor (cf. Lc 16, 19-31). [...].

3. Las imágenes con las que la sagrada Escritura nos presenta el infierno deben interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida sin Dios. El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría. Así resume los datos de, la fe sobre este tema el Catecismo de la Iglesia católica: «Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra infierno» (n. 1033)9
.

Por eso, la«condenación» no se ha de atribuir a la iniciativa de Dios, dado que en su amor misericordioso él no puede querer sino la salvación de los seres que ha creado. En realidad, es la criatura la que se cierra a su amor. La «condenación» consiste precisamente en que el hombre se aleja definitivamente de Dios, por elección libre y confirmada con la muerte, que sella para siempre esa opción. La sentencia de Dios ratifica ese estado.
4. [...] La condenación sigue siendo una posibilidad real, pero no nos es dado conocer, sin especial revelación divina, si los seres humanos, y cuáles, han quedado implicados efectivamente en ella. El pensamiento del infierno -y mucho menos la utilización impropia de las imágenes bíblicas- no debe crear psicosis o angustia; pero representa una exhortación necesaria y saludable a la libertad [...]».

El Infierno no se explica sin la libertad. Se suele decir que el infierno está cerrado con llave... ¡por dentro! ¿Pero cómo explicar que haya gente que se empeñe en ir allí? Quizá es gente tan acostumbrada a vivir en la “oscuridad”, que cuando ven el Cielo lleno de “luz”, se dicen: «allí no voy ni loco». ¿Pero cómo es posible que alguien se “coma el coco” hasta el punto de preferir la oscuridad a la luz, la soledad a la compañía amorosa?
La capacidad que tenemos de autoengaño puede ir muy lejos. La soberbia permite justificar lo injustificable. «Fuera de las cárceles -cuenta Silvester Krcméry, un testigo de los horrores de los campos de concentración comunistas en Eslovaquia-, muchos hombres de la Seguridad del Estado solían comportarse con gran seguridad en sí mismos afirmando cosas como ésta: "Nunca he hecho daño a nadie en mi vida, quizá he dejado de ayudar a alguien por inadvertencia". Suena casi irónico, pero ha sido lo típico en los más sádicos»10. La experiencia muestra que quien confiesa a menudo sus pecados suele saber de qué confesarse, mientras que quien nunca lo hace no sabe de qué confesarse. «Cuando un hombre se va haciendo mejor -observa Lewis-, comprende con más claridad el mal que aún queda dentro de él. Cuando un hombre se hace peor, comprende cada vez menos su maldad. Un hombre moderadamente malo sabe que no es muy bueno: un hombre totalmente malo piensa que está bastante bien. Esto, después de todo, es de sentido común. Comprendemos el sueño cuando estamos despiertos, no mientras dormimos»11.

Quien se miente habitualmente a sí mismo puede terminar creyéndose sus propias mentiras. Su vida entera podría terminar siendo una mentira: ante él mismo, y ante los demás. «El hombre que se miente a sí mismo y escucha sus propias mentiras -advierte Dostoiewski- llega a encontrarse en situación tal que no sabe ver la verdad ni en sí mismo ni a su alrededor, y pierde la propia estimación y el respeto de los demás»12. Es la triste historia del deterioro moral del hombre a causa de su soberbia. Mientras su conciencia le siga susurrando que se engaña, hay todavía esperanza de salvación: significa que aún queda algo de su yo real. Lewis, en uno de sus libros13, muestra que en el infierno el autoengaño es máximo; examinando la vida de diversos habitantes del infierno, sugiere que su soberbia les habría llevado a tal desconocimiento de sí mismos, que ya nada quedaría de su verdadero yo: al final de su vida, sólo quedaría su falso yo, estarían completamente alienados de sí mismos, totalmente fuera de la realidad, ¡todo sería mentira!

En el drama del autoengaño, lo primero que se pierde es la conciencia; después, la cabeza: el entendimiento. Quien vive como piensa, acaba pensando como vive. Sirva de ilustración un elocuente pasaje de Los intereses creados de Jacinto Benavente. En esa célebre obra de teatro, cuando el astuto Crispín propone al buen Leandro que engañe por amor, dice éste: «-Yo no puedo engañarme, Crispín. No soy de esos hombres que cuando venden su conciencia se creen en el caso de vender también su entendimiento»; a lo que replica Crispín: «-Por eso dije que no servías para la política. Y bien dices. Que el entendimiento es la conciencia de la verdad, y el que llega a perderla entre las mentiras de su vida, es como si se perdiera a sí mismo, porque nunca volverá a encontrarse ni a conocerse, y él mismo vendrá a ser otra mentira»14.


El Purgatorio


Al Cielo, directamente, sólo van los santos. Por tanto, si de verdad queremos ir al Cielo, tarde o temprano necesariamente nos tendremos que purificar. El Purgatorio es una misericordia de Dios. El Santo Cura de Ars lo llamaba «el hospitalito del buen Dios». Allí pagamos todos los platos rotos que, en estricta justicia, aún no hemos pagado, y nos dan clases (y hacemos prácticas) de santidad. En cuanto aprobamos el examen final de “amor a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a nosotros mismos”, ya podemos ir al Cielo. Veamos cómo lo explica Juan Pablo II:


El purgatorio: purificación necesaria para el encuentro con Dios
Alocución del miércoles 4 de agosto de 1999


1. A partir de la opción definitiva por Dios o contra Dios, el hombre se encuentra ante una alternativa: o vive con el Señor en la bienaventuranza eterna, o permanece alejado de su presencia.

Para cuantos se encuentran en la condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo de la Iglesia católica, nn. 1030-1032).

2. En la sagrada Escritura se pueden captar algunos elementos que ayudan a comprender el sentido de esta doctrina, aunque no esté enunciada de modo explícito. Expresan la convicción de que no se puede acceder a Dios sin pasar a través de algún tipo de purificación. [...]

5. Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortación evangélica a ser perfectos como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el amor, para hallarnos firmes e irreprensibles en presencia de Dios Padre, en el momento de «la venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos» (1Ts 3, 12 s). Por otra parte, estamos invitados a «purificamos de toda mancha de la carne y del espíritu» (2Co 7, 1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta.

Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del alma. La purificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una condición de vida. [...]

6. Hay que proponer hoy de nuevo un último aspecto importante, que la tradición de la Iglesia siempre ha puesto de relieve: la dimensión comunitaria. En efecto, quienes se encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los bienaventurados, que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros, que caminamos en este mundo hacia la casa del Padre (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1032)
.

Así como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se realiza en el vínculo esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo presente y quienes ya gozan de la bienaventuranza eterna.


Sólo tengo que añadir que vale la pena preguntarse: «Si yo muriera hoy, ¿dónde iría?, y si al Purgatorio, ¿porqué? ¿qué tengo que cambiar para ir directamente al Cielo?». Es evidente que la purificación en la tierra -por contar con la libertad- es más ligera que en el Purgatorio. Aquí nos lavamos; allí, nos lavan.


El Cielo


Antes de intentar imaginárnoslo, veamos cómo lo explica Juan Pablo II:

El «cielo» como plenitud de intimidad con Dios
Alocución del miércoles 21 de julio de 1999


1. Cuando haya pasado la figura de este mundo, los que hayan acogido a Dios en su vida y se hayan abierto sinceramente a su amor, por lo menos en el momento de la muerte, podrán gozar de la plenitud de comunión con Dios, que constituye la meta de la existencia humana.


Como enseña el Catecismo de la Iglesia católica, «esta vida perfecta con la santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (n. 1024).

Hoy queremos tratar de comprender el sentido bíblico del «cielo», para poder entender mejor la realidad a la que remite esa expresión.


2. [...] En el lenguaje bíblico [...] el cielo se entiende como morada de Dios (cf. Sal, 104, 2 s; 115, 16; Is 66, l). [...] A la representación del cielo como morada trascendente del Dios vivo, se añade la de lugar al que también los creyentes pueden, por gracia, subir, como muestran en el Antiguo Testamento las historias de Enoc (cf. Gn 5, 24) y Elías (cf. 2R 2, 11). Así, el cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo» (Mt 6, 20; cf. 19, 21).

3. El Nuevo Testamento profundiza la idea del cielo también en relación con el misterio de Cristo. [...] Los creyentes, en cuanto amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo.

4. Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después del recorrido de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de Cristo. San Pablo subraya con una imagen espacial muy intensa este caminar nuestro hacia Cristo en los cielos al final de los tiempos: «Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos (los muertos resucitados), al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolados, pues,
mutuamente con estas palabras» (1Ts 4, 17-18).


En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo. Es preciso mantener siempre cierta sobriedad al describir estas realidades últimas, ya que su representación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje personalista logra reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y paz en que nos situará la comunión definitiva con Dios.


