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orfebre escribió:1.- ¿Te has parado a pensar profundamente en la existencia del Demonio?
Sí, he pensado en la existencia del demonio; no sabría decir qué tan profundamente, pero lo he pensado; y, más que “pensado”, me parece que lo he experimentado en mi vida con el “mal espíritu” que se atraviesa con frecuencia en mi lucha por ser bueno. Inclusive, cuando veo caos extremos de maldad en este mundo, pienso que definitivamente el demonio existe y quiere sembrar el mal en el mundo.
2.- ¿Has analizado intensamente lo que significa la eternidad?
Sí. He oído que se la refiere como un “eterno presente” para aclarar que no se trata allí del fluir del tiempo. He pensado que tenemos que obrar bien ahora que podemos para sembrar y cosechar buenos frutos que nos permitan que esa “eternidad” se maravillosa en unión con Dios ya que también he pensado que es irreversible; es decir, que somos seres llamados a la eternidad por la inmortalidad de nuestra alma y que una vez, puestos en esa realidad, el premio o el castigo serán ya definitivos.
3.- ¿Conoces la frase de varios santos que da más sufrimiento un dia en el infierno que todo el sufrimiento que tengamos en esta vida?
No la conocía esta frase pero aclara muy bien la gravedad de la condenación eterna y estimula a obrar bien en esta vida aunque a veces, ese obrar bien signifique el camino estrecho o la renuncia a sí mismo lo cual permite darle sentido a los sufrimientos y dificultades que a veces implica la práctica del bien. Pero, teniendo uno la mira en la felicidad eterna se motiva muy bien para obrar rectamente.
4.- ¿Has reflexionado profunda e intensamente, lo que significaría pasar la eternidad en el infierno?
Ciertamente, me parece terrible. A veces pienso, sin negar por ello al demonio y al infierno, que la infinita misericordia de Dios permite, que escapemos de tan terrible destino. Sin embargo, tengo claro dos cosas: la primera: que la preciosa sangre de Jesucristo es inmensamente más poderosa que el poder del demonio y, segunda: que en cuanto pueda debo amar a Dios no por “miedo” sino por “amor”.
UNA ACLARACION
Considero, respetuosamente, que en el documento base y también en el texto del extracto de tesis de esta decimocuarta entrega del curso, se oculta un error teológico que linda con lo herético. Me refiero al párrafo siguiente
“El tema del infierno y de Satanás es un tema evadido. Estos temas son indiferentes en esta época en que la secularización nos ha llevado a negar lo que es por demás evidente: La existencia del mal y del infierno. "El gran éxito del demonio, en nuestra sociedad, ha sido precisamente el ocultar y negar su propia existencia. Nadie habla de él. Si existe lo blanco, existe lo negro; si existe la luz, existe la oscuridad; si existe el bien, existe el mal y por ende, si existe Dios, existe también el demonio. El objetivo fundamental es crear conciencia sobre la existencia de estas polaridades para que a través del libre albedrío el hombre pueda elegir responsablemente sobre sus actos y sus consecuencias."(1).
Está bien que digamos, por ejemplo, que “si existe lo blanco, existe lo negro” o, que “si existe la luz, existe la oscuridad”; se trata al fin de cuentas de realidades contingentes y, ciertamente no sólo en el orden de la existencia sino también en el orden del pensamiento lo uno no se dá sino lo otro, o para que se dé y se pueda comprender lo uno, se necesita la realidad polar o contraria que se le opone. Inclusive puede seguirse manteniendo el mismo recurso de las “polaridades” para referirse al mal y al bien, aunque con menos éxito. Al fin de cuentas entre las teorías explicativas hay algunas que afirman que el mal existe porque existe el bien o que comprendemos y sabemos lo que es el mal porque hemos experimentado lo que es bueno (la salud, por ejemplo, frente a la enfermedad).
En donde el mencionado recurso literario de las polaridades es definitivamente, inadecuado es cuando de utiliza para comprender a Dios (o al demonio) ya que al decir “y por ende, si existe Dios, existe también el demonio”, se estaría afirmando que esto es verdad de la misma manera que es verdad lo que se venía diciendo acerca de lo blanco y negro, o de la luz y la oscuridad). Y no es ni puede ser así. Pensándolo bien se está dando a entender “que el diablo existe porque existe Dios”; o, que puesto que existe una de las polaridades (Dios) tiene que existir la otra (el demonio) y entonces… estaríamos concediendo que Existen dos poderes o principios, enfrentados entre sí (Dios, principio del bien y el demonio, principio del mal) y ello, lo sabemos, es herejía. La verdad es que el mal no está enfrentado a Dios como otro ser “igual o superior a Dios”. De hecho la filosofía escolástica nos enseñó a entenderlo mejor como carencia o privación de ser. En la Biblia el demonio es una creatura (no otro ser que se opone a Dios)
Por lo tanto, habría que corregir esa desafortunada expresión que encierra un sutil error. En el mismo extracto de tesis está aclarado por parte del autor que la idea de un tal dualismo metafísico proviene de otras fuentes distintas al cristianismo bíblico cuando afirma:
“Según José Antonio Sayés, es en la religión del Irán en donde propiamente se habla de un dualismo metafísico que habla de dos principios coeternos: el principio del bien y el principio del mal, que luchan entre sí hasta que al final el principio del bien se impone al mal. Esta oposición entre estos dos principios es eterna y es el principio malo quien crea el Devas o demonios que parecen transformaciones de divinidades desaparecidas.(19)” GRACIAS. SERGIO L. JARAMILLO GOMEZ
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