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¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Génesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

Es importante porque “conocimiento” equivale a la verdadera entrega entre el hombre y la mujer o sea a la consumación del matrimonio. Ambos se “conocen” en la unión conyugal que en forma física y espiritual dan paso a una nueva vida.

El hombre desde el principio ha busca el significado de su propio cuerpo, y al conocerse se ha diferenciado entre los seres vivientes, afirmándose a sí mismo como persona y sujeto. El conocimiento permite que el hombre descubre que Dios creó varón y mujer. Este conocimiento encierra también la consumación del matrimonio, y el hombre conoce por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal. De esta manera se logra el objetivo y el propósito de que mediante el cuerpo, la persona humana es marido y mujer; y lograr la mutua realización de sí.

Sería como que teniendo yo el conocimiento para realizar una labor específica, decidiera hacerlo de una manera consciente y determinante, porque sé que puedo hacerlo, que tengo la capacidad para ello. Así el hombre, por el conocimiento mediante su cuerpo y sexo, logra el objetivo de ese cuerpo representado en las… “potencialidades somáticas del varón y de la mujer”…” la función de generar-procrear”. Varón y mujer son no sólo exteriormente distintos, sino hasta fisiológicamente hablando. La maternidad nace de la particular potencialidad de la mujer, que puede concebir y generar un nuevo ser humano, con la intervención del varón. Es así como el “conocimiento” condiciona la generación de una nueva vida, con plena conciencia del misterio de la creación y que se renueva con cada nuevo ser, reproduciéndose cada vez la misma “imagen de Dios”, de ese Dios que ha constituido la humanidad del primer hombre: “Creó Dios al hombre a imagen suya..., varón y mujer los creó”.

¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
Es importante porque esta palabra extraída del Génesis muestra como el hombre, "conoce" por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, "al conocer" también, se ha "diferenciado" de todo el mundo de los seres vivientes, afirmándose a sí mismo como persona y sujeto. El "conocimiento", de que habla el Génesis 4, 1, no lo aleja ni puede alejarlo del nivel de ese primordial y fundamental autoconocimiento. Por lo tanto diga lo que diga sobre esto una mentalidad unilateralmente "naturalista", en el Génesis 4, 1, no puede tratarse de una aceptación pasiva de la propia determinación por parte del cuerpo y del sexo, precisamente porque se trata de "conocimiento".
Si es, en cambio, un descubrimiento posterior del significado del propio cuerpo, descubrimiento común y recíproco, así como común y recíproca es desde el principio la existencia del hombre a quien "Dios creó varón y mujer".
JP II llega a la conclusión sobre la maternidad y paternidad?
La procreación hace que “el varón y la mujer (su esposa)” se conozcan recíprocamente en el “tercero” que trae origen de los dos. Por eso, ese “conocimiento” se convierte en un descubrimiento a su manera, en una revelación del nuevo hombre, en el que ambos, varón y mujer, se reconocen también a sí mismos, su humanidad, su imagen viva. En todo esto que está determinado por ambos a través del cuerpo y del sexo, el “conocimiento” inscribe un contenido vivo y real.
El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación.
Si es necesario constatar que en el "conocimiento", de que habla el Génesis 4, 1, el misterio de la feminidad se manifiesta y se revela hasta el fondo mediante la maternidad, como dice el texto: "la cual concibió y parió". La mujer está ante el hombre como madre, sujeto de la nueva vida humana que se concibe y se desarrolla en ella, y de ella nace al mundo. Así se revela también hasta el fondo el misterio de la masculinidad del hombre, es decir, el significado generador y "paterno" de su cuerpo.

¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
La palabra conocimiento se reviste de importancia en tanto que implica un acto de saber, de ser, de trascender como nuevo hombre en su existencia.
Al conocer, el hombre se transforma y se apropia de las grandezas que le ofrece Dios. Así, cuando tuvo conocimiento del mundo terreno puesto a sus pies, se apropió él y se ubicó en la cumbre de la creación, para hacer uso de ella y dominarla según sean sus necesidades.
Al conocerse recíprocamente, varón y mujer, se unen y se convierten en "una sola carne", para procrear y apropiarse de la humanidad, para revestirse del hombre nuevo que engendra, cría y renueva la vida, a través del don maravilloso de la paternidad-maternidad; todo de acuerdo con el plan divino, a imagen y semejanza de Dios.

