Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

En esta ocasión, en el curso “Basílicas y Capillas papales”, haremos un recorrido virtual por Roma. Nuestro objetivo religioso es claro: las basílicas y capillas papales, una cada semana, pero al mismo tiempo iremos conociendo Roma y todos los atractivos socioculturales que tiene para el turista.


Fecha de inicio del curso: 7 mayo de 2012

Fecha de finalización del curso: 7 julio de 2012

Periodicidad de envió de las lecciones: semanal

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor wyseen » Mar Jun 19, 2012 10:53 am

El “Papa Bueno” Juan XXIII (1958 – 1963) escogió como lema “Obedientia et pax” (Obediencia y paz), pues el tema de la paz también fue muy querido de este Pontífice de gran corazón, que supo ganarse la simpatía del mundo por su bondad. Al centro de su escudo se ve una torre salda y firme, símbolo de la fortaleza de espíritu que se obtiene obedeciendo la ley santa de Dios.

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Una de las curiosas novedades en el pontificado de Juan XXIII fue la introducción de una particular costumbre que todavía hoy continúa vigente. El Papa bueno fue quien inició el rezo público del Ángelus en la plaza de San Pedro todos los domingos y días de fiestas. Era una manera más de mostrar su cercanía a los fieles, y sobre todo de infundir en ellos el culto amoroso a la Virgen María.

Tras la oración a la Madre de Dios, Juan XXIII impartía su bendición y aprovechaba para dirigirse a los presentes de la manera que a él más le gustaba, de forma espontánea, con un estilo familiar y cercano. Tanto gustó esta novedad a los católicos que visitaban Roma y a los propios romanos, que con el tiempo se ha convertido en uno de los actos públicos del Papa que nadie quiere perderse.
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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor monicarte » Mar Jun 19, 2012 12:09 pm

Hola Hini, hola a todos!!
En esta acasion tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre la figura del Papa Juan XXIII.
Asi como las lecturas nos lo señalan fue un Papa muy querido por la gente, y lo pude comprobar por que en mi familia aun se conserva una pequeña imagen de este gran Pontifice.
Como sabemos fue una figura muy cercana a las personas, probablemente su origen y su familia lo impulsaron a desarrollar ese gran carisma humano, asi como una gran voluntad para la santidad y la vida sacerdotal. Sobre ello, tambien me llamó la atencion su admiración e interes por el Santo Cardenal Carlos Borromeo, quien seguramente fue una de sus principales fuentes de inspiración ya que tambien se caracterizó por esa gran capacidad de comprensión y empatia con el prójimo.
Otro aspecto a resaltar fue su amplia e interesante trayectoria previa a ser nombrado Papa. Hay que destacar por ejemplo la ayuda que brindo a la comunidad judía en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, asi como la asistencia y ayuda a los prisioneros alemanes en su estadia en París.
Sobre el documento que leímos "Motu Proprio" (1962) previa a la celebración del Concilio Vaticano II, señalaré las partes que me parecieron mas interesantes:
La intención del Concilio es "que la luz de la verdad llegue a todos sus hijos (de la Iglesia), incluidos los alejados, para que cada vez esten mas inflamados por el ardor de la caridad"
Por otra parte señaló que los tres deberes que se esperan de los obispos: saber, enseñar, santificar y gobernar.
"A los hombres enseñar lo que concierne a la fe verdadera y las buenas costumbres".
Me parece que en cierta medida estos cuatro deberes tambien pueden ser aplicables para nosostros: debemos prepararnos en la fe, en cultura cristiana, debemos transmitir el mensaje, ser instrumentos de Dios y santificar a Dios mediante nuestras acciones.
Saludos!! :D
monicarte
 
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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor semijuandedios » Mar Jun 19, 2012 10:59 pm

Beato Juan XXIII (latín: Ioannes PP. XXIII), Angelo Giuseppe Roncalli (n. Sotto il Monte, provincia de Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881 - † Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el Papa n.º 261 de la Iglesia Católica entre 1958 y 1963.

En su dilatada labor apostólica, ocupó numerosos cargos críticos. Como obispo titular de Areopoli y, más tarde, de Mesembria, se desempeñó como visitador apostólico en Bulgaria desde 1925, luego como delegado apostólico en la misma Bulgaria desde 1931. Fue designado delegado apostólico en Turquía y Grecia desde 1935, cargo que desempeñó durante la mayor parte de la segunda guerra mundial. A fines de 1944 fue designado nuncio apostólico en Francia, donde permaneció hasta 1953. Elegido cardenal en ese año, fue patriarca de Venecia hasta el cónclave de octubre de 1958. Como pontífice romano, tuvo un pontificado relativamente breve pero sumamente intenso.

