.Leyenda: SANTA OROSIA LA DE JACA.
PATRONA DE JACA, o LOS ENDEMONIADOS, o PATRONA DE LOS ESPIRITUADOS. Llegada desde Europa a tierras peninsulares para casarse con un príncipe visigodo, Orosia fue apresada por unos musulmanes. Su jefe se enamoró de ella y ante sus negativas le cortó la cabeza, los brazos y las piernas y la escondió en una cueva de Yebra de Basa. Un pastor encontró los restos tras la advertencia de un ángel, llevándoselos a Jaca (Huesca). Sus reliquias serán famosas por tener la propiedad de espantar a los demonios.
La versión más tradicional y extendida de la vida de Santa Orosia, nos cuenta que la santa nació en la ciudad Bohemia de Laspicio en el año 855. Sus padres fueron los duques de Boriborio y Ludmila. A los quince años de edad fue casada mediante poderes con el místico rey aragonés Fortún Garcés. Cuando la joven Orosia fue enviada a Aragón le acompañaron su tío Acisclo, obispo de Lusacia, y su hermano el príncipe Cornelio. Al cruzar la cordillera pirenaica, los árabes avisaron a Aben Lupo de Tena, lugarteniente de Muza Abensazín, el cual organizó un ejército para capturar la comitiva.
Fueron localizados en Yebra de Basa y, conscientes del peligro, huyeron monte arriba y se escondieron en una cueva. El obispo y el príncipe fueron asesinados. Tras ello, Aben Lupo, prendado de la belleza y juventud de Orosia, le propone casar con Miramamolín de Córdoba. Al no aceptar, empieza el martirio. Primero le cortan las manos y los pies, finalmente cae la cabeza. Sus restos fueron esparcidos por la explanada del Puerto.
No se sabe quién los exhumó. Dicen que fue obra de los ángeles. En la madrugada del 25 de junio de 1072, el pastor Guillén de Guasillo recibe la siguiente orden:
"Levanta pastor y oye las órdenes de tu Dios y Señor".
Éste, guiado por el ángel, llegó donde estaban los restos de la mártir desde hacía tres siglos. Cogió los huesos y, cumpliendo el encargo, dejó la cabeza en Yebra y el Cuerpo en Jaca, donde se encuentran actualmente.
Los atributos de Santa Orosia son la corona y el cetro real, por ser hija de príncipes y esposa de rey, además de la palma del martirio.
Su ámbito de influencia e intercesión se centra en las catástrofes naturales, tales como sequías, plagas y pestes, además de la liberación de los demonios y los malos espíritus. No faltan tampoco los milagros atribuidos a la santa, casos personales como curaciones, devoluciones de los sentidos, resurrecciones, etc.
Santa Orsia, Grabado de principios del siglo XX.Cuando las reliquias se acercaban a Jaca, las campanas comenzaron a sonar solas anunciando la llegada. Ese año las montañas obtuvieron su mejor cosecha.
Los ángeles cuidaron de dar honorífico sepulcro a Santa Orosia y recogieron sus reliquias y las colocaron en aquél monte. Aquí estuvieron escondidas, habiéndose perdido la noticia del soberano tesoro, hasta que, a un pastor, se le manifestó el cuerpo y la cabeza, pidiéndole que dejara la cabeza en Yebra de Basa y llevara el cuerpo a la Santa iglesia de Jaca, donde permanece incorrupto, desprendiendo singular fragancia.
En la cumbre de aquel dichoso monte de Yebra, y donde está la fuente referida, hay una ermita llamada de Santa Orosia, y antes de llegar a dicho sitio se ve debajo de una peña, otra iglesia donde se conservan las reliquias de San Acisclo, San Cornelio y la real comitiva, todas revueltas.
En este monte se hallan piedras de prodigiosas formas. Algunas son como conchas de mar y los peregrinos se las ponen en sus sombreros.
Santuario Santa Orsia y Peña Oturia.El culto y la fiesta dedicada a Santa Orosia se basa en la celebración de dos grandes romerías, independientes entre sí, el día 25 de junio, una a Jaca -sede del Cuerpo- y otra a Yebra de Basa -sede de la Cabeza- por parte de los fieles de la comarca. Además, se celebran otras romerías menores durante el año, entre las que destaca con diferencia la del Domingo de la Santísima Trinidad, cuando los Romeros de Jaca, Val Ancha, Val Estrecha, Campo de Abena y Guasillo, ataviados con ropón y palo se dirigen a Yebra.
