8. La creación de la mujer

En esta primera parte se toca la creación del hombre en relación a la sexualidad y el amor humano, la inocencia y la desnudez, el significado "esponsal" del cuerpo, la donación mutua, la vocación original del matrimonio, la dignidad de la procreación y los problemas del matrimonio en la visión integral del hombre.

Esta es la primera parte de seis partes que se darán de manera consecutiva e ininterrumpida. El curso completo se dará a lo largo de un año y consta de: :

Parte I: Principios del amor humano (23 lecciones)

Parte II: La purificación del corazón (40 lecciones)

Parte III: La resurrección de la carne (9 lecciones)

Parte IV: La virginidad cristiana (14 lecciones)

Parte V: El sacramento del matrimonio (27 lecciones)

Parte VI: Amor y fecundidad (16 lecciones)

Moderadores: pilar calva, Catholic.net, Margarita Gonzalez, Gabirela Vega, Moderadores Animadores

8. La creación de la mujer

Notapor pilar calva » Mar Jun 18, 2013 2:27 pm

8. La creación de la mujer
El significado de la soledad originaria, que puede referirse sencillamente al «hombre», es anterior sustancialmente al significado de la unidad originaria.

(7-XI-79/11-XI-79)

1. Las palabras del libro del Génesis: “No es bueno que le hombre esté solo” (Gén 2, 18) son como un preludio al relato de la creación de la mujer. Junto con éste relato, el sentido de la soledad originaria entra a formar parte del significado de la unidad originaria, cuyo punto clave parecen ser las palabras del Génesis 2, 24, a las que se remite Cristo en su conversación con los fariseos: “Dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a la mujer, y serán los dos una sola carne” (Mt 19, 5). Si Cristo, al referirse al “principio”, cita estas palabras, nos conviene precisar el significado de esa unidad originaria que hunde las raíces en el hecho de la creación del hombre como varón y mujer.

El relato del capítulo primero del Génesis no toca el problema de la soledad originaria del hombre: “efectivamente, el hombre es desde el comienzo “varón y mujer”. En cambio, el texto yahvista del capítulo segundo nos autoriza, en cierto modo, a pensar primero solamente en el hombre en cuanto, mediante el cuerpo, pertenece al mundo visible, pero sobrepasándolo; luego, nos hace pensar en el mismo hombre, más a través de la duplicidad de sexo. La corporeidad y la sexualidad no se identifican completamente. Aunque el cuerpo humano, en su constitución normal, lleva en sí los signos del sexo y sea, por su naturaleza, masculino o femenino, sin embargo, el hecho de que el hombre sea “cuerpo” pertenece a la estructura del sujeto personal más profundamente que el hecho de que en su constitución somática sea también varón o mujer. Por esto el significado de la soledad originaria, que puede referirse sencillamente al “hombre”, es anterior sustancialmente al significado de la unidad originaria; en efecto, esta última se basa en la masculinidad y en la femineidad, casi como en dos “encarnaciones” diferentes, esto es, en dos modos de “ser cuerpo” del mismo ser humano, creado “a imagen de Dios” (Gén 1, 27).

2. Siguiendo el texto yahvista, en el cual la creación de la mujer se describe separadamente (cf. Gén 2, 21-22), debemos tener ante los ojos, al mismo tiempo, esa “imagen de Dios” del primer relato de la creación. El segundo relato conserva, en su lenguaje y estilo, todas las características del texto yahvista. El modo de pensar y de expresarse de la época a la que pertenece el texto. Se puede decir, siguiendo la filosofía contemporánea de la religión y la del lenguaje, que se trata de un lenguaje mítico. Efectivamente, en este caso, el término “mito” no designa un contenido fabuloso, sino sencillamente un modo arcaico de expresar un contenido más profundo. Sin dificultad alguna, bajo el estrato de la narración antigua, descubrimos ese contenido, realmente maravilloso por lo que respecta a las cualidades y a la condensación de las verdades que allí se encierran. Añadamos que el segundo relato de la creación del hombre conserva, hasta cierto punto, una forma de diálogo entre el hombre y Dios Creador, y esto se manifiesta sobre todo en esa etapa en la que el hombre (‘adam) es creado definitivamente como varón y mujer (is - ‘issah) (1) . La creación se realiza casi al mismo tiempo en dos dimensiones: la acción de Dios-Yahvé que crea se desarrolla en correlación al proceso de la conciencia humana.

