30. El dominio del otro como consecuencia del pecado origina

Este curso tiene el objetivo de difundir la catequesis del amor humano, también conocida como Teología del Cuerpo.

En esta segunda parte se toca el adulterio, la concupiscencia, la donación mutua del hombre y a mujer en el matrimonio, la dignidad del cuerpo y del sexo, lo «ético» y lo «erótico» en el amor humano y el respeto al cuerpo.

Fechas:
Este curso consta 40 sesiones que se impartirán todos los martes y sábados a partir del 27 de agosto de 2013 , la última será el 3 enero de 2014

Moderadores: pilar calva, Catholic.net, Margarita Gonzalez, Moderadores Animadores

Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor maguie » Dom Sep 29, 2013 4:07 pm

LA vergüenza de la persona a partir del pecado original no solo se refiere al pudor sexual, a la necesidad de cubrir su cuerpo y defenderlo de la concupiscencia del otro y otros. Además de la diferencia de la percepción sobre el cuerpo, de las complicaciones que surgen a raíz de la pérdida de la vergüenza, cambia de tal manera la concepción que tiene la persona de sí misma y del otro, que lo que antes iba a realizarse simplemente por designio divino, sin costar trabajo y sin esfuerzo humano, ahora ha de hacerse con esfuerzo, con plena intención y enfrentarse a la realidad de que la otra persona puede no querer realizarlo. Hay oro aspecto: el modo en que cada uno de los dos entiende la realidad que percibe es muy diferente. Así, lo que uno percibe de un modo el otro lo percibe de modo completamente diferente, o le da una interpretación diferente de acuerdo a sus propias experiencias, que pareciera que antes se darían de modo parecido, es decir compartirían las actividades y las percibirían del mismo modo. Ahora eso también ha cambiado por lo que hay que hacer esfuerzo no solo por comprender la realidad como el otro la percibe, sino por comprender por qué lo percibe así, o aceptarlo aunque no se le comprenda completamente.
LA frase ‘buscarás a tu marido con ardor y él te dominará’ que describe el Génesis 3,16 se refiere a la necesidad con la que Dios termina su monólogo a la mujer, describe la necesidad del complemento en todos los aspectos -no solo se refiere al aspecto físico- por el cual la mujer siente la necesidad del complemento del hombre. Ella lo necesita en todos los aspectos de su vida... y él también, aunque no sea tan evidente.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor garu » Dom Sep 29, 2013 5:50 pm

El hombre, llamado a vivir en comunidad, luego del pecado ve deformado ese instinto de unidad y comunión a causa de la vergüenza que da paso a la concupiscencia. Las palabras del Creador, dirigidas a la mujer, se refieren realmente a ambos, hombre y mujer. Es decir, deformado el llamado a la unidad, a la unión conyugal con el fin de la procreación, el hombre y la mujer experimentarán una insaciabilidad de ese instinto de unidad y buscarán con “ardor” a una u otro, respondiendo a esa atracción mutua, dejándose dominar por la misma y perdiéndose la comunidad de personas original.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor maandreuster » Dom Sep 29, 2013 6:09 pm

Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda. Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: buscarás a tu marido con ardor…y él te dominará.
Significa una razón más para no lograr esa comunión que existía al principio cuando se veían como iguales. Bien lo dice que, aunque las palabras se las dijo a la mujer, éstas iban dirigidas al hombre y la mujer. A través de la historia la dominación en diferentes sociedades ha sido por parte del hombre, en unos momentos, y de la mujer en otros momentos. Y así también en la relación de pareja a veces domina el hombre y a veces domina la mujer.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor josemartin » Lun Sep 30, 2013 7:57 am

Este buscar a tu marido con ardor y el te dominará, en el sentido positivo me lleva a concluir que la vida es continua gracias al ardor o pasión o deseo de la mujer ella no sólo recibe la vida sino que es portadora, defensora y dadora de la vida que recibe, eso la lleva a buscar ardientemente esa continuidad de la vida.
Por su parte el varón que domina de manera negativa falta a su compromiso de cuidar de la vida por lo tanto satisface sólo su momento.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor Dairo Camacho » Lun Sep 30, 2013 9:58 am

Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda. Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: buscarás a tu marido con ardor…y él te dominará.