El día 25, a primera hora de la mañana, saldrán a la Puerta de las Monjas, a recibir a las cruces de las Tres Veredas. Todos juntos irán en procesión a la catedral. Allí, tras la misa solemne, se saca la urna de la Santa, junto con la de los santos pinatenses Félix y Voto e Indalecio y comienza la procesión por las calles de Jaca, en la que participan todas las fuerzas vivas de la ciudad, así como los cruceros y romeros antedichos. La procesión termina en la Plaza Biscós, sede del desaparecido Templete. Allí, se abre la urna que guarda los restos de la Santa, y se muestra solemnemente al público.
Hay dos versiones:
1. Era sobrina de San Acisclo, Obispo de Huesca en el Siglo VIII.
2. Una princesa que vino desde Bohemia a casarse con un príncipe visigodo.
Ambas versiones coinciden en que Orosia y sus acompañantes buscaron refugio en los Pirineos pero fueron sorprendidos por tropas islámicas. La joven Orosia rechazó proposiciones matrimoniales por parte del jefe de la morisma, para no abandonar su fé en Cristo, lo que supuso su martirio y posterior descuartizamiento.
En el Siglo XI, 300 años después de estos hechos, la Virgen se apareció a un pastor, que cuidaba un rebaño de ovejas en Yebra de Basa, para revelarle la historia del martirio de Orosia y la ubicación de las reliquias, expresando su deseo de que se erigiera una ermita en ese mismo lugar. Allí se veneraría la cabeza de la Santa, mientras que el resto de su cuerpo se trasladaría a Jaca, ciudad a la que Sancho Ramírez había concedido un Fuero que era modélico para su época. Este impulsaba su desarrollo y el asentamiento de población al designarla capital del Reino de Aragón que empezaba a despuntar.
Sancho Ramírez también fomentó un cambio en el Camino Francés del Camino de Santiago que, durante los siglos IX y X, había utilizado, para atravesar los Pirineos, la antigua vía militar romana del Puerto del Palo y que seguía por el Monasterio de Siresa hasta Berdún. Sancho Ramírez potencia el camino por Somport y Jaca, lo que suponía el paso obligado por la nueva capital. Las reliquias milagrosas de Santa Orosia fortalecían la importancia de Jaca y su influencia, social y religiosa, se propagaría por el Camino de Santiago.
El primer milagro de Santa Orosia se produjo cuando el pastor, cumpliendo el mandato de la Virgen, se acercaba a Jaca portando las reliquias en su zurrón. Todas las campanas de la ciudad rompieron, solas, a tañer a gloria. Esta historia se puede contemplar en las pinturas al fresco que adornan la Capilla de Santa Orosia, recientemente descubiertos, en la Catedral de Jaca.
Las reliquias están en una urna de plata que ocupa el centro del altar mayor, a ambos lados reposan los restos de San Indalecio, discípulo del Apostol Santiago y de San Félix y San Voto fundadores del Monasterio de San Juan de la Peña.
No sabemos cómo Santa Orosia se convierte en patrona de los endemoniados o "espirituados", como se les denomina en la zona, pero lo cierto es que hasta 1947, año en que el Obispo de Jaca prohibió su asistencia, la procesión reunía a los endemoniados de toda la redolada y hasta de la vecina región francesa del Bearn, donde Santa Orosia gozaba también de gran devoción.
Los pobres enfermos, en su mayoría mujeres, iban detrás de la urna, con los dedos atados con cordeles. Durante el recorrido aumentaba la tensión, llegando al paroxismo cuando la personoa enferma se situaba bajo las andas que sostenían la urna. En medio de terribles ataques nerviosos, si lograba romper las ataduras de sus dedos, se interpretaba que la Santa la había librado milagrosamente de los demonios que invadían su cuerpo.
Existe un reportaje fotográfico realizado F. de las Heras en los años 1920 en donde se pueden apreciar imágenes de estos hechos que constituyen un documento etnológico de gran valor.
Ahora la procesión, que se sigue celebrando el 25 de junio, conserva muchos de sus antiguos elementos. La formación de la procesión a la salida de la Catedral, en el gran pórtico románico es impresionante: Un abanderado abre paso, detrás los maceros del Ayuntamiento lucen antiguos trajes con los colores de Aragón, marchando al monótono ritmo de cornetas y timbales.
La urna de plata con las reliquias de la Santa va a hombros de los cofrades. Les preceden los danzantes de castañuelas, ataviados con trajes de calzón blancos adornados en azul, tocados con sombreros de cintas multicolores. Mientras interpretan las antiguas danzas a las ordenes del mayoral, llevan un clavel en la boca durante toda la procesión.