El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta verdad afirmando que, «la vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención realizada por Cristo, que asocia a su glorificación celestial a quienes han creído en él y han permanecido fieles a su voluntad» (n. 1026).


5. Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, tanto en la vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo mediante la caridad fraterna. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un día gozaremos plenamente. Sabemos que en esta fase terrena todo tiene límite; sin embargo, el pensamiento de las realidades últimas nos ayuda a vivir bien las realidades penúltimas.

La contemplación del Cielo ya en la tierra


La esperanza cristiana se basa en las promesas hechas por el Único que siempre es capaz de cumplir lo prometido. Imaginar el Cielo es un gran incentivo para nuestra esperanza. Vivimos, como reza la liturgia, «esperando la gloriosa venida de Nuestro Señor Jesucristo». Estamos de viaje y es lógico que el pensamiento se nos escape hacia la meta definitiva en la que nos espera la Persona que más y mejor nos ama. Si le queremos con locura, deseamos ardientemente la definitiva unión con Él.

Hay, sin embargo cristianos que sienten horror ante la muerte. Es lógico que la muerte dé miedo, aunque sólo sea porque se trata de un tránsito sobre el que desconocemos los detalles. Morir siempre tiene algo de violento. Pero si consideramos que la muerte es como la llegada nupcial del Amado que viene a abrazarnos, ya no impresiona tanto. «Es preciso -explica L. Trese- que nos esforcemos por comprender lo que significa quedar sumergidos en el poderoso abrazo del Amor Absoluto, en ese amor indescriptible, pero personalísimo, mediante el cual yo seré todo de Dios y Él todo mío; una misión por la que mi alma, convertida en llama de amor, arde con una pasión inefable y gozosísima; una fusión tan arrebatadora que hace inevitable el éxtasis, un éxtasis que excluye cualquier sombra de dolor, porque no terminará nunca... Sí, cuando seamos capaces de captar, aunque sea un poquito, la verdadera naturaleza de la visión directa de Dios, del amor y la felicidad que gozaremos en el cielo, la muerte dejará de mostrarnos su sombría faz y perderemos el miedo. [...] Una emoción tan irreprimible como es el miedo se ve anulada por otra todavía más fuerte: el amor. Este no ha arrojado de nuestro corazón el miedo, pero lo ha convertido en algo irrelevante»15.

Tratemos de hacernos una idea del Cielo, puesto que no podemos desear lo que no hemos imaginado. En esa tarea, no nos ayudan esos autores que lo describen como algo tedioso y poco atractivo. Louis de Wohl, experto en labores de inteligencia bélica, comenta con sorna: «El tipo que inventó lo de las nubecitas, la música de arpas y los cánticos incesantes, sin duda estaba muy inspirado. Pero no por el cielo. Es una de las obras más peligrosas de propaganda infernal. Como no era posible calificar al cielo de malo, se le describió extremadamente aburrido. Y el ministerio de propaganda satánico tuvo aquí la colaboración de un fallo de nuestra naturaleza humana. Tenemos mucha mayor facilidad para imaginarnos el infierno que el cielo. [...] ¿Será posible que lo malo nos resulte más familiar que lo bueno? Sería un pensamiento bastante alarmante. ¡Para cuántos chistes bobo habrá dado ocasión esta imagen deformada del cielo! Continuamente oímos decir que el infierno tiene que ser mucho más divertido, pues allí estarán seguramente todas las personas interesantes, en cambio en el cielo sólo la gente honrada, los chicos y chicas ejemplares nauseabundamente aburridos que cantan en coro y tocan el arpa»16.


La beatitud no proviene sólo de la contemplación de Dios. Comporta también aspectos humanos. En Cristo, Dios se hizo hombre sin menoscabo de su divinidad. Así también nosotros seremos divinizados sin deshumanizarnos. Nuestros cuerpos resucitarán adquiriendo un estado espiritualizado pero no desmaterializado. Por eso, toda noble realidad humana tendrá su correlato en el Cielo. Allí viviremos en familia con el resto de los bienaventurados. Aparte de amar a Dios, amaremos también a cada uno de ellos más y mejor de lo que jamás hemos amado en la tierra. En consecuencia, como recuerda Santo Tomás de Aquino, cada alegría ajena se hará propia17. Para imaginarlo, tendríamos que multiplicar ese gozo por el enorme número de bienaventurados.

Dejemos de lado esos aspectos humanos del Cielo y centrémonos en nuestra participación en la vida íntima de Dios. El testimonio de San Pablo es elocuente: «Ni ojo alguno vio, ni oreja oyó, ni pasaron a hombre por pensamiento las cosas que Dios tiene preparadas para aquellos que le aman»18. ¿Cómo será el gozo que se deriva de conocer y de amar a Dios como Él nos conoce y nos ama19? Ya sabemos que lo divino no es del todo inimaginable en virtud de su analogía con lo humano. En concreto, el amor humano de alta calidad es la mejor fuente de inspiración.

La clave de la felicidad, tanto en el amor humano como en el divino, reside sobre todo en la calidad de la intención de los amantes. Sólo el amor de Dios, que de nada carece, es totalmente gratuito. San Bernardo describe esa inigualable perfección en estos términos: «El amor puro se basta a sí mismo, agrada él sólo y por sí mismo. Él es su mérito, él es su premio. El amor no exige otra causa, ni otro fruto que él mismo. Su fruto, su práctica. Amo, porque amo; amo, para amar»20. Nosotros no llegamos a tanto: aspiramos a una rectitud de intención. ¿En qué consiste? La interioridad es compleja. Un mismo acto puede estar inspirado por diversas razones. Éstas son rectas en la medida en que no se antepone el propio provecho al bien de la persona amada. No es desinteresado quien da para recibir algo a cambio. Amar es lo contrario de utilizar. Es voluntad de pertenecer, no de poseer. Debido a nuestra limitación, nuestra motivación nunca es del todo altruista. Podemos albergar intenciones sinceras si evitamos todo engaño consciente. El grado de desinterés en nuestros actos aumenta a medida que nos perfeccionamos. La gracia y la buena voluntad mitigan progresivamente ese egoísmo y amor propio que enturbia nuestras intenciones.

Dos personas unidas por un amor altamente desinteresado experimentan una dicha difícil de describir. Su recíproca entrega produce una sorprendente espiral de felicidad que les sumerge en un gozo inesperado que permite presagiar la beatitud divina. En la medida en que no persiguen su propio provecho, la alegría que procuran, por así decirlo, rebota de uno a otro. En esta vida, esa interacción es muy limitada. En el mejor de los casos, la felicidad rebota como máximo un par de veces. En un matrimonio ideal, si el marido lleva un regalo a su mujer, la alegría de ella le sobreviene a él. A su vez, ese dulce sobresalto repercute en ella. Y ahí queda todo. Si tiramos una piedra al agua, se produce un determinado número de círculos concéntricos. Si no hubiera rozamiento, los círculos continuarían extendiéndose de modo indefinido, como cuando se empuja un objeto fuera del espacio gravitatorio.

Algo así debe suceder entre las Personas divinas a causa de la infinita pureza de su amor. Están unidas por una eterna espiral de beatitud.
También nosotros experimentaremos esa inmensa dicha cuando, en el Cielo, les amemos como nos aman. No podemos visualizar el resultado de multiplicar por infinito el gozo más grande que jamás hayamos sentido en esta vida, pero conocemos al menos qué cifra hay que elevar al infinito.

¡Y eso no es todo! A la hora de imaginar la inconcebible beatitud celestial, a la máxima pureza del amor divino, podemos añadir seis nuevos elementos:

1. Infinita sabiduría (conoceremos hasta el último porqué).
2. Plena correspondencia.
3. Eterna duración.
4. Plena compenetración (total ausencia de malentendidos y desconfianzas).
5. Total ausencia de preocupación respecto al futuro de la relación amorosa (la imposibilidad de competencia o traición).
6. Infinita perfección y belleza de la persona amada.

A propósito de esa hermosura divina, afirma San Josemaría: «Considera lo más hermoso y grande de la tierra, lo que place al entendimiento y a las otras potencias, y lo que es recreo de la carne y de los sentidos. Y el mundo, y los otros mundos, que brillan en la noche: el Universo entero. Y eso, junto con todas las locuras del corazón satisfechas, nada vale, es nada y menos que nada, al lado de ¡este Dios mío! ¡tuyo!, tesoro infinito, margarita preciosísima»21.