La realidad de la vergüenza en la persona, según el relato bíblico viene dada por varios factores, ya que no sólo se trata de la vergüenza que puede producir el pudor sexual, sino que también viene del hecho de la relación que tiene el hombre con Dios, en su estado de comunión íntima, ya que el pecado original ha generado una ruptura de esta relación, además de otras consecuencias que se derivan de él, por lo tanto el hombre ya no se siente en su estado original de gracia para con su creador y esto le produce vergüenza además del hecho de haber descubierto su identidad de hombre y mujer, mediante la desnudez de su cuerpo.
Por otro lado las palabras de Dios dirigidas a la mujer: "buscarás a tu marido con ardor... y él te dominará", tienen un carácter explicativo en el sentido que es la mujer, la que a lo largo de la historia ha estado subyugada a la autoridad del hombre en muy diversos ámbitos de la vida y las relaciones sociales, además del hecho que la unión de la pareja es una necesidad inherente a la naturaleza humana, que siempre está buscando unirse con su conyúgue y hacer realidad la comunión de personas, claro está que esta afirmación también puede aplicarse al hombre en contextos similares.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor freddy henao » Lun Sep 30, 2013 11:10 am

Una reflexión atenta sobre este texto nos permite deducir que la vergüenza, introducida en la seguridad absoluta ligada con el anterior estado de inocencia originaria en la relación recíproca entre el hombre y la mujer, tiene una dimensión más profunda. A este respecto es preciso volver a leer hasta el final el capítulo 3 del Génesis, y no limitarse al versículo 7 ni al texto de los versículos 10-11, que contienen el testimonio acerca de la primera experiencia de la vergüenza. He aquí que, después de esta narración, se rompe el diálogo de Dios-Yahvé con el hombre y la mujer, y comienza un monólogo. Yahvé se dirige a la mujer y habla en primer lugar de los dolores del parto que, de ahora en adelante, la acompañarán: "Multiplicaré los trabajos de tus preñeces. Parirás con dolor los hijos..." (Gén 3, 16).
A esto sigue la expresión que caracteriza la futura relación de ambos, del hombre y de la mujer: "Buscarás con ardor a tu marido, que te dominará" (Gén 3, 16). Las palabras de Dios Yahvé: "Buscarás con ardor a tu marido, que te dominará" (Gén 3, 16) no se refieren exclusivamente al momento de la unión del hombre y de la mujer, cuando ambos se unen de tal manera que se convierten en una sola carne (cf. Gén 2, 24), sino que se refiere al amplio contexto de las relaciones, aun indirectas, de la unión conyugal en su conjunto. Por primera vez se define aquí al hombre como "marido". En todo del contexto de la narración yahvista estas palabras dan a entender sobre todo una infracción, una pérdida fundamental de la primitiva comunidad-comunión de personas. Esta debería haber hecho recíprocamente felices al hombre y a la mujer mediante la búsqueda de una sencilla y pura unión en la humanidad, mediante una ofrenda recíproca de sí mismos, esto es, la experiencia del don de la persona expresado con el alma y con el cuerpo, con la masculinidad y la feminidad ("carne de mi carne": Gén 2, 23), y finalmente mediante la subordinación de esta unión a la bendición de la fecundidad con la "procreación".
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor Bertha Verduzco » Mar Oct 01, 2013 10:27 am

