Finalmente, nos estamos acercando a la conclusión de nuestro estudio introductorio a la Teología del cuerpo de Juan Pablo II. En este momento, podemos ver cómo se puede empezar a aplicar todo lo que Juan Pablo II iluminó en la primera parte de su enseñanza - el tríptico antropológico - a un entendimiento de la sacramentalidad del matrimonio. Y para hacer esta revisión teológica del matrimonio, es clave el misterio de la "redención del cuerpo". Recordemos que el mismo Juan Pablo II ha dicho que otro nombre para su recorrido por el amor humano era "La redención del cuerpo y la sacramentalidad del matrimonio"...
El misterio de la "redención del cuerpo" llevada a cabo por Cristo es tan central e importante que Juan Pablo II llega a decir: "Todo lo que he querido decir en el curso de nuestras meditaciones, para comprender las palabras de Cristo, tiene su fundamento definitivo en el misterio de la redención del cuerpo" (Varón y Mujer, 86: 8). Si las dificultades en el matrimonio, como hemos podido ver en este tema, no son algo abstracto y lejano a nosotros, sino bastante - quizá demasiado - cotidianas, entonces también el poder de la gracia, la "redención del cuerpo", está llamado a ser para nosotros una "esperanza cotidiana".
Esperamos esta retroalimentación les sea de apoyo.
Effy De Lille.
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Respuestas al tema VI
Algunas dificultades en el matrimonio
1. ¿Cómo se relaciona la redención del cuerpo con “la esperanza cotidiana”?
Toda la Teología del cuerpo depende de esta realidad: la redención del cuerpo. Es el último punto de llegada en la Teología del cuerpo, el fin que determina todos los pasos que estamos dando en este estudio (cfr. Man and woman He created them, [TOB], p. 110). De hecho, la frase “teología del cuerpo” es de alguna forma sinónima con la frase “redención del cuerpo” (cfr. TOB, p. 111). La “’redención del cuerpo’ se expresa no sólo a través de... la esperanza escatológica de la resurrección, sino de la esperanza de la victoria sobre el pecado, a la que podemos llamar esperanza de cada día. En la vida cotidiana el hombre debe sacar del misterio de la redención del cuerpo la inspiración y la fuerza para superar el mal que está adormecido en él bajo la forma de la triple concupiscencia” (VM, 86: 6-‐7)
2. ¿Por qué la anticoncepción atenta contra el progreso auténtico de la civilización?
Algunas personas ven la anticoncepción como una clave para resolver problemas del mundo. Enmarcar el tema de la anticoncepción en términos meramente biológicos, medicinales o tecnológicos significa pararnos en la superficie del tema y perder totalmente lo que está en juego. “El problema [de la regulación] de la natalidad, como cualquier otro referente a la vida humana, hay que considerarlo, por encima de las perspectivas parciales”. Hay que verlo “a la luz de una visión integral del hombre y de su vocación, no sólo natural y terrena, sino también sobrenatural y eterna” (Humanae Vitae, 7). Lo que está en juego en la enseñanza de Humane Vitae es nada menos que el significado de la vida humana (humanae vitae) y el camino del auténtico progreso de la civilización (cfr. VM 129: 2).
3. ¿Cómo revela el matrimonio de Tobías y Sara que el “lenguaje del cuerpo” se hace lenguaje de la liturgia?
No sólo es la vida conyugal “litúrgica”, sino que la vida litúrgica de la Iglesia es en algún sentido “conyugal” (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica [CIC] 1617). La unión de una-‐sola-‐carne está hecha para ser “eucarística”. Análogamente, la Eucaristía es la unión de una-‐sola-‐carne entre Cristo y la Iglesia. La cama matrimonial se puede ver como un altar sobre el cual los esposos ofrecen sus cuerpos en un sacrificio viviente, santo y aceptable para Dios. Este es su acto espiritual del culto (cfr. Rom 12, 1; cfr. CIC, 2031). La palabra liturgia “quiere significar que el Pueblo de Dios toma parte en ‘la obra de Dios’” (CIC, 1069). Es “la celebración [por la Iglesia] del culto divino... en la que, mediante signos sensibles, se significa y se realiza, según el modo propio de cada uno, la santificación del hombre” (CIC, 1070).
4. ¿Cuál es el antídoto contra la “cultura de la muerte”?
Si el futuro de la humanidad pasa por el matrimonio y la familia (cfr. Familiaris Consortio, 86), el futuro del matrimonio y de la familia pasan por la Teología del cuerpo de Juan Pablo II. En ella Juan Pablo nos ha dado su “obra maestra”, su
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“antídoto” contra la cultura de la muerte, y unos cimientos teológicos para la “nueva evangelización”. No habrá ninguna renovación de la Iglesia y el mundo sin una renovación del matrimonio y la familia. No habrá ninguna renovación del matrimonio y la familia sin volver a la verdad plena del plan de Dios sobre el cuerpo y la sexualidad. Y no habrá ningún volver a la verdad plena del plan de Dios sobre el cuerpo y la sexualidad sin una propuesta fresca que demuestra de forma convincente al mundo moderno cómo la ética cristiana es un mensaje liberador.
5. ¿Cómo puede ayudar la Teología del cuerpo a cruzar el umbral de la esperanza?
Así como los discípulos en el camino hacia Emaús llegaron a reconocerle a Cristo “al partir el pan” – en su cuerpo dado por ellos en la Eucaristía – así también hemos llegado a ver a Cristo revelado en el cuerpo. A principios del tercer milenio cristiano, es hora para la Iglesia y el mundo de “cruzar el umbral de la esperanza” a una nueva primavera. Es hora de realizar nuestra “Pascua” desde la cultura de la muerte a la cultura de la vida. “No nos seduce ciertamente la ingenua convicción de que haya una fórmula mágica para los grandes desafíos de nuestro tiempo. No, no será una fórmula lo que nos salve, pero sí una Persona y la certeza que ella nos infunde: ¡Yo estoy con vosotros!” (Novo Millennio Ineunte, Juan Pablo II, 29). ¡Cristo el Esposo está con nosotros! (cfr. Carta a las familias, Juan Pablo II, parte II).