EL SÍ A DIOS... LA LLAVE DE NUESTRA EXISTENCIA.

En este Curso buscamos darles a conocer esta propuesta alternativa, diferente al capitalismo, al socialismo y globalismo, sistemas que se han demostrado fracasados. Esta propuesta surge de la reflexión, basada en el sentido común, profundizando en cuáles son los puntos fundamentales de nuestra existencia, y cuál debe ser nuestro actuar.

¡El Misionerismo es la filosofía del Dar, del Ser, del Servir! Porque hay más felicidad en Dar que en recibir, Hay más abundancia en Dar que en recibir, Tiene más sentido el Ser que el tener. Es más trascendente Servir, que ser servido.
Fecha de inicio: 21 de enero
Fecha final: 9 de junio
Envío semanal.

Moderadores: Catholic.net, pablopira, Gabiliux, pbernardolc, joseluisperezg, Moderadores Animadores

EL SÍ A DIOS... LA LLAVE DE NUESTRA EXISTENCIA.

Notapor DIACONORONDON » Sab Jul 21, 2012 9:54 am

TEMA: EL SÍ A DIOS... LA LLAVE DE NUESTRA EXISTENCIA.

1. ¿Has analizado cuan intenso y profundo es tu Sí a Jesucristo?
Si bien he dado una repuesta a Jesús, todavía falta ser mas decidido en esa entrega al Jesús, Todavía , a decir vedad, algunas cosas del mundo me tienen atrapado.
2. El tamaño de tus frutos es proporcional a la profundidad de tu Sí, ¿Tu vida espiritual y apostólica, esta dando muchos frutos?
No, creo que debería producir muchos mas frutos, aunque también se podría pensar en que esos frutos solamente Dios los conoce ya que Él es el que los recoge, yo solamente soy su sembrador.
3. ¿Eres consciente de que el mundo está como está porque nosotros los que nos decimos Católicos, hemos sido muy tibios y pasivos en todos los órdenes, en la mayoría de los casos?
Claro, que si, nuestra fe es una fe raquítica, débil sobre todo porque nos han enseñado y seguimos enseñando a nuestros fieles a celebrar, pero sin saber que celebramos, por eso en la Misión Continental debemos volver al mensaje inicial es decir al KERIGMA.
4. ¿Crees que eres culpable de Omisión, por la situación actual del mundo?
En parte si, pero también soy consiente de la formación que recibí, en resumen hoy debo asumir con mas compromiso mi Bautismo y ser un verdadero apóstol de Cristo y un misionero de la Iglesia.
5. ¿Crees que tú y otros como tú, y otros más como tú, pueden cambiar el mundo?
Si todos volvemos a Dios, si a Jesucristo lo hacemos el Señor de nuestras familias y de la sociedad, si lograremos cambiar el mundo con la ayuda de Dios
6. ¿Y si tu respuesta es Si, porque no lo haces, porque no empiezas ahora?
Estamos en eso en llevar el mensaje de Cristo a todos los pueblos, mediante la misión continental, claro que apenas estamos empezando, pero hay vamos.
7. ¿Y si tu respuesta es que ya lo haces, porque no buscas la forma de contagiar mucho más a los
Estamos capacitando a muchos en nuestra parroquia para que sean misioneros.
DIACONORONDON
 
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Re: EL SÍ A DIOS... LA LLAVE DE NUESTRA EXISTENCIA.

Notapor rosim34 » Jue Ago 02, 2012 10:23 am

ES VERDAD NECESITAMOS FERVOR PARA VIVIR NUESTRA FE, CUANDO REZAMOS CON GRAN FERVOR VEMOS MILAGROS Y CON EL MISMO FERVOR DEBEMOS AGRADECERLOS, CUANDO ALGUIEN NOS BRINDA AYUDA DESINTERESADA SE CONVIERTEN EN NUESTRO BENEFACTOR Y LE AGRADECEMOS DE MIL MANERAS, LOS AMAMOS Y LOS HACEMOS PARTÍCIPES DE NUESTRA VIDA EN FAMILIA, NOS ACOMPAÑAMOS, NOS AYUDAMOS, SOMOS LEALES Y SOLIDARIOS; ASÍ DEBEMRÍAMOS DE SER CON NUESTROS BENEFACTORES CELESTIALES, DEBERÍAMOS AMARLOS INCONDICIONALMENTE Y HACERLOS PARTÍCIPE DE TODO EN NUESTRA VIDA, DEBERÍAMOS SER LEALES Y SOLIDARIOS, ACOMPAÑARNOS MUTUAMENTE EN TODO MOMENTO.

