Tema V: La sexualidad y la santidad

Dios crea al hombre para darle a conocer su amor
El curso contiene la catequesis de Juan Pablo II sobre el cuerpo humano y el sentido de la sexualidad humana. Esta serie de enseñanzas fueron impartidas los primeros cinco años de su pontificado, entre los años 1979 y 1984.

Fecha de inicio del curso: 17 de Abril 2012

Fecha de finalización del curso: 11 de Junio 2012

Periodicidad: Semanal

Moderadores: monik, Catholic.net, acmargalef, Gabriela Vega, Ana Cecilia Margalef, Effy De Lille, Moderadores Animadores

Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Ana Cecilia Margalef » Lun May 14, 2012 12:34 pm

P. Mario Pezzi

Llegamos al final de este recorrido sobre el amor humano al que el Papa sugiere poner, como título: "La redención del cuerpo y la sacramentalidad del matrimonio"[1].

La sexta y última parte de las catequesis sobre la "Teología del cuerpo", el Papa Juan Pablo II la dedica al comentario de la "Humanae Vitae" sobre la inseparable dimensión unitiva y procreativa de todo acto conyugal.

Las Catequesis de los tres años precedentes, sirven para dar un fundamento no solo racional, y por tanto fundado sobre la ley natural, sino a enraizar la enseñanza de Pablo VI en la antropología bíblica.

El Papa afirma en la última audiencia, la del 28 de noviembre de 1984:


"Las catequesis dedicadas a la Encíclica Humanae Vitae constituyen sólo una parte, la final, de las que han tratado de la redención del cuerpo y la sacramentalidad del matrimonio. Si llamo más la atención concretamente sobre estas últimas catequesis, lo hago no sólo porque el tema tratado en ellas está unido más íntimamente a nuestra contemporaneidad, sino sobre todo porque de el nacen los interrogantes que impregnan en cierto sentido el conjunto de nuestras reflexiones. Por consiguiente, esta parte final no ha sido añadida artificialmente al conjunto, sino que le está unida orgánica y homogéneamente. En cierto sentido, la parte colocada al final en la disposición global, se encuentra a la vez en el comienzo de este conjunto. Esto es importante desde el punto de vista de la estructura y del método".

Juan Pablo II desvela de modo claro aquí, al final de su extensa catequesis, la intención de fondo que le ha guiado e inspirado durante los cuatro años durante los que, ha dispensado esta enseñanza: situar las prescripciones éticas de la Humanae Vitae ala luz de la "Teología del cuerpo", que es la única capaz de hacer, aceptar sus exigencias.

La norma del acto conyugal: inseparabilidad del significado unitivo y procreativo

Hemos recordado más arriba las apuestas de la encíclica y las dificultades que han jalonado su concepción, su redacción y su publicación[2]. Los considerandos de las normas morales enunciadas por la Humanae Vitae en su número 8 recuperan, por desgracia, de una manera excesivamente sucinta ciertas perspectivas contenidas en el memorándum entregado a Pablo VI por la comisión de Cracovia creada por el arzobispo Wojtyla.

Pablo VI, refiriéndose a la Constitución Gaudium el spes del concilio Vaticano II, enuncia en tres breves parágrafos la puesta en perspectiva que constituye la luz a la que deben ser consideradas las exigencias éticas del amor conyugal:

"La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, ´el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra´ (Ef 3, 15).
El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia y providencial institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas”[3].

Como dice Juan Pablo II: "Según el criterio de esta verdad que debe expresarse con el ´lenguaje del cuerpo´, el- acto conyugal ´significa´ no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales. En el acto conyugal no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del significado procreador, porque uno y otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal: uno se realiza juntamente con el otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. Así enseña la Encíclica (cf-. Humanae Vitae, 12). Por lo tanto, en este caso el acto conyugal, privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser acto de amor"[4].

Las consecuencias de esta norma se imponen casi por sí mismas: todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor.

Entre los actos que deben ser -rechazados, por apuntar a disociar las dos significaciones del acto conyugal, se encuentran, por una parte, todos los que equivalen a excluir las consecuencias procreadoras del acto conyugal.

En primer lugar y del modo más grave, el aborto, que pone fin a un proceso de generación ya iniciado y equivale a suprimir la vida humana. Asimismo la esterilización, que tiene como consecuencia suprimir definitivamente toda posibilidad de procreación, así como el uso de los medios anticonceptivos mecánicos o químicos y, de modo general, todos los actos que apunten a impedir artificialmente que el acto conyugal pueda dar lugar a la aparición de una vida nueva y a trabar el proceso natural de la generación.

Se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida[5]. Como hace notar la encíclica, la diferencia con la anticoncepción .es manifiesta: "en el primero (métodos naturales) los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural; en el segundo (anticoncepción) impiden el desarrollo de los procesos naturales".

Con todo, todavía es necesario precisar que no basta con recurrir a los métodos naturales de regulación de los nacimientos y abstenerse del uso de los medios anticonceptivos para situarse en conformidad con la norma ética. Es preciso también recurrir a ellos sin convertirlos en una "técnica", sino con una actitud ética, es decir, discerniendo una exigencia de la verdad del lenguaje de los cuerpos. Hay una manera de usar los métodos naturales que forma parte de una "mentalidad anticonceptiva" cuando son elegidos a causa de las ventajas técnicas que pudieran presentar estos métodos respecto a la anticoncepción química o mecánica (eficacia, ecología, comodidad, economía) y con un rechazo determinado de la apertura del acto conyugal a la vida. Con esta actitud, los métodos naturales se convierten en simples medios de "anticoncepción natural". Como señala Juan Pablo II:

"En el modo corriente de pensar acontece con frecuencia que el ´método´ [natural], desvinculado de la dimensión ética que le es propia, se pone en acto de modo meramente funcional y hasta utilitario. Separando el ´método natural´ de la dimensión ética, se deja de percibir la diferencia existente entre éste y otros ´métodos´ (medios artificiales) y se llega a hablar de él como si se tratase sólo de una forma diversa de anticoncepción"[6].

La Humanae Vitae menciona, a continuación, otros tres argumentos contra la anticoncepción, de menor valor en la medida en que están ligados, no al principio, sino a las consecuencias previsibles de una liberalización de la anticoncepción.

En primer lugar, la desaparición de todo riesgo de aparición de una vida nueva abriría el camino a la infidelidad conyugal. Por otra parte, la anticoncepción expondría a la mujer a convertirse en un simple instrumento de goce egoísta para el hombre. Por último, se abriría el camino a la arbitrariedad de Autoridades Públicas despreocupadas de las exigencias morales y que podrían favorecer y hasta imponer a sus pueblos el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz[7]. En lo relativo a este último argumento, no queda más remedio que reconocer el carácter profético de las palabras de Pablo VI cuando vemos lo que ha pasado, especialmente en la India, Vietnam, China... También es cosa sabida las presiones que ejercen hoy las grandes organizaciones internacionales sobre los países en vías de desarrollo, condicionando especialmente sus ayudas a un control demográfico riguroso mediante el recurso a los métodos anticonceptivos.

Como afirmaba el Papa Juan Pablo II y ratifica el Catecismo de la Iglesia Católica, también el Papa Benedicto XVI, recientemente, en una Audiencia General, comentando el salmo 126, invita a los padres a la apertura a la vida, viendo en los hijos una bendición y una gracia de Dios:

El Señor ofrece el don de los hijos, considerados como una bendición y una gracia, signo de la vida que continúa y de la historia de la salvación orientada hacia nuevas etapas (cf. v. 3). El salmista destaca, en particular, a "los hijos de la juventud": el padre que ha tenido hijos en su juventud no sólo los verá en todo su vigor, sino que además ellos serán su apoyo en la vejez. Así podrá afrontar con seguridad el futuro, como un guerrero armado con las "saetas" afiladas y victoriosas que son los hijos (cf. vv. 4-5).

