21. Dignidad de la generación humana

En esta primera parte se toca la creación del hombre en relación a la sexualidad y el amor humano, la inocencia y la desnudez, el significado "esponsal" del cuerpo, la donación mutua, la vocación original del matrimonio, la dignidad de la procreación y los problemas del matrimonio en la visión integral del hombre.

Esta es la primera parte de seis partes que se darán de manera consecutiva e ininterrumpida. El curso completo se dará a lo largo de un año y consta de: :

Parte I: Principios del amor humano (23 lecciones)

Parte II: La purificación del corazón (40 lecciones)

Parte III: La resurrección de la carne (9 lecciones)

Parte IV: La virginidad cristiana (14 lecciones)

Parte V: El sacramento del matrimonio (27 lecciones)

Parte VI: Amor y fecundidad (16 lecciones)

Moderadores: pilar calva, Catholic.net, Margarita Gonzalez, Gabirela Vega, Moderadores Animadores

21. Dignidad de la generación humana

Notapor pilar calva » Mar Ago 13, 2013 2:15 pm

El «hombre» que, según el Génesis 4, 1, «conoce» por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, «al conocer» también, se ha «diferenciado» de todo el mundo de los seres viviente

(12-III-80/16-III-80)

1. En la meditación precedente sometimos a análisis la frase del Génesis 4, 1 y, en particular, el término “conoció”, utilizado en el texto original para definir la unión conyugal. También pusimos de relieve que este “conocimiento” bíblico establece una especie de arquetipo (1) personal de la corporeidad y sexualidad humana. Esto parece absolutamente fundamental para comprender al hombre, que desde el “principio” busca el significado del propio cuerpo. Este significado está en la base de la misma teología del cuerpo. El término “conoció” “se unió” (Gén 4, 1-2) sintetiza toda la densidad del texto bíblico analizado hasta ahora. El “hombre” que, según el Génesis 4, 1, “conoce” por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, “al conocer” también, se ha “diferenciado” de todo el mundo de los seres vivientes o animalia, afirmándose a sí mismo como persona y sujeto. El “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, no lo aleja ni puede alejarlo del nivel de ese primordial y fundamental autoconocimiento. Por lo tanto -diga lo que diga sobre esto una mentalidad unilateralmente “naturalista”-, en el Génesis 4, 1, no puede tratarse de una aceptación pasiva de la propia determinación por parte del cuerpo y del sexo, precisamente porque se trata de “conocimiento”.

Es, en cambio, un descubrimiento ulterior del significado del propio cuerpo, descubrimiento común y recíproco, así como común y recíproca es desde el principio la existencia del hombre a quien “Dios creó varón y mujer”. El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación (cf. Gén 1, 27; 2, 23). En este “conocimiento” el hombre confirma el significado del nombre “Eva”, dado a su mujer, “por ser la madre de todos los vivientes” (Gén 3, 20).

2. Según el Génesis 4, 1, aquel que conoce es el varón, y la que es conocida es la mujer-esposa, como si la determinación específica de la mujer, a través del propio cuerpo y sexo, escondiese lo que constituye la profundidad misma de su feminidad. En cambio, el varón fue el primero que -después del pecado- sintió vergüenza de su desnudez, y el primero que dijo: “He tenido miedo, porque estaba desnudo, y me escondí” (Gén 3, 10). Será necesario volver todavía por separado al estado de ánimo de ambos después de perder la inocencia originaria. Pero ya desde ahora es necesario constatar que en el “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, el misterio de la feminidad se manifiesta y se revela hasta el fondo mediante la maternidad, como dice el texto: “la cual concibió y parió”. La mujer está ante el hombre como madre, sujeto de la nueva vida humana que se concibe y se desarrolla en ella, y de ella nace al mundo. Así se revela también hasta el fondo el misterio de la masculinidad del hombre, es decir, el significado generador y “paterno” de su cuerpo (2).