El conocimiento es importante en la unión del hombre y la mujer porque al conocerse el uno al otro y ser esposos, con su persona entera, en cuerpo y alma, se encuentran consigo mismos, con el otro, y profundizan en la masculinidad y femineidad querida por Dios, realizan la paternidad y la maternidad. Juan Pablo II, a partir del relato del Génesis, relaciona el conocimiento con la procreación, la paternidad y la maternidad.
“Ciertamente, la procreación hace que “el varón y la mujer (su esposa)” se conozcan recíprocamente en el “tercero” que trae origen de los dos. Por eso, ese “conocimiento” se convierte en un descubrimiento a su manera, en una revelación del nuevo hombre, en el que ambos, varón y mujer, se reconocen también a sí mismos, su humanidad, su imagen viva. En todo esto que está determinado por ambos a través del cuerpo y del sexo, el “conocimiento” inscribe un contenido vivo y real. Por tanto, el “conocimiento” en sentido bíblico significa que la determinación “biológica” del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad”.

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

EL HOMBRE LLEGA A CONOCER A LA MUJER Y ASI MISMO EN EL ACTO DE LA UNION CONYUGAL
Y CONOCE PERFECTAMENTE LA FISONOMIA DE ELLA Y EL Y DIFERENCIA AL REINO DE ANIMALIA, LA FUNSION DE CADA UNA EN EL RESULTADO DE ESA UNION CONYUGAL ENGENDRAR A OTRO HOMBRE A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS POR MEDIO DE EL
Y ASI MISMO LA MUJER AL DAR LUZ A ESE VARON SE DA CUENTA Y TAMBIEN LLEGA A CONOCERSE Y LLEGA A DECIR
QUE DE YAVHE PROCREO UN VARON, OSEA QUE POR MEDIO DEL VARON Y EL PODER DE DIOS PUEDEN CADA VEZ QUE ENGENDRAN UN NUEVO VARON DE ESA MANERA CONTINUA LA CREACION A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS

Es muy importante la palabra conocimiento, porque le da el significado al cuerpo humano al vincularlo a la paternidad y maternidad, de varón y mujer se comprenden como marido y esposa, el hombre conoce a la mujer no solo en femenino, sino reconoce que son complemento para procrear, ella para concebir y parir, ella es el perfecto lugar de concepción de un nuevo ser, en el conocerse, queda claro la unidad y continuidad. En el conocerse se dan cuenta de que Dios está entre ellos y que son a imagen y semejanza de Él y que son parte de esta creación para poblarla, con seres como ellos, sus hijos.

Génesis 4, aquel que conoce es el varón y la conocida es la mujer esposa. Es necesario constatar que el conocimiento del que habla Génesis 4 revela hasta el fondo la maternidad. La constitución de la mujer es diferente respecto al varón. El misterio de la feminidad se revela mediante la maternidad, y el misterio de la masculinidad del hombre como significad generador y paterno de su cuerpo. El conocimiento condiciona la generación. En este conocimiento se encierra la consumación del matrimonio. El conocimiento de que habla el Génesis 4 es el acto que origina al ser en unión con el Creador. Es todo lo que se debe decir de la dignidad de la generación humana.

El «conocimiento» en sentido bíblico significa la determinación «biológica» del hombre que son varón y mujer y no sólo exteriormente distintos, sino fisiológicamente y hasta psicológicamente diferentes. Así la maternidad nace de esta potencialidad de la mujer, que puede concebir y generar un nuevo ser humano (recibir), con la intervención del varón (dar). Es así que este “conocimiento” mutuo condiciona la generación de una nueva vida, reproduciéndose cada vez la misma “imagen de Dios”

En el sentido bíblico, "conocer" en la relación humana implica una interacción no solo sexual, sino de toda la naturaleza humana tanto del marido como de la esposa: física, mental y espiritual, de modo por demás activo y con conciencia de si mismos y de la acción de Dios en este don.

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

Ya se había hablado de la soledad original que es el momento privilegiado en que el hombre toma conciencia de si mismo y de su existencia delante de Dios; es ese conocimiento intimo y profundo de si mismo como obra de las Manos del Creador. El que el hombre "conozca" a la mujer implica que se unan la soledad original de uno y otro y a través de esa unión entren en el conocimiento del misterio de la Creación, obra del Amor comunicativo de Dios.