YO LES COMPARTO AQUÍ MI ORACIÓN MILAGROSA, YA ME DIÓ 2 MILAGROS; CREO QUE PORQUE PEDÍ Y REZÉ CON GRAN FERVOR Y POR ESO TRATO DE AGRADECER CON EL MISMO FERVOR, AGRADEZCO DIARIAMENTE Y DE DISTINTAS FORMAS Y AÚN ASÍ NO TERMINO DE AGRADECER TANTO AMOR Y BENDICION.

QUINCE MINUTOS EN COMPAÑÍA DE JESÚS SACRAMENTADO

No es preciso hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que me ames con fervor. Háblame, pues sencillamente, como hablarías a tu madre, a tu hermano. ¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica? Dime su nombre, bien sea el de tus padres, hermanos o amigos; dime en seguida qué quisieras que hiciese por ellos. Pide mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas. Háblame así con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado.

Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón más especialmente ama? Y para ti, ¿necesitas alguna gracia? Hazme si quieres una lista de tus necesidades, y ven léela en mi presencia. Dime francamente que sientes soberbia, amor a la sensualidad y al regalo; que eres tal vez egoísta, inconstante, negligente... ; y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para quitar de ti tales miserias.

No te avergüences, ¡pobre alma! ¡Hay en el cielo tantos justos, tantos Santos de primer orden, que tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad, y poco a poco se vieron libres de ellos. Ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, éxito en tus trabajos, negocios o estudios; todo eso puedo darte, y lo doy, y deseo que me lo pidas en cuanto no se oponga, antes favorezca a tu santificación. Hoy por hoy, ¿qué necesitas? ¿qué puedo hacer por tu bien? ¡Si supieras los deseos que tengo de favorecerte !

¿Traes ahora mismo entre manos algún Proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa? ¿qué deseas? ¿qué quieres que haga por tu hermano, amigo, o superior? ¿qué desearías hacer por ellos? ¿Y por Mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tu prójimo, amigo, a quien amas mucho, y que viven quizá olvidados de Mí? Dime qué cosa llama hoy particularmente tu atención, qué anhelas más vivamente, y con qué medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empresa, y yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y dulcemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, adonde me place.

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame alma desconsolada tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿quién lastimó tu amor propio? ¿quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Dame cuenta de todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición. ¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías, que no por ser infundadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora olvidadizas se alejan de ti sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu lado, si no han de ser obstáculo a tu santificación. ¿Y no tienes tal vez alegría alguna que comunicarme? ¿Por qué no me haces partícipe de ella como a un buen amigo? Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y hecho sonreir tu corazón. Quizá has tenido agradables sorpresas, quizá has visto disipados negros recelos, quizá has recibido faustas noticias, alguna carta o muestra de cariño; has vencido alguna dificultad, o salido de algún lance apurado.

Obra mía es todo esto, y yo te lo he proporcionado: ¿por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud, y decirme sencillamente, como un hijo a su padre: ¡Gracias, Padre mío, gracias! El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le gusta verse correspondido.

¿Tampoco tienes Promesa alguna para hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente; a Dios, no. Háblame, pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte ya más a aquella ocasión de pecado? ¿de privarte de aquel objeto que te dañó? ¿de no leer más aquel libro que exaltó tu imaginación? ¿de no tratar más aquella persona que turbó la paz de tu alma ? ¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra a quien, por haberte faltado, has mirado hasta hoy como enemiga?

Ahora bien, hijo mío; vuelve a tus ocupaciones habituales, al taller, a la familia, al estudio... ; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda, en cuanto puedas, silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que lo es también tuya, la Virgen Santísima, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.


Recomendación:
Lea todos los días pida a Dios con gran fervor, en nombre de Jesús y verá grandes milagros.
rosim34
 
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