3. La teología del cuerpo, contenida en el libro del Génesis, es concisa y parca en palabras. Al mismo tiempo, encuentran allí expresión contenidos fundamentales, en cierto sentido primarios y definitivos. Se encuentran todos a su modo en ese “conocimiento” bíblico. La constitución de la mujer es diferente respecto al varón; más aún, hoy sabemos que es diferente hasta en sus determinantes bio-fisiológicas más profundas. Se manifiesta exteriormente sólo en cierta medida, en la estructura y en la forma de su cuerpo. La maternidad manifiesta esta constitución interiormente, como particular potencialidad del organismo femenino, que con peculiaridad creadora sirve a la concepción y a la generación del ser humano, con el concurso del varón. El “conocimiento” condiciona la generación.
La generación es una perspectiva, que varón y mujer insertan en su recíproco “conocimiento”. Por lo cual éste sobrepasa los límites de sujeto-objeto, cual varón y mujer parecen ser mutuamente, dado que el “conocimiento” indica, por una parte, a aquel que “conoce”, y por otra, a la que “es conocida” (o viceversa). En este “conocimiento” se encierra también la consumación del matrimonio, el específico consummatum; así se obtiene el logro de la “objetividad” del cuerpo, escondida en las potencialidades somáticas del varón y de la mujer, y a la vez el logro de la objetividad del varón que “es” este cuerpo. Mediante el cuerpo, la persona humana es “marido” y “mujer”; simultáneamente, en este particular acto de “conocimiento”, realizado por la feminidad y masculinidad personales, parece alcanzarse también él descubrimiento de la “pura” subjetividad del don: es decir, la mutua realización de sí en el don.

4. Ciertamente, la procreación hace que “el varón y la mujer (su esposa)” se conozcan recíprocamente en el “tercero” que trae origen de los dos. Por eso, ese “conocimiento” se convierte en un descubrimiento a su manera, en una revelación del nuevo hombre, en el que ambos, varón y mujer, se reconocen también a sí mismos, su humanidad, su imagen viva. En todo esto que está determinado por ambos a través del cuerpo y del sexo, el “conocimiento” inscribe un contenido vivo y real. Por tanto, el “conocimiento” en sentido bíblico significa que la determinación “biológica” del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.

5. Toda la constitución exterior del cuerpo de la mujer, su aspecto particular, las cualidades que con la fuerza de un atractivo perenne están al comienzo del “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1-2 (”Adán se unió a Eva, su mujer”), están en unión estrecha con la maternidad. La Biblia (y después la liturgia), con la sencillez que le es característica, honra y alaba a lo largo de los siglos “el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron” (Lc 11, 2). Estas palabras constituyen un elogio de la maternidad, de la feminidad, del cuerpo femenino en su expresión típica del amor creador. Y son palabras que en el Evangelio se refieren a la Madre de Cristo, María, segunda Eva. En cambio, la primera mujer, en el momento en que se reveló por primera vez la madurez materna de su cuerpo, cuando “concibió y parió”, dijo: “He alcanzado de Yahvé un varón” (Gén 4, 1).

6. Estas palabras expresan toda la profundidad teológica de la función de generar-procrear. El cuerpo de la mujer se convierte en el lugar de la concepción del nuevo hombre (3). En su seno, el hombre concebido toma su propio aspecto humano, antes de venir al mundo. La homogeneidad somática del varón y de la mujer, que encontró su expresión primera en las palabras: “Es carne de mi carne y hueso de mis huesos” (Gén 2, 23), está confirmada a su vez por las palabras de la primera mujer-madre: “He alcanzado un varón”. La primera mujer parturienta tiene plena conciencia del misterio de la creación, que se renueva en la generación humana. Tiene también plena conciencia de la participación creadora que tiene Dios en la generación humana, obra de ella y de su marido, puesto que dice: “He alcanzado de Yahvé un varón”.

No puede haber confusión alguna entre las esferas de acción de las causas. Los primeros padres transmiten a todos los padres humanos -también después del pecado, juntamente con el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal y como en el umbral de todas las experiencias “históricas”- la verdad fundamental acerca del nacimiento del hombre a imagen de Dios, según las leyes naturales. En este nuevo hombre -nacido de la mujer-madre por obra del varón-padre- se reproduce cada vez la misma “imagen de Dios”, de ese Dios que ha constituido la humanidad del primer hombre: “Creó Dios al hombre a imagen suya..., varón y mujer los creó” (Gén 1, 27).

