Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

En esta ocasión, en el curso “Basílicas y Capillas papales”, haremos un recorrido virtual por Roma. Nuestro objetivo religioso es claro: las basílicas y capillas papales, una cada semana, pero al mismo tiempo iremos conociendo Roma y todos los atractivos socioculturales que tiene para el turista.


Fecha de inicio del curso: 7 mayo de 2012

Fecha de finalización del curso: 7 julio de 2012

Periodicidad de envió de las lecciones: semanal

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Moderadores Animadores

Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor Betancourt » Lun Jun 18, 2012 8:50 am

(Como soy comunicadora, es precioso poder contemplar este decreto del Concilio)

Entre los documentos aprobados en el Concilio Vaticano II están:

Inter Mirífica - (Entre maravillas) Decreto aprobado el 4 de diciembre de 1963 fue el segundo decreto aprobado del Concilio.

En Inter Mirifica o Decreto sobre los Medios de Comunicación Social , los Padres del Concilio Vaticano II ofrecen información importante e instrucciones sobre el correcto uso de los "medios de comunicación social", incluyendo la prensa, el cine, la radio y la televisión. Los principios del documento pueden extender fácilmente a Internet, aplicaciones de teléfonos inteligentes y otros canales de comunicación modernos.

"Entre los maravillosos inventos de la técnica que, sobre todo en estos tiempos, el ingenio humano, con la ayuda de Dios, ha extraído de las cosas creadas, la madre Iglesia acoge y fomenta con especial solicitud aquellos que atañen especialmente al espíritu humano y que han abierto nuevos caminos para comunicar con extraordinaria facilidad noticias, ideas y doctrinas de todo tipo".

Comentario: He puesto este párrafo y en él se destaca la procedencia de los medios de comunicación, que vienen del ingenio humano, pero con la ayuda de Dios. Además vemos que cómo lo acoge la Iglesia y fomenta a que se les dé buen uso, especialmente ateniéndose al espíritu humano.

Si eres comunicador o te interesa este tema: te invito a leerlo y analizarlo entre tus amigos: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19631204_inter-mirifica_sp.html
Yariana Betancourt
El amor de Dios es maravilloso!
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor mariaines » Lun Jun 18, 2012 9:22 am

En el n.2 de Ecclessian Suam podemos leer la importancia de la salvacion y el deseo e la Iglesia de responder a esa solicitud.
2. A todos, por tanto, les parecerá justo que Nos, al dirigir al mundo esta nuestra primera encíclica, después que por inescrutable designio de Dios hemos sido llamados al Sumo Pontificado, volvamos nuestro pensamiento amoroso y reverente a la santa Iglesia.

Por este motivo nos proponemos en esta Encíclica aclarar lo más posible a los ojos de todos cuánta importancia tiene, por una parte, para la salvación de la sociedad humana, y con cuánta solicitud, por otra, la Iglesia lo desea, que una y otra se encuentren, se conozcan y se amen.

Cuando, por la gracia de Dios, tuvimos la dicha de dirigiros personalmente la palabra, en la apertura de la segunda sesión del Concilio Ecuménico Vaticano II, en la fiesta de San Miguel Arcángel del año pasado, a todos vosotros reunidos en la basílica de San Pedro, os manifestamos el propósito de dirigiros también por escrito, como es costumbre al principio de un pontificado, nuestra fraterna y paternal palabra, para manifestaros algunos de los pensamientos que en nuestro espíritu se destacan sobre los demás y que nos parecen útiles para guiar prácticamente los comienzos de nuestro ministerio pontificio.

Verdaderamente nos es difícil determinar dichos pensamientos, porque los tenemos que descubrir en la más cuidadosa meditación de la divina doctrina teniendo muy presentes las palabras de Cristo: Mi doctrina no es mía, sino de Aquel que me ha enviado(1); tenemos, además, que adaptarlos a las actuales condiciones de la Iglesia misma en una hora de intensa actividad y tensión, tanto de su interior experiencia espiritual como de su exterior esfuerzo apostólico; y, finalmente, no podemos ignorar el estado en que actualmente se halla la humanidad en medio de la cual se desenvuelve nuestra misión.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor anacerini » Lun Jun 18, 2012 12:10 pm

me encanta Pablo VI y su obrar. Ecclesiam Suam nos muestra a la Iglesia que se hace coloquio con la humanidad toda, la Iglesia que se hace dialogo...y se coloca como uno mas, bien cerca del creyente!!
No olvidemos la Evangelii Nuntiandi, que aun hoy, luego de tantos años, tendría muchos puntos a ser concretados!
Todos los documentos conciliares aprobados en su papado fueron de tal hondura que impacta y sorprende. realmente contó con excelentes asesores religiosos y laicos.Uno de ellos Jaques Maritain también nos dejo su impronta en algunos de ellos.Pablo Vi era un hombre de la cultura y obro haciendo pequeño para alcanzar a todos.
Bendiciones a todos Ana Cerini
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Jun 18, 2012 2:03 pm

La Encíclica Humanae Vitae.
Resúmen de: La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la planificación de la familia en la Encíclica Humanae Vitae.

I. La Encíclica Humanae Vitae
El documento contemporáneo más reciente de la Iglesia Católica sobre el grave problema de la anticoncepción y la alternativa a la misma es la Encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI, que fue publicada el 25 de julio de 1968. Este documento reitera el maravilloso plan de Dios para la humanidad sobre la transmisión de la vida humana.

II. Cambios e interrogantes actuales

La Humanae Vitae presenta los cambios en la sociedad actual que han hecho que muchos cuestionen la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la tema de la planificación de la familia. De ahí la necesidad de reiterar esta enseñanza de dos mil años de la Iglesia Católica, pero con un lenguaje nuevo y con respuestas a los nuevos problemas.

1. El "desarrollo" demográfico.


2. El papel de la mujer en la sociedad.

La Iglesia reconoce que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad e incluso que la mujer tiene mucho que aportar a la sociedad. Pero la anticoncepción no va a ayudarle a lograr esto, al contrario, contribuirá más aún a su explotación.

3. "Mayor" conciencia del amor conyugal.

En la actualidad existe una "mayor" conciencia del amor conyugal en el matrimonio y que éste no es sólo para la procreación. Los anticonceptivos les permitirán a muchos esposos continuar teniendo relaciones sexuales sin preocuparse del nacimiento de un nuevo hijo al cual no podrían mantener.

El Papa responderá en la Encíclica que, lejos de ayudar al amor conyugal, los anticonceptivos lo destruirán. La Iglesia Católica condena la anticoncepción no sólo porque va en contra de la procreación, sino también porque va en contra del amor conyugal.

4. El avance técnico-científico.

Si el hombre ha logrado un avance técnico-científico tan beneficioso en otros ámbitos de la vida, ¿por qué no le está permitido también lograrlo con respecto a la reproducción humana?
La Iglesia Católica es la primera en alegrarse con el avance técnico-científico, pero está en contra de aquellas tecnologías que, en vez de beneficiar al ser humano y a la sociedad, los destruyen, y tal es el caso de la anticoncepción.

III. La autoridad del Magisterio para enseñar sobre este tema
S.S. el Papa Pablo VI reitera la doctrina acerca de la autoridad divina que tiene el Magisterio de la Iglesia Católica (el cual está compuesto por el Papa y los obispos en comunión con él) para enseñar sobre la dimensión moral de todos los asuntos humanos, ya sea en materia social, económica, política, médica, familiar, sexual, etc.
La Iglesia no tiene una autoridad particular para enseñar sobre la parte técnica o científica de los asuntos humanos, pero sí sobre su dimensión moral.
Todas las áreas de la vida humana, incluyendo la planificación de la familia, tienen una dimensión moral, ya que la moral es el modo de vivir que respeta y realiza el bien de la persona y que al mismo tiempo nos lleva a Dios -- y en toda actividad humana ese bien está en juego.
Por mandato de Cristo, la Iglesia Católica enseña el camino de la salvación, el cual requiere la obediencia a la ley moral. Por lo tanto, la Iglesia tiene la autoridad para enseñar la dimensión moral de la planificación de la familia.

IV. Principios doctrinales
La Humanae Vitae basa su enseñanza moral sobre la planificación de la familia en varios principios doctrinales sobre la persona humana, el amor conyugal, la procreación y la paternidad responsable.

1. Visión integral de la persona humana

Significa que la persona humana no se reduce a su dimensión material, sino que hay que considerar también, para una justa evaluación de los distintos métodos de planificación de la familia, la psicológica y, principalmente, la espiritual, es decir su relación con otros y con Dios.

2. El amor conyugal
La Humanae Vitae enseña que el amor conyugal tiene cuatro características.
La primera es que es un amor plenamente humano. Esto quiere decir que el amor conyugal no se reduce a sentimientos e impulsos sexuales, aunque los incluye también, sino que consiste principalmente en un acto libre de la voluntad de amar al cónyuge para toda la vida, que es lo que distingue a la persona humana de los animales.
Si no fuese así, entonces el amor conyugal no tendría la estabilidad de durar para toda la vida, porque se fundaría principalmente en los sentimientos y en la atracción sexual, los cuales, aunque importantes, no tienen la durabilidad y la consistencia de una decisión libre y madura de amar, es decir, de desear hacer el bien al otro cónyuge durante toda la vida.
La segunda del amor conyugal es que es un amor total. Los esposos deben entregarse el uno al otro con todo su ser, o como dice el Papa: "sin reservas indebidas ni cálculos egoístas". No sólo eso, sino que cada uno de los esposos trata de darse al otro y no sólo de recibir del otro. Trata de enriquecer al otro con su propia persona, de convertirse en regalo para el otro.
La terceraes que es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Lo de fiel no necesita explicación. Lo de exclusivo no significa que los esposos no amen a más nadie, sino que reservan para ellos el amor conyugal y aman a los demás con un amor fraternal.
La cuarta es que es un amor fecundo. Es un amor que no se queda en sí mismo, sino que va más allá de sí mismo y que es capaz de engendrar la vida."No se agota en la comunión de los esposos sino que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas." El amor es por su propia naturaleza difusivo de sí mismo, es creador. Esta característica nos lleva al siguiente principio doctrinal: La paternidad responsable.

3. La paternidad responsable
La Iglesia Católica no enseña que los matrimonios deben tener todos los hijos que físicamente puedan tener. Ser padres de familia no consiste únicamente en el acto biológico de traer hijos al mundo, sino también en educarlos. De manera que el concepto que la Iglesia tiene de la transmisión de la vida incluye al mismo tiempo la procreación y la educación de los hijos. De este concepto de la transmisión de la vida humana surge el concepto que la Iglesia tiene de la paternidad responsable.
La Humanae Vitae nos enseña que la paternidad responsable "hay que considerarla bajo diversos aspectos legítimos y relacionados entre sí". "En relación con los procesos biológicos, paternidad responsable significa conocimiento y respeto de sus funciones; la inteligencia descubre, en el poder de dar la vida, leyes biológicas que forman parte de la persona humana". Este primer aspecto nos enseña que la paternidad responsable comienza con la consideración de la fecundidad humana, especialmente la de la mujer. A primera vista esto parece simplista, pero uno se sorprendería muchísimo al saber que la mayoría de las personas no conocen el maravilloso ciclo de fertilidad e infertilidad de la mujer, ni tampoco el maravilloso proceso de la gestación de un ser humano.

De la fertilidad humana, sobre todo de la femenina, surgen los métodos naturales para espaciar o buscar los nacimientos. Los modernos métodos naturales (no el obsoleto Método del Ritmo), son muy efectivos (95-99%), fáciles de aprender, beneficiosos para la salud femenina y no dependen de la regularidad o irregularidad de la mujer4.
El siguiente aspecto dice así: "En relación con las tendencias del instinto y de las pasiones, la paternidad responsable comporta el dominio necesario que sobre aquéllas han de ejercer la razón y la voluntad". Esto se refiere a la capacidad de los cónyuges de abstenerse de relaciones sexuales durante la etapa fértil del ciclo femenino si están tratando de espaciar los nacimientos.
La Humanae Vitae nos enseña: "En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica, ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa, ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido."
La Iglesia nos da aquí cuatro grupos generales de graves motivos para que sirvan de criterio a los esposos, de manera que ellos mismos se formen un juicio recto ante Dios. Estos motivos serios son "las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales" en que se encuentran los cónyuges y los hijos que ya tienen (en caso de que los tengan).
El sentido de los dos primeros tipos de motivos graves (físicos y económicos) no necesita mucha explicación. Las condiciones psicológicas se refieren a las capacidades psicológicas que los cónyuges tienen en ese momento dado de criar y de educar más hijos. Las condiciones sociales se refieren a la situación social donde ellos viven. Por ejemplo, si viven en un país que está en guerra, ellos pueden decidir esperar a una situación mejor para tener hijos. En resumen, las razones que deben motivar a los esposos a espaciar los nacimientos deben ser graves, no egoístas.
Sin embargo, la recta intención no es suficiente. El método que se utilice para planificar la familia debe ser bueno también. Eso es lo que quiere decir que la decisión de espaciar los nacimientos debe ser "tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral".
La Humanae Vitae nos enseña que la paternidad responsable consiste en que los esposos tengan una actitud generosa ante la transmisión de la vida, y que si van a espaciar los nacimientos, lo hagan por motivos serios y respetando la ley moral, es decir, utilizando sólo los métodos naturales. Esto implica el conocimiento de la fertilidad humana y su respeto, así como el absoluto rechazo de la anticoncepción.

4. La apertura a la vida
La Humanae Vitae nos enseña aquí que "cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la vida". Esto no significa que de todo acto conyugal se sigue una vida. Por eso también dice: "De hecho, como atestigua la experiencia, no se sigue una nueva vida de cada uno de los actos conyugales. Dios ha dispuesto con sabiduría leyes y ritmos naturales de fecundidad que por sí mismos distancian los nacimientos". Lo que quiere decir esto es que los esposos deben respetar siempre los dos valores del acto conyugal: la apertura a la vida y la unión en el amor.

5. La inseparable conexión entre la apertura a la vida y la unión conyuga
l
La Humanae Vitae nos enseña: "Esta doctrina, muchas veces expuesta por el Magisterio de la Iglesia, está fundada en la inseparable conexión que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador".
Génesis 1:28 y 2:24 nos enseñan que los dos grandes valores del matrimonio y de la sexualidad son la procreación y la unión conyugal. Aún las personas no creyentes tienen que admitir que el respeto de estos dos valores es fundamental para la supervivencia, no sólo del matrimonio y la familia, sino también de la misma sociedad.
La inseparable conexión entre estos dos valores debe ser respetada por los esposos porque así lo requiere el verdadero amor conyugal. Recordemos que La Humanae Vitae nos había enseñado que el amor conyugal es fecundo. Si los esposos le destruyen deliberadamente la capacidad procreadora al acto conyugal por medio de la anticoncepción, entonces le destruyen al amor conyugal su capacidad de ir más allá de sí mismo y de ser procreador.

La Humanae Vitae nos ha enseñado que el amor conyugal es total y que la persona humana es una unidad integrada de varias dimensiones. Los esposos se den el uno al otro totalmente, deben entregarse con todas sus dimensiones, incluyendo la fecundidad. Pero si la destruyen deliberadamente por medio de la anticoncepción, entonces ya no se están entregando el uno al otro totalmente, ya no se trata de un verdadero amor conyugal. Vemos entonces por qué la conexión entre la procreación y la unión conyugal debe ser respetada.

V. El rechazo de la anticoncepción
Con este fundamento La Humanae Vitae reitera la enseñanza de dos mil años de la Iglesia Católica condenando la anticoncepción, es decir, el aborto y todo tipo de método que le destruya al acto conyugal su capacidad procreadora. "Hay que excluir igualmente, como el Magisterio de la Iglesia ha declarado muchas veces, la esterilización directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la mujer; queda además excluida toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación."
Si los esposos quieren verdaderamente reflejar la imagen de Dios en ellos y en su relación matrimonial, entonces deben respetar siempre esa inseparabilidad entre el amor y la vida, que esencial al Ser Divino.