Considerando todos esos aspectos, se vislumbra un gozo inefable ¿Qué será adentrightrarse en ese mirarse amando y amarse mirando entre Dios y cada uno de los bienaventurados? Según San Juan de la Cruz, dice Dios al alma: «Yo soy tuyo y para ti y gusto de ser tal cual soy por ser tuyo y para darme a ti»22. Si recordamos que ya ahora estamos siendo amados como lo seremos en el Cielo, será más fácil que vivamos como contemplativos en medio del mundo.

Una vez agotados los recursos de la razón, si se intuye lo inenarrable, «hay que dar entrada al casto silencio del que hablaba el Pseudo-Dionisio, a propósito de los nombres de Dios»23. Y es que, a propósito del amor, llega un momento en que lo mejor es callarse ¡y vivirlo! Y cuanto más lo vivimos, más se acrecienta el deseo de consumar definitivamente nuestra unión con Dios en el Cielo. Si hemos intuido lo que allí nos espera, disponemos de una especie de imagen congelada de video que, al entrar en la eternidad, se pondrá en movimiento. Entretanto, purifiquemos esos anhelos, recordando que Dios, por ser el que más ama, es el que más desea esa sempiterna unión.

De María, que acostumbraba a sopesar todas las cosas en su corazón24, aprendemos a ser contemplativos en medio de nuestros afanes cotidianos. Si con la ayuda de la gracia somos fieles hasta el último trance de nuestra vida, se romperán los velos que esconden al Señor y le veremos por fin cara a cara. Lo desconocido siempre conlleva algo inquietante. Pero cuando lleguemos al Cielo, enseguida nos sentiremos como en casa puesto que saldrá a recibirnos Nuestra Madre.

Logroño, junio de 2011

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1. Tito, 2, 13.
2. J. Marías, La perspectiva cristiana, Alianza, Madrid 1999, p. 889.
3. Citado por R. Montalat en La revolución sexual, Folletos mc, n. 611.
4. En O. Rico, El cerebro y la mente, realidades distintas, “Aceprensa”, 54/02, p. 4.
5. En J. B. Torelló, Psicología abierta, Rialp, Madrid 2003, p. 223.
6. M. Lawson, A orillas del lago, Salamandra, Barcelona 2002, p. 132.
7. Cfr. V. E. Frankl, El hombre en busca de sentido, Herder, Décima ed., Barcelona 1989.
8. Véase, por ejemplo, un libro que apareció en Italia en 1985, en el que un padre recibe mensajes de su difunto hijo a través de un rotulador que escribe solo (L. Sardos Albertini, El Más allá existe, Pena/Millet, Barcelona 1994).
9. Se entiende por pecado mortal «una aversión voluntaria a Dios» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1037.
10. I. Socías, Sin miedo a la verdad, o.c., p. 144.
11. C.S. Lewis, Mero cristianismo, Rialp, Madrid 1995, p. 108.
12. F. Dostoiewski, Los hermanos Karamazov, Mateu, 3ª edición, Barcelona 1960, p. 37.
13. Cfr. C.S. Lewis, El gran divorcio. Un sueño, Rialp, Madrid 1997.
14. J. Benavente, Los intereses creados, Biblioteca Básica Salvat, n. 48, Madrid 1970, p. 109.
15. L. Trese, Dios necesita de ti, Palabra, 6ª edición, Madrid 1990, p. 147 y 155.
16. L. de Wohl, Adán, Eva y el mono, o.c., pp. 43-44.
17. Cfr. Santo Tomás de Aquino, Collatio super ´Credo in Deum´, art. 12 ; en Opuscula theologica 2, Turín 1954, p. 217.
18. 1 Cor. 2, 9; cfr. Is. 64, 4.
19. Cfr. 1 Cor. 13, 12 y 1 Jn. 3, 2.
20. San Bernardo, Sobre el Cantar de los Cantares, n. 83, 4; Liturgia de la horas, tomo 3, Madrid 1972, p. 1153.
21. San Josemaría, Camino, n. 432.
22. San Juan de la Cruz, Llama de amor viva, Canción 3, n. 6, o.c., p. 111.
23. C. Cardona, Metafísica del bien y del mal, EUNSA, Pamplona 1988, p. 131.
24. Cfr. Lc. 2, 19 y 51.


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Comentarios al autor: michel.esparza@gmail.com
Comentarios al monitor del foro: xvillalta@consultores.catholic.net



Participación en el foro:

• ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
1- Dios es un Padre de amor, misericordioso, que no quiere perder a ninguno de sus hijos.
2- Jesucristo resucitó al tercer día, para dar vida y vida en abundancia
3- La vida terrenal es un paso para llegar a la Tierra prometida
4- Dios nos ha prometido la casa celestial, y nunca nos ha fallado.
5- El saber que cada día tenemos vida, eso me hace sentir segura.
6-




• ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?

El infierno
Es la última consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida.
El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría. Así resume los datos de, la fe sobre este tema el Catecismo de la Iglesia católica: «Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra infierno» (n. 1033)9
El infierno nos lo hacemos nosotros mismos en la vida terrenal. Cuando no se tiene a Dios presente, se vive en la oscuridad. Muchas veces el orgullo que se tiene hace que el hombre no quiera aceptar el amor de Dios.
En el drama del autoengaño, lo primero que se pierde es la conciencia; después, la cabeza: el entendimiento. Quien vive como piensa, acaba pensando como vive.

El purgatorio
Para la Biblia católica, el purgatorio es el lugar donde van las personas que mueren y no han cometido ningún pecado mortal en vida, es decir, quienes no han ofendido directamente a Dios. Es considerado como un lugar de limpieza y expiación. Las personas que han cometido pecados leves durante el desarrollo de su vida, tienen que ir a ese lugar para poder limpiar sus culpas y de esta manera poder alcanzar el cielo. Se lo podría considerar como un paso intermedio, ya que todo aquél que entra en el Purgatorio terminará llegando al Cielo de una u otra manera, motivo por el cual, este lugar no debe ser considerado como si fuera el Infierno. Un dato importante a destacar es que las plegarias que hagan las personas en la tierra, por los muertos y las indulgencias, pueden hacer que se acorte la estadía de uno o varios de los seres queridos que estén en dicho lugar.

Cielo
El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (n. 1024).

En el marco de la Revelación que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo.

• ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
Cuando se piensa en la muerte, se siente miedo, lo desconocido siempre da esa sensación; pero no debemos tener ese concepto. Si conoce de Dios no desconocemos el amor tan grande que Él nos tiene.
La actitud ante la muerte debe ser positiva, ya que se tendrá el encuentro con Jesucristo y nuestro Padre celestial, experiencia que será gratificante, de acuerdo al comportamiento que se haya tenido en la Tierra.
Solo imaginémonos las grandes oportunidades que nos da el Señor. Compartir la fracción del pan en cada Eucaristía, escuchar la palabra para servir a Dios.
Todo esto me lo da para llegar triunfantes a la casa celestial. Es algo que Dios nos brinda para salvarnos y llegar a disfrutar de la paz celestial, en ningún momento nos deja solos, momento a momento nos acompaña y nos guía. Si eso lo hace con nosotros que le fallamos a cada instante, como será el día que nos llame a su casa celestial?
Debemos prepararnos para ese momento, y para lograr hacerlo, debemos cumplir con lo que nos pida, que todo es para nuestro bien. Y saber que Él nos está esperando. Debe ser algo hermoso, el estar frente a Jesús.

• ¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿nos lo podrías contar?

Me lo imagino lleno de colorido, con aroma inigualable, una paz indescriptible, ángeles con vestiduras blancas relucientes y entonando melodías gozosas, suaves. Como dice el salmo 24 con verdes prados y flores radiantes, movidas por una brisa suave.
Me imagino la Santísima Trinidad en un pedestal, y nuestro Padre Celestial, dando la bienvenida a cada uno de sus hijos.
Hannia
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor aida0305 » Jue Mar 08, 2012 12:39 am

1. Explicaría cómo desde la filosofía aristotélica-tomista hay argumentos que nos demuestran la inmortalidad del alma humana. Por lo tanto si el alma humana es inmortal no puede destruirse y perdura aún despúes de la muerte.

2. INFIERNO es un término que indica la situación en que puede llegar a encontrarse alguien que libre y definitivamente se aleja de Dios.
PURGATORIO es el término que se ocupa para designar la condición de vida en que se encuentran quienes se están purificando. CIELO según el Catecismo de la Iglesia Católica "es el fin último y la realización de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha" (n.1024)

3. Considero que la actitud cristiana ante la muerte debería caracterizarse por la alegría de llegar a la meta para la que fuimos creados: la unión perfecta con Dios nuestro Padre y Creador. recordemos lo que dice san Agustín "Nos creaste para ti y nuestro corazón andará inquieto mientras no descanse en Ti".

