20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

En esta primera parte se toca la creación del hombre en relación a la sexualidad y el amor humano, la inocencia y la desnudez, el significado "esponsal" del cuerpo, la donación mutua, la vocación original del matrimonio, la dignidad de la procreación y los problemas del matrimonio en la visión integral del hombre.

Esta es la primera parte de seis partes que se darán de manera consecutiva e ininterrumpida. El curso completo se dará a lo largo de un año y consta de: :

Parte I: Principios del amor humano (23 lecciones)

Parte II: La purificación del corazón (40 lecciones)

Parte III: La resurrección de la carne (9 lecciones)

Parte IV: La virginidad cristiana (14 lecciones)

Parte V: El sacramento del matrimonio (27 lecciones)

Parte VI: Amor y fecundidad (16 lecciones)

Moderadores: pilar calva, Catholic.net, Margarita Gonzalez, Gabirela Vega, Moderadores Animadores

20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor pilar calva » Lun Ago 05, 2013 1:38 pm

20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial
un breve pasaje, tomado del capítulo IV del libro del Génesis.

(5-III-80/9-III-80)

1. Al conjunto de nuestros análisis, dedicados al “principio” bíblico, deseamos añadir todavía un breve pasaje, tomado del capítulo IV del libro del Génesis. Sin embargo, a este fin es necesario referirse siempre a las palabras que pronunció Cristo en la conversación con los fariseos (cf. Mt 19 y Mc 10) (1), en el ámbito de las cuales se desarrollan nuestras reflexiones; éstas miran al contexto de la existencia humana, según las cuales la muerte y la consiguiente destrucción del cuerpo (ateniéndose a ese: “al polvo volverás”, del Gén 3, 19) se han convertido en la suerte común del hombre. Cristo se refiere al “principio”, a la dimensión originaria del misterio de la creación, en cuanto que esta dimensión ya había sido rota por el mysterium iniquitatis, esto es, por el pecado y, juntamente con él, también por la muerte: mysterium mortis. El pecado y la muerte entraron en la historia del hombre, en cierto modo, a través del corazón mismo de esa unidad, que desde el “principio” estaba formada por el hombre y por la mujer, creados y llamados a convertirse en “una sola carne” (Gén 2, 24). Ya al comienzo de nuestras meditaciones hemos constatado que Cristo, al remitirse al “principio” nos lleva, en cierto modo, más allá del límite del estado pecaminoso hereditario del hombre hasta su inocencia originaria: él nos permite así encontrar la continuidad y el vínculo que existe entre estas dos situaciones, mediante las cuales se ha producido el drama de los orígenes y también la revelación del misterio del hombre al hombre histórico.

Esto, por decirlo así, nos autoriza a pasar, después de los análisis que miran al estado de la inocencia originaria, al último de ellos, es decir, al análisis del “conocimiento y de la generación”. Temáticamente está íntimamente unido a la bendición de la fecundidad, inserta en el primer relato de la creación del hombre como varón y mujer (cf. Gén 1, 27-28). En cambio, históricamente ya esta inserta en ese horizonte de pecado y de muerte que, como enseña el libro del Génesis (cf. Gén 3) ha gravado sobre la conciencia del significado del cuerpo humano, junto con la transgresión de La primera Alianza con el Creador.

2. En el Génesis, 4, y todavía, pues, en el ámbito del texto yahvista, leemos: “Conoció el hombre a su mujer, que concibió y parió a Caín, diciendo: ‘He alcanzado de Yahvé un varón’. Volvió a parir, y tuvo a Abel, su hermano” (Gén 4, 1-2). Si conectamos con el “conocimiento” ese primer hecho del nacimiento de un hombre en la tierra, lo hacemos basándonos en la traducción literal del texto, según el cual la “unión” conyugal se define precisamente como “conocimiento” De hecho, la traducción citada dice así: “Adán se unió a Eva su mujer”, mientras que a la letra se debería traducir: “conoció a su mujer”, lo que parece corresponder más adecuadamente al término semítico jada’ (2). Se puede ver en esto un signo de pobreza de la lengua arcaica, a la que faltaban varias expresiones para definir hechos diferenciados. No obstante, es significativo que la situación, en la que marido y mujer se unen tan íntimamente entre sí que forman “una sola carne”, se defina un “conocimiento”. Efectivamente, de este modo, de la misma pobreza del lenguaje parece emerger una profundidad específica de significado, que se deriva precisamente de todos los significados analizados hasta ahora.

