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Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad

JP II llego a la conclusión sobre la maternidad y paternidad así:

La maternidad: aparece como un ser especial al ser diferente que al varón, en su estructura y la forma del cuerpo, es creadora y generadora del ser humano, donde hubo un previo conocimiento de el y ella , una unión de cuerpos y la consumación del matrimonio.
La paternidad: es uno de los aspectos de la humanidad más puestos de relieve en la Sagrada Escritura. Cuando se expresa “Adán... engendró un hijo a su imagen y semejanza”, explicando la creación del hombre participando en la obra divina de transmitir la vida.

Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad

JP II llego a la conclusión sobre la maternidad y paternidad así:

La maternidad: aparece como un ser especial al ser diferente que al varón, en su estructura y la forma del cuerpo, es creadora y generadora del ser humano, donde hubo un previo conocimiento de el y ella , una unión de cuerpos y la consumación del matrimonio.
La paternidad: es uno de los aspectos de la humanidad más puestos de relieve en la Sagrada Escritura. Cuando se expresa “Adán... engendró un hijo a su imagen y semejanza”, explicando la creación del hombre participando en la obra divina de transmitir la vida.

Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad

JP II llego a la conclusión sobre la maternidad y paternidad así:

La maternidad: aparece como un ser especial al ser diferente que al varón, en su estructura y la forma del cuerpo, es creadora y generadora del ser humano, donde hubo un previo conocimiento de el y ella , una unión de cuerpos y la consumación del matrimonio.
La paternidad: es uno de los aspectos de la humanidad más puestos de relieve en la Sagrada Escritura. Cuando se expresa “Adán... engendró un hijo a su imagen y semejanza”, explicando la creación del hombre participando en la obra divina de transmitir la vida.

¿porqué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la union de hombre y mujer?
Segun el Genesis 4 el que conoce es el varon y la que es conocida es la mujer, como si la determinacion especifica de la mujer, atraves del propio cuerpo y sexo, escondiese lo que constituye la profundidad misma de su femenidad. Es decir el misterio de la femenidad y de la masculinidad se manifiestan y se revelan hasta el fondo en este reciproco conocimiento. Ella esta ante el como madre y el esta ante ella como padre, los dos son generadores de vida cocreadores con Dios de nuevos seres humanos que al igual que ellos son tambien semejanza de Dios.

Pregunta:
Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
"Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad." Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad

En primer lugar, creo, es importante entender este conocer como una integración entre varón y mujer, un compartir en el don mutuo, que le va revelando la unicidad, ya no serán dos si no una sola carne… en cuanto matrimonio, luego, el conocer inicial del hombre al ser el hombre el responsable de la creación, comienza a fundamentar el significado de su ser y por tanto de su cuerpo, el mismo que le genera soledad, cuando se identifica como distinto a los demás seres y se diferencia de los animalia. El conocimiento de la dualidad, de varón y mujer en su sexo, primero define su complementariedad, el hombre en la mujer y viceversa. Yal unirse y conocerse en su unión intima, prosigue un conocerse en relación a sí mismo y a un auto revelamiento de portador y continuador de los designios divinos en generador de vida. De que otra manera, sino, el hombre varón realizan su paternidad y la mujer su maternidad. Que resultan ser en el fondo una vez más fuente de conocer, al mirarse en la generación en el nuevo ser producto de esta unidad consciente.

El "conocimiento" de que habla Genesis 4, 1 es importante porque es el acto que origina al ser, o sea, en union con el Creador, establece un nuevo hombre en su existencia. El varon y la mujer, al conocerse reciprocamente en la communion de personas, se unen tan estrechamente entre si que se convierten en "una sola carne", es decir confirma y renueva la existencia del hombre como imagen de Dios.
En la maternidad, el organismo femenino con su peculiaridad creadora sirve a la concepcion y a la generacion del ser humano, con el concurso del varon.
Mediante el cuerpo, la persona humana es "marido y mujer" y en el acto de "conocimiento" realizado por la feminidad y masculinidad personales, descubren la mutual realizacion de si en el don.

El «hombre» que, según el Génesis 4, 1, «conoce» por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, «al conocer» también, se ha «diferenciado» de todo el mundo de los seres viviente. Es necesario constatar que en el “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, el misterio de la feminidad se manifiesta y se revela hasta el fondo mediante la maternidad, como dice el texto: “la cual concibió y parió”. La mujer está ante el hombre como madre, sujeto de la nueva vida humana que se concibe y se desarrolla en ella, y de ella nace al mundo. Así se revela también hasta el fondo el misterio de la masculinidad del hombre, es decir, el significado generador y “paterno” de su cuerpo. Ciertamente, la procreación hace que “el varón y la mujer (su esposa)” se conozcan recíprocamente en el “tercero” que trae origen de los dos. Por eso, ese “conocimiento” se convierte en un descubrimiento a su manera, en una revelación del nuevo hombre, en el que ambos, varón y mujer, se reconocen también a sí mismos, su humanidad, su imagen viva. En todo esto que está determinado por ambos a través del cuerpo y del sexo, el “conocimiento” inscribe un contenido vivo y real. Por tanto, el “conocimiento” en sentido bíblico significa que la determinación “biológica” del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.