VI. La licitud de los métodos naturales. Respuestas a algunas objeciones
Aquí La Humanae Vitae responde a algunas objeciones. La primera es la que alega que no hay diferencia entre la planificación natural de la familia y la anticoncepción, ya que las dos buscan espaciar los nacimientos.
Eso no es verdad. Recordemos el ejemplo que dimos de las dos personas que querían obtener un automóvil. El objetivo era el mismo, pero los medios no: uno era malo y el otro bueno. Y los dos tienen que ser buenos: el objetivo que se persigue (es decir, la intención) y el medio por el cual se consigue. De nuevo, el fin (el objetivo) no justifica los medios.
Además, los métodos naturales no le destruyen a ningún acto conyugal su natural capacidad procreadora, como sí lo hace la anticoncepción. Por medio de los métodos naturales los esposos utilizan lo que Dios ya ha creado: los tiempos de fecundidad y de infecundidad en el ciclo femenino, para espaciar los nacimientos. Actuando así se comportan, no como árbitros, sino como administradores de la Creación de Dios.
Los métodos naturales hacen que los esposos se comuniquen más, desarrollen el amor cristiano y no se traten el uno al otro como objetos sexuales, especialmente a la mujer, que es la que la mayor parte de las veces utiliza los dañinos anticonceptivos para estar siempre disponible para el hombre. Si el hombre aprende a controlarse al utilizar los métodos naturales, aprenderá a respetar más a su esposa y a ser fiel al matrimonio, y las relaciones conyugales se verán enriquecidas en calidad. Al mismo tiempo la responsabilidad por la planificación de la familia será de ambos y no sólo de uno de los dos (casi siempre de la mujer). En verdad la diferencia es más grande de lo que se cree, pues no se trata de dos tipos diferentes de técnicas, sino de dos modos diferentes de ver y de vivir el matrimonio.

El Papa Juan Pablo II ha confirmado la maldad de este tipo de "consejo" en años recientes6. Además, esta enseñanza sobre la prohibición de la anticoncepción viene de Dios y ni siquiera la Iglesia la puede cambiar.
Por eso es que en este mismo número La Humanae Vitae también rechaza otra objeción que alega que se pueden utilizar anticonceptivos como un "mal menor" dentro de la totalidad de las relaciones conyugales, la mayoría de las cuales estarían abiertas a la vida. Pero la anticoncepción no es un "mal menor", sino un mal en sí mismo.

Un mal menor es un efecto malo de una acción que es buena (o al menos neutral) que se realiza para buscar un bien mayor no teniendo otra alternativa. Un ejemplo de esto sería el dar un medicamento para curar un problema serio en el aparato reproductor de la mujer, cuyo medicamento tuviera un efecto secundario anticonceptivo (pero nunca abortivo, ni tampoco dañino para la mujer o su bebé, en caso de que hubiera un embarazo). Este caso no es una excepción a la norma que prohíbe la anticoncepción (la cual no tiene excepciones), sino una situación completamente distinta, ya que en este caso la anticoncepción no es el medio para obtener la curación, sino un efecto malo colateral no deseado que se tolera en razón de un bien mayor y porque no se tiene otra alternativa.
La objeción mencionada también alega que no importa si en algunos actos conyugales se usan anticonceptivos, ya que el resto de la totalidad de esos actos está abierta a la vida y esa totalidad es la que les da valor moral a todos los actos conyugales que la componen. Pero eso es falso, porque es la totalidad la que está compuesta por cada uno de los actos conyugales y no al revés. Y si algunos de esos actos son malos, esos actos no pueden hacerse buenos por el resto de los actos conyugales en los que no se usaron anticonceptivos. Los actos sexuales en que sí se usaron anticonceptivos permanecen siendo malos. Cada acto conyugal tiene su propia valoración moral, ya que en cada acto conyugal están en juego los valores de la unión conyugal y de la procreación.

VII. La Humanae Vitae, una Encíclica profética
En este número La Humanae Vitae predice cuatro consecuencias malas que se seguirían de no acatar su enseñanza. Lamentablemente estas cuatro predicciones se han cumplido al pie de la letra, porque mucha gente no le hizo caso al Papa Pablo VI. He aquí las cuatro predicciones:

1. La infidelidad y la degradación general de la moralidad han aumentado. Las estadísticas de los últimos 30 años confirman este aumento y, además, arrojan un aumento aterrador de la tasa de divorcios, con todas las secuelas que eso trae. Si antes un embarazo fuera del matrimonio servía de freno a la infidelidad, ahora esa barrera se ha derrumbado.

2. La promiscuidad juvenil y consecuentemente los embarazos fuera del matrimonio, los abortos y los casos de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el SIDA, han aumentado drásticamente. La "educación sexual” que durante los últimos 30 años, sutil o no tan sutilmente, ha puesto a los jóvenes en conocimiento de los anticonceptivos, alegando que su objetivo es impedir esos problemas, ha fracaso totalmente, siendo culpable de su propio fracaso al incitar a los jóvenes a la promiscuidad y a confiarse en preservativos y en dañinos y (a veces abortivos) fármacos y dispositivos que tampoco son efectivos todo el tiempo.

3. Con la disponibilidad de los anticonceptivos, el hombre le ha perdido el respeto a la mujer, ya que ésta es quien los usa la mayor parte del tiempo y la que sufre sus dañinos efectos (físicos y psicológicos) para estar disponible para el hombre, con la posibilidad de convertirse así en un objeto sexual.

4. Ciertos gobiernos e instituciones poderosas están utilizando la esterilización y los anticonceptivos (incluyendo los que son abortivos) para llevar a cabo programas genocidas de control demográfico, sobre todo en los países en desarrollo. Incluso, condicionan la ayuda económica a estos países a la aceptación de estos programas.
Peor aún, se han utilizado mecanismos de presión para obligar a los matrimonios a reducir sus familias. El caso paradigmático es la China, donde el gobierno le ha impuesto al pueblo una infame política de un solo hijo por familia y de abortos y esterilizaciones forzosas.
El resultado de todo este imperialismo demográfico ha sido devastador: más de 50 millones de abortos al año en el mundo (sin contar los cientos de millones más causados por los anticonceptivos abortivos) y tasas de natalidad por debajo del reemplazo, con nefastas consecuencias socioeconómicas a nivel nacional e internacional.
No hay duda, una de las enseñanzas de La Humanae Vitae que más demuestra que la misma tenía toda la razón, es este número 17.

VIII. Directrices pastorales
En esta parte La Humanae Vitae da una serie de directrices pastorales para ayudar a la gente a ser fiel a esta enseñanza.
A los matrimonios les ofrece la gracia de Dios a través de la oración y los sacramentos, les dice que enseñen a otros matrimonios esta doctrina y les recomienda que se animen unos a otros en su cumplimiento.
A los gobernantes y educadores les pide que creen un ambiente favorable a la moral y a la castidad.
A los científicos, a los médicos y a otros profesionales de la salud les pide que pongan la ciencia al servicio de la verdad y del verdadero bien del matrimonio y la familia.
A los sacerdotes les dice que sean fieles en la enseñanza de esta doctrina. Lamentablemente, debido a la disensión de no pocos teólogos, hay laicos y sacerdotes que han aconsejado mal a la gente y esto, junto a la propaganda a favor de la anticoncepción, ha dado como resultado que muchos matrimonios hayan caído en este grave pecado. Pero gracias a Dios también hay laicos y sacerdotes fieles que sí están enseñando la verdad y ayudando a los matrimonios a vivirla.
Finalmente, a los obispos les dice que "consideren esta misión como una de vuestras responsabilidades más urgentes en el tiempo actual". Y les pide que organicen la pastoral de tal manera que se facilite la fidelidad a la doctrina de la Iglesia. Esto incluye, por supuesto, la enseñanza de los métodos naturales a las parejas próximas a casarse o que ya están casadas y que tienen motivos graves para espaciar los nacimientos.

IX. Conclusión.-
Esta bella Encíclica termina en el número 31 con la despedida y la bendición del Santo Padre el Papa Pablo VI, el autor de este valiente y maravilloso documento.
Notas: 1. El control demográfico y el aborto, Miami: Vida Humana Internacional (VHI), 1997. Totalmente documentado. 2. Véanse Mateo 16:13-19; 18:18; 28:19-20; Lucas 10:16 y 1 Timoteo 3:15. 3. La anticoncepción y el aborto, Miami: VHI, 1997. Totalmente documentado. 4. Métodos naturales de planificación de la familia, Miami: VHI, 1997. 5. Juan Pablo II, Exhortación apostólica Familiaris consortio sobre la misión de la familia en el mundo actual, 22 de noviembre de 1981, número 32.
6. Esto lo ha hecho en por lo menos dos discursos, ambos citados en Padre Matthew Habiger, OSB, S

¿PORQUE LA IGLESIA SE OPONE A LOS METODOS ANTICONCEPTIVOS?
El 25 de Julio de 1968 el papa Pablo VI dicto la carta Encíclica Humanae Vitae, donde se prohíbe cualquier metodo anticonceptivo porque son contrarios a la naturaleza que Dios ha dado para reproducirnos. En uno de los parrafos señala: “Igualmente Inaceptable, como ha declarado la autoridad magisterial de la iglesia frecuentemente, es la esterilización directa, bien sea perpetua o temporal, bien sea del hombre o de la mujer“. Esta frase está condenada en conjunto la ligazón de tubos, vasectomías, el uso de la pastilla anticonceptiva, el DIU, espumas, diafragmas, condones y retracción preorgásmica.

La doctrina Humanae Vitae fue reafirmada por el Papa Juan Pablo II, uno de los más férreos defensores, insistiendo en que se deben rechazar todos los métodos artificiales de la regularización de la natalidad.

¿QUE MÉTODO ACEPTA LA IGLESIA?
El Papa Benedicto XVI ha emitido un comunicado en el que, entre otras cosas, afirma que el único método de no concepción que la doctrina católica acepta como bueno es el denominado Método Ogino Knause, también conocido como el método del ritmo o el método del calendario.

Debemos tener en cuenta que la iglesia únicamente acepta relaciones sexuales dentro del matrimonio, por lo que no es descabellado que en una relación marital se huya del preservativo, pero hay muchos otros métodos mucho más eficaces, y otros mucho más divertidos que el del ritmo.

REFLEXIONEMOS: Imagen

“Padre, Padre, antes de que naciera  me tenías consagrada, y antes de que fuera hecha en el seno de mi madre tú ya me conocías.”

El hombre se apropia el poder de dar la vida, que pertenece sólo a DIOS.

EL MATRIMONIO, COMO SACRAMENTO ES LA ÚNICA FORMA EN LA IGLESIA DE BENDECIR UNA RELACIÓN DE AMOR. Imagen

La vida humana se ha señalado como sagrada e inviolable, por encima de cualquier otra cosa,aunque, nos damos cuenta de
que no tiene la misma importancia ni el mismo valor para todos, pues es víctima de violaciones que pasa por debajo de intereses personales, económicos, políticos, etc.

El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida. Él te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Jun 18, 2012 2:08 pm

La Encíclica Humanae Vitae.
Resúmen de: La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la planificación de la familia en la Encíclica Humanae Vitae.

I. La Encíclica Humanae Vitae
El documento contemporáneo más reciente de la Iglesia Católica sobre el grave problema de la anticoncepción y la alternativa a la misma es la Encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI, que fue publicada el 25 de julio de 1968. Este documento reitera el maravilloso plan de Dios para la humanidad sobre la transmisión de la vida humana.

II. Cambios e interrogantes actuales

La Humanae Vitae presenta los cambios en la sociedad actual que han hecho que muchos cuestionen la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la tema de la planificación de la familia. De ahí la necesidad de reiterar esta enseñanza de dos mil años de la Iglesia Católica, pero con un lenguaje nuevo y con respuestas a los nuevos problemas.

1. El "desarrollo" demográfico.


2. El papel de la mujer en la sociedad.

La Iglesia reconoce que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad e incluso que la mujer tiene mucho que aportar a la sociedad. Pero la anticoncepción no va a ayudarle a lograr esto, al contrario, contribuirá más aún a su explotación.

3. "Mayor" conciencia del amor conyugal.

En la actualidad existe una "mayor" conciencia del amor conyugal en el matrimonio y que éste no es sólo para la procreación. Los anticonceptivos les permitirán a muchos esposos continuar teniendo relaciones sexuales sin preocuparse del nacimiento de un nuevo hijo al cual no podrían mantener.

El Papa responderá en la Encíclica que, lejos de ayudar al amor conyugal, los anticonceptivos lo destruirán. La Iglesia Católica condena la anticoncepción no sólo porque va en contra de la procreación, sino también porque va en contra del amor conyugal.

4. El avance técnico-científico.

Si el hombre ha logrado un avance técnico-científico tan beneficioso en otros ámbitos de la vida, ¿por qué no le está permitido también lograrlo con respecto a la reproducción humana?
La Iglesia Católica es la primera en alegrarse con el avance técnico-científico, pero está en contra de aquellas tecnologías que, en vez de beneficiar al ser humano y a la sociedad, los destruyen, y tal es el caso de la anticoncepción.

III. La autoridad del Magisterio para enseñar sobre este tema
S.S. el Papa Pablo VI reitera la doctrina acerca de la autoridad divina que tiene el Magisterio de la Iglesia Católica (el cual está compuesto por el Papa y los obispos en comunión con él) para enseñar sobre la dimensión moral de todos los asuntos humanos, ya sea en materia social, económica, política, médica, familiar, sexual, etc.
La Iglesia no tiene una autoridad particular para enseñar sobre la parte técnica o científica de los asuntos humanos, pero sí sobre su dimensión moral.
Todas las áreas de la vida humana, incluyendo la planificación de la familia, tienen una dimensión moral, ya que la moral es el modo de vivir que respeta y realiza el bien de la persona y que al mismo tiempo nos lleva a Dios -- y en toda actividad humana ese bien está en juego.
Por mandato de Cristo, la Iglesia Católica enseña el camino de la salvación, el cual requiere la obediencia a la ley moral. Por lo tanto, la Iglesia tiene la autoridad para enseñar la dimensión moral de la planificación de la familia.

IV. Principios doctrinales
La Humanae Vitae basa su enseñanza moral sobre la planificación de la familia en varios principios doctrinales sobre la persona humana, el amor conyugal, la procreación y la paternidad responsable.

1. Visión integral de la persona humana

Significa que la persona humana no se reduce a su dimensión material, sino que hay que considerar también, para una justa evaluación de los distintos métodos de planificación de la familia, la psicológica y, principalmente, la espiritual, es decir su relación con otros y con Dios.

2. El amor conyugal
La Humanae Vitae enseña que el amor conyugal tiene cuatro características.
La primera es que es un amor plenamente humano. Esto quiere decir que el amor conyugal no se reduce a sentimientos e impulsos sexuales, aunque los incluye también, sino que consiste principalmente en un acto libre de la voluntad de amar al cónyuge para toda la vida, que es lo que distingue a la persona humana de los animales.
Si no fuese así, entonces el amor conyugal no tendría la estabilidad de durar para toda la vida, porque se fundaría principalmente en los sentimientos y en la atracción sexual, los cuales, aunque importantes, no tienen la durabilidad y la consistencia de una decisión libre y madura de amar, es decir, de desear hacer el bien al otro cónyuge durante toda la vida.
La segunda del amor conyugal es que es un amor total. Los esposos deben entregarse el uno al otro con todo su ser, o como dice el Papa: "sin reservas indebidas ni cálculos egoístas". No sólo eso, sino que cada uno de los esposos trata de darse al otro y no sólo de recibir del otro. Trata de enriquecer al otro con su propia persona, de convertirse en regalo para el otro.
La terceraes que es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Lo de fiel no necesita explicación. Lo de exclusivo no significa que los esposos no amen a más nadie, sino que reservan para ellos el amor conyugal y aman a los demás con un amor fraternal.
La cuarta es que es un amor fecundo. Es un amor que no se queda en sí mismo, sino que va más allá de sí mismo y que es capaz de engendrar la vida."No se agota en la comunión de los esposos sino que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas." El amor es por su propia naturaleza difusivo de sí mismo, es creador. Esta característica nos lleva al siguiente principio doctrinal: La paternidad responsable.