Aunque existen profundas diferencias entre el estado de inocencia originaria y el estado pecaminoso heredado del hombre, esa “imagen de Dios” constituye una base de continuidad y de unidad. El “conocimiento” de que habla el Génesis 4, 1, es el acto que origina el ser, o sea, en unión con el Creador, establece un nuevo hombre en su existencia. El primer hombre, en su soledad trascendental, tomó posesión del mundo visible, creado para él, conociendo e imponiendo nombre a los seres vivientes (animalia). El mismo “hombre”, como varón y mujer, al conocerse recíprocamente en esta específica comunidad-comunión de personas, en la que el varón y la mujer se unen tan estrechamente entre sí que se convierten en “una sola carne”, constituye la humanidad, es decir, confirma y renueva la existencia del hombre como imagen de Dios.

Cada vez ambos, varón y mujer, renuevan, por decirlo así, esta imagen del misterio de la creación y la transmiten “con la ayuda de Dios-Yahvé”.
Las palabras del libro del Génesis, que son un testimonio del primer nacimiento del hombre sobre la tierra, encierran en sí, al mismo tiempo, todo lo que se puede y se debe decir de la dignidad de la generación humana.

(1) En cuanto a los arquetipos, C. G. Jung los describe como formas “a priori” de varias funciones del alma: percepción de relación, fantasía creativa. Las formas se llenan de contenido con materiales de la experiencia. No son inertes, sino que están cargadas de sentimiento y de tendencia (véase sobre todo: Die psychologischen Aspekte des Mutterarchetypus, Eranos 6, 1938, pp. 405-409).

Según esta concepción, se puede encontrar un arquetipo en la mutua relación varón-mujer, relación que se basa en la realización binaria y complementaria del ser humano en dos sexos. El arquetipo se llenará de contenido mediante la experiencia individual y colectiva, y puede poner en movimiento a la fantasía creadora de imágenes. Sería necesario precisar que el arquetipo: a) no se limita ni se exalta en la relación física, sino que incluye la relación del “conocer”; b) está cargado de tendencia: deseo-temor, don-posesión c) el arquetipo, como proto-imagen (”Urbild”) es generador de imágenes (”Bilder”).

El tercer aspecto nos permite pasar a la hermenéutica, en concreto a la de textos de la escritura y la Tradición. El lenguaje religioso primario es simbólico (cf. W. Stahlin, Symbolon, 1958; I. Macquarrie, God Talk, 1968; T. Fawcett, The Symbolic Language of Religion, 1970). Entre los símbolos, él prefiere algunos radicales o ejemplares, que podríamos llamar arquetipales. Ahora bien, entre los de la Biblia usa el de la relación conyugal, concretamente al nivel del “conocer” descrito.
Uno de los primeros poemas bíblicos, que aplica el arquetipo conyugal a las relaciones de Dios con su Pueblo, culmina en el verbo comentado: “Conocerás al Señor” (Os 2, 22; weyadaeta ‘et Yhwh; atenuado en “Conocerá que yo soy el Señor” = wydet ky ‘ny Yhwh: Is 49, 23; 60, 16; Ez 16, 62, que son los tres poemas conyugales). De aquí parte una tradición literaria, que culminará en la aplicación paulina de Ef 5 a Cristo y a la Iglesia; luego pasará a la tradición patrística y a la de los grandes místicos (por ejemplo, “Llama de amor viva”, de San Juan de la Cruz).

En el tratado Grundzüge der Literatur und Sprachwissenschaft, vol. I, Munich 1976, 4 ed., pág. 462, se definen así los arquetipos: “Imágenes y motivos arcaicos, que según Jung, forman el contenido del inconsciente colectivo común a todos los hombres; presentan símbolos, que en todos los tiempos y en todos los pueblos hacen vivo de manera imaginaria lo que para la humanidad es decisivo en cuanto a ideas, representaciones e instintos”.
Freud, a lo que parece, no utiliza el concepto de arquetipo. Establece un símbolo o código de correspondencias fijas entre imágenes presentes-patentes y pensamientos latentes. El sentido de los símbolos es fijo, aun cuando no único; pueden ser reducibles a un pensamiento último irreducible a su vez, que suele ser alguna experiencia de la infancia.