Después de la ruptura de la Alianza originaria con Dios, el hombre y la mujer se encontraron, más que unidos, divididos y contrapuestos a causa de su masculinidad y feminidad. El impulso instintivo a cubrir su cuerpo, describe la situación en la que el hombre, como varón o mujer -antes era más bien varón y mujer- se siente extrañado del cuerpo, como fuente de la originaria unión en la humanidad ("carne de mi carne") Esta contraposición no destruye la unión conyugal, querida por el Creador (cf. Gén 2, 24), ni sus efectos procreadores; pero confiere a la realización de esta unión otra dirección, que será propia del hombre de la concupiscencia.
Ahora están amenazados por la insaciabilidad de esa unión y unidad, llamados desde la eternidad a existir "en comunión". El pudor sexual está unido con la insaciabilidad de la aspiración a realizar la recíproca comunión de las personas en la "unión conyugal del cuerpo" (cf. Gén 2, 24).

Bertha Maria Verduzco Cruz
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor RoxanaGomez25 » Mar Oct 01, 2013 11:14 am

"Buscarás a tu marido con ardor.. y él te dominará", significa, una situación diferente de la original de comunión de don, significa ahora una diferente situación tanto exterior, como interior en el corazón de hombre y mujer, significa una expresión de dominio sobre el otro, de verse de otra manera, de una relación interpersonal que ahora se objetiviza, donde hay concupiscencia triple, con orgullo y soberbia, esta expresión si define el matrimonio, y que son una sola carne, sino que se va mas allá en las relaciones, no será la misma experiencia de ofrecerse mutuamente, sino que hay vergüenza, hay deformación del corazón, estas palabras se refieren a los dos, ponen de relieve el impulso institivo, donde se esconden y sienten sus cuerpos extraños, se contraponen con su cuerpo y su sexo, su unión aunque conyugal, se hace una unión hacia otra dirección, que es con la concupiscencia.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor Titica » Mar Oct 01, 2013 1:41 pm

En el relato de Genesis 3 como ya hemos estudiado se refiere a la verguenza que aparecio en el primer hombre junto con el pecado original, ya que aqui pierden el hombe y la mujer la inocencia originaria cuando se dan cuenta que estan desnudos y a partir de eso trae sus consecuencias en las relaciones debido entre los dos por la concupiscencia de la carne, el poder y dominio.
El significado de la frase biblica "buscaras con ardor a tu marido, que te dominara" la desigualdad con que la mujer se sentira como falta de unidad es decir en el amplio contexto de la union con el hombre a lo que estan llamados los dos segun Gn. 2,14.
Hay otro aspecto que no es solo el de la union de la carne, sino lo que se refiere al amplio contexto de las relaciones aun indirectas, de la union conyugal en su conjunto, donde se pierde la primitiva comunidad-comunion de personas, mediante una ofrenda reciproca de si mismos como fruto de una bendicion de Dios en la fecundadidad con la procreacion.
Como consecuencia de la ruptura de la alianza originaria con Dios, esas palabras de Dios-Yahve encuentra una resonancia profunda de la verguenza.El hombre y la mujer sienten una insaciabilidad en la aspiracion a realizar la reciproca communion de las personas en la union conyugal del cuerpo
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor pitiponce » Mié Oct 02, 2013 9:47 am

Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda. Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: buscarás a tu marido con ardor...y él te dominará.

La vergüenza profunda que sienten el hombre y la mujer se debe a que se dan cuenta de que en sus funciones vitales y en la forma de unión que tienen ellos, la estructura externa es la misma de siempre pero su corazón y su intención están muy lejos de lo que Dios quería en el principio y sobre todo, de que esta nueva situación lo que hará será alejarlos entre ellos mismos rompiendo así la común-unión que Dios quería en ellos y que todo esto en vez de acercarlos a Dios los aleja cada vez mas de El.
El hombre debía ser el que protegiera a la mujer pero por la concupiscencia esto se transforma en que el hombre se hace cargo de ella pero en forma de dominio y no como Dios lo había querido en el plan original, entonces la mujer se va a sentir no cuidada y con alguien en quien apoyarse, sino dominada y subyugada por la voluntad del hombre.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor jcuengar » Mié Oct 02, 2013 6:43 pm