3. Evidentemente, esto es también importante en cuanto al “arquetipo de nuestro modo de considerar al hombre corpóreo, su masculinidad y su feminidad, y por lo tanto su sexo. Efectivamente, así a través del término “conocimiento” utilizado en el Gén 4, 1-2 y frecuentemente en la Biblia, la relación conyugal del hombre y de la mujer, es decir, el hecho de que, a través de la dualidad del sexo, se conviertan en una “sola carne”, ha sido elevado e introducido en la dimensión específica de las personas. El Génesis 4,1-2 habla sólo del “conocimiento” de la mujer por parte del hombre, como para subrayar sobre todo la actividad de este último. Pero se puede hablar también de la reciprocidad de este “conocimiento”, en el que hombre y mujer participan mediante su cuerpo y su sexo. Añadamos que una serie de sucesivos textos bíblicos, como, por lo demás, el mismo capítulo del Génesis (cf. por ejemplo, Gén 4,17; 4, 25), hablan con el mismo lenguaje. Y esto hasta en las palabras que dijo María de Nazaret en la Anunciación: “¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?” (Lc 1, 34).

4. Así, con este bíblico “conoció”, que aparece por primera vez en el Génesis 4,1-2, por una parte nos encontramos frente a la directa expresión de la intención humana (porque es propia del conocimiento) y, por otra, frente a toda la realidad de la convivencia y de la unión conyugal, en la que el hombre y la mujer se convierten en “una sola carne”. Al hablar aquí de “conocimiento”, aunque sea a causa de la pobreza de la lengua, la Biblia indica la esencia más profunda de la realidad de la convivencia matrimonial. Esta esencia aparece como un componente y a la vez como un resultado de esos significados, cuya huella tratamos de seguir desde el comienzo de nuestro estudio: efectivamente, forma parte de la conciencia del significado del propio cuerpo. En el Génesis 4, 1, al convertirse en “una sola carne”, el hombre y la mujer experimentan de modo particular el significado del propio cuerpo. Simultáneamente se convierten así como en el único sujeto de ese acto y de esa experiencia, aun siendo, en esta unidad, dos sujetos realmente diversos. Lo que nos autoriza, en cierto sentido, a afirmar que “el marido conoce a la mujer”, o también, que ambos “se conocen” recíprocamente. Se revelan, pues, el uno a la otra, con esa específica profundidad del propio “yo” humano, que se revela precisamente también mediante su sexo, su masculinidad y feminidad. Y entonces, de manera singular, la mujer “es dada” al hombre de modo cognoscitivo, y él a ella.

5. Si debemos mantener la continuidad respecto a los análisis hechos hasta ahora (particularmente respecto a los últimos, que interpretan al hombre en la dimensión del don), es necesario observar que, según el libro del Génesis, datum y donum son equivalentes.

Sin embargo, el Génesis 4, 1-2 acentúa sobre todo el datum. En el “conocimiento” conyugal, la mujer “es dada” al hombre y él a ella, porque el cuerpo y el sexo entran directamente en la estructura y en el contenido mismo de este “conocimiento”. Así, pues, la realidad de la unión conyugal, en la que el hombre y la mujer se convierten en “una sola carne”, contiene en sí un descubrimiento nuevo y, en cierto sentido, definitivo del significado del cuerpo humano en su masculinidad y feminidad. Pero, a propósito de este descubrimiento, ¿es justo hablar sólo de “convivencia sexual”? Es necesario tener en cuenta que cada uno de ellos, hombre y mujer, no es sólo un objeto pasivo, definido por el propio cuerpo y sexo, y de este modo determinado “por la naturaleza”. Al contrario, precisamente por el hecho de ser varón y mujer, cada uno de ellos es “dado” al otro como sujeto único e irrepetible, como “yo”, como persona. El sexo decide no sólo la individualidad somática del hombre, sino que define al mismo tiempo su personal identidad y ser concreto. Y precisamente en esta personal identidad y ser concreto, como irrepetible “yo” femenino-masculino, el hombre es “conocido” cuando se verifican las palabras del Génesis 2, 24: “El hombre... se unirá a su mujer y los dos vendrán a ser una sola carne”. El “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1-2 y todos los textos sucesivos de la Biblia, llega a las raíces más íntimas de esta identidad y ser concreto, que el hombre y la mujer deben a su sexo. Este ser concreto significa tanto la unicidad como la irrepetibilidad de la persona.