Estos son primarios y de carácter sexual (pero no los llama arquetipos). Véase T. Todorov, Théories du symbol, París, 1977, págs. 317 ss.; además, J. Jacoby, Komplex, Archetyp, Symbol in der Psycologie C. G. Jungs, Zurich, 1957.

(2) La paternidad es uno de los aspectos de la humanidad más puestos de relieve en la Sagrada Escritura.
El texto del Gén 5, 3: “Adán... engendró un hijo a su imagen y semejanza”, se une explícitamente al relato de la creación del hombre (Gén 1, 27; 5, 1) y parece atribuir al padre terrestre la participación en la obra divina de transmitir la vida, y quizá también en esa alegría presente en la afirmación: “y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho” (Gén 1, 31).

(3) Según el texto del Gén 1, 26, la “llamada” a la existencia es al mismo tiempo transmisión de la imagen y semejanza divina. El hombre debe proceder a transmitr esta imagen, continuando así la obra de Dios. El relato de la generación de Set subraya este aspecto: “Adán tenía 130 años cuando engendró un hijo a su imagen y semejanza” (Gén 5, 3).
Dado que Adán y Eva eran imagen de Dios, Set hereda de sus padres esta semejanza para transmitirla a los otros.

Pero en la Sagrada Escritura toda vocación está unida a una misión; la llamada, pues, a la existencia es ya predestinación a la obra de Dios:
“Antes que te formara en el vientre te conocí, antes de que tú salieses del seno materno te consagré” (Jer 1, 5; cf. también Is 44, 1; 49, 1. 5).
Dios es Aquel que no sólo llama a la existencia, sino que sostiene y desarrolla la vida desde el primer momento de la concepción:
“Tú eres quien me sacó del vientre, me tenías confiado en el pecho de mi madre; desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno Tú eres mi Dios” (Sal 22, 10. 11; cf. Sal 139, 13-15).

La atención del autor bíblico se centra en el hecho mismo del don de la vida. El interés por el modo en que esto sucede, es más bien secundario y sólo aparece en los libros posteriores (cf. Job 10, 8, 11; 2 Mac 7, 22-23; Sab 7, 1-3).

Pregunta:
Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
“Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.” Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor yanuf » Mar Ago 13, 2013 5:58 pm

El “hombre” que, según el Génesis 4, 1, “conoce” por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, “al conocer” también, se ha “diferenciado” de todo el mundo de los seres vivientes o animalia, afirmándose a sí mismo como persona y sujeto. El “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, no lo aleja ni puede alejarlo del nivel de ese primordial y fundamental autoconocimiento. Por lo tanto -diga lo que diga sobre esto una mentalidad unilateralmente “naturalista”-, en el Génesis 4, 1, no puede tratarse de una aceptación pasiva de la propia determinación por parte del cuerpo y del sexo, precisamente porque se trata de “conocimiento”.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor Hugo Roberto Rosas » Mar Ago 13, 2013 6:00 pm

el conocimiento es importante;fundamenta al hombre a unirse,y saber,escudriñar el ser.
Conocer es saber que hombre y la mujer son compatible para su unión,(es carne de mi carne)
El conocer basado en la esploracion;adactacion, compatibilidad,masculinidad y feminidad,se atraen
en reciprocidad.Para esto los dos entienden por medio del conocimiento que fundamental el hecho de su creador,
(lo cual concibió y pario) dándole mayor sentido a lo que Dios quería de Ellos,( id y multiplicaos).
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor marielflo » Mar Ago 13, 2013 8:00 pm

Según el Génesis 4, 1, aquel que conoce es el varón, y la que es conocida es la mujer-esposa. Es necesario constatar que en el "conocimiento", el misterio de la feminidad se manifiesta y se revela hasta el fondo mediante la maternidad, como dice el texto: "la cual concibió y parió". La mujer está ante el hombre como madre, sujeto de la nueva vida humana que se concibe y se desarrolla en ella, y de ella nace el mundo. Se revela también el misterio de la masculinidad del hombre, el significado generador y "paterno" de su cuerpo.

