por lucoba » Mar Abr 02, 2013 1:31 am
1. ¿Por qué es tan importante inculcar en los alumnos una adhesión al Sumo Pontífice?
Todo creyente católico cristiano sabe que fue el mismo Cristo quién eligió a su sucesor, o sea a Pedro como primer Papa, y que así ha venido sucediendo hasta ahora, y que al ser el Papa el sucesor del mismo Cristo es Él quien lleva a la Iglesia confiándole tanto a Él como a sus demás apóstoles las llaves del Reino; es nuestra Máxima autoridad.
Es importante entonces inculcar en nuestros alumnos:
La adhesión de mente, corazón y voluntad al Sumo Pontífice, pastor supremo de la Iglesia, debe tener un lugar destacado. Esta adhesión brota de la fe en las palabras con las que Cristo anunció a san Pedro su función de principio y fundamento visible y perpetuo de la unidad de la Iglesia, «Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16, 18), confiándoles las llaves del Reino para disponer lo que más convenga a la vida y misión de la misma. Debemos promover entre los jóvenes la oración por el Vicario de Cristo, atención e interés por sus enseñanzas, la sumisión filial y reverente a sus disposiciones, el apoyo entusiasta y operante a sus iniciativas y el respeto y estima hacia su persona. Estas mismas actitudes han de tener hacia los demás Obispos, como sucesores de los apóstoles y testigos de la verdad divina y católica.
2. Menciona 5 puntos en los que la Iglesia es responsable de la educación de la fe
I.- Compete a la Iglesia la misión no sólo de transmitir la fe sino también de educar a todos sus hijos en la fe, y esto sólo es posible si se vive la comunión en su seno. Comunión y misión son, pues, la clave de la tarea de formación que realiza la Iglesia en el mundo.
Como ya no lo decía el tema objetivo de este capítulo es mostrar que la Iglesia es la responsable de la educación en la fe: Ella es la Madre que ha engendrado a sus hijos y debe llevarles a la plenitud de la vida en Cristo.
II.- Toda la comunidad cristiana debe sentirse responsable de este servicio: El ministerio de la Palabra, ejercido en el seno de la comunidad cristiana por quienes tienen la misión de anunciar el Evangelio, es un servicio con unos rasgos diferenciadores: es un servicio único, realizado de modo conjunto por presbíteros, diáconos, religiosos y laicos, en comunión con el obispo; y aunque los sacerdotes, religiosos y laicos lo realizan en común, lo hacen de manera diferenciada, cada uno según su particular condición en la Iglesia (ministros sagrados, personas consagradas, fieles cristianos, así como catequistas). A través de ellos, en la diversidad de sus funciones, este ministerio ofrece de modo pleno la palabra y el testimonio completos de la realidad eclesial.
III.- Ya se ha señalado que la educación en la fe es responsabilidad de toda la comunidad cristiana. La iniciación cristiana, en efecto, no deben procurarla solamente los catequistas, los padres, los sacerdotes o los movimientos, sino toda la comunidad de los fieles. La misma educación permanente de la fe es un asunto que atañe a toda la comunidad. es una acción educativa de toda la Iglesia, realizada a partir de la responsabilidad peculiar de cada miembro de la comunidad, en un contexto o clima comunitario rico en relaciones, para que de los cristianos se incorporen activamente a la vida de dicha comunidad.
IV.- Los obispos diocesanos son los "primeros responsables de la catequesis; los catequistas por excelencia", dirá Juan Pablo II, y los que "fomentan y coordinan", como se ha lído en el Código, las iniciativas catequéticas en su diócesis.
El Directorio general para la catequesis indica que esta preocupación por la actividad catequética llevará al obispo a asumir la alta dirección de la catequesis en su Iglesia particular, lo cual implica asegurar en su Iglesia la prioridad efectiva de una educación en la fe activa y eficaz, promoviendo la participación de las personas, de los medios e instrumentos, así como de los recursos económicos necesarios.
V.- A los presbíteros corresponde muy directamente la responsabilidad y la misión de la educación en la fe en los diversos ámbitos y niveles de la vida cristiana, pues "como cooperadores que son de los obispos, tienen por deber primero el de anunciar a todos el Evangelio de Dios".