1. ¿Cómo se relaciona la redención del cuerpo con “la esperanza cotidiana”?
La redención del cuerpo es un regalo de Dios para vivirlo cada día, pues él está dispuesto siempre a dar una nueva oportunidad a quien encuentra en él a su creador, a quien trata al otro como “otro propio”, a quien le debe respeto en su total dignidad, a quien se muestra cada día tal y como es, con la esperanza de saberse acogido, querido, perdonado y por tanto redimido.
2. ¿Por qué la anticoncepción atenta contra el progreso auténtico de la civilización?
El hombre ha sido creado para “ser colaborador con el Dios de la vida”. El hombre se plenifica cuando “crea”, no cuando impide la creación. En la medida que Dios nos crea para dominar toda la creación, nosotros no podemos impedir la corriente creadora de Dios, utilizando medios “pensados” sólo con la finalidad de impedir la vida.
La iglesia invita, en el sacramento del matrimonio, a los cónyuges a poder expresar en el grado más alto su unión querida por Dios y abierta a la vida: y acepta cuanto es propio de la naturaleza para que el hombre con su inteligencia pueda ejercer una paternidad responsable.
3. ¿Cómo revela el matrimonio de Tobías y Sara que el “lenguaje del cuerpo” se hace lenguaje de la liturgia?
El lenguaje del cuerpo se hace lenguaje de la liturgia cuando se vive una relación con el otro como aquella posibilidad de valorar lo que somos realmente nosotros y el otro, lo que somos como matrimonio, en cuanto que sabemos agradecer la posibilidad que se nos brinda de comunión con el otro a través del acto conyugal, y la suplica de que todo ese encuentro sea para saber acoger el inmenso regalo de lo que significa “Amar a Dios y amar al otro”.
4. ¿Cuál es el antídoto contra la “cultura de la muerte”?
La cultura de la muerte es lo contrario al Amor de Dios. Por lo que el antídoto a esta es justamente Dios mismo. Nosotros, ¿cómo lo podemos expresar? pues constatando que el amor, la comunión entre las personas, la entrega total en el matrimonio o en la vida consagrada al amor recibido, es lo que realmente da sentido a nuestras vidas y a la vida de todo aquel que se plantee el sentido de su vida.
5. ¿Cómo puede ayudar la Teología del cuerpo a cruzar el umbral de la esperanza?
La teología del cuerpo nos ha abierto a contemplar otra posibilidad de vida que plenifica nuestra existencia. Lo que nos ofrece este mundo, que nosotros hemos creado, está condicionado por algo que siempre mata las relaciones: el egoísmo y el afán por tener más que. Es por ello que si no queremos quedarnos ahí hemos de pensar en una esperanza nueva. Y esta sólo se encuentra en el descubrimiento de ese regalo inmenso que es el don de la vida y la capacidad de amar para vivirla. Si hemos sido creados para complementarnos como seres únicos y originales creados y queridos por Dios, será en el descubrimiento de esa realidad en lo que gastaremos nuestra existencia. Y será ahí donde cada día viviremos con una única esperanza poder llevar a cabo la tarea encomendada por nuestro creador: Amar para agradecer el amor, estar abiertos a la vida, para saber valorarla y dispuestos siempre a ser fieles al Dios fiel y a quien se nos ha regalado para vivir esta existencia.