por GUNI QUINTANILLA » Lun Jun 10, 2013 11:21 am
Pregunta
¿Qué se puede decir con certeza del primer capítulo del Génesis como un punto indiscutible de referencia?
Que indudablemente este primer capítulo del Génesis es de índole teológica y que esconde en sí una potente carga metafísica (comprender el "ser" y el "existir").
En este contexto estamos unidos al misterio de la creación (somos imagen de Dios) que nos invita a la procreación (constante devenir) unido a nuestra situación de contingencia (no somos eternos). Todo ello alcanza el culmen después de la creación del hombre: «Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho» (Gén 1, 31). Se puede decir con certeza que este primer capítulo del Génesis nos remite a una antropología y una ética para ayudar a entender al hombre que él está hecho para el bien.
Dios en su santa sabiduría nos coloca por encima de todo lo creado al señalar una gran diferencia cuando ser refiere a la materia inanimada, el autor bíblico emplea diferentes predicados ("separó", "llamó", "hizo", "puso") y para los seres dotados de vida, "creó" y "bendijo". Dios les ordena: "Procread y multiplicaos". Este mandato se refiere tanto a los animales como al hombre, indicando que les es común la corporalidad (cf. Gén 1, 22-28). Pero el hombre no es creado según una sucesión natural, sino que el Creador parece detenerse antes de llamarlo a la existencia, como si volviese a entrar en sí mismo para tomar una decisión: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza[...]» (Gén 1, 26). Este primer relato es conciso, libre de cualquier huella de subjetivismo. Por lo tanto, la creación del hombre se distingue esencialmente en la descripción bíblica de las precedentes obras de Dios; va precedida de una introducción solemne, como si se tratara de una deliberación de Dios antes de este acto importante, resalta la dignidad excepcional del hombre se pone de relieve por la "semejanza" con Dios, de quien es imagen. Con todo ellos solo resta afirmar que somos el culmen de la creación.