Pregunta:
¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

"Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad."
"Conocimiento" indica, por una parte, a aquel que "conoce", y por otra, a la que "es conocida" (o viceversa).
En este "conocimiento" se encierra también la consumación del matrimonio, el consummatum; se obtiene el logro de la "objetividad" del cuerpo, escondida en las potencialidades somáticas del varón y de la mujer, y a la vez el logro de la objetividad del varón que "es" este cuerpo.
Mediante el cuerpo, la persona humana es "marido" y "mujer"; simultáneamente, en este particular acto de "conocimiento", realizado por la feminidad y masculinidad personales, parece el descubrimiento de la "pura" subjetividad del don: es decir, la mutua realización de sí en el don.

Pregunta:
¿Cómo es la relación conocimiento generación, muerte?
¿Qué significa que a pesar de todo se renueva siempre el ciclo de la vida?
La conciencia del significado del cuerpo y la conciencia de su significado generador están relacionadas, en el hombre, con la conciencia de la muerte.
Sin embargo, siempre retorna en la historia del hombre el ciclo "conocimiento-generación", en el que la vida lucha, siempre de nuevo, con la inexorable perspectiva de la muerte, y la supera siempre.
Es como si la razón de esta inflexibilidad de la vida, que se manifiesta en la "generación" fuese siempre el mismo "conocimiento", con que el hombre supera la soledad del propio ser y, más aún, se decide de nuevo a afirmar este ser en "otro".
Y ambos, varón y mujer, lo afirman en el nuevo hombre engendrado.
En esta afirmación, el "conocimiento" bíblico parece adquirir una dimensión todavía mayor. Es esa "visión" de Dios mismo, con la El hombre, a pesar de todas las experiencias de la propio vida, a pesar de los sufrimientos, de las desilusiones de sí mismo, de su estado pecaminoso, y a pesar, finalmente, de la perspectiva inevitable de la muerte, pone siempre de nuevo, sin embargo, el "conocimiento" al "comienzo" de la "generación"; él así parece participar en esa primera "visión" de Dios mismo: Dios Creador "vio..., y he aquí que era todo muy bueno". Y, siempre de nuevo, confirma la verdad de estas palabras.

El conocomiento, el misterio del hombre a imágen de Dios. El conocimiento del ser, en unión con el Creador, un nuevo hombre en su existencia. El primer hombre, como varón y mujer constituyen la humanidad, el varón y la mujer se unen en una sola carne. La primera mujer parturienta tiene plena conciencia del misterio de la creación, que se renueva en la generación humana. En este nuevo hombre -nacido de la mujer-madre por obra del varón-padre- se reproduce cada vez la misma imagen de Dios. La paternidad y la maternidad.

¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer? Toda la constitución exterior del cuerpo de la mujer, su aspecto particular, las cualidades que con la fuerza de un atractivo perenne están al comienzo del “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1-2 (”Adán se unió a Eva, su mujer”), están en unión estrecha con la maternidad. La homogeneidad somática del varón y de la mujer, que encontró su expresión primera en las palabras: “Es carne de mi carne y hueso de mis huesos” (Gén 2, 23), está confirmada a su vez por las palabras de la primera mujer-madre: “He alcanzado un varón”. La primera mujer parturienta tiene plena conciencia del misterio de la creación, que se renueva en la generación humana
“Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad La generación es una perspectiva, que varón y mujer insertan en su recíproco “conocimiento”.

Esta palabra tiene su importancia desde el sentido biológico, ya que el conocimiento implica tanto al sujeto que conoce como a lo que es conocido. Es decir que el hombre en su actividad de conocer adquiere plena conciencia del significado de su cuerpo, que a su vez esta vinculado al hecho de la paternidad y la maternidad y es en este hecho en donde se encierra la consumación del matrimonio haciendo uso de las capacidades somáticas del cuerpo tanto del hombre como de la mujer. De forma que adquieren pleno conocimiento de sus cuerpos.

¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
La palabra "conocimiento" en el lenguaje bíblico establece una especie de arquetipo personal de la corporeidad y sexualidad humana. Esto parece absolutamente fundamental para comprender al hombre, que desde el "principio" busca el significado del propio cuerpo. El "hombre" que, según el Génesis 4, 1, "conoce" por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, "al conocer" también, se ha "diferenciado" de todo el mundo de los seres vivientes o animalia, afirmándose a sí mismo como persona y sujeto.
El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación (cf. Gén 1, 27; 2, 23). En este "conocimiento" el hombre confirma el significado del nombre "Eva", dado a su mujer, "por ser la madre de todos los vivientes" (Gén 3, 20).
Es necesario constatar que en el "conocimiento", de que habla el Génesis 4, 1, el misterio de la feminidad se manifiesta y se revela hasta el fondo mediante la maternidad, como dice el texto: "la cual concibió y parió". La mujer está ante el hombre como madre, sujeto de la nueva vida humana que se concibe y se desarrolla en ella, y de ella nace al mundo. Así se revela también hasta el fondo el misterio de la masculinidad del hombre, es decir, el significado generador y "paterno" de su cuerpo.

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Génesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

Esto parece absolutamente fundamental para comprender al hombre, que desde el “principio” busca el significado del propio cuerpo. Este significado está en la base de la misma teología del cuerpo. El término “conoció” “se unió” (Gén 4, 1-2) sintetiza toda la densidad del texto bíblico analizado hasta ahora. El “hombre” que, según el Génesis 4, 1, “conoce” por vez primera a la mujer, su mujer, en el acto de la unión conyugal, es en efecto el mismo que, al poner nombre, es decir, “al conocer” también, se ha “diferenciado” de todo el mundo de los seres vivientes o animalia, afirmándose a sí mismo como persona y sujeto. El “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, no lo aleja ni puede alejarlo del nivel de ese primordial y fundamental autoconocimiento. Por lo tanto -diga lo que diga sobre esto una mentalidad unilateralmente “naturalista”-, en el Génesis 4, 1, no puede tratarse de una aceptación pasiva de la propia determinación por parte del cuerpo y del sexo, precisamente porque se trata de “conocimiento”.

Es, en cambio, un descubrimiento ulterior del significado del propio cuerpo, descubrimiento común y recíproco, así como común y recíproca es desde el principio la existencia del hombre a quien “Dios creó varón y mujer”. El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación (cf. Gén 1, 27; 2, 23). En este “conocimiento” el hombre confirma el significado del nombre “Eva”, dado a su mujer, “por ser la madre de todos los vivientes” (Gén 3, 20).

Sagrados Corazones de Jesús y María, protejan nuestras familias.

En el “Conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, el misterio de la feminidad se manifiesta y se revela hasta el fondo mediante la maternidad, como dice el texto: “la cual concibió y parió”. La mujer está ante el hombre como madre, sujeto de la nueva vida humana que se concibe y se desarrolla en ella, y de ella nace al mundo. Así se revela también hasta el fondo el misterio de la masculinidad del hombre, es decir, el significado generador y “paterno” de su cuerpo
El “conocimiento”, de que habla el Génesis 4, 1, nos lleva al autoconocimiento. El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación (cf. Gén 1, 27; 2, 23). En este “conocimiento” el hombre confirma el significado del nombre “Eva”, dado a su mujer, “por ser la madre de todos los vivientes” (Gén 3, 20).

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?

Es importante ya que tiene diferentes referencias: refiere al autoconocimiento del ser en primer lugar, saberse varón y mujer y reconocer la masculinidad o feminidad en el otro. A su vez refiere a conocer que soy sujeto y don y que el otro es complemento perfecto del varón o de la mujer y a su vez don. Al autoconocerse y conocer al otro se encuentra la determinación biológica en donde el sexo y el conocimiento del sexo deja de ser algo pasivo, pues se sabe que en la unión de mi ser con el otro ser, no sólo me hace don y una unión perfecta en la intimidad, sino que lo hace cocreador de unnuevo ser, naciedo ahí la paternidad y la maternidad. La unión de Dios crea a un tercero y es producto de la amor y de la actividad de ese amor en la donación del varón y la mujer.

2. Según el Génesis 4, 1, aquel que conoce es el varón, y la que es conocida es la mujer-esposa, como si la determinación específica de la mujer, a través del propio cuerpo y sexo, escondiese lo que constituye la profundidad misma de su feminidad. En cambio, el varón fue el primero que -después del pecado- sintió vergüenza de su desnudez, y el primero que dijo: “He tenido miedo, porque estaba desnudo, y me escondí” (Gén 3, 10).

El conocimiento que estaba en la base de la soledad originaria del hombre, está ahora en la base de esta unidad del varón y de la mujer, cuya perspectiva clara ha sido puesta por el Creador en el misterio mismo de la creación.