Sus encíclicas Mater et Magistra (1961) y Pacem in Terris (1963), ésta última escrita en plena guerra fría luego de la llamada «crisis de los misiles» de octubre de 1962, se convirtieron en documentos señeros que marcaron el papel de la Iglesia católica en el mundo actual. Pero el punto culminante de su trabajo apostólico fue, sin dudas, su iniciativa personal, apenas tres meses después de su elección como pontífice, de convocar el Concilio Vaticano II, imprimiendo así su carisma a la Iglesia católica del siglo XX.

Fue beatificado en el año 2000, por el Papa Juan Pablo II, durante el Jubileo de dicho año.

En Italia es recordado con el cariñoso apelativo de "Il Papa Buono" ('El Papa Bueno').


SACERDOCIO Y LABOR APOSTOLICA

Angelo Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, en Lombardía, Italia. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904 en Bérgamo. En 1905 fue nombrado secretario del obispo de Bérgamo, Giacomo Radini Tedeschi, y en el año siguiente fue el encargado de la enseñanza de Historia y Patrología en el seminario de Bérgamo. Ocupó estos puestos hasta la muerte de "su" obispo, como siempre recordaría a Radini Tedeschi, acaecida en 1914.

Durante la Primera Guerra Mundial, ejerció primero como sargento médico y más tarde como capellán militar. En 1921, fue llamado desde Roma por el papa Benedicto XV para ocupar el cargo de presidente para Italia del Consejo Central de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.

El papa Pío XI lo designó simultáneamente arzobispo de Areópolis y enviado oficial para Bulgaria el 3 de marzo de 1925. El 19 de marzo de 1925 Angelo Giuseppe Roncalli fue consagrado arzobispo titular de Areopoli;1 eligió como su lema episcopal "Obedientia et Pax". En Bulgaria, realizó su labor apostólica visitando las comunidades católicas y estableciendo relaciones de respeto y estima con otras comunidades cristianas, en especial de la Iglesia Ortodoxa. En una ocasión en Bulgaria fue a visitar a unos heridos internos en un hospital católico que trataba gratuitamente a todas las personas, independientemente de su religión. Estos heridos fueron víctimas de un atentado contra el rey Boris III en una catedral ortodoxa de Sofía, siendo ortodoxos que frecuentaban su lugar de culto. El rey búlgaro quedó tan impresionado que lo recibió en audiencia privada, siendo un acto inédito porque los visitadores apostólicos no gozaban de ningún estatuto diplomático y las relaciones entre la minoría católica y la mayoría ortodoxa eran muy tensas. Hechos como este constituyeron las bases de la futura delegación apostólica. En efecto, su labor fue tan fructífera que se lo designó delegado apostólico para Bulgaria el 16 de octubre de 1931.1

El 30 de noviembre de 1934 fue designado Arzobispo títular de Mesembria,1 y el 12 de enero de 1935 fue nombrado delegado apostólico para Turquía1 (vicario apostólico de Estambul, antigua Vicaría Apostólica de Constantinopla). El mismo día se lo designó Delegado Apostólico para Grecia,1 atendiendo desde Estambul los asuntos relativos a ambos países.

Su intervención para socorrer a miles de judíos de la persecución nazi mientras servía como Delegado Apostólico del Vaticano en Turquía durante la Segunda Guerra Mundial fue proverbial.2

El 23 de diciembre de 1944, el papa Pío XII lo nombró nuncio apostólico de Francia.1 Contribuyó a normalizar la organización eclesiástica en Francia, desestabilizada por los numerosos obispos que habían colaborado con los alemanes. Gracias a su cortesía, su sencillez, su buen humor y su amabilidad pudo resolver los problemas y conquistar el corazón de los franceses y de todo el Cuerpo Diplomático.

El 12 de enero de 1953 el papa Pío XII le nombra cardenal presbítero del título de Santa Prisca, y tres días después es designado Patriarca de Venecia.

PONTIFICADO
ELECCION

El 28 de octubre de 1958, contando con casi 77 años, Roncalli fue elegido Papa ante la sorpresa de todo el mundo. Escogió el nombre de Juan (nombre de su padre y del patrón de su pueblo natal, aunque escogió este nombre por el evangelista de nombre Juan). Fue entronizado el 4 de noviembre (21 días antes de su cumpleaños 77) por el cardenal Nicola Canali, protodiácono de San Nicola in Carcere Tulliano.