Esta imagen, tomada de la cultura del tiempo, tiene como finalidad celebrar la seguridad, la estabilidad, la fuerza de una familia numerosa, como se repetirá en el salmo sucesivo -el 127-, en el que se presenta el retrato de una familia feliz.

El cuadro final describe a un padre rodeado por sus hijos, que es recibido con respeto a las puertas de la ciudad, sede de la vida pública. Así pues, la generación es un don que aporta vida y bienestar a la sociedad. Somos conscientes de ello en nuestros días al ver naciones a las que el descenso demográfico priva de lozanía, de energías, del futuro encamado por los hijos. Sin embargo, sobre todo ello se eleva la presencia de Dios que bendice, fuente de vida y de esperanza"[8].

La luz de la "Teología del cuerpo"

A propósito de la norma fundamental enunciada por la Humanae Vitae -la no disociación de la significación unitiva y de la significación procreadora del acto sexual- no dudaba en afirmar Pablo VI: Irlos pensamos que los hombres, en particular los de nuestro tiempo, se encuentran en grado de comprender el carácter profundamente razonable y humano de este principio fundamental"[9].

Citando esta observación de Pablo VI, añade Juan Pablo II:

"Ellos [los hombres de nuestro tiempo] pueden comprender, también, su -profunda conformidad con todo lo que transmite la Tradición, derivada de las fuentes bíblicas. Las bases de esta conformidad deben buscarse. particularmente en la antropología bíblica. Por otra parte, prosigue Juan Pablo II, es sabido el significado que la antropología tiene para la ética, o sea, para la doctrina moral. Parece, pues, que es del todo razonable buscar precisamente en la ´Teología del cuerpo´ el fundamento de la verdad de las normas que se refieren a la problemática tan fundamental del hombre en cuanto ´cuerpo´: ´los dos serán una misma carne´ (Gn 2, 24)"[10].

Dicho de otro modo, Juan Pablo II nos propone con la "Teología del cuerpo" otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada por la Humanae Vitae.

"La retrovisión bíblica, denominada ´Teología del cuerpo´ nos ofrece también, aunque indirectamente, la confirmación de la verdad de la norma moral, con- tenida en la ´Humanae Vitae`.

Esta otra vía es la de la antropología bíblica, que puede hablar a todos los hombres de nuestro tiempo, incluidos los no cristianos... En los textos bíblicos que hemos seguido y que constituyen los principios generales de la "Teología del cuerpo" "encontramos ciertamente, añade Juan Pablo II, esa ´norma de comprensión´ que parece tan indispensable frente a los problemas de que trata la ´Humanae vitae´".

El acto sexual, lenguaje de comunión

Si resumimos la manera como esta "Teología del cuerpo ilumina y fundamenta la norma ética, se ve que todo se basa en que el acto sexual es, en primer lugar, un lenguaje de comunión, el lenguaje de la comunión de los cuerpos propio de los esposos. La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos: supone que este lenguaje sea un lenguaje total y verdadero. Si lo mutilo, especialmente disociando las dos significaciones del acto conyugal, obro de suerte que éste ya no puede alcanzar la verdad plena de lo que él es y, por consiguiente, puede haber una unión corporal y física, pero no una comunión de las personas.

Por eso afirma Juan Pablo II: "Puede decirse que en el caso de una separación artificial de estos dos significados, en el acto conyugal se realiza una real unión corpórea, pero no corresponde a la verdad interior ni a la dignidad de la comunión personal: communio personarum. Efectivamente, esta comunión exige que el ´lenguaje del cuerpo´ se exprese recíprocamente en la verdad integral de su significado. Si falta esta verdad, no se puede hablar ni de la verdad del dominio de sí, ni de la verdad del don recíproco y de la recíproca aceptación de sí por parte de la persona. Esta violación del orden interior de la comunión conyugal, que hunde sus raíces en el orden mismo de la persona, constituye el mal esencial del acto anticonceptivo"[11].

Estas, palabras de Juan Pablo II son muy fuertes y, al mismo tiempo, sacan perfectamente a la luz la apuesta a la que está sometido todo acto conyugal: ser una simple unión corporal o una verdadera unión de las personas... Un acto conyugal que se solamente una unión física, incluso la más lograda, deja siempre en el corazón, tras el fuego de la pasión amorosa, una especie de amargura y de decepción.

Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.

La castidad, vía de libertad y de santidad

Juan Pablo II afirma que no existe contradicción entre las dos significaciones del acto sexual, sino sólo una dificultad. Y esta dificultad "se deriva del hecho de que la fuerza del amor está injertada en el hombre insidiado por la concupiscencia"[12], de esta concupiscencia presente en el hombre y en la mujer después del pecado de los orígenes.

"En los sujetos humanos -continua Juan Pablo II- el amor choca con la triple concupiscencia (cf. 1Jn 2, 16), en particular con la concupiscencia de la carne, que deforma la verdad del ´lenguaje del cuerpo´. Y, por esto, tampoco el amor está en disposición de realizarse en la verdad del ´lenguaje del cuerpo´, si no es mediante el dominio de la concupiscencia"[13].

Por eso es preciso oponer a esta concupiscencia lo que Juan Pablo II llama la virtud de la continencia o de la castidad o también el "autodominio de sí"[14]. Este autodominio, por el que se domina la concupiscencia, es el que permite vivir según las exigencias de la norma ética.

Juan Pablo II nos presenta la castidad, al contrario, como una riqueza, en el sentido de que permite una comunicación más profunda y alcanzar una verdadera libertad. En efecto, la castidad permite desarrollar a los esposos todas las dimensiones del lenguaje del cuerpo y evita que el acto conyugal no sea más que una liberación de las tensiones sexuales del cuerpo". La castidad permite, en el contexto mismo del acto conyugal, una mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo sitio en ella al afecto, a la ternura y a las expresiones no específicamente sexuales de la comunicación de los esposos. Si los esposos están sometidos a la concupiscencia, esta riqueza de la comunicación y, por consiguiente, esta libertad añadida no es posible. Por eso, la castidad no debe ser considerada sólo como una capacidad de resistencia a las llamadas de la concupiscencia, sino como una condición positiva de la riqueza de la comunicación de los esposos en todos los registros posibles de esta comunicación y no sólo en el registro sexual.

"Si la castidad conyugal (y la castidad en general) -dice Juan Pablo II se manifiesta, en primer lugar, como capacidad de resistir a la concupiscencia de la carne, luego gradualmente se revela como capacidad singular de percibir, amar y realizar esos significados del lenguaje del cuerpo´, que permanecen totalmente desconocidos para la concupiscencia misma y que progresivamente enriquecen el diálogo nupcial de los cónyuges, purificándolo, profundizándolo y, a la vez, simplificándolo"[15].

La castidad es así un esfuerzo de liberación que permite una comunicación mayor y más rica, mientras que la sumisión a la concupiscencia es un empobrecimiento de esta misma comunicación. La castidad adquiere entonces una incontestable significación humanista.

"De este modo la castidad desarrolla la ´comunión personal del hombre y de la mujer, comunión que no puede formarse y desarrollarse en la plena verdad de sus posibilidades, únicamente en el terreno de la concupiscencia. Esto es lo que afirma precisamente la encíclica Humanae Vitae»[16].

Así es-como el ejercicio de la castidad constituye la vía de santidad propia de los esposos. La vida conyugal es un camino de verdadera santidad y ésta no está reservada a la vida religiosa. Y es que, a través de la castidad, los esposos están llamados a ofrecer su carne, mutuamente, tanto en el acto sexual como en las otras manifestaciones de la conyugalidad y del lenguaje de los cuerpos. La castidad nos hace capaces de sacrificar o de crucificar, nuestra propia carne mediante la entrega que hacemos de nuestro propio cuerpo en la expresión más concreta del .acto sexual, reconociendo al otro como persona, como riqueza, como llamada a una superación en la comunión. Es un camino de santidad y, a veces, de heroísmo, una llamada concreta a ofrecer nuestro cuerpo en la fecundidad del amor.