3. La paternidad responsable
La Iglesia Católica no enseña que los matrimonios deben tener todos los hijos que físicamente puedan tener. Ser padres de familia no consiste únicamente en el acto biológico de traer hijos al mundo, sino también en educarlos. De manera que el concepto que la Iglesia tiene de la transmisión de la vida incluye al mismo tiempo la procreación y la educación de los hijos. De este concepto de la transmisión de la vida humana surge el concepto que la Iglesia tiene de la paternidad responsable.
La Humanae Vitae nos enseña que la paternidad responsable "hay que considerarla bajo diversos aspectos legítimos y relacionados entre sí". "En relación con los procesos biológicos, paternidad responsable significa conocimiento y respeto de sus funciones; la inteligencia descubre, en el poder de dar la vida, leyes biológicas que forman parte de la persona humana". Este primer aspecto nos enseña que la paternidad responsable comienza con la consideración de la fecundidad humana, especialmente la de la mujer. A primera vista esto parece simplista, pero uno se sorprendería muchísimo al saber que la mayoría de las personas no conocen el maravilloso ciclo de fertilidad e infertilidad de la mujer, ni tampoco el maravilloso proceso de la gestación de un ser humano.

De la fertilidad humana, sobre todo de la femenina, surgen los métodos naturales para espaciar o buscar los nacimientos. Los modernos métodos naturales (no el obsoleto Método del Ritmo), son muy efectivos (95-99%), fáciles de aprender, beneficiosos para la salud femenina y no dependen de la regularidad o irregularidad de la mujer4.
El siguiente aspecto dice así: "En relación con las tendencias del instinto y de las pasiones, la paternidad responsable comporta el dominio necesario que sobre aquéllas han de ejercer la razón y la voluntad". Esto se refiere a la capacidad de los cónyuges de abstenerse de relaciones sexuales durante la etapa fértil del ciclo femenino si están tratando de espaciar los nacimientos.
La Humanae Vitae nos enseña: "En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica, ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa, ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido."
La Iglesia nos da aquí cuatro grupos generales de graves motivos para que sirvan de criterio a los esposos, de manera que ellos mismos se formen un juicio recto ante Dios. Estos motivos serios son "las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales" en que se encuentran los cónyuges y los hijos que ya tienen (en caso de que los tengan).
El sentido de los dos primeros tipos de motivos graves (físicos y económicos) no necesita mucha explicación. Las condiciones psicológicas se refieren a las capacidades psicológicas que los cónyuges tienen en ese momento dado de criar y de educar más hijos. Las condiciones sociales se refieren a la situación social donde ellos viven. Por ejemplo, si viven en un país que está en guerra, ellos pueden decidir esperar a una situación mejor para tener hijos. En resumen, las razones que deben motivar a los esposos a espaciar los nacimientos deben ser graves, no egoístas.
Sin embargo, la recta intención no es suficiente. El método que se utilice para planificar la familia debe ser bueno también. Eso es lo que quiere decir que la decisión de espaciar los nacimientos debe ser "tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral".
La Humanae Vitae nos enseña que la paternidad responsable consiste en que los esposos tengan una actitud generosa ante la transmisión de la vida, y que si van a espaciar los nacimientos, lo hagan por motivos serios y respetando la ley moral, es decir, utilizando sólo los métodos naturales. Esto implica el conocimiento de la fertilidad humana y su respeto, así como el absoluto rechazo de la anticoncepción.

4. La apertura a la vida
La Humanae Vitae nos enseña aquí que "cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la vida". Esto no significa que de todo acto conyugal se sigue una vida. Por eso también dice: "De hecho, como atestigua la experiencia, no se sigue una nueva vida de cada uno de los actos conyugales. Dios ha dispuesto con sabiduría leyes y ritmos naturales de fecundidad que por sí mismos distancian los nacimientos". Lo que quiere decir esto es que los esposos deben respetar siempre los dos valores del acto conyugal: la apertura a la vida y la unión en el amor.

5. La inseparable conexión entre la apertura a la vida y la unión conyuga
l
La Humanae Vitae nos enseña: "Esta doctrina, muchas veces expuesta por el Magisterio de la Iglesia, está fundada en la inseparable conexión que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador".
Génesis 1:28 y 2:24 nos enseñan que los dos grandes valores del matrimonio y de la sexualidad son la procreación y la unión conyugal. Aún las personas no creyentes tienen que admitir que el respeto de estos dos valores es fundamental para la supervivencia, no sólo del matrimonio y la familia, sino también de la misma sociedad.
La inseparable conexión entre estos dos valores debe ser respetada por los esposos porque así lo requiere el verdadero amor conyugal. Recordemos que La Humanae Vitae nos había enseñado que el amor conyugal es fecundo. Si los esposos le destruyen deliberadamente la capacidad procreadora al acto conyugal por medio de la anticoncepción, entonces le destruyen al amor conyugal su capacidad de ir más allá de sí mismo y de ser procreador.

La Humanae Vitae nos ha enseñado que el amor conyugal es total y que la persona humana es una unidad integrada de varias dimensiones. Los esposos se den el uno al otro totalmente, deben entregarse con todas sus dimensiones, incluyendo la fecundidad. Pero si la destruyen deliberadamente por medio de la anticoncepción, entonces ya no se están entregando el uno al otro totalmente, ya no se trata de un verdadero amor conyugal. Vemos entonces por qué la conexión entre la procreación y la unión conyugal debe ser respetada.

V. El rechazo de la anticoncepción
Con este fundamento La Humanae Vitae reitera la enseñanza de dos mil años de la Iglesia Católica condenando la anticoncepción, es decir, el aborto y todo tipo de método que le destruya al acto conyugal su capacidad procreadora. "Hay que excluir igualmente, como el Magisterio de la Iglesia ha declarado muchas veces, la esterilización directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la mujer; queda además excluida toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación."
Si los esposos quieren verdaderamente reflejar la imagen de Dios en ellos y en su relación matrimonial, entonces deben respetar siempre esa inseparabilidad entre el amor y la vida, que esencial al Ser Divino.

VI. La licitud de los métodos naturales. Respuestas a algunas objeciones
Aquí La Humanae Vitae responde a algunas objeciones. La primera es la que alega que no hay diferencia entre la planificación natural de la familia y la anticoncepción, ya que las dos buscan espaciar los nacimientos.
Eso no es verdad. Recordemos el ejemplo que dimos de las dos personas que querían obtener un automóvil. El objetivo era el mismo, pero los medios no: uno era malo y el otro bueno. Y los dos tienen que ser buenos: el objetivo que se persigue (es decir, la intención) y el medio por el cual se consigue. De nuevo, el fin (el objetivo) no justifica los medios.
Además, los métodos naturales no le destruyen a ningún acto conyugal su natural capacidad procreadora, como sí lo hace la anticoncepción. Por medio de los métodos naturales los esposos utilizan lo que Dios ya ha creado: los tiempos de fecundidad y de infecundidad en el ciclo femenino, para espaciar los nacimientos. Actuando así se comportan, no como árbitros, sino como administradores de la Creación de Dios.
Los métodos naturales hacen que los esposos se comuniquen más, desarrollen el amor cristiano y no se traten el uno al otro como objetos sexuales, especialmente a la mujer, que es la que la mayor parte de las veces utiliza los dañinos anticonceptivos para estar siempre disponible para el hombre. Si el hombre aprende a controlarse al utilizar los métodos naturales, aprenderá a respetar más a su esposa y a ser fiel al matrimonio, y las relaciones conyugales se verán enriquecidas en calidad. Al mismo tiempo la responsabilidad por la planificación de la familia será de ambos y no sólo de uno de los dos (casi siempre de la mujer). En verdad la diferencia es más grande de lo que se cree, pues no se trata de dos tipos diferentes de técnicas, sino de dos modos diferentes de ver y de vivir el matrimonio.

El Papa Juan Pablo II ha confirmado la maldad de este tipo de "consejo" en años recientes6. Además, esta enseñanza sobre la prohibición de la anticoncepción viene de Dios y ni siquiera la Iglesia la puede cambiar.
Por eso es que en este mismo número La Humanae Vitae también rechaza otra objeción que alega que se pueden utilizar anticonceptivos como un "mal menor" dentro de la totalidad de las relaciones conyugales, la mayoría de las cuales estarían abiertas a la vida. Pero la anticoncepción no es un "mal menor", sino un mal en sí mismo.

Un mal menor es un efecto malo de una acción que es buena (o al menos neutral) que se realiza para buscar un bien mayor no teniendo otra alternativa. Un ejemplo de esto sería el dar un medicamento para curar un problema serio en el aparato reproductor de la mujer, cuyo medicamento tuviera un efecto secundario anticonceptivo (pero nunca abortivo, ni tampoco dañino para la mujer o su bebé, en caso de que hubiera un embarazo). Este caso no es una excepción a la norma que prohíbe la anticoncepción (la cual no tiene excepciones), sino una situación completamente distinta, ya que en este caso la anticoncepción no es el medio para obtener la curación, sino un efecto malo colateral no deseado que se tolera en razón de un bien mayor y porque no se tiene otra alternativa.
La objeción mencionada también alega que no importa si en algunos actos conyugales se usan anticonceptivos, ya que el resto de la totalidad de esos actos está abierta a la vida y esa totalidad es la que les da valor moral a todos los actos conyugales que la componen. Pero eso es falso, porque es la totalidad la que está compuesta por cada uno de los actos conyugales y no al revés. Y si algunos de esos actos son malos, esos actos no pueden hacerse buenos por el resto de los actos conyugales en los que no se usaron anticonceptivos. Los actos sexuales en que sí se usaron anticonceptivos permanecen siendo malos. Cada acto conyugal tiene su propia valoración moral, ya que en cada acto conyugal están en juego los valores de la unión conyugal y de la procreación.

VII. La Humanae Vitae, una Encíclica profética
En este número La Humanae Vitae predice cuatro consecuencias malas que se seguirían de no acatar su enseñanza. Lamentablemente estas cuatro predicciones se han cumplido al pie de la letra, porque mucha gente no le hizo caso al Papa Pablo VI. He aquí las cuatro predicciones:

1. La infidelidad y la degradación general de la moralidad han aumentado. Las estadísticas de los últimos 30 años confirman este aumento y, además, arrojan un aumento aterrador de la tasa de divorcios, con todas las secuelas que eso trae. Si antes un embarazo fuera del matrimonio servía de freno a la infidelidad, ahora esa barrera se ha derrumbado.

2. La promiscuidad juvenil y consecuentemente los embarazos fuera del matrimonio, los abortos y los casos de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el SIDA, han aumentado drásticamente. La "educación sexual” que durante los últimos 30 años, sutil o no tan sutilmente, ha puesto a los jóvenes en conocimiento de los anticonceptivos, alegando que su objetivo es impedir esos problemas, ha fracaso totalmente, siendo culpable de su propio fracaso al incitar a los jóvenes a la promiscuidad y a confiarse en preservativos y en dañinos y (a veces abortivos) fármacos y dispositivos que tampoco son efectivos todo el tiempo.

3. Con la disponibilidad de los anticonceptivos, el hombre le ha perdido el respeto a la mujer, ya que ésta es quien los usa la mayor parte del tiempo y la que sufre sus dañinos efectos (físicos y psicológicos) para estar disponible para el hombre, con la posibilidad de convertirse así en un objeto sexual.

4. Ciertos gobiernos e instituciones poderosas están utilizando la esterilización y los anticonceptivos (incluyendo los que son abortivos) para llevar a cabo programas genocidas de control demográfico, sobre todo en los países en desarrollo. Incluso, condicionan la ayuda económica a estos países a la aceptación de estos programas.
Peor aún, se han utilizado mecanismos de presión para obligar a los matrimonios a reducir sus familias. El caso paradigmático es la China, donde el gobierno le ha impuesto al pueblo una infame política de un solo hijo por familia y de abortos y esterilizaciones forzosas.
El resultado de todo este imperialismo demográfico ha sido devastador: más de 50 millones de abortos al año en el mundo (sin contar los cientos de millones más causados por los anticonceptivos abortivos) y tasas de natalidad por debajo del reemplazo, con nefastas consecuencias socioeconómicas a nivel nacional e internacional.
No hay duda, una de las enseñanzas de La Humanae Vitae que más demuestra que la misma tenía toda la razón, es este número 17.

VIII. Directrices pastorales
En esta parte La Humanae Vitae da una serie de directrices pastorales para ayudar a la gente a ser fiel a esta enseñanza.
A los matrimonios les ofrece la gracia de Dios a través de la oración y los sacramentos, les dice que enseñen a otros matrimonios esta doctrina y les recomienda que se animen unos a otros en su cumplimiento.
A los gobernantes y educadores les pide que creen un ambiente favorable a la moral y a la castidad.
A los científicos, a los médicos y a otros profesionales de la salud les pide que pongan la ciencia al servicio de la verdad y del verdadero bien del matrimonio y la familia.
A los sacerdotes les dice que sean fieles en la enseñanza de esta doctrina. Lamentablemente, debido a la disensión de no pocos teólogos, hay laicos y sacerdotes que han aconsejado mal a la gente y esto, junto a la propaganda a favor de la anticoncepción, ha dado como resultado que muchos matrimonios hayan caído en este grave pecado. Pero gracias a Dios también hay laicos y sacerdotes fieles que sí están enseñando la verdad y ayudando a los matrimonios a vivirla.
Finalmente, a los obispos les dice que "consideren esta misión como una de vuestras responsabilidades más urgentes en el tiempo actual". Y les pide que organicen la pastoral de tal manera que se facilite la fidelidad a la doctrina de la Iglesia. Esto incluye, por supuesto, la enseñanza de los métodos naturales a las parejas próximas a casarse o que ya están casadas y que tienen motivos graves para espaciar los nacimientos.

IX. Conclusión.-
Esta bella Encíclica termina en el número 31 con la despedida y la bendición del Santo Padre el Papa Pablo VI, el autor de este valiente y maravilloso documento.
Notas: 1. El control demográfico y el aborto, Miami: Vida Humana Internacional (VHI), 1997. Totalmente documentado. 2. Véanse Mateo 16:13-19; 18:18; 28:19-20; Lucas 10:16 y 1 Timoteo 3:15. 3. La anticoncepción y el aborto, Miami: VHI, 1997. Totalmente documentado. 4. Métodos naturales de planificación de la familia, Miami: VHI, 1997. 5. Juan Pablo II, Exhortación apostólica Familiaris consortio sobre la misión de la familia en el mundo actual, 22 de noviembre de 1981, número 32.
6. Esto lo ha hecho en por lo menos dos discursos, ambos citados en Padre Matthew Habiger, OSB, S

¿PORQUE LA IGLESIA SE OPONE A LOS METODOS ANTICONCEPTIVOS?
El 25 de Julio de 1968 el papa Pablo VI dicto la carta Encíclica Humanae Vitae, donde se prohíbe cualquier metodo anticonceptivo porque son contrarios a la naturaleza que Dios ha dado para reproducirnos. En uno de los parrafos señala: “Igualmente Inaceptable, como ha declarado la autoridad magisterial de la iglesia frecuentemente, es la esterilización directa, bien sea perpetua o temporal, bien sea del hombre o de la mujer“. Esta frase está condenada en conjunto la ligazón de tubos, vasectomías, el uso de la pastilla anticonceptiva, el DIU, espumas, diafragmas, condones y retracción preorgásmica.