4. Teniendo como marco de referencia las bellas experiencias que Dios ya nos concede vivir en nuestras diversas relaciones, por el amor que damos y recibimos, me imagino que el cielo es parecido a eso pero infinitamente mayor y que duran eternamente. Por ejemplo: el intenso gozo de sentir a nuestros bebés en nuestro regazo, amándolos con todo el corazón; el gran consuelo que experimentamos de niños en los brazos cálidos de nuestra madre; la protección y seguridad que recibimos en los brazos de nuestro papá; el gran amor que sentimos por nuestros padres, abuelos, tías, hermanos, amigos, esposo. Esos espléndidos momentos que quisiéramos no terminaran nunca, me ayudan a imaginar que en el cielo serán todavía más plenos y durarán eternamente.
aida0305
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor camincha » Jue Mar 08, 2012 1:03 am

1.)En nosotros existen 2 realidades: corporales (frío, hambre) y espirituales ( inteligencia y voluntad).El cuerpo es la herramienta que nuestra alma necesita para expresearse...ella es indestructible, incorruptible o inmortal.
Va más allá de nuestros sentidos y a pesar de todos los condicionamientos que se le presente es libre (voluntad).

2.)Infierno: es la consecuencia de una vida vacía de Dios. Situación permitida de quien,libremente, decide alejarse de Dios.
Purgatorio: Es una Misericordia de Dios, estado de purificación que se realiza en vínculo con quienes viven la vida presente y con quienes gozan de la Bienaventuranza Eterna.
Cielo: es una vida perfecta, una relación viva y personal con la Stma. Trinidad, la Vírgen María, los ángeles y los bienaventurados.Estado supremo y definitivo de dicha.

3.)es recibir la llegada amorosa del Amnor Eterno, donde El es todo mío y yo soy toda suya, donde la dicha plena llega al éxtasis que no permite una sombra de dolor; no tiene tiempo, es infinito, es para siempre.Ante ese encuentro, la muerte es el paso que lo permite , por ello no debemos temerle; por que esa emoción irreprimible que es, se anulada por otra más fuerte que es el Amor.

4.)Yo no lo imaginaba asi como lo han descrito en este curso, pero tenía la confianza de que allí estaría junto a Dios, a Xto. gozando de una luz brillante, esplendorosa, inagotable. Un lugar donde no habría lugar para nuestras imperfectas emociones sino vivir exclusivamente alabando a la Stma. Trinidad en comunión con los ángeles y todos los elegidos.
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Larios6 » Jue Mar 08, 2012 1:31 am

1. Primero le explicaria que la materia y el alma se separan al uno morir. La material como cualquier materia se desintegra mas sin enbargo el alma es indestructible.

2. El infierno es la condenacion por eleccion libre a estar alejado de Dios definitivamente.
El purgatorio es la purificacion necesaria para estar con Dios.
El cielo es la plenitud de intimidad con Dios.

3. La actitud cristiana hacia la muerte deberia ser de gozo, esperando la gloriosa venida de Nuestro Senor Jesucristo.

4. Me he imaginado el cielo como in lugar donde todo es tranquilidad y paz.
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor meruz » Jue Mar 08, 2012 4:40 am

• ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
Demostrando que en el Hombre no todo es materia, y que el hombre es capaz de trascende esa materia y al hacerlo demuestra que esta se rige por leyes distintas a la de la materia.
El cuerpo, es decir la materia, envejece y muere, en cambio, el alma no envejece, el espiritu puede taparse en algunas personas en algún momento de su vida mortal, pero también puede recuperarla en cualquier momento (con la gracia de Dios por supuesto)


• ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?

Son estados que se presentan como consecuencia del estado en que está el alma a la hora de su muerte.
El cielo es el encuentro con Dios y el gozo eterno de su presencia, el infierno su ausencia y el purgatorio la purificación que el elma necesita para verlo cara a cara
• ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?

La actitud cristiana ante la muerte debe ser de esperanza. Si creemos en lo que decimos que creemos es el momento del encuentro con quien ansiamos

• ¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿nos lo podrías contar?

Ningun hombre sobre la tierra ha podido imaginar ni la céntima parte de lo que es el cielo. Jesús dijo que no hubo ni habra hombre más grande que Juan sin embargo el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que Él. quiere decir que en el Amor seremos llamados y todo se multiplicará de una manera que no podemos imaginar
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Andrea Souto » Jue Mar 08, 2012 6:00 am

Muy bueno el tema, voy creciendo día a día con la lectura.
muchas gracias al equipo!!!

-El alma es forma del cuerpo; necesita del cuerpo para expresarse y obtener datos a través de los sentidos, aunque, de por sí, es una sustancia subsistente (capaz de existir con independencia del cuerpo y, por tanto, incorruptible o inmortal). Sabemos por experiencia que, a pesar de las circunstancias, la última decisión siempre es nuestra. Si el hombre, a pesar de sus condicionamientos, es libre, podemos trascender la materia. En el hombre conviven realidades corporales (hambre) y espirituales (inteligencia que abstrae y voluntad libre). No somos ni animales ni ángeles, sino una mezcla de ambos. Ambas dimensiones están íntimamente unidas. Ya la simple capacidad de abstracción presupone espiritualidad. Los animales no trascienden el ámbito de lo particular. Tienen un sentido interno (la estimativa) que les permite sacar lecciones de la experiencia, pero no tienen capacidad de abstracción
A parte existen testimonios serios acerca de difuntos a quienes Dios permite comunicarse de forma objetiva con personas vivas.

-Infierno, es estar alejados de la Gracia de Dios, por elección propia.
El purgatorio es un lugar de purificación, para llegar a Dios.
CIELO, una vida perfecta con la Santísima Trinidad, la Virgen, los ángeles, una comunión de Vida y Amor.

-Una actitud activa esperanzadora, sin miedo.

-La verdad no me lo imagino como un lugar, sino como un estado infinito de Paz, Amor y Gozo. Junto a Jesús.-

cariños, Andrea.-
Andrea Souto
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor ARLETE » Jue Mar 08, 2012 9:28 am

HOLA A TODOS, ES PARA MI MUY INTERESANTE IR AVANZANDO EN EL CONOCIMIENTO DE NUESTRA DOCTRINA DE FORMA MAS PROFUNDA Y TOMAR CONCIENCIA DE LA FE QUE HAY EN NUESTRO CORAZON, EN RELACION A QUE HAY DESPUES DE LA MUERTE? SEGURO QUE HAY UNA NUEVA VIDA LLENA DE PAZ, TRANQUILIDAD E INFINITO AMOR DE NUESTRO SEÑOR, YA QUE DIOS NOS PROPORCIONA UNA ALMA INMORTAL E INDESTRUCTIBLE.
AL DESCRIBIR EL INFIERNO, EL PURGATORIO Y EL CIELO, NOS DAMOS CUENTA QUE DIOS NOS HA DADO LA LIBERTAD DE ELEGIR HACIA DONDE QUEREMOS Y DESEAMOS IR, POE EJEMPLO, EL INFIERNO ES PARA LAS PERSONAS QUE SE SEPARAN DE DIOS POR VOLUNTAD PROPIA, ES DECIR, EN EL PECADO SE LLEVA LA PENITENCIA, EL PECADO MISMO SE VUELVE CONTRA QUIEN LO COMETE. EL PURGATORIO ES UNA MISERICORDIA DE DIOS QUE NOS PERMITE PURIFICARNOS DE TODA MANCHA DE LA CARNE Y DEL ESPIRITU. EL CIELO SE DEFINE COMO LA VIDA PERFECTA CON LA SANTISIMA TRINIDAD, LA VIRGEN MARIA, LOS ANGELES Y TODA LA CORTE CELESTIAL, ES LA PLENITUD DEL INFINITO AMOR QUE DIOS NOS TIENE.
LA ACTITUD CRISTINA ANTE LA MUERTE DEBE SER EL PASO A UNA MEJOR VIDA PLENA Y LLENA DE AMOR, AUNQUE SE SIENTE EL MIEDO A LO DESCONOCIDO PERO NOS DEBE DE TRANQUILIZAR EL HECHO DE ASPIRAR A UNA RECTITUD DE INTENCION LO QUE DA TRANQUILIDAD POR LAS PROMESAS HECHAS POR JESUS, EL AMOR HUMANO DE ALTA CALIDAD ES LA MEJOR FUENTE DE INSPIRACION.
EL CIELO ME LO IMAGINO COMO LA ENTRADA A UNA LUZ INTENSA EN DONDE NO EXISTE DOLOR, DESCONFIANZA, DESAMOR, NO TENER LOS MALOS SENTIMIENTOS COMO EGOISMO, SOBERBIA, MENTIAS, ETC.,SOLO PLENITUD, DE PAZ, TRANQUILIDAD Y LLENAS NUESTRAS ALMAS DE AMOR INFINITO, LA ALEGRIA DE SER HIJA DE DIOS EN SU MAXIMO ESPLENDOR. UUUFFFF QUE INTERESANTE TOMAR CONCIENCIA DE NUESTRO EXISTIR.
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor PELAYO » Jue Mar 08, 2012 12:08 pm

Hola a todos:

Me ha gustado mucho este tema 5, aunque reconozco que ha habido partes que me han parecido más complicadas...