También los gastadores del Batallón de Alta Montaña de Jaca, escoltan a la Santa. Siguen los danzantes de paloteado que interpretan antiguas danzas guerreras al son del chiflo y el chicoten, curioso tambor de cuerdas. Los danzantes visten los tradicionales trajes de calzón y chaleco de color negro, adornados con mantones cruzados en la cintura y bandas de seda sobre el pecho.
El Obispo de Jaca, con los símbolos de su autoridad y rodeado del Cabildo, participa en la procesión así como las autoridades civiles y militares de la ciudad. Todo ello discurre por el pasillo formado por los romeros, alrededor de 60, ataviados con grandes capas pardas y que portan las cruces parroquiales de los pueblos a los que representan, todos ellos de los alrededores de Jaca.
Detrás, los jacetanos, muchos con trajes tradicionales, algunos con mejor intención que resultado, y la comunidad gitana de la ciudad, cuyas mujeres suelen ir descalzas en señal de devoción y respeto. Cierra la procesión la Banda Municipal. El recorrido finaliza en la Plaza de Biscós donde, en un templete que levantado al efecto, el Obispo muestra a los fieles los mantos y reliquias de Santa Orosia para su veneración.
Esta procesión que sigue siendo un acontecimiento socio-religioso en la ciudad, tiene una presencia de espectadores foráneos testimonial cuando merecería una mayor resonancia, quizá el motivo sea que en el mismo día se celebra en Yebra de Basa la renombrada romería en honor de Santa Orosia, mucho mas conocida.
Sin embargo esta procesión contiene, aparte de su significado religioso, elementos dignos de contemplar que nos retrotraen a tiempos pasados, un gozo para los fotógrafos de la España profunda y, también, una fecha ideal para empezar el Camino de Santiago desde la ciudad de Jaca.
A finales del siglo XVII se reconstruye el claustro, sustituyendo el románico, que por entonces presentaba un aspecto ruinoso, por el actual de factura barroca, y se erige una nueva capilla dedicada a Santa Orosia, patrona de Jaca. Esta capilla hará las funciones de Parroquia de la Catedral. El retablo, dedicado a su titular, es del s. XVIII. Las pinturas de paredes y cúpula muestran aspectos del martirio y milagros de su patrona.
A la procesión de Jaca acuden cruces de más de sesenta localidades desde la margen derecha del río Gállego hasta el límite con Navarra. Los pueblos de la margen izquierda del Gállego acuden al monte Oturia, en una de las romerías más espectaculares de toda España. El ascenso a casi 2.000 metros de altura por los cortados del puerto de Yebra, donde se mezclan fuentes, cuevas, ermitas, cascadas y sílex trabajados, convierte el espacio en un lugar mítico, donde la energía acumulada se apodera del testigo.
TRADICION:Claramente relacionada con el solsticio de verano, Santa Orosia tiene una importancia fundamental para entender la civilización pirenaica. El historiador francés R. Ancely relata como en el siglo XVIII acudían a Jaca más de 500 bearneses, muchos de ellos afectados de maleficio o posesión. Lo que hoy se diagnosticarían como simples depresiones psicológicas y deficiencias psíquicas debidas a la fuerte endogamia pirenaica, tiempo atrás creó la figura de las espirituadas o espirituadas (en su mayoría eran mujeres) que durante siglos acudían cada 25 de junio a la Catedral de Jaca en busca de sanación.
En torno al culto a Santa Orosia se ha conservado una ancestral pareja de instrumentos (el chiflo o chicotén, una flauta de tres agujeros y el salterio o tambor de cuerdas) que sólo han permanecido en los Pirineos (Zuberoa, Roncal, Aspe, Ossau y Viejo Aragón) claramente vinculados, en el caso español, al rito de Santa Orosia. Chiflo y salterio, melodía y ritmo, ponen la música a un dance que palos y castañuelas convierten en trance.
Es patrona de Jaca y su diócesis, además de Yebra de Basa.
Su fiesta se celebra el 25 de junio.Enlaces:
http://www.jaca.es/cultura_sorosia.phphttp://www.andarines.com/culturapopular/santa.htmhttp://www.elperiodicodearagon.com/noti ... 26165.htmlhttp://kunzuilh.blogspot.mx/2009/04/cat ... -jaca.htmlhttp://www.turismodearagon.com/web/imgA ... _file=2355