La doctrina Humanae Vitae fue reafirmada por el Papa Juan Pablo II, uno de los más férreos defensores, insistiendo en que se deben rechazar todos los métodos artificiales de la regularización de la natalidad.

¿QUE MÉTODO ACEPTA LA IGLESIA?
El Papa Benedicto XVI ha emitido un comunicado en el que, entre otras cosas, afirma que el único método de no concepción que la doctrina católica acepta como bueno es el denominado Método Ogino Knause, también conocido como el método del ritmo o el método del calendario.

Debemos tener en cuenta que la iglesia únicamente acepta relaciones sexuales dentro del matrimonio, por lo que no es descabellado que en una relación marital se huya del preservativo, pero hay muchos otros métodos mucho más eficaces, y otros mucho más divertidos que el del ritmo.

REFLEXIONEMOS: Imagen

“Padre, Padre, antes de que naciera  me tenías consagrada, y antes de que fuera hecha en el seno de mi madre tú ya me conocías.”

El hombre se apropia el poder de dar la vida, que pertenece sólo a DIOS.

EL MATRIMONIO, COMO SACRAMENTO ES LA ÚNICA FORMA EN LA IGLESIA DE BENDECIR UNA RELACIÓN DE AMOR. Imagen

La vida humana se ha señalado como sagrada e inviolable, por encima de cualquier otra cosa,aunque,
nos damos cuenta de que no tiene la misma importancia ni el mismo valor para todos, pues es víctima de
violaciones que pasa por debajo de intereses personales, económicos, políticos, etc.

El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida. Él te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor ayga127 » Lun Jun 18, 2012 2:53 pm

PEREGRINACIÓN APOSTÓLICA A BOGOTÁ

DISCURSO DEL SANTO PADRE PABLO VI
DURANTE EL ENCUENTRO
CON EL CLERO COLOMBIANO


Jueves 22 de agosto de 1968



Qué gozo sereno invade Nuestro ánimo al sentirnos, en esta Catedral, junto al Sagrario Eucarístico, con vosotros, queridos Hijos, Cardenales de la Santa Iglesia -entre quienes vemos, al dignísimo Cardenal Legado y al benemérito Cardenal de Bogotá-, con vosotros, venerables Hermanos en el Episcopado, amadísimos Sacerdotes, Religiosos, vinculados todos en ese Cristo que personificamos en nuestro ministerio, en nuestra entrega a la voluntad del Padre, todos dedicados a la tremenda y dulce misión de conducir a El, por Cristo en el Espíritu, a la grande familia humana.

Gracias, amigos y colaboradores Nuestros, por la alegría espiritual que Nuestra presencia os procura. No os detengáis en Nuestra humilde persona. Elévense vuestras mentes a Aquel a quien representamos y servimos, al Señor Jesús, a quien va todo honor y gloria particularmente en estos días de su suave y pacífico triunfo.

Gracias por la felicidad que nos dais. Que cada uno de vosotros se sepa correspondido, recordado y apreciado con un puesto de predilección en Nuestro corazón.

Conocemos vuestras horas de fatigas y de entusiasmos apostólicos, vuestras jornadas dedicadas, fiel y generosamente, a vuestra santificación oblacional, a la parroquia, a la juventud, a los enfermos, a los pobres, a los niños, al mundo del trabajo, sectores en los que tanta y tan preciosa actividad desarrollan también las Congregaciones Religiosas y las Organizaciones de Apostolado Seglar. Por todo ello os felicitamos edificado, en la confianza de que Nuestro reconocimiento sea estímulo para ulteriores esfuerzos a fin de que Cristo siga llegando a tantos que todavía caminan a tientas porque aún esperan más luz y más fuerza que, con vitalidad siempre nueva, brotan del mensaje de que sois portadores.

Vivamos intensamente estos días de plegaria comunitaria. en conformidad con el espíritu de Nuestra peregrinación.

Oremos:

por la Iglesia universal, para que cada día más nítidamente refleje su misión de redención y de amor; Oremos : para que cuantos participamos del sacerdocio, vivamos continuamente nuestra consagración sobrenatural y divina, con la conciencia de ser Cristo comunicado y difundido, respetando sus dimensiones de santidad y de servicio abnegado;

Oremos:

por el aumento y perseverancia de las vocaciones;

por la armonía y santificación de las familias;

por cuantos sufren;

por la concordia y la paz del mundo en la justicia y en el amor.

Bogotá es un Cenáculo de transubstanciación sacramental, es la continuidad de aquél primero, donde tiene que seguir oyéndose, puesta en nuestros labios, la plegaria de Jesús al Padre por la Iglesia, por los hombres, y requiere que todos nosotros, en la espera de una nueva efusión de Pentecostés, perseveremos unánimemente en oración con María, su Madre.

A esta actitud os invita y alienta la Bendición Apostólica que, de todo corazón, os impartimos.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor gregory » Lun Jun 18, 2012 2:54 pm

De Pablo VI recomiendo de manera especial tres enciclicas y una carta apostolica, estas son: Eclesian Suan, Sobre el dálogo en los momentos contemporaneos muy valiosa, Poppuloron Progressio sobre el desarrollo humano y Humane Vitae sobre la trasmisión de la vida pienso que son fundamentales para un católico el valor del dálogo que no renunia a la verdad de Cristo pero la anuncia como un mensaje salvador al mundo de hoy.

Populorun progressio sobre el desarrollo humano un enciclica social sobr ela atención integral al hombre y la Humanae Vitae sobre el valor de la vida y su trsmisión.

Sobre la carte Gaudetes in domini: sobre la alegria cristiana.

No menciono Evangelii Nutiandii sobre el valor de la evangelización, recordemos que Pablo VI fue el primer papa en viajar fuera de Italia en esto lo opaco Juan Pablo II pero en su momento causo un impacto muy grande.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor ayga127 » Lun Jun 18, 2012 2:57 pm

Esta carta es una joya



MENSAJE DE SU SANTIDAD
PABLO VI
PARA LA CELEBRACIÓN
DEL «DIA DE LA PAZ»


Lunes 1 de enero de 1968



Nos dirigimos a todos los hombres de buena voluntad para exhortarlos a celebrar «El Día de la Paz» en todo el mundo, el primer día del año civil, 1 de enero de 1968. Sería nuestro deseo que después, cada año, esta celebración se repitiese como presagio y como promesa, al principio del calendario que mide y describe el camino de la vida en el tiempo, de que sea la Paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura.

Nos pensamos que esta propuesta interprete las aspiraciones de los Pueblos, de sus Gobernantes, de las Entidades internacionales que intentan conservar la Paz en el mundo, de las Instituciones religiosas tan interesadas en promover la Paz, de los Movimientos culturales, políticos y sociales que hacen de la Paz su ideal, de la Juventud, —en quien es más viva la perspicacia de los nuevos caminos de la civilización, necesariamente orientados hacia un pacífico desarrollo—, de los hombres sabios que ven cuán necesaria sea hoy la Paz y al mismo tiempo cuán amenazada.

La proposición de dedicar a la Paz el primer día del año nuevo no intenta calificarse como exclusivamente nuestra, religiosa, es decir católica; querría encontrar la adhesión de todos los amigos de la Paz, como si fuese iniciativa suya propia, y expresarse en formas diversas, correspondientes al carácter particular de cuantos advierten cuán hermosa e importante es la armonía de todas las voces en el mundo para la exaltación de este primer bien, que es la Paz, en el múltiple concierto de la humanidad moderna.

La Iglesia Católica, con intención de servicio y de ejemplo, quiere simplemente «lanzar la idea», con la esperanza que alcance no sólo el más amplio asentimiento del mundo civil, sino que tal idea encuentre en todas partes múltiples promotores, hábiles y capaces de expresar en la «Jornada de la Paz», a celebrarse al principio de cada nuevo año, aquel sincero y fuerte carácter de humanidad consciente y redimida de sus tristes y funestos conflictos bélicos, que sepa dar a la historia del mundo un desarrollo ordenado y civil más feliz.

La Iglesia Católica procurará llamar a sus fieles a celebrar «la Jornada de la Paz» con las expresiones religiosas y morales de la fe cristiana; pero considera necesario recordar a todos aquellos, que querrán compartir la oportunidad de tal «Jornada», algunos puntos que deben caracterizarla; y primero entre ellos: la necesidad de defender la paz frente a los peligros que siempre la amenazan: el peligro de supervivencia de los egoísmos en las relaciones entre las naciones; el peligro de las violencias a que algunos pueblos pueden dejarse arrastrar por la desesperación, al no ver reconocido y respetado su derecho a la vida y a la dignidad humana; el peligro, hoy tremendamente acrecentado, del recurso a los terribles armamentos exterminadores de los que algunas Potencias disponen, empleando en ello enormes medios financieros, cuyo dispendio es motivo de penosa reflexión ante las graves necesidades que afligen el desarrollo de tantos otros pueblos; el peligro de creer que las controversias internacionales no se pueden resolver por los caminos de la razón, es decir de las negociaciones fundadas en el derecho, la justicia, la equidad, sino sólo por los de las fuerzas espantosas y mortíferas.

La Paz se funda subjetivamente sobre un nuevo espíritu que debe animar la convivencia de los Pueblos una nueva mentalidad acerca del hombre, de sus deberes y sus destinos. Largo camino es aún necesario para hacer universal y activa esta mentalidad; una nueva pedagogía debe educar las nuevas generaciones en el mutuo respeto de las Naciones, en la hermandad de los Pueblos, en la colaboración de las gentes entre sí y también respecto a su progreso y desarrollo. Los organismos internacionales, instituidos para este fin, deben ser sostenidos por todos, mejor conocidos, dotados de autoridad y de medios idóneos para su gran misión. La «Jornada de la Paz» debe hacer honor a estas Instituciones y rodear su trabajo de prestigio, de confianza y de aquel sentido de expectación que debe tener en ellas vigilante el sentido de sus gravísimas responsabilidades y fuerte la conciencia del mandato que se les ha confiado.

Una advertencia hay que recordar. La paz no puede estar basada sobre una falsa retórica de palabras, bien recibidas porque responden a las profundas y genuinas aspiraciones de los hombres, pero que pueden también servir y han servido a veces, por desgracia, para esconder el vacío del verdadero espíritu y de reales intenciones de paz, si no directamente para cubrir sentimientos y acciones de prepotencia o intereses de parte. Ni se puede hablar legítimamente de paz, donde no se reconocen y no se respetan los sólidos fundamentos de la paz: la sinceridad, es decir, la justicia y el amor en las relaciones entre los Estados y, en el ámbito de cada una de las Naciones, de los ciudadanos entre sí y con sus gobernantes; la libertad de los individuos y de los pueblos, en todas sus expresiones. cívicas, culturales, morales, religiosas; de otro modo no se tendrá la paz —aun cuando la opresión sea capaz de crear un aspecto exterior de orden y de legalidad—, sino el brotar continuo e insofocable de revueltas y de guerras.

Es, pues, a la paz verdadera, a la paz justa y equilibrada, en el reconocimiento sincero de los derechos de la persona humana y de la independencia de cada Nación que Nos invitamos a los hombres sabios y fuertes a dedicar esta Jornada.

Así, finalmente, es de augurar que la exaltación del ideal de la Paz no favorezca la cobardía de aquellos que temen deber dar la vida al servicio del propio país y de los propios hermanos cuando estos están empeñados en la defensa de la justicia y de la libertad, y que buscan solamente la huída de la responsabilidad y de los peligros necesarios para el cumplimiento de grandes deberes y empresas generosas: Paz no es pacifismo, no oculta una concepción vil y negligente de la vida, sino proclama los más altos y universales valores de la vida: la verdad, la justicia, la libertad, el amor.

Y es por la tutela de estos valores que nosotros los colocamos bajo la bandera de la Paz e invitamos hombres y Naciones a levantar, al amanecer del año nuevo, esta bandera que debe guiar la nave de la civilización, a través de las inevitables tempestades de la historia, al puerto de sus más altas metas.

A vosotros, venerables Hermanos en el Episcopado, a vosotros, Hijos y Fieles queridísimos de nuestra Santa Iglesia Católica,

Dirigimos la invitación que arriba hemos anunciado; la de dedicar a los pensamientos y a los propósitos de la Paz una celebración particular en el día primero del año civil, el uno de Enero del próximo año.

Esta celebración no debe alterar el calendario litúrgico que reserva el primer día del año al culto de la maternidad divina de María y al nombre santísimo de Jesús; antes bien, estas santas y suaves memorias religiosas deben proyectar su luz de bondad, de sabiduría y de esperanza sobre la imploración, la meditación, la promoción del grande y deseado don de la paz de que el mundo tiene tanta necesidad.

Os habréis percatado, venerables Hermanos y queridos Hijos, con cuánta frecuencia nuestras palabras repiten consideraciones y exhortaciones sobre el tema de la Paz; no lo hacemos para ceder a una costumbre fácil, ni para servirnos de un argumento de pura actualidad; lo hacemos porque pensamos que lo exige nuestro deber de Pastor universal; lo hacemos porque vemos amenazada la Paz en forma grave y con previsiones de acontecimientos terribles que pueden resultar catastróficos para naciones enteras y quizá también para gran parte de la humanidad; lo hacemos porque en los últimos años de la historia de nuestro siglo ha aparecido finalmente con mucha claridad que la Paz es la línea única y verdadera del progreso humano (no las tensiones de nacionalismos ambiciosos, ni las conquistas violentas, ni las represiones portadoras de un falso orden civil); lo hacemos porque la Paz está en la entraña de la religión cristiana, puesto que para el cristiano proclamar la paz es anunciar a Cristo; «El es nuestra paz» (Ef. 2, 14); el suyo es «Evangelio de paz» (Ef. 6, 15) : mediante su sacrificio en la Cruz, El realizó la reconciliación universal y nosotros, sus seguidores, estamos llamados a ser «operadores de la Paz» (Mt. 5, 9); y sólo del Evangelio, al fin, puede efectivamente brotar la Paz, no para hacer débiles ni flojos a los hombres sino para sustituir, en sus espíritus, los impulsos de la violencia y de los abusos por las virtudes viriles de la razón y del corazón de un humanismo verdadero; lo hacemos finalmente porque querríamos que jamás nos acusasen Dios ni la historia de haber callado ante el peligro de un nuevo conflicto entre los pueblos, el cual, como todos saben, podría revestir formas imprevistas de terror apocalíptico.

En necesario siempre hablar de Paz. Es necesario educar al mundo para que ame la Paz, la construya y la defienda; contra las premisas de la guerra que renacen (emulaciones nacionalistas, armamentos, provocaciones revolucionarias, odio de razas, espíritu de venganza, etc.) y contra las insidias de una táctica de pacifismo que adormece al adversario o debilita en los espíritus el sentido de la justicia, del deber y del sacrificio, es preciso suscitar en los hombres de nuestro tiempo y de las generaciones futuras el sentido y el amor de la Paz fundada sobre la verdad, sobre la justicia, sobre la libertad, sobre el amor (cfr. Juan XXIII, Pacem in terris).

La grande idea de la Paz tenga, especialmente para nosotros, seguidores de Cristo, su Jornada solemne, en el comienzo del año nuevo 1968.

Nosotros, los creyentes del Evangelio, podemos infundir en esta celebración un tesoro maravilloso de ideas originales y poderosas: como la de la hermandad intangible y universal de todos los hombres que deriva de la Paternidad de Dios única, soberana y amabilísima; y que proviene de la comunión que, in re vel in spe, nos une a todos a Cristo; y también de la vocación profética que en el Espíritu Santo llama al género humano a la unidad no sólo de conciencia sino de obras y de destinos. Nosotros podemos, como ninguno, hablar del amor al prójimo. Nosotros podemos sacar del precepto evangélico del perdón y de la misericordia gérmenes regeneradores de la sociedad. Nosotros, sobre todo, Hermanos venerabilísimos e Hijos dilectísimos, podemos tener un arma singular para la Paz, la oración, con sus maravillosas energías de tonificación moral y de impetración de trascendentes factores divinos de innovaciones espirituales y políticas; y con la posibilidad que ella ofrece a cada uno para examinarse individualmente y sinceramente acerca de las raíces del rencor y de la violencia que pudieran encontrarse en el corazón de cada uno.