Ahí van mis respuestas:

¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?

Tengo que reconocer que me costaría.. Y más sin haber leído el tema de esta semana..

Ahora creo que le diría que en cada persona hay dos realidades: una espiritual y otra material (me ha parecido muy gráfica la frase de "no somos ángeles ni animales, sino una mezcla entre ambos"). A partir de aquí, intentaría explicarle la independencia que existe entre una y otra, y a la vez la íntima conexión que hay entre ambas. Finalmente, trataría de explicarle la existencia del alma como algo distinto al cuerpo acudiendo a las dos potencias de las que habla el texto: el intelecto y la voluntad. Aunque he de reconocer que me basaría más en la voluntad porque creo que la he entendido mejor... A diferencia de los animales, el ser humano siempre tiene la última decisión. Es libre. Y en cualquier circunstancia, su comportamiento no tiene por qué ser previsible o venir determinado por factores externos.

Por todo lo anterior, le diría que está claro que cuerpo y alma son dos cosas distintas, y que en el momento de la muerte nuestro cuerpo dejará de "funcionar" pero nuestra alma permanecerá inmortal...

(me releeré este tema y vuestras respuestas, porque insisto en que me ha costado mucho esta parte más "filosófica"...)

¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?

Puff! Otra pregunta fácil...

Creo que el Infierno es la ausencia de Dios y, por tanto, la ausencia de amor. Y creo que es importante tener claro que no es un castigo o una decisión de Dios, sino una decisión libre del que elige rechazar absolutamente a Dios y su divina misericordia, incluso en el último instante de su vida. Dios, como dice el texto, sólo viene a confirmar esa decisión libre..

El Purgatorio, representa la purificación por la que todos debemos pasar antes de ver a Dios; antes de reunirnos con Él. Y si no la hemos pasado en vida (si no nos hemos decantado completamente por Dios y hemos tenido siempre la intención de hacer su voluntad), la tendremos que pasar después de muertos (siempre que mantengamos nuestra apertura a Dios y no le cerremos las puertas..). Si nos nos hemos lavado, nos lavarán.. Porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta.

En cuanto al Cielo, es el gozo infinito. Llevar al infinito el amor y la paz más grande que hayamos podido experimentar en nuestra vida. Preciosa a la vez que esperanzadora la última frase del tema: "Cuando lleguemos al Cielo, enseguida nos sentiremos como en casa puesto que saldrá a recibirnos nuestra Madre." No es posible imaginar una mejor bienvenida: que te reciba la Virgen María y que te lleve hasta su hijo Jesús.

¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?

Yo creo que la actitud del cristiano debería ser de paz. Llegado el momento (cuando lo ves venir) supongo que será inevitable sentir un poco de miedo, pero creo que debemos confiar en las promesas de nuestro Señor Jesucristo y preocuparnos solamente de que cuando Él quiera venir a por nosotros nos encuentre con la lámpara encendida...

¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿Nos lo podrías contar?

El Cielo, en sí, me cuesta mucho imaginármelo... Como estado, creo que consistirá en experimentar en todo su infinidad el amor y la paz de Dios. En el Cielo comprenderemos del todo el amor que Dios nos tiene a cada uno de nosotros y sabremos perfectamente como transmitir ese mismo amor a los demás. Además, también creo que en el Cielo podremos dar sentido a todas las cosas que cada uno hayamos podido experimentar en nuestra vida y que ahora, tal vez, nos puedan parecer incomprensibles. Lo que también me gusta imaginarme es ese primer encuentro con Jesús.. Hay una canción que se llama "cara a cara" y que siempre ponen durante los ratos de Adoración en una Iglesia de mi ciudad. Me produce mucha alegría y mucha paz pensar en ese "cara a cara" con el Maestro.

Un abrazo a todos y que Dios y la Virgen Santísima os bendiga y bendiga a vuestras familias!
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor ginagaitan1971 » Jue Mar 08, 2012 12:57 pm

• ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
En el hombre conviven realidades corporales (hambre) y espirituales (inteligencia que abstrae y voluntad libre). actividad espiritual se apoya sobre un mínimo de resonancia sensitiva.con estas dos realidades demostramos que el cuerpo se envejece y se va deteriorando cada dia pero la espiritualidad sigue creciendo cada dia y al morirnos el alma se separa qel cuerpo.

• ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?
cuando nos referimos del Infierno podemos decir que es cuando estamos alejados de la Gracia de Dios.
El purgatorio es un lugar de purificación, donde debemos de llegar a limpiarnos para llegar a Dios.
el cielo es lo que todos anhelamos una vida perfecta con la Santísima Trinidad, la Virgen, los ángeles, una comunión de Vida y Amor un conjunto de todo.

• ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
Nuestra actitud debe ser de esperanza, si creemos todo lo que hemos hecho y dicho por nuestro señor, y saber que hemos actuado de la mejor manera en el camino correcto y hemos llegado agradarle a el sabemos que nuestra actitud que confiar en nuestro señor.

• ¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿nos lo podrías contar?
Personalmente siempre he soñado con los niños y adolescentes que trabajo que es un bello paraiso donde reina el amor ,la paz, fraternidad, el humanismo, la vida de igualdad entre todo donde no nos falta nada, con bello jardin, un inmenso arrollo con un inmenso cielo azul.
ginagaitan1971
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Carlos Cotarelo » Jue Mar 08, 2012 1:10 pm

Buenas tardes a todos. ¡Paz y Bien!

Estas son mis respuestas a las preguntas del tema 5

1)¿Cómo explicarías a alguien que con la sola razón podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
La explicación está dada por la inmortalidad del alma, que se debe a la naturaleza espiritual de la misma, haciendo que sea inmortal, incorruptible e indestructible. El camino más sencillo para demostrar la espiritualidad del alma es estudiar sus dos potencias: el intelecto y la voluntad. En cuanto al intelecto, la característica que más permite afirmar que el alma es espiritual es la capacidad de autorreflexión, ya que si nuestro intelecto fuese material, no podría volver sobre sí mismo de modo inmediato. El hombre puede usar su intelecto para discurrir sobre su intelecto. La voluntad permite al hombre, si es libre, tener la última decisión y poder trascender la materia (ej. huelga de hambre). En el hombre conviven realidades corporales (hambre) y espirituales(inteligencia y voluntad libre) Esta perfecta unidad de la persona humana se explica a través de la filosofía aristotélico-tomista. El alma necesita del cuerpo para expresarse y obtener datos a través de los sentidos, aunque de por sí es una substancia subsistente, es decir, capaz de existir con independencia del cuerpo, y por lo tanto incorruptible e inmortal.

2) ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?
Tras la muerte, el alma, al ser de naturaleza inmortal, sigue subsistiendo, y puede continuar existiendo en alguna de estas tres condiciones:
a) Infierno: es la condición de condenación, situación definitiva de quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último momento de su vida. El hombre, en su libertad, puede elegir rechazar definitivamente el amor de Dios y su perdón renunciando para siempre a la comunión gozosa con Él. El infierno es un lugar de pena definitiva, sin posibilidad de retorno, o de mitigación del dolor, como queda expresado en la parábola del rico epulón (Lucas 16, 19-31) Más que un lugar, indica una situación de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y los bienaventurados.
b) Purgatorio: el encuentro con Dios requiere de una pureza absoluta. El hombre que opta por Dios, pero que al momento de su muerte se encuentra en una condición de apertura a Dios pero de tipo imperfecta, necesita de una purificación para eliminar todo apego al mal y toda imperfección del alma. El purgatorio es una obra de misericordia divina. Es una condición de vida transitoria, y quienes se encuentran en el mismo están unidos tanto a la Iglesia triunfante, como a la militante, y experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, los sufragios y caridad de los demás hermanos en la fe.
c)Cielo: es el estado de plenitud de intimidad con Dios, estado supremo y definitivo de dicha. No es una abstracción ni un lugar físico sino una relación viva y personal con la Santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo. Los creyentes, en cuanto amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo.

3) ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
El cristiano debería pensar que la muerte es la puerta que abre paso al encuentro definitivo con la persona que más y mejor nos ama, Jesús. Si somos capaces de captar la verdadera naturaleza de la visión directa de Dios, del amor y la felicidad que gozaremos en el cielo, la muerte dejará de mostrarnos su sombría faz y perderemos el miedo, porque el amor, al ser más fuerte, convierte al miedo en algo irrelevante.