Después del largo pontificado de su predecesor, los cardenales parecieron escoger un papa de transición a causa de su avanzada edad y de su modestia personal. En referencia al término «Papa de transición», su secretario personal comentó:

Ni siquiera debe leerse en sentido negativo esta calificación, porque ahí estaban sus 77 años, y él mismo afirmó: «No puedo mirar demasiado lejos en el tiempo». Sabía que era ya un anciano, no se preocupaba de lo que podría hacer. Habituado a vivir comunitariamente y a no considerar los problemas desde el punto de vista personal, citando a Tibulo, decía Est nobis voluisse satis, para el honor de un hombre es ya mucho haber concebido una empresa, haber pensado, ideado, iniciado algo. Recuerdo su comentario a mi perplejidad y a mi falta de entusiasmo cuando me comunicó la idea del Concilio. Me dijo: «No hay que preocuparse de sí mismo y de quedar bien. En la concepción de las grandes empresas basta con el honor de haber sido providencialmente invitados. Hemos sido llamados a poner en marcha, no a concluir.»

GOBIERNO PAPAL
El 11 de octubre de 1962 el papa Roncalli abrió el Concilio Vaticano II en San Pedro. Este Concilio cambiaría el rostro del catolicismo: una nueva forma de celebrar la liturgia (más cercana a los fieles), un nuevo acercamiento al mundo y un nuevo ecumenismo. Respecto de esto último, Juan XXIII había creado en 1960 el Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos,5 una comisión preparatoria al Concilio que más tarde permanecería bajo el nombre de Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. Era la primera vez que la Santa Sede creaba una estructura consagrada únicamente a temas ecuménicos. Para la presidencia de ese organismo el Papa designó al cardenal Augustin Bea, quien luego se convertiría en una de las figuras determinantes del Concilio Vaticano II.

Desde la apertura del Concilio, el papa Juan XXIII enfatizó la naturaleza pastoral de sus objetivos: no se trataba de definir nuevas verdades ni condenar errores, sino que era necesario renovar la Iglesia para hacerla capaz de transmitir el Evangelio en los nuevos tiempos (un "aggiornamento"), buscar los caminos de unidad de las Iglesias cristianas, buscar lo bueno de los nuevos tiempos y establecer diálogo con el mundo moderno centrándose primero "en lo que nos une y no en lo que nos separa".

Al Concilio fueron invitados como observadores miembros de diversos credos, desde creyentes islámicos hasta indios americanos, al igual que miembros de todas las Iglesias cristianas: ortodoxos, anglicanos, cuáqueros, y protestantes en general, incluyendo, evangélicos, metodistas y calvinistas no presentes en Roma desde el tiempo de los cismas.

SU MUERTE Y BEATIFICACION
El 23 de mayo de 1963 se anunció públicamente la enfermedad del Papa: cáncer de estómago que, según su secretario Loris F. Capovilla, le fue diagnosticado en septiembre de 1962. El Papa no quiso dejarse operar temiendo que el rumbo del Concilio se desviara de lo estipulado. Así, el mismo Papa estaba firmando su sentencia de muerte. Al fin, después de sufrir esa grave enfermedad, el papa Juan XXIII murió en Roma el 3 de junio de 1963, hacia las dos y cincuenta. Finalizó sus días sin ver concluida su obra mayor, a la que él mismo consideró "la puesta al día de la Iglesia". En la memoria de muchos, el papa Juan XXIII ha quedado como "el Papa bueno" o como "el Papa más amado de la historia".

Fue sucedido por Pablo VI, quien en 1965 iniciaría el proceso de beatificación del propio Juan XXIII después de la clausura del Concilio Vaticano II. Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000, junto con el papa Pío IX a quien él tanto deseó canonizar. Su fiesta litúrgica quedó fijada el 11 de octubre, día de la apertura del Concilio Vaticano II.

Cuando su cuerpo fue exhumado en el año 2000, corrió el rumor de que se hallaba incorrupto. En seguida, fuentes del Vaticano se apresuraron a negarlo, recordando que había sido embalsamado. Sus restos actualmente descansan en la Basílica de San Pedro, en Roma.

Juan XXIII también es honrado por muchas organizaciones protestantes como un reformador cristiano. La Iglesia de Inglaterra lo considera santo y tanto los anglicanos como los protestantes conmemoran a Juan XXIII como "renovador de la iglesia".

Pier Paolo Pasolini le dedicó una de sus grandes películas, "El Evangelio según San Mateo".

El hospital Universitario Juan XXIII en Tarragona fue creado para que dicho papa fuera recordado por siempre.