Tratemos, por tanto, de inaugurar el año de gracia 1968 (año de la fe que se convierte en esperanza) orando por la Paz; todos, posiblemente juntos en nuestras Iglesias y en nuestras casas; es lo que por ahora os pedimos; que no falte la voz de nadie en el gran coro de la Iglesia y del mundo que invoca de Cristo, inmolado por nosotros, dona nobis pacem.

A todos vosotros nuestra bendición apostólica.

El Vaticano, 8 de diciembre de 1967.



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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Jun 18, 2012 3:48 pm

FRASES DE S.S. PABLO VI DE 1897 A 1978 Imagen

Si quieres la paz, lucha por la justicia.

La dignidad del hombre requiere que obre según su libre elección, sin ninguna coacción externa.

La vida no pertenece al hombre. Le sobrepasa porque ha sido recibida de Dios. Es sagrada. Ningún hombre puede disponer de ella a su antojo.

No desprecies el recuerdo del camino recorrido. Ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta.

Se puede pecar contra la verdad lo mismo por omisiones calculadas como por informaciones inexactas.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Lun Jun 18, 2012 4:05 pm

PRIMERA ULTREYA MUNDIAL

Una segunda intervención papal se produjo con motivo de la PRIMERA ULTREYA MUNDIAL que se llevó a cabo en Roma el 28 de Mayo de 1966.

1ª ULTREYA MUNDIAL .- ALOCUCIÓN DE S.S. EL PAPA PAULO VI


ROMA, 28 de mayo de 1966

Papa Paulo VI Cursillistas de Cristiandad, hermanos e hijos amadísimos:

¿Quiénes sois vosotros y de dónde venís?

¿Cuántos sois y qué secreto poder a todos os ha congregado hoy en Roma?

La respuesta a estas preguntas nos la acaba de dar, en sus cordiales y fervorosas palabras - que agradecemos vivamente - el señor Cardenal de Tarragona. La habríamos adivinado igualmente cuando, al entrar en estas salas, pasábamos entre vosotros.

Vuestras aclamaciones nos iban descubriendo vuestros puntos de origen: venís de España, fecunda siempre en instituciones y obras para la Iglesia; venís de Portugal, donde el estímulo de renovación espiritual sacude mentes y corazones; venís de México y de otros países del Norte, del Centro y del Sur de América; venís de Filipinas y del Extremo Oriente, de Asia, de las naciones nuevas de África.

Sois muchos; sois millares los que estáis aquí, y representáis a los cientos de miles que han participado en la misma lluvia de gracias, y están animados de idénticos ideales, bebidos en una fuente común: ¡vuestros Cursillos!

"Cursillos de Cristiandad": ésa es la palabra, acrisolada en la experiencia, acreditada en sus frutos, que hoy recorre, con carta de ciudadanía, los caminos del mundo. Y es esa ya universal expresión el resorte mágico que en este día os convoca a Roma.

¿Para qué?

Para actuar con ello en vosotros el sentido peregrinante que da estilo a vuestro método;

para saturar vuestro espíritu en el cristianismo primitivo de la Roma sacra;

para percibir con mayor intensidad en vuestras vidas el misterio de Cristo presente en Pedro;

para tomar conciencia de ser Iglesia;

para dejamos enardecer por la fascinación del momento pentecostal que, con el Concilio, la ha invadido en su realidad profunda y en sus movimientos y manifestaciones vitales.

¡Cristo, la Iglesia, el Concilio! ¡Qué larga conversación la que abren estos temas! Dejadnos deciros una palabra del primero; de los otros dos os sugeriremos unas breves reflexiones.

IMPORTANCIA DE LO FUNDAMENTAL CRISTIANO.-


Ante las transformaciones del mundo actual que deja, con facilidad y rapidez, superados unos tras otros los modos de vida; ante el fenómeno del tiempo que con sólo su paso enmohece las armas, es admirable el dinamismo que el Espíritu Santo infunde en la Iglesia, despertando iniciativas y obras que, sin necesidad de destruir ni aminorar fórmulas e instituciones todavía vigentes, adornan de nueva eficacia y lozanía el mensaje evangélico.

Mas, si cambian los tiempos y algunos métodos envejecen , si surgen nuevas manifestaciones del espíritu, la tarea permanente del laico seguirá siendo la inserción del cristianismo en la vida, mediante el encuentro personal con Dios y en la comunión con los hermanos. El seglar, al formarse en cristiano, reforma su mentalidad y conforma su vida con la imagen de Cristo, por medio de la fe, la esperanza y la caridad; transforma, actuando en plena responsabilidad propia, las estructuras temporales en las que está inmerso; guiado en su acción por la mirada de Cristo, trata de rehacer continuamente el mundo, según el plan y designio de Dios.

Pende sobre la humanidad, en este preciso momento de su historia, la amenaza de quedar derrotada, en virtud de su mismo progreso; existen novedades, en la época actual, que sin duda son buenas y útiles al hombre; pero hay también cambios e innovaciones en el vivir moderno que gravan desordenadamente sobre la vida religiosa y la ponen en peligro, dejando al hombre en la incertidumbre, y no rara vez en la angustia.

Van quedando atrás, por fortuna, los tiempos en que la profesión cristiana en nuestros pueblos, tradicionalmente católicos, se relegaba al ámbito individual y privado, sin trascender al social, profesional y civil. Un mas elevado nivel de cultura teológica y litúrgica, el acceso de los seglares al apostolado organizado, particularmente en las filas de la Acción Católica, han acercado más la religión a la vida. Pero un enfoque demasiado sentimental y casi exclusivamente piadoso y devocional en los métodos pastorales, el no dar siempre la importancia debida al núcleo esencial y a lo fundamental cristiano, entre otros factores que sería largo examinar, han hecho que, en no pocas de nuestras estadísticas y dentro de nuestros templos, aparezca acusador el desigual porcentaje de práctica religiosa entre el hombre y la mujer, entre el niño y el adulto.

LA FIGURA DE CRISTO.-


¿Será la figura de Cristo - nos preguntamos ante estos fenómenos - capaz todavía de despertar el entusiasmo en una juventud víctima a veces de la desilusión? ¿Tiene aún el Evangelio entrada en el hombre fuerte, el jefe de industria, el catedrático, el obrero, en la ciudad como en el campo? Los ideales cristianos que configuraron al conductor y guía de otras épocas, que han sido buenos para hacer santos en todas las clases y estamentos sociales, que han engendrado varones perfectos, maestros del vivir, artífices del progreso, ¿serán válidos para nuestra época?

La respuesta, felizmente afirmativa, la encontramos en vosotros. Al veros, el alma se abre a la esperanza: la religión, con sus valores, si es presentada rectamente, conserva todavía su poder de atracción, su interés en los hombres, en los jóvenes que, según vuestro lenguaje, "pisan fuerte”, tienen estilo, con puesto en las profesiones, con influjo en la vida.

Más aún, la llamada al cristianismo no es para versátiles o tímidos, para los que se detienen en la mitad del camino o se entregan a oportunismos y viles compromisos.

El hombre acabado y perfecto, el hombre valiente y seguro de sí mismo, el hombre capaz de actuar y de amar, es siempre buen alumno de la disciplina de Cristo.

LLAMADOS, DISCÍPULOS, TESTIGOS, MIEMBROS VIVOS DE CRISTO.-

¡Oh qué riqueza de valores encierra la vocación cristiana! Recordadlo siempre; vividlo.

A Cristo os une el compromiso solemne del Bautismo; a El os ligan las relaciones vitales de los Sacramentos, que hacen circular, por vuestras almas, su sangre redentora. Cristo ocupa el centro de referencia de la historia universal, cósmica y humana: porque todas las cosas fueron hechas en El y por El; todo lo puso el Padre bajo su poder; a todos El atrae desde la cruz; y El enlaza también con el corazón de cada uno como amigo; a todos invita a su gran empresa.

¡Oh hombres, oh jóvenes que tenéis la sana ambición de las cosas grandes y hermosas! Sabed, con alegría, que podréis ser, que debéis ser, que ya sois, si lo queréis, de Cristo. De Cristo Verbo Encarnado, Hijo de Dios, Mesías del mundo, esperanza de la humanidad y único Maestro, de Cristo pan de vida, Pontífice, víctima, mediador entre Dios y los hombres.

Sí; vosotros sois sus llamados, sus discípulos, sus testigos, miembros vivos, entrelazados en su inmenso y único Cuerpo Místico.

EL SENTIDO DE IGLESIA ES NORTE, PALANCA, LUZ Y MANANTIAL DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS.-


Habéis querido venir aquí, centro y corazón de la Iglesia, para sentir más de cerca sus palpitaciones, para acrecentar vuestro ya grande amor hacia Ella, para tomar conciencia más viva de vuestra pertenencia al reino de Dios sobre la tierra, para afianzados en los deberes y exigencias apostólicas que de ello derivan.

Sabemos que en vuestra palestra de espiritualidad y apostolado, en el Movimiento de Cursillos, el "sensus Ecclesiae" es norte que orienta, palanca que mueve, luz y manantial que inspira y vitaliza. Llevaos de esta visita a Roma, Iglesia reina que preside la caridad, un amor hacia la Iglesia mayor aún, si pudiera ser, del que os devora, un propósito decidido de hacer Iglesia.

Mas, recordad siempre que:
"no es la conformidad con el espíritu del mundo, no es la inmunidad frente a las disciplinas de una razonable ascética, no es la indiferencia hacia las libres costumbres de nuestro tiempo, no es la emancipación ante la autoridad de los prudentes y legítimos superiores, no es la apatía hacia las formas contradictorias del pensamiento moderno lo que puede dar vigor a la Iglesia.... sino su actitud para vivir según la gracia divina, su fidelidad al Evangelio, su cohesión jerárquica y comunitaria ("Ecclesiam Suam".- núm. 47).

EL POSCONCILIO.-

Y, finalmente, una breve reflexión sobre el Concilio, diríamos mejor sobre el Posconcilio.

El desarrollo doctrinal de sus documentos - al igual que lo ha sido su elaboración - es obra del magisterio de los Obispos, coadyuvados por los peritos; mas su estudio, difusión y aplicación toca a toda la Iglesia.

Nos conmueve la delicadeza con que, en nuestra humilde persona, depositáis vuestra gratitud al Episcopado del mundo entero por el don del Concilio celebrado. Al ganar el Jubileo en nuestra Catedral de Letrán, pedid al Espíritu Santo que siga iluminando y guiando al pueblo de Dios; que pastores y fieles sepamos aprovechar y hacer rendir los talentos confiados a la Iglesia en este período de su historia: para realizar la imagen ideal de la Esposa Santa e Inmaculada (Cf. Eph. 5, 27), para crecimiento y aumento del Cuerpo Místico de Cristo, para la unión de todos los cristianos, para la recristianización del mundo entero.

En esta esperanzadora tarea, el Concilio especifica vuestro cometido con palabras que bien pueden formar parte de vuestro programa; "Los seglares han de procurar, en la medida de sus fuerzas, sanear las estructuras y los ambientes del mundo, si en algún caso incitan al pecado, de modo que todo esto se conforme a las normas de la justicia, y favorezca, más bien que impida, la práctica de las virtudes. Obrando así, impregnarán de sentido moral la cultura y el trabajo humano" ("Lumen Gentium", núm. 36).

¿No es eso lo que vosotros pretendéis al querer sustituir en el alma las tinieblas del pecado con los colores vivos de la gracia, y al querer poner transparencia de fe luminosa donde antes había duda, tormento, egoísmo?

Sea vuestro Posconcilio una primavera de flores cristianas que alegren, el paisaje del mundo, y una aurora de nuevas luces que marquen vuestro camino y el camino de los hombres que, quizá sin saberlo, también se dirigen hacia Dios.

GOZO SOBREABUNDANTE DEL PAPA.-


Amadísimos hijos; La visión de los males que afligen a la Iglesia y a la humanidad, muchas veces oprimen nuestra alma. Mas permitidnos expresar el gozo sobreabundante que, en estos momentos, la inunda ante el coro inmenso de vuestra fe viril en Cristo, de vuestra fidelidad a la Iglesia, de vuestra fervorosa adhesión a esta cátedra de Pedro y aI ministerio de la jerarquía episcopal.

¡Cursillistas de Cristiandad!
Cristo, la Iglesia, el Papa cuentan con vosotros.

Cursillistas de Cristiandad: ¿Seréis siempre apóstoles? (Los Cursillistas contestan al Papa con un "sí" entusiasta y unánime.)

¿Trataréis con vuestro testimonio de que la Iglesia aparezca al mundo bella, como Cristo la vio, la quiso, la amó? (Nuevamente se responde con un "sí" clamoroso.)

¿Estáis listos para realizar el programa del Concilio? Se repite el "sí", más entusiasta todavía.

¡Gracias, gracias! ¡San Pablo os aliente; la Virgen, Reina de los Apóstoles y Madre de la Iglesia, os ampare!

En nombre de su Hijo, recibid nuestra más amplia y cordial bendición apostólica.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor elizabeth butron3 » Lun Jun 18, 2012 7:17 pm

Hola! No se si este mensaje va a llegar bien, pero quiero comentar el párrafo 4 de la Encíclica Eclesian Suuan en que S.S. Paulo VI habla de la paz entre los pueblos y la enorme pobreza y falta de reconocimiento de dignidad de las personas más pobres y desgraciadas. Esto es actual y desafortunadamente aún se sigue luchando por un mundo más justo donde los más pobres entre los pobres tengan mejores oportunidades de vida. Elizabeth desde México.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor Jose Gimeno » Mar Jun 19, 2012 8:47 am

EL KERIGMA - EVANGELII NUNTIANDI

En la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, que escribió Pablo VI como conclusión del Sínodo de obispos de 1974, dedicado a la evangelización en el mundo contemporáneo, se condensa la autoconciencia renovada de la Iglesia respecto a la evangelización: « La Iglesia lo sabe. Tiene una conciencia viva de que las palabras del Salvador: "Tengo que anunciar la buena noticia del Reino de Dios" se aplican con toda verdad a ella misma... Evangelizar es la gracia y la vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. La Iglesia existe para evangelizar" (EN 14). En la descripción de su misión, la Iglesia manifiesta también cuál es el centro del contenido que tiene que transmitir. « No hay verdadera evangelización si no se proclama el nombre, la enseñanza, la vida y las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios" (EN 22), Así pues, el corazón de la evangelización es el kerigma, comprendido como la verdadera promesa de salvación para todo hombre y para la humanidad entera. La Iglesia no puede eximirse de anunciar «los cielos nuevos y la tierra nueva", pero al mismo tiempo está obligada a poner Y . a crear los signos que anticipan su realización. En efecto, una verdadera evangelización va unida a un crecimiento integral del hombre. La evangelización supone un anuncio de auténtica libertad y una promoción de la justicia, que debe considerarse -según la expresión de Juan Pablo II en la Redemptor hominis- como «un elemento esencial de la misión de la Iglesia, indisolublemente unido a la misma» (RH 15).
El Señor es mi pastor, nada me falta.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor AlejandraCatholic » Mar Jun 19, 2012 12:08 pm

Hola, Para complementar y reforzar lo que hemos aprendido acerca del Papa Pablo VI y el Concilio Vaticano II, he aquí unos documentales que pueden servirnos. De aquí nos ayudaremos para comprender un poco el contexto en que se desarrolló y por tanto la pertinencia de los documentos eclesiásticos que generó. 4 partes:

http://www.youtube.com/watch?v=3xpTDI2zwb8
http://www.youtube.com/watch?v=NEq7PpBJ ... el&list=UL
http://www.youtube.com/watch?v=XNvhTuHb ... ure=relmfu
http://www.youtube.com/watch?v=H7DPpihc ... ure=relmfu