En el "conocimiento" bíblico, la constitución de la mujer es diferente respecto al varón ya que la maternidad manifiesta es particular potencialidad del organismo femenino, que con peculiaridad creadora sirve a la concepción y a la generación del ser humano, con el concurso del varón. El "conocimiento" condiciona la generación, que encierra también la consumación del matrimonio y el descubrimiento de la "pura" subjetividad del don: es decir, la mutua realización de sí en el don.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor NELSON » Mar Ago 13, 2013 8:35 pm

SEGÚN EL TEXTO QUE ENTRESACAMOS DE LA CATEQUESIS DEL PAPA. ¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA PALABRA CONOCIMIENTO, EXTRAÍDA DEL GÉNESIS 4 AL HABLAR DE LA UNIÓN DE HOMBRE Y MUJER?
SEGÚN EL GÉNESIS 4, 1, AQUEL QUE CONOCE ES EL VARÓN, Y LA QUE ES CONOCIDA ES LA MUJER-ESPOSA, COMO SI LA DETERMINACIÓN ESPECÍFICA DE LA MUJER, A TRAVÉS DEL PROPIO CUERPO Y SEXO, ESCONDIESE LO QUE CONSTITUYE LA PROFUNDIDAD MISMA DE SU FEMINIDAD. EN CAMBIO, EL VARÓN FUE EL PRIMERO QUE -DESPUÉS DEL PECADO- SINTIÓ VERGÜENZA DE SU DESNUDEZ, Y EL PRIMERO QUE DIJO: "HE TENIDO MIEDO, PORQUE ESTABA DESNUDO, Y ME ESCONDÍ" (GÉN 3, 10). SERÁ NECESARIO VOLVER TODAVÍA POR SEPARADO AL ESTADO DE ÁNIMO DE AMBOS DESPUÉS DE PERDER LA INOCENCIA ORIGINARIA. PERO YA DESDE AHORA ES NECESARIO CONSTATAR QUE EN EL "CONOCIMIENTO", DE QUE HABLA EL GÉNESIS 4, 1, EL MISTERIO DE LA FEMINIDAD SE MANIFIESTA Y SE REVELA HASTA EL FONDO MEDIANTE LA MATERNIDAD, COMO DICE EL TEXTO: "LA CUAL CONCIBIÓ Y PARIÓ". LA MUJER ESTÁ ANTE EL HOMBRE COMO MADRE, SUJETO DE LA NUEVA VIDA HUMANA QUE SE CONCIBE Y SE DESARROLLA EN ELLA, Y DE ELLA NACE AL MUNDO. ASÍ SE REVELA TAMBIÉN HASTA EL FONDO EL MISTERIO DE LA MASCULINIDAD DEL HOMBRE, ES DECIR, EL SIGNIFICADO GENERADOR Y "PATERNO" DE SU CUERPO.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor Mary Jo » Mar Ago 13, 2013 11:18 pm

Preguntas:
A. Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
La palabra “conocimiento” al hablar de la unión de hombre y mujer es importante por las siguientes razones:
1. Significa la unión en el acto conyugal del varón y de la mujer.
2. Este “conocer” tiene un efecto importante porque a través de ella el hombre se “diferencia” de todo el mundo de los seres vivientes o animalia, afirmándose de este modo como persona y sujeto.
3. Indica aquel que “conoce” y aquella que es “conocida” (o viceversa).
4. El "conocimiento" en sentido bíblico significa que la determinación "biológica" del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.
5. El "conocimiento" es el acto que origina el ser, en unión con el Creador, establece un nuevo hombre en su existencia.

B. "Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad." ¿Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad?
El hombre y la mujer al “conocerse” a través de la unión conyugal están abiertos a la vida, a la procreación. Gracias al cuerpo y al sexo el hombre y la mujer son co-creadores de un nuevo ser.
La procreación hace que "el varón y la mujer (su esposa)" se conozcan recíprocamente en el "tercero" que trae origen de los dos.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor mariaines » Mié Ago 14, 2013 5:01 am

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
“Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.” Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad

- El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación (cf. Gén 1, 27; 2, 23). En este "conocimiento" el hombre confirma el significado del nombre "Eva", dado a su mujer, "por ser la madre de todos los vivientes" (Gén 3, 20).
- Según el Génesis 4, 1, aquel que conoce es el varón, y la que es conocida es la mujer-esposa, como si la determinación específica de la mujer, a través del propio cuerpo y sexo, escondiese lo que constituye la profundidad misma de su feminidad.
- En este "conocimiento" se encierra también la consumación del matrimonio, el específico consummatum; así se obtiene el logro de la "objetividad" del cuerpo, escondida en las potencialidades somáticas del varón y de la mujer, y a la vez el logro de la objetividad del varón que "es" este cuerpo.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor jcuengar » Mié Ago 14, 2013 9:45 am

Esta definición Bíblica de la palabra conocimiento es importante, porque sólo así se entiende la posibilidad real de la unión esponsal, del matrimonio.
La sexualidad es entendida como una relación necesariamente orientada al Tú. En ese sentido es activa y proactiva. La sexualidad diferenciada realiza un complemento perfecto de donaciones del yo al tú y de ambos a otros tú (los hijos).
Conocer es entendido como exponerse, darse a conocer, dejarse de sí para el otro. Es otorgar todas mis capacidades no sólo en la sexualidad genital sino, mental, emocional, espiritual, en el más amplio sentido de la sexualidad que es la donación total todo el tiempo, generando belleza y plenitud, hasta dar la vida por el otro a quien conozco. Como hizo el pastor por su Ovejas. Conozco a mis Ovejas y ellas me conocen y por eso doy la vida por ellas. En este sentido, esta donación máxima de dar la vida por el otro y para el otro es la expresión máxima del amor. Nadie ama más que el que da la vida por sus amigos.
Entendido así, el término conocer se equipara a Amar. Adán amo a su mujer (y ella a él, no por sumisión sino por vocación, ACTIVAMENTE). Así pues, la importancia de este termino es evidenciara que sólo así es posible la unión del hombre con su mujer para ser los dos una sola carne, una sola cosa. Por otro lado este conocer que es activo implica un acto libre de la voluntad de darse y recibir al otro. El Sacramento del matrimonio o del orden, nos recuerda esto.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor virginia castro » Mié Ago 14, 2013 11:43 am

Virginia Castro
Leccion #21

En el lenguaje biblico, para designar la union sexual del hombre y la mujer, se emplea el termino "conocer", indicandose asi la profundidad humana de dicha relacion, que dandose a traves del cuerpo, se situa al mismo tiempo en el ambito de la inteligencia y la voluntad.
El nombre de Cain, encuentra su explicacion en el texto biblico, por su parecido a la exclamacion de Eva " He adquirido"..que en hebreo se dice ganiti. de esta forma se resalta la intervencion de Dios en la generacion del hijo. Una ensenanza constante en la biblia sera que los hijos son un don de Dios, y que es Dios quien otorga y niega la fecundidad.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor CasJor » Mié Ago 14, 2013 12:29 pm

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
“Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.” Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad.


En ese contexto, la palabra conocimiento está vinculada con el descubrimiento recíproco del significado del propio cuerpo por parte de varón y mujer, cada uno con características bien definidas y con funciones biológicas también propias y específicas para cada ser.

Así la mujer es símbolo manifiesto de maternidad, creada y preparada para la concepción y gestación del ser humano, o sea el potencial de transmitir vida, al igual que ellos, a imagen y semejanza de Dios.

De manera que esta palabra es utilizada para referirse a la relación interpersonal y profunda con Dios y los demás, así como también a la relación conyugal entre los esposos hombre y mujer. Ejemplo de ello el versículo 34 de Lucas 1 “María entonces dijo al ángel: <<¿Cómo puede ser eso, si yo no conozco varón?>> , como ha de entenderse el significado de la palabra conocer en este contexto es “tener relaciones sexuales”.