4) ¿Has intentado imaginarte cómo es el cielo? ¿Nos lo podrías contar?
En realidad son pocas la veces que he imaginado el cielo, en general lo imagino como el paraíso, un lugar idílico donde toda la naturaleza y los hombres viven en perfecta paz y armonía, junto a Dios Padre, Jesús, la Virgen María y todos los santos y bienaventurados. En particular, son más las veces que imagino la llegada al cielo que el cielo mismo. Tal vez esto se deba a la influencia de ciertos programas televisivos o de lecturas acerca del tránsito al más allá (ej. el libro "El más allá existe" de Lino Sardos Albertini). Imagino la llegada al cielo atravesando el túnel hacia la Luz Infinita (Jesús, la luz del mundo) siendo recibido mientras paso por el mismo por quien fuera mi amigo y director espiritual en la adolescencia, Fray Bonifacio de Ataun y otras personas que fueron significativas en mi vida.
Carlos Cotarelo
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Lnidia24 » Jue Mar 08, 2012 1:35 pm

Participación en el foro:

¿Vale la pena realmente frecuentar los sacramentos? Si, porque al ser signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina, entonces al frecuentarlos con una disposición adecuada estamos recibiendo las gracias divinas en busqueda de la santidad.
¿El ser humano es capaz de querer amar, saber amar y poder amar como Dios ama? Si ¿qué necesita para lograrlo? Para amar de verdad no basta con buena voluntad (querer) y formación (saber). Necesitamos también aprender a curar nuestra incapacidad. Debemos aprender a amarnos a nosotros mismos tal como somos, sin ningún tipo de engaño fraudulento. Y para poder amarme así a mí mismo, necesito descubrir el Amor misericordioso de mi Padre Dios. . Dios me ama tal como soy y su Amor me confiere una dignidad inestimable. Para avanzar por el camino de vida cristiana, precisamos una honda conversión interior: tenemos que estar firmemente decididos a abandonar falsas seguridades y a abandonarnos confiadamente en el Amor del Señor

Un abrazo feliz dia de la mujer para todas la compañeritas.
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Lnidia24 » Jue Mar 08, 2012 1:39 pm

• ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
Le diría que en el hombre no todo es materia -como sostiene un materialismo-, si el hombre es capaz de trascender la materia por ser mucho más que un simple animal algo más sofisticado, si en la persona humana hay una realidad más anclada en el ser que la materia, concluiremos que el alma es incorruptible, es decir, que el futuro de esta realidad espiritual presente en nosotros no se rige por las leyes de la materia. La materia sufre cambios sustanciales,mientras que el alma no es una sustancia contingente, sino necesaria. El único devenir posible de una sustancia de naturaleza espiritual es la aniquilación, algo que, en principio, el Dios nunca hace. Al contrario que la materia, el alma es simple: no se puede destruir.
• ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?
El infierno es la situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida. Es morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra infierno.

El Purgatorio es una misericordia de Dios. El Santo Cura de Ars lo llamaba «el hospitalito del buen Dios». Allí pagamos todos los platos rotos que, en estricta justicia, aún no hemos pagado, y nos dan clases (y hacemos prácticas) de santidad. En cuanto aprobamos el examen final de “amor a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a nosotros mismos”, ya podemos ir al Cielo.
El cielo es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo. Esta vida perfecta con la santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha.

• ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
Una actitud de valentía, de anhelo de quedar sumergidos en el poderoso abrazo del Amor Absoluto, en ese amor indescriptible, pero personalísimo, mediante el cual yo seré todo de Dios y Él todo mío; una misión por la que mi alma, convertida en llama de amor, arde con una pasión inefable y gozosísima; una fusión tan arrebatadora que hace inevitable el éxtasis, un éxtasis que excluye cualquier sombra de dolor, porque no terminará nunca... Sí, cuando seamos capaces de captar, aunque sea un poquito, la verdadera naturaleza de la visión directa de Dios, del amor y la felicidad que gozaremos en el cielo, la muerte dejará de mostrarnos su sombría faz y perderemos el miedo. [...] Una emoción tan irreprimible como es el miedo se ve anulada por otra todavía más fuerte: el amor. Este no ha arrojado de nuestro corazón el miedo, pero lo ha convertido en algo irrelevante

• ¿Has intentado imaginarte como es el cielo? SI ¿nos lo podrías contar? Un día soñe a mi madre en unos jardines hermosisimos com muchas flores bellas que yo no he conocido aún, con una grama verde, frondosa, esponjosa y en ese sueño ella me dijo que ahí es el lugar donde ella esta y me dijo que hay muchas flores lindas y arboles hermosos y que pueden disfrutar de estar recostados en esa grama. En el mismo sueño yo me puse a llorar al reconocer que mi madre ya esta muerta y ya no la vi cerca de mi, entonces se acercaron a mi Madre Paz una Monjita que fue directora del Colegio donde estudie la secundaria , ella falleció en 1994 y tambien se acerco Monseñor Eduardo Fuentes que fue Director de la Diocesis a la que yo pertenezco, el falleció en el 2000, ellos me levantaron de donde yo estaba sentada y me abrazaron y Monseñor Eduardo me dijo que ya no llorara por mi madre porque ella estaba con ellos y la Virgen María, desde ese día tuve un gran consuelo en mi corazon, por eso considero que el Cielo tiene partes así de bellas como las que vi en ese sueño pero que tambien tiene lugares especiales y bellos destinados para la contemplación del señor en unión con nuestra madre santisima.

Nidia Luna

Lo siento mis respuestas del foro 4 me equivoque y las mande en este, pero ahorita lo corrijo.
Lnidia24
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Paty Aurora » Jue Mar 08, 2012 1:44 pm

Paty Aurora contesta:

1.-¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?

Comentando primeramente que Platón demostró hace 24 siglos que el alma es inmortal, incorruptible e indestructible, y demostrando que el hombre no todo es materia y si el hombre es capaz de trascender la materia por ser mucho más que un simple animal algo más sofisticado, si en la persona humana hay una realidad más anclada en el ser que la materia, se concluira que el alma es incorruptible, es decir, que el futuro de esta realidad espiritual presente en nosotros no se rige por las leyes de la materia.
Esta perfecta unidad de la persona humana sólo ha sido explicada satisfactoriamente -sin caer en dualismos- por la filosofía aristotelico-tomista. Según ésta, el alma es forma del cuerpo; necesita del cuerpo para expresarse y obtener datos a través de los sentidos, aunque, de por sí, es una sustancia subsistente (capaz de existir con independencia del cuerpo y, por tanto, incorruptible o inmortal).

2.-¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?

El infierno es algo muy diferente: es la última consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida.
El Purgatorio es una misericordia de Dios. Allí pagamos todos los platos rotos que, en estricta justicia, aún no hemos pagado, y nos dan clases (y hacemos prácticas) de santidad. En cuanto aprobamos el examen final de “amor a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a nosotros mismos”, ya podemos ir al Cielo.
Es también el lugar en donde se encuentran las almas en la condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo de la Iglesia católica, nn. 1030-1032).
El Cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (n. 1024). Es la vida perfecta con la santísima Trinidad, es comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados.
El cielo es morada de Dios

3.-¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?

De esperanza, que se basa en las promesas hechas por Jesús, ya que esta no es el final de todo. El cristiano no muere para quedar muerto sino para resucitar. La muerte ya no tiene la última palabra.
El cristiano afronta la muerte y la asume libremente como un acontecimiento que puede ser vivido en comunión con Cristo muerto y resucitado y en la misma actitud que El adoptó.

4.-¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿nos lo podrías contar?

El cielo para mi es el lugar en donde ya no lloraré, ya no sentiré dolor ni angustia, tendré gozó y alegría por ver a Dios, sentiré la presencia de su amor.
Lo alabaré continuamente, junto con todos los ángeles, arcángeles, serafines y potestades.
Veré también a mi Madre Santísima y junto con ella alabaré a Dios.
El cielo para mi es un lugar hermoso, con paisajes muy bellos.
Paty Aurora
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor jose15 » Jue Mar 08, 2012 1:54 pm

Participación en el foro:

• ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?

Con la sola razón podemos demostrar que no todo termina con la muerte.Platón, hace 24 siglos, demostró que nuestra alma es inmortal: incorruptible e indestructible.

El hombre no solo es materia, sino que es capaz de trascender, la materia. La materia sufre cambios sustanciales, en tanto que el alma no es una sustancia contingente, sino necesaria, el alma no se puede destruir por lo tanto continua existiendo después de la muerte.

• ¿Qué es el infierno, ?
el infierno es, la última consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida.