Dios les bendiga siempre.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor MARIAANGELES RAMIREZ » Mar Jun 19, 2012 3:35 pm

Término Concilio Vaticano II
Artículo principal: Concilio Vaticano II.
Pablo VI decidió continuar el Concilio Vaticano II (el derecho canónico establece que un concilio se suspende luego de la muerte de un Papa), correspondiéndole abrir la segunda sesión el 29 de septiembre de 1963, las siguientes sesiones y el inicio de la aplicación de sus decretos a partir del 7 de diciembre de 1965, cuando concluyó la cuarta y última sesión conciliar. Su pontificado, por tanto, estuvo marcado por la concreción del espíritu del Concilio en la renovación y modernización de la Iglesia católica y de sus enseñanzas. Frente a las interpretaciones en conflicto y las controversias, dirigió la puesta en práctica de sus objetivos de reforma, que incluía la mayor revisión a la Liturgia de la Iglesia jamás hecha, y la primera revisión importante desde el Concilio de Trento, que tuvo lugar 400 años antes del Concilio Vaticano II.
[editar]Orientación ecuménica
Durante el Concilio Vaticano II, los Padres del Concilio evitaban realizar declaraciones que pudieran herir a cristianos de otras confesiones.43 El cardenal Augustin Bea, el Presidente de la Secretaría de la Unidad Cristiana, había contado siempre con el pleno apoyo de Pablo VI en su intento de garantizar que el texto del Concilio fuera amistoso y abierto a la sensibilidad de Iglesias protestantes y ortodoxas, a quiénes había invitado a todas las sesiones a petición del Papa Juan XXIII. Bea también participó activamente en el asunto del Nosstra Aetate, que regulaba la relación de la Iglesia con la fe judía y miembros de otras religiones.44
[editar]Díalogo con el mundo
Después de su elección como Papa, Pablo VI se reunió primero con los sacerdotes su nueva diócesis. Les dijo que en Milán había comenzando un diálogo con el mundo moderno y les pidió que buscaran el contacto con todas las personas de todos los sectores sociales. Seis días después de su elección anunció que continuaría el Concilio Vaticano II y convocó a su reapertura para el 29 de septiembre de 1963.20 En su discurso radial de reapertura, Pablo VI recordó la singularidad de sus predecesores, la fuerza de Pío XI, la sabiduría e inteligencia de Pío XII y el amor de Juan XXIII. Como sus "metas pontificias" se encontraban la continuación y finalización del Concilio Vaticano II, la reforma al Derecho canónico, y la búsqueda de la paz social y la justicia en el mundo. La unidad del cristianismo sería fundamental para sus actividades.20


Apertura de la segunda sesión del Concilio Vaticano II.
[editar]Prioridades del Concilio para Pablo VI
Pablo VI reabrió el Concilio Vaticano II el 29 de septiembre de 1963, dándole cuatro prioridades:
Una mejor comprensión de la Iglesia Católica
Reformas a la Iglesia
Avanzar en la unidad de la cristiandad
Diálogo con el mundo20
Recordó a los padres conciliares que sólo unos pocos años antes, el Papa Pío XII había publicado la encíclica Mystici Corporis Christi, sobre el cuerpo místico de Cristo. Él les pidió que no se repitiera o crearan nuevas definiciones dogmáticas, sino de explicar en palabras sencillas, cómo la Iglesia se ve a si misma. Agradeció a los representantes de otras comunidades cristianas por su asistencia y les pidió su perdón si es que la Iglesia Católica era la responsable de las separaciones. También recordó a los padres conciliares que muchos obispos del este no habían podido asistir ya que los gobiernos comunistas no permitían sus viajes.45
El Concilio debatió sobre los textos de la Iglesia, sobre el ecumenismo y la liturgia. Pablo VI afirmó a los padres reunidos que tenía la intención de visitar Tierra Santa, dónde ningún otro papa había estado desde San Pedro.
[editar]Últimas sesiones del Concilio
Pablo VI abrió la tercera sesión del Concilio el 14 de septiembre de 1964, diciendo a los padres conciliares, que él veía al texto sobre la Iglesia como el documento más importante para finalizar el Concilio. A medida que el Concilio había debatido el papel de los obispos en el papado, Pablo VI emitió una nota explicativa que confirmaba la primacía del papado, un paso que fue visto por algunos como una intromisión en los asuntos del Concilio de los obispos.46 Los estadounidenses presionaron para lograr una pronta resolución sobre la libertad religiosa, pero Pablo VI insistió en que esto sería aprobado junto con otros textos relacionados, tales como el ecumenismo.47 El Papa finalizó el tercer período de sesiones el 21 de noviembre de 1964, con el pronunciamiento oficial de María como Madre de la Iglesia.47
Entre las sesiones tercera y cuarta, el Papa anunció reformas en los ámbitos de la Curia Romana, la revisión del derecho canónico, la reglamentación para los matrimonios mixtos con participantes de varios credos, y las cuestiones del control de la natalidad. La última, y final, sesión del Concilio, fue concelebrada con los obispos de países donde la Iglesia era perseguida. Varios textos propuestos para su aprobación debieron ser cambiados, siendo finalmente todos aprobados. El Concilio fue concluido el 8 de diciembre de 1965, en la Fiesta de la Inmaculada Concepción.47


Siguiendo a su primer predecesor, Ambrosio de Milán, Pablo VI declaró a María como Madre de la Iglesia.47
[editar]Reformas en la Iglesia
[editar]Sínodo de Obispos
Artículo principal: Sínodo de los obispos.
El 14 de septiembre de 1965 se estableció el Sínodo de los obispos como una institución permanente de la Iglesia y un órgano asesor del papado. Múltiples reuniones se celebrarían sobre cuestiones específicas durante su pontificado, como el Sínodo de los obispos sobre la evangelización en el mundo moderno, que comenzó el 9 de septiembre de 1974.48
[editar]Reformas en la Curia
Pablo VI conocía la Curia Romana, ya que había trabajado en ella durante más de 30 años en ella (desde 1922 hasta 1954). Puso en práctica sus reformas por etapas, en lugar de hacerlas de una sola vez. El 1 de marzo de 1968, emitió un reglamento, un proceso que había sido iniciada por Pío XII y continuado por Juan XXIII. El 28 de marzo, con su Pontificalis Domus, y en otras varias Constituciones Apostólicas adicionales en los siguientes años, se renovó toda la Curia, que incluía la reducción de la burocracia, la racionalización de las congregaciones existentes y una representación más amplia de los no-italianos en las posiciones de la curia.49
[editar]Elecciones papales
Pablo VI revolucionó las elecciones papales, ordenando que sólo los cardenales menores a la edad de 80 años podrían participar en futuros cónclaves. En su motu propio Ecclesiae Sanctae, del 6 de agosto de 1966, se invitó a todos los obispos para ofrecer su jubilación a más tardar al cumplir 75 años de edad.50 Éste requisito se hizo extensivo a todos los cardenales en 1970. Con estas dos estipulaciones, el Papa podía llenar los cargos con jóvenes obispos y cardenales, e internacionalizando al Colegio cardenalicio y la Curia romana, a la luz de varias renuncias debido a la avanzada edad.48
[editar]Misa de Pablo VI
La reforma de la liturgia había sido parte de los movimientos litúrgicos en el siglo XX, principalmente en Francia, con Robert Schuman, y en Alemania, con Romano Guardini, que fueron reconocidos oficialmente por Pío XII en su encíclica Mediator Dei. Durante el pontificado de Pío XII, el Vaticano flexibilizó las regulaciones sobre el uso del latín en la liturgia católica romana, lo que permitió un cierto uso de las lenguas vernáculas en los bautizos, funerales y otros eventos. En 1951 y 1955, las liturgias de Semana Santa fueron sometidas a revisión, sobre todo incluyendo la reintroducción del Triduo Pascual.51 El Concilio Vaticano II luego continuó con el mandato de una revisión general del Misal Romano. En abril de 1969, Pablo VI aprobó el "Nuevo Orden de la Misa" (promulgado en 1970), que incluía muchas revisiones y cambios sustanciales, como la introducción de tres nuevas plegarias eucarísticas, la supresión de las oraciones de larga duración, tales como las oraciones al pie del Altar y el último Evangelio, la reintroducción de las oraciones que habían caído en desuso, como la Oración de los Fieles, y la aprobación para el uso de las lenguas vernáculas. Habían habido otras instrucciones emitidas por el Papa en 1964, 1967, 1968, 1969 y 1970 que se centraron en la reforma de todas las liturgias de la Iglesia católica.52
Estas reformas importantes no fueron bien recibidas por todos y en todos los países. La repentina y aparente "prohibición" de la Misa tridentina, rezada durante 400 años, cuya última revisión se había promulgado en 1962 por Juan XXIII, no se explicaba bien. La experimentación con la nueva misa por liturgistas (?), tales como el uso de la música pop/folk (en comparación con el canto gregoriano por el que abogó el Papa Pío X), junto con los cambios recurrentes en el orden de los santuarios, fue visto por algunos como vandalismo.40 En 2007, el Papa Benedicto XVI aclaró que la misa de Juan XXIII y la misa de Pablo VI son dos formas del mismo rito romano. La primera, que nunca había sido "jurídicamente derogada", era ahora una forma "extraordinaria del Rito Romano"; mientras que al segunda "obviamente es y permanece como la forma ordinaria de la liturgia eucarística".53
[editar]Relaciones y diálogos
Para Pablo VI, un diálogo con toda la humanidad no era esencial como un objetivo, sino como un medio para encontrar la verdad. El diálogo según Pablo VI, se basa en la plena igualdad de todos los participantes. Esta igualdad se basa en la búsqueda común de la verdad.54
Pablo VI dijo referente a esto:
"Aquellos que tienen la verdad, están en una posición de no tenerlo, porque se ven obligados a buscar todos los días de una manera más profunda y más perfecta. Los que no la tienen, pero buscan con todo su corazón, ya la han encontrado."55
[editar]Diálogos
En 1964, Pablo VI creó una Secretaría para las religiones no cristianas, rebautizándola luego como Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. En 1971, creó una oficina papal para el desarrollo económico y la asistencia catastrófica. Para fomentar lazos comunes con todas las personas de buena voluntad, decretó un día de paz anual que se celebraría el primer día de cada año de enero. Tratando de mejorar la condición de los cristianos detrás de la Cortina de Hierro, Pablo VI participó en un diálogo con las autoridades comunistas varias veces, recibiendo al ministro de Asuntos Exteriores Andrei Gromyko y al presidente de la Unión Soviética Nikolai Podgorny. La situación de la Iglesia en Polonia, Hungría y Rumania, mejoró considerablemente durante su pontificado.56
[editar]Actividad pastoral con los artistas
El Concilio Vaticano II introdujo un cambio de actitud en la relación entre la Iglesia y los artistas contemporáneos. El 7 de mayo de 1964, Pablo VI convocó la Misa con artistas en la Capilla Sixtina. En su discurso al final, subrayó la íntima vinculación entre arte y religión, y ofreció a los artistas una alianza de amistad.57 Este evento supuso un gran cambio pastoral en el diálogo contemporáneo entre los artistas y la Iglesia.58
EN HUMANAE VITAE S.S. Paulo VI, define al matrimonio.
El amor es total, esa singular forma de amistad personal en la que marido y mujer comparten generosamente todo, sin permitir excepciones no-razonables y no pensando únicamente en su propia conveniencia. Quién realmente ama a su pareja, ama no sólo por lo que recibe, sino porque ama a la pareja, por el propio bien de ésta, para poder enriquecer al otro con el don de sí mismo."74
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor maycito » Mar Jun 19, 2012 5:19 pm

DEL DISCURSO DEL
PAPA PABLO VI
AL FINAL DE LA SESIÓN DEL
CONCILIO VATICANO II
EN EL QUE SE PROCLAMA A

MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA



1. Nuestro pensamiento, venerables hermanos, no puede menos de elevarse, con sentimientos de sincera y filial gratitud, a la Virgen Santa, a Aquella que queremos considerar protectora de este Concilio, testigo de nuestros trabajos, nuestra amabilísima consejera, pues a Ella, como celestial Patrona, juntamente con San José, fueron confiados por el Papa Juan XXIII, desde el comienzo, los trabajos de nuestras sesiones ecuménicas1.

2. Animados por estos mismos sentimientos, el año pasado quisimos ofrecer a María Santísima un solemne acto de culto en común, reuniéndonos en la basílica Liberiana, en torno a la imagen venerada con el glorioso título de Salus Populi Romani.

3. Este año, el homenaje de nuestro Concilio se presenta más precioso y significativo. Con la promulgación de la actual Constitución*, que tiene como vértice y corona todo un capítulo dedicado a la Virgen, justamente podemos afirmar que la presente sesión se clausura como un incomparable himno de alabanza en honor de Maria.

4. Es, en efecto, la primera vez -y decirlo Nos llena el corazón de profunda emoción- que un Concilio Ecuménico presenta una síntesis tan extensa de la doctrina católica sobre el puesto que María Santísima ocupa en el misterio de Cristo y de la Iglesia.

5. Esto corresponde a la meta que este Concilio se ha prefijado: manifestar la faz de la Santa Iglesia, a la que María está íntimamente unida, y de la cual, como egregiamente se ha afirmado, es «la parte mayor, la parte mejor, la parte principal y más selecta»2.

6. La realidad de la Iglesia ciertamente no se agota en su estructura jerárquica, en su liturgia, en sus sacramentos, ni en sus ordenamientos jurídicos. Su esencia íntima, la principal fuente de su eficacia santificadora, se debe buscar en su mística unión con Cristo; unión que no podemos pensarla separada de Aquélla que es la Madre del Verbo Encarnado, y que Cristo mismo quiso tan íntimamente unida a Él para nuestra salvación. Y ciertamente que debe encuadrarse en la visión de la Iglesia la contemplación amorosa de las maravillas que Dios ha obrado en su Santa Madre. Y el conocimiento de la doctrina verdaderamente católica sobre María será siempre la clave de la exacta comprensión del misterio de Cristo y de la Iglesia.

7. La reflexión sobre estas íntimas relaciones de María con la Iglesia, tan claramente establecidas por la actual Constitución conciliar, Nos permite creer que éste es el momento más solemne y más apropiado para dar satisfacción a un voto que, señalado por Nos al término de la sesión anterior, han hecho suyo muchísimos Padres Conciliares, pidiendo insistentemente una declaración explícita, durante este Concilio, de la función maternal que la Virgen ejerce sobre el pueblo cristiano. A este fin hemos creído oportuno consagrar en esta misma sesión pública un título en honor de la Virgen, sugerido por diferentes partes del orbe católico, y particularmente entrañable para Nos, pues con síntesis maravillosa expresa el puesto privilegiado que este Concilio ha reconocido a la Virgen en la Santa Iglesia.

8. Así, pues, para gloria de la Virgen y consuelo nuestro, Nos proclamamos a María Santísima Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, así de los fieles como de los pastores que la llaman Madre amorosa, y queremos que de ahora en adelante sea honrada e invocada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título.

9. Se trata de un título, venerables hermanos, que no es nuevo para la piedad de los cristianos; antes bien, con este nombre de Madre, y con preferencia a cualquier otro, los fieles y la Iglesia entera acostumbran a dirigirse a María. Ciertamente que ese título pertenece a la esencia genuina de la devoción a María, encontrando su justificación en la dignidad misma de la Madre del Verbo Encarnado.