Valía la pena, pues, reflexionar en la elocuencia del texto bíblico citado y de la palabra “conoció”; a pesar de la aparente falta de precisión terminológica, ello nos permite detenernos en la profundidad y en la dimensión de un concepto, del que frecuentemente nos priva nuestro lenguaje contemporáneo, aun cuando sea muy preciso.

(1) Es necesario tener en cuenta que, en la conversación con los fariseos (cf. Mt 19, 7-9: Mc 10, 4-6), Cristo toma posición respecto a la praxis de la ley mosaica acerca del llamado “libelo de repudio”. Las palabras: “por la dureza de vuestro corazón”, dichas por Cristo, revelan no sólo “la historia de los corazones”, sino también la complejidad de la ley positiva del Antiguo Testamento, que buscaba siempre el “compromiso humano” en este campo tan delicado.

(2) “Conocer” (jada’), en el lenguaje bíblico, no significa solamente un conocimiento meramente intelectual, sino también una experiencia concreta, como, por ejemplo, la experiencia del sufrimiento (cf. Is 53, 3), del pecado (cf. Sab 3, 13), de la guerra y de la paz (cf. Jue 3, 1; Is 59, 8). De esta experiencia nace también él juicio moral: “conocimiento del bien y del mal” (Gén 2, 9-17).

El “conocimiento” entra en el campo de las relaciones interpersonales, cuando mira a la solidaridad de familia (Dt 33, 9) y especialmente las relaciones conyugales. Precisamente refiriéndose al acto conyugal, el término subraya la paternidad de personajes ilustres y el origen de su prole (cf. Gén 4, 1. 25; 4, 17; 1 Sam 1, 19), como datos válidos para la genealogía, a la que la tradición de los sacerdotes (por herencia en Israel) daba gran importancia.
Pero el “conocimiento” podía significar también todas las otras relaciones sexuales, incluso las ilícitas (cf. Núm 31, 17; Gén 19, 5; Jue 19, 22).

En la forma negativa, el verbo denota la abstención de las relaciones sexuales, especialmente si se trata de vírgenes (cf., por ejemplo, 1 Re 2, 4; Jue 11, 39). En este campo, el Nuevo Testamento utiliza dos hebraísmos, al hablar de José (cf. Mt 1, 25) y de María (cf. Lc 1, 34).
Adquiere un significado particular el aspecto de la relación existencial del “conocimiento”, cuando su sujeto u objeto es Dios mismo (por ejemplo, Sal 139; Jer 31, 34; Os 2, 22 y también Jn 14, 7-9; 17, 3).

Pregunta: ¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?
Avatar de Usuario
pilar calva
Moderador Staff
 
Mensajes: 146
Registrado: Mié Jul 22, 2009 9:35 am

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor bonifacia » Mar Ago 06, 2013 12:09 am

BUENAS NOCHES AMIGOS(AS) : :)

Pregunta: ¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?

*Si el matrimonio ya determinado por la ley de Dios que se considera Unión indisoluble, indivisible que conforma la unidad de la familia mediante la unión de la pareja conyugal, según la ley de Dios, y quien refiere la acusación de : "la carta del divorcio", la intolerancia, falta de amor, respeto, fidelidad y obediencia del hombre a Dios pero, que mediante Jesucristo quien restaura, instituye el sacramento del matrimonio, lo cual se puede entender mediante "El amor nupcial de Cristo hacia la Iglesia".
La dureza de corazón, referida al "divorcio" que es una ruptura en la unión conyugal por el egoísmo del hombre, que afecta al ethos de la comunidad cristiana .