En la convicción madura y pensada de una paternidad-maternidad responsable es donde están llamados a ofrecer sus cuerpos para la acogida de una nueva vida. No ec, pues, a pesar, y menos aún, en contra de su sexualidad, sino mediante y en su sexualidad donde están llamados a progresar en la santidad. Hacer de cada acto conyugal, no un medio para liberarse de las tensiones del instinto o de la pasión del deseo, sino un acto de la entrega más total en la castidad: ése es el camino por el que se les pide ser santos y hacer progresar -por medio del misterio de la comunión de los santos- al con- junto de la Iglesia en santidad.

Los medios para vivir la castidad en el matrimonio: los Sacramentos

Juan Pablo II recuerda los medios que proporciona Pablo VI para vivir esta vocación a la santidad, incluido el concretísimo de las exigencias de crucifixión de la concupiscencia en el acto sexual. Menciona, en primer lugar, la Eucaristía, a la que tal vez más que otros tienen derecho los esposos, porque es el sacramento nupcial por excelencia. Y es que, en la Eucaristía, Cristo se entrega de manera nupcial a los miembros de su Iglesia, la Eucaristía forma para la entrega conyugal. Por eso, todas las maneras de alejar a los esposos de la Eucaristía son espiritualmente muy graves: los esposos toman de ella no sólo la fuerza para vivir plenamente la vocación nupcial de sus cuerpos, sino que encuentran en ella el modelo mismo de su unión.

El segundo medio es la penitencia. A este respecto es preciso señalar que hay dos maneras de reaccionar a la exigencia de la norma de la ética conyugal: o bien contestarla y rechazarla, porque rechazamos su exigencia, aunque ésta sea liberadora; o bien reconocer la grandeza de la llamada contenida en la norma, aunque en ocasiones no estemos a la altura de las exigencias de esta llamada. Es ahí donde la penitencia nos vuelve a levantar y nos permite perseverar. Tan bien que los esposos tienen asimismo un derecho privilegiado de acceso a la penitencia sin complejos, sin reservas, con tanta frecuencia como sea necesario. Desde el mismo momento en que reconocen su pobreza y sus límites en el camino de la santidad a la que están llamados, se les abren de par en par las puertas de la misericordia para progresar sin desánimo.

El don de la piedad

En la audiencia del 14 de noviembre de 1984, Juan Pablo II dijo que la plena realización de la comunión de las personas no es posible sin los dones del Espíritu Santo y en particular del don de la piedad.

Es el don del Espíritu Santo el que nos permite consideramos respecto a Dios como hijos que se dejan gobernar por Él, porque le reconocemos primero como Padre más que como Señor soberano del universo.

El don de la piedad nos hace admitir nuestra dependencia respecto a Dios, nos hace reconocer que no somos dueños de nuestra vida, sino que la vida es obra de Dios. Nuestra cultura contemporánea es una cultura de impiedad, dado que el hombre quiere hacerse hoy señor de la vida, tanto de su origen como de su término: eso es lo que anima todas las reivindicaciones tanto a propósito de la anticoncepción y del aborto como de la eutanasia. Juan Pablo II nos invita a ponernos bajo la esfera de influencia de este don del Espíritu Santo, puesto que, especialmente en el marco de la vida conyugal, es el don que nos permite reconocer que, nosotros no somos señores de todo, sino que dependemos filialmente de El como Padre y como fuente de la vida.

A partir de ahí, a esta luz del don de la piedad, todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida. Esto realza todavía más la dignidad y la grandeza del acto conyugal. "El respeto a la obra de Dios -dice Juan Pablo II- contribuye ´ciertamente a hacer que el acto conyugal no quede disminuido ni privado de interioridad en el conjunto de la convivencia conyugal - que no se convierta en ´costumbre´- y que se exprese en él una adecuada plenitud de contenidos personales y éticos, e incluso de contenidos .religiosos, esto es, la veneración a la majestad del Creador, único y último depositario de la fuente de la vida, y al amor nupcial del Redentor”[17].


Notas

[1] "Ambos, el hombre y la mujer, al alejarse de la concupiscencia, encuentran la dimensión de la libertad del don unida a la feminidad y a la masculinidad, en la verdadera significación esponsal del cuerpo. [...] Por esta vía, dice Juan Pablo II, la vida conyugal se vuelve en cierto sentido litúrgica." (Audiencia del 4 de Julio de 1954, §§ 5 e 6).

[2] Cf. Cap. 1, párrafo dedicado a la Encíclica. Humanae Vitae, pp. 47 ss.

[3] Pablo VI, Carta Encíclica Humanae Vitae, n. 8.

[4] Audiencia del 22 de Agosto de 1984, § 6.

[5] "En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido. La paternidad responsable comporta sobre todo una vinculación más profunda con el orden moral objetivo, establecido por Dios, cuyo fiel intérprete es la recta conciencia. El ejercicio responsable de la paternidad exige, por tanto, que los cónyuges reconozcan plenamente sus propios deberes para con Dios, para consigo memo, para con la familia y la sociedad, en una justa jerarquía de valores. En la misión de transmitir la vida, los esposos no quedan por tanto libres para proceder arbitrariamente, corno si ellos pudiesen determinar de manera completamente autónoma los caminos lícitos a seguir, sino que deben conformar su conducta a la intención creador de Dios, manifestada en la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos y constantemente enseñada por la Iglesia" (“Humanae Vitae”,10).

[6] Audiencia del 5 de Septiembre de 1954, § 4

[7] Encíclica Humanae Vitae, n. 17.

[8] Audiencia General del 31 de Agosto de 2005, sobre el Salmo 126.

[9] Audiencia del 18 de Julio de 1984, § 4 y 5.

[10] 6´ Audiencia del 18 de Julio de 1984, § 4 y 5.

[11] Audiencia del 31 Marzo de 1982, § 6.

[12] Audiencia del 10 de Octubre de 1984, § 4.

[13] Ibidem.

[14] La castidad tiene unas leyes de crecimiento; éste pasa por grados marcados por la imperfección y, muy a menudo, por el pecado. Pero el hombre, Ilamado a vivir responsablemente el designio sabio y amoroso de Dios, es un ser histórico que "se construye día a día con sus opciones numerosas y libres; por esto él conoce, ama y realiza. el bien moral según las diversas etapas de crecimiento" (CEC. 2343).

[15] Audiencia del 24 de Octubre de 1884, § 3

[16] Audiencia del 7 de Noviembre de 1984, § 5.

[17] Audiencia del 21 de Noviembre de 1454, § 3.



Participación en el foro


1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
Ana Cecilia Margalef
 
Mensajes: 14
Registrado: Mié Mar 21, 2012 10:47 am

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Gabriela_Ladron » Lun May 14, 2012 9:34 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?

Se relaciona en que en ambos casos, se respeta la dignidad humana, se ve el amor conyugal como la donación de la persona en su totalidad, como la unión y el ser "una sóla carne" como expresión de amor y la fecundidad de ese amor.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?

Se justifica desde la propia dignidad de la persona, desde su dignidad y se justifica en el verdadero amor. A partir de este amor, se vuelve practicable y no es una carga, es una acción convencida desde el amor.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?

Conociéndose mutuamente, conociendo los ciclos biológicos de la mujer y aceptarlos como parte de la esposa, para que los esposos, juntos, decidan por la paternidad-maternidad responsable, pero siempre dentro del amor y dentro de la ética cristiana.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?

Se refiere a que los hijos son una bendición, una gracia de Dios y que los cónyuges se consagran a ese amor. Esa unión lleva a la comunión de los cónyuges, se entregan plenamente, y en la totalidad. Y esa totalidad implica la fecundidad del amor, aunque esa fecundidad no sea solamente vista en los hijos, sino en el que matrimonio está abierto a la vida.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?