10. La divina maternidad es, en efecto, el fundamento de su especial relación con Cristo y de su presencia en la economía de la salvación operada por Cristo, y también constituye el fundamento principal de las relaciones de María con la Iglesia, por ser Madre de Aquél que, desde el primer instante de la Encarnación en su seno virginal, unió a Sí mismo, como a Cabeza, su Cuerpo Místico, que es la Iglesia. María, pues, como Madre de Cristo, es Madre también de todos los fieles y de todos los pastores, es decir, de toda la Iglesia.

11. Con ánimo, por lo tanto, lleno de confianza y amor filial elevamos a Ella la mirada, no obstante nuestra indignidad y flaqueza. Ella, que nos dio con Cristo la fuente de la gracia, no dejará de socorrer a la Iglesia ahora, cuando, floreciendo en la abundancia de los dones del Espíritu Santo, se consagra con nuevo y más empeñado entusiasmo a su misión salvadora.

12. Nuestra confianza se aviva y confirma, aún más, al considerar los vínculos estrechos que ligan al género humano con nuestra Madre celestial. Aun en medio de la riqueza en maravillosas prerrogativas con que Dios la ha honrado, para hacerla digna Madre del Verbo Encarnado, está muy próxima a nosotros. Hija de Adán, como nosotros, y, por lo tanto, Hermana nuestra con los lazos de la naturaleza, es, sin embargo, una criatura preservada del pecado original en previsión de los méritos de Cristo, y que a los privilegios obtenidos une la virtud personal de una fe total y ejemplar, mereciendo el elogio evangélico: «Bienaventurada, porque has creído». En su vida terrenal realizó la perfecta figura del discípulo de Cristo, espejo de todas las virtudes, y encarnó las bienaventuranzas evangélicas proclamadas por Cristo. Por lo cual, toda la Iglesia, en su incomparable variedad de vida y de obras, encuentra en Ella la más auténtica forma de la perfecta imitación de Cristo.

13. Por lo tanto, esperamos que con la promulgación de la Constitución sobre la Iglesia, sellada por la proclamación de María Madre de la Iglesia, es decir, de todos los fieles y pastores, el pueblo cristiano se dirigirá con mayor confianza y con fervor mayor a la Virgen Santísima y le tributará el culto y honor que le corresponden.

14. En cuanto a nosotros, ya que entramos en el aula conciliar, a invitación del Papa Juan XXIII, el 11 de octubre de 1962, a una con María, Madre de Jesús, salgamos, ahora, al final de la tercera sesión, de este mismo templo, con el nombre santísimo y gratísimo de María, Madre de la Iglesia.

15. En señal de gratitud por la amorosa asistencia que nos ha prodigado durante este último periodo conciliar, que cada uno de vosotros, venerables hermanos, se comprometa a mantener alto en el pueblo cristiano el nombre y el honor de María, señalando en Ella el modelo de la fe y plena correspondencia a toda invitación de Dios, el modelo de la plena asimilación de la doctrina de Cristo y de su caridad, para que todos los fieles, unidos en el nombre de la Madre común, se sientan cada vez más firmes en la fe y en la adhesión a Cristo, y a la vez fervorosos en la caridad para con los hermanos, promoviendo el amor a los pobres, la adhesión a la justicia, la defensa de la paz. Como ya exhortaba el gran San Ambrosio: Viva en cada uno el espíritu de María para ensalzar al Señor: reine en cada uno el alma de María para gloriarse en Dios3.

16. Especialmente queremos que aparezca con toda claridad que María, humilde sierva del Señor, se relaciona completamente con Dios y con Cristo, único Mediador y Redentor nuestro. E igualmente que se expliquen la naturaleza verdadera y la finalidad del culto mariano en la Iglesia, especialmente donde hay muchos hermanos separados, de forma que cuantos no forman parte de la comunidad católica comprendan que la devoción a María, lejos de ser un fin en sí misma, es un medio esencialmente ordenado para orientar las almas hacia Cristo, y de esta forma unirlas al Padre, en el amor del Espíritu Santo.

17. Al paso que elevamos nuestro espíritu en ardiente oración a la Virgen, para que bendiga el Concilio Ecuménico y a toda la Iglesia, acelerando la hora de la unión entre todos los cristianos, nuestra mirada se abre a los ilimitados horizontes del mundo entero, objeto de las más vivas atenciones del Concilio Ecuménico, y que nuestro predecesor, Pío XII, de viva memoria, no sin una inspiración del Altísimo, consagró solemnemente al Corazón Inmaculado de María. Creemos oportuno, particularmente hoy, recordar este acto de consagración. Con este fin hemos decidido enviar próximamente, por medio de una misión especial, la Rosa de Oro al santuario de la Virgen de Fátima, muy querido no sólo por la noble nación portuguesa -siempre, pero especialmente hoy, apreciada por Nos-, sino también conocido y venerado por los fieles de todo el mundo católico. Así es como también Nos pretendemos confiar a los cuidados de la Madre celestial toda la familia humana, con sus problemas y sus afanes, con sus legítimas aspiraciones y ardientes esperanzas.

18. Virgen María Madre de la Iglesia,

te recomendamos toda la Iglesia, nuestro Concilio Ecuménico.

19. Tú, «Socorro de los obispos», protege y asiste a los obispo, en su misión apostólica, y a todos aquellos, sacerdotes, religiosos y seglares, que con ellos colaboran en su arduo trabajo.

20. Tú, que por tu mismo divino Hijo, en el momento de su muerte redentora, fuiste presentada como Madre al discípulo predilecto, acuérdate del pueblo cristiano que se confía a Ti.

21. Acuérdate de todos tus hijos; presenta sus preces ante Dios; conserva sólida su fe; fortifica su esperanza; aumenta su caridad.

22. Acuérdate de los que viven en la tribulación, en las necesidades, en los peligros, especialmente de los que sufren persecución y se encuentran en la cárcel por la fe. Para ellos, Virgen Santísima, solicita la fortaleza y acelera el ansiado día de su justa libertad.

23. Mira con ojos benignos a nuestros hermanos separados, y dígnate unirlos, Tú, que has engendrado a Cristo, puente de unión entre Dios y los hombres.

24. Templo de la luz sin sombra y sin mancha, intercede ante tu Hijo Unigénito, Mediador de nuestra reconciliación con el Padre4, para que perdone todas nuestras faltas y aleje de nosotros toda discordia, dando a nuestros ánimos la alegría de amar.

25. Finalmente, a tu Corazón Inmaculado encomendamos todo el género humano; condúcelo al conocimiento del único y verdadero Salvador, Cristo Jesús; aleja de él los males del pecado, concede a todo el mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor.

26. Y haz que toda la Iglesia, al celebrar esta gran asamblea ecuménica, pueda elevar al Dios de las misericordias el majestuoso himno de alabanza y agradecimiento, el himno de gozo y alegría, puesto que grandes cosas ha obrado el Señor por medio de Ti, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor jacqui50 » Mar Jun 19, 2012 6:03 pm

Sobre el Concilio Vaticano II, me llamó la atención la sección “Normas para adaptar la Liturgia a la mentalidad y tradiciones de los pueblos”: La iglesia no pretende imponer una rígida uniformidad en aquello que no afecta a la fe o al bien de toda la comunidad, ni siquiera en la liturgia; por el contrario, respeta y promueve el genio y las cualidades peculiares de las distintas razas y pueblos.

Esta sección me hizo recordar un folleto que nos entregaron en la parroquia, explicando cosas de la cuaresma 2012. De la información contenida, y que ya había escuchado por otras personas, habla de las normas sobre la abstinencia de la carne. El folleto dice “el Episcopado Mexicano ha dispuesto lo siguiente: concientes de la situación de pobreza en la que viven muchos sectores de fieles y dado que nuestra cultura admite otros signos más adecuados de penitencia, disponemos que se pueda suplir la abstinencia de carne a excepción del miércoles de ceniza y viernes santo por: la abstinencia de aquellos alimentos que para cada uno signifique especial agrado, sea por la materia o por el medio de confección, por una especial obra de caridad, por una especial obra de piedad, o por otro significativo sacrificio voluntario”.

Precisamente esta disposición en México coincide claramente con la libertad que otorga el Concilio Vaticano II a la adaptación de normas que no afecten la fe. En México, la desigualdad social es muy marcada, hay millones de pobres y gente en extrema pobreza, que por las condiciones económicas resulta imposible cumplir con la abstinencia de la carne y aún así cumplir con el requerimiento de subsistencia. En ocasiones resulta más barato comprar carne de res que comprar un filete del pescado más barato. De ahí la determinación del Episcopado Mexicano para reemplazar ese sacrificio para aquellos que se vean imposibilitados a cumplirlo.
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Jun 19, 2012 8:21 pm

S.S. PABLO VI
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S.S. Pablo VI, nacido como Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, nacio en Lombardía el 26 de septiembre de 1897 y falleció en Castel Gandolfo el 6 de agosto de 1978.

Fue el Papa n.º 262 de la Iglesia Católica y Soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963, hasta su muerte. Sucediendo a S.S.Juan XXIII, decidió continuar con el Concilio Vaticano II, la gran obra del pontífice anterior. Fomentó las relaciones ecuménicas con las iglesias ortodoxas, anglicanas y protestantes, que dio lugar a muchas reuniones y acuerdos históricos. Trabajó en la secretaría de Estado de la Santa Sede de 1922 a 1954. Durante su estadía allí, junto a Domenico Tardini fueron considerados como los más cercano e influyentes colaboradores de S.S. el Papa Pío XII, quién en 1954 lo nombró arzobispo de Milán, la diócesis más grande de Italia; se convertía automáticamente en Secretario de la Conferencia Episcopal italiana. S.S. Juan XXIII lo elevó al cardenalato en 1958, y después de la muerte de S.S. Juan XXIII, Pablo VI, fue considerado uno de los más probables sucesores.

Él tomó el nombre de Pablo, para indicar su misión renovadora en todo el mundo de la difusión del mensaje de Cristo. Reabrió el Concilio Vaticano II, dándole prioridad y dirección. Después de que el Concilio hubiera finalizado su labor, S.S. Pablo VI se hizo cargo de la interpretación y aplicación de sus mandatos, a menudo caminando por una delgada línea entre las expectativas contradictorias de los distintos grupos dentro de la Iglesia Católica. La magnitud y la profundidad de las reformas afectaron a todas las áreas de la Iglesia, superando durante su pontificado las políticas similares de reforma de sus predecesores y sucesores.

S.S. Pablo VI fue un devoto mariano, que constantemente habló en congresos marianos y reuniones mariológicas, visitó varios santuarios marianos y publicó tres encíclicas marianas. Citando a las enseñanzas de Ambrosio de Milán, nombró a María como la Madre de la Iglesia durante la realización del Concilio Vaticano II. Pablo VI buscó el diálogo con el mundo, con otros cristianos, otras religiones y ateos, sin excluir a nadie. Se vio como un humilde servidor de la humanidad que sufre y exigió cambios significativos de los acaudalados de Estados Unidos y Europa a favor de los pobres en el Tercer Mundo.

Sus posiciones sobre el control de la natalidad, en la Encíclica Humanae Vitae y otros temas fueron controvertidos en Europa Occidental y América del Norte, y aplaudidos por la gente de Europa Oriental y América Latina. Durante su pontificado se llevaron a cabo muchos cambios revolucionarios en el mundo, revueltas estudiantiles, la Guerra de Vietnam y otros trastornos mundiales. S.S. Pablo VI trató de entenderlos a todos, pero al mismo tiempo, de defender el depósito de la fe, que se le había confiado.

El Pontifice Pablo VI tuvo el honor de presidir la apertura de la puerta santa en la Basílica de San Pedro el 24 de diciembre de 1974 dando inicio al jubileo, el cuál fue seguido por mil millones de personas en todo el mundo.

El proceso diocesano de beatificación del Siervo de Dios S.S. Pablo VI comenzó el 11 de mayo de 1993 por el Papa S.S. Juan Pablo II. El título de Siervo de Dios es el primero de los cuatro pasos hacia la posible canonización.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor J Julio Villarreal M » Mar Jun 19, 2012 9:21 pm

Los documentos del Concilio Vaticano II
Sacrosanctum Concilium


En el primer documento del Concilio Vaticano II, promulgada el 4 de diciembre de 1963, Sacrosanctum Concilium, o La Constitución sobre la Sagrada Liturgia, sienta las bases para todo el consejo por el listado (en su primer párrafo) de los cuatro objetivos del Consejo.

El documento, pasa a examinar la naturaleza de la sagrada liturgia, ofrecer sugerencias para:
• La reforma litúrgica.
• Las riquezas del misterio de la Eucaristía.
• Los sacramentos.
• El Oficio Divino.
• El año litúrgico.
• La música sagrada y
• Arte sacro

Aquí hay una toma de muestras de los temas e ideas que encontrarás en cada sección de la Sacrosanctum Concilium.

Introducción
Los cuatro objetivos del Concilio Vaticano II son:
1. Aumentar el vigor de la vida cristiana entre los fieles;
2. Adaptarse a las necesidades del mundo moderno, al menos en las instituciones y tradiciones dentro de la Iglesia que son capaces de cambiar,
3. Promover la unión entre los cristianos, y
4. Llamar a todas las personas en la Iglesia.

La fuerza de la liturgia permite a los fieles a vivir el misterio de Cristo, que se manifiesta la verdadera naturaleza de la Iglesia, se convierten en templos del Señor y Cristo, presente en el mundo. La Iglesia es a la vez humana y divina, visible y lo invisible, activa y contemplativa.


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S. S. Pablo VI.


Capítulo 1: Principios generales para la restauración y la promoción de la Sagrada Liturgia.

Jesucristo es la fuente de la sagrada liturgia. Jesús quiso que su gran obra de la salvación deber continuar a través de los sacramentos, y desde la resurrección de Jesús, la Iglesia ha celebrado el misterio pascual en la liturgia sagrada.
Jesús está presente en el sacrificio de la misa de muchas maneras y, sobre todo en la Eucaristía.
La liturgia es la adoración pública de la Iglesia. Utiliza los signos que sean perceptibles a los sentidos humanos y es realizado por todo el Cuerpo místico de Cristo, Cabeza y los miembros de ambas.
La sagrada liturgia nos permite experimentar la liturgia celestial en la tierra.
La fe y la conversión son requisitos previos para la celebración de la liturgia, que a su vez ayuda a los cristianos brillan como luces en el mundo.
La liturgia es la cumbre de la actividad de la Iglesia y la fuente de poder y la gracia.
Los fieles deben llegar a la liturgia con las debidas disposiciones. Deben esforzarse por ser plena, activa y conscientemente comprometido en la celebración litúrgica, la participación tanto interna como externamente en los ritos sagrados.

La liturgia después vierte sobre en su oración privada y en todos los aspectos de sus vidas. Ambos clérigos y laicos deben ser instruidos en la naturaleza y la práctica de la liturgia. Algunas partes de la liturgia ha sido instituido por Dios y son inmutables, mientras que otros puede y debe cambiar para satisfacer las necesidades del mundo moderno. Los cambios no se deben hacer por el mero hecho del cambio, sino por el bien de la Iglesia y en continuidad con las prácticas pasadas y actuales. Si los fieles a participar plena, activa y consciente en la liturgia, sus textos y los ritos debe ser clara y comprensible. La conexión entre las palabras y los ritos debe ser fácil de entender.

América debe mantenerse, pero la lengua vernácula puede ser utilizado en algunas partes de la liturgia. Escritura debe ocupar un lugar central en la liturgia sagrada. La liturgia es un evento común.

Cada miembro de la Iglesia debe llevar a cabo su función propia en la liturgia con respeto y decoro. Dios habla a su pueblo en la liturgia, instruyendo a ellos, alimentándolos, criando a sus mentes a El, y guiándoles a la adoración correcta. Todas las reformas de la sagrada liturgia debe ser llevada a cabo por las autoridades competentes, todos los cuales responden a la Sede Apostólica.


Capítulo 2: El misterio más sagrado de la Eucaristía.

