[b]¿Cuál es el secreto para que una obra de arte respete los cánones de una educación sana para la castidad?
"La creación del clima favorable a la educación de la castidad contiene estos dos componentes; se refiere, por decirlo así, a un círculo recíproco que hay entre la imagen y la visión, entre el ethos de la imagen y el ethos de la visión. Como la creación de la imagen, en el sentido amplio y diferenciado del término, impone al autor, artista o reproductor no sólo estética, sino también ética, así el «mirar» entendido según la misma amplia analogía, impone obligaciones a aquel que es receptor de la obra."[/b]
[i]Para que una obra de arte respete los cánones de una educación sana para la castidad debe estar inmersa en el principio de la “pureza de corazón”, tanto por parte del creador, como por parte del espectador. Ambos, el artista en el proceso de creación de su obra y el espectador en el proceso de “mirar” la obra artística, han de considerar y vivir la dignidad del hombre en su corporeidad masculina y femenina, y el significado esponsalicio de la feminidad y masculinidad.[/i]
[b]Haz un resumen de lo que es el arte en la Teología del Cuerpo.[/b]
[i]La creación artística de la humanidad, desde antiguo, en el desarrollo de los diversos campos de la cultura y en la “comunicación” social de ésta, ha tomado al cuerpo humano como tema-objeto. La constante “expresión visible” del cuerpo, en su desnudez, lleva a pensar que ese tema contiene algo misterioso que atrae y que no termina de ser escudriñado, deja insatisfecha la inquietud del hombre por alcanzar la bondad, la verdad y la belleza de la naturaleza humana.
Hay obras de arte (literarias, teatrales, cinematográficas, etc.) que al “ser contempladas” conducen al espectador hacia una conciencia viva del valor y la gran dignidad del hombre, varón y mujer. Hay otras, sin embargo, obscenas expresiones de “pornografía” o de “pornovisión”, que suscitan objeción en la esfera de la sensibilidad personal del hombre; en ellas se descubre una intencionalidad de reducción del hombre, y de su cuerpo, al rango de objeto de “goce”, destinado a la satisfacción de la concupiscencia, a su posesión anónima.
La verdad sobre el hombre considera el cuerpo humano como signo de la persona, con un significado esponsalicio, camino hacia la realización de la donación personal en la “comunión” de las relaciones interpersonales. De ahí la dignidad del hombre en su corporeidad masculina y femenina, que debe ser observada en la creación artística. El artista debe ser plenamente consciente de la verdad plena del objeto que aborda.
La objetivación artística significa un problema no sólo de naturaleza estética, sino también ética. Hay, en efecto, una relación entre el ethos de la imagen (o de la descripción) y el ethos de la visión (o de alguna otra forma de recepción cognoscitiva: escucha, lectura, etc). La obra de arte, respetuosa de los cánones de una educación sana para la castidad, debe expresar, manifestar y comunicar la verdad del objeto-tema, así por parte del artista; el espectador, por su parte, debe haber un esfuerzo para no quedarse como un “consumidor” superficial de las impresiones “sin opción”, para comuicarse con la verdad del objeto que el autor ha expresado. Así se genera un círculo recíproco entre el ethos de la imagen y el ethos de la visión. [/i]