:idea: "Del corazón del hombre brotan luces de fe, de pureza, inocencia, experiencia que se impregnan del éxtasis del amor de Dios, sentimiento filial al hombre, pero que el egoísmo del ser espiritual contradictoria a la ley de Dios causa una herida sangrante en la unión conyugal y los cimientos de la unidad , del ser esencia de la familia."
bonifacia
 
Mensajes: 89
Registrado: Dom May 19, 2013 4:10 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor Gabriela S » Mar Ago 06, 2013 9:47 pm

Que el mal habita en nuestros corazones y siempre trata de encontrar la manera de aflorar y hacernos caer. Por eso Jesús viene a reconciliarnos y a enseñarnos, El es la verdad, así nos explica que el matrimonio es para toda la vida.
Gabriela S
 
Mensajes: 28
Registrado: Lun Jun 10, 2013 9:28 am

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor Mary Jo » Mié Ago 07, 2013 11:51 am

Estas palabras dichas por Jesús a los fariseos, revelan no sólo “la historia de los corazones”, sino lo complejo de la ley positiva del Antiguo Testamento que siempre buscaba el “compromiso humano”. Se había permitido actuar de esta manera, por la situación y contexto que había, pero Jesús realza la indisolubilidad del matrimonio, enfatizando que “al principio” Dios dijo: “serán una sola carne”.
Mary Jo
 
Mensajes: 148
Registrado: Dom Jun 02, 2013 2:49 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor lindoro50 » Mié Ago 07, 2013 12:55 pm

Cuando la sociedad permite a un ser humano ser dueño de otro (como propiedad personal) algo anda mal. Aun así las mujeres eran-y a menudo todavía son consideradas propiedad de los hombres. Quizás el lugar más obvio para esta práctica era, y todavía es, el matrimonio y el hogar.

Los judíos en el tiempo de Jesús vivían una doble moral que podía resumirse por el hecho de que un esposo podía divorciarse de su esposa por cualquier razón, pero una esposa no podía divorciarse de su esposo por ninguna razón. Ella era de valor secundario, meramente un objeto, así que, básicamente él podía usarla y prescindir de ella a su antojo.

Jesús rechazaba esta dualidad. El enseñó que el matrimonio no era una relación diseñada para beneficio del hombre. Esta debía de ser una relación de iguales en que tanto el hombre como la mujer tuvieran igualdad de privilegios y derechos, igual responsabilidad y autoridad.

Mateo 19:3-9 cuenta la discusión entre Jesús y los Fariseos acerca del tema del divorcio, impulsado por la pregunta de los fariseos “¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?”. Esta pregunta está basada en Deuteronomio 24:1-4 que dice que si un hombre se sentía descontento con su esposa porque él había encontrado alguna impureza en ella, podía otorgarle un certificado de divorcio. Con varias interpretaciones personales posibles, los judíos del tiempo de Jesús se les conocía por divorciarse de sus esposas por asuntos insignificantes. Tal vez porque Jesús estaba mostrando una apertura sin precedente hacia las mujeres, los fariseos plantearon esta pregunta para desafiarlo. La respuesta de Jesús nos revela un enfoque peculiar hacia la interpretación bíblica.

Y respondiendo El, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo hombre y mujer, y añadió: “Por esta razón el hombre dejara a su Padre y a su Madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne?” Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.

Los fariseos insistieron “Entonces, ¿por qué mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?” A lo que Jesús respondió “Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no fue así.” Esta respuesta revela lo que EL consideraba como el modelo Divino para las relaciones entre hombre y mujer. Este el parámetro con que ha de medirse. Lo que está en el principio muestra el modelo original de Dios, y que expresa el deseo de su corazón. Lo posterior es el resultado de la incapacidad e irresponsabilidad del hombre para sostener aquel modelo. De manera que hemos de ver atentamente cómo fueron las cosas al principio, para así conocer el misterio que encierra el matrimonio.
lindoro50
 
Mensajes: 318
Registrado: Dom Mar 27, 2011 1:02 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor marcela64 » Mié Ago 07, 2013 4:31 pm

El pecado y la muerte entraron en la historia del hombre, en cierto modo, a través del corazón mismo de esa unidad, que desde el “principio” estaba formada por el hombre y por la mujer, creados y llamados a convertirse en “una sola carne” (Gén 2, 24).
marcela64
 
Mensajes: 49
Registrado: Mar Jun 04, 2013 9:52 am

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor garu » Mié Ago 07, 2013 8:07 pm

La ley judía era interpretada en cuanto a la palabra y no en cuanto a su espíritu. En la época de Jesús el hombre, hasta por razones insignificantes, podía divorciarse de su mujer; no así la mujer con respecto al hombre. Al responderle Jesús a los fariseos”…por la dureza de vuestros corazones…” se refiere a que no fue esa la idea del matrimonio instituido por Dios, el cual en ningún momento previó su disolución.
garu
 
Mensajes: 105
Registrado: Vie Jun 14, 2013 2:41 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor marielflo » Jue Ago 08, 2013 12:36 am

Jesús respondió a los fariseos: “Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no fue así.”