El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría.

el purgatorio

El Purgatorio es una misericordia de Dios. Allí pagamos todos los platos rotos que, en estricta justicia, aún no hemos pagado, y nos dan clases (y hacemos prácticas) de santidad. En cuanto aprobamos el examen final de “amor a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a nosotros mismos”, ya podemos ir al Cielo.

El purgatorio: purificación necesaria para el encuentro con Dios

y el cielo?

El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (n. 1024).El cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo» (Mt 6, 20; cf. 19, 21).

• ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?

Si consideramos que la muerte es como la llegada nupcial del Amado que viene a abrazarnos, si somos capaces de captar, aunque sea un poquito, la verdadera naturaleza de la visión directa de Dios, del amor y la felicidad que gozaremos en el cielo, la muerte dejará de mostrarnos su sombría faz y perderemos el miedo.
Nuestra actitud, por lo tanto debe de ser de una total confianza en el Señor, en su Misericordia infinita, confiados en que nuestra actitud durante la vida, fuimos capaces de seguir sus mandamientos.

• ¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿nos lo podrías contar?

Para mi el cielo, es el lugar donde esta Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, Nuestra Gran Madre María Santísima y San José rodeados de todo el ejercito celestial de arcángeles, ángeles, querubines, tronos dominaciones, potestades, de los hermanos que llevaron una vida de santidad, de todos los seres que se nos adelantaron y a los cuales podremos volver a encontrarnos, claro en otra dimensión y que gozaremos todos juntos de una paz eterna.
jose15
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Magdaramirez » Jue Mar 08, 2012 1:59 pm

Hola, Buenas tardes:
mis respuestas son:
1.- El alma toma la forma del cuerpo y lo necesita para expresarse, pero como no es materia es incorruptible e indestructible. Despues de la muerte vive segun hayamos elegido en nuestro paso por la tierra. La fe es primordial, creer es bàsico para encontrarle sentido a nuestro modo de vida terrenal.
2.- Infierno: Es la ùltima consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situaciòn en que se situa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre, incluso en el ùltimo instante de su vida. Infierno es el lugar de pena definitiva sin posibilidad de retorno o mitigaciòn del dolor.
Purgatorio: Es una misericordia de Dios. Es el lugar donde nos purificamos de toda mancha de carne y espiritu; porque el encuentro con Dios, requiere una pureza absoluta.
Cielo: Es la morada de Dios. Lugar al que tambien los creyentes pueden, por gracia, alcanzar. No es un lugar fìsico es una relaciòn viva y personal con la Santisima Trinidad, es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado, gracias a la comuniòn del Espìritu S anto.
3.- Nuestra actitud debe ser de gozo y alegria, no debemos setir miedo. Aunque ciertamente el miedo es por nuestras culpas.
4.- Antes de èsta evangelizaciòn tenia una idea equivocada del cielo, tal vez me dejè llevar por lo que se dice de el. Pero ahora tengo un sentimiento anhelante. Vivir ese amor tan inmenso que Dios nos tiene, la alegria que se comparte con todos, ese vivir en familia, la paz y todo lo bueno que Dios nos tiene preparado es realmente maravilloso...
Magdaramirez
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor pakocasi » Jue Mar 08, 2012 6:40 pm

BUEN DIA EN EL SEÑOR.
• ¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
Creo que Dios nos dio todo el material para poder construir algo bueno, bello y verdadero; nos dio un alma inmortal, indestructible e incorruptible. Creados con libre albedrio, razón, libertad, inteligencia, santidad y justicia original, con capacidad de relación y amor. Para nosotros los creyentes y para el hombre común la vida no termina con la muerte. Porque somos capaces de trascender, somos capaces de Dios por este aliento de su mismo Espíritu que ha puesto en cada uno.

• ¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?
a) la ausencia total y el rechazo definitivo de Dios incluso en el último instante de la vida. Libre y conscientemente elijó estar contra el Creador. Ultima consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido.
b) Es pura misericordia del Padre. El camino hacia la bienaventuranza eterna requiere de una purificación que debe ser completa nuestra condición de apertura a Dios. Una condición de Vida.
c) La plenitud de intimidad, de comunión con Dios meta de la existencia humana. Realización de las aspiraciones humanas, vida perfecta de comunión y amor con la Santa Trinidad, la Santísima Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados.

• ¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
De mucha esperanza por los frutos de la redención de Cristo. En la vida o en la muerte somos del Señor nos recuerda el apóstol Pablo. Nuestra meta es Dios y esto nos tiene que llenar de gozo. Aunque es cierto que puede causar algún dolor la separación física del amado, sin embargo la vida cumplida, la misión realizada y la existencia vivida en el amor y respeto hacia el otro nos mueve a ver de manera diferente esta situación. Lo vivido alegremente, el amor compartido me ayudará a vivir con consuelo cuando no estés. Dios nos llama y su llamada es para amarnos más.

• ¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿Nos lo podrías contar?
Creo que me lo imagino con mucha paz, con alegría inmensa, con el gozo de las almas de estar en la presencia del Altísimo. Ya el profeta Isaías nos lo recuerda: La armonía de la creación y de todos los seres, donde la maldad desaparece, donde se puede convivir y contemplar a nuestro Dios. Mirar a nuestros seres queridos en la luz de Dios. Este estado de vida al cual todos deberíamos anhelar y luchar para llegar al gozo inefable de Dios. Es cierto que nos cuesta imaginarnos el cielo porque estamos tan acostumbrados a lo que tenemos aquí en la tierra, a las cosas, a las personas y acontecimientos. Pero ir al cielo es algo que muchos no creen, no esperan, no aman, no se lo imaginan. Tendríamos que trabajar más en estos puntos centrales de nuestra fe. Sembremos cachitos de cielo aquí en la tierra.
Un abrazo: Francisco Osorio Casique/ México, DF.
pakocasi
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor rudo65 » Jue Mar 08, 2012 8:13 pm

1.- ¿ Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros que hay vida tras la muerte ?
Con la muerte muere la materia, pero la espiritualidad no muere. Hemos visto morir mucha gente, después de un tiempo se han convertido en polvo; porque el alma da vida al cuerpo y cuando se separa el alma del cuerpo pasará a la eternidad y el cuerpo se pudrirá y se reducirá a polvo.
2.-¿ Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo ?
El Infierno es el Estado donde van los que mueren en pecado mortal personal,
El purgatorio es el lugar de purificación necesaria para el encuentro con Dios,
El cielo es el encuentro real con el Señor
3.- ¿ Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte ?
La de aceptar la muerte en satisfacción de nuestros pecados y aceptarla tal y cual nos lo envíe el Señor.
Debemos ser felices al morir, Debemos aceptar la muerte como el momento más importante de nuestra existencia; porque es el momento decisivo en el que depende nada menos que nuestra eternidad.
4.- ¿ Has intentado imaginarte como es el cielo?. ¿ No lo podrías contar ?
Para mi el Cielo es gozar de Dios por toda la eternidad.
El cielo es la felicidad extrema esel lugar donde ya no habrá sufrimiento, ni hambre, ni miseria; sino todo será hermoso porque ya no necesitaremos nada material. es el eterno presente para estar apreciendo a Dios en su esplendor

La vida se nos da para buscar a Dios, La muerte para encontrarlo y la vida eterna para gozarlo.
Gloria a Dios.
rudo65
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor Flor Marina » Jue Mar 08, 2012 8:30 pm

Un saludo a todos

• Como explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte

Con el convencimiento de que no todo termina con la muerte, puesto que no solo somos materia sino también espíritu. El alma humana es inmortal e incorruptible, mientras que la materia, el cuerpo sufre cambios. El alma necesita del cuerpo para expresar y aprender a obtener datos a través de los sentidos pero es capaz de existir con independencia del cuerpo porque es inmortal

• ¿Que es el infierno, el purgatorio y el cielo?