El conocimiento adquirido en ese vínculo no es tan solo la unión de los dos cuerpos, sino también la esencia de cada uno o sea la unión de sus almas. Es mediante este conocimiento que cada uno afirma más profundamente su propia masculinidad y feminidad.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor lindoro50 » Mié Ago 14, 2013 12:39 pm

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

Cuando la biblia dice "Conoció a su Mujer" significa que tuvieron relaciones sexuales (la palabra conoció en la Biblia denota un acto de intimidad), este lenguaje es típico entre textos judíos, a veces solo reemplazado por "durmió con...” pero lo que entendemos aquí es que Adán y Eva tuvieron relaciones sexuales, lo que dio como resultado a Caín. La frase que Eva agrega al decir el nombre del niño "Caín" que en hebreo suena parecido a la palabra que significa "adquirir" o "llegar a tener"... y dice "Por voluntad de Yahveh he adquirido varón" solo nos muestra a una Eva agradecida de poder tener un hijo varón.

“Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.” Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad?

La paternidad y maternidad se refieren directamente al momento en que el hombre y la mujer, uniéndose « en una sola carne », pueden convertirse en padres. Este momento tiene un valor muy significativo, tanto por su relación interpersonal como por su servicio a la vida. Ambos pueden convertirse en procreadores —padre y madre— comunicando la vida a un nuevo ser humano. Las dos dimensiones de la unión conyugal, la unitiva y la procreativa, no pueden separarse artificialmente sin alterar la verdad íntima del mismo acto conyugal. En el momento del acto conyugal, el hombre y la mujer están llamados a ratificar de manera responsable la recíproca entrega que han hecho de sí mismos con la alianza matrimonial. Ahora bien, la lógica de la entrega total del uno al otro implica la potencial apertura a la procreación: el matrimonio está llamado así a realizarse todavía más plenamente como familia. Ciertamente, la entrega recíproca del hombre y de la mujer no tiene como fin solamente el nacimiento de los hijos, sino que es, en sí misma, mutua comunión de amor y de vida. Pero siempre debe garantizarse la íntima verdad de tal entrega. Ésta, debe ser esencialmente coherente con la verdad objetiva de aquéllos que se entregan. La persona jamás ha de ser considerada un medio para alcanzar un fin; jamás, sobre todo, un medio de « placer ». La persona es y debe ser sólo el fin de todo acto. Solamente entonces la acción corresponde a la verdadera dignidad de la persona.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor 15jccu » Mié Ago 14, 2013 1:02 pm

Expresan toda la profundidad teológica de la función de generar-procrear. El cuerpo de la mujer se convierte en el lugar de la concepción del nuevo hombre (3). En su seno, el hombre concebido toma su propio aspecto humano, antes de venir al mundo. La homogeneidad somática del varón y de la mujer, que encontró su expresión primera en las palabras: “Es carne de mi carne y hueso de mis huesos” El “conocimiento” de que habla el Génesis 4, 1, es el acto que origina el ser, o sea, en unión con el Creador, establece un nuevo hombre en su existencia. El primer hombre, en su soledad trascendental, tomó posesión del mundo visible, creado para él, conociendo e imponiendo nombre a los seres vivientes (animalia). El mismo “hombre”, como varón y mujer, al conocerse recíprocamente en esta específica comunidad-comunión de personas, en la que el varón y la mujer se unen tan estrechamente entre sí que se convierten en “una sola carne”, constituye la humanidad, es decir, confirma y renueva la existencia del hombre como imagen de Dios.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor Jeanette Palacios » Mié Ago 14, 2013 4:29 pm

Porque es tan Importante la palabra Conocimiento extraida del Genesis al hablar de la union del hombre y mujer?

El hombre hantes de conocer ala mujer se sentia solo y cuando la conocio comprendio que ella era lo que el estaba nesecitando ella era necesaria en su vida y asi se afirmo a si mismo como persona y sujeto. Gen 4:1 No puede tratarse de una aceptacion pasiva de la propia determinacion por parte del cuerpo y del sexo y se trata del conocimiento por tanto el conocimiento en sentido biblico significa la determinacion biologica del hombre por parte de su cuerpo y sexo.

La palabra "Conocimento" es un descubrimiento ulterior del significado del propio cuerpo, descubrimiento común y recíproco, así como común y recíproca es desde el principio la existencia del hombre a quien "Dios creó varón y mujer". El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación (cf. Gén 1, 27; 2, 23). En este "conocimiento" el hombre confirma el significado del nombre "Eva", dado a su mujer, "por ser la madre de todos los vivientes" (Gén 3, 20).
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor Lucia Ramirez Landin » Mié Ago 14, 2013 4:59 pm

R= El conocimiento entre hombre - mujer debe darse de forma natural por eso se diferencia la humanidad de toda la animalia creada _Por tal motivo va mas a un nivel mas especifico que lleva a la procreacion , pero sin conocimiento la humanidad seguiria sumida en una pasividad ante la vida sin dar paso al designio de Dios de id y multiplicaos .
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor Maria 2 » Mié Ago 14, 2013 5:33 pm

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Génesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer? "Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad." Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad.