La castidad se refiere al autodomio de sí mismo, tanto en el celibato, como en el matrimonio. En el matrimonio lleva a la santidad y al desarrollo humano, depende de la piedad al recordarnos que la vida es obra de Dios, tanto en su origen, como en su goce y en su término, dependiendo de Dios.
Avatar de Usuario
Gabriela_Ladron
 
Mensajes: 168
Registrado: Jue Feb 25, 2010 12:32 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor cdiaz » Mar May 15, 2012 12:29 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
La verdad del “lenguaje del cuerpo”, el acto conyugal significa no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial. En el acto conyugal no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del significado procreador, porque uno y otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal: uno se realiza juntamente con el otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. Por lo tanto, la norma moral “Humanae Vitae”, en el acto conyugal, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser acto de amor.
Las consecuencias de esta norma se imponen casi por sí mismas: todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
La desaparición de todo riesgo, a la aparición de una vida nueva, abriría el camino a la infidelidad conyugal. La anticoncepción expondría a la mujer a convertirse en un simple instrumento de goce egoísta para el hombre. Se abriría el camino a la arbitrariedad de Autoridades Públicas despreocupadas de las exigencias morales y que podrían favorecer y hasta imponer a sus pueblos el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz. También es cosa sabida las presiones que ejercen hoy las grandes organizaciones internacionales sobre los países en vías de desarrollo, condicionando especialmente sus ayudas a un control demográfico riguroso mediante el recurso a los métodos anticonceptivos.
El Señor ofrece el don de los hijos, considerados como una bendición y una gracia, signo de la vida que continúa y de la historia de la salvación orientada hacia nuevas etapas. Así podrá afrontar con seguridad el futuro, que son los hijos.


3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Usando métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos, un lenguaje total y verdadero. Disociadas las dos significaciones del acto conyugal, ya no puede alcanzar la verdad plena de lo que él es, por lo que puede haber una unión corporal y física, pero no una comunión de las personas.
Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
Juan Pablo II nos presenta la castidad como una riqueza, en el sentido de que permite una comunicación más profunda y alcanzar una verdadera libertad. Permite desarrollar a los esposos todas las dimensiones del lenguaje del cuerpo y evita que el acto conyugal no sea más que una liberación de las tensiones sexuales del cuerpo".
La castidad permite, en el contexto mismo del acto conyugal, una mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo sitio en ella al afecto, a la ternura y a las expresiones no específicamente sexuales de la comunicación de los esposos.
A la luz del don de la piedad, todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida. Esto realza todavía más la dignidad y la grandeza del acto conyugal.

Saludos, desde la Ciudad de México, Carlos Díaz E.
cdiaz
 
Mensajes: 45
Registrado: Vie Ene 20, 2012 9:25 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Elianne » Mar May 15, 2012 1:20 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
Si el acto conyugal es la donación recíproca de los esposos que tiende a la comunión de los cuerpos, y el acto conyugal es la fecundidad potencial que no puede ser privada, por tanto, no es lícito separar el acto unitivo del acto creador, porque deja de ser un acto de amor
2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
En que todo acto que disocie o separe las dos significantes fundamentales del acto conyugal es contrario a la ley de la verdad del amor, todo lo que de forma artificial sea practicado y excluya las consecuencias procreadoras del acto conyugal
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Haciendo uso de los métodos naturales de la forma ética a la que son llamados y no como un método anticonceptivo para evitar la procreación. Impotante señalar que el método natural pierde su valor real de apertura a la unión conyugal y a la vida si se vuelve sólo utilitario
4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
para vivir una vida de santidad en el matrimoniio se requiere de una vida de sacramentos para vivir en plenitud el matrimonio. La Eucaristía (alimento para los esposos) y La Reconciliación (reconocimiento de las limitaciones y de l inclinación a la concupisencia), permiten vivir el acto conyugal más sacramentalmente
5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
El don de piedad deja ver a los esposos que son siervos del don de la vida y reconocen que son creados en y por amor,de esa forma la castidad es vista como un medio de comunicación entre los cónyuges que aumenta la comunión y unión de amor no sólo sexual
Elianne
 
Mensajes: 8
Registrado: Vie Mar 30, 2012 2:59 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor mariaines » Mar May 15, 2012 5:01 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
Juan Pablo II nos propone con la "Teología del cuerpo" otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada por la Humanae Vitae. "La retrovisión bíblica, denominada ´Teología del cuerpo´ nos ofrece también, aunque indirectamente, la confirmación de la verdad de la norma moral, contenida en la ´Humanae Vitae`.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
En que todo acto que disocie o separe las dos significantes fundamentales del acto conyugal es contrario a la ley de la verdad del amor, todo lo que de forma artificial sea practicado y excluya las consecuencias procreadoras del acto conyugal.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
HAy metodos naturales que ayudan a respetar el verdadero lenguaje del cuerpo. Es importante la castidad conyugal.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
La fuerza para vivir la castidad en el matrimonio. Ayudan ademas el sacramento de la eucaristia y la reconciliacion.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
En la convicción madura y pensada de una paternidad-maternidad responsable es donde están llamados a ofrecer sus cuerpos para la acogida de una nueva vida. No ec, pues, a pesar, y menos aún, en contra de su sexualidad, sino mediante y en su sexualidad donde están llamados a progresar en la santidad. Hacer de cada acto conyugal, no un medio para liberarse de las tensiones del instinto o de la pasión del deseo, sino un acto de la entrega más total en la castidad: ése es el camino por el que se les pide ser santos y hacer progresar -por medio del misterio de la comunión de los santos- al con- junto de la Iglesia en santidad.
mariaines
 
Mensajes: 518
Registrado: Dom Ene 31, 2010 9:58 am

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor deseo de dios » Mar May 15, 2012 8:51 am

¿como se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del lenguaje del cuerpo?
se refiere a la inseparable dimension unitiva y procreativa de todo acto conyugal, como el acto conyugal en la union perfecta y entrega mutua con una dimension inseparable de ese acto,reflejandonos la entrega de cuerpo y alma de Jesus a nosotros.
no solo es amor sino tb fecundidad, es un acto de amor por tanto vine de Dios y es Dios

¿como se justifica la rectitud de la norma enseñada por la iglesia y su practicabilidad?
todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal, un acto de amor y fecundidad, tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor.
si privamos de su verdad interior,la capacidad de procrear dejamos de lado el amor, por tanto no se pueden separar uno del otro ya que los dos hacen la union perfecta.

¿como pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero lenguaje del cuerpo?

son licitos los metodos naturales de regulacion de los nacimientos basados en la observacion de los ritmos de la fertilidad, que permite saber los periodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad que no deben acoger una nueva vida.

siempre y cuando estos metodos se realicen con actitud etica, no como una tecnica natural de anticoncepcion porque iriamos a compararlos con los metodos artificiales aunque estos fueran naturales.