El infierno, es un dogma de fe Cristo Jesús lo ha revelado y él dice la verdad lo repite quince veces en el evangelio. El evangelio habla de una pena física habla del fuego. Ya sabemos que es una metáfora porque el fugo del infierno no puede ser como el de la tierra, porque atormenta los espíritus, es otra cosa. Pero es importante que Jesús para ilustrarnos explica lo que es el infierno, utiliza esta palabra fuego aunque metafóricamente, da a entender lo terrible que debe ser ese lugar. Parecido a la realidad quemarse eternamente, sufrir eternamente. Estar ahí por voluntad propia, poder salvarse y no querer, tener en las manos la salvación y no aceptarla. Después de la muerte se acabó. Ya no se puede rectificar y las consecuencias son irreparables.
El purgatorio, es una oportunidad que el buen Dios da para ser lavados de todo pecado de toda imperfección de toda mancha del alma y del cuerpo para poder acceder a El. Ser perfectos y crecidos en el amor con el padre Celestial. Viviendo eternamente con ropaje nuevo y blanco al lado de Cristo Jesús y todos los santos
El cielo, es la felicidad de amar eternamente, es la reunión de todo el bien sin mezcla alguna de mal. Es luz, alegría y paz por ser la cas a del Padre a donde todo creyente amado por Él, es resucitado con cristo y dignificado de compartir esta maravilla con los bien aventurados que moran allí. Pues si aquí en la tierra que lo que conocemos de Dios es poco y sin embargo comprendemos que merece la pena vivir para Él y amarle a Él sobre todas las cosas ¿Qué será en el cielo cuando veamos cara a cara a Dios tal como es? Veremos lo digno de amar que es. Sentiremos el amor que nos tiene. Eso nos dará gran felicidad. Ese amor nuestro a Dios y de Dios hacia nosotros nos saciara. No necesitaremos más y es para siempre por toda la eternidad. Cielo eterno esa es la maravillosa felicidad de la gloria. Amar a Dios, es lo más digno de amor que podemos concebir y sentir el amor de la persona que mas nos ama para siempre.

• ¿Cual debe ser la actitud cristiana ante la muerte?

Debe ser una actitud esperanzadora, pues cristo es la puerta que abre el cielo por Él resucitaremos y gozaremos de la gloria de la eternidad con el padre y los bienaventurados que habitan allí. ‘’Porque el cordero, que esta en medio del trono los cuidara como ovejas y los guiara a manantiales de agua de vida y Dios secara toda lágrima de sus ojos’’ (apocalipsis 7,17)

• ¿Has intentado imaginar como es el cielo? ¿Nos lo podrías contar?

Yo imagino el cielo como una gran ciudad brillante, de cristal pulido transparente, con destellos de oro y piedras preciosas. En medio de la ciudad atraviesa un río de aguas cristalinas, con sonido apaciguador y cuando uno lo mira quiere quedarse observando y escuchando. Los seres que habitan allí algunos alados tienen vestidos blancos, rostro sonriente y sereno invadido por una paz indescriptible, alaban y adoraran Dios en todo momento, agradecidos por el amor y la luz eterna que brota de Él como si fuera un sol que es lo que hace resplandecer todo aquel lugar donde no se vera tiniebla alguna jamás.

Bendiciones

Flor Marina

Bogotá-Colombia
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor 16101950 » Jue Mar 08, 2012 11:16 pm

Tema 5
1) Como explicarías a alguien que con la sola razón podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?

Por medio del bautismo propiamente dicho significa y realiza la muerte del pecado y la entrada en la vida de la Santísima Trinidad a través de la configuración con el misterio pascual de Cristo donde la gracia santificante nos da creer en Dios, esperar en Ël, amarlo mediante las virtudes teologales, Fe, Esperanza, Caridad.
Las razones del creyente, la esperanza cristiana de la vida eterna. Creo que viviremos sin reloj, que todo el tiempo será para cantar alabar a nuestro Padre junto a Cristo, la Virgen María, los angeles, santos.
Me resuena cuando rezo "...cuando vengas a buscarme para que con tus angeles te alabe para siempre, hace un tiempo que pense unirme al coro de la Iglesia, siento que me gusta cantar, pienso que el Espíritu Santo, quiere que me vaya preparando, para no desentonar con el coro de los ángeles. Al igual que el canto " esta es la luz de Cristo yo la haré brillar brillara brillara sin cesar", debo mantenerla encendida para cuando llegue la hora, no me encuentre en la oscuridad.

2) Que es el infierno, el purgatorio y el cielo?

Infierno es una situación ( no lugar) quien rechaza a Dios definitivamente por decisión propia y libre elección, confirmada con la muerte que sella esa opción, autoexclusión de la comunión con Dios y con los bienaventurados.
Purgatorio: estamos invitados a purificarnos de toda mancha de la carne y del espíritu , porque el encuentro con Dios requiere pureza absoluta, por eso en nuestra vida terrenal debemos crecer en el amor y debemos pedir a nuestro Padre la gracia santificante para lograrlo y llegar a la santidad.
Cielo: es gozar de la plenitud de comunión, de intimidad con Dios, es la meta de la existencia humana.
Es la felicidad perfecta, es encontarnos con la persona que ama y mejor nos ama. Así como en la vida terrenal, estamos los creyentes unidos entre sí en el único cuerpo místico, así también después de la muerte, los que viven en estado de purificación experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en la caridad de los demás hermanos en la fe.

3)Cual debe ser la actitud cristiana ante la muerte?

Hay cristianos sienten miedo ante la muerte ( antes sentía eso, cuando no sabia muchas cosa de Dios, o mejor dicho no conocía a Dios ) por ser un paso , desconociendo los detalle, la visión directa de Dios, del amor y felicidad, que gozaremos en el cielo, la muerte nos anula el miedo por una emoción mas fuerte: el amor, que lo a hecho irrevelante, la esperanza de que Jesús fue a prepararnos un lugar cerca del Padre.

4)Has intentado imaginarte como es el cielo?. Nos lo podrias contar?

En la tierra Dios nos puso la creación toda para que nuestros sentidos se deleiten con los colores, perfumes y naturaleza.
El cielo debe ser maravilloso, puro, paz, mucho amor,o sea un paraiso, donde la maldad no existe.
En el cielo viviremos en familia con el resto de los bienaventurados, aparte de amar a Dios amaremos a cada uno de ellos allí nuestro amor será como Jesús nos amo


Ya que se trato el tema de la muerte, tengo una duda, y rogaría, si pueden aclararme, cuando una persona muere y es cremada, esas cenizas donde se ponen, ? algunos piden que las tiren al rio, al lugar donde ellos les gusta en las sierras etc., he tenido distintos puntos de vista, que no se debe cremar, debe enterrarse en un cementerio( por ser lugar santo)
Mi duda es que por situaciones de que en un cementerio se debe abonar un impuesto para su mantenimiento, y los deudos suelen olvidarse, en ir a verlos al cementerio, y esa deuda tiene su vencimiento, al no cumplir esos cajones son quemado todos juntos, no se donde van esas cenizas.
Si se crema , esas cenizas son esparcidas en el cementerio, en la parte del jardin, puede ser, estaría bien como cristianos que somos.
Cuando se vela la persona fallecida, que oración se puede hacer o leer, ademàs del rosario.
Desde ya muy agradecida, por el curso, temas que me han gustado mucho, y por el tiempo que disponen para contestar las dudas, un saludo en Jesús y Maria
16101950
 
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Re: Tema 5: ¿Qué hay después de la muerte?

Notapor carlos2602 » Vie Mar 09, 2012 12:07 am

¿Cómo explicarías a alguien que, con la sola razón, podemos estar plenamente seguros de que hay vida tras la muerte?
Debemos de saber algunas verdades sobre el ser humano: estamos compuestos, dotados de cuerpo (materia) y sobre todo de una serie de atributos diferentes a los de los animales, ejemplo, voluntad, libertad, pensar, decisión entre el bien y el mal, de alma y espíritu. Al morir la "materia" esta se corrompe, pero la espiritualidad del alma sigue existiendo; existen testimonios de "vida" después de la "muerte".

¿Qué es el infierno, el purgatorio y el cielo?
Son estadios que Dios creo para el destino de las almas de acuerdo a su actuar en la vida terrenA, son estadios eternos.
INFIERNO: aqui es donde se albergan las almas malas, que al momento de morir no estaban en estado de gracia con Dios. Sus pecados las han condenado.
PURGATORIO: es el estadio de la purificacion de las almas; es el lugar previo de las almas antes de ir al cielo. Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del alma. La purificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una condición de vida. [...]
CIELO: es el lugar donde las almas santas y purificadas encuentran la gran Gloria de Dios y gozan de la presencia Divina.

¿Cuál debe ser la actitud cristiana ante la muerte?
Tremenda pregunta... Nuestra actitud deberia ser de alegria, de alegria de encontrarnos con Dios, claro, siempre y cuando seamos dignos de eso. La muerte es algo natural y de acuerdo a nuestra Fe es un acto de esperanza el saber que nuestro Señor Jesucristo murió y venció a la muerte con su gloriosa Resurrección.

¿Has intentado imaginarte como es el cielo? ¿nos lo podrías contar?
Definitivamente si he intentado imaginar el Cielo, me lo imagino Como un lugar hermoso, donde impera el amor, un lugar donde se cuenta con la Presencia de Dios, un lugar llenos de alegria, paz, concordia. Con la dicha de estar con Dios trino.

Que tema, verdaderamente enriquecedor!!
Carlos Jiménez
carlos2602
 
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