3. Así, pues, Dios-Yahvé dice: “No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda semejante a él” (Gén 2, 18). Y al mismo tiempo el hombre confirma su propia soledad (cf. Gén 2, 20). A continuación leemos: “Hizo pues, Yahvé Dios caer sobre el hombre un profundo sopor; y, dormido, tomó una de sus costillas, cerrando en su lugar con carne, y de la costilla que del hombre tomara, formó Yahvé Dios a la mujer” (Gén 2, 21-22). Considerando lo característico del lenguaje, es necesario reconocer ante todo que nos hace pensar mucho ese sopor genesíaco, en el que, por obra de Dios Yahvé, el hombre se sumerge, como en preparación para el nuevo acto creador. En el fondo de la mentalidad contemporánea, habituada -a través del análisis del subsconciente- a unir al mundo del sueño contenidos sexuales, ese sopor puede suscitar una asociación especial (2). Sin embargo, el relato bíblico parece ir más allá de la dimensión del subsconciente humano. Si se admite, pues, una diversidad significativa de vocabulario, se puede concluir que el hombre (‘adam) cae en ese “sopor” para despertarse “varón” y “mujer”. Efectivamente, nos encontramos por primera vez en Gén 2, 23 con la distinción is - ‘issah. Quizá, pues, la analogía del sueño indica aquí no tanto un pasar de la conciencia a la subconsciencia, cuanto un retorno específico al no ser (el sueño comporta un componente de aniquilamiento de la existencia consciente del hombre), o sea, al momento antecedente a la creación, a fin de que, desde él por iniciativa creadora de Dios, el “hombre” solitario pueda surgir de nuevo en su doble unidad de varón y mujer (3).

En todo caso, a la luz del contexto del Gén 2, 18-20, no hay duda alguna de que el hombre cae en ese “sopor” con el deseo de encontrar un ser semejante a sí. Si, por analogía con el sueño, podemos hablar aquí también de ensueño, debemos decir que ese arquetipo bíblico nos permite admitir como contenido de ese sueño un “segundo yo”, también personal e igualmente relacionado con la situación de soledad originaria, es decir, con todo ese proceso de estabilización de la identidad humana en relación al conjunto de los seres vivientes (animalia), en cuanto es proceso de “diferenciación” del hombre de este ambiente. De este modo, el círculo de la soledad del hombre-persona se rompe, porque el primer «hombre» despierta de su sueño como “varón y mujer”.

4. La mujer es formada “con la costilla” que Dios-Yahvé tomó del hombre. Teniendo en cuenta el modo arcaico, metafórico e imaginativo de expresar el pensamiento, podemos establecer que se trata de homogeneidad de todo el ser de ambos; esta homogeneidad se refiere sobre todo al cuerpo, a la estructura somática, y se confirma también con las primeras palabras del hombre a la mujer creada: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gén 2, 23) (4). Y sin embargo, las palabras citadas se refieren también a la humanidad del hombre-varón. Se leen en el contexto de las afirmaciones hechas antes de la creación de la mujer, en las que, aun no existiendo todavía la «encarnación» del hombre, ella es definida, como “ayuda semejante a él” (cf. Gén 2, 18 y 2, 20) (5). Así, pues, la mujer, en cierto sentido, es creada a base de la misma humanidad. La homogeneidad somática, a pesar de la diversidad de la constitución unida a la diferencia sexual, es tan evidente que el hombre (varón) despertado del sueño genético, la expresa inmediatamente cuando dice: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta se llamará varona porque del varón ha sido tomada” (Gén 2, 23). De este modo el hombre (varón) manifiesta por vez primera alegría e incluso exaltación, de las que antes no tenía oportunidad, por faltarle un ser semejante a él. La alegría por otro ser humano, por el segundo “yo”, domina en las palabras del hombre (varón) pronunciadas al ver a la mujer (hembra). Todo esto ayuda a establecer el significado pleno de la unidad originaria. Aquí son pocas las palabras, pero cada una es de gran peso. Debemos, pues, tener en cuenta, y lo hacemos también a continuación el hecho de que la primera mujer, “formada con la costilla tomada del hombre”, inmediatamente es aceptada como ayuda adecuada a él.

