Sesión 9: El Apostolado
“La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado! Se llama “apostolado a toda la actividad del Cuerpo Místico que tiende a propagar el Reino de Cristo por toda la tierra”32
La catequesis debe capacitar al cristiano para vivir en comunidad y para participar activamente en la vida y misión de la Iglesia. El colegio debe fomentar a través de acciones concretas de apostolado la vivencia de la caridad cristiana y el compromiso personal de los miembros de la comunidad escolar con la construcción de un nuevo orden temporal, de acuerdo al misterio cristiano.
EL APOSTOLADO
Fundamento del apostolado seglar. Los cristianos seglares obtienen el derecho y la obligación del apostolado por su unión con Cristo Cabeza. Ya que insertos en el bautismo en el Cuerpo Místico de Cristo, robustecidos por la Confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, son destinados al apostolado por el mismo Señor. Son consagrados como sacerdocio real y gente santa (1P. 2, 4-10) para ofrecer hostias espirituales por medio de todas sus obras, y para dar testimonio de Cristo en todas las partes del mundo. La caridad, que es como el alma de todo apostolado, se comunica y mantiene con los Sacramentos, sobre todo de la Eucaristía.
El apostolado se ejerce en la fe, en la esperanza y en la caridad, que derrama el Espíritu Santo en los corazones de todos los miembros de la Iglesia. Más aún, el precepto de la caridad, que es el máximo mandamiento del Señor, urge a todos los cristianos a procurar la gloria de Dios por el advenimiento de su reino, y la vida eterna para todos los hombres: que conozcan el único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo (Jn 17, 3).
Por consiguiente, se impone a todos los fieles cristianos la noble obligación de trabajar para que el mensaje divino de la salvación sea conocido y aceptado por todos los hombres de cualquier lugar de la tierra.
1. El apóstol: enviado. Este término se deriva del griego apóstoles y significa enviado, veamos algunos usos que ha tenido en la historia:
El Antiguo Testamento lo usa a menudo con este sentido, indicando a la persona que es enviada oficialmente por el rey para representarlo.
Este mismo concepto se encuentra también para los profetas, aun cuando no se utilice directamente este término (cf. 1s 6, 8; 61, 1).
En el periodo posterior al destierro adquiere un significado más específico, por lo que también el sacerdote y el levita son llamados “enviados” por Dios con la función de enseñar al pueblo los preceptos de la Torá (2 Cr 177-9).
El Nuevo Testamento recibió en un primer momento el sentido veterotestamentario; pensemos, por ejemplo, en Pablo, que pidió al Sanedrín cartas para ser enviado, a Damasco (Hch 9, 2). Posteriormente se corrigió y se enriqueció este concepto.
El catecismo de la Iglesia en el numeral 863 nos dice que: “Toda la Iglesia es apostólica mientras permanezca, a través de los sucesores de san Pedro y de los apóstoles, en comunión de fe y de vida con su origen. Toda la Iglesia es apostólica en cuanto que ella es “enviada” al mundo entero; todos los miembros de la Iglesia, aunque de diferentes maneras, tienen parte en este envío. “La vocación, cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado”. Se llama “apostolado” a “toda la actividad del Cuerpo Místico” que tiende a “propagar el Reino de Cristo por toda la tierra”.
2. Fundamentos del apostolado.Los cristianos seglares obtienen el derecho y la obligación del apostolado por su unión con Cristo Cabeza. Ya que insertos en el bautismo en el Cuerpo Místico de Cristo, robustecidos por la confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, son destinados al apostolado por el mismo Señor. Son consagrados como sacerdocio real y gente santa (1 Pe 2, 4-10) para ofrecer hostias espirituales por medio de todas sus obras, y para dar testimonio de Cristo en todas las partes del mundo. La caridad, que es como el alma de todo apostolado, se comunica y mantiene con los Sacramentos, sobre todo de la Eucaristía.
El apostolado se ejerce en la fe, en la esperanza y en la caridad, que derrama el Espíritu Santo en los corazones de todos los miembros de Iglesia. Más aún, el precepto de la caridad, que es el máximo mandamiento del Señor, urge a todos los cristianos a procurar la gloria de Dios por el advenimiento de su reino, y la vida eterna para todos los hombres: que conozcan el único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo (Jn 17, 3).
