1. El nombre “gregoriano” está dado en honor a San Gregorio Magno. Explique por qué se honra a este Papa con el nombre del canto oficial, si se sabe que no escribió ninguna de obras de este repertorio.
A Gregorio I, llamado después Gregorio Magno (el Grande) y sus antecesores inmediatos se les atribuye la reforma y la unificación del repertorio tan diverso de canto litúrgico. Ocupó el papado de 590 a 604 y durante mucho tiempo se tuvo la errónea idea de que él era el autor del repertorio actual Gregoriano, que por cierto se llama así en honor a el y que recibió su nombre a partir del siglo VIII
2. Identifique el orden en el que ocurrieron estas innovaciones en la notación musical y explique en qué forma facilitaron la memorización y fijación de los cantos.
(Tetragrama – neumas - línea roja - dos líneas de distinto color)
Investigue de qué colores eran los más frecuentes para estas líneas.
Fue el enriquecimiento y la progresiva complicación del repertorio lo que suscitó la necesidad de una notación. Se descubre un primer esbozo con los neumas, una combinación de barras y de puntos que aparece en ciertos fragmentos de los manuscritos a mediados del siglo XI y que deriva indudablemente de los acentos de la escritura literaria.
Las barras, inclinadas, corresponden a las notas agudas, los puntos a las notas graves. Estos signos, superpuestos a las sílabas del texto que va a cantarse, no dan ninguna indicación sobre los intervalos ni la altura absoluta de los sonidos. No constituyen sino un “memorándum”, más que de intervalos exactos, de matices interpretativos, los cuáles el cantor ejecutará, a condición de que ya conozca la melodía.
En el transcurso del siglo X, un monje que ha quedado en el anonimato tuvo la idea de trazar una línea representando un sonido de referencia concreto, y encima y debajo de la cual se ordenaban los neumas. El siguiente paso fue la utilización de dos líneas de diferente color. El proceso siguió hasta constituir el tetragrama (conjunto de 4 líneas, que es el rayado definitivo sobre el que se escribió el canto Gregoriano.
No fue sino hasta fines del siglo X que aparece el nombre de Guido D’Arezzo, un monje benedictino a quien se le atribuye la solmización (designación de las notas por las primeras sílabas del himno a san Juan Bautista, Ut queant laxis Re sonare fibris) Las notas iniciales de este himno resultaron ser precisamente las de la escala diatónica (Ut-re-mi-fa-sol-la-si) Posteriormente el Ut fue cambiado por la sílaba Do.
Guido asimismo, sentó las bases para un sistema de notación alfabética del que se encuentran aún algunas reliquias en la terminología anglosajona y alemana, donde “A” significa la, “B” si bemol, “C” do, etc. actualmente en uso en métodos populares de guitarra y otros instrumentos, para designar los acordes.
Lo importante es este apartado es considerar la gran utilidad de un sistema de notación, el cuál, ya desde la aplicación de los primeros neumas, permitió la conservación de las melodías con un máximo de pureza, mediante la hechura de los célebres manuscritos.
Desde el siglo XI, el pentagrama de cuatro líneas se difundió por toda Italia, el país más avanzado en este campo, y de allí pasó a Francia. No fue sino hasta el siglo XIII que el pentagrama apareció en España en el siglo XIII.
Guido de Arezzo describió un sistema de cuatro líneas, una de ellas de color amarillo que sería ut (posteriormente se convirtió en do) y una roja indicando el fa, lo que daría origen más tarde a la notación de las claves
3. Copie el texto completo del himno a san Juan Bautista (Ut queant laxis…) y una traducción al español. Escuche el himno y clasifíquelo en una de las tres categorías estudiadas (melismático, pneumático o silábico).
UT QUEANT LAXIS RESONARE FIBRIS
Ut queant laxis resonare fibris
Mira gestorum famuli tuorum,
Solve polluti labii reatum,
Sancte Joannes.
Nuntius celso veniens Olympo,
Te patri magnum fore nasciturum,
Nomen, et vitae seriem gerendae
Ordine promit.