La tumba que ocupaba el Papa Juan XXIII, ha sido ocupada por el Papa Juan Pablo II, fallecido el 2 de abril de 2005 hasta el 29 de abril de 2011 cuando fue exhumado para su beatificación.
"La caridad no entra al cielo, hasta que la humildad le abra las puertas"

AFECTISIMO EN CRISTO Y MARIA

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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor MARIAANGELES RAMIREZ » Mié Jun 20, 2012 3:19 pm

Se debe entender la prioridad de enseñar los fundamentos de nuestra fe y llevarlas más allá de una mera tradición, no peleados con el pasado pero si ansiosos de vivir en los tiempos actuales una fe viva y práctica. orientada al ejercicio pleno y vigoroso de la libertad dada al hombre a partir de su Bautismo, pero los cambios de la humanidad continúan y en forma acelerada por lo que el Concilio Vaticano II, tendrá que seguir evolucionando más por una fuerte necesidad de la Iglesia, reavivando la fe a los tiempos actuales.
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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor Mari64 » Jue Jun 21, 2012 11:09 am

:lol: Buen día, aunque voy un poquito atrasada, les comento que leí la Encíclica Mater et Magistra de SS Juan XXIII. Esta enciclica es un compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, preocupada siempre, como madre y maestra, como dice él, en la situación social del mundo, de los trabajadores, de hecho él toca también el asunto que en ese entonces ya es un problema, los países pobres y los países ricos, ya no sólo es una situación entre personas sino ya es a nivel de países y da una serie de mecanismos y de directrices para que la situación mundial sea más justa. Eso demuestra su gran amor por la humanidad, si tienen la oportunidad lean esa encíclica, se las recomiendo.

Nuevamente gracias a Angeles por su atención de enviarme la lección que no recibí.

Saludos desde Guatemala, :lol:
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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor monicarte » Jue Jun 21, 2012 12:14 pm

Hola a todos:
Nuevamente escribo.
¿Recuerdan que S.S. Juan XXIII ordenó al primer cardenal mexicano? bueno pues investigué quien fue y se los comparto:
Fue el Sr. Dr. José Garibi Rivera, quien fuera Arzobispo de Guadalajara.
Saludos!!
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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Vie Jun 22, 2012 2:05 pm

¿QUÉ ES UN MOTU PROPRIO?

Un motu proprio es un documento de la Iglesia Católica que elabora el Santo Padre por su propia iniciativa y autoridad. El primer motu proprio de la historia fue promulgado por S.S. Inocencio VIII en 1484. Se suele tratar de documentos breves, que afectan a cuestiones concretas; los documentos papales de tipo jurídico y contenido más amplio, reciben el nombre de Constitución apostólica. Los documentos doctrinales se llaman Encíclicas.

Estos documentos que escribe Su Santidad es frecuente que los realice en diferentes idiomas y es de uso muy frecuente en español.

La redundancia que implica el decir "de" acompañando al ablativo; de motus = movimiento, que ya lo lleva implícito, obliga a decir "propio" como indicativo de una cuestión propia, aunque realmente el "proprius" = su ablativo "proprio", lo que quiere indicar es que "pro prius motus" , por primer motivo, por primera razón, por primer impulso, por primera reacción..., se realiza la acción "motu proprio" como siendo lo primero que se te ocurre hacer.

Esta expresión latina es un caso de lo que se conoce como "ablativo absoluto" que nos lleva a traducirlo como "siendo realizado por su iniciativa", es decir, sin que nadie más intervenga en la resolución.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor ana fedez » Dom Jun 24, 2012 7:12 am

CURIOSiDADES

Ya que esta casi todo dicho del papa bueno solo unos apuntes como curisidad:

El papa Juan XXIII (1958-63) fue conocido como el Papa Bueno. Eligió el nombre de Juan porque así se llamaba su padre y le era muy dulce.
Era un fumador empedernido y le encantaba subir a la torre más alta del Vaticano y observar a la gente de Roma. Había sido sargento sanitario en la Primera Guerra Mundial y lo recordaba con buen humor.
Era gordo y cuando lo eligieron papa, le quedaban pequeños los tres talles que preparan los sastres para los hábitos pontificios.
Logró sorprender a todos cuando convocó por sorpresa el Concilio Vaticano II, en enero de 1959.
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Re: Invitado especial: S.S. Beato Juan XXIII (Sem. 11 junio)