La palabra “conocimiento” al hablar de la unión de hombre y mujer es importante por las siguientes razones:

1. Significa la unión en el acto conyugal del varón y de la mujer.
2. Este “conocer” tiene un efecto importante porque a través de ella el hombre se “diferencia” de todo el mundo de los seres vivientes o animalia, afirmándose de este modo como persona y sujeto.
3. Indica aquel que “conoce” y aquella que es “conocida” (o viceversa).
4. El "conocimiento" en sentido bíblico significa que la determinación "biológica" del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.
5. El "conocimiento" es el acto que origina el ser, en unión con el Creador, establece un nuevo hombre en su existencia.

COMENTARIO: El hombre y la mujer al “conocerse” y en la unión conyugal están abiertos a la vida, a la procreación gracias a esto son co-creadores de un nuevo ser.
La procreación hace que "el varón y la mujer (su esposa)" se conozcan recíprocamente en el "tercero" (hijo) que trae origen de los dos.

Un abrazo y hasta pronto.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor yaluz » Mié Ago 14, 2013 8:51 pm

R: Su importancia radica en que la palabra “conocimiento “está relacionada con esa intima relación-unión entre el hombre y la mujer a través de la feminidad y masculinidad de sus cuerpos, esa relación reciproca que los hace volver nuevamente “al principio” a ser uno, una sola carne y no es precisamente un acto inerte, sin huellas, o como dice Juan Pablo II, no es un acto pasivo, es activo, pues 1º)proporciona un “conocimiento” un descubrimiento, del significado de su propio cuerpo, con sus características y funciones que a su vez, reafirman en cada uno su masculinidad y su feminidad 2º) Esa unión conyugal, corpórea, es también espiritual porque es la perfecta comunión con Dios, el Creador “ que a su imagen y semejanza los creó”. 3º) Ese conocimiento o acto sexual, permite la procreación, es decir, la continuidad de la obra de Dios, es decir, es la unión que origina al nuevo ser.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor herles » Mié Ago 14, 2013 9:39 pm

21 Según el texto que entresacamos de la catequesis del papa ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento extraído del Génesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

Por que representan la maternidad, la feminidad del cuerpo humano en su expresión típica del amor creador.
herles
 
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor Gabriela S » Jue Ago 15, 2013 8:59 am

Conocer significa tener conciencia de la dignidad humana, del propio cuerpo y del alma de cada quien. De nuestra relación con nuestro creador.
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor Javier Rolando » Jue Ago 15, 2013 9:44 am

SEGÚN EL TEXTO QUE ENTRESACAMOS DE LA CATEQUESIS DEL PAPA. ¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA PALABRA CONOCIMIENTO, EXTRAÍDA DEL GENESIS 4 AL HABLAR DE LA UNIÓN DE HOMBRE Y MUJER?

“Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad
El “conocimiento”, del que habla el Génesis 4, 1, no aleja al hombre ni puede alejarlo del nivel de ese primordial y fundamental autoconocimiento. Por lo tanto -diga lo que se diga sobre esto una mentalidad unilateralmente “naturalista”-, en el Génesis 4, 1, no puede tratarse de una aceptación pasiva de la propia determinación por parte del cuerpo y del sexo, precisamente porque se trata de “conocimiento”.
El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación.
Javier Rolando
 
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Re: 21. Dignidad de la generación humana

Notapor monivargas1117 » Jue Ago 15, 2013 1:02 pm

¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Génesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

La palabra conocer es estar conciente de la exixstencia de "otro" /u otra parte.,mas la importanica que aqui se enfatiza es cuando se habla de la verdadera escencia del matrimonio, un acto de libre de la voluntad de darse y recibir al otro.
monivargas1117
 
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