La Eucaristía perpetúa el sacrificio de la cruz. Es un misterio sagrado en el que los fieles son verdaderamente alimentada por el Cuerpo de Jesús y de la Sangre. En cada Misa, los fieles laicos unirse al sacerdote en el ofrecimiento de la Víctima divina, y al hacerlo, deben ofrecerse a sí mismos también que podrían entrar en una más perfecta comunión con Dios y entre sí. Los tesoros de la Biblia "debe ser generosamente derramada en alguna misa, y los fieles deben darse cuenta de que la Liturgia de la Mundial y la Liturgia de la Eucaristía la forma una sola unida, acto de adoración.


Capítulo 3: Los otros sacramentos y los sacramentales.

Los seres humanos santificar sacramentos, edificar la Iglesia, ofrecer culto a Dios, instruir y alimentar a los fieles, y confieren la gracia. Los sacramentos santifican casi todos los eventos en la vida de los fieles como los flujos de la gracia divina de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. * Los ritos de los sacramentos debe ser actualizado para que los fieles entiendan claramente sus síntomas y efectos.


Capítulo 4: El Oficio Divino.

El Oficio Divino, o Liturgia de las Horas, es la oración pública de la Iglesia entera, tanto de cabeza y miembros. Ofrece alabanza a Dios, intercede por el mundo entero, y santifica a cada día. * Aquellos que recen el Oficio divino, ya sean clérigos, religiosos o laicos, deben hacerlo con atención y devoción. Se debe tratar de entender lo que están orando y para permitir que el Oficio Divino para alimentar su piedad y la oración personal.


Capítulo 5: El Año Litúrgico.

La Iglesia desarrolla todo el misterio de Cristo a lo largo del año litúrgico con el fin de permitir a los fieles a recibir las riquezas de Cristo y hacer a presentar su obra de salvación. La Iglesia honra a la Santísima Virgen María y los santos con la celebración de sus fiestas y reconocer sus méritos, los ejemplos, la intercesión y el amor. El domingo es "el día de la fiesta original" que Resurrección conmemora Jesús.

Los fieles están obligados a reunir los domingos a escuchar las Escrituras, tomar parte en la celebración eucarística, y dar gracias y alabar a Dios. La Cuaresma es un tiempo de penitencia y ayuno especial que ayuda a los fieles se arrepientan de sus pecados y levante sus mentes a Dios.


Capítulo 6: Música Sacra.

La música sacra es un "tesoro de valor inestimable" que le da gloria a Dios y ayuda a santificar a los fieles. También mejora la oración y contribuye a la solemnidad de la liturgia sagrada. Este tesoro debe ser "preservado y cultivado con sumo cuidado." Los fieles deben participar activamente en la música sacra en la liturgia. El canto gregoriano se reserva "el lugar de honor" en la liturgia, pero otros tipos de música sacra se permite y se anima.


Capítulo 7: Arte Sacro y objetos sagrados.

Arte Sagrado expresa la belleza de Dios en una manera que la gente puede experimentar y comprender. Al hacerlo así, aumentar la mente de las personas a Dios y le da alabanza y gloria. Obras de arte sacro debe ser protegido y cultivado para que puedan ser "dignos, cada vez, y los signos hermosos y los símbolos de las cosas sobrenaturales.

"Sacrosanctum Concilium en el Sus Propias Palabras"en la liturgia terrena preguntamos y tomamos parte en un anticipo de la liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios, un ministro del santuario y de aquel verdadero tabernáculo, cantamos un himno a la gloria del Señor con todos los guerreros del ejército celestial, venerando la memoria de los santos, esperamos participar con ellos y acompañarlos; de donde también esperamos al Salvador, Nuestro Señor Jesucristo , hasta que Él, nuestra vida, se manifieste y nosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Madre Iglesia desea ardientemente que todos los fieles deben ser guiados a que la participación plenamente consciente y activa en las celebraciones litúrgicas que exige por la naturaleza misma de la liturgia.

En la Última Cena, la noche en que fue entregado, nuestro Salvador instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y su Sangre. Él hizo esto con el fin de perpetuar el sacrificio de la cruz a lo largo de los siglos, hasta su vuelta, y confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual en el que se come a Cristo, la mente se llena de gracia, y una prenda de la gloria futura que se nos ha dado”.

"Los tesoros de la Biblia se abrió más ricamente, de modo que rica comida puede ser proporcionada a los fieles en la mesa de la Palabra de Dios”.

"En la celebración de este ciclo anual de los misterios de Cristo, hace honor a santos de la Iglesia con especial encanta la Virgen María, Madre de Dios, que es unidos por un vínculo inseparable de la obra salvífica de su Hijo. En ella la Iglesia sostiene y admira el fruto excelente de la redención y la contempla gozosamente como una purísima imagen, lo que ella desea y espera ser total”.
J. J. V. M.
"Qué el Espíritu Santo nos ilumine el camino y la Santísima Virgen María nos cubra y proteja con su manto".
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor semijuandedios » Mar Jun 19, 2012 11:07 pm

SS. PABLO VI
Pablo VI (en latín: Paulus PP VI), nacido como Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini (n. Concesio, Lombardía; 26 de septiembre de 1897 - f. Castel Gandolfo; 6 de agosto de 1978), fue el Papa n.º 262 de la Iglesia Católica y Soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963, hasta su muerte el 6 de agosto de 1978. Sucediendo a Juan XXIII, decidió continuar con el Concilio Vaticano II, la gran obra del pontífice anterior. Así mismo, fomentó las relaciones ecuménicas con las iglesias ortodoxas, anglicanas y protestantes, que dio lugar a muchas reuniones y acuerdos históricos.

Montini trabajó en la secretaría de Estado de la Santa Sede entre 1922 y 1954. Durante su estadía allí, Montini junto a Domenico Tardini fueron considerados como los más cercano e influyentes colaboradores del Papa Pío XII, quién en 1954 lo nombró arzobispo de Milán, la diócesis más grande de Italia, por lo que se convertía automáticamente en Secretario de la Conferencia Episcopal italiana. Juan XXIII lo elevó al cardenalato en 1958, y después de la muerte de Juan XXIII, Montini fue considerado uno de los más probables sucesores.

Él tomó el nombre de Pablo, para indicar su misión renovadora en todo el mundo de la difusión del mensaje de Cristo. Reabrió el Concilio Vaticano II, dándole prioridad y dirección. Después de que el Concilio hubiera finalizado su labor, Pablo VI se hizo cargo de la interpretación y aplicación de sus mandatos, a menudo caminando por una delgada línea entre las expectativas contradictorias de los distintos grupos dentro de la Iglesia Católica. La magnitud y la profundidad de las reformas afectaron a todas las áreas de la Iglesia, superando durante su pontificado las políticas similares de reforma de sus predecesores y sucesores.

Pablo VI fue un devoto mariano, por lo que constantemente habló en congresos marianos y reuniones mariológicas, visitó varios santuarios marianos y publicó tres encíclicas marianas. Citando a las enseñanzas de Ambrosio de Milán, nombró a María como la Madre de la Iglesia durante la realización del Concilio Vaticano II. Pablo VI buscó el diálogo con el mundo, con otros cristianos, otras religiones y ateos, sin excluir a nadie. Se vio como un humilde servidor de la humanidad que sufre y exigió cambios significativos de los acaudalados de Estados Unidos y Europa a favor de los pobres en el Tercer Mundo.

Sus posiciones sobre el control de la natalidad (véase Humanae Vitae) y otros temas fueron controvertidos en Europa Occidental y América del Norte, pero fueron aplaudidos por la gente de Europa Oriental y América Latina. Durante su pontificado se llevaron a cabo muchos cambios revolucionarios en el mundo, revueltas estudiantiles, la Guerra de Vietnam y otros trastornos mundiales. Pablo VI trató de entenderlos a todos, pero al mismo tiempo, de defender el depósito de la fe, que se le había confiado.

Pablo VI tuvo el honor de presidir la apertura de la puerta santa en la Basílica de San Pedro el 24 de diciembre de 1974 dando inicio al jubileo, el cuál fue seguido por aproximadamente mil millones de personas en todo el mundo. Su proceso de beatificación comenzó el 11 de mayo de 1993.

[b]PRIMEROS AÑOS


Giovanni Battista Montini nació en el año 1897 en Concesio, una población de la provincia de Brescia, Lombardía. Fue el segundo de los tres hijos de Giorgio Montini, que era abogado, periodista, director de la Acción Católica y miembro del Parlamento de Italia, y de Giudetta Alghisi, perteneciente a una familia de la nobleza rural. Sus dos hermanos eran Francesco Montini, que más tarde se convirtió en médico, y Ludovico Montini, que más tarde se convirtió en abogado y político. El 30 de septiembre de 1897, fue bautizado con el nombre de Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini. Asistió a la escuela Cesare Arici, dirigida por jesuitas, y en 1916, recibió un diploma de Arnaldo da Brescia, una escuela pública. Su educación fue interrumpida a menudo por episodios de enfermedad. En 1916, entró al seminario de Brescia para convertirse en sacerdote, lo que finalmente logró el 29 de mayo de 1920, celebrando su primera Misa en Concesio en la Iglesia Madonna delle Grazie, que estaba cerca de la casa de sus padres. Montini concluyó sus estudios en Milán con un doctorado en Derecho Canónico ese mismo año. Más tarde estudió en la Pontificia Universidad Gregoriana, en la La Sapienza y, a petición de Giuseppe Pizzardo, en la Academia Pontificia Eclesiástica. En 1922 a la edad de 25 años, y a petición de Giuseppe Pizzardo, Montini entró a la Secretaría de Estado de la Santa Sede, donde trabajó junto con Francesco Borgongini Duca, Alfredo Ottaviani, Carlo Grano, Domenico Tardini y Francis Spellman.

PONTIFICADO
ELECCION
Montini fue visto generalmente como el más probable sucesor del papa Juan XXIII, a causa de su cercanía a él, y a Pío XII, por su experiencia pastoral y administrativa, y su visión y determinación. Juan, un recién llegado al Vaticano a los 77 años, se sintió muchas veces desbordado por la profesional Curia romana, en cambio Montini sabía mucho sobre su funcionamiento interno. A diferencia de los cardenales papables de Bolonia y Génova, Montini no se identificaba ni con la izquierda ni con la derecha, ni fue visto como un reformista radical. Además era visto como el más probable de continuar con el Concilio Vaticano II, ya que, sin resultados tangibles, había durado más de lo previsto por el Papa Juan, que tuvo una visión, pero no una agenda clara. Su retórica parece han tenido una nota de exceso de optimismo, una confianza en el progreso, que era característico de la década de 1960. Cuando Juan XXIII murió de cáncer al estómago, el 3 de junio de 1963, Montini fue elegido para el papado en el cónclave siguiente y tomó el nombre de Pablo VI.

Según palabras del mismo Montini, él sabía lo que venía. Escribió en su diario: "La posición es única. Me trae gran soledad. Yo era solitario antes, pero ahora mi soledad llega a ser completa e impresionante...". Pero no tenía miedo a la nueva soledad que se esperaba de él. Reconoció que sería inútil buscar ayuda fuera, o de confiar todo a los demás. Se veía tan solitario, con Dios. La comunicación con Él debía ser completa e inconmensurable.

Pablo VI acabó con gran parte del esplendor del papado. Fue el último Papa hasta la fecha en ser coronado, su sucesor el Papa Juan Pablo I sustituirá la coronación pontificia (que Pablo ya había modificado sustancialmente, pero que dejó como obligatoria en 1975 en su Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo), con una toma de posesión del Papa. Pablo VI donó su propia tiara papal, un regalo de su antigua archidiócesis de Milán, a la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington DC (en donde está en exhibición permanente en la cripta) como un regalo a los católicos estadounidenses. En 1968, con el motu proprio Pontificalis Domus, suspendió la mayor parte de las funciones ceremoniales de la antigua nobleza romana en la corte papal, con excepción de los Asistentes Príncipe al Trono Papal. También abolió la Guardia Palatina y la Guardia Noble, dejando a la Guardia Suiza como el único cuerpo militar en el Vaticano.

TERMINA EL CONCILIO VATICANO II

Pablo VI decidió continuar el Concilio Vaticano II (el derecho canónico establece que un concilio se suspende luego de la muerte de un Papa), correspondiéndole abrir la segunda sesión el 29 de septiembre de 1963, las siguientes sesiones y el inicio de la aplicación de sus decretos a partir del 7 de diciembre de 1965, cuando concluyó la cuarta y última sesión conciliar. Su pontificado, por tanto, estuvo marcado por la concreción del espíritu del Concilio en la renovación y modernización de la Iglesia católica y de sus enseñanzas. Frente a las interpretaciones en conflicto y las controversias, dirigió la puesta en práctica de sus objetivos de reforma, que incluía la mayor revisión a la Liturgia de la Iglesia jamás hecha, y la primera revisión importante desde el Concilio de Trento, que tuvo lugar 400 años antes del Concilio Vaticano II.

MUERTE
Pablo VI dejó el Vaticano, el 14 de julio de 1978, para ir a la residencia papal de Castel Gandolfo, visitando en su camino la tumba del cardenal Giuseppe Pizzardo, que lo había hecho ingresar al Vaticano de medio siglo antes. Aunque se encontraba enfermo, estuvo de acuerdo en reunirse con el nuevo presidente italiano Sandro Pertini durante más de dos horas. Por la noche vio una película del Oeste en televisión, feliz sólo cuando vio "los caballos, los animales más hermosos que Dios había creado". Tenía problemas respiratorios y necesitaba oxígeno. Al día siguiente, domingo, en la Fiesta de la Transfiguración, se encontraba cansado, pero quería rezar el Ángelus. No fue capaz, ni pudo permitirse hacerlo, y se mantuvo en cama, aumentando su fiebre.

Desde su cama, participó en la misa del domingo a las 6 de la tarde, comulgando. Después de ello, el Papa sufrió un infarto masivo de miocardio, después de lo cuál continuó luchando por su vida durante tres horas. El 6 de agosto de 1978, a las 21:41, el Papa Pablo VI murió en Castel Gandolfo.

Pablo VI fue enterrado bajo el suelo de la Basílica de San Pedro con los otros papas. En su testamento, pidió ser enterrado en "tierra verdadera" y por lo tanto, no tiene un sarcófago decorado, sólo una tumba en el suelo.
"La caridad no entra al cielo, hasta que la humildad le abra las puertas"

AFECTISIMO EN CRISTO Y MARIA

Sem Juan de Dios Castillo Encinas
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Re: Invitado especial: S.S. Pablo VI (semana del 18 de junio)

Notapor lia mera figueroa » Mié Jun 20, 2012 1:49 am

Los que tuvimos la Gracia de participar de una auduencia del Papa Pablo VI hemos quedad prendadnos con su mirada-El miraba directamente a los ojos de cadauno que estaba a su paso una mirada cn amor como sinos mirara adentro del alma-y sus mensajes muy humanos y tan inequívocamente divinos-
Frente al misterio de la muerte Pablo VI siente el deber de celebrar el don de la vida,con estusiaimo,con alegría co gratitiddijo-decía "Señor te agradezco poruqe me has llamado a la vida, ,y todavía mas,porque haciéndome cristiano me has reengrendado y destinado a la plenitud de la vida" - -"Cierro los ojos sobre esta tierra dolorosa,dramática y ,magnífica,llamando,todavía una vez sobre ella la divina Bondad"-
En el termino de un desde dicienbre de 1974 a diciembre de 1975 deja tres documentos magníficos´
La reconciliación destro de la Iglesia(8-12-74)
La alegría cristiana (9 -5-75)
La evangelización del mundo contemporanio( (8-12-75)
El29 de junio destividad de san pedro y San pablo,el sermón fué una magnífica prodesión de fe.-
Pablo VI murió el 6 de agosto (enCastelgandolfo).,exactamente el día que 14 años antes,hsbía firmado la encíclica sobre el diálogo en la Iglesia-
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