¿cual es el poder que brota de la consagracion sacramental conyugal?

en el matrimonio hay que vivir la santidad, por lo tanto para mantenernos y seguir santos , necesitamos de los sacramentos, como el de la Eucaristia y la Penitencia, para poder llevar un matrimonio santo ,ligado al amor de Dios y por lo tanto perfecto a ojos de EL

¿a que se refiere la virtud de la castidad y como se relaciona con el don de la piedad?

nosotros por el pecado original caemos en el pecado, como la concupiscencia de la carne, que deforma la verdad del lenguaje del cuerpo, por lo tanto el amor .lo opuesto a esto es la virtud de la continencia o de la castidad, que es el autodominio de si, dominio de su cuerpo.
por tanto en la vida del matrimoniuo se debe vivir la castidad, para que el acto sexual sea una comunicacion mutua ,afecto, ternura,por tanro la castidad es una condicion de la riqueza de la comunicacion de los esposos en todos los sentidos de comuniccaion y no solo en el sexual.
deseo de dios
 
Mensajes: 33
Registrado: Mar May 25, 2010 11:02 am

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Idarraga » Mar May 15, 2012 10:26 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
seria interesante responder con la mismo numeral 8 de la encíclica: La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, "el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra". El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas.En los bautizados el matrimonio reviste, además, la dignidad de signo sacramental de la gracia, en cuanto representa la unión de Cristo y de la Iglesia. su relación está en la fecundidad potencial que se halla en este campo, es la unión perfecta que deberían de vivir los conjugues o los esposos, un amor que va mas allá del solo deseo y satisfacción, un amor que se entrega y se dona.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
la rectitud que enseña la Iglesia, es vive el amor puro, completo, el unirse en igual dignidad de hijos de Dios y de la Iglesia, recurriendo al amor que solo Dios nos puede brindar y entregar. es vivir el acto de amor a plenitud, un acto que no esta en el pleno deseo del otro y del yo, sino un acto complementario, viviendo una unión como Cristo se une con su Iglesia. todo lo que lleve ala desunión del matrimonio ha de ser rechazado y no tolerado dentro de la relación, pues no se podrán utilizar como simples instrumentos del deseo de la concupiscencia.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
utilizando los diferentes métodos naturales de planificación, métodos que son lícitos y que llevan a al conocimiento y al dialogo con la pareja amandosen mutuamente, un método que se ve medido por la castidad conyugal, que es importante e indispensable para amarse y entregarse todo de sí sin problema y dificultad alguna.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
el poder que brota es seguir el ejemplo de Cristo que por medio de sus sacramentos se entrega a su Iglesia, de ellos brota todo su amor hacia la humanidad, una consagración sacramental conyugal, nos hace recordar el amor puro, la entrega generosa al otro, pero además la plena bendición de Dios en el hogar y toda la familia, pero ello se da a través de la castidad conyugal con la pareja.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
nos relaciona en que nos hace reconocer que somos creaturas dotadas de razón y voluntad para ser libres, pero de ello brota el ser hijos de Dios, es la dependencia que poseemos con Dios, pues necesitamos de él, somos seres contingentes y el Ser necesario, Perfecto, nos participa de su gracia y santidad. radica la relación en la plena seguridad de la dignidad e igualdad con el otro, pues se crea la conciencia de que no somos señores y amos del mundo, ni tampoco que tenemos el derecho de tratar a los demás al antojo, sino más bien, somos hombre y mujeres que en la relación conyugal nos unimos en el amor de Dios y lo vivimos porque nos complementamos el uno con el otro.
Idarraga
 
Mensajes: 8
Registrado: Vie Abr 20, 2012 3:26 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Rosalva Murillo » Mar May 15, 2012 12:02 pm

1. Según el criterio de esta verdad que debe expresarse con el lenguaje del cuerpo, el- acto conyugal significa no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales. La doctrina de la Humanae Vitae nos dice que en este caso el acto conyugal, privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser "acto de amor". O sea, caería en el egoísmo, ya que un acto conyugal que se solamente una unión física, incluso la más lograda, deja siempre en el corazón, tras el fuego de la pasión amorosa, una especie de amargura y de decepción.

2.La norma fundamental enunciada por la Humanae Vitae -la no disociación de la significación unitiva y de la significación procreadora del acto sexual- y que no dudaba en afirmar Pablo VI: pensamos que los hombres, en particular los de nuestro tiempo, se encuentran en grado de comprender el carácter profundamente razonable y humano de este "principio fundamental". Dicho de otro modo, Juan Pablo II nos propone con la "Teología del cuerpo" otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada por la Humanae Vitae.

3. Se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida. Como hace notar la encíclica, la diferencia con la anticoncepción es manifiesta: "en el primero (métodos naturales) los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural; en el segundo (anticoncepción) impiden el desarrollo de los procesos naturales". En la misión de transmitir la vida, los esposos no quedan por tanto libres para proceder arbitrariamente, corno si ellos pudiesen determinar de manera completamente autónoma los caminos lícitos a seguir, sino que deben conformar su conducta a la intención creadora de Dios, manifestada en la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos y constantemente enseñada por la Iglesia" (“Humanae Vitae”,10).

4. Si la castidad conyugal (y la castidad en general) -dice Juan Pablo II se manifiesta, en primer lugar, como capacidad de resistir a la concupiscencia de la carne, luego gradualmente se revela como capacidad singular de percibir, amar y realizar esos significados del lenguaje del cuerpo´, que permanecen totalmente desconocidos para la concupiscencia misma y que progresivamente enriquecen el diálogo nupcial de los cónyuges, purificándolo, profundizándolo y, a la vez, simplificándolo. La castidad hace capaces a marido y mujer de sacrificar o de crucificar, la propia carne mediante la entrega que hacen de su propio cuerpo en la expresión más concreta del acto sexual, reconociendo al otro como persona, como riqueza, como llamada a una superación en la comunión. Es un camino de santidad y, a veces, de heroísmo, una llamada concreta a ofrecer su cuerpo en la fecundidad del amor. El poder se los da otro poder más grande a través de los Sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía.
Rosalva Murillo
 
Mensajes: 6
Registrado: Lun Abr 16, 2012 1:14 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor HCSM » Mar May 15, 2012 12:46 pm

1)¿CÓMO SE RELACIONA LA NORMA MORAL DE HUMANAE VITAE Y LA VERDAD DEL "LENGUAJE DEL CUERPO"?
En que la norma moral de Humanae Vitae nos dice que no se puede separa el significado unitivo y procreativo del acto conyugal, esto es la entrega total de la persona sin limitaciones, y en la verdad del "lenguaje del cuerpo" a tráves de citas biblicas nos dice que los esposos serán una misma carne, por lo tanto, nos reafirma la unión total de los esposos para formar un solo cuerpo.

2)¿CÓMO SE JUSTIFICA LA RECTITUD DE LA NORMA ENSEÑADA POR LA IGLESIA Y "SU PRACTICABILIDAD"?
El lenguaje del cuerpo en el acto conyugal significa el amor y fecundidad potencial y no puede ser privado del significado procreativo; por lo tanto los esposos, a traves de la castidad (el dominio de sí mismos) deben de ser conscientes y generosos estableciendo un proceso de paternidad responsable para decidir cuando es conveniente acoger una nueva vida recurriendo a los ritmos de fertilidad y periodos infecundos.

3)¿CÓMO SE PUEDEN LOS ESPOSOS EVITAR UN EMBARAZO Y A LA VEZ RESPETAR EL VERDADERO "LENGUAJE DEL CUERPO"?
Recurriendo a los metodos naturales basados en la observación de los ritmos de fertilidad, llevandolos con una actitud etica de paternidad responsable; pero sin caer en el egosimo del rechazo a la apertura a la vida a traves de acto conyugal.

4)¿CUÁL ES EL PODER QUE BROTA DE LA "CONSAGRACIÓN" SACRAMENTAL CONYUGAL?
Nos muestra el modelo a seguir y la fuerza para vivir plenamente la vocación nupcial de la entrega total como esposos.

5)¿A QUÉ SE REFIERE LA VIRTUD DE LA CASTIDAD Y CÓMO SE RELACIONA CON EL DON DE LA PIEDAD?
La virtud de la castidad se refiere a l autodominio de sí y se relaciona con el don de la piedad al reconocermos hijos de Dios y por lo tanto, nos dejamos guiar por ÉL, de tal manera que Dios dirige nuestra vida hacia la santidad.
HCSM
 
Mensajes: 4
Registrado: Lun Ene 23, 2012 11:40 am

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor soranamaria » Mar May 15, 2012 12:58 pm

V. La sexualidad y la santidad
Antes que pasar a dar respuesta, ruego me discuple Padre Mario Pezzi, vi muy interesante este tema, bueno todos son muy interesantes pero porque hoy se celebra el dia de la Familia, me permiti copiar casi todo el tema a mi Facebook, [Ana Maria Garcia Jimenez] tengo 579 seguidores muchos de ellos son jovenes que estan en la secundaria y en Bachiller; y me parecio muy necesario e importante difundir tan brillante tema que desarrollo, Padre Mario, ruego me disculpe mi atrevimiento, pero sinceramente no pude dejar de hacerlo, siento que la juventud necesita orientacion, apoyo, sobretodo mucho cariño, es nuestro fututo! Muchas gracias por su amable atencion.