3. Varios campos del apostolado. El capítulo 3 del decreto Apostolicam Actuositatem sobre el apostolado de los laicos nos habla de los diferentes campos en los que los laicos pueden ejercer su apostolado:
a) Las comunidades de la Iglesia: Los laicos tienen su papel activo en la vid ay en la acción de la Iglesia, como partícipes que son del oficio de Cristo Sacerdote, profeta y rey. Su acción dentro de las comunidades de la Iglesia es tan necesaria que sin ella el mismo apostolado de los pastores muchas veces no puede conseguir plenamente su efecto.
b) La familia: Habiendo establecido el Creador el mundo la sociedad conyugal como principio y fundamento de la sociedad humana, convirtiéndola por su gracia en sacramento grande… en Cristo y en la Iglesia (Cf. Ef., 5, 32), el apostolado de los cónyuges y de las familias tiene una importancia trascendental tanto para la Iglesia como para la sociedad civil.
c) Los jóvenes: Los jóvenes ejercen en la sociedad moderna un influjo de gran interés. Las circunstancias de su vida, el modo de pensar e incluso las mismas relaciones con la propia familia han cambiado mucho. Muchas veces pasan demasiado rápidamente a una nueva condición social y económica.
d) El medio social: El apostolado en el medio social, es decir, el esfuerzo por llenar de espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes, y las estructuras de la comunidad en que uno vive, hasta tal punto es deber y carga de los laicos, que nunca lo pueden realizar convenientemente otros.
e) Orden nacional e internacional: El campo del apostolado se abre extensamente en el orden nacional e internacional, en que los laicos, sobre todo, son los dispensadores de la sabiduría cristiana. En el amor a la patria y en el fiel cumplimiento de los deberes civiles, siéntanse obligados los católicos a promover el verdadero bien común, y hagan pesar de esta forma su opinión para que el poder civil se ejerza justamente y las leyes respondan a los principios morales y al bien común.
86. La catequesis capacita al cristiano para vivir en comunidad y para participar activamente en la vida y misión de la Iglesia. El Concilio Vaticano II señala a los pastores la necesidad de « cultivar debidamente el espíritu de comunidad » (264) y a los catecúmenos la de « aprender a cooperar eficazmente en la evangelización y edificación de la Iglesia ». (265)
– La educación para la vida comunitaria
a) La vida cristiana en comunidad no se improvisa y hay que educarla con cuidado. Para este aprendizaje, la enseñanza de Jesús sobre la vida comunitaria, recogida en el evangelio de Mateo, reclama algunas actitudes que la catequesis deberá fomentar: el espíritu de sencillez y humildad (« si no os hacéis como niños... » [Mt 18,3]); la solicitud por los más pequeños (« el que escandalice a uno de estos pequeños... » [Mt 18,16]); la atención preferente a los que se han alejado (« ir en busca de la oveja perdida... » [Mt 18,12]); la corrección fraterna (« amonéstale a solas tú con él... » [Mt 18,15]); la oración en común (« si dos se ponen de acuerdo para pedir algo... » [Mt 18,19]); el perdón mutuo (« hasta setenta veces siete... » [Mt 18,22]). El amor fraterno aglutina todas estas actitudes (« amaos unos a otros como yo os he amado » [Jn 13,34]).
b) En la educación de este sentido comunitario, la catequesis cuidará también la dimensión ecuménica y estimulará actitudes fraternales hacia los miembros de otras iglesias y comunidades eclesiales. Por ello, la catequesis, al proponerse esta meta, expondrá con claridad toda la doctrina de la Iglesia católica, evitando expresiones o exposiciones que puedan inducir a error. Favorecerá, además, « un adecuado conocimiento de las otras confesiones », (266) con las que existen bienes comunes como: « la Palabra de Dios escrita, la vida de la gracia, la fe, la esperanza y la caridad, y otros dones interiores del Espíritu Santo ». (267) La catequesis tendrá una dimensión ecuménica en la medida en que sepa suscitar y alimentar el « verdadero deseo de unidad », (268) hecho no en orden a un fácil irenismo, sino a la unidad perfecta, cuando el Señor lo disponga y por las vías que El quiera.
– La iniciación a la misión
a) La catequesis está abierta, igualmente, al dinamismo misionero. (269) Se trata de capacitar a los discípulos de Jesucristo para estar presentes, en cuanto cristianos, en la sociedad, en la vida profesional, cultural y social. Se les preparará, igualmente, para cooperar en los diferentes servicios eclesiales, según la vocación de cada uno. Este compromiso evangelizador brota, para los fieles laicos, de los sacramentos de la iniciación cristiana y del carácter secular de su vocación. (270) También es importante poner todos los medios para suscitar vocaciones sacerdotales y de especial consagración a Dios en las diferentes formas de vida religiosa y apostólica, y para suscitar en el corazón de cada uno la específica vocación misionera.