En la próxima meditación volveremos aún sobre este mismo tema, esto es, el significado de la unidad originaria del hombre y de la mujer en la humanidad.
(1) El término hebreo ‘adam expresa el concepto colectivo de la especie humana, esto es, el hombre que representa a la humanidad; (la Biblia define al individuo utilizando la expresión “hijo del hombre”, ben’adam). La contraposición: ‘is-’isaah subraya la diversidad sexual (como en griego aner-gyne).

Después de la creación de la mujer, el texto bíblico continúa llamando al primer hombre ‘adam (con artículo definido), expresando así su “corporate personality”, en cuanto se ha convertido en “padre de la humanidad”, su progenitor y representante, como después Abraham es reconocido como “padre de los creyentes” y Jacob se identifica con Israel-Pueblo elegido.

(2) El sopor de Adán (en hebreo tardemaah) es un sueño profundo (en latín: sopor; en ingles: sleep) en el que cae el hombre sin conciencia o sueños. (La Biblia tiene otro término para definir el sueño: halom); cf. Gén 15, 12; 1 Sam 26, 12.

Freud, en cambio, examina el contenido de los sueños (en latín: somnium; en inglés: dream), los cuales formándose con elementos síquicos “rechazados por el subconsciente” permiten, según él, hacer emerger en ellos los contenidos inconscientes, que, en último análisis, serían siempre sexuales.

Esta idea es naturalmente del todo extraña al autor bíblico.
En la teología del autor yahvista, el sopor en el que Dios hace caer al primer hombre subraya la exclusividad de la acción de Dios en la obra de la creación de la mujer; el hombre no tenía en ella participación alguna consciente. Dios se sirve de su “costilla” solamente para acentuar la naturaleza común del varón y de la mujer.
(3) “Sopor” (tardemah) es el término que aparece en la Sagrada Escritura, cuando durante el sueño o directamente después del sueño deben suceder acontecimientos extraordinarios (cf. Gén 15, 12; 1 Sam 26, 12; Is 29, 10; Job 4, 13; 33, 15). Los Setenta traducen tardemah por ékstasis (un éxtasis).

En el Pentateuco tardemah aparece también una sola vez en un contexto misterioso: Abraham, por el mandato de Dios, preparó un sacrificio de animales, ahuyenando de ellos las aves rapaces. “Cuando ya estaba el sol, para ponerse, cayó un sopor sobre Abraham, y fue presa de gran terror, y le envolvió densa tiniebla” (Gén 15, 12). Entonces precisamente comienza Dios a hablar y realiza con él una alianza, que es la cumbre de la revelación hecha a Abraham.

Esta escena se parece en cierto modo a la del huerto de Getsemaní: Jesús “comenzó a sentir temor y angustia” (Mc 14, 33) y encontró a los Apóstoles “adormilados por la tristeza” (Lc 22, 45).

El autor bíblico admite en el primer hombre un cierto sentido de carencia y soledad (“no es bueno que el hombre esté solo”; “no encontró una ayuda semejante a él”), y aun casi de miedo. Quizá este estado provoca un sueño causado por la “tristeza”, o quizá, como en el caso de Abraham, “por un oscuro terror” de no-ser; como en el umbral de la obra de la creación: “La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo” (Gén 1, 2).