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
En forma muy atinada lo dice el tema, es inseparable pues es toda una catequesis del manejo de nuestras emociones, sentimientos sobre nuestro cuerpo, igual asi nuestra pareja, debemos de ser sensibles al amor, abiertos a la vida.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Es que hemos caido en el abuso, es algo horroroso, imperdonable, Dios nos perdone, pero tenemos que llegar a entregar cuentas de esos talentos que EL nos ha dado, se ven las noticias, digo no vamos muy lejos, las escuelas y muchisisisimas familias que viven y han desvirtuado el objetivo de vida. Se necesita hacer muchisisisima promocion, por esta pregunta sienti la gran necesidad de publicarlo, pregonar este tema, digo puede que lo vea una persona, es decir, si lo ve una persona bueno ya es un grano de arena en el inmenso mar, siento que algo se tiene que hacer, debemos de practicar y vivir el mensaje de Cristo y asi como dice el Salmo 126, 3 Un regalo del Señor son los hijos, recompensa, el fruto de las entrañas. 4, Como flechas en manos del guerrero son los hijos de la jueventud. Gracias Dios Padre por el don de la vida.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Cuando fui joven je je je no hace mucho, gracias a Dios que me puso en el camino a una religiosa me invito a participar en el Congreso de la Familia en Leon Guanajuato, y ahi conoci el Metodo por los doctores Billings, me parecio perfecto, muy claro, muy humano, a mi esposo y a mi nos sirvio de maravilla, pues para vivirlo se necesita de los dos, nos disfrutamos, nos gozamos siempre abiertos a la vida, todo muy bien gracias a Dios me llegaron dos hombrecitos y una niña. Muy hermosos mis hijos!. Tengo 26 años de casada y seguimos unidos en el amor.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
Es una consagracion de vida, es donarse, darse, entregarse, asi como Cristo se entrego a la muerte y muerte de cruz, asi tambien nosotros nos entregamos al servicio del matrimonio, de la familia, recuerdo siempre a San Pablo que les habla a los Efesios en el Capitulo 5, es todo un discurso o un homenaje para la familia, siempre puestos los ojos en lo Alto, no bajarlos para que no nos pase lo de Pedro que sentia que se hundia en el mar de Galilea. Asi podemos hundirnos en el placer, solo para darle rienda a satisfacer los bajos instintos. Igual mucho me gusto una pelicula que se llama: Los altos instintos, no recuerdo el autor, pero me parecio muy interesante, muy bella, con un mensaje a nuestros jovencitos que buena falta hace.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
Tenemos que llenarnos de muchisisisima humildad, reconocer que solos somos incapaces muchas veces de gobernar nuestro cuerpo, pues nuestro cuerpo es como un caballo que si le dejamos la rienda suelta se desboca, igual asi nosotros tenemos que estar siempre en la Oracion, con los Sacramentos cada domingo o todos los dias si se puede para no caer en tentacion.
soranamaria
 
Mensajes: 110
Registrado: Mié Ene 11, 2012 10:17 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Olga Yanneth BM » Mar May 15, 2012 3:38 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
Se relaciona caracterizando la redención del cuerpo y la sacramentalidad del matrimonio. "La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor,donde Dios Padre que es amor,el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra" (Ef 3, 15).
Los esposos se dan el uno al otro en su persona, propia y exclusiva; en comunión, amor, colaboran con Dios para la nueva vida, su capacidad procreadora.


2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Desde el amor, somos hijos de Dios que es amor y los esposos son la unidad de Jesús con su Iglesia, al darse por completo, en forma exclusiva, dando la apaertura a la vida de un nuevo ser.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
En la donación mútua de los esposos, así como en la Eucaristía, Cristo se entrega de manera nupcial a los miembros de su Iglesia, la Eucaristía forma para la entrega conyugal y todo lo que caracteriza al amor fiel, que se dona, que no es egoísta y que confía en la voluntad de Dios.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
"La castidad nos hace capaces de sacrificar o de crucificar, nuestra propia carne mediante la entrega que hacemos de nuestro propio cuerpo en la expresión más concreta del acto sexual, reconociendo al otro como persona, como riqueza, como llamada a una superación en la comunión. Es un camino de santidad y, a veces, de heroísmo, una llamada concreta a ofrecer nuestro cuerpo en la fecundidad del amor".
La piedad es un don del Espíritu Santo y "nos hace admitir nuestra dependencia respecto a Dios, nos hace reconocer que no somos dueños de nuestra vida, sino que la vida es obra de Dios"
La relación es que la castidad hace estar en comunión con a los esposos en toda su integridad y la piedad hace reconocer que Dios nos amó primero y que gracias a El, nosotros no somos señores de todo, sino que dependemos filialmente de El como Padre y como fuente de la vida.
Dios te bendiga.
Olga Yanneth BM. ●¸.•º¨Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ¨º•.¸●
Olga Yanneth BM
 
Mensajes: 29
Registrado: Lun Abr 16, 2012 1:56 pm
Ubicación: Houston, Texas. Estados Unidos

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Lili Cote » Mar May 15, 2012 6:15 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
Humanae vita hace enfasis en el verdadero sentido del acto marital en su significato procreativo y unitivo y como se pierde la escencia del acto en si al introducir cualquier forma de anticoncepcion. El lenguaje del cuerpo corrobora esta verdad del la inseparabilida de los dos signifocados tanto initivo y procreativo.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Las consecuencias de la concupicencia y de la aceptacion de la anticoncepcion fueron una prediccion de humanae vitae.
La anticoncepcion abre las puertas para que la pareja sufra los efectos de la concupicencia y se destruya el significado de comunion entre la pareja. La mujer se vuelve un objeto del marido y en esta forma sufre la escencia del lenguaje del cuerpo que lleva grabado en el corazon el significado esponsal.
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Usando la Planificacion familiar natural evitando una mentalidad contraceptiva

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
el matrimonio para fortalecerse debe recibir con frecuencia los sacramentos de la eucaristia, que nos muestra el verdadero amor en Jesucristo y la penitencia que nos fortalece para seguir caminando hacia la santidad en el sacramento del matrimonio al que estamos llamados todos.
5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La virtud de la castidad debe ser vivida en el matrimonio y esta virtud hara crecer otras areas de la relacion de la pareja. El don de la piedad da la perspectiva de que tenemkis que tener los ojos fijos en nuestro creador y reconocer que El es el autor de la vida y nosotros debemos acogernos a su santa voluntad
Lili Cote
 
Mensajes: 6
Registrado: Mar Abr 17, 2012 3:47 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor luijo » Mar May 15, 2012 8:10 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?

Las normas morales enunciadas por la Humanae Vitae recuperan las exigencias éticas del amor conyugal. La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revela cuando éste es considerado en cuanto a Dios- Amor- Padre. En el matrimonio los esposos mediante la recíproca donación personal que incluye el lenguaje del cuerpo, propio y exclusivo de ellos, tienden a la comunión en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas. Juan Pablo II nos dice que el acto conyugal significa no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales que separan el significado unitivo del significado procreador. El acto conyugal expresado con el lenguaje del cuerpo, privado de su verdad interior procreadora, deja también de ser acto de amor.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su practicabilidad?

La norma unitiva procreativa del acto conyugal nunca podrá ser disociada pues sería contrario a la ley de la verdad del amor. Entre los actos, que por consiguiente deben ser rechazados, se encuentran el aborto, la esterilización y los métodos anticonceptivos; por excluir las consecuencias procreadoras del acto conyugal. Desde el punto de vista de la practicabilidad se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos, cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable, que no deben acoger una nueva vida.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero lenguaje del cuerpo?

