Magnífica fuente biográfica en donde también aparece su recorrido físico por España.
En su "Mística Ciudad de Dios" -inspirada directamente por la Virgen María y Jesucristo, según varios Papas-, narra la sorprendente Sor María de Jesús de Agreda la aparición de la Virgen a Santiago en Zaragoza y Granada con gran profusión y describe igualmente su predicamento por tierras españolas y su muerte y retorno a España ya muerto. Estos relatos son, sin duda, los más extensos y detallados de la bibliografía eclesiástica sobre las andanzas del Apóstol Santiago, Patrono de España, por Iberia. Y el libro de la Venerable agredeña fue, en su tiempo, más leído y comentado que los propios Evangelios y Nuevo Testamento (de ahí su gran importancia santiaguista).
Cuenta nuestra fascinante mística agredeña que Santiago o Jacobo, hermano de San Juan, salió de Jerusalén para predicar en España (entonces Iberia) el 20 de agosto del año 35 y que retornaría a Jerusalén cuatro años después, pasando primero por Efeso, donde contaría a San Juan los prodigios acaecidos en España.
La Virgen María le tuvo en gran aprecio al Apóstol Santiago y en España se le apareció en Granada (hecho que solo narra Sor María Jesús de Agreda) y en Zaragoza. Desembarcado en Cartagena, Santiago se dirigió a Granada acompañado de 12 discípulos y allí fueron prendidos por varios judíos que se dispusieron a degollarlos, pero en el momento preciso apareció la Virgen y fueron liberados.
Esto aconteció del siguiente modo. María supo del peligro que corría Santiago e intercedió por él ante Jesucristo, quien dispuso para ello de los mil ángeles que atendían a María, ante quien se aparecieron en forma humana "y sin dilación alguna la recibieron en un trono formado de una hermosa nube y la trajeron a España sobre al campo donde estaban Santiago y sus discípulos aprisionados". Los judíos que les habían apresado se desmayaron del susto ,"los demonios que les asistían y provocaban cavaron desmayados al suelo" y los ángeles pusieron en libertad a Santiago y los discípulos.
María "le ordenó su peregrinación, y mandó a cien ángeles de los de su guarda que acompagasen al apóstol, y le fuesen encaminando y guiando de unos lugares a otros, y en todos le defeniesen a ély a sus discípulos". Santiago evangelizaría por Andalucía, luego por Toledo, Portugal, Galicia, Astorga y por diversos lugares hasta llegar a La Rioja, desde donde se dirigió a Tudela y finalmente se detuvo en Zaragoza, convirtiedo por todas partes a muchas personas.
Cuatro días antes de que María emprendiera la marcha a Éfeso se le apareció Jesucristo, quien le ordenó que fuese a Zaragoza para decirle a Santiago que regresara a Jerusalén una vez que construyese un templo y lo dedicara a María. La Virgen, fue llevada por los aires sobre "un trono real de una nube refulgente, acompañada por un número grande de serafines de Jesucristo y por los mil ángeles marianos que tenía como "escolta".
Llegados a Zaragoza comenzaron a cantar, acompañados con una música especial que atrajo al lugar a Santiago y sus discípulos. Una vez allí María le habló y Santiago construiría el primer templo cristiano del mundo en torno a un pilar de marmol o jaspe sobre el que puso una talla de María. Ambos objetos -pilar y estatua de María- se la entregaron a Santiago los mismos ángeles. Tenía entonces la Virgen 54 años, tres meses y veinticuatro días, según la "Venerable".
Martirio de Santiago y regreso a España
Poco más de un año de esta aparición en Zaragoza llegó Santiago a Éfeso, donde moraba María al cuidado de San Juan Evangelista y donde predicaba y realizaba numerosos milagros. Es en este momento de "La Mística Ciudad de Dios" cuando Sor María de Jesús de Ágreda afirma que Santiago-Jacobo era sobrino de la Virgen. La monja agredeña dice que Santiago, que estaba protegido por cien ángeles, abandonó Zaragoza y desde Cataluña se embarcó para Italia y desde allí se embarcó para Éfeso, donde nada más llegar se postraría a los pies de María. Días después ésta le predijo su martirio en Jerusalén, a la vez que le prometió que le reconfortaría en tales momentos.
Ya en Jerusalén, Santiago siguió predicando y convirtió a dos magos, Hermógenes y Fileto, trás una disputa taumatúrgica, si bien volvieron al paganismo tiempo después. El sumo sacerdote de Jerusalén, Abiatar, se confabuló con el escriba Josías y con dos centuriones romanos, Demócrito y Lisias, para prender a Santiago mientras predicaba y luego le degollaron, siendo así el primer apóstol martir. María, como le había prometido, le asistió en este martirio y llevó su alma al cielo, junto a la Trinidad. Murió Santiago -dice la Venerable- en el año 41, un 25 de marzo, cinco años y siete meses después que saliera de Jerusalén para predicar en España.
Esa misma noche recogieron el cadáver sus discípulos y en Jope embarcaron camino de Galicia guiados por un ángel y llegaron a las tierras gallegas el 25 de julio, fecha en la que se celebra su festividad, según afirma la mística agredeña inspirada al efecto por la Virgen y Jesucristo (al menos así lo aseguró la Iglesia Católica en su momento).