El “conocimiento” condiciona la generación. La generación es una perspectiva, que varón y mujer insertan en su recíproco “conocimiento”. Por lo cual éste sobrepasa los límites de sujeto-objeto, cual varón y mujer parecen ser mutuamente, dado que el “conocimiento” indica, por una parte, a aquel que “conoce”, y por otra, a la que “es conocida” (o viceversa). En este “conocimiento” se encierra también la consumación del matrimonio, el específico consummatum; así se obtiene el logro de la “objetividad” del cuerpo, escondida en las potencialidades somáticas del varón y de la mujer, y a la vez el logro de la objetividad del varón que “es” este cuerpo. Mediante el cuerpo, la persona humana es “marido” y “mujer”; simultáneamente, en este particular acto de “conocimiento”, realizado por la feminidad y masculinidad personales, parece alcanzarse también él descubrimiento de la “pura” subjetividad del don: es decir, la mutua realización de sí en el don.

Ciertamente, la procreación hace que “el varón y la mujer (su esposa)” se conozcan recíprocamente en el “tercero” que trae origen de los dos. Por eso, ese “conocimiento” se convierte en un descubrimiento a su manera, en una revelación del nuevo hombre, en el que ambos, varón y mujer, se reconocen también a sí mismos, su humanidad, su imagen viva. En todo esto que está determinado por ambos a través del cuerpo y del sexo, el “conocimiento” inscribe un contenido vivo y real. Por tanto, el “conocimiento” en sentido bíblico significa que la determinación “biológica” del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad.

El “conocimiento” de que habla el Génesis 4, 1, es el acto que origina el ser, o sea, en unión con el Creador, establece un nuevo hombre en su existencia. El primer hombre, en su soledad trascendental, tomó posesión del mundo visible, creado para él, conociendo e imponiendo nombre a los seres vivientes (animalia). El mismo “hombre”, como varón y mujer, al conocerse recíprocamente en esta específica comunidad-comunión de personas, en la que el varón y la mujer se unen tan estrechamente entre sí que se convierten en “una sola carne”, constituye la humanidad, es decir, confirma y renueva la existencia del hombre como imagen de Dios.

Cada vez ambos, varón y mujer, renuevan, por decirlo así, esta imagen del misterio de la creación y la transmiten “con la ayuda de Dios-Yahvé”.
Las palabras del libro del Génesis, que son un testimonio del primer nacimiento del hombre sobre la tierra, encierran en sí, al mismo tiempo, todo lo que se puede y se debe decir de la dignidad de la generación humana.

La palabra 'conocimiento' en Capítulo 4 del Génesis es muy importante al hablar de la unión del hombre y de la mujer, porque
indica la comunidad de las personas en el matrimonio, en la que los dos tienen una unión tan íntima que vienen a ser 'una misma carne'. Este conocimiento incluye no solo el del cuerpo del otro, sino también las manifestaciones particulares de la personalidad de cada uno, aportando la riqueza de los dones únicos dados por Dios a su comunidad.
Por medio de este 'conocimiento' se rebela hasta el fondo el misterio de la femineidad de la mujer y de la masculinidad del varón, que no todos son patentes a simple vista, y que les permiten la posibilidad de generar un nuevo ser humano, pudiendo con ello hacer vida la semejanza del hombre con Dios , que constituye una base de continuidad y unidad para el hombre y haciendo también vida la realización de sí en el don mutuo de las personas. Con ello se expresa la objetividad del cuerpo y la subjetividad del don de cada uno. El 'Conocimiento' pues, es fuente de riqueza matrimonial del ser, unido y aumentado por todas aquéllas que proporcionan las particularidades de cada uno de los cónyuges.
Pareciera que Juan Pablo II ha llegado a la conclusión sobre la maternidad y paternidad reflexionando sobre la manifestación de esa femineidad y masculinidad de las personas, que le lleva a darse cuenta de que toda la objetividad del cuerpo de ambos lleva necesariamente a producir esa paternidad y maternidad con las que las personas trascienden y se hacen plenos en la entrega total del don de sí mismos.

Según el texto que entresacamos de la catequesis del Papa. ¿Por qué es tan importante la palabra conocimiento, extraída del Genesis 4 al hablar de la unión de hombre y mujer?
"Por tanto, el «conocimiento» en sentido bíblico significa que la determinación «biológica» del hombre, por parte de su cuerpo y sexo, deja de ser algo pasivo, y alcanza un nivel y un contenido específicos para las personas autoconscientes y autodeterminantes; comporta, pues, una conciencia particular del significado del cuerpo humano, vinculada a la paternidad y a la maternidad." Cómo ha llegado JP II a la conclusión sobre la maternidad y paternidad

La palabra conocimiento es importante en Gen 4 ya que simboliza la unión conyugal entre hombre y mujer por la cual constituyen una sola carne. Es por el conocimiento del hombre hacia la mujer (y viceversa) como se unen y se aman. Fruto de ese amor se engendra una nueva vida para perpetuar la especie.
Fruto de ese encuentro sexual, de ese mutuo conocimiento, se participa en el poder Creador de Dios al traer una nueva vida al mundo. Ese nueva vida hace al hombre padre, y a la mujer, madre.

Saludos,
Javier Expósito