Las expresiones de Dios a la mujer son más una ayuda para entender como será la nueva naturaleza humana caída que un castigo. Es decir, pone en alerta al hombre marido y a la mujer sobre la dificultad que tendran para encontrarse nuevamente como Don, como el Hijo que se dona enteramente al Padre. El hombre y la mujer no se donarán a sí mismos hasta la plenitud de los tiempos cuando Cristo Regina al hombre y le heredé la gracia del Espíritu Santo que lo devuelva a su estado original. Mientras tanto el hombre vera al otro constantemente como un camino largó y sinuoso para encontrar el sentido de la donación y uno al otro se demandarán y se servirán y serán evaluados y sentirán necesidad del otro con ansiedad de sentirse incompletos. El hombre redento experimente nuevamente la plenitud y por lo tanto experimentarse Don, como el Hijo al Padre.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor cabacort » Mié Oct 02, 2013 8:51 pm

Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda.
La vergüenza en la persona tiene que ver con la ruptura de la Alianza originaria con Dios. Al desobedecerlo, se rompe ese plan original de manifestación plena del amor en el hombre, sea como individuo, sea en la unión conyugal.
Así, se deforma la donación mútua de la unión conyugal, poniendo en su lugar todo lo que deforme el corazón y que no permita que el amor de pareja se manifieste plenamente.
Y todo esto tiene su raíz más profunda en la concupisciencia, no solo de la carne, sino la de los ojos y la del orgullo de la vida, expuestas en el primera Carta de Juan 2,16.
Nuevamente, el dejarse llevar por las cosas del mundo y no por las cosas de Dios, llevan al hombre a romper la Alianza con el Padre, originando vergüenza y pudor, al saberse desnudo, al saberse pecador, al saberse indigno de él, al sentirse con un corazón de piedra, deformado por la concupiscencia.
Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: buscarás a tu marido con ardor...y él te dominará.
El deseo de vivir en comunión es inherente al hombre; y es en la relación conyugal donde se vive esto de manera plena y completa. No obstante, a veces ese deseo, esa búsqueda se acompaña por el deseo de poder, de dominación del más fuerte por el más débil.
En la búsqueda de una pareja, el hombre o la mujer desean con tal vehemencia esa relación, que es frecuente que no sea una relación equitativa, sino que uno de ellos domina al otro, siendo lo más típico la dominación del hombre sobre su mujer.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor pitalux » Jue Oct 03, 2013 1:32 pm

Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda. Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: buscarás a tu marido con ardor…y él te dominará.

El Buscar a tu marido con ardor....se refiere a buscar ,anhelantemente esa unión,esa compenetración total de alma y cuerpo,de mente y espíritu que se tenía en el principio y que por el pecado original se pierde...Y El (hombre) te dominara,es porque El ,por la coscupicencia es mas intsintivo y utilizara a la mujer para satisfacer este deseo que en el hombre es más físico que emocional...y la mujer vive añorando y deseando la entrega y comunión totales y sufre porque el Hombre no puede satisfacerla del todo,hasta hacerse consciente de esto.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor b. gabriel reyes reyes » Jue Oct 03, 2013 8:45 pm

[b]Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda.[/b]
[i]La vergüenza en la persona, que aparece juntamente con el pecado original, en el hombre o en la mujer, pone de manifiesto que el hombre-mujer toma consciencia de que:
• Ha perdido las prerrogativas de los dones preternaturales y sobrenaturales, que poseía el hombre “originario”, y que sólo le queda su naturaleza caída. Esto es origen de su miedo-vergüenza ante Dios.
• La inocencia y sencillez originaria que en su dualidad alma- cuerpo le garantizaba un substrato para la comunidad-comunión de personas está viciada por la triple concupiscencia; su cuerpo es motivo de vergüenza ante sí mismo y de agresión ante el otro, la masculinidad-feminidad, originaria fuente de plena donación, es ahora motivo de contrariedad y debe esconderla, por vergüenza. [/i]