Notapor ana fedez » Dom Jun 24, 2012 7:16 am

JUAN XXIII, TERCIARIO FRANCISCANO

El 16 de abril de 1959, con motivo del 750 aniversario de la aprobación de la Regla de San Francisco por Inocencio III, el papa Juan XXIII recibió en audiencia a una nutrida representación de la familia franciscana en sus diferentes ramas y familias. El Papa les dirigió un discurso resaltando lo amplia que ha sido la influencia de San Francisco en la vida cristiana y profundizando en algunos puntos fundamentales de su Regla. A continuación les manifestó con gozo que él, desde su juventud, era terciario franciscano. Lo dijo con estas palabras:

Y ahora elevemos, queridos hijos e hijas de las familias franciscanas y cuantos otros pertenecen a las innumerables asociaciones de caridad y de apostolado que se inspiran en este ideal, elevemos en santa fraternidad el himno de acción de gracias por los 750 años de operante vitalidad de la Regla de San Francisco, y añadamos la ferviente plegaria: «Ad multos annos, para la paz y salvación de nuestras almas, para gloria y bendición de toda la Santa Iglesia de Dios».

¡Queridos hijos! Permitidnos añadir una palabra especial del corazón a cuantos aquí presentes pertenecen al pacífico ejército de los Terciarios seglares de San Francisco. «Ego sum Joseph, frater vester» (Yo soy José, vuestro hermano). Nos complace decirlo con ternura. Lo somos desde que, joven de apenas catorce años, el 1 de marzo de 1896, fuimos regularmente adscritos por ministerio del canónigo Luis Isacchi, nuestro padre espiritual, como director que era del Seminario de Bérgamo; y nos complace bendecir al Señor por esta gracia que nos concedió en feliz sincronía con el acto de iniciarnos, precisamente en aquel año y en aquellos meses, en la vida eclesiástica mediante la sagrada tonsura.

¡Oh!, la alegría serena e inocente de aquella coincidencia: Terciario franciscano y clérigo encaminado al sacerdocio: prendido, pues, por los mismos hilos de la sencillez, todavía inconsciente y feliz, que nos había de acompañar hasta el altar bendito, y que luego nos debía dar todo en la vida.

Nuestros ojos, por otra parte, estuvieron familiarizados desde la infancia con la más sencilla visión del pequeño convento regular de los Hermanos Menores de Baccanello, que en la abierta campiña lombarda, donde habíamos nacido y crecido, era el primer edificio enteramente religioso que encontrábamos: iglesia, modesto eremitorio, campanario, y, por los alrededores, humildes hermanos que se esparcían por los campos y los modestos caseríos para la cuestación, difundiendo aquel aire de sencillez ingenua que hacía tan simpático a San Francisco y a sus hijos.

Séanos permitido decir que tras un largo currículum por los caminos del mundo y habiéndonos acercado a tantas nobilísimas obras de aquel espíritu entre hombres doctos, ilustres y santos, que honraron a las órdenes franciscanas y a la Iglesia de Cristo en el nombre del seráfico Padre de Asís, nada fue tan dulce y delicioso a nuestra alma como el volver a Baccanello, a aquella inocencia, a aquella apacibilidad, a aquella santa poesía de la vida cristiana, madurada en el sacerdocio y en el servicio de la Santa Iglesia y de las almas.

Inmerso en aquellos recuerdos el humilde terciario franciscano, convertido en Papa sucediendo a Inocencio III, a Nicolás IV y más tarde hasta León XIII, y sin perder nada de la primitiva sencillez, más aún, gustando más que nunca su dulzura; inmerso en aquellos recuerdos, decimos, gustaba el pasado domingo en San Pedro una espiritual e inefable embriaguez al exaltar al nuevo santo de la Iglesia del Señor, San Carlos de Sezze, modestísimo hermano laico de los Hermanos Menores, a quien la gracia, la pureza, la sencillez, la inspiración labraron una corona tan fúlgida de dones celestiales aquí abajo, y de gloria sobrehumana para nuestra admiración, nuestro ejemplo y nuestra protección.

Al pequeño convento todavía agreste, pero tan querido de Baccanello, para evocación de recuerdos dulcísimos de toda nuestra vida, queremos enviar como regalo papal el relicario precioso que la Orden seráfica ha tenido a bien ofrecernos como recuerdo perenne del glorioso acontecimiento.

Como el gran patriarca Francisco, así su último hermano menor glorificado, San Carlos de Sezze, «pauper et humilis, coelum dives ingreditur, hymnis coelestibus honoratur, alleluja, alleluja».

Queridos hijos en San Francisco: a Nos mismo, a vosotros y a todos repetimos la gran advertencia que desde lo alto nos llega: ésta es la gran Regla que celebramos; éste es el camino que conduce a la vida, a la bendición, a la gloria. Alleluja, alleluja.
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