En todo caso, según los dos textos en que el Pentateuco, o mejor, el libro del Génesis habla del sueño profundo (tardemah) tiene lugar una acción divina especial, es decir, una “alianza” cargada de consecuencia para toda la historia de la salvación: Adán da comienzo al género humano. Abraham al Pueblo elegido.
(4) Es interesante notar que para los antiguos Sumerios el signo cuneiforme para indicar el sustantivo «costilla» coincidía con el empleado para indicar la palabra “vida”. En cuando al relato yahvista, según cierta interpretación del Gén 2, 21, Dios más bien cubre de carne la costilla (en vez de cerrar la carne en el lugar de ella) y de este modo “forma” a la mujer, que trae su origen de la “carne y de los huesos” del primer hombre (varón).

En el lenguaje bíblico ésta es una definición de consanguinidad o pertenencia a la misma descendencia (por ejemplo, cf. Gén 29, 14): la mujer pertenece a la misma especie que el hombre, distinguiéndose de los otros seres vivientes creados antes.

En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano (cf. por ejemplo, Sal 139, 15: “No desconocías mis huesos”).

Se puede entender, pues, “hueso de los huesos”, en sentido relacional, como el “ser del ser”; “carne de la carne” significa que aun teniendo diversas características físicas, la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre.

En el “canto nupcial” del primer hombre, la expresión “hueso de los huesos”, “carne de la carne” es una forma de superlativo, subrayado además por la repetición triple: “esta”, “esa”, “la”.

(5) Es difícil traducir exactamente la expresión hebrea cezer kenegdó, que se traduce de distinto modo en las lenguas europeas, por ejemplo, en latín: “adiutorium ei conveniens sicut oportebat iuxta eum”; en alemán: “eine Hilfe..., die ihm entspricht”; en francés: “égal visâvis de lui”; en italiano: “un aiuto che gli sia simile”; en español: “como él, que le ayude”; en inglés: “a helper fit for him”; en polaco: “odopowicdnia alla niego pomoe”. Porque el término “ayuda”, parece sugerir el concepto de “complementariedad”, o mejor, de “correspondencia exacta”, el término “semejante” se une más bien con el de “similitud”, pero en sentido diverso de la semejanza del hombre con Dios.

Pregunta:

¿Qué expresan los huesos en la antropología bíblica?
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor CasJor » Lun Jul 01, 2013 2:04 pm

Los huesos desde la concepción antropológica bíblica sirven para enfatizar la naturaleza común del varón y la mujer.

Más aún, fundamentalmente, éstos indican "vida", es decir el ser "ser humano", a imágen y semejanza de Dios.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor jcuengar » Lun Jul 01, 2013 3:18 pm

El ser, lo fundamental, lo sólido, la estructura. Los principios de la relación humana, es decir la parte divina de la naturaleza humana. En cambio la carne es lo terrenal, lo accidental, lo frágil y débil.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor maguisena » Lun Jul 01, 2013 3:44 pm

¿Qué expresan los huesos en la antropología bíblica?


Establecen la homogeneidad de todo el ser de ambos; esta homogeneidad se refiere sobre todo al cuerpo, a la estructura somática, y se confirma también con las primeras palabras del hombre a la mujer creada: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gén 2, 23) (4)
Así, la primitiva institución de la monogamia está implícita en el hecho de que una mujer fuera creada para un hombre. Eva, tanto como Adán, es objeto de un acto especial de creación, una circunstancia que indica su igualdad natural con él, mientras que por otro lado el ser sacada de su costado implica no sólo su papel secundario en el estado conyugal (1 Cor. 11,9), sino que también subraya la íntima unión entre marido y mujer, y la dependencia de esta respecto al primero. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. La inocencia de la recién creada pareja se indica claramente en el versículo siguiente, pero el narrador inmediatamente procede a relatar cuán pronto adquirieron, por su transgresión real, el conocimiento del bien y del mal y con él la sensación de vergüenza que antes desconocían.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor Diana Leura » Lun Jul 01, 2013 6:10 pm

Representan que la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre; es decir, "hueso de mis huesos", en sentido racional, se entiende como "carne de mi carne" y en la antropología bíblica los "huesos" expresan un componente importantísimo del cuerpo.

Hace a la mujer "de correspondencia exacta", similar a él aún teniendo diversas características físicas.