[b]Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: “buscarás a tu marido con ardor...y él te dominará”.[/b]
[i]No se refieren exclusivamente al momento de la unión del hombre y de la mujer, en el que se convierten en una sola carne, sino también al amplio contexto de las relaciones, aun indirectas, de la unión conyugal. Significa que ambos, mujer y marido, descubren en su “ser original” la vocación a la donación, camino de la unión y unidad plena que ya no pueden alcanzar; viven así la amenaza de la insaciabilidad de su aspiración a realizar la recíproca comunión de las personas en la "unión conyugal del cuerpo". Este sentimiento, alimentado por el egoísmo y la soberbia, es oportunidad de dominio mutuo.[/i]
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor katrinaruiz » Vie Oct 04, 2013 12:21 am

La vergüenza en la persona surgió producto del pecado original, por el cual se desvirtuó el significado de la comunión y autentica donación de la persona durante la unidad. La realidad de la vergüenza que experimenta el hombre es una limitación constante y reconocimiento de la pequeñez de la naturaleza humana, incluso en el dominio del cuerpo, en el que si solamente se actúa según este mundo humano se puede hasta llegar a ver una persona y reducirla a un simple objeto y nunca alcanzar esa plenitud de comunión.

La frase buscarás a tu marido con ardor significa que debido al pecado original y esa pérdida de inocencia y donación sencilla, ahora cuesta más y las cosas se pueden complicar, en especial por la falta de transparencia. El dominio proviene del ver a la otra persona como nuestra propiedad, limitándola a tan solo cuerpo y de acorde a intereses.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor LoreniaV » Sab Oct 05, 2013 10:46 pm

La mujer es la que convenció al hombre de comer de ese fruto prohibido, y creo que es importante aquí tomar en cuenta la inocencia de ambos, ellos eran personas que no se imaginaban lo que era el mal o los malos pensamientos o deseos y cuando la serpiente le habla a la mujer, no imagina sus malas intenciones y come del fruto. Y a partir de ese momento le da mas poder al hombre, es va ser su castigo y es así como Dios le da la tendencia a las relaciones humanas por que no nomas van a sentir pudor y vergüenza si no que a parte de eso van a ser diferentes y por esas diferencias se dan tantos problemas en las relaciones interpersonales.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor Carlos64 » Lun Oct 07, 2013 2:34 pm

Pregunta: "Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda."

La raíz profunda de la vergüenza en la persona, que reside en su interior y nace de la experiencia del pecado como ruptura con la confianza en el don del amor divino, y que atañe al hombre en tanto varón y mujer de todos los tiempos, es la distorsión esencial del sentido originario del propio ser como consecuencia de ese pecado. Es decir, la pérdida de la inocencia que implicaba el estado de gracia anterior a la ruptura, inocencia que no era sino la expresión de la plena imagen y semejanza de Dios en el hombre, sustentando esta imagen/semejanza tanto su ser interior, o alma, como su ser físico o cuerpo, éste último en su realidad sexuada y en sus expresiones masculina y femenina. Esta distorsión de la imagen de Dios en nosotros es percibida ("me di cuenta de que estaba desnudo(a)") y experimentada como vergüenza ante el mundo, ante sí mismo o misma y ante Dios ("y me escondí"). Ante el mundo porque el hombre pasa a percibirse desnudo (inerme, vulnerable) ante un mundo que, siendo en principio bueno por ser obra de Dios, ahora le es hostil y le domina mediante el determinismo ciego cuyo ápice es la muerte: el hombre ha perdido el paraíso terrenal. Ante sí mismo o misma porque ahora percibe su propia desnudez, otrora expresión simple, pura e inocente de su humanidad como expresión particular de la imagen de Dios en medio del mundo, como un motivo de contradicción por cuanto ya no expresa lo que debería expresar sino que más bien expresa esa ruptura esencial para con el mundo, para con su propia entidad originaria y para con su Hacedor. Cabe resaltar que esta vergüenza ante sí mismo o misma afecta también la reciprocidad de ambos, mujer y varón, pues la desnudez viene a convertirse en señal clara de contraposición y, lejos de contribuir en primera instancia a la comunión a la que habían sido destinados, ahora más bien es motivo de separación y potencial conflicto. Por último es vergüenza ante Dios por cuanto la propia desnudez, percibida y experimentada como motivo de vergüenza, actúa así mismo como evidencia de que se ha roto la confianza en el don del Amor, que es don de gracia y vida, y se ha traicionado ese don en el acto de la libre desobediencia. El pecado ha distorsionado la imagen de Dios en nosotros al introducir en nuestro interior la triple concupiscencia, por la cual la inocencia (libertad, pureza, simplicidad) es sustituida por la vergüenza esencial (pudor, temor, malicia) que nos lleva a escondernos de Dios.