Las actitudes evangélicas que Jesús sugirió a sus discípulos, cuando les inició en la misión, son las que la catequesis debe alimentar: buscar la oveja perdida; anunciar y sanar al mismo tiempo; presentarse pobres, sin oro ni alforja; saber asumir el rechazo y la persecución; poner la confianza en el Padre y en el apoyo del Espíritu Santo; no esperar otro premio que la dicha de trabajar por el Reino. (271)
b) En la educación de este sentido misionero, la catequesis preparará para el diálogo interreligioso, que capacite a los fieles para una comunicación fecunda con hombres y mujeres de otras religiones. (272) La catequesis hará ver cómo el vínculo de la Iglesia con las religiones no cristianas es, en primer lugar, el del origen común y el del fin común del género humano, así como el de las múltiples « semillas de la Palabra » que Dios ha depositado en esas religiones. La catequesis ayudará también a saber conciliar y, al mismo tiempo, distinguir el « anuncio de Cristo » y el « diálogo interreligioso ». Ambos elementos, manteniendo su íntima relación, no deben ser confundidos ni ser considerados equivalentes. (273) En efecto, « el diálogo intereligoso no dispensa de la evangelización ». (274)
El catequista tiene un gran celo apostólico y conciencia de la misiónEn muchas de nuestras comunidades cristianas, el acoso y el proselitismo de las sectas ha causado división, enfrentamiento y alejamiento de la verdad para algunos de nuestros hermanos, ¿qué hacer?
Se requieren apóstoles de Jesús que actúen en su nombre y con la autoridad dada a su Iglesia hace 2,000 años. Se requieren catequistas conscientes de su misión que denuncien las mentiras de las sectas, las ideologías del mundo y las injusticias, esta tarea es de todos: ¿te atreves?.
a) Celo apostólico: misión del apóstolLo más importante, lo primero, es forjar en cada catequista la personalidad y el corazón del apóstol celoso, consciente del sentido de su misión. El catequista ha sido llamado a ser apóstol, no simplemente a hacer apostolado.
El amor a Cristo lleva al catequista a identificarse con él, y con su amor ardiente por la humanidad. Entonces se siente contagiado por la urgencia y el deseo apasionado de luchar infatigable y ardientemente por anunciar y extender el Reino por todos los medios posibles, lícitos y buenos, hasta conseguir que Jesucristo reine en el corazón de los hombres y de las sociedades.
Un catequista con celo apostólico no se conforma con cumplir medianamente las tareas correspondientes a su cargo. Se convierte en cambio en el apóstol que sirve de guía a sus hermanos, los conoce, los convence, se entrega por ellos:
•El catequista debe ser capaz de hablar, como Cristo, como san Pablo, en el campo o en la ciudad, en una barca, en un viaje, en una reunión familiar.
•El catequista podría, a veces, pensar que en su misión es él el personaje central; nuestra misión es, sin embargo, poner a las gentes frente a frente con Cristo. Dejarles el uno al otro y desaparecer.
•Lo único importante para el catequista es que Cristo sea anunciado, conocido y amado.
En la catequesis no se van a cosechar triunfos personales, ni a ser la figura principal:
Cristo es la única figura.
El catequista – apóstol ha de ser:
•Humilde, manifestada en la rectitud de intención, en el rechazo de los deseos de vanidad y de vanagloria, etc.
•Como un padre de familia que cuida de los suyos, y da a cada uno lo que necesita (Mt 13, 51-52), no lo que a él le parece.
•El catequista como predicador de Cristo tendrá que acostumbrarse en ocasiones a ser impopular, a ir contra corriente, si verdaderamente busca la salvación de las almas y la extensión del Reino de Cristo.
b) Jesús: vida de las obras del catequistaSi el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles. ¿Quiénes son los que trabajan en la construcción? Todos los que predican la Palabra de Dios en la Iglesia, los catequistas, etc.
¿De dónde sacaba Pablo esta fuerza? “Todo lo puedo en aquel que me conforta” (Fil 4,13).
El apostolado del catequista difícilmente tendrá eficacia si no está apoyado, centrado sólidamente, en una vida de continuo trato con el Señor.
•Podemos amonestar con el sonido de nuestra voz, pero si dentro no está el que enseña, vano es nuestro sonido.
•Nosotros hablamos desde el exterior, pero es Cristo, quien edifica desde dentro.
•Toda actividad de catequesis tiene su origen y su fuerza en la caridad.
•La caridad es el alma de todo apostolado
•Ya no habría ningún pagano si nos comportáramos como verdaderos cristianos.
El catequista, al aceptar la llamada del Padre, participa y prolonga la misión de Jesús, el primer evangelizador: “Jesús mismo, Evangelio de Dios, ha sido el primero y más grande evangelizador” (Evangelli Nuntiandi, 7).