Significa que debido a que sus corazones sólo buscaban su conveniencia, les fue otorgado “el libelo de divorcio”, pero, que el divorcio no existía en los planes de Dios y que cuando Él los creó hombre y mujer, fue para que se complementaran y vivieran en unidad y brindándose apoyo toda su vida.
marielflo
 
Mensajes: 81
Registrado: Sab Jun 08, 2013 6:08 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor Garibaldi » Jue Ago 08, 2013 7:42 pm

¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?

En la conversación con los fariseos (cf. Mt 19, 7-9: Mc 10, 4-6), Cristo toma posición respecto a la praxis de la ley mosaica acerca del llamado “libelo de repudio”.

Las palabras: “por la dureza de vuestro corazón”, dichas por Cristo, revelan no sólo “la historia de los corazones”, sino también la complejidad de la ley positiva del Antiguo Testamento, que buscaba siempre el “compromiso humano” en este campo tan delicado.
Garibaldi
 
Mensajes: 24
Registrado: Vie Ene 20, 2012 5:28 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor migdaliae » Vie Ago 09, 2013 11:46 am

Cuando Jesús habla con los fariseos se enfrenta a la pregunta: "¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?" Jesús va más allá de lo que la antigua Ley expresaba sobre el divorcio (ley mosaica de libelo de repudio). "Por la dureza de vuestro corazón" denota esa interpretación de la Ley de Dios de quien no reconoce con exactitud lo que Dios quería. Jesús se remonta al "principio" donde en la perfección de la Ley de Dios, el hombre no podía despedir a la mujer.

No sólo el corazón del hombre cambió con la presencia del pecado original. También la interpretación de las leyes de Moisés cambiaron. Las leyes a las que los fariseos se referían no sólo daban excusas para repudiar a la mujer por cualquier motivo. Reflejaban además como cambió a través de la historia de la humanidad, el status entre el hombre y la mujer.

Jesús hace énfasis en ese "principio" de la creación, puesto que varón y mujer fueron creados "para unirse en una sola carne" y "conocerse", con la posilbilidad de procrearse. Nos recuerda Jesús, que lo que Dios ha unido, no lo separa el hombre. Salvo en caso de infidelidad, el que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio, y vice versa.
migdaliae
 
Mensajes: 42
Registrado: Jue Jun 06, 2013 8:14 am

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor CasJor » Vie Ago 09, 2013 5:01 pm

¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?

En Mateo 19:3 “Se le acercaron unos fariseos y lo pusieron a prueba con esta pregunta; << ¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?>>

En Su respuesta, Jesús no entra en controversia sobre lo que la ley de Moisés permitió. Más bien, fue más allá de la ley de Moisés, y les señaló la narración escritural de la institución de Dios de la relación matrimonial (v.4-5), mostrando que Dios une al varón y a la mujer de manera que son uno. Luego señala: "De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre" (v.6). El divorcio es contrario al principio; por tanto, ¡Jesús prohíbe el divorcio! Esta verdad es corroborada por otros pasajes que enseñan que el matrimonio ata al marido y a la mujer el uno al otro por todo el tiempo que ambos vivan (Rom. 7:2-3; 1 Cor. 7:39)

La respuesta de Jesús naturalmente provocó una segunda pregunta: "¿Por qué Moisés ordenó que se firme un certificado en el caso de divorciarse?" (v.7). Si el divorcio era incorrecto, ¿por qué era este una parte de la ley de Moisés?

La respuesta de Jesús está en el versículo siguiente: "Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; más al principio no fue así." Jesús de esta manera regresó al principio, señalando que desde el principio, cuando Dios por primera vez instituyó la relación matrimonial, la designó para ser permanente. Las instrucciones de la ley con respecto al divorcio en Deuteronomio 24 no fueron dadas porque Dios deseaba el divorcio, porque no fue así. Esto fue contrario a su plan de amor analizado en la lección anterior. Dios lo permitió a causa de la dureza de sus corazones. Él, por alguna razón, vio acomodado un campo para la obstinación del hombre y la tolerancia del divorcio. Sus instrucciones en Deuteronomio 24 fueron designadas para regular el divorcio en cuanto a hacer lo mejor de una cosa mala.