Pregunta: "Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: buscarás a tu marido con ardor…y él te dominará."

Lo que hace Dios con estas palabras, que constituyen una sentencia incisiva hecha directamente a la mujer, pero que afecta también al varón y, sobretodo, al vínculo entre ambos, es describir lo que el pecado ha traído al interior del corazón humano y a la dinámica original de la unión/comunión entre el varón y la mujer. No se trata por ende de una sentencia condenatoria sino de una aserción en perspectiva hecha por Dios ante el panorama histórico que se inicia ahora con el pecado. Lo que el pecado ha traído es la triple concupiscencia que, desde el interior mismo del hombre (varón/mujer), impide la plena y originaria ubicación de la humanidad en relación al mundo, a ella misma y a Dios por cuanto introduce el elemento de la culpa (vergüenza) en toda la experiencia humana. Esta "des-ubicación" atañe de forma especial a la dinámica de la unión/comunión entre el varón y la mujer en el sentido de que el sentido de este vínculo, tal como fue pensado en un principio por el Creador, se ve amenazado. En el sentido original, querido por Dios ("...y vio Dios que era bueno"), el vínculo varón-mujer estaba destinado a ser un medio de expresión de la gracia (el don de la gracia, que es Amor), de manera que al vincularse el varón a su mujer, y la mujer a su varón, ambos hallaran en el simple acto del vínculo en todas sus dimensiones (no sólo la sexual) la beatificación como experiencia de comunión plena (reciprocidad absoluta) en una entrega mutua abierta a (y subordinada a) la vida como don divino. El pecado da lugar a una desviación histórica de ese sentido original del vínculo, pues ahora la triple concupiscencia (según la define la teología del apóstol san Juan) da como resultado una dinámica de dominación e insaciabilidad en la relación varón-mujer que ha permeado la historia humana desde sus orígenes y que aún hoy día nos afecta. La concupiscencia de la carne hace del cuerpo un motivo de contraposición (confrontación, separación) cuando en el plan de Dios el cuerpo era precisamente la expresión más física de la comunión plena entre ambos. La concupiscencia de la mirada hace que al otro (mujer, varón según el caso) se le perciba como objeto de deseo antes que como persona en su pleno sentido (cosificamos a la otra persona en una dinámica de deseo sensual; la percibimos como objeto concupiscible antes que como sujeto hecho a imagen de Dios). EL orgullo de la vida nos lleva a vincularnos a través del dominio del otro, el cual afecta de forma más ostensible a la mujer, pero también afecta al varón (¿no es el machismo una forma aberrante de dominio de la conciencia masculina, que esclaviza también al varón por cuanto le deforma hasta caricaturizarle?).