Dios los bendiga !

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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor Gehivi 32 » Lun Jul 01, 2013 7:14 pm

La mujer es formada "con la costilla" que Dios tomó del hombre, teniendo en cuenta el modo arcaico, metafórico e imaginativo de expresar el pensamiento,la expresa inmediatamente cuando dice: "Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne, entonses Dios nos hizo semejantes e igules para tener el mismos valor ante sus ojos el varón ya no se sintio solo se sintio que alguien lo acompañada de su misma especie.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor Gehivi 32 » Lun Jul 01, 2013 7:14 pm

La mujer es formada "con la costilla" que Dios tomó del hombre, teniendo en cuenta el modo arcaico, metafórico e imaginativo de expresar el pensamiento,la expresa inmediatamente cuando dice: "Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne, entonses Dios nos hizo semejantes e igules para tener el mismos valor ante sus ojos el varón ya no se sintio solo se sintio que alguien lo acompañada de su misma especie.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor patricio » Lun Jul 01, 2013 9:53 pm

¿Qué expresan los huesos en la antropología bíblica?
En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque (lo cual expresa la parte por el todo), el “ser” humano.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor Mary Jo » Lun Jul 01, 2013 11:19 pm

En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano (cf. por ejemplo, Sal 139, 15: “No desconocías mis huesos”).
Se puede entender, pues, “hueso de los huesos”, en sentido relacional, como el “ser del ser”; “carne de la carne” significa que aun teniendo diversas características físicas, la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre.
En el “canto nupcial” del primer hombre, la expresión “hueso de los huesos”, “carne de la carne” es una forma de superlativo, subrayado además por la repetición triple: “esta”, “esa”, “la”.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor mariaines » Mar Jul 02, 2013 5:14 am

¿Qué expresan los huesos en la antropología bíblica?
En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano (cf. por ejemplo, Sal 139, 15: “No desconocías mis huesos”).
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor cinty » Mar Jul 02, 2013 7:39 am

Hace referencia al “ser.” Cuando dice “hueso de mis huesos” admite la misma naturaleza humana para esta unidad dual de varón y mujer querida por Dios con la que la acción Divina rompe la soledad originaria del “hombre-ser humano” para dar paso a esta alianza generadora de vida en una unidad originaria: “Varón y mujer los creó.” El hombre ya no está sólo frente a la creación ahora hay “otro yo” semejante, por haber sido "sacado" del mismo “ser”pero complementario.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor maguila » Mar Jul 02, 2013 7:59 am

En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma”, los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano. Se puede entender, pues, “hueso de los huesos”, en sentido relacional, como el “ser del ser”; “carne de la carne” significa que aun teniendo diversas características físicas, la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor yanuf » Mar Jul 02, 2013 8:55 am

En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano (cf. por ejemplo, Sal 139, 15: “No desconocías mis huesos”).

Se puede entender, pues, “hueso de los huesos”, en sentido relacional, como el “ser del ser”; “carne de la carne” significa que aun teniendo diversas características físicas, la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor MariaPaola » Mar Jul 02, 2013 9:12 am

Expresa un componente muy importante del cuerpo porque el cuerpo era considerado para los hebreos la manifestación exterior de la personalidad.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor 15jccu » Mar Jul 02, 2013 10:23 am