Jesús, no obstante, regresó a las intenciones originales de Dios con respecto al matrimonio. El plan original de Dios fue: un hombre para una mujer de por vida. El permitió alguna desviación de ese plan, tolerando el divorcio bajo la ley de Moisés. Otra desviación de ese plan que Él puso en su lugar fue el de la poligamia. Jesús, no obstante, hizo claro que bajo Su ley, ninguna desviación de la intención original de Dios sería tolerada.
CasJor
 
Mensajes: 63
Registrado: Lun Jun 03, 2013 9:26 am
Ubicación: Costa Rica

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor Bertha Verduzco » Sab Ago 10, 2013 5:54 pm

¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?
Es la historia del corazón humano, que privado de la gracia le vuelve complejo interpretar correctamente la ley del Antiguo Testamento, que llegaba a esclavizar al hombre.
La dureza del corazón confunde la verdadera entrega, el don de sí mismo.

Bertha María Verduzco Cruz
Irapuato, Gto.
Bertha Verduzco
 
Mensajes: 31
Registrado: Vie Jun 07, 2013 9:47 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor marsanchez02 » Sab Ago 10, 2013 9:56 pm

Revela la debilidad moral del ser humano para seguir el mandato de Jesús y Su plan para nosotros de vivir un matrimonio indisoluble, único y orientado a la procreación amorosa.
marsanchez02
 
Mensajes: 26
Registrado: Vie Jul 26, 2013 6:47 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor maandreuster » Dom Ago 11, 2013 9:37 am

¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?
El "conocimiento" entre el hombre y la mujer es el EROS y el AGAPE de la primera enciclica desu SS el Papa Emerito Benedicto XVI. Si el hombre se revela a su mujer y la mujer se revela al hombre, con toda la plenitud del conocimiento que esto implica llegaran a una entrega mutua que ciertamente mejorara la relación familiar entre ellos y sus hijos. Lo que nos revela "por la dureza de vuestro corazón" es ese negarnos la oportunidad de "conocernos" con toda la problemática que esto significa.

Miguel Angel Andreu
León, Guanajuato. MEXICO
maandreuster
 
Mensajes: 104
Registrado: Lun Ago 06, 2012 7:20 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor cdirma09 » Dom Ago 11, 2013 2:56 pm

Hola muchas bendiciones para ustedes:
Buenas Tardes:

Pregunta y Respuesta:

1)¿Qué revelan las palabras "por la dureza de vuestro corazón"?



R= Es necesario tener en cuenta que, en la conversación con los fariseos (c f. Mt.19, 7-9; Mc 10, 4-6), Cristo toma posición respecto a la praxis de la ley mosaica acerca del llamado "libelo de repudio". Las palabras; " por la dureza de vuestro corazón"' dichas por Cristo, revelan no solo "la historia de los corazones", sino también la complejidad de la ley positiva del Antiguo Testamento, que buscaba siempre el " compromiso humano" en este campo tan delicado.

Que no dejemos cerrar nuestro corazón al amor de Cristo.
cdirma09
 
Mensajes: 43
Registrado: Vie Dic 28, 2012 7:05 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor Jeanette Palacios » Dom Ago 11, 2013 11:03 pm

¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?

Mateo 19:3-9 cuenta la discusión entre Jesús y los Fariseos acerca del tema del divorcio, impulsado por la pregunta de los Fariseos “¿Es lícito a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?. Esta pregunta está basada en Deuteronomio 24:1-4 que dice que si un hombre se sentía en descontento con su esposa porque él había encontrado alguna impuridad en ella, el podía escribirle un certificado de divorcio y enviarla lejos.

Y respondiendo Jesus y , dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo hombre y mujer, y añadió: “Por esta razón el hombre dejara a su Padre y a su Madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne?”
Los Fariseos citaron Deuteronomio 24:1-4 y desafiaron “Entonces, ¿por qué mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?” A lo que Jesús respondió “Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así DESDE EL PRINCIPIO.”