La palabra "conocimento" se refiere a esa entrega total y completa entre el varón y la mujer. Pero no es sólo entrega de su cuerpo físico con su masculinidad y feminidad (su sexo), sino también de su alma y espíritu, formando así "una sola carne". Es el don que recibe el hombre de su Creador. Varón y mujer se complementan en su totalidad. Bíblicamente, se ve al varón como el que "conoce" a la mujer y la mujer es "conocida" por el hombre. Este "conocimento", que encierra la consumación del matrimonio a través del acto sexual, condiciona la generación o procreación.

En el principio, "Adán se unió (conoció) a Eva , su mujer, que concibió y parió." En este proceso de comunión de cuerpos, Dios con toda su perfección, abre el camino a la procreación de otro ser a partir de la unión de esos dos seres. Varón y mujer, perfectamente creados para dar vida, en unión uno del otro, tenían sus cuerpos diseñados para ello. De esta manera, ambos son vinculados a la paternidad y a la maternidad, cumpliendo con la función de generar y procrear, siguiendo la voluntad del Creador. El cuerpo de la mujer, con su feminidad, se convierte en el lugar de concepción de ese nuevo ser, tomando su propio aspecto humano, antes de venir al mundo. El hombre, con su masculinidad, se convierte activamente en generador de vida.

Así, varón y mujer son vinculados a la paternidad y a la maternidad, siendo partícipes en la obra divina de transmitir la vida, y continuando con el plan de Dios de "procread y multiplicaos..."(Gén 1,28).

Es tan importante la palabra CONOCIMIENTO al hablar del hombre y la mujer, porque, a diferencia de los animales, no sólo existe un "conocimiento" de los cuerpos, sino de su SER en totalidad. Es decir, se conoce su alma, su psicología, su forma de ser, sus sueños y, por su puesto, su cuerpo también. Pero no como un cuerpo deslindado de lo demás, sino como un todo, en el que se ama al ser completo con todas sus partes.

De ahí que en el ser humano esté arraigado ese desear "conocer a la persona" en el sentido intangible, porque si se pretende "conocer" únicamente en el cuerpo, se queda vacío porque el ser humano es capaz de mucho más.

¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
Porque en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del ser humano deja de ser algo pasivo alcanzando un nivel y contenido específicos para las personas llevandolas a una conciencia particular del significado del cuerpo humano referida a la paternidad y a la maternidad.

Es importante pues no sólo se utiliza para definir la unión conyugal sino que comporta un significado del cuerpo humano, vinculado a la paternidad y a la maternidad y al descubrimiento común y recíproco del mismo. El conocimiento se convierte en autodescubrimiento que en la procreación revela al nuevo hombre, en el que ambos, varón y mujer, se reconocen también a sí mismos, su humanidad, su imagen viva.

Al analizar la frase del Génesis 4, 1 y, en particular, el término “conoció”, utilizado en el texto original para definir la unión conyugal. También se pone de relieve que este “conocimiento” bíblico establece una especie de arquetipo (1) personal de la corporeidad y sexualidad humana. Esto parece absolutamente fundamental para comprender al hombre, que desde el “principio” busca el significado del propio cuerpo. Este significado está en la base de la misma teología del cuerpo. El término “conoció” “se unió” (Gén 4, 1-2) sintetiza toda la densidad del texto bíblico analizado hasta ahora. El “hombre” que, según el Génesis 4, 1, “conoce” por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, “al conocer” también, se ha “diferenciado” de todo el mundo de los seres vivientes o animalia, afirmándose a sí mismo como persona y sujeto. El “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, no lo aleja ni puede alejarlo del nivel de ese primordial y fundamental autoconocimiento. Por lo tanto -diga lo que diga sobre esto una mentalidad unilateralmente “naturalista”-, en el Génesis 4, 1, no puede tratarse de una aceptación pasiva de la propia determinación por parte del cuerpo y del sexo, precisamente porque se trata de “conocimiento”.

La palabra CONOCIMIENTO es importante en cuanto que se llega a CONOCER una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad. Esta conclusión a la que llega JP II, se la ha dado ese “conocimiento”; él se ha sumergido en la conciencia particular del significado real del cuerpo humano. Por cuanto, teniendo el varón y mujer una íntima relación y unión a través de sus cuerpos los lleva a formar una UNIDAD que se expresa fehacientemente en la unión conyugal (corporal y espiritual) que es la perfecta comunión con Dios, el Creador “a su imagen y semejanza los creó”. Ese conocimiento de unión íntima, permite la procreación; es decir, la continuidad de la obra de Dios, somos cocreadores porque seguimos el plan de Dios (multiplíquense…).