La mujer es formada “con la costilla” que Dios-Yahvé tomó del hombre. Teniendo en cuenta el modo arcaico, metafórico e imaginativo de expresar el pensamiento, podemos establecer que se trata de homogeneidad de todo el ser de ambos; esta homogeneidad se refiere sobre todo al cuerpo, a la estructura somática, y se confirma también con las primeras palabras del hombre a la mujer creada: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gén 2, 23) (4). Y sin embargo, las palabras citadas se refieren también a la humanidad del hombre-varón. Se leen en el contexto de las afirmaciones hechas antes de la creación de la mujer, en las que, aun no existiendo todavía la «encarnación» del hombre, ella es definida, como “ayuda semejante a él” (cf. Gén 2, 18 y 2, 20) (5). Así, pues, la mujer, en cierto sentido, es creada a base de la misma humanidad. La homogeneidad somática, a pesar de la diversidad de la constitución unida a la diferencia sexual, es tan evidente que el hombre (varón) despertado del sueño genético, la expresa inmediatamente cuando dice: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta se llamará varona porque del varón ha sido tomada” (Gén 2, 23). De este modo el hombre (varón) manifiesta por vez primera alegría e incluso exaltación, de las que antes no tenía oportunidad, por faltarle un ser semejante a él. La alegría por otro ser humano, por el segundo “yo”, domina en las palabras del hombre (varón) pronunciadas al ver a la mujer (hembra). Todo esto ayuda a establecer el significado pleno de la unidad originaria. Aquí son pocas las palabras, pero cada una es de gran peso. Debemos, pues, tener en cuenta, y lo hacemos también a continuación el hecho de que la primera mujer, “formada con la costilla tomada del hombre”, inmediatamente es aceptada como ayuda adecuada a él.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor 15jccu » Mar Jul 02, 2013 10:25 am

En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano (cf. por ejemplo, Sal 139, 15: “No desconocías mis huesos”).

Se puede entender, pues, “hueso de los huesos”, en sentido relacional, como el “ser del ser”; “carne de la carne” significa que aun teniendo diversas características físicas, la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre.

En el “canto nupcial” del primer hombre, la expresión “hueso de los huesos”, “carne de la carne” es una forma de superlativo, subrayado además por la repetición triple: “esta”, “esa”, “la”.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor riorosa » Mar Jul 02, 2013 10:30 am

¿Qué expresan los huesos en la antropología bíblica?

R. En la antropología bíblica los “huesos” representan a la persona misma en su integridad.

Aquí la explicación:

Los huesos expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano (Cf. Sal 139, 15: “No desconocías mis huesos”).

Se puede entender, pues, “hueso de los huesos”, en sentido relacional, como el “ser del ser”; “carne de la carne” significa que aun teniendo diversas características físicas, la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre… Comparten la misma naturaleza humana.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor GUNI QUINTANILLA » Mar Jul 02, 2013 10:39 am

Pregunta:
¿Qué expresan los huesos en la antropología bíblica?
En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente, por sinécdoque, el “ser” humano (cf. por ejemplo, Sal 139, 15: “No desconocías mis huesos”). Por tanto, se puede afirmar que los huesos son la relación primigenia (que prima) independientemente de la situación física para reconocer que la mujer tiene la misma personalidad del hombre.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor freddy henao » Mar Jul 02, 2013 10:55 am

En la teología, el sopor en el que Dios hace caer al primer hombre subraya la exclusividad de la acción de Dios en la obra de la creación de la mujer; el hombre no tenía en ella participación alguna consciente. Dios se sirve de su “costilla” solamente para acentuar la naturaleza común del varón y de la mujer.
En la antropología bíblica los “huesos” expresan un componente importantísimo del cuerpo; dado que para los hebreos no había una distinción precisa entre “cuerpo” y “alma” (el cuerpo era considerado como manifestación exterior de la personalidad), los “huesos” significaban sencillamente que el género es usado por la especie.
Se puede entender, pues, “hueso de los huesos”, en sentido relacional, como el “ser del ser”; “carne de la carne” significa que aun teniendo diversas características físicas, la mujer presenta la misma personalidad que posee el hombre.
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Re: 8. La creación de la mujer

Notapor make02 » Mar Jul 02, 2013 10:58 am

¿Qué expresan los huesos en la antropología bíblica?

Se refiere a la homogeneidad de todo el ser de ambos (varón y varona). Esta homogeneidad se refiere sobre todo al cuerpo, a la estructura somática: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gén 2, 23)

A la luz de Gén 2, 18-20, el hombre cae en ese sueño con el deseo de encontrar un ser semejante a sí, un "segundo yo".
De este modo, el círculo de la soledad del hombre-persona se rompe, porque el primer «hombre» despierta de su sueño como “varón y mujer”.

Saludos

Manuel
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