Esta respuesta revela lo que EL consideraba como el modelo Divino para las relaciones entre hombre y mujer es relato del Génesis de la Creación, no en pasajes más adelante donde vemos como se lidian con relaciones en un mundo caído. Moises dijo que permitió el divorcio por la dureza de vuestro corazón.

Por la dureza devuestro corazon revelan no solo la historia de los corazones, si no tambien la complejidad de la ley positiva del antiguo testamento que buscaba siempre el compromiso humano.
Jeanette Palacios
 
Mensajes: 140
Registrado: Mar Jun 04, 2013 2:16 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor mariaines » Lun Ago 12, 2013 5:08 am

¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?
Las palabras: “por la dureza de vuestro corazón”, dichas por Cristo, revelan no sólo “la historia de los corazones”, sino también la complejidad de la ley positiva del Antiguo Testamento, que buscaba siempre el “compromiso humano” en este campo tan delicado.
mariaines
 
Mensajes: 518
Registrado: Dom Ene 31, 2010 9:58 am

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Lun Ago 12, 2013 2:19 pm

Las palabras que pronunció Cristo en la conversación con los fariseos (cf. Mt 19 y Mc 10). Cristo se refiere al principio, a la dimensión originaria del misterio de la creación, que el pecado y la muerte entraron en la historia del hombre con corazón y nos permite encontrar la continuidad y el vínculo que existe entre estas dos situaciones, mediante las cuales se ha producido el drama de los orígenes y también la revelación del misterio del hombre al hombre histórico. Y que en el conocimiento conyugal, la mujer es dada al hombre y él a ella, porque el cuerpo y el sexo entran directamente en la estructura y en el contenido mismo de este conocimiento. En la realidad de la unión conyugal, en la que el hombre y la mujer se convierten en una sola carne, en la convivencia sexual, fecundacion y unicidad
MA SOCORRO A REYES L
 
Mensajes: 299
Registrado: Mié Abr 20, 2011 11:29 am

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor freddy henao » Lun Ago 12, 2013 2:52 pm

En este pasaje Jesús enseña algunos principios sobre el matrimonio, sin embargo el matrimonio no es el tema principal. La cuestión de fondo en la historia era la actitud con que los fariseos se habían aproximado a Jesús. La clave de interpretación se encuentra en el versículo 2: "los fariseos que querían ponerle a prueba". La Escritura nos confronta con nuestro pecado, es como un espejo ante la cual podemos ver nuestra imperfección y nuestra incapacidad para cumplir el propósito de Dios.
La ley revela el pecado del hombre, al ser confrontados con la palabra, los fariseos debieron notar la pobreza de su esfuerzo por cumplirla. Jesús debe recordarles el sentido correcto del mandamiento y debe hacerles ver la condición en la que se encontraban: "Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios". Del mismo modo muchos hoy en día son inmunes al poder transformador de la Escritura porque no se acercan con un corazón apropiado. Si nos acercamos con fe, si disponemos un corazón obediente, ciertamente la Escritura hablará a nuestro corazón para producir frutos de Vida Eterna.
freddy henao
 
Mensajes: 41
Registrado: Mar Jun 04, 2013 5:33 pm

Re: 20. El «conocerse» en la convivencia matrimonial

Notapor pitalux » Lun Ago 12, 2013 8:00 pm

Pregunta: ¿Qué revelan las palabras “por la dureza de vuestro corazón”?
R=Pues me parece que se refiere a nuestra NECEDAD,el creer que sabemos mas que nuestro creador como ser felices y como conducirnos.El ver las cosas con nuestros ojos humanos,nuestra razón y no con la sabiduria que esta en nuestros corazones.Dureza de corazon,es cubrirlo para no dejar salir nuestra escencia espiritual infusa en EL por Dios mismo.Y así comodamos la ley y lasnormas y los convenios etc .humanamente...que si bien no es malo ,sin duda el modo de Dios es mejor aunque no parezca.
pitalux
 
Mensajes: 83
Registrado: Mié Mar 13, 2013 5:32 pm

Siguiente

Volver a Catequesis de Juan Pablo II sobre el amor humano, Parte I: Principios del amor humano

¿Quién está conectado?

Usuarios registrados: No hay usuarios registrados visitando el Foro

Reportar anuncio inapropiado |
Reportar anuncio inapropiado |