Ille promissi dubius superni,
Perdidit promptae modulos loquelae:
Sed reformasti genitus peremptae
Organa vocis.
Ventris obstruso recubans cubili
Senseras Regem thalamo manentem:
Hinc parens nati meritis uterque
Abdita pandit.
Sic decus Patri, genitaeque Proli,
Et tibi compar utriusque virtus,
Spiritus semper, Deus unus, omni
Temporis aevo.
HIMNO A SAN JUAN BAUTISTA
Con el objeto de que nuestras voces
Puedan cantar tus grandes maravillas,
Desata nuestros labios mancillados,
Oh San Juan el Bautista.
Un Angel del Señor trajo a tu padre
La nueva de que pronto nacerías,
Y le dictó tu nombre y le predijo
El curso de tu vida.
Pero como dudara de estas cosas
Perdió la voz y el habla Zacarías,
Y sólo las halló cuando tus ojos
Vieron la luz del día.
Desde el vientre materno presentiste
A tu Rey en el Vientre de María,
Y al revelárselo a Isabel mostraste
Lo que después serias.
Gloria al Padre celeste, gloria al Hijo
Que engendrado por Él en Él habita,
Y gloria al Paracleto que los une,
Por tiempos sin medida.
Es de estilo neumatico
4. Escuche algunos cantos gregorianos del ordinario. Se sugiere los Kyries de Angelis, Orbis Factor, Fons Bonitatis. (Se pueden escuchar en
http://youtu.be/O4T4BkXvSPw ,
http://youtu.be/xmkhk9Z8Lu4 ,http://youtu.be/E0Q825shqIo)
Investigue la razón para estos nombres y comparta sus hallazgos con los demás participantes.
Los Kyries. Kyrie significa “Señor”;
Los Kyries, en realidad, son las últimas invocaciones de las Letanías de los Santos, las-cuales solían cantarse en Roma al dirigirse el pueblo de la iglesia de reunión a la “estacional”, para celebrar la Misa. Es lo que sucede todavía hoy en la Misa del Sábado Santo y en la de la Vigilia de Pentecostés. También eran las aclamaciones con que el pueblo respondía a las preces que, en los primeros siglos, formulaban los diáconos, en nombre de todos, al comenzar la Misa, como para señalar las intenciones por las cuales se debía ofrecerla; preces que por su estilo letánico, se fijó hacia el siglo IX, repitiéndose hasta entonces esas invocaciones, tres, seis, doce, cuarenta, y más veces.
Fue costumbre durante la Edad Media, desfigurar el texto de los Kyries con frases interpuestas llamadas tropos, cada una de cuyas sílabas se adaptaba a una nota de los largos neumas gregorianos que adornaban estas invocaciones. Los títulos “fons bonitatis”, “cum júbilo”, etc., con que todavía son conocidos por el vulgo ciertos Kyries, y que se conservan todavía en los libros oficiales de canto, son las primeras palabras de los correspondientes “tropos” primitivos.
El primer Kyrie, del nº 11 de la edición Vaticana del Kyriale, intitulado "Fons bonitatis", rezaba así: "Kyrie, fons bonitatis, Pater ingénite, a quo bona cuncta procedunt eléison": ("Oh, Señor, fuente de bondad, Padre no engendrado, de quien proceden todos los bienes, ten piedad de nosotros!"). El de los Domingos empezaba así: "Kyrie, orbis factor, rex aeterne, eléison": ("Oh, Señor, hacedor del orbe, rey eterno, ten piedad de nosotros"). Así por el estilo eran los demás.
5. En las obras anteriores, cuente el número de veces que escucha las palabras “Kyrie eleison”, “Christe eleison” y “Kyrie eleison”. ¿Nota alguna diferencia con nuestra práctica actual de decir dos veces “Señor ten piedad”, dos veces “Cristo ten piedad” y dos veces “Señor ten piedad”? ¿Qué razones existen para esta diferencia?
Este introito se repetia tres veces,para hacer resaltar el sentido trinitario. Actualmente dos veces con la finalidad de hacer participe a los congregados de la celebracion