Pero no todo está perdido en la dinámica de la unión/comunión entre ambos géneros. La llamada a unirnos prevalece a pesar del pecado, de manera que asistimos a lo largo de la historia al conflicto entre esa llamada, original y abierta a la vida, y los elementos concupiscentes que el pecado ha introducido. El resultado de esto es la ambivalencia del vínculo varón-mujer en torno a la dualidad "comunión-confrontación" y que ha dado lugar a expresiones culturales como la relación de amor-odio, "la guerra de los sexos", el feminismo recalcitrante y su antagonista, el machismo hegemónico, la vida pasional como una historia de conflicto y desencuentro, todas ellas expresiones de la pérdida del sentido original con que Dios nos creó varón y mujer y nos llamó a unirnos en el Amor.

El Señor la bendiga, Doctora.
Discípulo de Cristo por amor del Padre y unción del Espíritu. Miembro de la Iglesia por gracia divina. Amar a Jesús es mi mayor alegría.

Dios te salve, María, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor migdaliae » Mar Oct 08, 2013 3:12 pm

La verguenza y su raíz profunda -
El pecado original trae como consecuencia la verguenza para el hombre. Se rompe el diálogo de Dios con el hombre y la mujer y se pierde la seguridad que antes sentía en la relación recíproca hombre-mujer. La verguenza, producto de alejarse de las cosas de Dios, lo lleva a un cambio de visión de uno del otro (hombre/mujer). Rompe su alianza con Él y siente verguenza ante sus palabras. Ha perdido la inocencia y la pureza de corazón que les hacía darse y aceptar al otro como "carne de mi carne". Lo que antes era una unión conyugal beatificante, ahora será deformada en el corazón del hombre. Podrá notar cosas que antes no notaba, debido a la concupiscencia, e institivamente, "cubre su cuerpo", trayendo consigo sentimentos de inseguridad, pudor, insaciabilidad y, eventualmente, de ver al otro como un objeto.

"Buscarás tu marido con ardor...y el te dominará. '- Con estas palabras Yavhé le habla a la mujer. Como consecuencia de sus actos, Dios le expresa como será su relación de ahora en adelante. Habla de su maternidad, pero también de su relación con respecto al hombre. Aún cuando establece un grado de desigualdad, presenta la necesidad de la mujer con respecto al hombre en la relación conyugal. El hombre responderá a ese instinto y la "dominará". Ese dominio sobre el otro, transformará la relación, amenazándola con insaciabilidad y el ver a otro como objeto, distorcionando la unión desinteresada y recíproca que existió en un principio.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor Hugo Roberto Rosas » Mar Oct 08, 2013 8:24 pm

No podemos expresar,que el hombre dominara a la mujer,por lo contrario ,es la compañera de el.Al expresar que es carne de su carne; es dirigir a la mujer para que no caiga en convencimientos de otras personas.
Acuerden sen de que la mujer se la conquista con buenos versos,siendo románticos " palabras dulces."
Por lo tanto el hombre dirige a la mujer.
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Re: 30. El dominio del otro como consecuencia del pecado ori

Notapor marcela64 » Vie Oct 11, 2013 12:08 pm

Explica tu comprensión de la realidad de la vergüenza en la persona, del relato bíblico de Gen 3, y su raíz profunda.
La vergüenza de haberlo desobedecido, al "abrírseles los ojos" vieron la dimensión de su error que va más allá de su propia desnudez, al grado que los lleva a "esconderse" de Dios quien más que ignorar el lugar en donde se encontraban fue su pegunta fue más bien retórica "mírate en dónde estás" ¿a dónde has llegado hasta dónde llegaste?

Que significa en la comprensión que hemos venido haciendo la frase bíblica concerniente a la mujer: buscarás a tu marido con ardor…y él te dominará.
No están llamados ya solamente a la unión y unidad, sino también amenazados por la insaciabilidad de esa unión y unidad, que no cesa de atraer al hombre y a la mujer precisamente porque son personas, llamadas desde la eternidad a existir “en comunión”. A la luz del relato bíblico, el pudor sexual tiene su significado, que está unido precisamente con la insaciabilidad de la aspiración a realizar la recíproca comunión de las personas en la “unión conyugal del cuerpo
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