El matrimonio es vocación de una persona, misión a realizar y formación para una nueva familia, núcleo escencial de todas las sociedades. Las sociedades se constituyen principalmente por familias y es directamente proporcional que la manera de convivir y desarrollarse una familia es la manera como se irá constituyendo nuestra sociedad. Es dentro de la familia que aprendemos a vivir con o sin valores; valores trasmitidos por los padres desde el ejemplo, el amor y la responsabilidad.
Dentro de la familia vivimos la manera de dar, de trasmitir y de transformar el mundo para bien o para mal.
Es entonces de máxima importancia el desarrollo saludable de las familias y de manera importante nuestra máxima referencia es el testimonio de un Dios amoroso, que antes que nada ha venido a servir y a liberarnos. No podemos alcanzar una máxima referencia material en el mundo que nos haga productivos y provechosos para devolvernos al mundo de cara a la trascendencia con un poder superior Dios.