Recurriendo a los métodos naturales precisando que cuando se recurra a ellos no los convirtamos en una “técnica”, sino en una actitud ética, discerniendo una exigencia de la verdad de los cuerpos; ya que con ciertas actitudes mentales ellos mismos pudiesen convertirse en simples medios “utilitarios” de anticoncepción natural.


4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?

El señor ofrece el don de los hijos, considerados como una bendición y una gracia, signo de la vida que continúa y de la historia de la salvación orientada hacia nuevas etapas. Los hijos de la juventud matrimonial serán la seguridad, estabilidad y fuerza de la familia, y aún más cuando la familia llegare a ser numerosa. Así pues, la generación es un don que aporta vida y bienestar, tanto a la familia como a la sociedad.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y como se relaciona con el don de la piedad?

La virtud de la continencia o de la castidad se refiere al autodominio de sí, dominando la concupiscencia y permitiendo vivir según las exigencias de la norma ética. La castidad permite en el contexto mismo del acto conyugal, una mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo sitio en ella al afecto, a la ternura y a las expresiones no específicamente sexuales de la comunicación de los esposos. La castidad enriquece el diálogo nupcial de los conyugues, purificándolo, profundizándolo y a la vez, simplificándolo. La castidad como esfuerzo de liberación que permite una comunicación mayor y más rica, adquiere una significado francamente humanista.
A través de la castidad, los esposos acuden al llamado de ofrecer el sacrificio de su carne mediante el reconocimiento del otro como persona, siendo así un camino de santidad y a veces de heroísmo.
Juan Pablo II nos dijo que la plena realización de la comunión de las personas no es posible sin los dones del Espíritu Santo y en particular del don de la piedad. El don de la piedad nos hace admitir nuestra dependencia con respecto a Dios, Padre y Fuente de Vida.
Solo a la luz del don de la piedad, todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros y en siervos del don de la vida.
luijo
 
Mensajes: 6
Registrado: Mar Abr 24, 2012 9:49 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor MARIAANGELES RAMIREZ » Mar May 15, 2012 9:49 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
"La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, ´el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra´ (Ef 3, 15).
El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia y providencial institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas”[3].

Como dice Juan Pablo II: "Según el criterio de esta verdad que debe expresarse con el ´lenguaje del cuerpo´, el- acto conyugal ´significa´ no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales. En el acto conyugal no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del significado procreador, porque uno y otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal: uno se realiza juntamente con el otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. Así enseña la Encíclica (cf-. Humanae Vitae, 12). Por lo tanto, en este caso el acto conyugal, privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser acto de amor"[4].
2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Las consecuencias de esta norma se imponen casi por sí mismas: todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor.
Entre los actos que deben ser -rechazados, por apuntar a disociar las dos significaciones del acto conyugal, se encuentran, por una parte, todos los que equivalen a excluir las consecuencias procreadoras del acto conyugal.
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida[5]. Como hace notar la encíclica, la diferencia con la anticoncepción .es manifiesta: "en el primero (métodos naturales) los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural; en el segundo (anticoncepción) impiden el desarrollo de los procesos naturales".
4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
"La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, ´el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra´ (Ef 3, 15).
El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia y providencial institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas”[3]..
5.- ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
El don de la piedad nos hace admitir nuestra dependencia respecto a Dios, nos hace reconocer que no somos dueños de nuestra vida, sino que la vida es obra de Dios. Nuestra cultura contemporánea es una cultura de impiedad, dado que el hombre quiere hacerse hoy señor de la vida, tanto de su origen como de su término: eso es lo que anima todas las reivindicaciones tanto a propósito de la anticoncepción y del aborto como de la eutanasia. Juan Pablo II nos invita a ponernos bajo la esfera de influencia de este don del Espíritu Santo, puesto que, especialmente en el marco de la vida conyugal, es el don que nos permite reconocer que, nosotros no somos señores de todo, sino que dependemos filialmente de El como Padre y como fuente de la vida.
A partir de ahí, a esta luz del don de la piedad, todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida. Esto realza todavía más la dignidad y la grandeza del acto conyugal. "El respeto a la obra de Dios -dice Juan Pablo II- contribuye ´ciertamente a hacer que el acto conyugal no quede disminuido ni privado de interioridad en el conjunto de la convivencia conyugal - que no se convierta en ´costumbre´- y que se exprese en él una adecuada plenitud de contenidos personales y éticos, e incluso de contenidos .religiosos, esto es, la veneración a la majestad del Creador, único y último depositario de la fuente de la vida, y al amor nupcial del Redentor”[17].
MARIAANGELES RAMIREZ
 
Mensajes: 79
Registrado: Sab Ene 21, 2012 8:26 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Paty Marquez » Mié May 16, 2012 9:30 am

TEMA V
1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?

En que no deben separarse los dos fines del acto conyugal, unir y procrear, no establecidos como una evolución inconsciente del hombre sino instituido así por el Creador desde el principio.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?

En que el acto sexual de los esposos debe ser un lenguaje de comunión y entrega total, para dos fines: unir y procrear; y en la práctica si quitamos artificialmente el objetivo de procrear se abre más fácilmente la opción de la infidelidad en los esposos, se corre el riesgo de convertir a la mujer en objeto de satisfacción y se abre la opción a los gobiernos del control riguroso de natalidad. Por otro lado existe la opción de medios naturales de acuerdo a las señales y ritmos propios del cuerpo como fue creado.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?

A través de los métodos naturales propios del cuerpo, revisando y acatando los periodos de fertilidad e infertilidad naturalmente establecidos y sometiendo el acto sexual a este ritmo marcado según el fin de procrear o no en ese momento, y acudiendo a otras manifestaciones de amor y ternura no necesariamente el acto sexual, ejerciendo su paternidad responsable no como una decisión egoísta y banal sino reconociendo plenamente sus deberes con Dios, en una justa jerarquía de valores, considerando motivos graves.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?

Este llamado a la santidad en el matrimonio no en contra de nuestra sexualidad sino mediante y aun en nuestra sexualidad, haciendo de cada acto conyugal un medio de entrega total de donación de sí en el amor y con autodominio evitando se vuelva un acto meramente exterior. Apoyándonos para lograrlo en la eucaristía y la penitencia.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?

Se refiere al autodominio como vía de santidad a la que están llamados también los esposos ya sea ofreciendo su carne y sacrificarse mutuamente o bien ofreciendo su cuerpo para acoger una nueva vida, reconociendo a Dios como el Señor de todo, de la vida y reconociéndonos hijos de Dios para dejarnos gobernar por El, con el don de la Piedad.
Paty Marquez
 
Mensajes: 8
Registrado: Mar Abr 17, 2012 12:29 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Paty Marquez » Mié May 16, 2012 9:30 am

perdón le di doble click :roll:
Paty Marquez
 
Mensajes: 8
Registrado: Mar Abr 17, 2012 12:29 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Angie Lora » Mié May 16, 2012 11:02 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
En que respeta el acto conyugal, reconociendo que debe estar basado primeramente en Dios y por ello no debe ser privado de su verdadero significado mediante intervenciones artificiales, ya que quita el caracter de union y procreacion.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
En que el acto conyugal vivido en la ley del amor, crea una intimidad profunda entre los esposos. Fortaleciendo la comunion y union de ellos. Esta es una entrega sin reservas.
por tanto debe ser rechazado cualquier metodo o forma que vaya contrario a esta verdad ( aborto, esterilizacion, anticonceptivos).