El catequista sigue e imita a Jesús justamente como Maestro, Catequista de sus discípulos, que les envía a su vez a transmitir el Evangelio por todo el mundo: “Id y haced discípulos a todas las gentes” (Mt 28,19).
Este seguimiento e imitación de la persona de Jesús y de su ministerio constituye para el catequista el modelo determinante de toda su tarea.
c) Jesús: conciencia y centro de la misión.La conciencia de la misión apostólica del catequista va tomando cuerpo paulatinamente durante su vida. Gracias a ella el catequista vive en un esfuerzo constante de superación de sí mismo en su vida espiritual, en su formación intelectual y humana, en su preparación pastoral. Habrá momentos de cansancio, fracaso y desánimo.
Pero siempre resonará de nuevo en su interior el grito del apóstol: “Ay de mí, si no predicara el Evangelio” (1 Cor 9,16), porque siempre tendrá presente el mandato de Cristo: “vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16,15).
El catequista debe introducir a la comunidad en las diferentes dimensiones de la Buena Nueva:
•Enseñando a escuchar la Palabra viva de Dios, “la Palabra del Reino” (Mt 13,19), para que todos lleguen a ser realmente “discípulos de Dios” (Jn 6,45) y les explica los misterios de ese Reino.
•Les muestra el pecado de los hombres, sus raíces profundas y la necesidad que tienen de convertirse radicalmente a Dios. Les enseña también la Justicia nueva, cuyas exigencias aparecen resumidas en el Sermón de la Montaña (Mt 5,1-48).
•En el momento oportuno, cuando la comunidad lo pide, al igual que Jesús, el catequista les enseña también a orar (Lc 11,1-4).
•Finalmente, comparte con ellos su propia misión y los motiva para que evangelicen, iniciándoles en el compromiso misionero (Mc 3,14; Lc 10,1).
TAREAS La dinámica de las tareas será la participación en los foros de discusión y en el grupo de Facebook, a continuación la tarea de cada uno:
- Participación en el Foro 1. ¿Cuál es el fundamento del apostolado cristiano?
2. ¿En qué campos puede realizar el cristiano su apostolado?
Ejercicio personal de apoyo y formación formación (no se responde ni en facebook ni en los foros) - Cuestionario 9
http://www.es.catholic.net/archivos/encuesta9.pdfPara ver las respuestas correctas del cuestionario pasado haz click aquí: - Respuestas 8
http://www.es.catholic.net/archivos/respuestas8.pdf-Participación en Facebook http://www.facebook.com/groups/437930022941707/1.El Apostolado: Platícanos muy brevemente como fué que experimentaste el llamado de Dios al apostolado de catequesis...
Si tienes cualquier duda de cómo entrar en el foro, dudas de cómo participar, etc. puedes dar CLICK AQUÍ :
http://www.es.catholic.net/catequistasy ... p?id=56414
FUENTES Y DOCUMENTOS COMPLEMENTARIOS - Carta de Benedicto XVI sobre la Urgencia de la Educación:
http://www.es.catholic.net/catequistasy ... p?id=35420
- Actualización del Directorio Catequestico General:
http://www.vatican.va/roman_curia/congr ... ct_sp.html
- Directorio Catequestico General Números: 29, 33, 59 y 120
http://www.vatican.va/roman_curia/congr ... is_sp.html
- Introducción a la Pedagogía de la Fe. 1ª Edición. España 2001. Pag 67
Recuerda que puedes consultar a los Tutores del Curso y escribirles a su correo. :Ma. Elena Miranda Especialidad: Veintitrés años como catequista y profesora de religión. En Roma, México, Barcelona, Tenerife y Madrid.
memiranda@regnumchristi.netDaniel CálizEspecialidad: Catequesis dentro de la parroquia
consultas@catequesisdeadultos.comLupina del Valle Especialidad: Más de 10 años de experiencia en la docencia religiosa escolar
lupina73@me.comMaría Luisa Martínez Robles Especialidad: Experiencia de 25 años en la Catequesis para la preparación de la Primera Comunión, Educación Infantil durante 20 años María Luisa Martínez Robles
Margarita González de Guzmán Especialidad: Coordinación de Catequesis de su parroquia San Jerónimo por más de 20 años. Asesora de grupos para el estudio de Biblia, y participación en conferencias sobre Fe y Religión, dentro de nuestra ciudad y aledañas Margarita González de Guzmán[/b]
No te quedes si tu certificado:http://www.es.catholic.net/catequistasyevangelizadores/640/3308/articulo.php?id=57542