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
A traves de los metodos naturales de regulacion de los nacimientos. siempre y cuando se recurra a ellos sin usarlos como metodo de anticoncepcion, rechazando asi la apertura a la vida

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
Vivir el sacramento matrimonial bajo la ley y la verdad de Dios, respetando asi el lenguaje de amor en nuestros cuerpos.
Al vivir unidos a Dios, tambien se da la dinamica de la union real de los esposos, entregandose sin reservas el uno al otro. La bendicion que Dios derrama a traves de los hijos, fortaleciendo no solo la relacion y comunion, sino la sociedad.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad nos proporciona libertad, dominio propio y una mejor comunicacion entre los esposos. a traves del don de piedad reconocemos nuestra dependencia de Dios. Que todo vine de El y por El. La piedad convierte a los esposo en ministros del don de la vida, realzando la dignidad y grandeza del acto conyugal.
Angie Lora
 
Mensajes: 6
Registrado: Lun Abr 02, 2012 7:45 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Ricardo Castro » Mié May 16, 2012 11:17 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
La norma moral respeta el acto conyugal, reconociendo que Dios es el autor de todo y por ello no debe ser privado de su verdadero significado, union y procreacion.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Todo acto conyugal debe vivirse en la ley del amor. Fortaleciendo la comunion y union de los esposos. Esta es una entrega sin reservas.
Por tanto debe ser rechazado cualquier metodo o forma que vaya contrario a esta verdad ( aborto, esterilizacion, anticonceptivos).

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
A traves de los metodos naturales que Dios mismo a permitido en nuestros cuerpos, siempre y cuando se recurra a ellos sin una mentalidad anticonceptiva.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
Vivir el sacramento matrimonial en una entrega total de los esposos como don el uno al otro, fortaleciendonos de los sacramentos como la eucaristia, la penitencia.
El Senor bendice con el regalo de los hijos, proporcionando estabilidad y fuerza a la familia y a la sociedad.


5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad nos proporciona dominio propio, comunion entre los esposos y libertad. Por el don de piedad reconocemos nuestra dependencia como hijos de Dios. La piedad convierte a los esposos en ministros del don de la vida, realzando la dignidad y grandeza del acto conyugal.
Ricardo Castro
 
Mensajes: 6
Registrado: Lun Abr 02, 2012 7:47 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor cguarin » Mié May 16, 2012 1:12 pm

Buenas tardes, sobre el tema V, respondo lo siguiente:


1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
Se relaciona en que en primer lugar, el lenguaje del cuerpo expresa el amor y unidad entre los esposos y mediante su donación mutua buscan la comunión a imagen de Dios y, en segundo lugar, el sentido unitivo del acto conyugal y el sentido procreador del amor conyugal.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Se justifica en que esta unidad del acto conyugal y el sentido procreador es el verdadero plan que Dios revela para el hombre y la mujer, para que se alcance la comunión perfecta ya perdida desde antiguo por el pecado. De esta manera se rescata la dignidad humana, tanto de esposos como de hijos, tanto de parientes y amigos, y en general de toda la sociedad.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Dios mismo le da solución a todos los problemas e interrogantes del hombre. Y entre ellos, dio la posibilidad a los esposos decidir el número de hijos de una manera natural, ya que en la fisiología misma del cuerpo se encuentra la manera de hacerlo. Lo contrario a ello, es decir, buscar una forma artificial que evite el embarazo iría en contra de esta sabiduría divina y abriría una puerta para despersonalizar la sana relación del hombre y la mujer. Entonces, de manera natural y respetando al otro como persona y con conciencia ética y responsable se pueden regular los embarazos cuando no se tienen las condiciones para acoger una nueva vida.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
Se recibe la gracia para vivir en el amor, en la donación libre y voluntaria, en la entrega que construye cada día el proyecto personal y familiar de vida. Amor entendido como acto voluntario de buscar lo mejor para el otro, de sacrificar mi egoísmo y mis intereses personales, y hacer de él no solo un sentimiento que depende de mi estado de ánimo. Como sacramento el matrimonio da la fuerza para vivir en comunión con Dios y con el otro, y da la posibilidad de hacer uso de las otras ayudas como el sacramento de la Reconciliación, la Eucaristía, etc.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La virtud de la castidad nos debe conducir a la santificación de nuestras vidas pero como somos débiles, necesitamos la presencia del Espíritu Santo para centrarnos cada vez más en el corazón de Dios y a su vez que Dios esté cada vez más en el centro de nuestro corazón, para entender más su voluntad y vivir de acuerdo a ella. Solamente viviendo una fe centrada en Dios cobra sentido el misterio del sacramento del matrimonio, y a la vez, éste sea testimonio santo del amor de Cristo por su Iglesia.
cguarin
 
Mensajes: 22
Registrado: Lun Abr 02, 2012 2:46 pm

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor FELIX GF » Mié May 16, 2012 2:34 pm

PARTICIPACIÓN EN EL FORO - LA SEXUALIDAD Y LA SANTIDAD – tema V
1. ¿CÓMO SE RELACIONA LA NORMA MORAL DE LA HUMANAE VITAE Y LA VERDAD DEL LENGUAJE DEL CUERPO?:
"Según el criterio de esta verdad que debe expresarse con el ´lenguaje del cuerpo´, el acto conyugal ´significa´ no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales. En el acto conyugal no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del significado procreador, porque uno y otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal: uno se realiza juntamente con el otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. Así enseña la Encíclica (cf. Humanae Vitae, 12). Por lo tanto, en este caso el acto conyugal, privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser acto de amor"
Las consecuencias de esta norma se imponen casi por sí mismas: todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor.
2. ¿CÓMO SE JUSTIFICA LA RECTITUD DE LA NORMA ENSEÑADA POR LA IGLESIA Y SU PRACTICABILIDAD?: La desaparición de todo riesgo, a la aparición de una vida nueva, abriría el camino a la infidelidad conyugal. La anticoncepción expondría a la mujer a convertirse en un simple instrumento de goce egoísta para el hombre. Se abriría el camino a la arbitrariedad de Autoridades Públicas despreocupadas de las exigencias morales y que podrían favorecer y hasta imponer a sus pueblos el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz. También es cosa sabida las presiones que ejercen hoy las grandes organizaciones internacionales sobre los países en vías de desarrollo, condicionando especialmente sus ayudas a un control demográfico riguroso mediante el recurso a los métodos anticonceptivos. El Señor ofrece el don de los hijos, considerados como una bendición y una gracia, signo de la vida que continúa y de la historia de la salvación orientada hacia nuevas etapas. Así podrá afrontar con seguridad el futuro, que son los hijos.
3. ¿CÓMO PUEDEN LOS ESPOSOS EVITAR EL EMBARAZO Y A LA VEZ RESPETAR EL VERDADERO LENGUAJE DEL CUERPO? : Usando métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida.
4. ¿CUÁL ES EL PODER QUE BROTA DE LA CONSAGRACIÓN SACRAMENTAL CONYUGAL?: La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos, un lenguaje total y verdadero. Disociadas las dos significaciones del acto conyugal, ya no puede alcanzar la verdad plena de lo que él es, por lo que puede haber una unión corporal y física, pero no una comunión de las personas. Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.
5. ¿A QUÉ SE REFIERE LA VIRTUD DE LA CASTIDAD Y CÓMO SE RELACIONA CON EL DON DE LA PIEDAD? : Juan Pablo II nos presenta la castidad como una riqueza, en el sentido de que permite una comunicación más profunda y alcanzar una verdadera libertad. Permite desarrollar a los esposos todas las dimensiones del lenguaje del cuerpo y evita que el acto conyugal no sea más que una liberación de las tensiones sexuales del cuerpo". La castidad permite, en el contexto mismo del acto conyugal, una mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo sitio en ella al afecto, a la ternura y a las expresiones no específicamente sexuales de la comunicación de los esposos.
A la luz del don de la piedad, todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida. Esto realza todavía más la dignidad y la grandeza del acto conyugal.
FELIX GF
 
Mensajes: 6
Registrado: Lun Abr 02, 2012 3:25 am

Siguiente

Volver a Catequesis sobre la Teología del Cuerpo en Juan Pablo II, Noviazgo, Matrimonio y Familia

¿Quién está conectado?

Usuarios registrados: Bing [Bot], Google [Bot], Google Adsense [Bot]

Reportar anuncio inapropiado |
Reportar anuncio inapropiado |